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El Autoestima

Autoestima es también confianza en uno mismo en las fuerzas positivas con las que se cuenta
para enfrentar el día a día. Esta confianza es la guía para el riesgo, para probar nuevos caminos
y posibilidades; para ver alternativas en las circunstancias en que la mayoría no ve salida
alguna; para usar la inteligencia y seguir adelante aunque no se tengan todas las respuestas.
Estas son las características que hace que una persona se exprese en terrenos desconocidos
con fe y disposición de éxito. Cuando se confía en lo que se es, no se necesitan justificaciones
ni explicaciones para poder ser aceptado. Cuando surgen las diferencias de opinión, confiar en
uno hace que las críticas se acepten y se les utilice para el crecimiento

El autoestima es la persona que todos podemos ser. Alguien que se ocupa de conocerse y
saber cuál es su papel en el mundo. Su característica esencial es la consciencia que tiene de sí,
de sus capacidades y potencialidades así como de sus limitaciones, las cuales tiende a aceptar
sin negarlas, aunque o se concentra en ellas, salvo para buscar salidas más favorables. Como se
conoce y se valora, trabaja en el cuidado de su cuerpo y vigila sus hábitos para evitar que
aquellos que le perjudican puedan perpetuarse. Filtra sus pensamientos enfatizando los
positivos, procura estar emocionalmente arriba, en la alegría y el entusiasmo, y cuando las
situaciones le llevan a sentirse rabioso o triste expresa esos estados de la mejor manera
posible sin esconderlos neuróticamente.

El que vive desde una Autoestima fortalecida asume responsabilidad por su vida, sus actos y
las consecuencias que éstos pueden generar. No busca culpables sino soluciones. Los
problemas los convierte en un "cómo", y en vez de compadecerse por no lograr lo que quiere,
el autoestimado se planteará las posibles formas de obtenerlos. Responsabilidad es responder
ante alguien, y ese alguien es, él mismo o Dios en caso de que su visión de la vida sea
espiritual. Toma como regalo el poder influir en su destino y trabaja en ello. Quien vive en este
estado no deja las cosas al azar, sino que promueve los resultados deseados y acepta de la
mejor forma posible lo que suceda.

La Autoestima nos hace vivir de manera coherente y nos impulsa a realizar e esfuerzo
necesario para que nuestras palabras y actos tengan un mismo sentido. Aunque el
autoestimado guste de hablar, sus actos hablarán por él tanto o más que sus palabras. No
quiere traicionarse y se esmera en combatir y vencer sus contradicciones internas.
Los que viven confiado en su poder, aman la vida y lo demuestran en cada acto. No temen
liberar su poder aunque puedan valorar la prudencia y respetar las reglas de cada contexto.
Mostrar afecto, decir "te quiero", halagar y tocar físicamente, son comportamientos naturales
en quienes se estiman, ya que disfrutan de sí mismos y de su relación con las personas. La
forma de vincularse es bastante libre y sin l típica cadena de prejuicios que atan culturalmente
al desvalorizad. En esa expresividad, es seguro observar límites, ya que para expresarse no hay
que invadir ni anular a nadie. La expresividad del autoestimado es consciente y natural, no
inconsciente ni prefabricada.
En el terreno de la Autoestima se acepta lo espontáneo aunque el capricho es indeseable. La
vida es vista como una oportunidad lo bastante especial como para no dejarla en manos de la
suerte. De esta visión se deriva un respeto por la razón, el conocimiento y la certeza. Quien
anda de manos del amor propio, no juega consigo y por eso valora el tiempo como recurso no
renovable que es. Quien se respeta busca, sin compulsiones, alcanzar un mínimo control de su
existencia y para eso usa su inteligencia y capacidad de discernimiento, confiando en lograr sus
objetivos al menor costo. He allí la consciencia de efectividad de la Autoestima.

