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2000. 12.

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Título del sermón: El pacto de Dios y el arco
Versículo de la Biblia: Génesis 9:8-17

Dios es un Dios de promesa; prometió a Abraham y a sus


descendientes grandes naciones. Y cuando Abraham cumplió
los 85 años prometió un hijo y lo cumplió.
Dios prometió a David que de su descendencia vendría el
Mecía y lo cumplió. Hace 2000 años atrás en Belén nació
Jesús por medio de la Virgen María. Como lo vemos Dios
promete y lo cumple. Hoy estudiaremos sobre el pacto de
Dios con la familia de Noé.

En tiempo de Noé hubo tanta maldad que la maldad cubrió la


faz de la tierra y el espíritu de Dios se apartó del hombre.
Consecuentemente, Dios abrió las puertas de los cielos e
hizo llover durante 40 días y 40 noches. Y todo lo que
tenía aliento de vida pereció. Sin embargo, Noé y los
miembros de su familia por medio del arca fueron salvos. De
modo que los que sobrevivieron del diluvio fueron los 8 y
los animales que Dios los había separado.
Pero ellos estaban enfrentando otro tipo de problema
después que salieron de la arca. Pues, el diluvio había
dejado severos daños sociológico a los miembros de la
familia; ya que en tiempo de Noé no llovía tanto como ahora.
Caían rocíos para mojar la tierra o los manantiales
ayudaban la labranza. Pero esta lluvia de 40 días y 40
noches había cubierto toda la tierra y ellos escaparon de
ella por la gracia de Dios. De modo que la vida de ellos no
pudo continuar normalmente consecuencia del diluvio.
Porque cualquier sonido del viento o cualquier movimiento
de las nubes les causaba pavor. Estaban bajo incertidumbre.
De manera que Dios realizo un pacto con ellos por medio de
un arco en el cielo, prometió que no volvería a destruir
la tierra con diluvio.
En Génesis 9:11-13 dice “Estableceré mi pacto con vosotros,
y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni
habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios:
Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y
vosotros y todo ser viviente que esté con vosotros, por
siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual
será por señal del pacto entre mí y la tierra”
Ellos estaban viendo algo que nunca antes habían visto.
Cuando soplaba viento o cuando el cielo estaba lleno de las
nubes, allí estaba en medio de ella el arco de la promesa
de 7 colores recordándole el pacto de Dios. El dilema era
que ellos continuaron confusos hasta que aprendieron
llenarse de fe en la promesa de Dios.
Génesis 9:14-16 dice “Y sucederá que cuando haga venir
nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en
las nubes. Y me acordará del pacto mío, que hay entre mí y
vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más
diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco
en las nubes, y lo verá y me acordará del pacto perpetuo
entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay
sobre la tierra.”
Desde entonces toda la familia de Noé cuando llovía
observaban el arco, o cuando soplaba viento fuerte se
fijaban sus miradas en el arco del pacto. Ahora ellos ya no
corrían tras la arca para refugiarse del viento o de las
lluvias porque ya contaban con el pacto de Dios.
Aquí tenemos una gran enseñanza. Estamos experimentando el
diluvio del pecado. Pues, el pecado está arrasando al
hombre como el diluvio; el hombre está sumergido bajo el
diluvio del mundo y del diablo. Es así que está esclavizado
al diablo y a lo mundano. Está bajo el diluvio de las
enfermedades tanto de física como espiritual. Sin acepción
de persona, no hay nadie que no se haya sumergido al
diluvio de las enfermedades. Tenemos también el diluvio de
la pobreza y la maldición. Después de la crisis económica
estábamos recuperando nuestra situación económica
momentáneamente, pero ahora estamos otra vez en el túnel de
la crisis. Muchas empresas grandes, mediana y pequeña están
cerrando sus puertas por este diluvio de la crisis. Son
diluvios de maldición y pobreza. Por otro lado no hay
manera para el hombre de escapar del diluvio de la muerte.
Todo hombre está destinado a morir. De manera que los
descendientes del hombre caído están sumergido en este
diluvio. Consecuentemente, el hombre está temblando de
miedo en cuanto al destino y a la circunstancia; pues,
nadie tiene certeza del día de mañana.
El diluvio llega a nuestra vida sin previo aviso y
repentinamente destruye al individuo, al hogar y la
sociedad. El hombre en son de refugiarse del diluvio ha
construido diversa arca, tales como arca de la sociedad,
ciencia, arte y garantía social; y cuando llueve huyen a
ella en busca de refugio, pero su refugio es momentánea.
Cuando cae el diluvio se refugia en la arca de la nación,
ciencia, arte y en la garantía social, pero no le da paz
eterna que el hombre necesita. En tiempo de Noé, Dios le
dio el pacto del arco para que le sirva de eterno consuelo
y ¿qué pacto habrá hecho Dios a nosotros para vencer el
diluvio del pecado, lo mundano, la tristeza, las
enfermedades, pobreza, maldición y muerte? El pacto de Dios
es Jesús quien hace 2000 mil años atrás murió en el
Calvario sobre una cruz. Con su sangre preciosa dibujó el
arco del pacto. Mirando al Calvario, podrá ver también el
arco iris que dibujó el Señor. Mirando también el pacto del
arco podremos vencer los temores y la desesperanza.
Tendremos coraje y fuerza para seguir adelante sin que
tenga que correr a refugiarse a la arca del mundo. El pacto
del arco no se estableció solamente para Noé y su familia,
