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Fecha: 7 de nomviembre, 2004

Título del sermón: ¿Qué pasa cuando muramos?


Predicador: Reverndo Yonggi Cho
Versículo de la Biblia: II Corintios 5:8-9

El título que voy a compartir con ustedes es ¿qué pasa


cuando muramos? Para los jóvenes el otoño es una estación
lleno de romantísismo. El cielo alto, el aire frezco, los
montes y los collados vestidos de colores muy hermosos les
hace latir el corazón aún más rápido. Pero para los de edad
avanzada, el otoño es una estación de tristeza, las ojas de
árboles que caen y el aire frío llena el corazón de
tristeza y vacuidad. Se sienten como si estuvieran viendo a
la decadencia de su tiempo. Y se preguntan sin cesar ¿habrá
algo realmente después de la muerte? ¿Qué pasa si no hay
nada después de la muerte y desaparezco sin dejar rastro?
En Job 14:1-2 dice “El hombre nacido de mujer, corde días y
hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y
huye como la sombra y no permanece”. ¿Qué pasa después de
la muerte? Veamos la respuesta que nos entrega la Biblia
sobre ésta pregunta.

1. El Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de


Jacob
Un día los saduceos desafiaron a Jesús “maestro, Moisés
dijo que si el hermano se casa y no deja descendencia, la
mujer de éste debe casarse con el hermano menor y dejar
descendencia. Hubo entre nosotros un hombre que tuvo siete
hermanos. El hermano mayor se casó, pero murió sin dejar
descendencia, así la mujer de éste se casó nuevamente con
el segunto, pero también él murió sin dejar descendencia,
hasta el séptimo la tuvo, pero no dejó descendencia,
después de todo murió también la mujer. En la resurrección,
pues, cuando resucitan, ¿de cuál de ellos será ella mujer,
ya que los siete la tuvieron por mujer?” Con una sonrisa el
Señor le contestó “¿No erráis por esto, porque ignoráis las
Escrituras, y el poder de Dios? Porque cuando resuciten de
los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino
serán como los ángeles que están en los cielos”. También en
San Marcos 12:26-27 dice “Pero respecto a que los muertos
resucitan, ¿No habéis leído en el libro de Moisés cómo le
habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham,
el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de
muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis”.
Moisés estaba pastoreando las ovejas del suegro y llegó
hasta el monte Horeb y halló allí a Dios. Se le apareció el
Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza
y él vio que la zarza ardía en fuego, pero no se consumía.
Viendo que él se acercaba, Dios le llamó “Moisés, Moisés,
quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú
estás, tierra santa es”. Moisés cubrió su rostro porque
tuvo miedo y Dios le dijo “I am the God of Abraham, the God
of Isaac, and the God of Jacob” Es decir que Dios usó el
tiempo presente en lugar del pasado diciéndole “Yo soy el
Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y Dios de Jacob”. Muy
claramente usó el tiempo presente para hablar con Moisés,
no dijo “Yo fui el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y Dios
de Jacob”. Tampoco usó el tiempo futuro “Yo seré el Dios
de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Usó el
tiempo presente. En San Mateo 22:32 se interpreta así “Yo
soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”.
Significa que Dios es Dios de los que están vivos ahora
pero también de los que ya han cruzado el jordán. Es decir,
para Dios nosotros estamos vivos ahora, como también cuando
entremos al mundo espiritual, cuando nos despojemos del
cuerpo físico. Dios es Dios nuestro ahora y cuando nos
