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MICROBIANO
Presentado por José Miguel
Portilla Burbano
El tejido epitelial
Proporciona cobertura para las capas superficiales y más profundas del
cuerpo. La piel y los revestimientos de los conductos dentro del cuerpo,
como el sistema gastrointestinal, están hechos de tejido epitelial.
El tejido nervioso
Está compuesto de células nerviosas (neuronas) y se utiliza para
transportar mensajes hacia y desde diferentes partes del cuerpo. El
cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos están compuestos de
tejido nervioso.
Nefronas:
Cada riñón tiene más de 1 millón de estructuras diminutas llamadas
nefronas. Las nefronas se localizan en parte en la corteza y en parte en el
interior de las pirámides renales, donde los túbulos de las nefronas
conforman la mayor parte de la masa de la pirámide. Las nefronas realizan
la función primaria de los riñones: regular la concentración de agua y otras
sustancias en el cuerpo. Filtran la sangre, reabsorben lo que el cuerpo
necesita y excretan el resto en forma de orina.
Cada riñón está compuesto por una corteza renal externa, una médula
renal interna y una pelvis renal. La sangre se filtra en la corteza renal. La
médula renal contiene las pirámides renales, en las que se lleva a cabo la
formación de la orina. La orina pasa de las pirámides renales a la pelvis
renal. Esta estructura con forma de embudo ocupa la cavidad central de
cada riñón y luego se estrecha al salir para unirse con el uréter. La orina se
drena desde la pelvis renal hacia el uréter.
1. Arteria renal
La arteria renal es un vaso sanguíneo que hace llegar la sangre “sucia” a
los riñones. Cada uno de estos órganos conecta con una arteria renal, que
es la vía de entrada de la sangre para su posterior filtración y purificación.
2. Nefronas
Las nefronas son las unidades funcionales de los riñones, es decir, la
función de filtrar la sangre se consigue gracias a estas nefronas, unas
células especializadas en eliminar las sustancias tóxicas de la sangre. El
interior de los riñones está compuesto, cada uno, por más de un millón de
nefronas. Estas nefronas disponen de un túbulo que recoge la sangre, ya
limpia, y la devuelve a la circulación.
3. Cápsula de Bowman
La cápsula de Bowman es la estructura de las nefronas que cumple con la
función de filtración de la sangre. Es una esfera diminuta en cuyo interior se
encuentra el glomérulo, que es la red de capilares que entran en contacto
con las nefronas. En esta cápsula es donde se purifica la sangre, pues
actúa como un filtro que deja pasar cualquier molécula cuyo tamaño sea
inferior a 30 kilodaltones (la medida para determinar el tamaño de las
moléculas), por lo que esta sangre tiene “vía libre” para volver a la
circulación.
4. Uréter
El uréter es un tubo que sale de los riñones en dirección a la vejiga. Las
sustancias de desecho recogidas por las nefronas terminan conformando la
orina, la cual sale de los riñones hacia la vejiga urinaria para su posterior
micción a través de estos delgados tubos, que nacen de la pelvis renal.
Cada poco segundo, los uréteres envían la orina generada en los riñones
hacia la vejiga.
5. Vena renal
La vena renal es el vaso sanguíneo que recoge la sangre “limpia” después
de que las nefronas hayan realizado su función, por lo que ya no hay
tóxicos presentes en ella. Posteriormente, esta sangre que, pese a estar
libre de sustancias dañinas, no tiene oxígeno ni nutrientes, conecta con la
vena cava, la cual lleva la sangre desde la parte inferior del cuerpo hasta el
corazón para que se oxigene.
2. Cáncer de riñón
Como su propio nombre lo indica, el cáncer de riñón se trata de una
neoplasia maligna que comienza en este órgano. Es uno de los cánceres
más comunes tanto en el sexo masculino como en el femenino, afectando a
1 de cada 46 varones y 1 de cada 80 mujeres. No suele presentar síntomas
en sus etapas más tempranas, pero cuando está desarrollado puede cursar
con sangre en la orina, un dolor en el costado que no desaparece, pérdida
de apetito, cansancio y fiebre.
3. Cálculos renales
Los cálculos renales, conocidos popularmente como piedras en el riñón,
son masas sólidas compuestas de pequeños cristales que pueden
depositarse en el tracto urinario. Dicho de forma rápida y sencilla, estos
compuestos se forman cuando las sales y los minerales de la orina se
concentran demasiado, lo cual fomenta su cristalización. Al cabo del
tiempo, pueden aumentar de tamaño de manera considerable (1-2
centímetros).
