Está en la página 1de 16

Fecha: 26 de diciembre, 2004

Título del sermón: Personas que conmovieron a Dios


Predicador: Reverendo Yonggi Cho
Versículo de la Biblia: Génesis 22:15-18

La buena impresión del corazón motiva de manera especial a


cualquier persona para el cumplimiento de un trabajo. En un
proverbio coreano dice “hasta las ballenas bailan cuando
son elogiados”. Un vendedor usa muchas palabras persuasivas
para vender un artículo. Una vez en Tokio fui a un
departamento, pero no encontré lo que yo buscaba. Entonces
la empleada del departamento me repetió “lo siento señor,
lo siento señor” varias veces y me llevó a otro
departamento para que comprara lo que yo necesitaba,
después ella regresó a su tienda. Fui grandemente conmovido,
y no podía regresar sin haberle comprado algo en su tienda;
así que regrese nuevamente al departamento de aquella mujer
y le compre lo que en realidad no lo necesitaba. Pero
deseaba mostrarle mi agradecimiento por su generocidad. Los
grandes hombres de la Biblia son personas que conmovieron a
Dios de maneras muy especial. Asimismo, si usted conmueve a
Dios, él manifestará grandes obras en su vida.

1. El hombre representativo del Antiguo Testamento


quienes conmovieron a Dios
Entre ellos está Abraham. A los 85 años no teniendo hijos
rogó a Dios por un hijo y Dios le llevó a las afueras y le
hizo contar las estrellas y le prometió que así sería su
descendencia. Se acercaba los 100 años, pero todavía no
contaba con hijo; cuando cumplió los 100 años y su mujer de
90 años recibieron un hijo, Isaac. Cuando Isaac cumplió los
10 años, cuando apena comenzaba a ser amigo suyo, Dios le
ordenó que ofreciera a Isaac en sacrificio. “Aconteció
después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le
dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma
ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a
tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno
de los montes que yo te diré”
Aún sabiendo Dios que Isaac era un hijo que Abraham lo
recibió en su vejes y era un hijo más preciosa que la vida
misma, le pidió que lo sacrificara en holocaustos. No le
pedía un sacrificio común y corriente, sino que sea
ofrecido en holocausto. Era una prueba muy difícoñ u
dolorosa para sobrellevar. Si Dios hubiera pedido algo
semejante a nosotros, nadie hubiera podido sobrellevar esta
prueba. Mejor seria entregar su vida que la de su hijo. Sin
embargo, Abraham no dijo una sola palabra contra la orden
de Dios, tomó a su hijo Isaac, caminó tres día y llegó a
Moriah. Tomó a su hijo y edificó altar y compuso la leña y
ató a Isaac su hijo y lo puso en el altar sobre la leña.
Extendió luego Abraham su mano para degollar a su hijo.
Aquí narra muy sencillamente lo que Abraham hizo, pero en
realidad dentro del corazón de Abraham debió haber una
lucha interminable de dolores y de agonía. Pero él amaba a
Dios más a su hijo y estaba dispuesto a obedecerle.
Entonces se oyó una voz “Entonces el ángel de Jehová le dio
voces desde el cielo y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el
muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a
Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”.
Dios fue conmovido grandemente por la fe y por el temor de
Abraham. Porque obedeciendo a Dios, caminó tres días y
llegó a Moriah y ofreció a su hijo en sacrificio ¿cómo no
sería Dios conmovido”. Por su obediencia Dios le prometió
grandes recompensas. “llamó el ángel de Jehová a Abraham
por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he
jurado, dice Jehová que por cuanto has hecho esto, y no me
has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo
y como la arena que está a la orilla del mar; y tu
descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu
simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,
por cuanto obedeciste a mi voz”.
Abraham se convirtió en padre de la fe y de su
descendencia nació nuestro Señor Jesús y por medio de él
todo el pueblo del mundo recibe la bendición, por cuanto él
conmovió a Dios.
Otro hombre que conmovió a Dios fue Moisés.
Moisés sacó a su pueblo de la esclavitud y lo guió al
desierto, humanamente pensando era imposible para cualquier
persona. Reunió a su pueblo que había estado 430 años en
esclavitud en Egipto. Los sacó de allí, cruzando el
desierto lo llevó a la tierra que fluye leche y miel.
Obedeciendo la orden de Dios, prosiguió por fe. No tenía
alimento, ni agua, ni ejército que lo guardara. No obstante,
llegó con los tres millones de personas ante el Mar Rojo.