despojemos del cuerpo físico y entremos al mundo espiritual
también seguirá siendo Dios para nosotros. Dios no es Dios
de los muertos, sino de vivos. Ante Dios todos estamos
vivos. Vivos no solo en lo físico sino también
espiritualmente. Y dijo a Moisés de Abraham quien hace 300
años atrás partió del mundo, que está vivo delante de él;
al igual de Isaac y de Jacob. Así contestó a los saduceos
muy claramente. Pues, ellos no creían en la resurrección ni
en la vida eterna, que cuando resucite no se casan ni se
dan para casamientos, que serían como ángeles. Que el
hombre no desvanece cuando muere, todo lo contrario está
vivo delante de Dios. No habló de Abraham que murió hace
300 años atrás, sino que él está vivo delante de él ahora;
no habló de Isaac de hace 300 años atrás, sino del que está
vivo ante él. No era Jacob de 300 años antes quien ya murió,
sino el que está vivo ahora delante de Dios. Para Dios
ellos están vivos delante de él, como lo está Moisés ahora
hablando con él. Así habló Dios que Dios no es Dios de los
muertos, sino de vivos. Pensamos que si nos despojamos del
tabernáculo de la carne, nos desvaneceremos; pero ante Dios
sea que el hombre esté vestido de la carne o en espíritu,
nadie se desvanece, mas bien están vivos, muy claramente lo
podemos ver en el monte de transfiguración.
En San Mateo 17:1-3, el Señor Jesús con los discípulos
subió a Jerusalén, en el camino tomó a Pedro, Jacobo y a
Juan y subió a un monte alto; y se transfiguró delante de
ellos y resplandeció su rostro como el sol y sus vestidos
se hicieron blancos como la luz. Y les aparecieron Moisés y
Elías y los discípulos escucharon el dialogo de entre
ellos de que Jesús sería crucificado y que al tercer día
resucitaría. Lo curioso es que allí estaba Moisés quien
murió hace 1400 años antes de la venida de Jesús en el
monte Nebo, ciertamente él no cruzó el Jordán, después que
contempló Canaán murió; pero él estaba delante de Jesús
ahora y conversando con el Señor. Representando la ley,
testificó que Jesús es la perfección de la ley. Luego Elías
estaba también allí quien hace 900 años antes de la venida
de Jesús fue trasladado en un carro de fuego. Elías subió
al cielo en un torbellino en un carro de fuego con caballos
de fuego. Estaba delante de Jesús representando a los
profetas, testificando la perfección de la profecía. Si el
hombre se desvanece ¿cómo Moisés habría podido presentarse
delante de Jesús quien murió 1400 años antes de la venida
del Señor? Sea que el hombre esté vivo en carne o
espiritualmente, está siempre delante de Dios. Pues, Dios
es Dios de vivos; Dios de la carne y del espíritu. En la
Biblia habla del hombre que no gustó la muerte y fue
trasladado como Enoc. En Génesis 5:24 “Caminó, pues, Enoc
con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”. No gustó la
muerte, fue trasladado 3000 años antes de la venida de
Jesús. No es nada difícil para Dios tomar al hombre sea que
esté vivo o muerto. El hombre vivo físicamente es hombre
como lo es también el hombre espiritual. Como Elías que no
gustó la muerte y subió ante la presencia de Dios.
II Reyes 2:11 dice “Y aconteció que yendo ellos y hablando,
he aquí un carro de fuego con caballo de fuego apartó a los
dos; y Elías subió al cielo en un torbellino”. Elía subió
ante la presencia de Dios sin gustar la muerte. Pero se
presentó ante Jesús como Moisés quien murió. Sea que
estemos vestido de la carne o que nos despojemos de la
carne, delante de Dios somos iguales. Es solamente un
procedimiento, no es que el hombre se desvanece cuando se
despoja el cuerpo físico. Muy claramente lo vemos en la
vida del Apostól Pablo.