Los cálculos de calcio son los más comunes, aunque también pueden tener
como material mayoritario cistina, estruvita y ácido úrico. El dolor y la
presencia de sangre en la orina son algunos de los síntomas usuales, pero
también pueden presentarse náuseas, vómitos y otros signos. Los cálculos
más pequeños casi siempre pasan a través del tracto urinario por sí solos,
pero en casos más avanzados puede ser necesaria la administración de
ciertos fármacos para ayudar a su descomposición e, incluso, una
intervención quirúrgica.
4. Nefropatía diabética
El término nefropatía diabética hace referencia a las complicaciones renales
que aparecen en personas con diabetes tipo 1 y 2 graves. En muchos
países de alto ingreso, este conjunto patológico es el primer responsable de
los trasplantes de riñón. En Estados Unidos, aproximadamente 1 de cada 3
personas con diabetes padece una nefropatía diabética. Este cuadro puede
cursar con hinchazón de las extremidades, aumento de la necesidad de
orinar, falta de aire, pérdida de apetito y náuseas, entre otros.
5. Glomerulonefritis
La glomerulonefritis es una de las enfermedades renales en las que se ve
afectada la estructura de los glomérulos, racimos pequeños y redondos de
vasos sanguíneos en el interior de los riñones. Existen 2 tipos de cuadros
dentro de esta patología: primario (solo los riñones se ven afectados) y
secundario (ocurre como consecuencia de una enfermedad ya existente).
Los síntomas principales son la presencia de sangre en la orina, la orina
espumosa y la hinchazón corporal.
1. Aurícula izquierda
Una de las cuatro cavidades principales del corazón en las que se recibe y
bombea la sangre. La aurícula izquierda se caracteriza por estar conectada
con las venas pulmonares, de quienes recibe sangre altamente oxigenada
para posteriormente mandarlo al ventrículo izquierdo.
2. Válvula mitral
Una de las partes del corazón, separa y comunica la aurícula izquierda del
ventrículo izquierdo. Su apertura (generada por la sístole de la aurícula)
provoca que la sangre pueda viajar entre ambas regiones.
3. Ventrículo izquierdo
Otra de las principales partes del corazón. El ventrículo izquierdo recibe la
sangre rica en oxígeno de la aurícula izquierda y la envía al resto del
cuerpo a través de la arteria aorta.
2. Cardiopatía isquémica
Esta patología tiene su origen en la aterosclerosis, que impide que el
corazón reciba la sangre necesaria para su correcto funcionamiento. Por lo
general, este proceso de estrechamiento de las arterias coronarias empieza
a desarrollarse en las primeras décadas de vida del paciente y es
asintomático.
3. Insuficiencia cardíaca
La hipertensión arterial, el consumo de alcohol, el colesterol o la diabetes
son algunos de los factores que influyen en el desarrollo de la insuficiencia
cardíaca.
4. Muerte súbita
La principal causa de la muerte súbita es la fibrilación ventricular o arritmia
cardiaca, es decir, la falta de capacidad del corazón para contraerse de
forma organizada lo que provoca que deje de latir.
5. Miocardiopatías
La insuficiencia cardiaca es uno de los síntomas de las miocardiopatías.
Éstas son enfermedades del músculo cardíaco que puede fallar debido a
una mala contracción o relajación que le impide llenarse o vaciarse
correctamente.
1. La tráquea
La tráquea es el conducto respiratorio que tiene su inicio en la laringe,
descendiendo verticalmente hasta la cuarta vértebra torácica, más o menos
al nivel del corazón.
2. Los lóbulos
Los pulmones se dividen en secciones bien definidas, llamadas lóbulos.
Estos lóbulos son unos pliegues en la membrana que recubre los
pulmones, llamada pleura.
Estos lóbulos cumplen una función fundamental, dado que son los que
permiten que se dé correctamente la respiración. Es gracias a ellos que los
pulmones se pueden expandir al inspirar aire.
Pero, como íbamos comentando antes, a causa del corazón los pulmones
no son simétricos, y esto afecta también a la cantidad de lóbulos. Mientras
que el pulmón derecho, más grande, está dividido en tres lóbulos, superior,
medio e inferior, el izquierdo, más pequeño, solo posee dos, siendo el
inferior y el superior.