sino para toda la humanidad.
Hermanos, nosotros contamos el arco del pacto en la cruz
del Calvario. Allí está el arco de justicia y de gloria.
Cuando las nubes del pecado cubra los cielos, por medio de
la sangre preciosa del Señor aparecerán el arco del perdón,
justicia y de gloria. Si dependemos de la sangre preciosa
del Señor, todos nuestros pecados serán perdonados, y se
presentará el arco de justicia y de gloria.
Romanos 8:1-2 dice “Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la
ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de
la ley del pecado y de la muerte”
Es el arco del pacto que el Señor lo alcanzó. Aunque
merecemos ser abandonados por nuestra iniquidad e
inmundicia, el perdón, la justicia y la gloria es el pacto
de Dios. Por tanto, tenemos certeza en él. En él tenemos la
fuerza suficiente para vencer el pecado. Aunque el mundo
esté nublado del diablo y caigan las lluvias del diablo,
tenemos certeza en nosotros en la cruz, porque allí hay
llenura del Espíritu Santo, y el reino de Dios. Dios venció
al mundo y al diablo mediante la sangre preciosa de Jesús,
en lugar del mundo del hombre estableció el mundo de Dios,
en lugar del diablo nos llenó del Espíritu Santo. Por tanto,
debemos tener fija nuestra mirada en la cruz, y en el pacto
del arco. No tenemos por qué regresar al mundo y temblar de
miedo y de pavor. Por más que el diablo y el mundo nos
sitie, debemos fijar la mirada en la promesa de Dios;
entonces por medio de la sangre preciosa de Jesús que
venció al mundo y al diablo, echará fuera al mundo y al
diablo, en su lugar seremos llenos del Espíritu Santo y del
reino de Dios.
En I Juan 4:13 dice “En esto conocemos que permanecemos en
él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.”
Asimismo las enfermedades físicas y espirituales nos cubre
como una nube oscura. Nos deprime, caemos a la desesperanza,
al temor y al terror. Contamos con enfermedades que nos
llevan a la muerte. ¿Qué debemos hacer? Tenemos esperanza
en la cruz del Calvario, porque allí está la promesa del
arco. Allí está el arco de sanidad y de gozo.
En Salmos 103:3-5 dice “El es quien perdona todas tus
iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que
rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y
misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te
rejuvenezcas como el águila.”
Estos son las promesas de Dios. Las promesas que Dios nos
ofrece en la cruz. Mirándolos debemos liberarnos de las
enfermedades física y espiritual, superar los temores.
Porque nadie puede destruir la promesa de Dios. Aunque nos
rodee la pobreza y la maldición no podemos quedarnos
temblando del temor. Las noticias diarias nos llenan de
temores; tanto la situación económica y la sociedad nos
llenan de temores. Sopla el viento y azota la lluvia del
temor. ¿Qué podemos hacer en situaciones como ésta? Alzar
nuestras miradas a la cruz, porque sabemos que allí está la
promesa del arco de bendición y prosperidad. Aunque en el
mundo hay maldición, pobreza y dificultad, en la cruz está
el arco de la prosperidad y bendición. Ese arco fue
dibujado con la sangre preciosa de Jesús.
Gálatas 3:13-14 dice “Cristo nos redimió de la maldición de
la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito:
Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa
del Espíritu.” Aquí está el arco de bendición de Abraham.
Por tanto, mirando a la cruz de Jesús no tema al mundo
donde la lluvia del temor azota. No vaya a la arca hecha
de manos de hombre en busca de ayuda, porque podemos
superar estas lluvias de temor, superar la maldición, la
pobreza, el desempleo. Dice la Palabra “No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios”. Tenemos la promesa de la Palabra. Apóyese en el
arco de la promesa y acérquese a Dios en oraciones,
entonces Dios realizará sus prodigios y milagros. Porque él
es un Dios de promesa.
¿Qué hará cuando lleguen las nubes de muerte y
desesperanza? ¿O cuando tenga que partir del mundo?
Tendrás que alzar su mirada a la cruz, porque allí está la
vida eterna y el reino de Dios. Por tanto, podemos desafiar
a la muerte diciendo “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro tu victoria?”
En I Tesalonicenses 4:16-18 dice “Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los
otros con estas palabras.”
No estamos aquí para luego padecer de muerte en el infierno.
¿Por qué? Porque tenemos la promesa del arco de Dios. Con
la muerte y resurrección de Jesús, él se ha convertido para
nosotros en resurrección y vida. Ésta es la promesa del
arco de Dios. No podemos, por tanto, vascilar entre la
circunstancia y la promesa de Dios. Muchos mirando al medio
ambiente que le rodea dan más crédito a sus sentidos y
tiemblan de temor. Así fue con Noé y su familia. Cuando
empezó la lluvia, ellos corrieron a la arca para protegerse
del diluvio. Pero en medio de esa circunstancia también
estaba el arco de la promesa de Dios. También nosotros
cuando nos encontremos así, debemos mirar a la cruz del
Señor, porque ella es la promesa del arco de Dios. Viendo
la cruz debemos superar el temor y la circunstancia. En la
orden de Dios hacia Josué podemos ver que varias veces Dios
pidió a Josué que se esfuerce y sea valiente.
En Josué 1:5-9 dice Nadie te podrá hacer frente en todos
los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré
contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé
valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la
tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de
hacer conforme a todas la ley que mi siervo Moisés te
mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra,
para que seas prosperado en todas las coas que emprendas.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que
de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que
te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni
desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas”
¿Por qué pidió Dios a Josué que se esfuerce y sea valiente?
Porque habría ataques y desafíos tanto del medio que le
rodea como de los sentidos, de manera que para superarlos
era necesario recordarse de las promesas de Dios y
esforzarse y ser valiente. Así también nosotros debemos
esforzarnos y ser valientes. Para vencer y conquistar las 7
tribus de Canaán, los israelíes no debieron mirar solamente
las nubes sino la promesa del arco de Dios. Cuando se
avecinen las tribulaciones y las pruebas difíciles también
la promesa de Dios está en medio de ellas. Porque cuando
pasan las lluvias torrenciales también el arco está detrás
de ellas. Por tanto, le apremio a que miren la promesa del
arco de Dios y no a las nubes.
En Deuteronomio 31:8 dice “Y Jehová va delante de ti; ?
estará contigo, no te dejará ni te desamparará no temas ni
te intimides”
En Isaías 41:10 dice “No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudar? siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia.”
Fije su mirada en la promesa del arco, sea valiente y
esfuércese. Porque el mundo no está ocupado solamente de
fracaso, desesperanza, pecado, angustiadores, diablo,
enfermedades y maldición. También contamos con la promesa
del arco sobre la cruz del Señor. De modo que decida por la
promesa y sea valiente.
Escuché un testimonio de un cristiano que vive en el
distrito de Seo Dae Mun. Él padeció de cáncer de vértebras
cervicales. El cáncer de vértebras cervicales le obligó a
realizar dos grandes operaciones del cuello y de la
mandíbula. Pero el cáncer reapareció y quedó paralizado.
Los doctores le dijeron que no había más esperanza para él.
Lo que le restaba era esperar la muerte. Tanto él como la
madre clamaron a Dios con lágrimas. Un día después de orar
se quedó dormido y escuchó la voz de Dios en sueños. Le
preguntó ¿Aún con tu físico paralizado tienes fe en mí?
Contestó, sí Señor creo en ti. Entonces levántate y camina;
era la voz de Dios en medio de una situación desesperante.
Pero los doctores le había dicho que se preparara. Con todo,
tanto él como su madre se fijaron en la promesa de Dios.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores, sumado a estas promesas, Dios le había
ordenado en el sueño que se levantara. Entonces realizaron
7 días de ayunos, luego fueron a tomar MRI, he aquí el
cáncer había desaparecido completamente. No hubo más
necesidad de seguir hospitalizado, de manera que le dieron
de alta. Siguió fiel al Señor y su salud mejoraba cada día.
Luego contrajo matrimonio y formó un hogar. Pero si ellos
hubiesen prestado oído a la declaración de los doctores
sobre su situación, dando más crédito a las palabras de los
doctores, se hubieran caído a la desesperanza y él hubiera
terminado muerto. Sin embargo, fijaron sus miradas en la
promesa del arco de Dios, en la promesa que el Señor Jesús
alcanzó en la cruz; no temieron, no buscaron ayuda humana.
Mas se llenaron de fe y se fortalecieron en oración y ayuna.
Así también Dios manifestó su milagro de sanidad. De modo
que teniendo fe en Dios debe ser valiente y esforzarse.
Porque si en el momento que la vida está lleno de tinieblas
de tormentas y lluvias y piensa negativamente, será
destruido. Los descendientes de Noé por sus inseguridades
levantaron la torre de Babel. ¿Por qué? Porque estaban
atemorizados de los vientos y las lluvias que de tiempo en
tiempo caían. Levantaron la torre con la finalidad de
protegerse del diluvio, pero fueron juzgados por Dios.
Hermanos, el refugio no está en la torre Babel, el refugio
está en la promesa de Dios.
En Isaías 59:1-2 dice “He aquí que no se ha acortado la
mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para
oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre
vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho
ocultar de vosotros su rostro para no oír.”
Por tanto, miremos la promesa del arco de Dios y seamos
siempre positivos.
En II Corintios 1:20 dice “Porque todas las promesas de
Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros,
para la gloria de Dios”
Sea valiente y esfuércese para tener fija su mirada en la
promesa de Dios y no tema a las nubes de lluvias y el
diluvio que avecina a su derredor. Asimismo teniendo sueño
y esperanza en su corazón debe siempre agradecer a Dios.
En I Corintios 10:13 dice “No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentado más de lo que podéis resistir, sino que
dará también juntamente con la tentación la salida, para
que podáis soportar” Llegan muchas pruebas y tribulaciones
pero Dios nos da la fuerza suficiente para vencer a todas
ellas. Eso es la promesa del arco de Dios. Si mira a la
promesa del arco, por medio de ella el Espíritu Santo le
fortalecerá para que pueda vencer las adversidades.
En Romanos 4:20-22 dice “Tampoco dudó, por incredulidad, de
la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando
gloria a Dios, plenamente convencido de que era también
poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo
cual también su fe le fue contada por justicia”.
Abraham esperó contra esperanza y creyó cuando no había
nada, y en esa situación presento sacrificio de alabanza a
Dios. Y Dios lo recibió como justicia.

