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DERECHOS HUMANOS, MUJER E INFANCIA

RELIGIÓN
JIAMING QIU 1º BACH
1. Argumentos para el debate

1.1 La subordinación de la mujer al varón

Desde la antigüedad, la mujer vio limitado su lugar al espacio privado: la maternidad,


entendida como la crianza de los hijos, y la dedicación a las labores domésticas. Por
ejemplo, en España, hasta la década de los años treinta del siglo pasado, las
mujeres no podían votar, debían ir acompañadas por la calle y necesitaban permiso
del marido para abrir una cuenta bancaria. Actualmente hay diversos movimientos
para defender la igualdad de la mujer:

- El feminismo de Ia diferencia. Este primer feminismo denunció que los


papeles asignados a mujeres y varones no se podían justificar basándose
solo en la biología, pues dependían también de factores históricos y
culturales que podían y debían cambiarse para reconocer Ia igual dignidad
de ambos sexos.
- El feminismo de la igualdad. Este movimiento, de origen neomarxista, está
muy influido por la revolución cultural de Mayo del 68 y promueve el odio al
patriarcado, contra el cual las mujeres deben luchar para emanciparse. Si Ia
subordinación de un sexo respecto al otro se había justificado en el hecho
biológico de Ia diferenciación sexual, el remedio debía ser Ia negación del
papel de la biología en la identidad sexual humana, concebida como lugar de
lucha y poder.
- EI feminismo de Ia diversidad. Este movimiento busca la disolución de la
estructura binaria y profundiza en el cuestionamiento de los roles
establecidos en Ia sociedad patriarcal, promoviendo la teoría del género

1.2 Abusos a menores

Los abusos de los que se acusa a la Iglesia tuvieron lugar, principalmente, durante
las décadas de 1960 y 1970. Entonces, importantes cargos de la iglesia abusaron de
su posición y se aprovecharon de la inocencia de niños, niñas y adolescentes para
satisfacer sus deseos. Cuando estos casos salían a la luz, estos solían ser tachados
de falsos. Ese era entonces el comportamiento típico de la sociedad, especialmente,
en instituciones como colegios y orfanatos. En aquellos años, no era habitual que en
la sociedad se hicieran públicos sucesos de esta índole. A día de hoy se condena
menos del I % de los abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes. Durante los
primeros años del siglo XXI, cuando los casos llegaron a la opinión pública mundial,
la atención se desvió a Roma. Si los abusos y su ocultación eran generalizados, la
Iglesia, en conjunto, tendría un problema. Además, se supo que, en casos
relevantes, no se actuó adoptando medidas respecto a los obispos que fueron
responsables de Ia ocultación; incluso, hubo obstrucción a la justicia.
2. Preguntas desafiantes

2.1 La crítica a la postura de la iglesia

Algunas personas consideran que Ia Iglesia ha contribuido a mantener


discriminación de Ia mujer respecto al varón. Excluido de modo sistemático de todo
puesto de poder. Asimismo, ha colaborado en la desvalorización de su papel social,
instándola a ser exclusivamente madre y esposa, y bajo el dominio del varón. La
Iglesia también es objeto de críticas en relación con el problema de la pederastia.
Cuando el productor de Ia película “Spotlight” recogió el óscar a la mejor película,
dijo que la película tenía como objetivo dar voz a los supervivientes y que ese oscar
serviría para dar mayor visibilidad aún.

2.2 La intención positiva

La Iglesia alaba la defensa de tantas personas y movimientos que han trabajado en


favor de la igualdad de la mujer y la promoción de sus derechos. También comparte
la profunda convicción del valor y Ia igual dignidad de Ia mujer, así como su
reivindicación. En relación con el problema de los abusos a menores, la Iglesia tiene
valores como el derecho de los niños a ser respetados y protegidos. En el Evangelio,
Jesús condena expresamente el abuso de Ia inocencia infantil.

3. Reformulación del debate

¿Cómo puede reprochar la iglesia el comportamiento ético de las


personas, si los fieles católicos no defienden los derechos
humanos o los vulneran?