3. Los bronquios
Los bronquios son prolongaciones de la tráquea, los cuales van penetrando
en los pulmones y se encargan de que llegue el aire a otras estructuras
pulmonares. A medida que el conducto traqueo-bronquial va descendiendo,
va ramificándose todavía más, formando unas pequeñas ramas llamadas
bronquiolos.
4. Los bronquiolos
Los bronquiolos se van haciendo más estrechos cada vez más, para así
permitir el intercambio de gases que se producirá en sus extremos, siendo
éste el final del recorrido.
5. Los alvéolos
Los alvéolos se encuentran al final de los bronquiolos, y están constituidos
por unos pequeños sacos de aire en donde se produce el intercambio de
gases. La pared de esta estructura está formada por capilares los cuales se
relacionan con los vasos sanguíneos, es decir, es el lugar en donde se
establece contacto con la sangre.
1. Gripe
La gripe es una de las enfermedades respiratorias más frecuentes en la
población, pero es más grave que el resfriado. Es provocada por el virus de
la influenza que infecta tanto las células de la nariz, garganta y pulmones. Y
afecta principalmente a población de riesgo, como ancianos y personas que
tienen el sistema inmunológico débil.
Síntomas: Los síntomas que presenta la gripe son fiebre alta, escalofríos,
dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular, etc.
Tratamiento: La gripe es una enfermedad que puede superarse por sí sola
o con una adecuada medicación, pero también es recomendable que las
personas, una vez al año, se apliquen las vacunas para evitar contraerla.
2. Asma
El asma es una enfermedad que se caracteriza por hacer que las vías
respiratorias se estrechen y se hinchen, provocando mayor mucosidad y
dificultad para respirar. La frecuencia de sus ataques puede ser más o
menos frecuentes y hasta puede poner en riesgo la vida de las personas.
Los principales factores que desencadena la enfermedad son: la actividad
física, inhalación de contaminantes, consumo de específicos medicamento,
exposición a alérgenos, entro otros.
Síntomas: Los síntomas que presentan comúnmente son presión en el
pecho, falta de aire, tos, etc.
Tratamiento: Si bien el asma no tiene cura, con una consulta al médico a
tiempo, se puede conocer cuáles son los factores que lo desencadenan y
así reducir la frecuencia de los ataques.
4. Cáncer de pulmón
El cáncer del pulmón es el tipo de cáncer más común en el mundo. Cada
año dos millones de personas son diagnosticadas con cáncer de pulmón.
Una de las causas principales del cáncer de pulmón es el exceso de
consumo de tabaco, sin embargo, la enfermedad también puede darse en
personas que nunca han fumado o nunca han convivido con personas que
fuman. Estos casos son excepcionales y aún las causas no están muy
claras.
Síntomas: Los síntomas que presenta son tos (a veces con sangre), dolor
de pecho, falta de aire, dolor de cabeza, dolor en los huesos, pérdida de
peso, etc. Estos síntomas suelen aparecer recién en las fases finales de la
enfermedad.
Tratamiento: El tratamiento del cáncer de pulmón va a depender depende
del paciente y de la naturaleza del cáncer, existen tratamientos que
incluyen radioterapia, cirugía, quimioterapia, entre otros.
5. Neumonía
La neumonía se caracteriza por la inflamación de los sacos aéreos de los
pulmones, se llena de pus y es provocada por una infección bacteriana. La
gravedad de la neumonía depende del paciente, principalmente tiene mayor
riesgo en ancianos y en personas con un sistema inmunológico débil.
Síntomas: Los síntomas que presenta son tos con mocos, dolor en el pecho
al toser o respirar o toser, fiebre, escalofríos, fatiga, etc.
Tratamiento: Cada tratamiento va a depender de la persona, del tipo de
neumonía que presente y del agente causal, pero por lo general si son
causadas por bacterias, se puede administrar antibióticos como tratamiento
efectivo.
Cuidar tu estómago
Ahora que ya conoces las funciones del estómago queda clara la
importancia de cuidar adecuadamente este órgano para garantizar el
correcto proceso digestivo. Llevar una dieta equilibrada y saludable,
masticar bien los alimentos, comer con calma y reducir la tensión cotidiana
son algunas formas de mantenerlo sano.
