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Serio Politoff L. – Jean Pierre Matus A. – María Cecilia Ramírez G.

LECCIONES DE DERECHO PENAL CHILENO


PARTE GENERAL
Segunda Edición
(Pág. 96-99)

B. EL PROBLEMA DE LAS LLAMADAS LEYES PENALES EN BLANCO

a. La ley penal en blanco propiamente tal

Leyes en blanco propiamente tales son las que remiten la determinación de la materia de la
prohibición a una norma de rango inferior, generalmente un reglamento u otra disposición
normativa emanada de la autoridad administrativa. Su denominación se debe a BINDING, quien
las describiera, no sin gracia, como “un cuerpo errante en busca de alma”. 1

El fundamento de la existencia de estas figuras consiste en el hecho de que existen materias


que resultaría inconveniente fijar en el texto legal, en circunstancias que la materia de la
prohibición está sujeta a cambios o supone precisiones técnicas que sólo pueden ofrecerse por
instancias que poseen la información pertinente. Este procedimiento se sigue con frecuencia
en la legislación especial, pero también se la halla en el Código Penal. Un ejemplo importante
es la Ley 19.366, que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes, cuyo articulado se remite
constantemente a preceptos reglamentarios, no sólo para determinar las substancias sujetas
a su control, tales como “competente autorización” (en los arts. 1°, 2° y 5°). Del Código Penal
puede mencionarse, por ejemplo, el artículo 318 que castiga al que “pusiere en peligro la
salud pública por infracción de las reglas de higiene o de salubridad, debidamente publicadas
por la autoridad, en tiempo de catástrofe, epidemia o contagio”. Otros ejemplos en este
Código encontramos en los arts. 256, 272, 288, 314, 320, 322, 492, etc., y, además, en
numerosas faltas.

El problema de fondo se suscitan estas normas es el de su constitucionalidad, esto es, si ellas


contradicen o no el principio de reserva legal. La cuestión ha sido resuelta por el Triunal
Constitucional, el que ha señalado que tales normas se ajustan al texto de la Constitución,
cuando “el núcleo de la conducta que se sanciona está expresa y perfectamente definido” en
la ley propiamente tal, de donde deberia seguire que sólo se deja a las normas de rango
inferior “la misión de promenorizar” los conceptos contemplados en la ley. 2 Conforme a
nuestra jurisprudencia ordinaria, a esta exigencia de precisión en la ley se debe añadir la de
que las normas complementarias de la ley exigencias de publicidad de toda ley, aunque, por su
índole y en otras circunstancias, la norma de jerarquía inferior no la hubiere requerido. 3

1
BINDING, Normen I, 162.
2
Vid. Ampliamente sobre el punto. Matus, 168 ss.
3
Cfr. SCA de Santiago de 22.06 193 (RDJ, L, 2° parte, Secc. 4°, p. 288). Vid. al respecto COUSIÑO I, 85 ss.
Véase, además, un análisis detallado de las exigencias que aseguren el respecto de la garantía
constitucional en MATUS, 188 ss.
b. La ley penal en blanco impropia

Leyes penales en blanco impropias son, según el concepto acuñado por MEZGER, aquellas en
que el complemento (de la conducta o la sanción) se halla previsto en el mismo código o ley
que contiene el precepto en blanco o en otra ley, 4 producto de lo que, con razón, se ha
denominado “pereza legislativa”. 5 ejemplos de ese modo de proceder son el art. 470, N° 1 Cp
y el art. 22 de la Ley de Cheques y Cuentas Corrientes Bancarias, que se remiten, en cuanto a
la penalidad, a lo dispuesto en el art. 467 Cp, que establece las penas del delito de estafa.

Puesto que en tales casos tanto la conducta como sus cirscunstancias, así como la pena
prevista para el delito, se encuentran comprendidas en nromas que revisten el carácter de ley
en sentido estricto, no hay, en principio, problemas relativos al principio de legalidad, pes éste
no parece exigir una determinada técnica legislativa, aunque CURY tiene razón en formular
advertencias respecto de los riesgos y complicaciones substanciales que de ella derivan para
que el principio de legalidad opere efectivamente como garantía, que suele ser menos precisa
en la definición de las conductas prohibidas. 6

c. La ley penal en blanco al revés

Ley penal en blanco al revés es aquella en que la ley describe completamente la conducta
punible, pero entrega su sanción a una potestad normativa de jerarquía inferior. 7

En este caso, al contrario de las situaciones recién analizadas, estamos ante una técnica
legislativa claramente violatoria de la reserva legal (nulla poena sine lege, art. 19, N°3, inc. 7°,
de la Constitución), que en cuanto a la legalidad de la pena, no parece admitir excepción. 8

A pesar de ello, producto de las vicisitudes del proceso legislativo, el artículo 21 Cp remite la
determinación de la pena de “incomunicación con personas extrañas al establecimiento penal”
al Reglamento Carcelario, sin fijar ni su límite máximo ni las modalidades de su aplicación. 9
Afortunadamente, la disposición en cuestión carece en el presente de aplicabilidad, al no
contemplar el Reglamento de Establecimiento Penitenciario vigente la regulación a que alude
el art. 21 Cp.

4
MEZGER, 381 ss.; también MIR PUIG, 40.
5
RODRIGUEZ DEVESA / SERRANO GÓMEZ, 189; MATUS, 181.
6
CURY I, 153.
7
JIMENEZ DE ASÚA I, 352 ss. Vid., asimismo, RODRIGUEZ DEVESA / SERRANO GÓMEZ, 189.
8
En el mismo sentido, CURY I, 158.
9
La historia de esta notable “torpeza legislativa”, puede verse en MATUS, 182 ss. Todavía más notable
muestra de “torpeza”, es el nuevo art. 494 bis, ¡que no señala la pena aplicable a la tentativa y
frustración del hurto-falta!

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