1. La dignidad de la persona, fundamento de los derechos humanos

La dignidad humana es una cualidad única del ser humano que le pertenece
simplemente por ser humano. Si cada uno es creado a imagen y semejanza de Dios,
todos los seres humanos son semejantes y, por tanto, iguales entre sí. Todo ser
humano no depende de ninguna circunstancia. Dios no nos creó como un individuo
solitario y autosuficiente, sino que lo constituyó con una naturaleza capaz de
establecer relaciones de filiación con Él y de fraternidad entre las personas. Además,
le hizo libre y responsable para cultivar y cuidar a las personas y del medioambiente.
Aristóteles definió a la persona humana como un ser individual y social como zoom
logistikón y como zoom politikón
2. “Una piedra miliar en el camino del progreso moral de la humanidad”

Los derechos humanos


Los derechos humanos son las facultades que posee toda persona por el hecho de
serlo. Ley natural: la afirmación de que todo ser humano es persona y de que tiene,
por sí mismo, derechos y deberes que dimanan inmediatamente de su propia
naturaleza. El esfuerzo de Ia Iglesia resultó especialmente claro con el estudio y la
propagación de Ia doctrina del derecho de gentes por parte de Francisco de Vitoria.
El derecho de gentes, también llamado derecho natural, es el reconocimiento de una
norma no escrita por la que se declaran inviolables principios relacionados con el
modo de ser de la naturaleza humana. Esta es fundamental y es Ia medida por la
cual se puede declarar que una ley civil es justa o no. Francisco de Vitoria reconocía
la libertad religiosa, incluso contra las costumbres que se habían implantado en
España en busca de la unificación del país. También defendía el derecho a la libre
circulación de personas, al libre comercio, a la pertenencia a una sociedad concreta,
entre otros. Su doctrina es la base de lo que hoy se denomina derecho internacional,
por medio del cual se busca la justicia entre instituciones y personas de países con
legislaciones diferentes.
Los derechos humanos y el bien común
El bien común es el conjunto de condiciones de la vida social que permite a las
personas conseguir su propia perfección:
- EI respeto a la persona y a sus derechos
- EI bienestar social, que comprende los recursos para su desarrollo material y
espiritual
- EI desarrollo de las sociedades intermedias
- La seguridad y la paz, tanto personal como social.
La Iglesia considera que Ia proclamación de los derechos del hombre es uno
de los hechos sociales más relevantes en el progreso social y el respeto de Ia
dignidad humana.

3. El evangelio, garantía de los derechos humanos

En los textos bíblicos y, en particular, en los evangelios, se encuentra la raíz de los


derechos humanos. Dios revela que todos los seres humanos somos hijos de un
mismo padre y entre nosotros existen unas relaciones de fraternidad. Dios nos
revela que los seres humanos somos hermanos y, por tanto, responsables de cuidar
unos de otros. Ese cuidar implica recordar que nosotros no somos todo y que debe
medirse constantemente con la necesidad del otro. Este reconocimiento de la
responsabilidad hacia el otro ser humano es el fundamento mismo de la verdadera
ética, y el mal se concreta en mantener a los demás dentro de nuestro despótico
dominio. La verdadera condición personal es aquella que pasa de una filosofía del
yo a una filosofía del nosotros.
¿Por qué la Iglesia ha defendido siempre una visión patriarcal de
la sociedad?

4. Un reto de la igualdad

Hay quien opina que la Iglesia católica ha apoyado la opresión y la desigualdad


respecto a la mujer. Sin negar que el pensamiento cristiano nunca pudo impregnar
del todo la cultura humana, parece que se olvida el hecho de que la mayoría de los
prejuicios sexistas proceden de la herencia clásica grecolatina y se restauraron con
el pensamiento moderno. Jesucristo defendió siempre a Ia mujer y recordó, por
ejemplo, que el repudio es fruto de Ia dureza del corazón humano.El ser humano se
expresa en el mundo creado como varón o como mujer; ambos son imágenes de
Dios y semejantes entre sí. Por eso, desde su inicio, la doctrina cristiana es
incompatible con Ia discriminación de Ia mujer.

La historia del cristianismo empieza gracias a una mujer, la Virgen María. La


Anunciación del ángel Gabriel y la Encarnación dependieron de ella. Además, María
se convirtió en motivo de unión para los discípulos, que quedaron hondamente
desorientados tras Ia muerte del Maestro y también más adelante, en los primeros
pasos de Ia Iglesia. Jesús mostró un trato muy especial, respetuoso y cálido hacia
las mujeres. En algunos casos, lo movió la piedad como, por ejemplo, con la viuda
de Naím. Con otras mujeres tuvo una relación de amistad y afecto, como es el caso
de Marta y María, las hermanas de Lázaro. Los evangelistas nos recuerdan que,
mientras los discípulos huían y se escondían, varias mujeres acompañaban a Jesús
en su pasión y permanecían junto a él cuando era crucificado. Los autores de los
evangelios no dudan en reflejar, frente a La cobardía de los Apóstoles, la valentía de
aquellas discípulas que superaron el miedo al qué dirán o a sufrir el mismo castigo
que Jesús.

