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UNIVERSIDAD PRIVADA DOMINGO

SAVIO

NOMBRE:KEVIN GUSTAVO MARCA CALLA

CARRERA: CONTABILIDAD PUBLICA

MATERIA:CONTABILDAD PETROLERA

DOCENTE: JUAN CARLOS ENRIQUE CHAMBI

CIUDAD:SUCRE

AÑO:2023
TRABAJO PRACTICO # 1

En el sector de hidrocarburos la entrega de tierras y recursos naturales a


empresas extranjeras comenzó a fines del siglo XIX. En 1867 el gobierno de
Mariano Melgarejo Valencia realizó la primera concesión petrolera a
empresarios alemanes en la provincia Arce del departamento de Tarija. A partir
de entonces se desataría una fiebre especulativa que dio origen al monopolio
de la compañía estadounidense Standard Oil.

Ante las concesiones iniciales realizadas por Melgarejo, el gobierno de Tomás


Frías Ametller declaró en 1872 el petróleo como propiedad del Estado boliviano
y emitió las primeras disposiciones legales sobre la explotación de ese recurso,
además de establecer el sistema de estacas (concesiones) para controlar el
pago de patentes.

En términos generales se afirma que la base legal de Frías fue la prepolítica del
Estado boliviano sobre el petróleo en la medida en que posibilitó 54
concesiones a privados en los departamentos de La Paz, Tarija, Chuquisaca y
Santa Cruz, aunque no produjeron resultados en la producción de petróleo.

Para evitar la indiscriminada concesión de tierras entregadas al amparo de la


vieja Ley de Minas, el gobierno de Ismael Montes Gamboa promulgó la Ley de
Reserva Fiscal, del 12 de diciembre de 1916, y por primera vez se estableció
una regalía del 10% sobre la producción bruta.

PRIMERA NACIONALIZACIÓN
A principios de 1920 el presidente José Gutiérrez Guerra ordenó levantar la
reserva fiscal y entregó a los especuladores enormes concesiones de tierras.
La estadounidense Richmond Levering se hizo de un millón de hectáreas
petroleras por 50 años.

Un año después, esa transnacional vendió sus derechos y acciones a la firma


estadounidense Standard Oil Company. Pese a que la transacción fue
clandestina, el gobierno de Bautista Saavedra Mallea admitió la trasferencia,
para lo que se modificó la Ley Orgánica del Petróleo que fijaba un límite de
100.000 hectáreas para las concesiones de exploración petrolífera.

La empresa descubrió petróleo en Bermejo (1924), Sanandita (1926), Camiri


(1927) y  Camatindi (1931) sin generar riqueza para el país. La Standard Oíl
fue acusada de defraudar al Estado boliviano y realizar contrabando de
petróleo a la Argentina y Paraguay, y durante la Guerra del Chaco (1932-35) se
negó a suministrar petróleo a las Fuerzas Armadas de Bolivia.
En 1935, el presidente José Luís Tejada Sorzano enjuició a la empresa por
fraude y contrabando de petróleo. Antes el senador Abel Iturralde denunció que

sustento legal, además de violar la


ley que establecía un máximo 100.000 hectáreas para las concesiones
petroleras.

El 21 de diciembre de 1936, el gobierno de David Toro Ruilova, asesorado por


el teniente coronel Germán Busch y el ingeniero Dionisio Foianini, entre otros,
creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Y el 13 de marzo de 1937, el gobierno de Toro firmó la primera nacionalización


del petróleo y la confiscación de bienes a la Standard Oil.

SEGUNDA NACIONALIZACION

En la década de los años 40, Bolivia cae en una inestabilidad política, pero YPFB
sale adelante por el impulso del presidente Gualberto Villarroel López, quien
apoya la construcción de refinerías, oleoductos e importante infraestructura
para la comercialización de los productos de la empresa.

En los años 50, Bolivia logra abastecer la demanda interna fruto del trabajo
desarrollado en la década anterior y al descubrimiento de nuevos yacimientos
de hidrocarburos, y comienza a transformarse en un país exportador de
petróleo.

Desde la expulsión de la Standard Oil en 1937, el capital norteamericano buscó


acaparar nuevamente el petróleo en Bolivia, objetivo que consiguió en el
gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). En 1956, la
aprobación del Código de Petróleo o Davenport, que marcó un retroceso al no
establecer reglas de juego claras para la concesión, exploración y explotación
de los recursos hidrocarburíferos del país.
Esa norma fue la que posibilitó el ingreso al país de la empresa estadounidense
Gulf Oil en condiciones ampliamente beneficiosas, ya que se adueñó de los
campos más productivos de petróleo y de gas natural en Bolivia, pagando la
regalía más baja del mundo.

