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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN CIVIL

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO


Magistrado ponente

STC8800-2016
Radicación n.° 70001-22-14-000-2016-00054-01
(Aprobado en sesión de veintinueve de junio de dos mil dieciséis)

Bogotá, D.C., treinta (30) de junio de dos mil dieciséis


(2016).-

Decide la Corte la impugnación formulada frente al


fallo de 3 de mayo de 2016, proferido por la Sala Civil
Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Sincelejo, dentro de la acción de amparo
promovida por el menor XXX contra el Juzgado Segundo
Promiscuo de Familia de la misma ciudad, trámite al que
fueron vinculados los Juzgados Primero Promiscuo de
Familia de dicha localidad y Quinto de Familia de
Barranquilla, así como las partes y los intervinientes de los
asuntos a los que alude el escrito de tutela.

ANTECEDENTES
Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

1. El menor de edad accionante reclama la


protección constitucional de los derechos fundamentales al
debido proceso, al acceso a la administración de justicia y a
las garantías previstas en el artículo 44 de la Constitución
Política, presuntamente conculcados por la autoridad
judicial accionada, con ocasión de los autos que rechazaron
por competencia la demanda ejecutiva de alimentos que
instauró M. E. M. M. en su representación y de YYY, contra
J. A. C. B., J. del C. C. G., M. T. C. M., E. C. M. y S. C. T.,
éstos como herederos del causante H. C. C..

Solicita, entonces, que se ordene a la autoridad


judicial convocada, «admitir la demanda ejecutiva de alimentos
[referida]» (fl. 4 cdno. 1).

2. En apoyo de tal pretensión, aduce en síntesis,que


mediante sentencia de 31 de agosto de 2004, el Juzgado
Segundo Promiscuo de Familia de Sincelejo ordenó a H. C. C.
(q.e.p.d.), suministrarle a él y a su hermano, también menor
de edad, la suma de «$2’350.000.oo» mensuales y «cuotas extras
en junio y diciembre de $2’700.000.oo», por concepto de alimentos.

Refiere que el 29 de octubre de 2015, representado por


su señora madre, M. E. M. M., promovió demanda ejecutiva
de alimentos contra J. A. C. B., J. del C. C. G., M. T. C. M.,
E. C. M. y S. C. T., en calidad de herederos del causante H.
C. C., con el fin de obtener el pago de los alimentos
adeudados por este último desde el mes de mayo de 2012 y
hasta octubre de 2015.

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Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

Sostiene que en auto de 17 de febrero de la presente


anualidad, el Despacho atacado rechazó el escrito inaugural,
con fundamento en que se omitió dar cumplimiento a lo
dispuesto en el artículo 1434 del Código Civil, esto es, «la
notificación judicial del título a los herederos» y porque carecía

competencia, ya que se encontraba en trámite el proceso de


sucesión de su difunto padre, escenario en cual se podía
hacer valer la obligación alimentaria, decisión que recurrió
infructuosamente en reposición, pues mediante proveído de
15 de abril siguiente, se mantuvo íntegramente lo resuelto.

Asevera que el estrado judicial atacado conculcó las


garantías invocadas con lo resuelto, toda vez que i) aplicó el
artículo 1434 del Código Civil sin tener en cuenta que fue
derogado por el canon 626 del Código General del Proceso, y,
ii) desconoció que si bien la deuda alimentaria integra el
pasivo de la sucesión del alimentante, ello no le impide
ejercitar la acción ejecutiva para obtener el pago de esa
acreencia, tal y como lo establece, afirma, el artículo 87
ibídem.

Tras ese relato, señala finalmente, que la causa


mortuoria puede demorar muchos años más, y entre tanto
necesita los emolumentos reclamados para «sobrevivir,
alimentarse, vestirse, educarse y acceder a la salud» (fls. 1 a 4 cdno. 1).

RESPUESTA DEL ACCIONADO Y LOS VINCULADOS

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Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

M. E. M. M., madre del menor accionante, solicitó que


se acceda a las «pretensiones» de la demanda de tutela (fl. 67
ídem).

La Procuraduría Veintisiete Judicial II de Familia de


Sincelejo adujo, que en sentencia T-506 de 2011 la Corte
Constitucional consideró que el proceso de sucesión es el
escenario pertinente para discutir los alimentos que por ley
estaba obligado el difunto a suministrar, razón por la que
con las providencias cuestionadas no ha vulnerado garantía
superior alguna al accionante (fls. 68 a 72 ídem).

A su turno, el Juzgado Segundo Promiscuo de Familia


de Sincelejo alegó, que los proveídos censurados están
ajustados al ordenamiento jurídico, pues «los alimentos debidos
a los menores YYY y XXX, a cargo de su fallecido padre, H. C. C.,
pasaron a ser deudas deducibles del caudal relicto que comprende su
sucesión y es allí donde deben solicitarse y ser pagados con la prelación
que le es propia a este tipo de créditos» (fl. 76 ibídem).