No temió Moisés al Mar Rojo, sino que miró a Dios y no fue
intimidado por el contorno. Moisés creyó a Dios. Después
que cruzaron el Mar Rojo llegaron al desierto. Era una gran
responsabilidad para él cuidarlos, alimentarlos con tres
comidas diaria y darles de beber aguas y darle lugar de
reposo. Lo cierto es que él no se había provisto de
alimento ni de agua, ni de medicamente. Tampoco tenía
tienda para morar. Pero creyó en Dios firmemente, sea para
vida o para muerte, guió con ímpetu al pueblo escogido, con
valor, fe y paciencia; el cual conmovió en gran manera a
Dios. No miró para atrás, por lo que Dios también le amo
mucho. Una vez Moisés tomó una mujer de cusita, y Aarón y
María criticaron diciéndole “Por qué tomaste mujer cusita,
siendo tú un anciano de 80 años, no había mujer en Israel,
para que tome una mujer extraña” Ciertamente merecía
crítica porque siendo un anciano ya de 80 años había tomado
una mujer, podía estar sin casarse; sin embargo, Dios no
estaba a favor de ellos.
En Número 12:5-8 dice “Entonces Jehová descendió en la
columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo,
y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. Y él les
dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros
profeta de Jehová le apareceré en visión, en sueños hablaré
con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi
casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por
figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué pues, no
tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?”
Aunque Moisés había cometido faltas, para Dios era su
siervo amado quien le había conmovido en gran manera. Así
pues, a él no le agradaba que el hermano y la hermana
criticara la falta de Moisés. Así hirió Dios a María y
quedó leprosa. Luego Moisés rogó por ella y María pudo
quedarse libre de la lepra. Esto fue posible porque Moisés
había conmovido grandemente a Dios y porque le era fiel que
Dios estaba siempre con él.
También podemos hablar de David quien conmovió a Dios
luchando para la gloria de Dios.
Cuando él apenas tenía 17 años fue al campo de batalla para
visitar a sus hermanos, pero allí estaba Saúl peleando
contra los filisteos. Cuando él llegó al campo de batalla
para entregarles alimentos a los hermanos, se presentó
Goliat quien blasfemaba el nombre de Dios; lo peor era que
el pueblo Israel estaba atemorizado de las amenazas de
Goliat. Y David se llenó de ira santa, al ver al pueblo que
sierve al Dios vivo huía ante la presencia de un cualquier
hombre que menospreciaba el nombre del Dios del ejército.
Se preguntaba ¿por qué el pueblo de Dios huye ante aquel
incircunciso?. Así se presentó ante Saúl y se ofreció para
pelear contra Goliat. Y Saúl le contestó “tú eres un
muchacho sin experiencia, cómo pelearía contra aquel hombre
de guerra” Pues, Goliat era un gigante que medía 2.90cm. de
altura, estaba armado de lanza y espada que pesaban unos
57kilogramo. Estaba vestido de ropa de batalla, inspiraba
terror y nadie podía enfrentarle. Aun así David dijo “¿Cómo
un incircunciso puede burlarse del Dios del ejército? Yo no
puedo estar así, cuando yo cuidaba las ovejas de mi padre
si un león o un oso arrebataba alguna oveja, salía tras él
y lo hería y lo mataba. Y aquel incircunciso será como uno
de ellos” David estaba llenos de la ira santa. Pues, no
quiso quedarse escondigo como los otros, sino que se
enfrentó contra el gigante.
En I Samuel 17:45-47 dice Entonces dijo David al filisteo:
Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo
a ti en el nombre de Jehová de los ejécitos, el Dios de los
escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te
entregará hoy en mi mano, y yo te venceré y te cortaré la
cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves
del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra
sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta
congregación que Jehová no salva con espada y con lanza;
porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en
nuestras manos”.
Tomando una piedra la tiró con la honda e hirió al filisteo
en la frente y la piedra quedó clavada en la frente y cayó
sobre su rostro en tierra, corrió David y tomando la espada
de él lo acabó de matar y le cortó la cabeza. David no
podía matar a Goliat con sus propias fuerzas, pero porque
él reaccionó con ira contra el hombre que blasfemó en
nombre de Dios, Dios le llenó de poder. Así pues, Dios fue
grandemente conmovido y declaró que era el hombre conforme
a su corazón. Para luego ungirle de rey de Israel.

