A B C literario

o se puede decir

N
trónicos acabasen por
que a Northrop
Frye no se le
Poderosas palabras. La M)lia y nuestras metáforas tergiversar el proceso
educativo al proporcio-
haya hecho justicia en Northrop Frye nar un torrente de infor-
el mundo editorial his- maciones y experiencias
pánico. En todo caso, Traduc. de Claudio López de Lamadrid. Muchnik, 1996. 421 páginas, 3.900 pesetas
con escasas posibilida-
. se trata de una atención bien merecida, pues proselitista de sus ideas y siempre defendió la des, sin embargo, de facilitar un conocimiento
este auténtico polígrafo canadiense, compa- función social de las disciplinas qué cultivaba. genuino de lo que a todos nos incumbe.
ñero de cátedra de Marshall McLuhan en To- En su pensamiento sobre la Literatura son. El conjunto formado por «El gran código» y
ronto, en donde falleció hace ahora cuatro fundamentales los conceptos de «mito» y de «Poderosas palabras», verdadera obra magna
años, es una de las figuras más relevantes en «incumbencia». Toda sociedad humana posee de su autor y fruto granado de su madurez,-
el panorama intemacional de la teoría y la crí- una mitología propia, que habla de sus preocu- ofrece en efecto una «doble visión» de las Es-
tica literaria contemporáneas. Si mi memoria paciones, tanto primarias como secundarias, crituras. El primer libro consiste, por así de-
rio me engaña, la editorial venezolana Monte cirio, en un estudio «centrípeto» de la Biblia en
Ávila puso en español dos de sus libros princi- sus aspectos internos más importantes: len-
pales, «Anatomía de la crítica» (1957) y «La es- guaje, símbolos, relatos, metáforas y tipología-
critura profana» (1976). Yo mismo hice traducir genérica. El segundo, por el contrario, aborda
en la editorial Taurus, que ya había publicado el asunto desde una perspectiva «centrífuga»,
un texto suyo de interés menor, «La estructura para mostrar cómo la unidad canónica de la
inflexible de la obra literaria», la obra con que Biblia prefigura y representa la gran unidad
Frye dio respuesta al McLuhan apocalíptico de imaginativa de la Literatura eurocéntrica secu-
«La Galaxia Gutenberg»: «El sendero crítico» lar. Y así, más de la mitad de «Poderosas pala-
(«The Critical Path», 1971). En 1988 aparecía bras», cuyo título procede del Evangelio de Lu-
en nuestra lengua, seis años después que en cas (4:32) donde se califica de este modo el
inglés, «El gran código. Una lectura mitológica uso del lenguaje por Jesucristo en Cafarnaún,
y literaria de la Biblia» (Gedisa, Barcelona), pri- nos ofrece un repertorio de símbolos y metáfo-
mera gran aportación sobre el libro de los li- ras heredadas por la literatura a partir de cua-
bros escrita por quien, luego de sus estudios tro grandes raíces bíblicas: la montaña, el jar-
de Filosofía, Teología protestante y Literatura dín, la caverna y el horno. Las dos primeras
inglesa en Toronto y Oxford, se ordenó como connotan elevación y creatividad; las otras
ministro de la Iglesia Unida de Canadá y ejer- dos, descenso y condena. Frye recurre para
ció por breve tiempo la labor pastoral en Sas- ello a su vasta cultura, que no deja de estar li-
katchewan. mitada, a veces en exceso, por su formación
«El gran código», traducido ya a más de literaria casi exclusivamente anglosajona. Más
veinte lenguas, tendría su continuación, preci- todavía: el autor mejor representado aquí es
samente, en estas «Poderosas palabras», úl- Blake, al que Frye dedicó veinte años de tra-
timo trabajo de Northrop Frye finalizado dos bajo y un libro en 1947, «Fearful Symmetry: A
años antes de su muerte. Me congratulo por la Study of WHIiarri Blake». Menudean las decla-
celeridad, elegancia y rigor con que aparece raciones del ensayista canadiense en las que
entre nosotros, méritos atribuibles, en primer reconoce que el autor de «Everiasting Gospel»
lugar, a la casa editora y al direc- fue, tras la Biblia, su fuente inte-
tor de la colección, Enrique lectual más destacada. El canon
Lynch, que no han escatimado «Es éste el último trabajo de Frye, una de las de Frye resulta, pues, tan parcial
