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Decía el ensayista romántico Donoso Cortés que «En lo pasado está la historia del
futuro», una aseveración que, en el caso de los autores que citaremos a continuación,
parece continuar vigente. No en vano, con el ánimo de revisitar algunos de los periodos
más fascinantes de la Historia, estos han dado a luz cinco obras que bien pueden resumir
dos milenios de conflictos, derrotas y desengaños, pero también de cultura, pasión y
aprendizaje. Y es que nunca está de más echar la vista atrás para descubrir de dónde
venimos, pues únicamente de ese modo podremos vislumbrar hacia dónde vamos.
La Casa de la Piedad
La primera parada de nuestro viaje tiene lugar en junio del año 9 d.C., concretamente en
la Roma del divino Augusto. En ese marco excepcional, asistimos al sepelio de Antonia,
hija, esposa y madre de prestigiosos políticos, ante cuyo cadáver se yergue la figura de
Sabina, su hermana, y Marcela, una suerte de protegida de la difunta. Pero el duelo
pronto mutará en escándalo, pues el testamento de Antonia, lejos de lo que se espera de
una matrona de su posición, destapa un entramado oculto que incluye mentiras,
traiciones e incluso crímenes. Y es que la ejemplar Casa de la Piedad, epicentro de la
vida social romana y sustento propagandístico de la moral impuesta por Augusto, oculta
una verdad insoportable… Con una documentación exquisita y un retrato psicológico de
los que dejan huella, Aurora López Güeto (Sevilla, 1971), traslada a La Casa de la
Piedad (Ed. Algaida) parte de sus investigaciones en torno al mundo clásico y, en
particular, sobre la vida de las mujeres romanas. No en vano, las 416 páginas de las que
consta la novela reflejan no solo una trama que nos permite deambular por la Vía Apia,
ingresar al bosque del Aventino o cruzar el Foro de un modo tan real como apasionante,
sino también ahondar en unas vidas que se asemejan a las nuestras mucho más de lo que
podríamos imaginar. Gustará a los amantes del ‘péplum’, pero también a aquellos que
se desplazan por primera vez a la era de los césares.
También de Algaida, pero en este caso en clave de ensayo, nos llega Catálogo informal
de todos los papas, una obra con la firma de Javier Pérez (Zamora, 1970), columnista de
prensa, autor de novelas y satírico en verso, que reconstruye de manera ligera aunque
rigurosa la historia de la Iglesia católica a través de todos sus pontífices. Como es
lógico, el libro, que posee un total de 15 capítulos, arranca en Betsaida, aldea de Galilea,
en el año 6 a.C., con el nacimiento de un niño llamado Simón Bar-Joná, que con el
tiempo sería conocido por Cefas o, simplemente, Pedro. A esta primera estampa se
suman aquellas dedicadas a los protopapas, quienes, siguiendo el ejemplo de San Pedro,
surgieron en medio de una religiosidad romana bastante laxa; la reconstrucción de la
etapa goda o el triunfo de Constantino. Pasajes que continúan, de manera cronológica,
con la Alta y Baja Edad Media, el Concilio de Trento y la época de los Concordatos.
Con un lenguaje directo y un estilo accesible para todo tipo de lectores, el mayor acierto
del volumen es su capacidad para sintetizar dos mil años de historia en apenas 248
páginas, invitándonos con ello a profundizar en cualquiera de los personajes que se
tratan con posteriores lecturas. Desde el papa Alejandro II, que en el año 1063
dictaminó que la reconquista española era una cruzada, a Pío IV, a quien debemos la
creación de la imprenta romana y el embellecimiento de la ciudad eterna. El ensayo,
repleto de curiosidades sobre los príncipes vaticanos, concluye con una semblanza del
papa Francisco, así como un post scriptum donde se detallan las fuentes utilizadas.
Lo sacro también tiene cabida en Ora Pro Nobis, de Francisco M. Pérez Estepa (Sevilla,
1982), aunque en este caso ligado al universo de la Semana Santa. Un libro que, con
introducción del periodista Antonio Burgos, nos traslada hasta la Cuaresma del año
1521, cuando don Fadrique Enríquez de Ribera, VI Adelantado de Andalucía y I
marqués de Tarifa, instituyó el Vía Crucis a la Cruz del Campo, germen de la más
importante celebración religiosa de la ciudad de Sevilla. Integrado por capítulos cortos y
con un estilo ágil y pleno de didactismo, Ora Pro Nobis bucea en la configuración del
«camino de la cruz» desde su distancia inicial de 997 metros (este se iniciaba en el
palacio que el noble poseía en la ciudad, la popular «Casa de Pilatos», y concluía en un
humilladero perteneciente a la orden de San Benito ubicado extramuros), hasta las
distintas estaciones de las que constaba. Como aporte original, Pérez Estepa glosa cada
una de las mismas con diferentes textos e imágenes de las cofradías sevillanas, lo que
invita a meditar y contemplar «los excesos de amor de Cristo», según sus propias
palabras. Para complementar el volumen, el cual puede adquirirse en tiendas
especializadas y quioscos de la capital, el autor de Cofradías llenas de arte introduce un
pasaje dedicado a la saeta así como reflexiones sobre las antiguas vigilias, el carácter
sacral del vino o el mes de los difuntos.
Hamnet
El túnel de Ezequías