2. Hombres representativo del Nuevo Testamento


Pedro es uno de ellos. Después del día del Pentecostés,
Pedro viajó de un lugar a otro evangelizando. Llegando a
Jope se hospedó en casa de Simón el curtidor. Antes de
tomar el almuerzo Pedro subió a la azotea para orar, le
sobrevino una éxtasis y vio el cielo abierto y que
descendía algo semejante a un gran lienzo, atado de las
cuantro puntas, en el cual había todos los cuadrúpedos
terrestres y reptiles y aves del cielo. Dios ordeno que
comiera, pero le contestó “Señor, no, porque ninguna cosa
común o inmunda he comido jamás” Volvió el Señor y dijo “Lo
que Dios limpió no lo llames tú común”. Esto se hizo tres
veces y al momento llegó el siervo de la casa de Cornelio.
Y le comentó “Cornelio el centurión, varón justo y temeroso
de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de
los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de
hacerte venir a su casa para oir tus palabras” En esa época
no era fácil que un judío visitara la casa de un gentil.
Porque si por alguna razón ellos visitaban la casa de un
gentil y comían con ellos, eran considerados inmundo, luego
eran echados de la sociedad de los judíos. Siendo Pedro
apóstol y líder si él entrara en casa de un gentil y
comiera con ellos o evangelizara, significaba la expulsión.
Porque en esa época el evangelio era solamente para los
judíos. Sin embargo, Pedro vio la visión de Dios. Que le
ordenaba comer todos los cuadrúpedos, reptiles y aves del
cielo, que significaba que tenía que evangelizar aún a los
gentiles. Sabiendo que sería juzgado y criticados por los
otros, con valor llegó a la casa de Cornelio. Pensamos muy
ligeramente de este asunto, pero para ellos era algo
imposible de llevar a cabo. Pedro dejando toda su posición,
honor y poder obedeció a Dios. Decidido a ser expulsado por
la iglesia y por el mundo, llegó a la casa de Cornelio. Y
Dios fue conmovido por la obediencia de Pedro. Así en
Hechos 10:44-48 dice “Mientras aún hablaba Pedro estas
palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían
el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían
venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre
los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque
los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el
agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el
Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles
en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se
quedase por algunos días”.
Pedro fue el primero en anunciar el evangelio a los
gentiles. Que la mano de salvación de Dios no estaba
solamente en los judíos, sino también para los gentiles. Lo
cual fue probado con la obediencia de Pedro. Pedro conmovió
tanto el corazón de Dios que aun cuando él estaba hablando
se derramó el don del Espíritu Santo. Y los gentiles fueron
llenos del Espíritu Santo y hablaron en lenguas y
glorificaron a Dios.
Otro hombre que conmovió a Dios fue Pablo.
Pablo conocido también como Saulo, era un hombre que
perseguía a la iglesia. Estaba liderando en la toma de los
creyentes y también consentía en la muerte. Estuvo presente
ante la muerte de Esteban también. Saulo asolaba a la
iglesia, entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a
mujeres y los entregaba en la cárcel. Con la autorización
del sumo sacerdote estaba viajaba para Damasco para
perseguir a la iglesia, pero en el camino repentinamente le
rodeó un resplandor de luz del cielo y escuchó una voz que
le decía “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Y Saulo le
contestó “ ¿quién eres Señor” “Yo soy Jesús, a quien tú
persigues”. Y en Hechos 26:16-18 dice “Pero levántate, y
ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti,
para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has
visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote
de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío,