La desnacionalización alcanzó su clímax al adjudicarse la construcción del


gasoducto a Argentina a la norteamericana Williams Brothers, junto a la Gulf.

En ese contexto sobrevino la segunda nacionalización que se realizó el 17 de


octubre de 1969, cuando el gobierno de Alfredo Ovando Candia nacionalizó los
bienes de la Gulf, permitiendo la recuperación de las reservas de gas que
manejaba ilegalmente la transnacional. Entre los promotores de esa medida
estuvo el ministro de Minas y Petróleo, Marcelo Quiroga Santa Cruz, y el
responsable del control y toma de los campos petrolíferos fue el general Juan
José Torres.

En los 70 se promulga la Ley General de Hidrocarburos y se da inicio a la


exportación de gas a la Argentina.

TERCERA NACIONALIZACION

Durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez (1971-1977) y la inestabilidad


política y económica de los años 80 reaparecieron los promotores de la
privatización con el ingreso de empresas transnacionales a Bolivia.

Los años 90 se inauguran con la firma del polémico convenio “Borrón y Cuenta
Nueva”, un acuerdo político que promovió el gobierno de Jaime Paz Zamora por
el cual se cancelan las obligaciones de la petrolera argentina ENARSA con
YPFB.

Entre 1994 y 1997, el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada puso en marcha


el proceso de “capitalización” de las empresas estatales, por la cual YPFB es
literalmente desmembrada en empresas de capitales privados (Andina, Chaco y
Transredes, capitalizada por la quebrada norteamericana Enron), que le pagan
al país un magro 18% en concepto de regalías.

Posteriormente, el gobierno de Hugo Banzer Suárez y Jorge Quiroga impulsan


la privatización de las refinerías de YPFB.

Durante el segundo gobierno de Sánchez de Lozada (2002-03) se registró la


denominada Guerra del Gas, referida a la movilización del pueblo boliviano
contra la intención de exportar gas natural a Estados Unidos y México a través
de puertos chilenos. La represión militar contra civiles dejó más de 60 muertos
y 400 heridos.
El 18 de julio del 2004 se dio el primer referéndum sobre los hidrocarburos en
Bolivia, cuando la población definió la recuperación de la propiedad pública de
los hidrocarburos, la derogación de la Ley de Hidrocarburos promulgada por
Sánchez de Lozada y la refundación de YPFB.

El referéndum fue aprobado por amplia mayoría y, en consecuencia, el


Congreso aprobó una nueva Ley de Hidrocarburos que establecía un impuesto
de 32%, el mismo que se sumaría a los ingresos por regalías del 18 % que
entregaban las transnacionales que explotaban gas y petróleo al Estado
boliviano, sumando en total un impuesto del 50%, pero el presidente Carlos
Mesa (2003-2005) se negó a promulgarla.

Luego de un gobierno de transición encabezado por Eduardo Rodríguez Veltzé,


Evo Morales Ayma asumió la Presidencia del Estado el 22 de enero de 2006 y
entre las primeras medidas que adoptó fue la promulgación del Decreto 28701
de Nacionalización de los Hidrocarburos “Héroes del Chaco”. El objetivo de esta
norma fue recuperar, a favor del Estado, la propiedad y el control absoluto y
total de los recursos naturales hidrocarburíferos del país.

Tras la nacionalización, YPFB controla toda la cadena productiva de los


hidrocarburos: la exploración, explotación, transporte, refinación, almacenaje y
comercialización de gas natural, petróleo y sus derivados, tanto en el mercado
interno y externo.

La nacionalización de los hidrocarburos generó una histórica renta petrolera


superior a los 38.000 millones para el país entre 2006 y 2018, mientras que el
periodo de la privatización apenas generó una renta petrolera de unos 3.000
millones de dólares.

Los avances de la economía boliviana sufrieron un estancamiento tras el golpe


de Estado contra el gobierno de Evo Morales en noviembre de 2019. El gobierno
de facto de Jeanine Añez Chávez puso en marcha un proceso de
reprivatización de empresas estatales, empezando por el sector de energía
eléctrica.

Los planes de Añez no prosperaron ante la llegada del presidente constitucional


Luis Arce Catacora, que ganó las elecciones de octubre de 2020 con más de
55% de los votos a la cabeza del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Arce llamó a defender la nacionalización y reconstruir la economía boliviana


tras el fallido intento de políticos de la derecha de retornar al modelo del
neoliberalismo.

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