Autoestima es sí misma armonía, equilibrio, balance, ritmo y fluidez. Cuando existe valoración
personal, también se valora a los demás, lo que favorece relaciones sanas y plenas medidas
por la honestidad, la ausencia de conflicto y la aceptación de las diferencias individuales. Por
ser la paz interna la máxima conquista de la Autoestima, quienes están por ese camino hacen
lo posible por armonizar y aminorar cualquier indicador de conflicto. Esta armonía interior
ahuyenta la ansiedad y hace tolerable la soledad, vista a partir de un estado armónico de vida
como un espacio de crecimiento interior, encuentro con uno mismo y regocijo.

En conclusión el autoestima cada persona lo crea, algunos haciéndose daño, ósea con
inseguridad en uno mismo que lo lleva a caer y no lograr lo que uno realmente quiere, por otro
lado están los que creen en sí mismo y logran la mayoría lo que quieren.
EL BULLYING

Autor: CARLOS FERNÁNDEZ-ESPADA RUIZ

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar o, incluso,
por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico
producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en
el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen
ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente
mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.

El bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por
parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y
asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o simplemente a
satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar.

El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la
exclusión social de la víctima. El acoso escolar es una forma característica y extrema de
violencia escolar.

El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a
la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros. Este
tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir
la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un
agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El
sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador,
generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen
parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la
escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos,
la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio.

CARACTERÍSTICAS DEL BULLYING

 Suele incluir conductas de diversa naturaleza (burlas, amenazas, agresiones físicas,


aislamiento sistemático, etc.).
 Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo.
 Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una víctima que
se encuentra indefensa.
 Se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los
agresores y a las víctimas sin intervenir directamente.
 La víctima desarrolla miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia; pérdida
de confianza en sí mismo y en los demás y disminución del rendimiento escolar.
 Disminuye la capacidad de comprensión moral y de empatía del agresor, mientras que
se produce un refuerzo de un estilo violento de interacción.
 En las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se produce falta
de sensibilidad, apatía e insolidaridad.
CAUSAS DEL BULLYING

Las causas de este fenómeno de bullying o acoso escolar son múltiples y complejas. Existen,
en nuestra sociedad, ciertos factores de riesgo de violencia, como la exclusión social o la
exposición a la violencia a través de los medios de comunicación. Sin embargo, carecemos de
ciertas condiciones protectoras que podrían mitigar los efectos de dichos factores, como
modelos sociales positivos y solidarios, contextos de ocio y grupos de pertenencia
constructivos o adultos disponibles y atentos para ayudar.

En su artículo titulado Bullying: un miedo de muerte, la psicóloga y periodista Henar L.


Senovilla, afirma que las causas que pueden hacer aparecer el acoso son incalculables. Tanto
como las formas en las que se manifiesta y los perjuicios que ocasiona.

En general las causas o factores que lo provocan suelen ser personales, familiares y escolares.
En lo personal, el acosador se ve superior. Bien porque cuenta con el apoyo de otros
atacantes, o porque el acosado se trata de alguien con muy poca capacidad de responder a las
agresiones. El acosador lo que quiere es ver que el acosado lo está pasando mal.

En la familia

En el terreno familiar, el origen de la violencia en chavales puede residir en la ausencia de un


padre o la presencia de un padre violento. Esa situación puede generar un comportamiento
agresivo en los niños y llevarles a la violencia cuando sean adolescentes. Además de eso, las
tensiones matrimoniales, la situación socioeconómica o la mala organización del hogar,
también pueden contribuir para que los niños tengan una conducta agresiva.