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios;
para que reciban, por la fe que es en mí perdón de pecados
y herencia entre los santificados”. Así llamó el Señor a
Saulo, luego cambió su nombre por Pablo. Fue fiel al
mandato del Señor hasta la muerte. El pudo huír de muchos
peligros y amenazas de prisión, pero no lo hizo.
En II Corintios 11:23-33 confesó “¿Son ministros de Cristo?
(Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más
abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en
peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces
he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido
azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he
padecido naufragio; una noche y un día he estado como
náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros
de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación,
peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros
en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos
hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en
hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y
además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día,
la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y
yo no enfermo? ¿quién se le hace tropezar, y yo no me
indigno? Si es necesario gloriarse, me gloriaría en lo que
es de mi debilidad. El Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no
miento. En Damasco, el gobernador de la provincia del rey
Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme;
y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana, y
escapé de sus manos”.
A pesar de todos estos dolores y sufrimiento, Pablo no
retrocedió, sino que prosiguió la visión que había recibido
de Dios.
En II Timoteo 4:6-8 está escrito la carta de Pablo dirigido
a su hijo espiritual Timoteo, esperando la sentencia de la
muerte en Roma. “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y
el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena
batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me
dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí
sino también a todos los que aman su venida”.
Esperando la muerte, hacia recuento de su viaje a Europa. Y
pudo confesar con valor “He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe”. De modo que Dios
fue conmovido enormemente de la pasión de Pablo. Así Dios
permitió que él escribiera casi la mitad del Nuevo
Testamento. Recibió grandes revelaciones y palabras de Dios
que otros no lo recibieron. Porque la fidelidad conmueve a
Dios.
Sucedió en una empresa petrolera de los Estados Unidos,
llamado Standard. Había un empleado de la empresa llamado
Achibold; cuando llegaba a un hotel para hospetarse, en
lugar de anotar su nombre escribía “4 dólar por barril,
Empresa Petrolera Standard” Escribía el precio del petróleo
por barril y el nombre de la empresa. Si le daban la
oportunidad para hablar decía 4 dólar por barril, Empresa
Petrolera Standard. Le apodaron 4 dólar. Los compañeros del
trabajo decían, allí va 4 dólar. Este rumor llegó hasta los
oídos del gerente Rockefeller. Un día le invitó almorzar
junto y descubrió la pasión y la fidelidad del joven por la
empresa que le tocó enormemente. Pasado los años,
Rockefeller se jubiló y asigno como sucesor a Achibold.
Quien a la postrer fue calificado como el mayor
contribuidor de la empresa. ¿Cómo un empleado común y
corriente subió hasta lugares tan alto? Fue reconocido su
lealtad y la fidelidad a la empresa lo cual conmovió a
Rockefeller. El éxito en la vida depende también de la
impresión que recibimos o causamos a otros. Si el marido
conmueve a la mujer, recibirá mejores tratos y servicios.
Asimismo si la mujer conmueve al marido, recibirá mucho
amor. El vendedor no solamente vende el artículo sino
también la impresión. Porque si ellos son conmodios,
comprarán el artículo.

