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Introducción
El motivo por el que se produce la violencia contra las mujeres es el conjunto de valores
que aún predominan en la sociedad actual. La violencia de género tiene su origen en la
cultura, la educación, la religión, las leyes, el propio lenguaje… que han mantenido a la
mujer en una condición de supuesta «inferioridad». Por ejemplo, en el ámbito jurídico, en
muchas legislaciones nacionales (en España mismamente hace no tantos años) la mujer es
tratada como una persona sin capacidad para tomar sus propias decisiones, sin derecho a
decidir sobre su formación, su matrimonio, su economía, su patrimonio… en definitiva, sin
derecho a decidir sobre su propia vida.
La violencia de género se configura así como un mecanismo social, justificado por la
tradición, mediante el cual las mujeres quedan «sometidas» a los hombres. Ello genera
que las relaciones entre ambos sexos, y su posición en la sociedad, sean desiguales, no sólo
en el ámbito de la familia, sino en todos los contextos: en el plano social, laboral, económico,
sexual…
La agrecion
La agresividad, en la sociedad actual, es una emoción con una función adaptativa. Es un rasgo admirado
en nuestra sociedad, de forma general, se suele identificar como agresivas a las personas que trabajan duro
para llegar a tener éxito, que están altamente motivadas y que son ambiciosos. Se considera que no
llegarían hasta el punto más alto de su carrera sin esa agresividad. Este tipo de agresión se denomina
agresión prosocial. Por otro lado, cuando esta emoción no responde a su función adaptativa se considera
agresión antisocial ya que este tipo de agresión da lugar a dolor y sufrimiento en otras personas, siendo este
tipo el que despierta mayor interés entre profesionales que se dedican al estudio de la agresividad.
La agresión se puede definir como la imposición de un estímulo aversivo, físico, verbal o
gestual de una persona a otra, no es una actitud sino un comportamiento que refleja un
compromiso con el intento de causar daños (LeUnes y Nation, 1989). Para que un
comportamiento sea considerado agresivo debe estar dirigido contra un objetivo viviente, debe
haber un intento de dañar al objetivo y debe haber una expectativa razonable de que la
agresión va a ser exitosa, y el objetivo va a ser dañado.
A lo largo de los años, se han identificado dos tipos básicos de agresión: agresión hostil y
agresión instrumental (Baron, 1977). Estos dos tipos de agresión se distinguen en términos de
sus reforzadores primarios, o en función de sus objetivos que se persigan con el acto cometido.
Sin embargo, en ambos casos la intención es dañar a otro ser humano. En las agresiones
hostiles, la meta primaria es dañar a otro ser humano. La intención es hacer que la víctima
acompañado de rabia por parte del agresor. En las agresiones instrumentales también intentan
el acto agresivo como un instrumento para conseguir su meta primaria. Alcanzar esta meta
refuerza el comportamiento agresivo. La más clara diferencia entre estos dos tipos de agresión
He aquí cinco maneras en que puedes lograr el cambio de forma segura y efectiva.