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Reflexión sobre el Autoestima.

La autoestima es tener una actitud positiva en relación a uno mismo,


quererse tal como uno es y respetarse. Hay personas que la tienen muy alta, lo
que significa que se valoran tal y como son, y otras personas, en cambio, que
padecen de falta de ella, lo cual provoca inseguridades en su vida diaria. Una falta
de esta consideración de sí mismo tiene a su vez asociados problemas sociales y
de integración, ya que la persona que la sufre tiende a aislarse.

Efectivamente, la autoestima está relacionada con la actitud que se tiene


sobre uno mismo. Si esa actitud es positiva, la relación con el entorno también se
verá como un espacio seguro y acogedor. Si, por el contrario, se tiene una
concepción negativa e infravalorada de uno mismo, entonces el mundo se puede
volver peligroso e inseguro.

Como cabe suponer, cada persona desarrolla esta visión de sí mismo de


manera positiva o negativa a largo de su vida, según la influencia de diversos
factores, entre otros las experiencias y sucesos que le van sucediendo con el paso
del tiempo.

De ahí que el Ser humano es el transcurrir de experiencias y eventos con


los que entramos en contacto; un transcurrir en ritmos y fluctuaciones; un ir y venir
de flujos y reflujos. En este devenir, podemos llegar a vivir momentos altos y
momentos bajos. La relación social, generalmente signada por cambios rápidos y
frecuentes, y por una elevada competitividad, nos obligan a permanentes
readaptaciones. En ciertas circunstancias, nuestro sentido de valor personal y de
confianza en las propias capacidades pueden verse afectados y hacernos creer
que vivimos a merced de las contingencias.

En esos momentos la confusión, la impotencia y la frustración producidas


por el no logro, nos lleva a dudar de nuestro poder creador, de la capacidad
natural de restablecernos, y es entonces cuando optamos por crear y a veces
sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar generado por la
Autoestima, es decir, por la consciencia, el amor incondicional y la confianza en
uno mismo. Los seres humanos, somos "la única especie capaz de traicionar y
actuar contra nuestros medios de supervivencia". En estado de desequilibrio, el
hombre opta por manejarse de formas diversas, aunque nocivas y elige,
generalmente, los siguientes caminos: Parálisis, Negación, Evasión y Enfermedad.

La autoestima se va forjando desde el nacimiento, al igual que el


autoconcepto. Es a su vez, fruto de la interacción de distintos factores: Por un
lado, genéticos (temperamento) y por otro, los ambientales (personales, sociales y
culturales). Todos ellos se van asimilando e interiorizando a medida que vamos
creciendo. Esta valoración de uno mismo puede ir variando con la edad.

Dependiendo del nivel de autoestima que nosotros los adolescentes


tengamos, así se verán influidos el resto de aspectos de nuestra vida: escolar,
familiar, afectivo, intrapersonal… Además, esta valoración influirá decisivamente
en la personalidad posterior y en la felicidad.

De ahí que los Adolescentes con alta autoestima:

 Se sienten queridos y aceptados por su entorno. Además, se encuentran


motivados para aprender, probar cosas nuevas y están dispuestos a conocer
mundo.
 Suelen mostrarse optimistas respecto a su futuro y saben abordar sus
problemas desde diversos puntos de vista.
 Se establecen objetivos y metas a corto y medio plazo y son capaces de
responsabilizarse de sus propios comportamientos y decisiones.
 Conocen sus fortalezas y debilidades. Al igual que saben aceptar las
críticas, son autocríticos y se enfrentan a los problemas.
 Tienen estabilidad emocional y dan muestras de empatía.
 Son sensibles ante las necesidades ajenas, se comunican fácilmente con
las personas de su alrededor y mantienen una red saludable de contactos en su
entorno.

Y los Adolescentes con baja autoestima:


No obstante, las conductas que dan indicios de baja autoestima en los
adolescentes están encabezadas por una falta de confianza en sí mismos y en sus
capacidades.

 Se consideran inferiores a los demás, no respetados y no valorados.


Esto hace que rechacen realizar actividades grupales en las que han de cooperar
con los demás.
 Sienten inseguridad y un paralizante miedo al fracaso.
 A menudo, dan muestras de falta de disciplina, de compromiso y de
asunción de su responsabilidad.
 En su intento por sobresalir y dada su necesidad constante de llamar la
atención engañan y mienten.
 Echan la culpa a los demás y a menudo adoptan una actitud agresiva,
violenta, regresiva, desafiante y antisocial.

Dando así importancia a lo reflexionado puedo decir o concluir que La


autoestima es una autovaloración crítica y positiva de uno mismo. Además, la
verdadera autoestima es total e incondicional. Es muy importante trabajarla y
mejorarla para poder conseguir nuestros objetivos, tener una visión positiva de
nuestro entorno y vivir más felices con nosotros mismos y con los demás.

También La Autoestima es un recurso psicológico que permite que las


personas se orienten hacia el bienestar y no hacia la autodestrucción. Sin
embargo, de manera automática y poco consciente, acostumbramos desarrollar
comportamientos que afectan y reducen de manera significativa nuestra calidad de
vida.

Envidiar, criticar, maltratar, celar, quejarse, negarse a aceptar las cosas


como son, evitar los cambios necesarios, trabajar compulsivamente, fumar o beber
en exceso y actuar tímidamente o con apatía, entre otras conductas frecuentes,
revelan desamor por uno mismo, pérdida del equilibrio de la mente y del cuerpo y,
por consiguiente, la urgente necesidad de restablecer la Autoestima, que es la
pieza clave para todo tipo de relación en nuestras vidas: paternal, amorosa, de
trabajo o simplemente social.

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