3. Para conmover a Dios debemos seguir algunos pasos


Si conmovemos a Dios, él no se quedará con los brazos
cruzados cuando le oremos, tampoco nos dejará desamparados.
Siguiendo los ejemplos de personas que conmovieron en el
Antiguo y Nuevo Testamento, también nosotros debemos
conmover a Dios. Y ¿Cómo lo haremos?
Primero, debemos tener sueño para conmover a Dios.
Porque dice la Escritura sin profecía el pueblo se
desenfrena. Un joven sin sueño, tendrá una vida pródiga. Un
hogar sin sueño no tendrá rumbo, un país sin sueño ni meta,
solo pasarán criticando. Sea una sociedad, individuo u
hogar, todos deben tener sueño. En especial en el reino de
Dios. Porque Dios ama y aprecia mucho al hombre con sueño.
¿Cómo sacó Dios a su pueblo que estaba 430 años esclavizado
en Egipto? No le dijo nada más que fuera a la tierra que
fluye leche y miel. Le sembró sueño. No le envió saco de
arroz, sino sueño. Le ordenó que fuera a la tierra que
fluye leche y miel. Los que recibieron el sueño de Dios y
persistieron hasta el fin llegaron a la tierra que fluye
leche y miel.
En Deuteronomio 11:8-9 dice “Guardad, pues, todos los
mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis
fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual
pasáis para tomarla; y para que os sean prolongados los
días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros
padres, que había de darla a ellos y a su descendencia,
tierra que fluye leche y miel”.
Ellos tenían que guardar el sueño de la tierra que fluye
leche y miel para que Dios le guiara. Asimismo trabaja
nuestro Señor Jesús. Después que resucitó reunió a los
discípulos y les habló en Marcos 16:15 “Y les dijo: Id podo
todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” En
esa época ir a todo el mundo era algo inimaginable. No
contaban con aviones, ni vehículos ni barcos comos los de
hoy en día. Sin embargo, Jesús le ordenó que fuera por todo
el mundo a quienes no habían cruzado más allá del mar de
Galilea, era un gran sueño. Los discípulos debieron pensar
que era imposible, pues, ellos no se habían apartado de la
tierra de Judá, tampoco tenían medios para viajar tan lejos,
como tampoco tenían conocimiento ni experiencia. Sin
embargo, el Señor le ordenó que fuera a todo el mundo, le
presentó un sueño.
En Hechos 1:8 dice “Pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta
lo último de la tierra”.
El sueño y la visión del Señor era que fuera hasta lo
último de la tierra. A los discípulos y a los que habían
recibido el Espíritu Santo le ordenó que abriendo la boca
anuncie el evangelio a toda criatura de la tierra. De
manera que si usted no tiene sueño no podrá conmover a Dios.
Algunos podrán decir “el sueño es paro los hombres
importantes y eminentes”. El padre de misión moderna
William Carry era un reparador de zapatos. Pero después que
escuchó el evangelio, nació en él una visión. Colocó en el
almacen donde él trabajaba un mapa mundial y anotó al pie
“Ten grandes visiones, haz grandes oraciones, espera cosa
grande”. Mirando siempre al mapa y las notas oró a Dios
diariamente. Pensamos comunmente que el éxito de un
reparador de zapatos es poseer su propia zapatería. Pero
él tenía una visión muy diferente. Soñó llevar evangelio
por todo el mundo. No era fácil en aquel tiempo que alguien
viajara de misión a otros países. Pero él se ofreció
voluntariamente como misionero, no tuvo a nadie que le
respaldara, hasta su mujer le impidió el viaje, pero él con
una sola meta prosiguió la misión y dio el comienzo de
misión mundial. La visión ardiente de él conmovió hasta a
Dios. A la final fue ricamente bendecido que levantó un
gran avivamiento en India y levantó a muchos misioneros,
dando un toque especial a la misión. Era un hombre sin
mucha preparación académica, ni tenía posición alta ni
futuro, era solamente un reparador de zapatos sentado en
una silla en un almacen de Londres; pero mientras reparaba
los zapatos, soñaba con la misión mundial y su sueño se
realizó. Si tenemos sueños guardado en nuestro corazón, el
sueño nos guiará. No diga “no tengo nada, no tengo poder”
No se queje, todos podemos mirar el sueño que nos da el
Señor. Así como Abraham miró el este, el oeste, el norte y
sur y miró a Canaán y las estrellas como hijos, Dios ama al
hombre con sueño ya que el sueño conmoverá a Dios.
Si usted no obedece sujeto a la fe, Dios le desechará.
Miren al pueblo Israel.
