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Perla Lizzett Estrada Muñoz

Psicóloga Clínica y Jurídica


Ced. Prof. 4271821
Avenida del Valle #1446 Fraccionamiento del Valle

Tel. 8342481789 Cel. 8341178630

Expediente: 0330/2020

MARIO DAVID OLAZARÁN SÁNCHEZ


VS
MÓNICA DEL CARMEN CRUZ CORONADO

C. LIC. PEDRO CAUDILLO GUTIÉRREZ


JUEZ SEGUNDO DE PRIMERA INSTANCIA DE LO FAMILIAR
DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL EN EL ESTADO.

Con el fin de dar debido cumplimiento a la pericial psicológica que se me


ha encomendado, quien suscribe, MTRA. PERLA LIZZETT ESTRADA MUÑOZ, PERITO EN
PSICOLOGÍA nombrada por la parte demandada, me dirijo a Usted con el debido
respeto, para presentarle el resultado de la evaluación psicológica practicada en
el presente juicio.

DICTAMEN PSICOLÓGICO FORENSE

FICHA DE IDENTIFICACIÓN

Nombre: Mónica del Carmen Cruz Coronado


Edad: 44 años
Fecha de nacimiento: 05 de diciembre de 1976
Ocupación: Médico
Último grado de estudios: Maestría
Fechas de evaluación: 12, 19 y 26 de noviembre 2020

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Nombre: Mario David Olazarán Sánchez
Edad: 43 años
Fecha de nacimiento: 02 de octubre de 1977
Ocupación: Ingeniero en Electrónica.
Último grado de estudios: Maestría
Fechas de evaluación: 11, 18 y 25 de noviembre de 2020.

Nombre: A.L.O.C.
Edad: 12 años
Fecha de nacimiento: 17 de septiembre de 2008
Ocupación: Estudiante
Último grado de estudios: Cursando actualmente 1er grado de secundaria
Fechas de evaluación: 13, 20 y 27 de noviembre de 2020.

OBSERVACIONES: Con el objeto de proteger la intimidad de la menor evaluada, la


suscrita ha retirado el nombre de la misma del presente informe, utilizando
únicamente las iniciales que se desprenden del mismo (A.L.O.C.) para su
identificación. En el entendido de que la identidad de la referida menor se
encuentra debidamente acreditada en el presente expediente.

OBJETIVO PERICIAL

Determinar respecto a los progenitores MARIO DAVID OLAZARÁN SÁNCHEZ y


MÓNICA DEL CARMEN CRUZ CORONADO:

a) Perfil de personalidad determinando las características que pueden incidir


positiva o negativamente en el sano desarrollo emocional de la menor.
b) Habilidades parentales
c) Dinámica en la relación padre e hija
d) Presencia de indicadores y/o conductas encaminadas a influir o manipular
afectivamente a la menor
e) En caso afirmativo, ¿cuál es el propósito o fin de las mismas?
f) Nivel de influencia que ejerce sobre la menor
g) Forma en que realiza el nivel de influencia sobre la menor

Mientras que para la menor de cuyo nombre se desprenden las iniciales


A.L.O.C., se solicita definir:

a) Características de personalidad
b) Capacidad de adaptación
c) Presencia de indicadores de afectación emocional relacionada con:
I. Maltrato (especificar tipo).
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II. Negligencia Paterna.
III. Dinámica familiar (Especificar aspectos y de qué manera afectan).
IV. Relación con el grupo de iguales.
V. Relación con figuras de autoridad.

Asimismo, una vez realizadas las evaluaciones psicológicas a los antes


mencionados, emitir las respectivas conclusiones y recomendaciones, tomando en
cuenta el mejor interés de la menor evaluada.

ANTECEDENTES:

A continuación, se señalan los datos más sobresalientes obtenidos en las


entrevistas con los evaluados:

La C. Mónica del Carmen Cruz Coronado explica que ella es quien decide
buscar atención psicológica para su hija, debido a que en días previos a que su
hoy exesposo le hiciera del conocimiento su deseo de divorciarse, la niña empezó
a tener un cambio de conducta importante con respecto a ella; al grado de
golpearla en repetidas ocasiones con un frasco de perfume en brazos, hombros y
cabeza, tras una discusión que tuvieron mientras al realizar una actividad juntas (la
niña la peinaba con ligas), la madre le cuestionó donde se encontraba su padre a
lo que la menor respondió que a ella no le interesaba, por lo cual la C. Mónica
molesta por el tono de la respuesta por parte de su hija, le externó su malestar al
tiempo que tomó la caja de ligas para el cabello y la colocó en el cesto de la
basura, lo cual provocó la rabia de la menor reaccionado de manera agresiva
contra su madre, repeliendo la misma la agresión, según señala, sujetándola del
cabello.

Tras este evento, explica que por recomendación de una amiga acudió al
Sistema DIF Estatal para solicitar el apoyo por la situación que enfrenta con su hija
y hacer del conocimiento las lesiones que había recibido por parte de la misma. Sin
embargo, y aunque le dieron cita para que acudiera en compañía de la menor;
no lo hizo y posteriormente dio inicio la contingencia sanitaria por COVID-19, lo cual
impidió que pudiera solicitar el apoyo de nueva cuenta. Poco después inicia un
proceso terapéutico con la Lic. Susana Montelongo Rubio (06 de marzo de 2020,
según constancia signada por la referida profesionista y que obra en el expediente
judicial), quien empieza a tratarlas a ella ya su menor hija A.L.OC. (a quien practicó
evaluación psicológica, según el reporte de psicología de fecha 22 de junio de
2020 que se advierte en el expediente judicial), ya que se dio a la tarea de buscar
atención psicológica por la preocupación que le generó el cambio repentino que
la menor empezó a mostrar con ella, caracterizado por un marcado rechazo y
reacciones de impulsividad. Siendo al poco tiempo cuando su hoy ex esposo le

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informa que ha decidido iniciar los trámites de divorcio y que desea conservar la
casa que habitan y la custodia de la menor, recibiendo posteriormente la
notificación judicial (Acta circunstanciada de emplazamiento judicial de fecha 17
de junio de 2020, según se aprecia en el expediente judicial) por lo que se ve en la
necesidad de solicitar asesoría legal.

Ambos explican que su matrimonio de casi 16 años, había de pasado por


diversas situaciones que fracturaron la relación; habiendo tenido separaciones
temporales previas mismas que de acuerdo a lo manifestado por el C. Mario David
Olazarán Sánchez se derivaron de la relación de infidelidad que ella sostuvo
durante dos años con un compañero de trabajo y que, aunque decidió darle una
oportunidad y dejar atrás el engaño, no pudo debido a que se dio cuenta de que
ella no había sido honesta y continuaba con la relación, aún y cuando había
asegurado que la misma había terminado. Por su parte, ella explica que, si bien
tuvo una relación extramarital, también hizo todo lo posible por salvar su
matrimonio, pues en gran parte el motivo que la llevó a iniciar una relación con
otra persona fue el sentimiento de vacío y abandono que experimentaba en
relación a su ex esposo; pues de acuerdo a lo expresado por la misma, eran
contadas las veces al año en las que tenían intimidad, y por otra parte él siempre
fue inexpresivo y hermético con ella, ya que nunca la le expresaba sus sentimientos
y tampoco le compartía detalles de lo que hacía o deseaba. Considerando que
ella se esforzó mucho por sobrellevar esta situación, pero la gota que derramó el
vaso fue el darse cuenta que él tenía una relación con la maestra de música de su
hija y que la menor estaba enterada y consentía la relación, al grado de decirle
que prefería a su maestra que a ella.

Al dialogar con la menor A.L.OC., comenta que se relaciona a la perfección


con su papá, que este la cuida y atiende todo el tiempo, a diferencia de su mamá,
quien según recuerda “nunca ha tenido tiempo para estar con ella, acompañarla
y hacer cosas como las que hacen las familias”. Debido a que hasta hace unos
meses, su madre tenía tres trabajos y cuando regresaba a casa, por lo regular ella
ya estaba dormida y por ese motivo no se veían ni platicaban. Menciona que
siempre se ha sentido más cercana e identificada con su padre y que por tal motivo
le gustaría quedarse a vivir con él, pues con su mamá siempre que están juntas
discuten.

Dice que a veces siente mucho coraje con su mamá, pues considera que
esta no acepta los errores que ha cometido, no es honesta y tampoco asume las
consecuencias de sus fallas pues se cree perfecta.

La menor manifestó que ella está enterada de la relación extramarital que


su madre tuvo. Explica que en dos ocasiones acompañó a su madre a comer con
la persona que tenía una relación, encontrándose presente también el menor hijo
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del mismo; aunque en su momento no se dio cuenta de lo que ocurría, cuando lo
comentó con su padre fue el mismo quien le informó que se trataba del hombre
con el que se su madre tenía otra relación.

En tanto que respecto a esta situación el progenitor refiere que él no tiene


problema con la madre de su hija, por el contrario, es el quien procura alentar que
la menor se acerque a su madre indicándole que vaya a saludarla cuando llega a
casa después de sus actividades y que pase tiempo con ella, sin embargo es
A.L.OC. quien rechaza el contacto con su madre por considerar que la misma no
la comprende y por el contrario la crítica la mayor parte del tiempo. Agregando el
C. Mario David que considera que no es conveniente que la menor permanezca
bajo la custodia de su madre pues teme por su integridad debido a que la C.
Mónica presenta comportamientos extraños, como encerrarse a dormir en el baño
o salir de casa y dejar a la menor sola después de haber discutido con ella.

De la información obtenida durante las entrevistas pudo advertirse en la


menor: conducta de hostilidad hacia la madre, dependencia excesiva hacia el
padre (toma sus alimentos y medicamentos cuando es necesario sólo si él se los
proporciona; incluso si llega a presentar rozaduras intimas es a él a quien le solicita
aplicarle crema para calmar las molestias).

Por otra parte, en la entrevista conjunta con ambos progenitores, se


identifica que es el padre quien lleva el control en la casa, ya que la madre se
muestra sumisa y cada que brinda una respuesta lo mira como buscando
aprobación, considerando que conductas como esta podrían desatar la
desobediencia y poca validación que la menor muestra hacia ella. También se
encuentra el hecho de que la maestra de canto con quien A.L.OC. mostraba una
gran identificación, posteriormente se relacionó sentimentalmente con su padre,
contando esta relación, según lo referido por la madre, con la aprobación de la
niña. No obstante que el contacto entre ellas (menor y maestra) se vio interrumpido
después de que la madre se enterara de la relación que había entre ella y su hoy
ex esposo. Por lo cual A.L.OC. dice sentirse muy molesta con su madre, pues en su
opinión su mamá “no respeta mis gustos, ni lo que yo quiero hacer, siempre me
crítica diciéndome que para que quiero ir a canto si ni siquiera tengo buena voz”.
Cabe mencionar que al cuestionar a la menor respecto a la situación sentimental
de su progenitor mencionó que al momento no tenía relación con nadie, pero que
hace tiempo su padre le había preguntado qué pensaría si el tuviera una nueva
relación, a lo que ella respondió que no tenía problema pues quería que fuera feliz.
Dice estar segura que, si ella permanece viviendo al lado de su padre, su mamá
no tardará mucho tiempo para vivir con otra persona y hacer su vida sin ellos, por
lo que considera que de ese modo todos estarían bien.

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METODOLOGÍA:

Para la valoración psicológica practicada a los CC. MARIO DAVID


OLAZARÁN SÁNCHEZ y MÓNICA DEL CARMEN CRUZ CORONADO, en el presente
caso, se empleó la metodología y técnicas descritas a continuación:

 Revisión de expediente judicial.


