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Actividad, clase 9

Nombre: Ramiro Jesus Gonzalez

Consigna:
Elegir dos preguntas por grupo, deberá ser una correspondiente al texto de Freud y otra
correspondiente a los temas  “El estadio del espejo” y “Tópica de lo imaginario” 

a. Introducción del narcisismo:


1-Explicar qué entiende Freud por un estado narcisista de la libido.
El delirio de grandeza es propio de estos estados, que es donde existe una
sobrestimación del poder de sus deseos y de sus actos psíquicos, la omnipotencia de los
pensamientos, una fe en la virtud ensalmadora de las palabras y una técnica dirigida al
mundo exterior, la magia que aparece como una aplicación consecuente de las premisas
de la manía de grandeza. Suponemos una actitud totalmente análoga frente al mundo
exterior en los niños de nuestro tiempo, cuyo desarrollo nos resulta mucho más
impenetrable. Nos formamos así la imagen de una originaria investidura libidinal del yo,
cedida después a los objetos.

2-Desarrollar brevemente que es el narcisismo primario y el narcisismo secundario. 


 En el narcisismo primario la libido sustraída del mundo exterior fue conducida
al yo, y así surgió una conducta que podemos llamar narcisismo.
 En el narcisismo secundario es un estado construido sobre la base de un
narcisismo primario en donde nace un replegamiento de esas primeras
investiduras de objeto oscurecidos por múltiples influencias. 

3-Señalar en el texto el párrafo en el cual Freud hace referencia a la frase “ His majesty,
the baby” y explicarlo brevemente.
Hace referencia a que el niño debe cumplir los sueños, los irrealizados deseos de los
padres; el varón será un grande hombre y un héroe en lugar del padre, y la niña se
casará con un príncipe como tardía recompensa para la madre. 

b. El estadio del espejo: 


Ubicar en el texto al menos dos párrafos en los que aparezca alguno de los siguientes
términos y explicarlo brevemente:
Desde la edad de seis meses, un lactante ante el espejo, que no tiene todavía dominio de
la marcha, ni siquiera de la postura en pie, pero que, a pesar del estorbo de algún sostén
humano o artificial (lo que solemos llamar unas andaderas), supera en un jubiloso
ajetreo las trabas de ese apoyo para suspender su actitud en una postura más o menos
inclinada, y conseguir, para fijarlo, un aspecto instantáneo de la imagen. 
Este desarrollo es vivido como una dialéctica temporal que proyecta decisivamente en
historia la formación del individuo: el estadio del espejo es un drama cuyo empuje
interno se precipita de la insuficiencia a la anticipación.
Para el sujeto, preso de la ilusión de la identificación espacial, maquina las fantasías que
se suceden desde una imagen fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos
ortopédica de su totalidad.
Basta para ello comprender el estadio del espejo como una identificación en el sentido
pleno que el análisis da a este término: a saber, la transformación producida en el sujeto
cuando asume una imagen, cuya predestinación a este efecto de fase está
suficientemente indicada por el uso, en la teoría, del término antiguo imago.
El sujeto se adelanta en un espejismo a la maduración de su poder, que es recibida como
Gestalt, es decir, en una exterioridad donde sin duda esa forma es más constituyente que
constituida, pero donde sobre todo le aparece en un relieve de estatura que la coagula y
bajo una simetría que la invierte, en oposición a la turbulencia de movimientos con que
se experimentan a sí mismo animándola. La Gestalt, cuya pregnancia debe considerarse
como ligada a la especie, aunque su estilo motor sea todavía irreconocible, por esos dos
aspectos de su aparición simboliza la permanencia mental del yo al mismo tiempo que
prefigura su destinación alienante. sea capaz de efectos formativos sobre el organismo
es cosa que puede atestiguar por una experimentación biológica, a su vez tan ajena a la
idea de causalidad psíquica que no puede resolverse a formularla como tal.
Este cuerpo fragmentado, término que he hecho también aceptar en nuestro sistema de
referencias teóricas, se muestra regularmente en los sueños, cuando la moción del
análisis toca cierto nivel de desintegración agresiva del individuo. Las fantasías que se
suceden, desde una imagen fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos
ortopédica.