como el de Harold Bloom. Con
esfuerzos a la hora de poner al figuras más relevantes en el panorama Blake, son Donne, Milton, Sha-
servicio de este empeño un
equipo reforzado por Nora Catelli intemacional de la teoría y la crítica kespeare y Yeats los escritores en
y capitaneado por el traductor los que se ejemplifica más inten-
López de Lamadrid. A él se debe,
literaria contemporáneas. Me congratulo por samente la pervivencia de los mi-
en particular, no sólo una traduc- la celeridad, elegancia y rigor con que tos bíblicos. De la literatura hispá-
nica, sólo Borges le merece un
', clon meritoria (empañada no obs- aparece la obra entre nosotros» breve comentario, Lope de Vega
tante por algunos fallos como «las una alusión a «Peribáñez» y San
oleadas de histerismo en la clase Juan de la Cruz el reconocimiento
media... que periódicamente de su influencia en T. S. Eliot. Calderón ni si-
"asuelan" Estados Unidos y Canadá» (pág. que la Literatura se encarga de transmitir y di- quiera es mencionado. '
72), sino también el esfuerzo riguroso de iden- versificar. Estos mitos, por lo tanto, conciernen,
tificar las autocitas de «El gran código» en su incumben a toda la comunidad, tal y como Frye Lo que está claro, por supuesto, es que, en
versión castellana o, incluso, el trabajo de desarrolló en uno de sus libros ideológicamente frase de su autor, «Poderosas palabras» «no
mencionar las traducciones españolas, más importantes, «El sendero crítico», escrito trata la religión en sí: trata de la relación del
cuando las hubiere, de los libros utilizados por para polemizar abiertamente con McLuhan. mito bíblico y la metáfora con la cultura occi-
Northrop Frye. Frye utilizó para propagar sus ideas los medios dental, más concretamente con su literatura»
La unidad complementaria de estos dos en- que según su colega de Toronto iban a termi- (pág, 141). Pero en ese vínculo entre mito bí-
sayos sobre la Biblia, que para Frye se parece nar con la «Galaxia Gutenberg». Su libro de blico y cultura occidental predomina lo que el
más a una pequeña biblioteca que a un libro 1963 «The Educated Imagination» reúne una teólogo Rudolf Buitmann denonninó en su día
propiamente dicho, estaba ya anunciada en el gavilla de conferencias radiofónicas previa- «kerygma», es decir, una modalidad expresiva,
prólogo de «El gran código» y se ratifica desde mente emitidas por la Canadian Broadcasting y por ello retórica, apropiada para la proclama-
el mismo subtítulo original del ensayo que Corporation, y Frye fue por largos años miem- ción de contenidos revelados. A este res-
ahora nos ocupa, - «Words with Power: Being a bro de la comisión supervisora de la radio y la pecto, ef concepto de Buitmann que Frye
Second Study of the Biblie and Literature», en televisión canadienses. hace suyo se entronca con su teoría de la in-
cuyas páginas menudean las referencias a En todo caso, para él la literatura es «cons- cumbencia, y por ello las Escrituras son tan
aquella primera hora. De hecho, la última pu- cious mytology», un compendio mitológico bien «kerygmáticas» para los crístianos como el
blicación de Frye, «The Double Vision», fe- estructurado de la experiencia humana y una «Manifiesto comunista» para los marxistas o el
chada un año antes de su muerte, consistió' garantía para la pervivencia de nuestra civiliza- «Libro rojo» para los seguidores de Mao, con
en una reelaboración de sus conferencias de- ción, que «depende de la existencia de textos lo que Frye está reconociendo de modo implí-
dicadas a resumir y divulgar las tesis conteni- impresos, o de algo que se le corresponda, cito el significado trascendente de la Biblia
das en «El gran código» y «Poderosas pala- que permanece inalterable para poder reexami-. precisamente en su estudio más intrínseco y
bras». Porque lejos de limitarse al papel institu- harto y que no cambia por mucho que se le no confesional sobre ella.
cional del «scholar» y a una mera concepción consulte» (pág. 115). A Frye, como también a
académica de la crítica literaria, Frye fue un McLuhan, le preocupaba que los medios elec- DarfoVILLANUEVA