 Entrevista forense y observación directa.
 Inventario de Evaluación de la Personalidad (PAI): Es un cuestionario de
evaluación de la personalidad diseñado para proporcionar información
sobre variables clínicas críticas de los sujetos evaluados. Es uno de los
instrumentos más ampliamente aceptados para una variedad de
aplicaciones forenses y legales, entre las que destacan la custodia de
menores.
 Cuestionario para la evaluación de adoptantes, cuidadores, tutores y
mediadores (CUIDA): Mide las características que resultan más relevantes
para el establecimiento competente y funcional de relaciones de cuidado,
tal como ocurre en la adopción, la tutela o la custodia de un menor, o en el
caso de enfermedad, discapacidad o personas mayores. Aporta además
información sobre estilos de crianza.
 Inventario de Simulación de Síntomas (SIMS): Permite explorar patrones de
falseamiento y exageración o disimulación de síntomas, tanto en contextos
clínicos como forenses.
 Test de la persona bajo la lluvia (PBLL) de Silvia M. Querol y María I. Chaves
Paz: Es un test proyectivo gráfico mediante el cual la persona evaluada
representa su imagen corporal bajo condiciones ambientales
desagradables, lo cual hace propicia la aparición de las defensas con las
que usualmente hace frente a situaciones de tensión.

En tanto que para la evaluación psicológica de la menor A.L.O.C., se utilizó


la metodología y técnicas descritas a continuación:

 Revisión de expediente judicial.


 Entrevista familiar conjunta con ambos progenitores (desarrollo de la menor).
 Entrevista forense y observación directa.
 Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes (SENA): Es un instrumento
dirigido a la detección de un amplio espectro de problemas emocionales y
de conducta. También permite detectar áreas de vulnerabilidad que
predisponen al evaluado a presentar problemas más severos. Algunas de
estas áreas son los problemas de regulación emocional, la rigidez, el
aislamiento, la búsqueda de sensaciones o las dificultades de apego.
Asimismo, evalúa la presencia de varios recursos psicológicos que actúan
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como factores protectores ante diferentes problemas y que pueden
utilizarse para apoyar la intervención. Algunos de estos recursos evaluados
por el SENA son la autoestima, la integración y competencia social, la
inteligencia emocional o la conciencia de los problemas.
 Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación infantil (TAMAI): Permite la
apreciación del grado de adaptación que presenta el menor, además
ofrece la posibilidad de conocer la evaluación que hace el hijo de las
actitudes educadoras de los padres.
 Escala de Socialización parental en la Adolescencia (ESPA 29): Proporciona
la medida sobre el estilo de socialización que cada uno de los progenitores
ejercen con su hijo, a fin de clasificarlos en los diversos estilos de socialización
o crianza: Autorizativo, Indulgente, Autoritario o Negligente.
 Cuestionario de Personalidad para Niños (CPQ): Permite la valoración de las
características de personalidad presentes en el menor.
 Test de dibujo de la familia de Louis Corman: Analiza la percepción que tiene
el menor en su familia y del lugar que ocupa en ella.

RESULTADOS:

Los resultados de las pruebas psicológicas aplicadas a la C. MÓNICA DEL


CARMEN CRUZ CORONADO, se muestran a continuación:

En el Inventario de evaluación de personalidad (PAI), la evaluada brinda un


perfil válido, ubicado en un rango alto, con una puntuación T 60 en la escala
Impresión positiva (IMP), lo cual evidencia que en algunos ítems pudo haber
intentado mostrarse relativamente libre de los defectos normales que la mayoría
de la gente está dispuesta a admitir. Este estilo de respuesta puede ser explícito o
implicar procesos inconscientes de defensa.

En tanto que puede apreciarse una tendencia defensiva al responder el


inventario, al haber obtenido una puntuación T 72 en la subescala Índice de
Defensividad (DEF). Lo cual puede sugerir una alta probabilidad de que el perfil
refleje esfuerzos directos por brindar una impresión exageradamente positiva de sí
mismo al evaluador.

La puntuación T 36 obtenida en la escala Ansiedad (ANS), puede


interpretarse como una muestra de una notable ausencia de temor; siendo posible
que esto suponga una falta considerable de precaución ante determinadas
situaciones.

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En la escala Paranoia (PAR), obtiene una puntuación T 61, lo cual es
consistente con personas bastante precavidas y cautelosas en sus relaciones
interpersonales.

En este orden de ideas, el resultado de la subescala Hipervigilancia (PAR-H),


T64, se encuentra ligeramente por encima del promedio, sugiriendo una persona
pragmática y escéptica en sus relaciones con los demás; a la cual llegar a
conocerla en profundidad puede ser difícil, puesto que suele mantener relaciones
superficiales guardando cierta distancia.

La escala de Estrés (EST), presenta una puntuación T 61, misma que es


indicativa de que la evaluada puede estar viviendo un nivel moderado de estrés
como resultado de dificultades en alguna área vital.

La puntuación T obtenida en la escala Rechazo al tratamiento (RTR), es de


57, lo cual indica que la persona experimenta satisfacción consigo misma, a la vez
que considera que no necesita realizar grandes cambios en su comportamiento.

Por otra parte, en las subescala Grandiosidad (MAN-G), la puntuación T de


68, se encuentra por encima del promedio, lo cual muestra a una persona
optimista, con autoconfianza y que se centra en obtener éxito y reconocimiento.

En tanto que la subescala Irritabilidad (MAN-I), presenta una puntuación T


35, ubicándose debajo del promedio; siendo un indicador de una persona muy
paciente y bastante inmune a la frustración.

En la subescala Inestabilidad emocional (LIM-E), la puntuación T 38, misma


que se ubica debajo del promedio, reflejan que la persona se describe a sí misma
como alguien con poca emotividad y que es descrita por los demás como con
cierta restricción emocional.

Por último, la subescala Conductas antisociales (ANT-A), recibe una


puntuación T 36, la cual se ubica por debajo del promedio, y puede ser indicador
de una persona conformista, quizás moralista, o tal vez motivada para negar
cualquier historia sobre faltas de cualquier tipo.

En tanto que, entre los aspectos destacables del Cuestionario para la


evaluación de adoptantes, cuidadores, tutores y mediadores (CUIDA),
encontramos los siguientes:

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El perfil obtenido por la evaluada en la prueba CUIDA puede ser
considerado como válido, debido a que los puntajes alcanzados en las escalas
Deseabilidad social, Índice de invalidez e Índice de inconsistencia de respuestas
(6, 2 y 7, respectivamente), se encuentran dentro de los parámetros promedio,
indicando que la persona, a pesar de que quería dar una imagen adecuada de sí
misma y aún y cuando le preocupa la valoración que se haga de ella ha emitido
sus respuestas con sinceridad, reconociendo sus comportamientos socialmente
inadecuados o que considera podrían parecerle negativos al evaluador.

Ahora bien, respecto a los rasgos que mide la prueba encontramos que:

En la escala Altruismo (Al), obtiene una puntuación de 7 misma que la ubica


en un rango alto, describiendo a una persona que se preocupa por las
necesidades de los otros, las tiene en cuenta y suele comprometerse en la ayuda
a los demás. En ocasiones está dispuesta a ceder en sus intereses para ponerse a
disposición de los otros. Encuentra agradable sentirse útil y ayudar a los demás
cuando necesitan de ella.

El puntaje de 7 alcanzado en la escala Apertura (Ap), corresponde con


rango alto para este rasgo, por lo cual puede considerársele como una persona
que se adapta bien a los cambios y situaciones nuevas. Fácilmente se pueden
involucrar en experiencias novedosas. Se considera a sí misma como poco
convencional y atraída por culturas y costumbres diferentes a las suyas. Muestra
gusto por conocer personas y lugares nuevos. Su vida está centrada en varios
campos de interés.

La escala de Asertividad (As), presenta una puntuación de 1,


correspondiente a un nivel muy bajo; mismo que conlleva la posible falta de
habilidad de la evaluada para expresar aquello que le molesta y/o pedir ayuda.
Puede presentar además una marcada dificultad para expresar su opinión, emitir
y recibir críticas. Ante cualquier petición puede sentirse incapaz de expresar su
negativa.

La evaluada muestra un puntaje de 7 en la escala Independencia (In),


ubicándose en un rango alto, mismo que la identifica como una persona que toma
sus propias decisiones y asumen sus responsabilidades. Suele actuar en base a su
propio criterio, sin necesitar la aprobación de quienes le rodean; aunque no por
ello significa que no tenga en cuenta las opiniones o recomendaciones de los
demás, sin embargo, suele orientarse por sus propias ideas al momento de decidir.
Esta condición se refuerza por el puntaje de 3 que obtiene en la escala Flexibilidad
(Fl), el cual la coloca en un nivel bajo, característico de personas a las que les
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cuesta aceptar puntos de vista diferentes a los suyos. Puede llegar a mostrar
dificultades para responder a situaciones que perturban su vida cotidiana, ya que
le resulta complejo aceptar que las cosas no son como le gustaría. No le gusta
cambiar sus planes de última hora, ya que prefiere el orden y es meticulosa. Es
disciplinada y perfeccionista, por lo que trata de mantener una vida estructurada
y organizada.

La escala de Sociabilidad (Sc), y el puntaje de 2 obtenido en la misma la


ubica en un rango bajo, presentándola como una persona que suele evitar las
situaciones sociales y que prefiere la soledad, por lo que puede tener dificultades
para establecer relaciones sociales profundas.

En cuanto a su nivel de Tolerancia a la frustración, la escala correspondiente


(Tf), registra un puntaje de 7, ubicándola en un rango alto; mismo que permite
considerarla con las habilidades apropiadas para adaptarse satisfactoriamente y
sobreponerse a los cambios inesperados, ya sea en su entorno o en sus planes, con
lo cual puede considerarse compensada su baja puntuación en la escala
Flexibilidad (Fl); ya que consigue reflexionar cuando las condiciones le son adversas
y recuperar el equilibrio.

Por otro lado, en lo relativo a la Capacidad para establecer vínculos


afectivos o de apego, la escala (Ag) asienta un puntaje de 1, lo cual la lleva a
posicionarse en un rango muy bajo. Dicho resultado implica la presencia de un
apego inseguro, mismo que podría ser ansioso o evitativo; entendiéndose cada
uno de ellos de la siguiente manera:

- Apego ansioso: Las personas con este tipo de apego mantienen una
relación de dependencia alta con los demás. Tienen miedo excesivo a ser
abandonados, no sintiéndose seguros de los sentimientos que los demás
tienen hacia ellos. Necesitan que continuamente les confirmen el cariño.
Exigen tanta intimidad que pueden provocar rechazo. Las rupturas
emocionales les pueden provocar un desequilibrio afectivo.
- Apego evitativo: Personas que desarrollan un apego evitativo suelen ser
emocionalmente muy distantes. Podrían ser incapaces de tener pareja por
la intimidad que esta relación conlleva. Estas personas pueden tener
problemas con el contacto físico.

Ahora bien, la capacidad que la evaluada muestra para la resolución del


duelo, queda establecida a través de la puntuación que registra en la escala del
mismo nombre (Dl), en la cual alcanza un puntaje de 2, colocándose en un nivel
bajo. Dicho indicador permite considerarla como una persona que podría
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quedarse apegada a algunos acontecimientos dolorosos del pasado llegando a
condicionar algunos aspectos de su vida actual. Podría costarle trabajo realizar
cambios significativos en su vida, por la dificultad de desprenderse o separarse de
lo ya vivido o tenido. Pueden llegar a resolver el duelo, pero necesitan más tiempo
del habitual.