Por su parte, el Juzgado Quinto de Familia de


Barranquilla informó, que dentro del juicio de sucesión del
causante H. C. C., se reconoció como heredero al aquí
interesado, por lo que en la diligencia de inventarios y avalúo
de 25 de julio de 2013 se incluyó como pasivo «las cuotas
alimentarias» que éste echa de menos (fl. 93 ídem).

LA SENTENCIA IMPUGNADA

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Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

La Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior del


Distrito Judicial de Sincelejo negó la protección reclamada,
tras considerar que:

«[E]l juez de tutela no puede entrar a terciar la competencia,


cuando lo procedente es que quien la declara (Jueza Segunda Promiscuo
de Familia de Sincelejo), remite la demanda ejecutiva de alimentos a
quien cree que lo es (Juez Quinto de Familia de Barranquilla) y él habrá
de decidir si asume o no el conocimiento, pero en cualquier sentido le
imprimirá el trámite consecuente».

De otro lado, estimó que el accionante no demostró la


ocurrencia de un menoscabo grave de sus garantías, por el
contrario,

«cuenta con su señora madre, M. E. M. M. y, ella, a su vez, con


asesoría jurídica particularmente contratada, representándolo, inclusive
en la diligencia de inventario y avalúos practicada el 25 de julio de 2013,
dentro de la sucesión del causante H. C. C., a cargo del Juzgado Sexto de
Familia de Barranquilla, que para el 19 de diciembre de 2012 le
reconoció la calidad de heredero» y «el hecho de presentar la acción
ejecutiva de alimentos debidos desde el mes de abril de 2012, esto es, el
que finalizó 12 días de la muerte del alimentante, el 29 de octubre de
2015, en la oficina judicial de Sincelejo, resalta por sí solo que
trascurrieron tres años, cuatro meses y 27 días, lapso durante el cual, los
adolescentes pudieron sobrevivir, alimentarse, vestirse, educarse,
acceder a la salud, pero que conforme a la acción de tutela, sería ahora
inhumano esperar las resultas de un proceso de sucesorio como se
afirma en el libelo, numeral 8, cuando lo cierto es que primero se ha de
surtir el trámite dispuesto por la ley, en casos de declaración judicial de
incompetencia» (fls. 99 a 103 ídem).

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Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

LA IMPUGNACIÓN

El promotor impugnó el fallo anterior, con argumentos


similares a los planteados en la demanda de amparo (fls. 114
y 115 ibídem).

CONSIDERACIONES

1. Se recuerda que la acción de tutela es un


mecanismo particular establecido por la Constitución
Política de 1991 para la protección inmediata de los
derechos fundamentales de las personas, frente a la
amenaza o violación que, en cuanto a ellos, pueda derivarse
de la acción u omisión de las autoridades públicas o de los
particulares, sin que se constituya o perfile en una vía
sustitutiva o paralela de los medios ordinarios de defensa
que la misma norma superior y la ley consagran para la
salvaguarda de tal clase de derechos.

De igual manera es necesario destacar que, en línea de


principio, el mencionado mecanismo procesal no procede
respecto de providencias y actuaciones judiciales, salvo que
en el evento excepcional en el que el juzgador adopte una
determinación o adelante un trámite en forma alejada de lo
razonable, fruto del capricho o de manera desconectada del
ordenamiento aplicable, con vulneración o amenaza de los
derechos fundamentales del respectivo ciudadano, caso en
el cual es pertinente que el juez constitucional actúe con el
propósito de conjurar o prevenir el agravio que con la

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Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

actuación censurada se pueda causar a las partes o


intervinientes en el proceso.

2. De entrada, advierte la Corte que si bien XXX es


menor de edad, esa condición no lo inhabilita para
instaurar la acción de tutela, pues «no existe duda de la facultad
que tienen los menores de edad para acudir directamente a este
excepcional mecanismo, derivada de su condición de sujetos de especial
protección constitucional (art. 44 Carta Política), y del carácter informal y
naturaleza garante de los derechos fundamentales de la acción de
resguardo. Tampoco, de la obligación del juez de tutela de “efectuar un
particular examen a aquellas circunstancias en que se vean involucradas
personas que no hayan cumplido la mayoría de edad”» (STC3269-2015),
máxime cuando en el presente caso la demanda de
protección va dirigida contra actuaciones emitidas en un
juicio en el que éste es parte.