En Hebreos 3:18-19 ¿a quiénes juré que no entrarían en su
reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no
pudieron entrar a causa de incredulidad”
Saliendo de Egipto, peregrinaron en el desierto 40 años. La
primera generación no entró a Canaán. Porque temieron y
fueron desobedientes. Porque la obediencia y la fe conmueve
a Dios.
En Hebreos 10:35-38 dice “No perdáis, pues, vuestra
confianza, que tiene grande galardón; porque os es
necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad
de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el
que ha de venir vendrá y no tardará. Mas el justo vivirá
por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma”.
Si retrocedemos, no agradaremos a Dios. Mas el justo por la
fe vivirá. Es decir que teniendo fe debemos obedecerle, ya
que es la manera de conmover a Dios.
El famoso predicador Spurgeon, un día recolectó 300 libra
de moneda de oro para ayudar a los huérfano que él estaba
cuidando. Estaba dando gracias a Dios cuando escuchó una
voz que le decía “envía el dinero al pastor George Muller”.
Él también tenía mucha necesidad para alimentar y cuidar a
los huérfanos y a duras penas lo había conseguido, pero el
Señor le pedía que diera el dinero a George Muller.
Obedeciendo a Dios por la fe llegó a la oficina de George
Muller. Justo el pastor estaba saliendo del cuarto de
oración. Sacando los 300 libras le dijo “Dios me mandó para
que entregue esto a usted y aquí están” George Muller
tomando las manos del pastor Spurgeon y derramando lágrimas
le contestó “en estos momento padecemos la necesidad de 300
libras para atender de emergencia a los niños de mi
horfanatorio y estaba rogando a Dios para que me enviara el
dinero”. Dios escuchando la oración de George Muller,
ordenó a Spurgeon que entregara los 300 libras que él había
recolectado, y Supergeon cuando Dios le pidió, le obedeción
con determinación y fe; aunque él mismo tenía necesidad del
dinero. Dios fue conmovido de este acto. Después que oró
junto con George Muller resgresó a su oficina y sobre el
escritorio de su oficina encontró un sobre. Lo abrió y
halló 315 libras. Fue conmovido enormemente, se arrodilló y
oró a Dios “Dios gracias porque tú me pediste que entregara
los 300 libras a George Muller y te obedecí, pero ahora me
devuelves con interesés”. Dios fue conmovido por la
obediencia de Spurgeon. Pero tanto George Muller como
Spurgeon fueron conmovido de la fidelidad de Dios. Una
obediencia de valor conmueve a Dios.
Tercero, el amor sacrificial conmoverá a Dios.
Sacrificándonos debemos dedicar a Dios y amarle de igual
manera, sólo así él será conmovido. Nuestra vida debe estar
centrado en Dios único. Si guarda los domingo contra viento
y marea, conmoverá a Dios. Aunque usted tiene necesidad,
separa los diezmos y las ofrendas al Señor, eso también
conmoverá a Dios. No es necesario que haga grandes obras
para conmover a Dios, sino aun en las pequeñas sirviendo
primero a Dios, él será conmovido. Busca primeramente el
reino de Dios y su justicia y todas las demás serán
añadidas. Las cosas pequeñas conmoverán a Dios para que él
derrame grandes bendiciones.
En San Mateo 22:37 dice Jesús le dijo: Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente.
En San Juan 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama,
mi palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él, y
haremos morada con él.
En Salmos 91:14 dice “Por cuanto en mí ha puesto su amor,
yo tamibén lo libraré. Le pondré en alto, por cuanto ha
conocido mi nombre”
En el Nuevo Testamento podemos leer de una persona que
conmovió en gran manera al Señor Jesús. Cuando Jesús estuvo
en casa de Simón el leproso de Betania, llegó María y tomó
una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio,
derramó sobre su cabeza y ungió los pies de Jesús y los
enjugó con sus cabellos. En aquel tiempo derramar el
perfume significaba la dedicación de toda su vida. Porque
ellas reunían el alabastro de aceite como dote para el
casamiento. Si ellas iban a la casa del marido con mucho
aceite, eran bien recibidas. Pero ella había derramado todo
el aceite; lo cual da a entender que ella abandonó la
voluntad de casarse, entregando toda su vida para el Señor.
Para una mujer el cabello es muy importante, pero ella
usando sus cabellos enjugó los pies del Señor. Toda la
habitación se llenó del perfune. Entonces Judas Iscariote