La escala Cuidado afectivo (Caf), presenta un puntaje de 2, mismo que la


ubica en un nivel bajo; el cual se relaciona con personas que en sus relaciones de
cuidado suelen estar poco satisfechas consigo mismas, tienen dificultades para
aceptar los sentimientos ajenos (en este caso de rechazo por parte de su menor
hija), comprender y dimensionar lo que la lleva a actuar de dicha forma, por lo que
puede alterarse ante los problemas cotidianos que se presentan en la relación con
la misma. Las limitantes que experimenta en su asertividad, le dificulta el adecuado
manejo de las fricciones que entre ellas se presentan y le genera sentimientos
ambivalentes.

Por último, los resultados puntuados en la escala de Agresividad (Agr), en la


cual alcanza un puntaje de 3, le permiten ubicarse en un nivel bajo para este rasgo.
En este sentido la evaluada puede considerarse como una persona que controla
sus impulsos, tranquila, difícilmente irritable y que tolera la frustración de forma
adecuada.

Siguiendo con la presentación de resultados, por lo que respecta al perfil


proporcionado por el Inventario de Simulación de Síntomas (SIMS), podemos
mencionar que el puntaje total obtenido es de 8, con lo cual puede interpretarse
que la evaluada responde manera sincera a la prueba, sin encontrar indicadores
para determinar la sospecha de una simulación o exageración en la
sintomatología clínica, aún y cuando reconoce algunas conductas en sí misma que
pudieran ser consideradas como inadecuadas o cuestionables por el parte del
evaluador, por lo cual se considera que tampoco presenta actitudes de
disimulación ante la prueba.

Mientras que, en la prueba proyectiva gráfica de la Persona bajo la lluvia


(PBLL), los principales rasgos detectados son: tensión, sensibilidad a la crítica,
dependencia, autocontrol, capacidad de reflexión, situación presente percibida
como muy estresante y agobiante ante la que a veces llega a flaquear y busca
aferrarse a aquellos que le brindan afecto y seguridad. Algunas veces abrumada
por sentimientos de culpa; sin embargo, confía en sí misma y en sus capacidades.

En tanto que los resultados de las pruebas psicológicas aplicadas al C.


MARIO DAVID OLAZARÁN SÁNCHEZ, se muestran a continuación:
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Entre los indicadores más sobresalientes para el evaluado en la prueba
Inventario de evaluación de personalidad (PAI), encontramos que, a pesar de
contar con un perfil válido al haber obtenido una puntuación T 64, misma que lo
ubica en un rango extremo, en la escala Impresión positiva (IMP), evidenciando
que la persona ha intentado mostrarse libre de los defectos comunes que la
mayoría de las personas están dispuestas a admitir; lo cual representa intentos por
distorsionar la propia imagen y brindar una imagen ideal. Por lo cual es probable
que el perfil no represente adecuadamente la extensión y el grado de dificultades
o conflictos presentes en el evaluado. Está condición, aunada a la elevada
puntuación (T 72) obtenida en la subescala Índice de Defensividad (DEF), se
vuelven un indicador de que el perfil refleje esfuerzos directos de manipulación
para brindar una impresión exageradamente positiva de sí mismo al evaluador.

La puntuación T 34 obtenida en la escala Ansiedad (ANS), ubicada en un


nivel bajo, puede interpretarse como una muestra de una notable ausencia de
temor por parte del evaluado; siendo posible suponer una falta considerable de
precaución ante determinadas situaciones.

En la escala Agresión (AGR), alcanza una puntuación T 39, considerada


como un nivel bajo, está relacionada con personas muy tímidas y poco asertivas
que tiene dificultades para reafirmarse aún en casos en los que deberían hacerlo.

En este mismo ámbito, la subescala Actitud agresiva (AGR-A), presenta una


puntuación T 40, ubicada en un nivel bajo, misma que describe a una persona
tranquila y plácida que difícilmente se enfada, es tolerante y perdona a los demás.

La escala Rechazo al tratamiento (RTR), alcanza una puntuación T 66, mismo


que representa un nivel extremadamente alto; por lo cual puede considerarse que
la persona admite pocas dificultades en su vida y no desea cambiar su situación.
Por lo que probablemente no busque terapia por iniciativa propia y si la misma le
es ordenada de forma obligada, se resista a llevarla a cabo. De manera adicional,
el puntaje obtenido por el evaluado en esta escala, se encuentra frecuentemente
asociado al esfuerzo directo del individuo por causar una impresión favorable de sí
mismo al evaluador.

Ahora bien, la escala Dominancia (DOM) recibe una puntuación T 71,


considerada en un nivel extremadamente alto. Esta puntuación se presenta en
personas que manifiestan de una forma notable una necesidad de control.
Generalmente son dominantes y poseen poca tolerancia con quien no comparte

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sus planes y deseos. Pueden tratar de parecer competentes y resueltas, pero
probablemente los demás puedan llegar a percibirlos como ególatras y déspotas.

En la subescala Depresión cognitiva (DEP-C) la puntuación T 36, lo ubica en


un nivel extremadamente bajo, lo cual indicaría que el evaluado considera que
tiene pocas limitaciones en sus habilidades, pudiendo estar reflejando
grandiosidad o narcicismo.

La puntuación T 26 obtenida en la subescala Hipervigilancia (PAR-H),


generalmente se asocia con personas excesivamente confiadas y abiertas en sus
relaciones; sin embargo, la puntuación T 31 obtenida en la subescala Inestabilidad
emocional (LIM-E), la cual se considera extremadamente baja; reflejan a una
persona que se describe a sí misma con poca emotividad y que es percibida por
los demás como con cierta restricción emocional.

Por último, la subescala Conductas antisociales (ANT-A), recibe una


puntuación T 36, la cual se considera en un nivel bajo, y puede ser indicador de
una persona conformista, quizás moralista, o tal vez motivada para negar cualquier
historia sobre faltas de cualquier tipo.

Antes de realizar la presentación de los resultados obtenidos por el evaluado


en el Cuestionario para la evaluación de adoptantes, cuidadores, tutores y
mediadores (CUIDA), considero importante mencionar que se advierte en el perfil
obtenido que las puntuaciones registradas en las escalas Deseabilidad social (Ds),
Índice de invalidez (Inv) e Índice de inconsistencia de respuestas (Inc) (8, 0 y 4,
respectivamente), muestran de manera clara la validez de la prueba; sin embargo,
la puntuación de 8 considerada como alta, para la escala Deseabilidad social (Ds)
es muestra de los deseos del evaluado por ofrecer una imagen más positiva al
evaluador, tratando de aparecer mejor de lo que realmente se es, por lo que
puede reconocer solo en forma limitada los comportamientos o conductas que
considera pudieran interpretarse como poco aceptables por parte del evaluador.

Es necesario destacar que la mayoría de las habilidades y competencias


valoradas por la prueba, fueron puntuadas por el evaluado en niveles altos y
solamente aquella conducta que podría ser interpretada como negativa
(agresividad), se encuentra en niveles bajos.

Dicho lo anterior, procedo a mencionar los resultados, mismos que deben ser
considerados con reserva por la intención advertida de brindar una imagen
especialmente positiva.

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En la escala Apertura (Ap), alcanza un puntaje de 7, mismo que corresponde a un
rango alto y lo coloca como una persona que se adapta bien a los cambios y
situaciones nuevas. Sin dificultades para implicarse en experiencias novedosas,
puesto que se siente atraído por culturas y costumbres diferentes a las suyas, así
como por la diversidad que ello implica. Se interesa por conocer personas y lugares
nuevos. Centra su vida en varios campos de interés.

La escala Asertividad (As), también muestra un puntaje de 7, considerado


como un rango alto. Dicha puntuación lo identifica como una persona que cuenta
con la capacidad para escuchar y admitir el razonamiento ajeno y, además
mostrar y defender el suyo propio. Habitualmente se siente confiado para para
expresar aquello que les molesta y es capaz de hacer y recibir críticas, así como de
dar y hacer cumplidos. Cuando no cree adecuado ceder a una petición, se siente
libre para negarse a realizarla.

El puntaje de 7 obtenido en la escala Autoestima (At), ubicado en un rango


alto para este rasgo; permite describirlo como una persona que está satisfecha
consigo misma, que reconoce su valor y se acepta como es, lo que lo lleva a una
satisfacción personal que transmiten abiertamente.

Su nivel de Capacidad para resolver problemas, se manifiesta a través del


puntaje de 7 obtenido en la escala del mismo nombre (Rp). Dicho puntaje
corresponde a un nivel alto, mismo que lo muestra como una persona capaz de
identificar y resolver situaciones conflictivas. Suele adelantarse a las posibles
consecuencias y de esta manera tomar una decisión. Tiene tendencia a ser
positivo, considerando las experiencias difíciles como una vía de aprendizaje.
Aunque no siempre será capaz de mantener la calma en momentos difíciles,
procura controlarse emocionalmente para poder ver con objetividad lo que tiene
delante.

En la escala Empatía (Em), la puntuación de 8 correspondiente a un nivel


alto, lo ubica como una persona con habilidad para reconocer, comprender y
aceptar las actitudes y sentimientos de los demás, así como para escuchar sus
necesidades. Puede ponerse en el lugar del otro y aceptar la expresión de sus
emociones. Suele no emitir juicios acerca de los comportamientos ajenos, ya que
trata de comprender a la gente antes de calificar sus actos. No deja de lado sus
propias necesidades para anteponer las de otros, pero sabe compatibilizarlas de
forma adecuada, resultando saludable el vínculo que crea con otros.

Equilibrio emocional (Ee), en esta escala registra una puntuación de 8, misma que
lo coloca en un nivel alto. Este puntaje es característico de personas que suelen ser
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capaces de controlar sus emociones y de mantenerse emocionalmente estables a
pesar de encontrarse en situaciones estresantes. Generalmente no presentan
cambios bruscos de humor. Reflexionan y analizan las situaciones buscando
alternativas ajustadas a la realidad. Cuando se alteran, tienen capacidad de
recuperarse emocionalmente.

Su capacidad de Tolerancia a la frustración se refleja en la escala del mismo


nombre (Tf), en la que logra un puntaje de 7, que corresponde a un nivel alto. Las
características de atribuidas a este rasgo permiten considerarlo como una persona
con un adecuado nivel de adaptabilidad ante alteraciones o eventos inesperados.
Aunque a veces pueden perturbarse por los posibles cambios, consiguen
reflexionar y no sufrir desequilibrios. Pueden aceptar y asimilar que no se cumplan
sus expectativas y deseos.

En lo relativo a su Capacidad para establecer vínculos afectivos o de apego,


la escala del mismo nombre (Ag), alcanza un puntaje de 7 considerado en un
rango alto para este rasgo; lo cual indica que el evaluado cuenta con la
capacidad para desarrollar un apego seguro, al tratarse de una persona capaz de
tener relaciones de intimidad con otras personas sin perder su espacio personal.
Confía en los sentimientos que los demás muestran hacia él, por lo que no necesita
que constantemente le reafirmen el cariño. De manera habitual logra reconocer
los errores que comete en sus relaciones y se responsabiliza de ellos.