Píloro: la última parte del estómago que actúa como una válvula para
controlar el vaciado del contenido del estómago en el intestino delgado
1. Gastritis
La gastritis es un término general que engloba diversas enfermedades,
todas con un punto en común: la inflamación del revestimiento del
estómago. Algunos de sus síntomas son la indigestión (ardor y acidez
situados en la parte superior del abdomen), náuseas, vómitos y sensación
de saciedad en la parte superior abdominal tras haber ingerido alimentos.
Todos estos signos se deben a la acción de los jugos gástricos, que afectan
al tejido digestivo cuando las barreras mucosas no se presentan en su
mejor estado.
2. Úlcera péptica
Una úlcera péptica se define como una llaga abierta o un área en carne viva
que se presenta en el revestimiento del estómago o el intestino. Tomar
demasiado alcohol, el uso constante del ácido acetilsalicílico (aspirina),
fumar, los tratamientos con radiación o el estrés pueden fomentar la
aparición de una úlcera péptica. Se estima que las probabilidades de
experimentar esta entidad a lo largo de la vida en la población general
oscilan del 5 al 10%.
4. Cáncer de estómago
Solamente en Estados Unidos se diagnostican al año 26.560 casos de
cáncer de estómago, con un claro sesgo hacia el género masculino (16.160
y 10.400, respectivamente). Además, unas 11.800 personas mueren en
esta región al año a causa de esta neoplasia maligna, pues se detecta
demasiado tarde o el tumor progresa demasiado rápido.
5. Gastroparesis o gastroparesia
La gastroparesis, también conocida como gastroparesia, es una entidad
clínica que afecta a la motilidad del estómago (provocada por contracciones
involuntarias naturales). En una situación normal, las contracciones
musculares provocan el movimiento del bolo alimenticio digerido a las
siguientes porciones del aparato digestivo. Por otro lado, en un cuadro de
gastroparesis, el estómago no se vacía correctamente por la falta de
contracciones gástricas.
Las enzimas del páncreas incluyen: tripsina para digerir proteínas (carne,
pescado, huevos etc..); amilasa para la digestión de hidratos de carbono
(azucares, pan, pasta, arroz etc..); y lipasa para descomponer las grasas
(aceites, lácteos, carne etc..). La función de estas es descomponer
químicamente las grasas y proteínas ingeridas en porciones más pequeñas
que pueden ser absorbidas por el intestino. Cuando los alimentos llegan al
estómago, estos jugos pancreáticos se liberan en un sistema de conductos
de varios diámetros que culminan en el conducto pancreático principal. El
conducto pancreático se une al conducto biliar común para formar la
ampolla de Vater, que se encuentra en la primera porción del intestino
delgado, llamada duodeno. El conducto biliar común se origina en el hígado
y transporta otro líquido digestivo importante, llamado bilis. La vesícula biliar
es el reservorio de la bilis que sirve de almacén cuando estamos en
ayunas.
1. Cabeza
La cabeza es la parte más gruesa de este órgano. Esta se encuentra
situada a la derecha y se localiza detrás del hígado, rodeando parcialmente
al duodeno, que se trata de la primera región del intestino delgado y en
donde el páncreas vierte el jugo pancreático. Es por este motivo que la
cabeza es la región en donde se encuentran la mayoría de células
vinculadas a la actividad exocrina, sintetizando el jugo pancreático.
2. Cuello
El cuello es una región anatómica que simplemente sirve de conexión entre
la cabeza y el cuerpo del páncreas. Es la parte en la que se puede observar
como un cambio de dirección en el páncreas, habiendo una desviación en
su estructura.
3. Cuerpo
El cuerpo es la parte del páncreas que empieza tras el cuello,
encontrándose esta región por detrás del estómago. Esta parte va
ascendiendo verticalmente y es la región del páncreas con mayor longitud,
albergando la mayoría de células vinculadas a la actividad endocrina.
4. Cola
La cola es la parte del páncreas más estrecha. Se trata de un extremo
puntiagudo, que es como una prolongación del cuerpo pancreático, y que
se encuentra en contacto con el estómago y el bazo, y la mayoría de las
células que contiene están vinculadas a la actividad endocrina, sintetizando
y liberando hormonas como la insulina y el glucagón.