Durante nuestra vida enfrentamos grandes y pequeños


peligros y tribulaciones. Nuestro futuro es tan incierta
desde el punto de vista humana. Por tanto, estamos siempre
rodeados de tempestades del temor; pero tenemos esperanza
en la cruz del Señor en el Calvario, allí está el arco de
la promesa de Dios. Los incrédulos vivirán en temor e
incertidumbre; ellos tratarán de construir arcas conforme a
sus necesidades para protegerse del diluvio que podrían
caerse en cualquier momento. Pero no les servirán de nada.
No obstante los que creen en el Señor tenemos esperanza en
la cruz, allí el Señor estableció un pacto con nosotros.
Mirando la promesa del arco debemos superar los temores, y
tener fe. Entonces Dios dirá “sea conforme a tu fe”, “si
puedes creer, al que cree todo es posible”. Mientras
estamos aquí el diluvio del pecado, de lo mundano, del
diablo, de preocupaciones, de temores, de incertidumbres,
de desesperanza y de enfermedades vendrán y nos tratará de
ahogar. Los vientos que trae este diluvio está ahora
también soplando. Unos tratan de construir arca para
refugiarse, arca del mundo, torre de Babel; pero todos
ellos caerán. Mas nosotros tenemos eterno refugio, en el
Calvario donde Jesús se entregó en la cruz; allí tenemos la
promesa del arco. Pues, mire a la promesa del arco cuando
las nubes cubran los cielos, mire el arco de Dios porque es
el mismo ayer, hoy, y por los siglos.

Oración
Dios llenos de amor y santo, tú eres el Dios que nos da la
promesa y lo cumple, por eso te damos las gracias. Noé
después de experimentar el diluvio cayó en temores e
incertidumbres. Pues, cuando empezaba a soplar los vientos
o caían las lluvias temblaban de miedo. Pero sabemos que
detrás de los vientos está también el arco iris. Tú
estableciste la promesa del arco y desea que todo nosotros
tengamos fe en ella, así superemos las circunstancias.
Nuestro arco iris está pintado con la sangre preciosa del
Señor en la cruz, mirándolo nos llenamos de esperanza, de
fe y de fortaleza para vencer las adversidades, para luego
llenarnos de prosperidad en todas las cosas, salud y
prosperidad del alma. Por tanto, Oh Padre rogamos no mirar
solamente al medio ambiente sino que alzando nuestra mirada
a la cruz veamos la promesa del arco de Dios. Oramos en el
nombre de Jesús. Amén.

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