En la escala Capacidad de resolución del duelo (Dl), registra una puntuación


de 7, la cual corresponde a un nivel alto y permite considerarlo como una persona
que ha sabido identificar, aceptar y expresar los sentimientos que le han
provocado las pérdidas que ha tenido. En caso de haber pasado por un periodo
de sufrimiento, ha logrado superarlo con el tiempo, consiguiendo que su vida siga
adelante y volviendo a recuperar su estado emocional.

La escala Cuidado responsable (Cre) muestra un puntaje de 8, mismo que


lo ubica en un nivel alto para este rasgo; por lo cual se puede interpretar que el
evaluado es una persona que en sus relaciones de cuidado suele ser reflexivo y
flexible. Tiende a cumplir sus obligaciones y perseverar en la consecución de sus
objetivos personales, finalizando las actividades que emprende. Muestra tendencia
a ser responsable y equilibrado y tomar por sí mismo sus propias decisiones.

El puntaje de 8 en la escala Cuidado afectivo (Caf), corresponde con un


nivel alto para dicha característica, misma que se encuentra en personas que en
sus relaciones de cuidado se sienten satisfechas consigo mismas. Cuentan con la
capacidad para aceptar los sentimientos ajenos y comprender a los demás;
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mostrándose calmados ante situaciones de la vida cotidiana. Suelen promover la
comunicación asertiva, son afectuosas y amistosas y se muestran receptivas hacia
los puntos de vista de los demás.

La escala Sensibilidad hacia los demás (Sen), registra un puntaje de 7, mismo


que corresponde a un nivel alto para ese rasgo. Por lo tanto, se infiere que la
persona se preocupa por los demás, se siente afectado por las necesidades ajenas
y se implica en los problemas de los otros. Es percibido por quienes le rodean como
alguien sensible, cálido y amable.

El último aspecto valorado por la prueba corresponde a la escala


Agresividad (Agr), en la cual obtiene un puntaje de 3, mismo que lo coloca en un
nivel bajo. Lo que lleva a considerar que el evaluado es una persona tranquila, que
difícilmente se irrita y que tolera la frustración; controlando sus impulsos de forma
adecuada.

Ahora bien y dando continuidad a la presentación de resultados, en el perfil


obtenido tras la aplicación del Inventario de Simulación de Síntomas (SIMS),
encontramos que el puntaje total obtenido es de 3, con lo cual puede inferirse que
no se encuentran presentes indicadores para determinar la sospecha de una
simulación o exageración en la sintomatología clínica; sin embargo, el nivel
extremadamente bajo de la puntuación, si hace sospechar sobre la presencia de
esfuerzos directos de disimulación de conductas en sí mismo que de acuerdo con
su percepción pudieran ser consideradas como inadecuadas o cuestionables por
parte del evaluador. Por lo cual se considera que el evaluado tiende una vez más
a intentar mostrar una imagen más positiva de sí mismo, disimulando y/o negando
aquellos comportamientos que cree pudieran ser negativos para el propósito de la
evaluación.

Por otra parte, los principales rasgos identificados en el evaluado mediante


la aplicación del Test de la persona bajo la lluvia (PBLL), son los siguientes:
Necesidad de reconocimiento, posibles rasgos agresivos (recurre a la agresión
como defensa), dependencia, ansiedad, ambivalencia entre enfocarse en la
situación presente o considerar su vida a futuro, inseguridad, necesidad de
autoafirmarse, situación actual estresante llevándole a experimentar angustia.
Desconfianza hacia las personas que le rodean, defensividad por temor la
autoridad. Egocentrismo. Puede mostrar un carácter dominante y autoritario como
compensación a sus sentimientos de inseguridad.

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Simultáneamente, los resultados de las pruebas psicológicas empleadas en
la valoración practicada a la menor de cuyo nombre se desprenden las iniciales
A.L.O.C., son los siguientes:

En la prueba Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes (SENA), se


realizaron tres aplicaciones, las primeras dos fueron respondidas de manera
individual por cada uno de los padres, con la intención de advertir la percepción
que cada uno de ellos tiene respecto a la condición emocional actual de su menor
hija; y una tercera aplicación correspondiente al autoinforme respondido por la
menor A.L.O.C.

Para el caso del informe familia nivel secundaria respondido de forma


individual por la C. MÓNICA DEL CARMEN CRUZ CORONADO, se detecta lo
siguiente:

A través de sus respuestas la madre indica como principales factores de


preocupación los rasgos considerados por las siguientes escalas:

- Índice de problemas conductuales: Puntuaciones altas en este índice como


la obtenida por las respuestas de la progenitora (T70), indicarían que la
menor presenta un comportamiento disruptivo que provoca fricciones con
su entorno y dificultades interpersonales.

- Quejas somáticas: Una puntuación elevada como la registrada en esta


escala (T82), indica la presencia de molestias o síntomas físicos, como son
dolores mareos o cansancio, que en gran parte de los casos correlacionan
en mayor medida con alteraciones emocionales de ansiedad y depresión,
que con problemas médicos.

- Agresión: Esta escala se refiere a una manifestación de problemas de


conducta consistente en un patrón de agresiones grave contra otras
personas, por lo que una puntuación elevada en la misma (T71), sugerida
por las respuestas proporcionadas por la madre, puede denotar una
conducta hostil y un bajo nivel de empatía que se debe explorar para
prevenir dificultades más severas.

- Conducta desafiante: La puntuación elevada en esta escala (T81), indica la


percepción por parte de la progenitora, de un comportamiento desafiante
y desobediente con los padres.

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- Integración y competencia social: Puntuaciones bajas como la obtenida en
esta escala (T30), sugieren que la menor presenta ciertas dificultades para
relacionarse con los demás y para desenvolverse cómodamente en las
interacciones sociales.

En tanto que, para el caso del informe familia nivel secundaria respondido
de forma individual por el C. MARIO DAVID OLAZARÁN SÁNCHEZ, encontramos:

Mediante sus respuestas al cuestionario el padre centra la atención en los


rasgos considerados por las siguientes escalas:

- Índice de recursos personales: Una puntuación elevada como la registrada


por las respuestas proporcionadas por el progenitor (T62), sugiere que la
menor presenta varias características personales que probablemente le
hagan menos proclive a presentar problemas o que contribuyen a minimizar
los efectos de los mismos.

- Inteligencia emocional: Puntuaciones altas como la obtenida en esta escala


(T69), indican que la menor es percibida por su padre, con la suficiente
capacidad de expresar adecuadamente sus emociones y estados de
ánimo y que capta, comprende y presta atención a las emociones de los
demás.

Ahora bien, las respuestas proporcionadas por la menor A.L.O.C. al efectuar


el autoinforme nivel secundaria, enfocan el interés hacia los rasgos valorados a
través de las siguientes escalas:

- Impresión positiva: La puntuación obtenida recomienda precaución en la


interpretación del perfil, pues generalmente la elevación en la puntuación
reflejada en esta escala, se debe al deseo de proporcionar una visión
particularmente ajustada y positiva de la persona evaluada, al omitir
problemas síntomas y dificultades habituales en el 90% de la población de
edad similar. Sugiriendo un sesgo originado por la falta de conciencia de los
problemas, limitaciones o dificultades de la persona evaluada,
proporcionando una imagen algo idealizada de su comportamiento
cotidiano.

- Autoestima: La alta puntuación mostrada (T64), hace referencia a una


persona que se siente segura de sí misma y con un sentido positivo y
favorable de su identidad en sus distintas facetas (física, escolar y social).

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Es importante señalar que la discrepancia entre las valoraciones realizadas
por cada uno de los progenitores respecto a la conducta de su menor hija A.L.O.C.,
reflejan de manera clara las diferencias existentes entre la relación que la menor
ha establecido con cada uno de ellos; ya que mientras con el padre mantiene una
relación cercana, respetuosa y afectiva, es percibida por el mismo con ausencia
de afectaciones emocionales, así como dificultades de interacción y adaptación.
Mientras que la progenitora informa sobre un comportamiento hostil, con presencia
de estallidos emocionales y conductas agresivas, las cuales podrían ser la expresión
de la relación de discordia y rechazo que se ha presentado entre ambas durante
los últimos meses.

Por otro lado, en la prueba Cuestionario de Personalidad para Niños (CPQ),


los resultados obtenidos por la menor son los siguientes:

Razonamiento: El puntaje alcanzado (9), la ubica en un rango alto, siendo


indicador de que la menor posee un nivel elevado de inteligencia y utiliza un
pensamiento de tipo abstracto.

Estabilidad: La menor alcanza el puntaje máximo posible para esta escala de la


prueba (10), mismo que la coloca en el rango alto. Dicha condición permite
considerar a la menor como emocionalmente estable, tranquila, madura y con
capacidad para afrontar la realidad.

Animación: En esta escala alcanza una puntuación (9) que la ubica en un rango
alto. Considerando por tanto que la menor es entusiasta, ingenua y confiada.

Atrevimiento: Registra una puntuación (9) correspondiente a un nivel alto para este
rasgo. Mismo que se caracteriza por la presencia de falta de inhibiciones,
insensibilidad y conductas temerarias.

Sensibilidad: La puntuación lograda en esta escala (8), misma que corresponde a


un nivel alto para este rasgo, permite considerar que A.L.O.C. es emocionalmente
dependiente, sobreprotegida, sensible e impresionable.

Desadaptación: En esta escala alcanza una puntuación de 2, misma que la coloca


en un nivel bajo para este rasgo; el cual se caracteriza por gusto por las actividades
en grupo, actitud segura de sí misma y enérgica.

Privacidad: El puntaje de 3 logrado en esta escala, permite considerarla dentro de


un rango bajo; mismo que se caracteriza por la sencillez y franqueza en el trato, así
como la sensibilidad y el sentimentalismo.

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Tensión: El puntaje alcanzado (3) la coloca en un nivel bajo para este rasgo. Por lo
cual puede considerarse que la menor se encuentra tranquila, relajada, libre de
tensiones y frustraciones.

Ansiedad: La puntuación obtenida en esta escala (2) la posiciona en un nivel bajo


para las características de este rasgo. Lo cual corresponde a un menor que logra
llevar a cabo lo que cree importante y que se siente contento con sus condiciones
de vida actual.

Extraversión: En esta escala alcanza una puntuación de 8, considera como un nivel


alto para este rasgo. Dicha puntuación sugiere que la menor es socialmente
desenvuelta, con buena capacidad para lograr y mantener contactos sociales.

Mientras que los resultados de las respuestas proporcionadas por la menor A.L.O.C
en el Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación infantil (TAMAI), se expresan
a continuación:

En el área de Inadaptación personal, la menor se brinda un perfil que la


ubica en un nivel bajo, mismo que corresponde la presencia de bienestar
psicológico, el cual incorpora criterios tales como seguridad, satisfacción, equilibrio
emocional, eficiencia y autenticidad de realización.

Cabe mencionar que las características de adaptación personal que mide


la prueba abarca dos perspectivas: una que tiene que ver con la inadaptación o
desajuste que las personas muestran consigo mismas y otra con la “aparente”
adaptación caracterizada por comportamientos de sobrestima y autodefensa.

En este sentido, la menor muestra en sus resultados un nivel muy alto de


autosuficiencia defensiva, la cual se caracteriza por una pseudoadaptación, que
resulta inadecuada y se traduce por resaltar de forma desmedida la propia valía y
adoptar reacciones de autodefensas, molestas para otros y deficientes, a largo
plazo, para la propia persona.