Por otro lado, la Iglesia Católica abrió y extendió la educación de las mujeres, tanto
en Europa como en América.
Instituciones católicas como la Orden de Santa Úrsula, Hijas de María Inmaculada,
Hijas de María Auxiliadora y Hermanas Guadalupana de La Salle han sido pioneras
en la protección, formación e integración de mujeres a la sociedad.
La larga serie de testimonios que nos ha dado la historia va desde la gran influencia
de las abadesas en la Edad Media hasta el valiente compromiso de Santa Catalina
de Siena y Juana de Arco en la vida pública de su tiempo, pasando por la actividad
desbordante de Santa Teresa de Jesús, capacidad de entrega de Santa Rosa de
Lima o Santa Teresa de los Andes.
Todos son un pequeño ejemplo del impacto del mensaje en la promoción de la mujer
en nuestra civilización.
¿Por qué la Iglesia católica se niega a equiparar los derechos y los
deberes de la mujer con los del varón?

5. La promoción de la dignidad de la mujer

Es preciso reconocer que en los últimos siglos la iglesia no ha sido ajena a la


discriminación de las mujeres. Hasta bien entrado el siglo XX no se ocupó de las
injusticias y los problemas relacionados con Ia mujer. Juan Pablo II reconoció esta
realidad en el primer documento del Magisterio dedicado exclusivamente a la mujer. Los
santos papas Juan XXIII y Pablo VI supieron captar el despertar de la conciencia de Ia
mujer a su propia dignidad y recordaron que la defensa de esa dignidad y de sus
derechos respecto al varón tiene una raíz evangélica. Juan Pablo II y Benedicto XVI
recordaron la urgente necesidad de promover la dignidad de la mujer y no dudaron en
dar las gracias a todas aquellas que lucharon por su defensa.
La primera tarea de estos papas fue el redescubrimiento de los fundamentos
de Ia dignidad de Ia mujer:
- El varón y la mujer tienen una idéntica dignidad en lo común y en su
especificidad
- La mujer tiene un genio específico
- La reciprocidad entre el varón y la mujer es el fundamento de su vida en lo
común y del desarrollo de la humanidad

¿Por qué impide que las mujeres sean sacerdotisas, cuando otras
comunidades (anglicana, luterana,etc.) ya reconocen ese derecho?

6. La mujer en la iglesia

EI Magisterio de los últimos papas insiste en el papel que las mujeres desempeñan
en la vida eclesial y su contribución a manifestar el verdadero rostro de la Iglesia. El
papa Francisco ha asumido el reto de combatir la resistencia cultural que impide que
una mujer ocupe el puesto que le corresponde en la Iglesia. De hecho, como afirma
Ana María Vega, el Papa ha convertido “las virtualidades del genio femenino en uno
de los principios inspiradores de Ia reforma de la Iglesia, incluida la curia romana”.

Conviene distinguir entre el sacerdocio común de todos los fieles, que se adquiere al
recibir el sacramento del Bautismo, y el sacerdocio ministerial, que se recibe en el
sacramento del Orden.
- Todos los fieles tienen la misma condición de hijos de Dios, fundada en el -
sacramento del Bautismo
- El sacerdocio ministerial es una vocación divina
- La iglesia no tiene autoridad para poder ordenar a las mujeres

El sacerdocio es un modo de servir. De hecho, sin Ia diversidad de misiones y


carismas, se empobrecen Ia unidad de la Iglesia. Aquellos que centran Ia
reivindicación de Ia igualdad de Ia mujer dentro de la Iglesia a su acceso al
ministerio sacerdotal olvidan esa riqueza. Lo que caracteriza a esa mentalidad es,
precisamente, ignorar, minusvalorar o limitar la función propia de los laicos, mujeres
y hombres, en Ia Iglesia. Confunde Ia función, que es entendida como poder, con Ia
dignidad.

Quizá debamos plantearnos algunas preguntas:


- ¿Es auténticamente feminista un mensaje que ignora a Ia posibilidad de que
Ia mujer sea madre?
- ¿Por qué todo el peso de la procreación recae sobre la mujer?
- ¿Por qué se niega, en nombre de un pretendido progreso, el cuidado de los
hijos o del hogar a Ia mujer que lo elige libremente?
- ¿Convertirse en una “mujer real” supone renunciar a su identidad
propiamente femenina?
El abandono y la soledad de la mujer ante el drama del aborto, el control de la
natalidad impuesto, el alto precio que hay que pagar para triunfar en el mundo
laboral... hechos que tienen pistas sobre la aparición de otros nuevos le hacen mirar
críticamente estas concepciones que tienen los sexos y cuyas claves para entender
el mundo del éxito y el poder. Este feminismo cristiano aboga por la reciprocidad y
valora las formas en que las mujeres prosperan.