2. El concepto de la vida y la muerte según el Apóstol


Pablo
Pablo experimentó hasta el tercer cielo.
En II Corintios 12:14 dice “Ciertamente no me conviene
gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones
del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce
años (si en el cuerpo, no lo sé si fuera del cuerpo, no lo
sé Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y
conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo,
no lo sé Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso,
donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre
expresar”.
Pablo 14 años antes de escribir II Corintios subió al
tercer cielo. Y confesó así de su experiencia “si en el
cuerpo, no lo sé si fuera del cuerpo, no lo sé Dios lo
sabe”. Es decir, que no pudo hacer la diferencia de su
viaje si fue en el cuerpo, o fuera del cuerpo. Así también
Sundarshing comentó de su experiencia, subió al cielo y se
encontró con los santos, pero ellos no sabían si realmente
estaban muertos o no. Pero los que estaban en el mundo
lloraban y les extrañaba porque ya estaban muertos; sin
embargo, ellos pensaban que se habían dormido y se habían
despertado del sueño. El que padece la muerte, piensa que
cayó en un profundo sueño. Así que la vida continua y no se
detiene con la muerte. Pablo también lo declaró de la misma
manera. Subió al tercer cielo, pero no supo si fue en el
cuerpo o fuera de ella. Lo comentó repetidas veces. La vida
no termina con la muerte, mas continua a lo espiritual. Lo
que existe es un procedimiento de la vida física a lo
espiritual. De modo que no podemos diferenciar entre vivir
en la carne o en lo espiritual.
Así dijo también en II Corintios 5:1 “Porque sabemos que si
nuestra casa terrenal, esta tienda temporal, se deshace,
tenemos un edificio de arte de Dios, una casa no hecha de
manos, eterna en los cielos”.
De manera que tengamos o no la casa terrenal, la vida
continua. Nos queda la experiencia de entrar a la morada
preparada por nuestro Padre Celestial. Y dijo en II
Corintios 5:8-9 “pero confiamos, y más quisiéramos estar
ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto
procuramos también, o ausentes o presentes, serle
agradables”. La muerte causa temor, pero una vez que
tengamos conocimiento de la Palabra de Dios, sabremos que
partiendo del cuerpo físico entraremos a la presencia del
Señor. La muerte en sí no es la terminación de la vida,
como confesó el Apóstol Pablo que mejor es estar ausente
del cuerpo y presente al Señor. Porque la muerte nos
llevará a la presencia del Señor. Los incrédulos confiesan
que prefieren estar en el mundo, pero Pablo confesó que
mejor y agradable es estar en la presencia del Señor, que
también debe ser nuestra confesión. ¡Cuánta bendición! “Por
tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle
agradables”
Una vez leí el testimonio por medio de la Internet de Park
Young Moon director de un retiro de oración de ayuno
llamado Daniel. Era un ateo hasta anti cristiano y
alcohólico. Y en el año 1985 estando ebrio manejó la
motocicleta y causó accidente y quedó preso. Después que
pasó su tiempo en la prisión, salió, pero la mujer le pidió
divorcio, se lleno de odio y decidió asesinar a ella y a
los miembros de la casa de suegro porque incitaban al
divorcio. Antes de cometer el delito decidió visitar por
última vez a la madre. Faltaba unos 40 minutos para tomar
el tren, pero de repente escuchó una voz que llamaba a la
puerta, corrió a la puerta para abrirle, pero allí no
estaba nadie. Regresó a la habitación y trató de fumar un
cigarrillo y vio como la habitación se llenaba de una luz
resplandeciente. Asustado miró hacia la puerta, había un
arco iris y sobre él una persona vestido de blanco, y
detrás bajaba un carro. A la derecha estaba sentado una
persona vestido de blanco como también a la izquierda, pero
en el medio estaba vacía. Lo curioso fue que su espíritu
salió del cuerpo y se sentó en el lugar vació. Se vio a sí
mismo sentado en el carro, pero que también estaba sentado
en el piso. Se sintió como si estuviera viendo un espejo.
Al momento desapareció su cuerpo físico y él estaba
subiendo hacia el cielo. Entró al cielo y vio que las
calles estaban decorado tan hermosamente que no halló
palabra para explicar la hermosura. Estaban allí todos los
santos venidos de alrededor del mundo y cantaban y se
gozaban; allí también estaba su tío quien se había muerto
de enfermedad. Se encontró con el tío y era un joven de 30
años, robusto y saludable, llenos de vida quien corrió
hacia él y le recibió con gusto. Estaba corriendo por las
calles de oro y a los lados habían casas muy hermosa,
estaba tan embebido de la hermosura del cielo, pero el
carro empezó a entrar a un tunel oscuro. Pensó “me muestra