Dicho de otro modo, la menor hace esfuerzos por aparentar una


adaptación personal de la cual carece, probablemente porque se le dificulta
reconocer la afectación que le genera la problemática que enfrenta y por ende
se niega a aceptar que necesita ayuda.
Por el alto puntaje alcanzado en la escala Proimagen, resulta lógico
considerar que se encuentra realizando esfuerzos para tratar de mostrar una

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imagen más positiva de sí misma; por lo que intenta distorsionar los resultados a su
favor en relación con la realidad que enfrenta.

Ahora bien, en la escala Restricción social, presenta un puntaje considerado


como alto; mismo que se encuentra relacionado con actitudes de aislamiento,
desconfianza y tendencia a entablar escasas relaciones sociales. Dicha condición
se contrapone con los altos puntajes alcanzados en las escalas Atrevimiento y
Extraversión, así como la baja puntuación registrada en la escala Desadaptación
de la prueba Cuestionario de Personalidad para Niños, en las cuales se describe a
sí misma como libre de inhibiciones, con gusto por las conductas temerarias,
desenvuelta y con buena capacidad para lograr y mantener contactos sociales,
así como gusto por las actividades en grupo.

Mientras que en la escala Insatisfacción con el ambiente familiar, el puntaje


obtenido denota un nivel elevado, mismo que se caracteriza por sentimientos de
malestar por el clima y ambiente familiar, creado especialmente por sus padres,
donde predominan sensaciones de tristeza, tensión, desarmonía o conflictos.

Por otro lado, las escalas de Educación adecuada del padre y Educación
adecuada de la madre, se encuentran polarizadas. Ello debido a que mientras que
la percepción que indica hacia el estilo educativo ejercido por el padre recibe un
puntaje elevado, siendo considerado por la menor como adecuado, valorable e
ideal; ya que lo caracteriza por propiciar afecto y cuidado, proporcionar un trato
respetuoso, valorando sus opiniones y comportamiento, al tiempo que le marca
normas claras y adopta una actitud de firmeza en su cumplimiento.
A diferencia de la percepción que manifiesta hacia el estilo educativo de la madre,
mismo que ubica en un nivel bajo, pues de acuerdo con lo que la menor refiere,
llega a sentirse abandonada, rechazada o no querida por su madre.
Experimentando además la vivencia de sentirse juzgada y recibir un trato hostil y
desconsiderado por parte de la misma.

La polarización anterior es muestra de la percepción que la menor tiene de


una Discrepancia educativa entre sus progenitores, escala de la prueba en la
registra una puntuación muy alta, esa alta discrepancia que la menor refiere, pone
a la luz varios problemas: la preferencia y valoración que tiene la hija sobre cada
uno de sus padres, la posible falta de armonía entre ambos padres y el posible
conflicto de directrices para la menor.

Siendo la alta discrepancia educativa un factor más de desajuste e


inadaptación en la vida de la menor.

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Siguiendo con la presentación de resultados, encontramos que los datos
arrojados por la Escala de Socialización Parental en la Adolescencia (ESPA 29),
muestran que:

La menor percibe el estilo de socialización que recibe por parte de la madre


como Autorizativo; un padre con estilo autorizativo es aquel que se esfuerza en
dirigir las actividades del hijo, pero de una manera racional y orientada al proceso;
estimulan el diálogo verbal y comparten con el hijo el razonamiento que subyace
a su política, esto es, que explican los motivos por los cuales sería conveniente
realizar tal o cual acción. Valoran la expresión, pero también la acción, dando
pauta a las decisiones autónomas y la disciplina. Ejercen el control firme en puntos
de divergencia, pero utilizando el diálogo. Reconocen sus propios derechos
especiales como adultos, pero también los intereses y modos del hijo. Afirman las
cualidades presentes del hijo, pero también establecen líneas para la conducta
futura, recurriendo tanto a la razón como al poder para lograr sus objetivos.

En tanto que, conforme a los resultados de la prueba, la menor percibe que


el estilo de socialización empleado por el padre es del tipo Indulgente o Permisivo,
mismo que lo constituyen aquellos padres que intentan comportarse de una
manera afectiva, aceptando los impulsos, deseos y acciones del hijo. Consultan
con ellos las decisiones internas del hogar y les proporcionan explicaciones de las
reglas familiares. Permiten a sus hijos regular sus propias actividades tanto como sea
posible, ayudándoles con las explicaciones y razonamientos, pero evitan el
ejercicio del control impositivo y coercitivo, y no les obligan a obedecer
ciegamente a pautas impuestas por las figuras de autoridad, a no ser que éstas
sean razonadas.

Estas diferencias extremas en cuanto a la percepción que la menor tiene


sobre los estilos de socialización y crianza que cada uno de sus padres emplea,
propicia no solo conflicto entre los padres, sino una preferencia acentuada por el
progenitor que ejerce una disciplina basada en el diálogo y que muestra mayor
flexibilidad, contra aquel que busca el seguimiento de las normas con mayor
autoridad, recurriendo ante conductas incorrectas a estrategias como la privación
y/o retiro de privilegios, como por ejemplo el uso de pantallas (tabletas, celulares,
etc), suspensión de actividades lúdicas o pasatiempos que el hijo disfruta, entre
otros.

Por último, antes de presentar los datos arrojados por la ejecución del Test
de dibujo de la familia de Louis Corman, considero importante mencionar que, en
palabras de su propio autor, “…debe recordarse siempre que un test proyectivo
comúnmente brinda solo posibilidades. Nos permite formular una o varias hipótesis

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que debemos demostrar después (…) realizando otros tests de personalidad con el
fin de obtener indicios convergentes” (Corman, 1967 pág. 51). Por lo cual los
indicadores detectados tras su interpretación no deben tomarse como infalibles,
sino hasta ser comprobados mediante la correlación con otras pruebas
psicológicas que proporcionen un alto grado de objetividad. Puesto que como se
sabe las pruebas proyectivas son altamente subjetivas al basar sus resultados en el
mecanismo de defensa inconsciente de la proyección.

Una vez dicho lo anterior, los resultados encontrados tras el análisis de la


prueba son los siguientes: Atribuye un mayor valor y aprecio hacia la figura paterna
por dibujarla en primer lugar y colocarse a su lado; sin embargo, no se presenta
contacto entre ambas figuras. La figura que podría considerarse desvalorizada es
la madre, por dibujarla en la última posición, sin embrago es la que posee más
detalles y fue dibujada con mayor esmero; lo cual se puede interpretar como una
actitud ambivalente hacia la misma. Incorpora la figura de un hermano, al que le
atribuye diversas características propias y según lo referido durante la entrevista
posterior a la elaboración del dibujo, el hermano se encuentra muy apegado a la
mamá y mantiene una relación muy cercana con ella; mientras la hija es apegada
y cercana al padre. Ello pareciera denotar su intención por compensar la lejanía
con la madre al otorgarle una figura sustituta con la cual pueda mantener una
relación de apego.

Se aprecia tensión, ansiedad, dificultades para el contacto, pues todas las


figuras presentan sombreados y una postura rígida con los brazos pegados al
cuerpo y las piernas apretadas. Coloca las figuras en el margen inferior de la hoja
lo cual pudiera estar relacionado con sentimientos de tristeza. Llama la atención
que la figura de la hija, con la cual se identifica la evaluada, presenta los ojos
cerrados, lo cual puede ser interpretado como un deseo de negar la realidad, de
no ver lo que sucede en su mundo.

La presencia de cuellos cortos y manos cerradas indica la tendencia al mal


humor y la explosividad, que pueden manifestarse a través de comportamientos
agresivos y hostiles.

CONCLUSIONES:

La C. MÓNICA DEL CARMEN CRUZ CORONADO, responde con sinceridad


durante el proceso de evaluación, se muestra como una persona que afronta a las
adversidades que se le presentan y que a pesar de estar experimentando estrés
por una situación que afecta su vita en estos momentos, mantiene el optimismo y
la confianza en sus capacidades. En sus relaciones interpersonales suele ser un
tanto desconfiada, pues generalmente se conduce con cautela y no muestra
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abiertamente sus sentimientos hasta sentirse verdaderamente segura y aceptada,
lo cual algunos pueden considerarla emocionalmente distante.

Se describe a sí misma como paciente y tolerante; sin embargo y aún y


cuando reconoce su valía, puede sentirse insegura de aceptar abiertamente sus
errores por temor al rechazo, principalmente originado en su educación
tradicionalista y moralista.

Presenta algunas dificultades en cuanto a sus habilidades sociales,


principalmente aquellas relacionadas con la expresión adecuada de emociones y
sentimientos, mismas que están condicionadas al nivel de confianza y el ambiente
de aceptación en el que pueda desenvolverse.

Cuando las circunstancias le son adversas puede reflexionar y sobreponerse,


aunque tal vez requiera un poco más de tiempo para hacerlo, pues le cuesta
trabajo aceptar y realizar cambios significativos en su vida, por la dificultad que
presenta para desprenderse o separarse de lo ya vivido o tenido.

Es una persona que a pesar de disfrutar la soledad y mantener reservas hacia


los contactos sociales, no titubea cuando requiere ceder en sus intereses para
ponerse a disposición de los otros, pues le preocupan las necesidades de los demás
y suele comprometerse para ayudar.

Es tranquila y difícilmente irritable; no obstante, en sus relaciones de apego


experimenta inseguridad y necesita constante reafirmación. A pesar de contar con
rasgos altruistas y una preocupación desinteresada por el bienestar de los demás,
siente coartada su posibilidad de brindar y recibir afecto, pues su fuente más
importante de apego en este momento es su hija, misma que rechaza toda forma
de expresión afectiva o intento de acercamiento por parte de su madre. Condición
que frustra y entorpece las estrategias que la misma pudiera emplear para hacer
contacto con su menor hija, agudizando el problema.

En el caso del C. MARIO DAVID OLAZARÁN SÁNCHEZ, es necesario aclarar


que los tres inventarios respondidos por el evaluado (Inventario de evaluación de
personalidad PAI, Cuestionario para la evaluación de adoptantes, cuidadores,
tutores y mediadores CUIDA e Inventario de Simulación de Síntomas SIMS)
mostraron una clara tendencia a disimular y/o ocultar sus fallas, haciendo esfuerzos
directos por mostrar una imagen más positiva de sí mismo; condición que propicia
que los resultados obtenidos en las pruebas que ejecutó deban ser tomados con
reserva pues cuentan con el sesgo que el evaluado quiso brindar al mostrarse

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relativamente libre de conductas que pudieran ser consideradas no adecuadas
para el propósito de la presente evaluación.

En este sentido, se percibe a sí mismo como tranquilo, tolerante y con


capacidad para perdonar las fallas de los demás. Excesivamente confiado y
abierto en sus relaciones. Moralista y estricto consigo mismo.

Sin embargo, dichos aspectos se contraponen con las altas puntuaciones


presentes en las escalas Dominancia, Rechazo al tratamiento y puntuación baja en
la subescala Depresión cognitiva de la prueba PAI; mismas que lo describen como
una persona con una notable necesidad de control, dominante y poco tolerante
con quien no comparte sus planes y deseos (de acuerdo con el Test de la persona
bajo la lluvia puede incluso presentar rasgos agresivos, así como carácter
dominante y autoritario como compensación a sus sentimientos de inseguridad).
Asimismo, presenta dificultades para reconocer sus fallas y buscar ayuda para
resolverlas, pues considera que tiene pocas limitaciones en sus habilidades,
pudiendo con ello estar reflejando grandiosidad o narcicismo. De igual forma deja
entrever una personalidad egocéntrica y poco emotiva y que es percibida por los
otros son restricciones emocionales o dificultades para expresar y demostrar sus
sentimientos.