3. En efecto, el menor accionante cuestiona los autos


de 17 de febrero y 15 de abril, ambos de la presente
anualidad, mediante los cuales el Juzgado Segundo
Promiscuo de Familia de Sincelejo, rechazó por falta de
competencia la demanda ejecutiva de alimentos que instauró
M. E. M. M. en su representación y la de su hermano,
contra J. A. C. B., J. del C. C. G., M. T. C. M., E. C. M. y S.
C. T., también herederos del causante H. C. C., su
progenitor.

4. De los documentos obrantes en el expediente de


tutela y que sirven para la resolución del asunto, la Sala
verifica lo siguiente:

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4.1. Mediante sentencia de 31 de agosto de 2004 el


Juzgado Segundo Promiscuo de Familia de Sincelejo ordenó
a H. C. C., suministrar alimentos a favor de sus menores
hijos XXX y YYY, por la suma de «$2’350.000.oo» mensuales, y
«cuotas extras en junio y diciembre de $2’700.000.oo» (fls. 13 a 15 cdno.
1).

4.2. H. C. C. falleció el día 12 de junio de 2012 en esta


capital (fl. 17 ibídem), razón por la cual una vez abierto el
respectivo proceso de sucesión, en auto de 19 de diciembre
de la anualidad precitada el Juzgado Sexto de Familia de
Barranquilla reconoció como herederos a los menores
aludidos (fl. 16 ídem).

4.3. El 25 de julio de 2013 se adelantó la diligencia de


inventario y avalúo de los bienes relictos dentro de la causa
mortuoria señalada, en la cual se excluyó el pasivo
correspondiente a los alimentos adeudados por el difunto
en beneficio de los menores alimentistas, con fundamento
en que éstos contaban con «otra vía» para reclamarlos (fls. 94
a 97 ibídem).

4.4. El 29 de octubre de 2015, M. E. M. M. en


representación de los jóvenes mencionados, instauró
demanda ejecutiva de alimentos contra J. A. C. B., J. del C.
C. G., M. T. C. M., E. C. M. y S. C. T., en calidad de
herederos del causante H. C. C., con el propósito de obtener
el recaudo de las cuotas de alimentos debidas por el
obligado a partir de mayo de 2012 y hasta la presentación
de la demanda (fls. 7 a 11 ídem).

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Rad. n°. 70001-22-14-000-2016-00054-01

4.5. En proveído de 17 de febrero pasado, el Juzgado


Segundo Promiscuo de Familia de Sincelejo rechazó por falta
de competencia la anterior demanda ejecutiva, con sustento
en que:

«Con la muerte del alimentante, los alimentos debidos por el


causante gravan entonces el patrimonio autónomo ilíquido de la
sucesión y sus herederos la representan.

El artículo1227 del Código Civil preceptúa que los alimentos que


el difunto ha debido por ley, gravan la masa hereditaria, la
jurisprudencia patria ha decidido esta cuestión considerando que el
cobro de obligaciones alimentarias a persona difunta ha de hacerse
dentro del proceso sucesorio.

El artículo 501 del Código General del Proceso establece que en la


diligencia de inventario y avalúos de los bienes relictos, en el pasivo, se
incluirán las obligaciones que consten en título que preste mérito
ejecutivo; por lo que el fuero de atracción y para dilucidar
convenientemente todo lo relacionado con el caudal relicto y las cargas
que lo gravan, se considera que el juez de conocimiento de la sucesión
del causante E. C. C. (q.e.p.d.), es quien debe asumir el conocimiento
del proceso ejecutivo». Así que remitió las diligencias a su

homólogo Quinto de Familia de Barranquilla, por ser quien


conoce actualmente de la causa mortuoria (fls. 28 y 29
ibídem).

4.6. Frente a dicha determinación la parte ejecutante,


aquí accionante, formuló sin éxito recurso de reposición,
pues en proveído de 15 de abril siguiente el Despacho
atacado la mantuvo, tras considerar que:

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«1. Con la muerte del señor H. C. C., la obligación de alimentos


pasó a ser un pasivo de la sucesión. 2. El momento para manifestar la
necesidad de los alimentos, junto con los demás argumentos esbozados
por el actor, era el proceso sucesoral. 3. Corresponde al juez de la
sucesión verificar, si en el caso de los menores C. M., los alimentos se
extinguen por confusión. Estas razones permiten concluir que del
presente proceso tendiente a obtener el pago forzado de mesadas
alimentarias impagadas por causa de la muerte del alimentante le
corresponde conocer al juez que lo hace de la causa mortuoria, por
disposición de los artículos 1016 y 1227 del Código Civil. Se reitera
entonces, que la muerte del alimentante no extingue el derecho a recibir
alimentos y que el momento propicio para definir el futuro de la
obligación alimentaria, en caso del fallecimiento del deudor, es la
sentencia que pone fin al proceso de sucesión» (fl. 36 ídem).

