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2000. 11.

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Título del sermón: Cuando el corazón se siente deprimido
Versículo de la Biblia: Salmos 91:14-16

Recientemente muchas pequeñas empresas sufrieron bancarrota


y cerraron sus puertas. Consecuentemente muchos quedaron a
las calles. Como si esto fuera poco, el mercado de bolsa de
valores está perdiendo su poder, se presentan escándalos
casi a diario de malversaciones de fondos.
Los políticos en lugar de sembrar esperanza al pueblo, se
dedican más tiempo en la búsqueda de sus beneficios. Cuando
vemos personas caminar sobre las hojas caídas del frío del
otoño, nos deprimimos. Nos preguntamos ¿es que vendrá otra
vez la crisis económica? ¿en quién podremos confiar? Ahora
es el momento de buscar a Dios. Preste atención a las
palabras de Dios para hallar valor y esperanza.

Dice la Biblia “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo


también lo libraré”. Es decir, sea cual sea la situación el
Señor nos librará. En el mundo existen personas que ama
solamente al mundo y a las cosas del mundo. Son personas
que buscan solamente los placeres físicos. Son los que
persiguen el juego del azar, la droga, el alcohol, lascivia,
fornicación y demás placeres físicos.
También existen personas que persiguen el honor, la
posición alta, y la vanagloria; viven conforme a las
costumbres del mundo. Y para ellos esto es todo.
Existen otro tipo de personas, los que persiguen el poder,
la riqueza y la gloria del mundo y para alcanzarla utilizan
todos los medios. Pero lo cierto es que sus almas están
muertos y destruidos. Para ellos cuando el cuerpo físico
muera, su alma se perderá eternamente en el infierno.
En I Juan 2:15-16 dice “No améis al mundo, ni las coas que
están en el mundo. Si alguno aman al mundo, el amor del
Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo,
los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo”.
Aún otros quienes aman más al mundo que a Dios; esto no
significa que ellos no creen en Dios. Dicen ellos, mi
padre es anciano, mi madre es diaconisa, toda mi familia es
cristiano, fui bautizado y vengo a la iglesia. Pero aman
más al mundo que a Dios. Tienen a Dios como un accesorio
para desprenderse de él cuando quieren. Aún hay otros que
quieren amar a Dios y al mundo al mismo tiempo; hay
conflicto dentro de su vida. No quieren dejar el mundo ni
a Dios. Llegan a la iglesia y se arrepienten de sus
pecados, pero cuando regresan al mundo vuelven a tomar las
manos del mundo. Su alma se deteriora poco a poco. Sin que
se de cuenta está derramando sangre. Por último quienes
aman a Dios y le sirve de corazón.
En Mateo 22:37-38 dice “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. Este es el primero y grande mandamiento”. Son
personas que viven en el mundo, pero el mundo no está en su
corazón. Es como el pato que nada sobre las aguas , vive en
ella; pero el agua no entra en las plumas, porque siempre
está empapado de aceite. Como esto, si ama a Dios, y Jesús
mora en usted, aunque viva en el mundo, el mundo no entrará
a su corazón.
En Mateo 6:33 dice “Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Son personas que saben la prioridad. Los que aman a Dios y
le sirve, se gozan del estudio de las palabras y de
adoración. Le sirve con su tiempo y bienes. Saben cual es
la prioridad; son personas que buscan primeramente el reino
de Dios y su justicia. Son personas que gozan de elogiar a
Dios; sea en cualquier situación glorifican a Dios y
aprovechan la oportunidad para evangelizar. Y la palabra
dice que estas personas aman a Dios. Dice su palabra “Por
cuanto a mí ha puesto su amor, yo también lo libraré”.
Siempre estamos rodeados de crisis; pero si nosotros amamos
al Señor, como dice su palabra, él nos librará. Aunque
Sadrac, Mesac y Abed-nego estuvieron cautivos en Babilonia,
estudiando y trabajando allí como esclavos. Cuando el rey
Nabucodonosor ordenó adorar imágenes, se negaron. Porque
ellos amaban a Dios con todo su corazón, con toda su alma,
con toda su vida. Aunque habitaban en Babilonia no se
dejaron influenciarse, mas fueron firmes en su creencia.
Consecuentemente, el rey mandó echarlos dentro de un fuego
ardiendo, pero Dios los sacó de allí sin ningún rasguño.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo lo libraré dice la
palabra. Así también Daniel experimentó la liberación de
Jehová. Viviendo Daniel en Persia, ocupaba un alto rango.
Pero siempre supo cuál es la prioridad. Era un hombre que
amaba a Dios.
Se declaró por decreto del rey que durante un mes en el
reino de Persia no adore a otro más que al rey Dario. Aún
así, Daniel siendo un servidor del rey, entraba diariamente
a su casa, abriendo sus ventanas hacia Jerusalén oraba tres
veces al día. Por esta causa fue tomado preso y le echaron
en el foso de los leones; pero Dios envió a sus ángeles y
los salvó de allí. Es la realización de su palabra que dice
“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré”.
Por mucho que nos rodee la crisis económica y la pobreza,
si amamos a Dios y buscamos primeramente el reino de Dios y
su justicia, él nos promete que nos dará todo; y su palabra
es el mismo ayer, hoy por siempre. De manera que cuando se
encuentre así busque más a Dios. Porque como dice su
palabra, él lo librará.