Este rasgo resulta contradictorio con la propia imagen que el proporciona


de una persona asertiva y con adecuadas habilidades de interacción social.

En apariencia se siente satisfecho consigo mismo y cuenta con un


adecuado nivel de autoestima. Posee además capacidad de identificar y resolver
situaciones conflictivas, así como habilidad para reconocer, comprender y aceptar
las actitudes y sentimientos de los demás; lo cual favorece sus relaciones de apego
y cuidado, ya que suele ser reflexivo y flexible al tiempo que se siente seguro y
expresa con esa misma seguridad su afecto y sentimientos en las relaciones que
establece.

Es capaz de controlar sus emociones y de mantenerse emocionalmente


estable a pesar de encontrarse en situaciones estresantes.

Es percibido por los demás como alguien sensible, cálido, afectuoso y


amistoso, pues se muestra receptivo hacia los puntos de vista y necesidades de
otros.

Por otro lado, la menor de cuyo nombre se desprenden las iniciales A.L.O.C.,
cuenta con un nivel elevado de inteligencia, se percibe y describe a sí misma como

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entusiasta, sensible, tranquila, contenta con su vida actual, libre de tensiones y con
capacidad para lograr y mantener contactos sociales.

Sin embargo, aún y cuando intenta mostrarse con un adecuado nivel de


bienestar psicológico, manifestándose segura, satisfecha y con equilibrio
emocional; existe evidencia de que presenta problemas de adaptación que son
originados principalmente por la insatisfacción que experimenta en relación al nivel
de conflicto presente entre los progenitores, predominando en ella sentimientos de
tristeza, ansiedad y tensión.

Reflejándose como consecuencia una marcada polaridad respecto a la


forma en la que percibe los estilos de educación o crianza ejercidos por los
progenitores. En la cual queda evidenciada la preferencia y valoración que tiene
la hija sobre cada uno de sus padres, inclinándose afectivamente por la figura
paterna y mostrando un total rechazo y desvalorización de la figura materna.

En el Test de dibujo de la familia de Louis Corman, queda evidenciada la


desvalorización que ejerce sobre la figura materna, sin embargo también refleja sus
sentimientos de ambivalencia hacia ella y la posible culpa que le provoca la
relación tirante y hostil que mantiene con ella, pues realiza acciones simbólicas a
través de las cuales la compensa por ese rechazo.

RESPUESTA A LOS CUESTIONAMIENTOS ENVIADOS:

A continuación me permito dar respuesta a los cuestionamientos planteados


en relación al presente caso, tomando como base la información obtenida a través
de los diversos elementos analizados durante el proceso de evaluación:

Respecto a la C. MÓNICA DEL CARMEN CRUZ CORONADO.

a) Perfil de personalidad determinando las características que pueden incidir


positiva o negativamente en el sano desarrollo emocional de la menor:

La C. Mónica del Carmen Cruz Coronado es una persona que cuenta con
capacidad para afrontar las adversidades que se le presentan, ve la vida
con optimismo, se siente segura de sí misma, está orientada al logro y confía
en sus capacidades.

Es tolerante, con un alto sentido de altruismo y preocupación por los otros,


al grado de anteponer en ocasiones las necesidades de los demás a las
propias. Es tranquila y difícilmente se irrita y pierde el control.

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Cuando las circunstancias le son adversas tiende a reflexionar y centrase en
la búsqueda de soluciones.

Es reservada con sus emociones y sentimientos, pues para demostrarlos


necesita sentirse segura y aceptada, por lo que al establecer relaciones
interpersonales suele ser un tanto desconfiada, pues generalmente se
conduce con cautela para no ser lastimada.

Le cuesta trabajo aceptar y realizar cambios significativos en su vida, por la


dificultad que presenta para desprenderse o separarse de lo ya vivido o
tenido, por lo que probablemente experimente dificultades para asimilar la
separación y el divorcio que atraviesa.

Necesita mejorar sus habilidades sociales, principalmente la asertividad,


pues actualmente la expresión adecuada de emociones y sentimientos está
condicionada al nivel de confianza y el ambiente de aceptación en el que
pueda desenvolverse.
Su educación tradicionalista y moralista la puede orillar a la autocensura.

En sus relaciones de apego experimenta inseguridad y necesita constante


reafirmación. Actualmente siente coartada su posibilidad de brindar y recibir
afecto, pues su fuente más importante de apego en este momento es su
hija, misma que rechaza toda forma de expresión afectiva o intento de
acercamiento por parte de su madre. Condición que frustra y entorpece las
estrategias que la misma pudiera emplear para hacer contacto con su
menor hija, agudizando el problema.

Su perfil de personalidad es bastante sano y cuenta con rasgos como el


adecuado nivel de autoestima, su capacidad de resolución de problemas,
tolerancia a la frustración y la capacidad de anteponer las necesidades de
otros a las propias como una habilidad para el cuidado responsable; que
podrían favorecer un desarrollo emocionalmente saludable en la menor
A.L.O.C.

Por otra parte, las dificultades que experimenta para establecer relaciones
de apego seguro y sus limitadas habilidades para manejar adecuadamente
las dificultades en la relación madre-hija, ponen en riesgo la interacción
saludable con la menor, puesto que actualmente no se logra establecer un
contacto positivo y abierto entre ambas, ya que las interacciones son
limitadas y condicionadas a la aceptación por parte de la menor.

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b) Habilidades parentales:

Dentro de las habilidades parentales detectadas mediante la valoración


practicada a la C. Mónica del Carmen Cruz Coronado, encontramos las
siguientes:
1. Capacidad para satisfacer las necesidades básicas de los hijos (incluidas
las de alimentación, seguridad, higiene y salud).
2. Capacidad para facilitar el desarrollo físico, afectivo, intelectual y social
de los hijos.
3. Capacidad para estimular el desarrollo psicológico y social a través de
la conversación y juego.
4. Capacidad para brindarle un contexto seguro y predecible a los hijos.
5. Capacidad para ofrecer medios adecuados y oportunos a la
satisfacción de necesidades de los hijos.
6. Reconocimiento de la necesidad de impulsar su desarrollo escolar.
7. Capacidad para supervisar y controlar el comportamiento de los hijos
mediante normas claras y consistentes (definir y aplicar límites acorde a
la edad de cada hijo).
8. Capacidad para mantener una relación de coparentalidad con la
expareja para el ejercicio adecuado del rol parental (capacidad para
distinguir entre los conflictos de pareja y la relación paterno-filial; darle su
lugar e involucrar al otro progenitor al informarle de asuntos importantes
para el bienestar del hijo).
Cabe mencionar que como ya se expuso en líneas superiores, la C.
Mónica del Carmen Cruz Coronado, presenta una limitada capacidad
para generar un vínculo de apego seguro, así como para realizar
demostraciones adecuadas de afecto hacia su menor hija, con respeto
y que impliquen aceptación de la menor; ello debido principalmente a
las dificultades que se presentan en la relación de la antes referida con
su menor hija A.L.O.C., las cuales impiden una vinculación positiva entre
ambas por el grado de rechazo y desaprobación que la menor muestra
por su madre, al juzgar sus actos y culparla del divorcio entre ella y su
padre.

c) Dinámica en la relación madre e hija:

La dinámica presente en la relación actual madre e hija entre la C. Mónica


del Carmen Cruz Coronado y la menor A.L.O.C., se centra principalmente en
la satisfacción de necesidades básicas (alimentación, vestido, calzado,
salud, etc), toda vez que la menor restringe las interacciones con su madre
y la margina afectivamente, mostrando preferencia marcada por el padre
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y rechazo a las ideas, propuestas y expresiones afectivas por parte de la
madre. Salvo aquellos momentos en que la menor se ha sentido vulnerable
o rebasada por sus sentimientos, busca cobijo y seguridad en su madre, aún
y cuando no le llegue a externar abiertamente lo que le ocurre.

d) Presencia de indicadores y/o conductas encaminadas a influir o manipular


afectivamente a la menor:

No se detecta la presencia de indicadores y/o conductas encaminadas a


influir y/o manipular afectivamente a la menor A.L.O.C. por parte de su
madre la C. Mónica del Carmen Cruz Coronado, toda vez que las
interacciones entre ambas son limitadas y la menor rechaza todo intento por
realizar un acercamiento afectivo por parte de su madre.

e) En caso afirmativo, ¿cuál es el propósito o fin de las mismas?

No se detecta la presencia de indicadores y/o conductas encaminadas a


influir y/o manipular afectivamente a la menor A.L.O.C. por parte de su
madre la C. Mónica del Carmen Cruz Coronado.

f) Nivel de influencia que ejerce sobre la menor:

La C. Mónica del Carmen Cruz Coronado no cuenta actualmente con


posibilidad alguna de influir a la menor A.L.O.C. debido a que dicha menor
rechaza abiertamente la relación con la madre y desvalorizada a dicha
figura.

g) Forma en que realiza el nivel de influencia sobre la menor.

La C. Mónica del Carmen Cruz Coronado no ejerce nivel de influencia sobre


la menor A.L.O.C

Respecto al C. MARIO DAVID OLAZARÁN SÁNCHEZ.

a) Perfil de personalidad determinando las características que pueden incidir


positiva o negativamente en el sano desarrollo emocional de la menor.

Durante la valoración el C. Mario David Olazarán Sánchez, hizo esfuerzos


directos por brindar una imagen más positiva de sí mismo; condición que
propicia que los resultados obtenidos en las pruebas que ejecutó deban ser
tomados con reserva. Hecha esa aclaración, el evaluado muestra un perfil

P á g i n a 29 | 41
en el que se describe a sí mismo como tranquilo, tolerante y con capacidad
para perdonar las fallas de los demás. Excesivamente confiado y abierto en
sus relaciones. Moralista y estricto consigo mismo. Asertivo, empático,
sensible, cálido, afectuoso y amistoso.
Se percibe además con capacidad para controlar sus emociones y
mantenerse emocionalmente estable a pesar de encontrarse en situaciones
estresantes.
Sin embargo, algunas de las características encontradas en su perfil, resultan
discordantes con las mencionadas en líneas anteriores, ya que también se
presentan indicadores de una personalidad con rasgos egocéntricos, con
notable necesidad de control, dominante, autoritario; que en ocasiones
puede llegar a mostrar reacciones agresivas. Asimismo, presenta dificultades
para reconocer sus fallas y buscar ayuda para resolverlas, pues considera
que tiene pocas limitaciones en sus habilidades, pudiendo con ello estar
reflejando grandiosidad o narcicismo.

De este modo, sus rasgos de personalidad no resultan contundentes, por lo


que mientras por un lado podría contribuir a un desarrollo sano y positivo de
su menor hija A.L.O.C., al contar con habilidades para establecer relaciones
de apego seguro, reconocer y comprender emociones y necesidades de
otros y poner en práctica habilidades de afrontamiento positivo ante los
conflictos que enfrenta. Por otro, refleja una personalidad dominante, con
características egocéntricas, agresivas e incluso posible narcicismo. Mismas
que de confirmarse, podría considerarse riesgo potencial de maltrato.

Habilidades parentales:

Dentro de las habilidades parentales detectadas mediante la valoración


practicada a la C. Mario David Olazarán Sánchez, encontramos las
siguientes:
1. Capacidad para satisfacer las necesidades básicas de los hijos (incluidas
las de alimentación, seguridad, higiene y salud).
2. Capacidad para facilitar el desarrollo físico, afectivo, intelectual y social
de los hijos.
3. Capacidad para estimular el desarrollo psicológico y social a través de
la conversación y juego.
4. Capacidad para brindarle un contexto seguro y predecible a los hijos.
5. Capacidad para generar un vínculo de apego seguro.
6. Capacidad para ofrecer medios adecuados y oportunos a la
satisfacción de necesidades de los hijos.
7. Reconocimiento de la necesidad de impulsar su desarrollo escolar.