5. Conducto de Wirsung
El conducto de Wirsung es también conocido con el nombre de conducto
pancreático principal. Consiste en un tubo que nace en la cola del
páncreas, avanzando por todo su cuerpo hasta llegar a la cola, donde
recoge el jugo pancreático con las enzimas que digieren los alimentos,
conduciendo este líquido hasta la principal salida del páncreas: la ampolla
de Vater.
6. Ampolla de Vater
La ampolla de Vater o papila duodenal mayor se trata de una abertura por
la que desemboca el conducto de Wirsung y que permite la liberación del
jugo pancreático al duodeno. A través de esta parte la mayoría del jugo
pancreático es liberado al sistema digestivo.
7. Conducto de Santorini
También llamado conducto pancreático accesorio, el conducto de Santorini
vendría a ser algo así como el hermano pequeño del conducto de Wirsung.
Se trata de un conducto pancreático secundario, el cual consiste en un tubo
que nace como una prolongación o desvío del conducto de Wirsung en la
zona de la cabeza. Es más estrecho que el otro conducto y sirve para
liberar también el jugo pancreático.
9. Proceso unciforme
El proceso unciforme es una región del páncreas que se dobla hacia atrás y
por debajo de la cabeza de este mismo órgano, teniendo una forma similar
a la de un gancho. Esta parte del órgano pancreático, aunque con una
forma peculiar, resulta tener cierto halo de misterio puesto que a día de hoy
no se conoce con claridad cuál es su función fisiológica.
El colon ascendente recibe la materia fecal todavía con una gran cantidad
de fluidos. Los músculos del colon van realizando movimientos peristálticos
y mueven el material fecal lentamente, se va absorbiendo el agua y las
heces van adquiriendo cada vez mayor consistencia hasta llegar al colon
descendente.
Si el material fecal pasa muy rápido por el intestino grueso, las heces serán
muy líquidas y producirán diarrea. Por el contrario, si las heces pasan
demasiado lentas por el intestino grueso, se harán muy duras y secas,
haciendo su expulsión mucho más difícil y provocando estreñimiento.
Regulación del pH
En el intestino grueso no se secretan enzimas digestivas. Se considera que
la digestión química de los alimentos se completa en el intestino delgado,
por lo que no es necesario mantener un pH ácido. El pH en el colon varía
entre 5.5 y 7, y es regulado por la producción de sustancias alcalinas que
contrarrestan los ácidos gástricos y los ácidos producidos por las bacterias
de la flora intestinal durante la fermentación.
Función inmune
El intestino grueso alberga importantes poblaciones de varios
microorganismos, sobre todo bacterias, que viven en una relación
simbiótica con nuestro cuerpo. Además de producir algunas vitaminas y
nutrientes para los enterocitos como vimos antes, la flora bacteriana tiene
otros efectos importantes para nuestra salud, incluyendo su acción
protectora frente a infecciones.
Ciego
Colon
Recto
Ano
El íleo es la última parte del intestino delgado. A continuación, se encuentra
el ciego, también llamado cecum. Es la primera parte del intestino grueso y
la que recibe el quimo formado tras la digestión en el intestino delgado. En
el ciego se encuentra el apéndice vermiforme, un anexo tubular sin salida
cuyas funciones no se conocen muy bien.
Después del ciego se encuentra el colon, la parte más extensa del intestino
grueso. El colon se suele estudiar en cuatro secciones:
Colon ascendente
Colon transverso
Colon descendente
Colon sigmoide
El colon termina en el recto, la parte del intestino grueso donde se
acumulan las heces antes de su eliminación. El recto es considerado
frecuentemente como la última parte del intestino grueso, pero también es
frecuente que se incluya el ano o canal anal, la salida al exterior del tubo
digestivo.
Cáncer colorrectal
Pólipos del colon: crecimientos de tejido en el colon que pueden hacerse
cancerosos
Colitis ulcerativa: úlceras en el colon y el recto
Diverticulitis: inflamación o infección de pequeños sacos o divertículos en el
colon
Síndrome del intestino irritable: un cuadro molesto que causa cólicos
abdominales y otros síntomas
Duodeno. Primera parte del intestino delgado. Cuando la bilis sale del
hígado, fluye a través de los conductos biliares hasta el duodeno. Aquí, la
bilis comienza a mezclarse con los alimentos para ayudar a digerir la grasa.
Vena cava inferior. Vena grande que transporta sangre desde el hígado, los
intestinos, las piernas y los riñones hasta el corazón.