Segundo, “Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi


nombre”. Muchas personas del mundo no conocen el nombre de
Dios ni de Jesucristo. Han escuchado algunas veces, pero
conocer su nombre implica algo más profundo. Implica adorar
a su nombre. Ellos son los que los días domingos llegan a
la iglesia. El que conoce el nombre de Dios es el que adora
a Dios ya sea en el trabajo o en el hogar. Porque conoce el
nombre de Dios siempre está alabando y adorándole; sin
cesar dan gracias a su nombre. Si conoce el nombre de Dios,
le obedecerá y guardará sus mandamientos. Para glorificar
el nombre de Dios, debemos guardar sus mandamientos y
obedecerle. Y dice él que lo pondrá en alto.
En Deuteronomio 28:1 dice “Acontecerá que si oyeres
atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner
por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones
de la tierra”.
Aunque Cornelio era un gentil, era piadoso y temeroso de
Dios con toda su casa, y hacía muchas limosnas, porque
conocían el nombre de Dios. De modo que Dios le dijo “tus
oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de
Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope y haz venir a Simón,
el que tiene por sobrenombre Pedro” Entonces envío persona
a Pedro y llegando él les habló de Jesús. Cuando ellos le
aceptaron como su salvador personal fueron bautizado del
Espíritu Santo, convirtiéndose en hijos de Dios. También
hoy los países que adoran a Dios ocupan un alto nivel
mundial. Estos países se convirtieron en superpotencia y el
inglés se convirtió en idioma mundial. ¿Cómo fue esto
posible? Porque ellos conocen el nombre de Dios, por tanto
Dios lo ha puesto en alto. Cuando viajo por el mundo puedo
palpar la diferencia entre los países que conocen a Dios y
no. Porque los que conocen el nombre de Dios, él lo ha
puesto en alto hasta que su idioma es un idioma oficial
mundialmente. Los puritanos en busca de libertad llegaron a
los Estados Unidos y se basaron de esa mentalidad para
poner en alto el nombre de Dios, de manera que también Dios
lo puso en alto. Si nosotros ponemos en alto el nombre de
Dios, también él nos pondrá en alto.
En Proverbios 8:17-19 dice “Yo amo a los que me aman, y me
hallan los que temprano me buscan. Las riquezas y la honra
están conmigo; riquezas duraderas, y justicia. Mejor es mi
fruto que el oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor
que la plata escogida”.
Así que hermanos, si se encuentra en dificultad busque más
a Dios, conozca su nombre y adore. Si Dios le pone en alto,
nadie le podrá rebajarlo. De modo que en estos momentos
difíciles piense en el nombre de Dios y reúnase ante su
nombre en adoración.