P á g i n a 30 | 41
8. Realizar demostraciones adecuadas de afecto hacia su hijo, con respeto
y que impliquen la aceptación del menor.
9. Capacidad para supervisar y controlar el comportamiento de los hijos
mediante normas claras y consistentes (definir y aplicar límites acorde a
la edad de cada hijo).
10. Capacidad para mantener una relación de coparentalidad con la
expareja para el ejercicio adecuado del rol parental (capacidad para
distinguir entre los conflictos de pareja y la relación paterno-filial; darle su
lugar e involucrar al otro progenitor al informarle de asuntos importantes
para el bienestar del hijo).

Cabe recordar que los resultados de su evaluación indican una


tendencia a mostrarse libre de defectos, por lo que estas características
podrían haber sido mostradas de manera intencional por considerarlas
acordes al objetivo de la prueba.

b) Dinámica en la relación padre e hija:

Existe un alto grado de identificación entre padre e hija, desarrollando


además entre ambos una alianza en la que no hay cabida para la C.
Mónica, por lo que, a pesar de encontrarse viviendo aún juntos los tres en el
mismo domicilio, aíslan y excluyen a la progenitora, mostrando con ello
rechazo por la misma y propiciando un ambiente de tensión en el que la
madre permanece a la periferia y solo se le admite cuando así es aprobado
por los miembros de la diada padre e hija.

c) Presencia de indicadores y/o conductas encaminadas a influir o manipular


afectivamente a la menor:

Durante las entrevistas sostenidas tanto con el progenitor como con la


menor, ambos realizaron diversos comentarios en los que se deja entrever un
manejo verbal por parte del C. Mario David Olazarán Sánchez, mediante el
cual alienta el desapego y decepción en la menor A.L.O.C. hacia su madre.
El enterarla de los conflictos que enfrentaron como pareja y transmitirle sus
sentimientos de frustración, decepción y rechazo por la C. Mónica, han
propiciado que la menor identifique al progenitor como víctima de la
traición de su madre y derivada de la infidelidad de la misma, reaccionando
con conductas de rechazo hacia su madre y aliándose con el padre por
percibirlo como vulnerable ante una madre que antepone sus propios
deseos y necesidades, a la estabilidad de su familia.

P á g i n a 31 | 41
d) En caso afirmativo, ¿cuál es el propósito o fin de las mismas?

El propósito de las acciones mediante las cuales el C. Mario David Olazarán


Sánchez, influye sobre la menor A.L.O.C., es obtener el apoyo y aprobación
por parte de la misma ante la decisión de llevar a cabo su separación de la
C. Mónica del Carmen, al grado de que el compartirle los detalles del origen
de la separación, así como del proceso legal en el que se encuentran, hace
que la menor justifique sus acciones y se alíe con el mismo para “castigar” a
su madre, al considerarla no solo responsable de la situación que enfrentan
sino además juzgarla duramente y retirarle su afecto. Logrando con ello un
alejamiento entre madre e hija.

e) Nivel de influencia que ejerce sobre la menor:

Al contar con la aceptación incondicional y la preferencia de la menor por


encima de su madre, el C. Mario David tiene todas las posibilidades para
poder influir directamente sobre los pensamientos y emociones de su menor
hija; ello debido a que la menor valora a la figura paterna como la principal
fuente de seguridad y afecto, por lo cual no pone en tela de juicio la
información que recibe y el comportamiento que percibe por parte del
mismo, sino que por el contrario desarrolla una alianza con él, lo acepta y
permanece a su lado incondicionalmente.

f) Forma en que realiza el nivel de influencia sobre la menor

La influencia que el progenitor ejerce sobre su menor hija, se lleva a cabo al


trasmitirle a la misma información respecto al conflicto que enfrenta con su
madre y las causas que originan su proceso de separación. Y aunque ante
el cuestionamiento directo sobre la actitud que manifiesta frente a la menor
respecto de su madre, el C. Mario David refiere no tener problema con la C.
Mónica, sino por el contrario alentar a la menor a acercarse a ella; es la
misma menor quien comenta que es su padre quien le ha dicho en
reiteradas ocasiones que “no se sorprenda cuando llega a presentarse una
discusión entre ella y su madre, pues él ya le ha advertido que no espere
nada de ella, pues nunca cumple lo que promete”.

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Respecto a la menor de cuyo nombre se desprenden las iniciales A.L.O.C.

a) Características de personalidad:

Se percibe y describe a sí misma como entusiasta, sensible, tranquila, contenta


con su vida actual, libre de tensiones y con capacidad para lograr y mantener
contactos sociales.

No obstante lo anterior, aún y cuando busca mostrarse segura, satisfecha y con


equilibrio emocional; existen indicadores de que presenta problemas de
adaptación principalmente derivados de la insatisfacción que experimenta en
relación al nivel de conflicto presente entre los progenitores, predominando en
ella sentimientos de tristeza, ansiedad y tensión.

Evidenciándose como consecuencia una marcada polaridad respecto a la


forma en la que percibe los estilos de educación o crianza ejercidos por los
progenitores. En la cual se aprecia la preferencia y valoración que tiene la hija
sobre cada uno de sus padres, inclinándose afectivamente por la figura
paterna y mostrando un total rechazo y desvalorización de la figura materna.

b) Capacidad de adaptación:

Aún y cuando la menor A.L.O.C. hace esfuerzos por mostrarse con un


adecuado nivel de adaptación, existe evidencia de una afectación
emocional relacionada con el malestar experimentado por el clima y
ambiente familiar, creado especialmente por sus padres, donde
predominan sensaciones de tristeza, tensión, desarmonía o conflictos. Dicha
condición en conjunto con la percepción de discrepancia educativa en sus
progenitores, se convierten en un factor más de desajuste e inadaptación
en la vida de la menor.

c) Presencia de indicadores de afectación emocional relacionada con:

VI. Maltrato (especificar tipo).

No se aprecian indicadores que hagan suponer la presencia de algún


tipo de maltrato, ya sea físico, psicológico o sexual por parte de los
progenitores hacia su menor hija.

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VII. Negligencia Paterna.

No se detectan indicadores que hagan sospechar la presencia de


negligencia paterna por parte de alguno de los progenitores, toda vez
que ambos se encuentran disponibles y atentos a las necesidades de su
menor hija.

VIII. Dinámica familiar (Especificar aspectos y de qué manera afectan).

En la dinámica familiar actual, aún y cuando ambos progenitores y la


menor continúan viviendo en l mismo hogar, la convivencia entre ellos es
limitada, ya que como la propia menor refiere, prefiere pasar el tiempo
al lado de su padre o realizando sus tareas o actividades personales, pues
intentar convivir con su madre generalmente trae problemas y
discusiones entre ambas, al grado en que su padre le ha repetido en
múltiples ocasiones que ya no debería esperar nada de ella (su madre),
pues siempre promete que va a cambiar su actitud y sigue tratándola de
la misma forma.
En este sentido la menor explica sentirse poco aceptada y comprendida
por parte de su madre, quien juzga duramente sus acciones, ideas y
pasatiempos, al grado de criticarla y limitarle la realización de dichas
actividades, por lo cual ella prefiere estar con su papá pues el si la
comprende y apoya en sus decisiones.
Padre e hija forman una alianza en la que no hay espacio ni oportunidad
para que la madre pueda intentar integrarse, aún y cuando la misma
busca involucrarse en las actividades que estos realizan, recibe negativas
y desdenes; por lo cual termina por aislarse y alejarse de ellos ante el
rechazo que le muestran.
Es evidente el alejamiento emocional que la menor experimenta
respecto a su madre, al grado de preferir en todo a su padre y rechazar
todo lo que venga de la madre.

IX. Relación con el grupo de iguales.

La relación con sostiene con el grupo de iguales es limitada, sus


amistades son escasas y se percibe mayormente cómoda conviviendo
con adultos o niños de menor edad. Es probable que presente
dificultades para ajustarse a la convivencia con su grupo de edad.

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X. Relación con figuras de autoridad.

A.L.O.C. es una niña que tiene bien internalizado el respeto por las figuras
de autoridad, no obstante, de encontrarse en una etapa en la que la
rebeldía y la obstinación pueden agudizarse; más allá de la situación de
conflicto con la figura materna, no presenta problemas con las figuras de
autoridad y la aceptación de los límites.

d) Una vez realizadas las evaluaciones psicológicas emita sus conclusiones y


recomendaciones tomando en cuenta el mejor interés de la menor
evaluada.

1. Se sugiere la realización de una valoración psicológica más profunda


al C. Mario David Olazarán Sánchez, con el propósito de establecer
con precisión su perfil de personalidad, en virtud de que los resultados
obtenidos en la presente evaluación no son contundentes debido al
sesgo que el evaluado quiso brindar al mostrarse relativamente libre
de conductas que pudieran ser consideradas no adecuadas para el
propósito de la presente evaluación. Como apoyo a esta
recomendación me permito citar el siguiente texto de Rogers y
Bender (2019), quienes en su libro Evaluación clínica de la simulación
y el engaño, expresan: “La motivación de los progenitores para
mostrar su presentación más positiva es común, sin embargo, esto
interfiere para obtener un claro entendimiento de los datos de la
prueba”. Generalmente en la evaluación de la guarda y custodia,
“quienes abordan las pruebas con la intención de fingirse bien,
desean convencer al evaluador y a la corte de que él o ella están
psicológicamente sanos y que son desde el punto de vista emocional
capaces de criar al niño/a” Asimismo, Graham (2000) citado por
Rogers y Bender (2019) menciona: “no es posible decidir si un perfil así
es indicador de una persona bien adaptada que está motivada a
aparentar estar todavía mejor adaptada o sí es una persona mal
adaptada que está intentando parecer bien adaptada.”

2. Se propone una terapia psicológica para la C. Mónica del Carmen


Cruz Coronado, misma que se enfoque en favorecer sus habilidades
sociales: empatía, asertividad; a la par que le brinde las herramientas
necesarias para lograr establecer vínculos de apego seguro con su
menor hija.

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3. Realización de una terapia psicológica para la menor de cuyo
nombre se desprenden las iniciales A.L.O.C., con el objeto de
aminorar la afectación emocional que presenta por la ruptura y
conflictos presentes entre sus progenitores.

4. Terapia de revinculación entre la C. Mónica del Carmen Cruz


Coronado y la menor A.L.O.C., misma que coadyuve al
restablecimiento de la relación materno – filial.

5. Determinar la salida de uno de los progenitores del hogar familiar, ello


debido a que la permanencia de ambos progenitores viviendo bajo
el mismo techo con su menor hija, dificulta el proceso de adaptación
y prolonga la aceptación de la ruptura familiar; al tiempo que resulta
fuente inagotable de conflictos entre los progenitores, que como es
bien sabido han generado un desajuste emocional en la menor
A.L.O.C.

6. Asesoría psicológica para el C. Mario David Olazarán Sánchez, que


tenga como finalidad llevar a cabo un proceso de psicoeducación
en el que logre concientizarlo de la afectación que se está
provocando en su menor hija A.L.O.C. al involucrarla de manera
activa en el proceso de separación entre sus padres y ahora en el
proceso legal de custodia, pues si bien la niña muestra una
preferencia marcada por la figura paterna, ello no significa que no
sufra de manera indirecta por los ataques y descalificaciones que
realiza a su madre, mismas que ahora han generado dificultades en
la relación y distanciamiento entre ambas, pero a futuro pudieran
implicar problemas más graves de conducta y personalidad para la
menor.