1. Cáncer de hígado
El cáncer tiene lugar cuando las células del cuerpo mutan, lo que promueve
que crezcan y se dividan sin control (dando o no lugar a un tumor). Así
pues, el cáncer de hígado es aquel que tiene origen primario en el tejido
hepático. Se estima que esta neoplasia maligna representa el 2,4 % de los
cánceres totales en ciertos países de alto ingreso, como Estados Unidos.
La probabilidad de desarrollarlo a lo largo de la vida es de un 1 %
aproximadamente, pero su alta tasa de mortalidad justifica su importancia
clínica.
2. Cirrosis hepática
La cirrosis hepática es la consecuencia final de muchas enfermedades
hepáticas crónicas. Esta condición se caracteriza por la sustitución de la
arquitectura normal del hígado por bandas de tejido fibroso, lo cual provoca
que cada vez funcione peor. Si está muy avanzada, la cirrosis es
potencialmente mortal.
3. Hepatitis A
La hepatitis A es una infección del hígado responsable de la mayoría de los
cuadros de hepatitis aguda en todo el mundo. El virus causal infecta las
células de este órgano y produce inflamación, pero no es responsable de
daños permanentes. No existe un tratamiento para esta enfermedad, ya
que el propio organismo genera anticuerpos contra el patógeno y lo elimina
con el tiempo. Descansar en casa y controlar las náuseas suele ser
suficiente.
4. Hepatitis B
La hepatitis B es una infección hepática grave provocada por el virus de la
hepatitis B. Si el cuadro tiene una duración corta (menos de 6 meses) se
considera agudo, pero puede tornarse crónico cuando no desaparece más
allá del límite establecido. Hasta el 90 % de los niños infectados
evolucionan a un estadio crónico, mientras que este porcentaje en adultos
sanos es mucho menor (del 2 al 6 %). Este último escenario debe
abordarse farmacológicamente con medicamentos antivirales, inyecciones
de interferón y hasta un trasplante.
5. Hepatitis C
La hepatitis C es una infección vírica que causa inflamación del hígado, tal
y como ocurre con los dos cuadros anteriores. De todas formas, existen
claras diferencias entre ellos: la hepatitis B se puede transmitir durante el
contacto sexual y la mezcla de fluidos, mientras que la C casi siempre se
contagia por la vía sanguínea. Hasta el 30 % de las personas con hepatitis
C combaten la enfermedad y se curan de forma espontánea antes de los 6
meses, pero el 70 % restante desarrollan una variante crónica.
6. Hepatitis D
Curiosamente, esta infección solo provoca síntomas en aquellas personas
que ya están infectadas por el virus de la hepatitis B. Concretamente, afecta
hasta al 5 % de la población mundial que tiene una hepatitis B crónica. En
sí mismo no es un cuadro letal, pero puede acelerar la progresión de la
enfermedad ya existente en el 70-90 % de los pacientes.
7. Hepatitis E
Aunque sea poco conocida, es necesario nombrar a la última de las
enfermedades hepáticas comunes de naturaleza vírica. La hepatitis E
afecta a unos 20 millones de personas en todo el mundo y representa el 3,3
% de la mortalidad debida a las hepatitis víricas. Un porcentaje importante
de los infectados no presentan síntomas, pero la patología puede provocar
problemas de salud severos en países de bajo ingreso en los que la
atención sanitaria es deficiente.
8. Hígado graso
La enfermedad por hígado graso es una afección en la que, tal y como lo
indica su nombre, se acumula un exceso de grasa en el hígado. Esta
patología tiene una prevalencia global nada desdeñable, pues afecta del 10
al 24 % de la población en varios países. Cabe destacar que el 65 % de las
personas con obesidad tipo I-II desarrollan hígado graso, aunque la
probabilidad aumenta a un 85 % cuando se habla de la obesidad tipo III.
9. Hemocromatosis
La hemocromatosis es una patología en la que el exceso de hierro se
acumula en el organismo. La hemocromatosis genética se debe a
mutaciones en el ADN heredadas que se transmiten de los padres a los
hijos. Por otro lado, hay cuadros secundarios que se adquieren a lo largo de
la vida por ciertos desequilibrios (por ejemplo, la necesidad de múltiples
transfusiones sanguíneas o un consumo exagerado de suplementos).
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