Tercero, Me invocará, y yo le responderé. Sea que nos


hallemos en situaciones difíciles o no, si nos arrodillamos
ante Dios en oración, él escuchará. Oraciones diarias son
necesarias para mantener la comunicación con Dios y para
revitalizar el alma. Ya sean oraciones diarias, matutinas,
o en representación en servicios sirven para que nuestras
almas sean favorecidos y revitalizados. Pero oraciones
especiales sean de ruego, intercesión son oraciones que
mueve las manos de Dios y transforma nuestro destino.
Aunque oramos a diario también es necesario separar tiempo
para oraciones especiales.
En Jeremías 29:11-13 dice “Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de
paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces
me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y
me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo
vuestro corazón”.
Esto es oración especial. Se trata de clamar ante Dios de
todo corazón, porque estas oraciones moverán las manos de
Dios. Necesitamos hacer oraciones especiales por problema
personal, social y nacional. Esto es oración de invocación
y dice él que nos responderá.
En Ezequiel 36:37 dice “Así ha dicho Jehová el Señor: Aún
seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto;
multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños”.
Debemos invocar, no tenemos porque no pedimos.
Recientemente nuestro país está atravesando crisis y
muchos diferentes departamento y misión de la iglesia están
separando su tiempo en intercesión por el país y la
situación económica. Dejando a un lado, dedicarse
completamente por un solo objetivo lo llamamos invocación.
En Lucas 18 encontramos de un juez injusto y una viuda. La
viuda iba todos los días a pedir al juez injusto que haga
justicia, pero él no temía a Dios muchos menos a las
personas. De modo que no prestó atención a la petición de
la viuda. Pero ella fue y pidió justicia diariamente, clamó
de corazón, sin desmayó clamó de mañana, al mediodía, y a
la tardecer. Entonces el juez injusto porque ella le
molestaba día y noche decidió hacerle justicia. Y dijo el
Señor “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que
claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderle? Os
digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el
Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Así nos promete
el Señor que si nosotros clamamos a él día y noche, él nos
escuchará. Por tanto, cuando se encuentre en dificultad sea
personal, familiar, hijos, o de negocios clame a Dios. No
se trata de oraciones solamente de comunicación con Dios,
sino de aclamación ante Dios hasta que sus oraciones sean
escuchadas. Así destruirá las artimañas del diablo y las
manos de Dios se harán presentes para solucionar los
problemas.