5. Con vista en lo anterior, no cabe duda que


contrario a lo considerado por el Tribunal constitucional de
instancia, para la Corte el Juzgado accionado incurrió en
causal de procedencia del amparo, al rechazar por falta de
competencia la demanda ejecutiva de alimentos motivo de
revisión, en razón a que no se preocupó por indagar sobre el
estado en que se encontraba el proceso de sucesión del
difunto padre de los alimentistas, y pese a ello se rehusó a
conocer de la causa y remitió las diligencias a dicho trámite,
sin advertir, claro está, que el pasivo correspondiente a los
alimentos adeudados había sido excluido de la relación de
bienes y deudas del causante, por lo que con el rechazo de
la demanda ejecutiva promovida para obtener su pago, dejó
a los alimentistas sin herramientas jurídicas para el cobro
de las cuotas adeudadas por su difunto padre, lo que sin
duda vulneró las garantías del menor accionante.

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6. En pasada oportunidad la Sala consideró, que el


proceso ejecutivo es el escenario idóneo y eficaz para
reclamar los alimentos debidos por el causante cuando no
fueron relacionados en los pasivos de la masa hereditaria, a
ese respecto puntualizó que:

«Esta Corte ha sostenido que antes de acudir al amparo las


personas deben agotar los medios que tengan a su alcance para
defensa de sus intereses, pues, son las autoridades accionadas las
competentes para pronunciarse sobre las irregularidades denunciadas
y, si es del caso, tomar los correctivos pertinentes.

Desde esta perspectiva se advierte que la reclamante debió


asistir a la diligencia de inventarios y avalúos y hacer valer la
obligación alimentaria, pues, con dicha omisión aceptó implícitamente
los activos y pasivos presentados y dilapidó la opción de alegar todos
los reproches que aquí hace.
(…)

[No obstante], si lo pretendido por la afectada es el pago de los


alimentos a favor de su hija, puede acudir a la jurisdicción de familia
mediante un proceso ejecutivo contra los demás herederos y exponer en
dicho escenario todos los reparos que hace por esta vía, como lo
estableció el Tribunal.

Tal situación reafirma la inviabilidad de la tutela, toda vez que


cuenta con un medio actual e idóneo para la defensa de sus intereses,
eso sí, atendiendo los requisitos que le son propios a este tipo de
trámites, previa formulación de demanda y apego al rito legal»
(STC3269-2015).

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7. Sin embargo, lo anterior no significa que el Juzgado


accionado al momento de estudiar la demanda ejecutiva
omita revisar el título ejecutivo base de recaudo y las cuotas
de alimentos efectivamente debidas por el causante, para
determinar si el cobro compulsivo de éstas es procedente o
no, conforme lo previsto por el Estatuto Procesal Civil y en
las normas alimentarias, pues al ordenar que se admita el
proceso no se está señalando que la obligación sea real y
existente.

8. En consecuencia, por las razones anteriormente


expuestas, se revocará el fallo impugnado, para en su lugar,
brindar al menor accionante la protección de los derechos
fundamentales que invocó, para lo cual se ordenará al
Juzgado accionado, que tras dejar sin efecto los proveídos
cuestionados, impulse el trámite de la demanda ejecutiva de
alimentos tantas veces referida, realizando el
correspondiente estudio previo al documento allegado como
base de la ejecución, y las cuotas de alimentos que se
afirma, son adeudas por el causante, para poder determinar
así si es procedente o no el cobro librar la respectiva orden
de apremio, teniendo en cuenta que aun pudiendo cobrarse
en la sucesión, también puede adelantarse el proceso
ejecutivo, y en cada caso con la consabida preferencia, si
existe la obligación.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia

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en nombre de la República y por autoridad de la Ley,


REVOCA la sentencia objeto de impugnación, y en su lugar,
CONCEDE el amparo de los derechos fundamentales
invocados por XXX

En consecuencia, se ORDENA al Juzgado Segundo


Promiscuo de Familia de Sincelejo, que tras dejar sin efecto
los autos de 17 de febrero y 15 de abril, ambos de 2016, en
el término de diez (10) días contado a partir del recibo del
expediente del proceso motivo de censura, impulse el
trámite de la demanda ejecutiva de alimentos promovida
por M. E. M. M. en representación de sus menores hijos
XXX y YYY contra J. A. C. B., J. del C. C. G., M. T. C. M., E.
C. M. y S. C. T., en calidad de herederos del causante H. C.
C., realizando el estudio previo del título base de recaudo y
las cuotas de alimentos enlistadas como debidas por el
difunto, para determinar finalmente la procedencia del
cobro compulsivo de éstas.

Comuníquese telegráficamente lo aquí resuelto a las


partes, al a-quo y, en oportunidad, remítase el expediente a
la Corte Constitucional para su eventual revisión.

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO


Presidente de Sala

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MARGARITA CABELLO BLANCO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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