la hermosura del cielo, pero ahora me van a matar en la
oscuridad” el carro llegó al infierno. Halló a su padre
quien murió hace 6 años atrás. El padre era una persona muy
estricto, no permitía que hablara ni la J de Jesús. Pero
allí estaba su padre quien murió enfermo, inchando todo el
cuerpo como un globo, rodeado de serpientes que rasgaba el
cuerpo y le mordía, el padre estaba gritando y gimiendo de
dolor, estaba muy atemorisado y llamó a su padre, pero él
no le reconoció. Luego vio a un horno lleno de fuego y
muchas personas estaban huyendo de un lugar a otro del
fuego. En otro lugar había personas en una ciénaga,
tratándose de escapar de las bestias que le mordían y
rasgaban el cuerpo. Estaba temblando de todo lo que estaba
viendo y escuchó la voz “has visto ésto, ahora creerás en
mí” “Sí Señor” “Ve y divulga lo que viste aquí a las
personas” Cuando él entró en conocimiento, la madre de éste
estaba temblando de miedo al ver a su hijo que parecía
muerto, él pensó que habría pasado algunos días, pero solo
había transcurrido una hora. Cuando recobró el conocimiendo
la madre le dijo “tú estaba hablando un idioma que no
conozco y estabas temblando y pensé que morirías, traté de
despertarte, pero no me fue posible”. Comentó de su
experiencia a la madre y tanto ella como él aceptaron a
Jesús y desde aquel momento, el director Park entendió que
existe vida después de la muerte y hoy está dedicado a la
obra del Señor. Es ahora anciano de la Iglesia Antioquia, y
director del retiro de oración de ayuno.
Es mentira lo que muchos comentan que después de la muerte
no existe nada. El hombre fue creado a imagen y a semejanza
a Dios, pues, el espíritu está vestido de la carne; de
manera que cuando el tabernáculo de la carne se deshaga,
nuestro espíritu vivirá eternamente. Sea que entre al cielo
o al infierno, dependiendo de su selección en la vida,
determinará su vida.
Así confesó y deseó el Apóstol Pablo en Filipenses 1:21-23
“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de
la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas
estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar
con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”. Siempre deseó
estar ausente del cuerpo y presente en el Señor. Pero
también supo que la única manera de evangelizar era estando
en el mundo. Siempre estuvo en una dilema su vida. Pero
confesó que el vivir es para Cristo y el morir es ganancia.
Cuando fui a Roma visité el lugar donde Pablo fue
decapitado. En el dibujo pintaban cómo tomaron la cabeza de
Pablo y lo decapitaron. Y me vino a la mente éste versículo
de la Biblia. El ejecutor de la setencia debió pensar que
con la muerte terminaría la vida de Pablo, pero Pablo dijo
“Mas agradable es partir y estar con Cristo”, se cumplió el
deseo de Pablo. La cabeza de Pablo saltó tres veces y en el
lugar brotó una fuente de agua. La vida de Pablo no se
detuvo allí, continuó eternamente. Para Pablo la muerte no
fue desesperanza, sino el cumplimiento de su deseo. Así
tuvo gran expectativa por la muerte.
En II Timoteo 4:6-8 dice “Porque yo ya estoy para ser
sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel
día; y no sólo a mí sino también a todos los que aman su
venida”. Significa que él ya estaba preparado para partir
del mundo, sabía que había llegado el tiempo de su partida.
Él estaba llenos de la expectativa, sabía de la bendición
que le esperaba en el Señor cuando parta del mundo. Pues,
estaba lleno de esperanza.
3. La enseñanza de Jesús sobre la vida después de la
vida
El Señor muy claramente nos enseñó en la Biblia. En San
Lucas 16:19 “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura
y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez”.
Estar Vestido de púrpura significa que era un hombre de
poder, y de lino fino signfica que era un hombre muy rico.
Era un hombre con poder, con mucho dinero, vivía la vida
sujeto al hedonismo, en lujo y en placer por el día, no
existía el mañana para él. Pero esa vida no era eterna.
También a la puerta de la casa del rico vivía un mendigo
llamado Lázaro. Era un mendigo enferme que no podía ni
siquiera ponerse de pie. Se alimentaba de la migaja que
caía de la mesa del rico. Hasta los perros venían y le
lamían las llagas, vivía con los perros. Por la apariencia
física parecía que el rico tenía mejor vida que el mendigo
Lázaro, pero el rico tenía el corazón vacío. No creía en la
vida después de la muerte. Pero Lázaro aunque en este
momento estaba enfermo, siempre adoraba y guardaba temor de
Jehová y tenía fe en la vida después de la muerte. Pasó el
tiempo y murió el rico, llegarón millares de gente para
consolar la muerte del rico, su ataúd estaba decorado de lo