Cuarto, “Con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le


glorificaré”. La angustia puede ser veneno que nos destruye,
o un medicamento de fortaleza. Cuando vea la angustia desde
el punto de vista de hombre, se aterrorizará y se
convertirá en un negativo, perdiendo toda esperanza;
dejando que se convierta en veneno. Es la misma situación
que los doce espías que fueron a reconocer Canaán, de los
cuales diez fueron negativos. Apartándose de Dios, vieron
las cosas desde el punto de vista del hombre, según la
razón y la experiencia. Consecuentemente, se desesperaron y
se desanimaron. Dijeron “la tierra que vimos es una tierra
que traga a sus moradores y no una tierra donde fluye leche
y miel; los que habitan allí son descendientes de gigantes
y nosotros nos parecíamos como langostas. No podremos
entrar a esa tierra, ni podremos conquistarlo. Nuestros
hijos serán tomados cautivos y los jóvenes serán muertos a
espadas” ¡Cuán trágica confesión”. Para ellos la promesa de
Dios se había convertido en veneno. Porque ellos se
atemorizaron, fueron negativos y desesperantes. De modo
que todos ellos perdieron sus vidas y los que habían
prestado oídos a estos comentarios negativos peregrinaron
en el desierto hasta que perdieron sus vidas. Pero hay
gente que la misma situación se convierte en medicamento de
fortalecimiento. Son los que esperan a Dios, dependen y
esperan en él con paciencia, con optimismo y con esperanza.
Mirando la situación que se presenta delante de él, lo mira
con la certeza de que Dios está con él. Aunque se encuentre
en una situación tan difícil como estar en el desierto, no
mire solamente al desierto, sino a Jesús que está en medio
de él. Dijo el Señor “Y he aquí yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo”. “Porque donde están dos
o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos”. Dijo también “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y
por los siglos” Por tanto, debemos siempre tener presente a
Jesús que habita en medio de nosotros; entonces sea cual
sea la situación podremos esperar el milagro. Por tanto,
tome una actitud positiva, activa y llena de fe para que
las situaciones difíciles se conviertan en medicamento de
fortaleza.
En Santiago 1:12 dice “Bienaventurado el varón que soporta
la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que
le aman”.
Él es el Dios que adereza mesa delante de nosotros en
presencia de nuestros angustiadores. Es decir, cuando venga
el enemigo para atacarnos, Dios lo preparará en un gran
banquete. Así esta situación difícil que se presenta a
nuestra sociedad es un adversario y nosotros debemos
depender de Dios mucho más que antes. Esperar solamente en
él en esperanza, con actitud positiva y con fe acercarse al
Señor; entonces él preparará un gran banquetes. Después de
atravesar esta situación difícil, si nuestro país vuelve a
levantarse otra vez, como dice su palabra, él aderezará
mesa delante de nosotros. Dios utilizando esta tribulación,
llenará nuestra copa y nos ungirá con aceite. De modo que
la tribulación puede ser veneno como también medicamento de
fortaleza. Si enfrentando la tribulación se llena de
pesimismo, de actitud negativa y de temor, entonces ella
nos matará. Pero si en medio de esta situación se acerca
más a Dios, depende de él, y espera con fe y con actitud
positiva, entonces ella se convertirán para nosotros
medicamento de fortaleza, en gran bendición y oportunidad.
Por tanto, le apremio no pensar de esta situación difícil
económicamente con actitud negativa ni con desesperanza.
Mas con fe y esperanzan espere en Dios. Porque entonces
ella se convertirán en victoria y llegará a nosotros en
gran bendición.

