Los cambios curriculares en el área de la enseñanza de la matemática son mundiales y están ligados

a una concepción renovada de la matemática como actividad humana, como una construcción
sociocultural que, si bien se fundamenta en un sistema conceptual lógicamente organizado basado en
procesos deductivos, tiene en cuenta que se llega a ellos a partir de exploraciones, intuiciones,
inducciones y la adquisición del lenguaje simbólico.

En la actualidad, la educación matemática posee nuevos objetivos vinculados a la resolución de

problemas, al razonamiento, a distintas formas de prueba y al pensamiento de mayor nivel, a la
comunicación matemática, al desarrollo de una actitud positiva y crítica acerca del uso de las
herramientas matemáticas y, por supuesto, a la forma de evaluación.

Estos cambios imponen transformaciones en las concepciones de los docentes sobre la enseñanza y
la evaluación de tal forma que, abordar hoy la formación de docentes implica necesariamente
examinar su relación con los proyectos sociales, políticos y con la historia, buscando recuperar el
sentido de la formación, a la vez que contribuya a una sociedad más justa, inclusiva, con equidad y
respeto a la diversidad, que amplíe el horizonte cultural. Por ello será necesario preguntarse
acerca de los “saberes” que resultan relevantes para el desarrollo de las competencias y la
construcción de herramientas intelectuales necesarias para fortalecer su identidad como
profesional y trabajador de la educación en este nivel formativo.

En esta línea de trabajo, el esfuerzo principal está encaminado a lograr una transformación
profunda del proceso de aprendizaje en una línea de acción que impulsa la participación activa de
los estudiantes futuros profesores de educación primaria, en instancias que ayuden a consolidar
desde el primer año de formación una mejora sostenida y equidad en el acceso al saber,
garantizando de esta manera trayectorias estudiantiles significativas.

Hoy empezamos juntos el camino, Bienvenidos!

Prof. Liliana Lorenzo