más hermoso y fue sepultado. Pero cayó al Hades. En medio
del fuego estaba atormentado. También murió Lázaro, pero no
dice que él está en el sepulcro. Dice que los ángeles lo
llevaron al seno de Abraham. Los judiós dicen que el
paraíso es el seno de Abraham. El rico atormentado alzó
los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno y
clamó “Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a
Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y
refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta
llama” “Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste
tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahroa
éte es consolado aquí y tú atormentado. Además de todo esto,
una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de
manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no
pueden, ni de allá pasar acá”. Volió el rico y le dijo “Te
ruego, pues, que le envié a la casa de mi padre, porque
tengo cinco hermanos, para que les testifique a fin de que
no vengan ellos también a este lugar de tormento” Pero le
contestó “a Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Porque los que no oyen a Moisés y a los profetas tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”.
El Señor Jesús muy claramente habló de la vida después de
la muerte; que habrá una gran diferencia entre el que cree
en el Señor y el que no cree en el Señor. De modo que
erramos si pensamos que después de la muerte,
desvaneceremos.
En I Tesalonicenses 4:13-16 dice “Tampoco queremos,
hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que
no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó así también
traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”.
Los que están dormidos en el Señor, aunque están dormidos
para el mundo, están despiertos en el cielo con el Señor.
Porque dijo el Señor que vendrá otra vez para tomarnos.
¿Cómo pues, vendrá otra vez a tomar lo que no existe? Pero
los que están con el Señor vendrán otra vez cuando el Señor
venga nuevamente al mundo.
En Judas 1:14 dice “De éstos también profetizó Enoc,
séptimo desde Adán, diciendo: He aquí vino el Señor con
sus santas decenas de millares”. En aquel día el Señor
vendrá con sus santas decenas de millares. Porque el Señor
con voz mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo y los muertos en
Cristo resucitarán primero. Pero para los incrédulos les
espera lo que dice en San Marcos 9:48-49 “donde el gusano
de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Porque todos
serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con
sal”. Dice la Escritura que el gusano no muere, el
remordimiento nos acusa sin cesar como los gusanos que
carcome la carne y no muere. Es muy doloroso y triste
padecer de remordimiento de la conciencia sin fin. Pero no
hay medios de liberación para ellos. También dice que
estarán en medio de fuego eternamente. Estarán como
saltando de un lugar a otro como la sal. Me acuerdo de una
experiencia que tuve en mi niñez. En el campo muy
fácilmente atrapábamos a las lochas. Son gordas y robustas.
Cuando mi madre cocinaba a las lochas ví cómo lo hacía.
Primero tomaba ojas de calabaza y limpiaba a las lochas
porque eran muy lisos, luego echaba la sal sobre ellas y
las lochas saltaban por el dolor. Cuando leo éste versículo
de la Biblia me acuerdo de las lochas. Porque todos serán
salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.
No un día, o dos, sino eternamente. Si no puede ser salvo,
mejor que no venga al mundo. Pero por la gracia de Dios
ustedes tienen la salvación. ¡Cuánta bendición!
El evangelista D.L. Moody antes de morir, experimento el
viaje al cielo. El 22 de diciembre de 1899 en la mañana de
Viernes mirando a su hijo Will le dijo “Will ésto no es un
sueño, es realmente hermoso. Si esto es la muerte, no temo
morir. Dios me está llamando, debo partir”. Luego perdió el
conocimiento por un momento. Cuando él recobró el
conocimiento, y le dijo “fui hasta la entrada del cielo, es
tan hermoso, no hay nada que me pueda detenerme en el mundo,
mira, allí está un carro que viene por mí” Con una sonrisa
en el rostro expiró, así escribió el hijo Will. Al cielo
iremos en el carro que Dios tiene preparado para nosotros.
“No se turbe vuestro corazón; creís en Dios, creed también
en mí En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no
fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar
para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis”. Mientras vivimos en el mundo no
podemos ver a Jesús con los ojos carnales, pero cuando nos
despojemos del cuerpo físico, él se presentará ante
nosotros visible y nos tomará las manos para llevarnos al
reino de Dios. Pues, es una gran bendición que Dios nos ha
dado en el Señor Jesús.