En el colegio

El bullying puede darse en cualquier tipo de colegio, público o privado, pero según algunos
expertos, cuanto más grande es el centro escolar más riesgo de que haya acoso escolar. Claro
que a eso hay que añadir la falta de control físico y de vigilancia. En los pasillos debe haber
siempre alguien, profesores o cuidadores, para atender e inspeccionar a los alumnos. Aparte
de eso, el tratamiento que se da a los alumnos es muy importante. La falta de respeto, la
humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos llevan a un clima de
violencia y situaciones de agresión. El colegio no debe limitarse solo a enseñar, pero debe
funcionar como generador de comportamientos sociales. Medios de comunicación Los medios
de comunicación, sobre todo la televisión, nos exponen continuamente a la violencia, tanto
real (telediarios) como ficticia (películas o series), y por eso son considerados como una de las
principales causas que originan la violencia en los niños y jóvenes.

- Los comportamientos que los niños observan en televisión influyen en el comportamiento


que manifiestan inmediatamente después, por lo que es necesario proteger a los niños de la
violencia a la que les expone la televisión e incluso debería plantearse la posibilidad de utilizar
la televisión de forma educativa para prevenir la violencia.

- La influencia de la televisión a largo plazo depende del resto de relaciones que el niño
establece, ya que interpreta todo lo que le rodea a partir de dichas relaciones. Por eso la
violencia no se desarrolla en todos los niños, aunque estén expuestos por igual a la violencia
televisiva.
- La repetida exposición a la violencia puede producir cierta habituación, con el riesgo de
considerarla como algo normal, inevitable y de reducirse la empatía con las víctimas. Es
importante promover en los niños la reflexión respecto a la violencia que nos rodea.

- La incorporación de la tecnología audiovisual al aula podría ser de gran utilidad como


elemento educativo en la prevención de la violencia.

En resumen, las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos a que son
expuestos los niños, en la ausencia de valores, de límites, de reglas de convivencia; en recibir
punición o castigo a través de violencia o intimidación y a aprender a resolver los problemas y
las dificultades con la violencia. Cuando un niño está expuesto constantemente a esas
situaciones, acaba por registrar automáticamente todo en su memoria, pasando a
exteriorizarlo cuando vea oportuno. Para el niño que practica el bullying, la violencia es apenas
un instrumento de intimidación. Para él, su actuación es correcta y por lo tanto, no se auto
condena, lo que no quiere decir que no sufra por ello.

CONSECUENCIAS DEL BULLYING

El Bullying no sólo tiene consecuencias negativas para las víctimas sino para todos los
participantes en general. Entre los efectos que el acoso produce en las víctimas se encuentra el
deterioro de la autoestima, ansiedad, depresión, fobia escolar e intentos de suicidio, con
repercusiones negativas en el desarrollo de la personalidad, la socialización y la salud mental
en general.

Para los agresores, las conductas de acoso pueden hacerse crónicas y convertirse en una
manera ilegítima de alcanzar sus objetivos, con el consiguiente riesgo de derivación hacia
conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género. Por su parte, los
espectadores corren el riesgo de insensibilizarse ante las agresiones cotidianas y de no
reaccionar a las situaciones de injusticia en su entorno. Dado que el Bullying ocurre en un
contexto social no sólo afecta a las víctimas sino que sus consecuencias pueden afectar a toda
la comunidad.

Así, ante un episodio de acoso escolar, además de la víctima son los padres y familiares los
inmediatamente afectados; por su parte, los espectadores también se sentirán amenazados,
así como todos los alumnos de la escuela, incluso la comunidad externa, en tanto que los
episodios de acoso no se solucionen en la escuela, se verá implicada ya que el Bullying puede
producirse en otros lugares de encuentro de niños y adolescentes.

Por ello se puede afirmar que el Acoso Escolar tiene un claro efecto de propagación. El
bullying no entiende de distinciones sociales o de sexo. A pesar de la creencia extendida de
que los centros escolares situados en zonas menos favorecidas son por definición más
conflictivos, lo cierto es que el bullying hace su presencia en casi cualquier contexto. Respecto
al sexo, tampoco se aprecian diferencias, al menos en lo que respecta a las víctimas, puesto
que en el perfil del agresor sí se aprecia predominancia de los varones.

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