7. Tomar en consideración las siguientes reglas que favorecerán la


adaptación psicológica de la menor ante la separación de los
progenitores:

a) Lo que más ayuda a los niños y niñas a adaptarse a la nueva situación


es la ausencia de conflictos entre el padre y la madre (o, en caso de
haberlos, cuando no son “visibles”, cuando no son percibidos por los
hijos e hijas). Para que esto sea posible, el padre y la madre tienen
que anteponer sus intereses como progenitores a sus intereses
individuales.

P á g i n a 36 | 41
b) Mantener una imagen “limpia” del ex cónyuge, transmitiendo al hijo
o a la hija mensajes positivos sobre el padre o la madre, y
favoreciendo actitudes de respeto.

c) Facilitar la comunicación y la relación continuada con ambos


progenitores, respondiendo de manera adecuada a las necesidades
de los hijos e hijas (incluyendo en éstas las relativas a los aspectos
económicos, educativos, de salud, higiene y emocionales), dejando
claro lo que le importa al otro progenitor y la importancia de éste.

d) Permitir que el niño y la niña “disfruten” con el padre y con la madre


y que lo puedan contar al otro progenitor, así como facilitar el
contacto que tenían con el resto de la familia de ambos progenitores
(abuelos/as, tíos/as, primos/as...).

e) Mantener, en la medida de lo posible, las mismas actividades de los


niños y niñas (asistencia al mismo centro educativo, las mismas
actividades extraescolares y deportivas, los mismos amigos...),
intentando que los cambios posteriores a la separación sean los
menores posibles.

f) Evitar las conductas sobreprotectoras o justificantes sobre los hijos e


hijas, como permitir actuaciones o hechos que no serían toleradas
antes de la separación.

g) Finalmente, pero no por ello menos importante, la buena capacidad


de negociación del padre y de la madre para tomar conjuntamente
la mayor parte de las decisiones que aparecen durante los años que
dura la crianza y educación de los hijos e hijas, incluyendo los temas
referentes a las normas, límites y disciplina.

En cuanto a este último aspecto se recomienda la posibilidad de recibir


asistencia para llevar a cabo una negociación y generación de acuerdos,
considerando a la mediación como una alternativa útil para este propósito,
siempre y cuando previamente hayan concluido los procesos psicoterapéuticos
sugeridos para cada uno de ellos

TEORÍAS EXPLICATIVAS:

De acuerdo con Arch (2010), algunos autores han afirmado que los niños,
niñas y adolescentes (NNyA) son los que más sufren dado que, además de
enfrentarse a la ruptura familiar, se encuentran sometidos a estos conflictos
interparentales que perduran tras el divorcio al verse posicionados de forma
continua en medio de las disputas entre ambos padres. Debido, posiblemente, a
que los niños, niñas y adolescentes representan el último enlace inter-progenitores

P á g i n a 37 | 41
para el mantenimiento de las disputas. Como consecuencia de este tipo de
conflictos se propicia el contexto adecuado en el que suele observarse distintas
situaciones relacionadas con la interferencia parental o alienación parental.

Asimismo, se ha determinado que el alto nivel de conflicto potencia el riesgo


de efectos negativos tanto para los niños como para los adultos durante y después
del divorcio; y considerando que, para los niños y niñas, el aspecto más estresante
es la exposición a los conflictos de sus padres. Por lo cual, el conflicto interparental
es el único predictor más fuerte de inadaptación infantil en casos de divorcio,
debido a que los efectos negativos en los niños derivados de la exposición al
conflicto interparental se han observado hasta la edad adulta.

Un elevado conflicto tras el divorcio y un alto nivel de estrés causado por la


separación son susceptibles a deteriorar las habilidades de crianza de los padres al
encontrarse sumergidos en una problemática tan compleja, tendiendo a adoptar
conductas agresivas con los hijos al no saber reaccionar ante su comportamiento,
además de incrementar el rechazo y control psicológico sobre los mismos (Grych,
2005; Trinder et al., 2008) citados por Cantón Duarte (2002).

De acuerdo con Batista, Meléndez y Puerta (2016), cada niño, niña y


adolescente (NNyA) tiende a reaccionar y afrontar de manera diferente las
situaciones adversas presentes en sus vidas. El divorcio afecta directamente a éstos,
pero con programas de ayuda y estrategias de afrontamiento, pueden reponerse
o adaptarse de la mejor manera posible.

Algunos de los cambios que se han podido observar a lo largo de los años,
de manera general, son de comportamientos drásticos provocados por ansiedad
o estrés, alteraciones de los hábitos alimenticios, dificultades para dormir,
sensibilidad y llanto frecuente, irritabilidad e incremento de los berrinches, temores
y disminución en el rendimiento académico (Batista et al., 2016).

Entre la edad de 9 a 12 años, al inicio del problema se manifiestan leales a


ambos padres; están enojados, como una forma de defenderse del impacto del
dolor y la depresión; necesitan oír y sentir que se les ama; se sienten confundidos y
engañados por el padre que supuestamente tiene la culpa del divorcio; aprenden
a manipular la situación y a obtener ganancias de vivir en dos casas; se
avergüenzan por su situación frente al grupo de pares; pueden tomar partido con
uno de los padres con mayor facilidad –por lo que son más propensos a las
conductas de alienación- (Aguilar, 2013); están mucho más enojados e incluso
pueden mostrarse hostiles, con conductas como mentiras, manipulación y robo, en
mayor medida que el grupo anterior (Bryner, 2001)

P á g i n a 38 | 41
Wallenstein, Corbin y Lewis (1988) (citados por Cantón Duarte et al. 2002),
describen ampliamente los sentimientos y reacciones de los niños, niñas y
adolescentes en función de su edad, encontrando para los niños que se ubican
entre los 9 y 12 años que su mayor capacidad empática y de comprensión hace
que tiendan a identificar sus sentimientos con los de los padres, pero ante todo la
angustia, furia, sufrimiento, o desamparo. Pueden tomar partido por uno de ellos
para garantizarse al menos una protección. Asumen papeles adultos
convirtiéndose en el protector de alguno de sus padres por considerarlo víctima del
otro.

Es precisamente en este punto, como señala Aguilar (2013) que puede


presentarse el riesgo de una alienación parental.

La alienación parental es definida por Tejedor et al. (2013) como la negativa del
niño a relacionarse con uno de sus progenitores, pues se pretende romper la
relación de los hijos con un progenitor de manera que le rechacen y no quieran
tener ningún tipo de contacto con él, sin una vivencia o causa acreditada que
pueda justificar el rechazo. Lo habitual de un niño alienado es que manifieste su
odio hacia uno de sus progenitores. Hablará de él con desprecio y con un
vocabulario irrespetuoso. Le insultará sin que se revelen signos de culpa o
remordimiento por esta conducta.

El niño ofrecerá razones triviales para justificar este odio y rechazo. Estos niños
evitan las situaciones terapéuticas, puesto que se podrían descubrir sus
manipulaciones.

El niño rechaza todo lo venga de ese progenitor: regalos, felicitaciones, le


cuelga el teléfono, etc. Admite ciegamente los argumentos del progenitor amado
en contra del odiado. Aparece una clara falta de ambivalencia en el proceso
postruptura, que como sabemos es típica en los hijos tras la separación.

De igual manera, Cantón Duarte et al. (2007) explica que en el desarrollo del
síndrome (de alienación parental) también influyen factores relativos al propio niño
y situacionales. Normalmente el vínculo psicológico que el hijo mantenía antes del
divorcio con el progenitor alienador era más fuerte que el mantenido con el otro.
Por consiguiente, ante el temor de que el padre predilecto lo abandone, el niño
tenderá a aliarse con él.

Aunque en muchos casos los términos alienación parental e interferencias


parentales se utilizan como sinónimos, a continuación presentamos la definición

P á g i n a 39 | 41
proporcionada para las interferencias parentales, mismas que de acuerdo con
Tejedor et al (2013) corresponden al establecimiento de barreras para la relación o
incluso la incitación a odiar a uno de los progenitores, por parte del otro progenitor.
Partiendo de esta definición, pueden ser útiles las siguientes claves para detectar
cuando nos encontramos frente a un caso de posibles interferencias parentales:

1. Los progenitores manipuladores siembran dudas sobre la capacidad de


cuidados del otro progenitor.
2. Creen sinceramente que el niño se beneficia de criarse sin la presencia del
otro progenitor.
3. Pretenden romper la relación, pero no solucionar el problema del rechazo.
4. Los hijos tienen un mayor vínculo –aunque sea insano- con el progenitor que
interfiere.
5. Existe resistencia del niño a visitar al otro progenitor y/o convivir con él.
6. Siempre debe descartarse la existencia de un abuso o maltrato real que esté
en la base del rechazo.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Aguilar, José Manuel (2013) SAP. Síndrome de Alienación Parental. Hijos


manipulados por un cónyuge para odiar al otro. Quinta Edición. Editorial
Almuzara.
2. Arch Marin, Mila. (2010) DIVORCIO CONFLICTIVO Y CONSECUENCIAS EN LOS
HIJOS: IMPLICACIONES PARA LAS RECOMENDACIONES DE GUARDA Y
CUSTODIA Papeles del Psicólogo, vol. 31, núm. 2, mayo-agosto, 2010, pp. 183-
190 Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos Madrid, España.
Disponible en línea https://www.redalyc.org/pdf/778/77813509004.pdf
Recuperado el 08 de Enero de 2021.
3. Batista Ceballos, Brenda et.al (2016). Estrategias de Afrontamiento y
Separación Parental por parte de Niños y Niñas. Universidad de San
Buenaventura – Cartagena. Disponible en línea:
http://bibliotecadigital.usbcali.edu.co/bitstream/10819/4085/1/Estrategias%
20de%20Afrontamiento_Batista%20Ceballo%20Brenda_2016.pdf
Recuperado el 08 de Enero de 2021.
4. Bryner, C. L., Jr. (2001). Children of divorce. Journal American Board Family
Practioners, 14(3), 201-210.
5. Cantón Duarte, José et al. (2007) Conflictos entre los padres, divorcio y
desarrollo de los hijos. Ediciones Pirámide.
6. Cantón Duarte, José et al. (2002). Las consecuencias del divorcio en los hijos.
Universidad de Granada. Disponible en línea:
https://masterforense.com/pdf/2002/2002art16.pdf Recuperado el 08 de
Enero de 2021.
7. Corman. Louis (1967) El test del dibujo de la familia en la práctica médico-
pedagógica. Editorial Kapelusz.
P á g i n a 40 | 41
8. Rogers Richard, Bender D. Scott (2019) Evaluación clínica de la simulación y
el engaño. Editorial El Manual Moderno.
9. Tejedor Huerta, Asunción et al. (2013). PIVIP. Programa de intervención para
víctimas de interferencias parentales. Editorial Eos.

Considerando que con lo anteriormente expuesto doy respuesta a la petición


realizada y habiendo emitido mi opinión, de acuerdo a mi experiencia y conocimientos
profesionales.

Cd. Victoria, Tamaulipas a 13 de Enero de 2021

ATENTAMENTE

Mtra. Perla Lizzett Estrada Muñoz


Céd. Prof. 4271821
Céd. Mtría. 9427855

P á g i n a 41 | 41

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