En Jesús tenemos la prueba de la vida después de la muerte.


Siendo Jesús el Dios encarnado, por medio de la virgen
María vino al mundo. Vivió como hombre y tomó en la cruz
el pecado, la injusticia, la maldición, y la muerte, fue
sepultado y resucitó al tercer día y subió nuevamente al
cielo para convertirse en Señor de señores y Rey de reyes.
En Efesios 2:5-6 dice “aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos), y juntamente con él nos resucitó y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús”.
Así somos uno con el Señor Jesús. Como el Señor encarnó en
uno de nosotros, también nosotros cuando creemos en el
Señor Jesús, con él seremos sepultado, y resucitado
nuevamente para entrar al reino de Dios. Así podemos decir
confiadamente que la muerte de Jesús es mi muerte, el
sepulcro de Jesús es mi sepulcro y la resurrección de Jesús
es mi resurrección, la ascención de Jesús es mi ascención.
El reino de Jesús es mi reino. Con Cristo somos uno, porque
él es nuestro ejemplo, creemos que él murió y resucitó de
entre los muertos, y en él tenemos la vida eterna.
Un día un alumno visitó a uno de los científico de renombre
llamado Michael Paradis y le preguntó “maestro qué piensa
que será el hombre después de la muerte” Y le contestó “Yo
creo en la resurrección, Jesús murió por mí y también
resucitó, por tanto por medio de Jesús también yo
resucitaré. No es mi conjetura, es una realidad sin lugar a
dudas”. El maestro de historia en Oxford, Tomás Arnol
comentó sobre la resurrección de Jesús basado en la
historia “Como historiador he revisado cientos de veces las
anotaciones histórica y reliquias para comprobar la
resurrección de Jesús. No para los otros, sino para mí
mismo, para no guardar dudas en mí. Pero lo curioso fue que
no existe en toda la historia humana la verdad tan clara y
lógico que la resurrección de Jesús. La resurrección de
Jesús es el regalo más milagrosa que otorgó Dios a la
humanidad”.
Vino como hombre y representando al hombre murió y también
representando al hombre resucitó entre los muertos y él nos
dará victoria sobre la muerte y nos hará entrar a la eterna
morada. Por tanto, Dios es Dios de Abraham, Dios de Isaac y
Dios de Jacob. Dios también de Yonggi Cho y Dios suyo. No
es Dios del pasado, ni de futuro. Sino el Dios vivo ahora.
Es Dios de nosotros los vestidos de la carne, como también
lo es cuando nos desvistamos de la carne. Dios no es Dios
de los muertos, sino de vivos. Así como yo estoy vivo,
también lo está la pastora Choi Ja Shil. Yo estoy vivo
carnalmente, y ella espiritualmente. Yo estoy presente ante
la presencia de Dios carnalmente, pero ella está presente
ante Dios espiritualmente. De manera que nadie se desvanece
delante de Dios y nadie está muerto; sea que viva en carne
o que viva espiritualmente todos están vivos. Así dijo el
Apóstol Pablo “ ¿Dónde está oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde
oh sepulcro, tu victoria” Por medio de la resurrección de
Jesús todo fue superado. En Cristo Jesús la muerte es
vencida. Los incrédulos dicen que morimos, pero para
nosotros no existe la muerte. Es solamente un procedimiento
para desvestirnos del cuerpo físico a lo espiritual. Llega
el otoño, caen las hojas y exclamamos “así termina la vida”
Podrá pensar negativamente, pero los que tienen a Jesús y
conoce a Dios, sabrá que todo es un procedimiento para
llevarnos a la resurrección y a la vida eterna.

Oración
Dios llenos de amor y glorioso. Aunque venga otoño a la
estación del años, para los que esperan en Dios no existen
invierno. Porque por medio de Jesús la muerte fue vencida,
mas tenemos la resurrección y la vida eterna. Llenos de
esperanza y oración. Gracias Señor, porque cuando nos
desvistamos del cuerpo físico entraremos a la eterna morada.
El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob es
también mi Dios. Eres el Dios que nos cuida en nuestra vida
carnal y también nos sostiene en nuestra vida espiritual.

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