se levantó airado y dijo “ ¿Para qué este desperdicio?
Porque esto podía haberse vendido a gran precio y haberse
dado a los pobres”. Mas el Señor Jesús le contestó “ ¿Por
qué molestáis a esta mujer? Ella ha hecho conmigo una buena
obra. Porque al derramar este perfune sobre mi cuerpo, lo
ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto
os digo que dondequiera que se predique este evangelio en
todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho,
para memoria de ella”. Porque María amaba mucho al Señor
que no le costó mucho derramar el aceite y enjugarlo con el
cabello. Si nosotros amamos al Señor con dedicación,
también Dios será conmovido.
En una iglesia rural de Gran Bretaña estaban ofrendando
para la misión médica de Africa. En ese tiempo la bolsa de
ofrenda no era como lo que nosotros hoy usamos, era una
gran palangana. Estaban recolectando la ofrenda y un niño
se subió a la bolsa de ofrenda y el diácono que estaba
recogiendo la ofrenda muy enojado le preguntó ¿por qué te
subes allí? “Yo no tengo dinero que ofrecerle, pero entrego
toda mi vida como ofrenda”. El acto del muchacho
significaba la dedicación total de su vida. El es el doctor
Livingston quien también es famoso por su ministerio en
Africa. Pues, Dios fue conmovido por la dedicación de
Livingston.
Ustedes tal vez vieron la pelicula filmada sobre la vida de
Eric Ledel. Él era un cristiano piadoso y un corredor de
carrera de 100mets plano. En el año 1924 participó de la
Olimpiada de Francia y estableció un nuevo record para la
carrera de 100 mts. Pero cuando él escuchó que la carrera
se llevaría a cabo un día domingo, resistió de participar.
Aunque representaba a su país dijo “Yo guardo los domingos
para el Señor, no puedo participar a la carrera de 100
mts.” Todo el país le criticó y se burló de él, le
consideró un demente. Padeció de muchas situaciones
embarazosa y vergüenzas. Sin embargo, él se mantuvo firme
en su decisión. Pasado el día domingo, le llegó la
oportunidad de correr en carrera de 400 mts. Él nunca había
corrido 400 mts. Pero participó y obtuvo un record mundial
de 47.6 segundo y ganó la medalla de oro. Pues, Dios fue
conmovido. Él no estaba preparado para correr 400 mts. Pero
Dios le hizo correr como una ráfaga de viento. Luego él
llegó a China para evangelizar allí y dedicó toda su vida
para la evangelización. Su vida se ha convertido como una
leyenda que filmaron una película sobre su vida y todos
fueron tocados. Una cosa es hablar y otra muy diferente es
llevarlo a cabo. Todo Gran Bretaña esperaba que él ganara
la medalla de oro en la carrera de 100 metros plano, pero
él se negó a correr porque era domingo. Se requería de
valor y sacrificio. Y ésto toco a Dios. Y ganó la medalla
de oro en carrera de 400 metros, al cual él nunca antes
había corrido.
Si un hombre quiere someter a otra persona a la fuerza,
fracasará. Pero si le conmueve, le seguirá. Cuánto más si
ante Dios nos porfiamos o le importunamos, él no nos
escuchará. Debemos primeramente conmover a Dios. Para que
una persona nos atienda debemos conmoverla. Había un marido
muy testarudo y nunca atendía la necesidad de la mujer,
hasta que un día ella cambió la táctica. Aprendió del
criador de cerdos, que si ellos golpeaban a los cerdos,
ellos huían, pero si le rascaba la barriga, se tendían en
el piso. Así mataban a los cerdos con mucha facilidad.
Aprendió a no usar más las críticas y comenzó a hacer todo
lo que él le pedía. Si le ordenaba que se ponga de pie, se
ponía de pie; si le ordenaba que se sentara, se sentaba. Y
a la final él fue conmovido que cambió por sí mismo. Si una
persona es tocada, cambiará, cuánto más nuestro Dios. Con
sueño, con visión, con amor y dedicación y servicio
conmueva a Dios. Y la bendición de Dios rebosará en su vida
como lo estuvo con Abraham, con Moisés, con David y Pedro y
Pablo. Conmueva a Dios.

Oración
Dios llenos de santidad y glorioso. Hoy en nuestros días no
existe la impresión. Todos sentimos sed, estamos secos,
llenos de ira y celos y peleas. Hay conflictos entre
parejas, entre padres e hijos; pero oh Señor ayúdenos para
conmover unos a otros. Dios Todopoderoso hemos visto a
hombres que conmovieron al creador del Universo. Como
Abraham, como Moisés, como David, como Pedro y como Pablo
con sueño, con fe y amor te conmovamos. Oramos en el nombre
de Jesús. Amén.

También podría gustarte