¿Cómo es posible que sacerdotes y obispos de todo el mundo


abusaran de niños y adolescentes, y los obispos y el Papa no
dieran importancia a este hecho?

7. El interés superior de los niños y las niñas

Toda persona tiene una dignidad que debe ser respetada y protegida, en prioridad, la
de los seres humanos más o más vulnerables: los pobres, los enfermos, los
discapacitados, los ancianos, pero también los niños y niñas. El Papa Francisco, en
un discurso dirigido a los presidentes de las conferencias episcopales de la Iglesia
Católica, participantes en el encuentro para la protección de los menores en la
Iglesia, usó duras palabras al referirse al abuso de menores

Con respecto a casos de abuso sexual de menores en Estados Unidos por parte de
sacerdotes entre 1950 y 2002, los obispos encargaron una investigación exhaustiva
al John Jay College, un especialista en derecho penal y criminología con sede en
Nueva York . Su informe se centró en todas las denuncias creíbles de abuso infantil
cometidas durante este período. John Jay College, a partir de estimaciones de otros
informes, indicó que la cifra pudo ascender a unos 3000 casos más. A partir de estos
datos, John Jay College concluyó que entre el 4% y el 4,3% de todos los sacerdotes
han sido acusados. Según el informe, los abusos aumentaban en Ia Iglesia al mismo
tiempo que lo hacían en la sociedad en general.Sin embargo, a partir de la década
de 1980, disminuyeron la Iglesia, pero no en la sociedad civil.
¿Por qué muchos obispos, al conocer hechos tan lamentables,
ignoraron las reclamaciones de las víctimas y tardaron tanto
tiempo en pedir perdón?

8. Responsabilidad por los abusos y por las omisiones

La verdadera transformación de la Iglesia comenzó cuando los obispos decidieron


reunirse con las víctimas de los abusos. Al conocer las dimensiones del problema,
san Juan Pablo II aprobó nuevas normas que buscaban impulsar una respuesta más
eficaz por parte de la Iglesia y encargó al cardenal Ratzinger, prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, llevar a cabo un cambio. De hecho, se
obligó a los obispos diocesanos de todo el mundo a que remitieran sus expedientes
a Roma para tener la seguridad de que se estaban tomando medidas. A partir de
entonces, cuando Benedicto XVI viajaba a un país especialmente afectado, se
encontraba con las víctimas para consolarlas y pedirles perdón en nombre de la
Iglesia, tanto en privado como en público.

Las causas de que se produjeran los abusos de menores por parte de miembros de
la Iglesia pueden ser de muy diversa índole. A su vez, otras personas opinan que el
clericalismo, sacerdotes y obispos con una autoridad incuestionable, favorecía el
encubrimiento. Sin embargo, aunque el informe del John Jay College no encontró los
motivos en el celibato ni en Ia homosexualidad, porque Ia mayoría de los abusos los
cometieron hombres casados, sí identificó dos tipos de agresores: el pedófilo , que
abusaba de un gran número de víctimas durante mucho tiempo, y el agresor
ocasional, autor de la gran mayoría de los delitos. En estos casos, el agresor
actuaba contra una sola persona generalmente, un varón en La pospubertad.

El derecho canónico exige que una vez aclarados los abusos, la Santa Sede
imponga las sanciones y penas canónicas establecidas. En efecto, este código de la
Iglesia ha definido varios referentes a los abusos sexuales cometidos por uno para
que sea castigado con penas sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el
caso también establece que los obispos deben remitir los casos a las autoridades
civiles. Por otra parte, no fue extraño que los pronunciamientos no se cumplieran.
En su lugar, y siguiendo las directrices médicas del momento, que consideraban la
pedofilia como una enfermedad, se ingresaba al sacerdote en una clínica. Por otro
lado, hay que tener en cuenta que el hecho de que los procedimientos policiales y
judiciales aplicados por un tribunal civil a un clérigo acusado de abuso corren
paralelos a los canónicos.

A fines de 2013, el Papa Francisco creó la Comisión para la Protección de Menores.


Su tarea es proponer al Papa iniciativas para proteger a los niños, adolescentes y
adultos vulnerables, que hacer todo lo posible para que este crimen no vuelva a
ocurrir. Marie Collins, una mujer irlandesa que fue abusada sexualmente por el clero,
así como varios expertos laicos, forman parte de esta comisión. Después de hablar
con ellos, celebró un durante en el que pidió gracia para que la Iglesia llorara y
reparara por él y sus hijas que traicionaron su misión, que abusaron de personas
inocentes. Esta comisión se encargaba de asesorar e implementar buenas prácticas
en un gran número de: atención pastoral a las víctimas, formación para el
sacerdocio, protocolos de denuncia, etc.

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