c. Tópica de lo imaginario:
Luego de ver el video de la experiencia realizada en la universidad de La Plata explicar:
¿Qué es una imagen real? Las imágenes reales son el tipo de imágenes que se forman
debido a la convergencia de los rayos de luz en un punto después de ser reflejados o
refractados por un espejo o lente. Las imágenes reales se forman en el punto donde los
rayos de luz interactúan entre sí. Las imágenes reales son de naturaleza invertida y
puede ser visto en la pantalla.
¿Qué es una imagen virtual? El aparato que he inventado muestra pues que, estando
colocado en un punto muy cercano a la imagen real, puede vérsela no obstante en un
espejo en estado de imagen virtual. Esto es lo que se produce en el hombre.
Las imágenes virtuales son las imágenes que solo parecen formarse en una posición
detrás de un espejo. Sin embargo, en realidad, la imagen no está presente allí. A
diferencia de las imágenes reales, una imagen virtual se forma cuando los rayos de luz
reflejados o refractados divergen. En este caso, cuando se permite que la luz de un
objeto incide en el espejo y cuando los rayos de luz se reflejan en el espejo, parece que
los rayos divergen en algún lugar detrás del espejo.
Explicar en qué consiste la experiencia del “ramillete invertido” 
El ramillete se refleja en la superficie esférica, para aparecer en el punto luminoso
simétrico. Dada la propiedad de la superficie esférica, todos los rayos que emanan de un
punto dado aparecen en el mismo punto simétrico; con todos los rayos ocurre lo mismo.
Se forma así una imagen real. Observen que en mi esquema los rayos no se cruzan por
completo, pero así sucede también en la realidad, y en todos los instrumentos de óptica:
obtenemos sólo una aproximación. Más allá del ojo, los rayos continúan su trayectoria,
y vuelven a divergir. Pero, para el ojo son convergentes, y producen una imagen real,
pues la característica de los rayos que impresionan un ojo en forma convergente es la de
producir una imagen real. Convergen cuando llegan al ojo, divergen cuando se alejan de
él. Si los rayos impresionan al ojo en sentido contrario, se forma entonces una imagen
virtual. Es lo que sucede cuando miran una imagen en el espejo: la ven allí donde no
está. Aquí, por el contrario, ustedes la ven donde ella está, siempre y cuando el ojo de
ustedes se encuentre en el campo de los rayos que ya se han cruzado en el punto
correspondiente. 
Según Lacán, el yo se forma en una etapa temprana de la vida cuando el niño se
reconoce a sí mismo en el reflejo de otro, en particular, en la imagen especular que se
refleja en un espejo. La experiencia del niño frente al espejo es crucial porque le permite
ver su propio cuerpo como un objeto externo y separado de sí mismo. A través de esta
experiencia, el niño comienza a construir una imagen de sí mismo, que será la base de
su futura identidad. Para Lacán, hay dos tipos de espejos que reflejan la imagen del
niño: el espejo cóncavo y el espejo plano. El espejo cóncavo, según Lacán, representa la
imagen deformada del niño, que se ve a sí mismo como una imagen idealizada y
perfeccionada. En contraste, el espejo plano representa la imagen real y concreta del
niño, en la que se ven las imperfecciones y las limitaciones del cuerpo. La experiencia
del espejo cóncavo es la base del narcisismo primario, que es la fase en la que el niño se
enamora de su propia imagen y se siente completo y pleno en sí mismo. En esta etapa,
el niño experimenta el placer del autoerotismo, es decir, la satisfacción de sus
necesidades sexuales en su propio cuerpo. Sin embargo, el espejo cóncavo no es
suficiente para construir una identidad completa y estable. El niño necesita interactuar
con otros para desarrollar una imagen más completa y realista de sí mismo. Es en esta
etapa que se produce el narcisismo secundario, que se basa en la identificación con otros
y en la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

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