Quinto, dice la Palabra “Lo saciaré de larga vida, y le


mostraré mi salvación”. Este es el deseo del Señor, que
nosotros gocemos de larga vida. Gozar de larga vida es
fácil. Se necesita guardar algunos requisitos como tener
orden, templanza, y una vida limpia. Porque el hombre vive
desordenadamente, siguiendo las pasiones y perdiciones, en
borrachera y sin templanza en cuanto a la vida privada,
social y alimento, el cuerpo sufre de contaminación. Hasta
el acero no resiste tanta tensión. Si aprende a vivir con
templanza, teniendo una vida limpia y sabiendo controlar el
estrés, entonces gozará de salud física. Nuestras
enfermedades vienen del estrés un 70 a 80%; ¿cómo podrá
entonces librarse del estrés? El único camino efectivo es
llegarse ante Dios y dejar todas sus cargas en él; luego
adorarle, entonces gozará que sus cargas y trabajos fueron
traspasados. Dice la Palabra “Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Así
como dice la Palabra, si desea librarse del estrés venga
ante el Señor, adore y ore ante él, dejando toda su carga.
Si su corazón está lleno de gozo y de paz es un camino para
disfrutar de larga vida.
En Proverbios 14:30 dice “El corazón apacible es vida de la
carne; mas la envidia es carcoma de los huesos”.
Si el corazón está lleno de paz, el cuerpo físico se llena
de vida, pero si está lleno de odio, celos, ira,
preocupaciones, entonces secarán los huesos. Si se goza, el
corazón trabajará para producir medicamento de sanidad.
¿Dónde hallará usted gozo? Dice la Palabra “Regocijaos en
el Señor, otra vez os dijo Regocijaos”. “En tu presencia
hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre”.
Cuando se acerque al Señor y tenga al Señor como centro de
su vida, entonces vendrá el Espíritu Santo y le llenará de
gozo. Por tanto, en Jesús tenemos paz, gozo, vida, y
sanidad para gozar de larga vida. Asimismo nuestros
pensamientos deben ser siempre de más; no mirando el menos,
sino el más. Porque todas las cosas se unen a bien; de
manera que si piensa que todas las cosas se unen a mal,
terminará desquiciado. Asimismo dependa siempre de la
sanidad. Porque él prometió sanidad, y él es Jehová nuestro
sanador. De manera que ore ante Dios, pidiendo sanidad, ore
aún antes de estar enfermo para seguir con salud. Dice que
Jesús es sabiduría para nosotros.
En Proverbios 3:15-18 dice “Más preciosa es que las piedras
preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede
comparar a ella. Largura de días está en su mano derecha;
en su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos
deleitosos, y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida
a los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que
la retienen”. Jesús es el árbol de vida, él es la fuente de
toda bendición. Dice la Biblia muy claramente que él es la
fuente de toda sabiduría, por tanto a su diestra está la
largura de días y a su izquierda riquezas y honra. De
manera que si aceptó a Jesús como su salvador personal,
debe entender la verdad del Señor y tomar una actitud
positiva y activa.
Dice también la Biblia que él mostrará su salvación. El
hombre está enfermo de la muerte. Qué es la vida, es
neblina, no se jacte del día de mañana, porque no sabe lo
que sucederá el día de mañana. Lo más importante es guardar
vida eterna en nosotros. El hombre desde el primer día que
llega al mundo padece de enfermedad de la muerte, el
corazón trabaja para la muerte. Aunque gozamos de
desarrollo científico, todo esto aumenta la velocidad de la
vida; porque todo el que trabaja para desarrollar la
ciencia, sufre de la muerte. No critico el desarrollo de la
ciencia; sino que hago ver que todo ello también están
enfermos de la muerte. No están lejos de dejar este mundo.
Pues, el hombre no vive más de cien años y desaparece;
luego se presenta ante el juicio de Dios.
En Hebreos 9:27 dice “Y de la manera que está establecido
para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto
el juicio”. No hay otro camino para la salvación. Porque
todo somos pecadores no podemos estar ante la presencia de
Dios. No podemos estar presente ante Dios con vestido de
pecado. El único camino es la salvación en Cristo Jesús.
En Juan 14:6 dice “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
¿Quién murió por nosotros, o quién abrió la puerta de
salvación? ¿Quién derramó su sangre por nosotros? Hubo
muchos religiosos, líderes, filósofos, y seguidores de
ética y la moral, pero ninguno de ellos entregó su vida
para remisión de pecado como nuestro Señor. Él destruyó su
vida, derramó su sangré y subió a la cruz, abriendo así un
nuevo camino hacia Dios. ¿negaría aceptarle? Si tiene a
Jesús y le sirve no solo gozará de larga vida, sino de la
salvación. En poco vendrá otra vez el Señor y nos volverá a
tomar. Dijo en su Palabra “No se turbe, vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre
muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera
dicho; voy pues, a preparar lugar para vosotros”. Aunque en
el mundo no hay orden para partir, luego nos encontraremos
otra vez delante del Señor. Porque tenemos esperanza
también podemos vivir con valor.
Cuando nos sentimos triste y deprimido, la única fuerza
está en la palabra de Dios. En Salmos 91:14-16 es una
promesa de Dios, y sabemos que él cumplirá esta promesa y
aún mucho más. “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo
también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha
conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; lo
libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le
mostraré mi salvación”

Oración
Dios santo y glorioso cuando nos sentimos deprimido y
triste, la única fuerza está en tus palabras. Porque la
palabra de Dios es lámpara a mis pues, y lumbrera a mi
camino. Solamente tu Palabra permanece firme, oh Padre,
este mundo está lleno de confusión e incertidumbre, es como
si estuviéramos caminando sobre las minas. Pero si vivimos
conforme a la palabra de Dios, viviremos en paz. Oh Padre
en esta hora contamos con tu promesa, ayúdenos a vivir
conforme a tu promesa, así tener una vida victoriosa.
Oramos en el nombre de Jesús. Amén.

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