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LA NUEVA REGLA 702, UN CAMBIO FUNDAMENTAL EN LA PRESENTACIÓN DE

PRUEBA PERICIAL

ARTÍCULO

Revista Jurídica UIPR


Volumen 44 • Número 2
Agosto – Mayo 2009 – 2010
44 Rev. Jur. U. Inter. P.R. 341 (2010)

Rolando Emmanuelli Jiménez*

I. Introducción 341
II. La prueba pericial bajo las Reglas de Evidencia de 1979 342
III. La admisibilidad de la prueba pericial bajo las nuevas Reglas de Evidencia 345
IV. Impacto en la práctica forense 348
V. Conclusión 350

I. Introducción

El Comité Asesor Permanente de Reglas de Evidencia (en adelante “Comité”) recibió en el año
2006 la encomienda de preparar un proyecto de reglas que atendiera dos preocupaciones
fundamentales: (1) agilizar los procedimientos judiciales y garantizar la solución justa, rápida y
económica de las controversias; y 2) actualizar y modernizar el Derecho Probatorio.

Para satisfacer estos objetivos, algunas de las áreas que necesitaban mayor atención eran la prueba
pericial y la electrónica. Los interesantes cambios que se hicieron a las Reglas sobre prueba pericial
balancearon la necesidad de que las controversias se adjudiquen con rapidez, guardando el interés
de proteger el aspecto sustantivo de la calidad de la justicia y el valor probatorio de la prueba que
se presente. En este artículo abordaremos el trasfondo, los cambios realizados,

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la justificación y el impacto que tendrá en la práctica forense en Puerto Rico, lo dispuesto en la


Regla 702 del Capítulo VII de las Reglas de Evidencia, que regula la presentación de la prueba
pericial.{1}1

II. La prueba pericial bajo las Reglas de Evidencia de 1979

En las Reglas de Evidencia de 1979, se privilegió la facilidad y rapidez de la presentación de la


prueba pericial versus la sustancia y la rigurosidad científica. Esto se puede demostrar al señalar
las relajadas reglas sobre la cualificaciones de los peritos, que permiten que con mera experiencia
sobre un asunto, si se considera que es suficiente para calificarlo como un experto, puede declarar
sobre un asunto técnico o científico; si no hay objeción de parte, no es necesario entrar en las
cualificaciones y se puede pasar al testimonio sustantivo; si no hay objeción, no es necesario sentar
las bases de la opinión pericial; la información de base, puede ser lo que le contaron antes del
juicio o vista; no tienen que ser datos que hayan sido admitidos previamente en evidencia; y, el
perito puede declarar sobre la cuestión última que debe resolver el tribunal.{2}2

Bajo estas circunstancias (aunque es un ejemplo extremo), puede llevarse a la vista un perito sin
que haya hecho ningún tipo de investigación o pericia previa sobre los hechos del caso; que
descanse únicamente en lo que le contaron ese día la parte o el abogado que lo presenta; que en el
directo solamente exprese escuetamente su grado profesional o experiencia en la materia; y que
inmediatamente se le pregunte sobre la cuestión última a resolver por el Tribunal.

Si la parte opuesta a este testimonio no objeta las cualificaciones, las bases o la información que
se utilizó a los fines de que pueda testificar, el perito puede testificar y expresar al Tribunal la
opinión sobre los hechos que se deben adjudicar. Bajo estas circunstancias, parece ser más
importante la rapidez con que llega al récord del Tribunal la opinión de la cuestión última de la
controversia, que la rigurosidad y sustancia de la prueba científica. El problema con este enfoque
de rapidez, es que se perjudica o menoscaba la confiabilidad o valor probatorio de la prueba
pericial. Es por eso que bajo las Reglas de Evidencia 1979, el tribunal tenía total discreción para
eliminar el testimonio presentado por la parte. Es decir, que no tenía que explicar y fundamentar
su determinación, con meramente no creerle a la persona perita, podía suprimir su testimonio.{3}3

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Por otro lado, en Estado Unidos, luego de Daubert/Kumho y su progenie, {4}4 se resolvió que el
criterio de aceptabilidad general en la comunidad científica como requisito de admisibilidad de la
prueba pericial, según resuelto en el caso Fry, {5}5 no estaba escrito en las Reglas de Evidencia
federales de 1975. Por lo tanto, a los fines de determinar la admisibilidad del testimonio pericial
había que recurrir a la confiabilidad científica que se desprende del concepto conocimiento
científico. Esto estableció un trámite mucho más riguroso para los fines de la admisibilidad de la
evidencia que dio paso a las mociones in limine para determinar antes del juicio o durante el juicio,
la competencia de un testigo pericial para emitir su opinión sobre los hechos del caso.

El Comité se encontró ante el dilema de atender el asunto de la prueba pericial, ya sea a base del
criterio estricto federal de Daubert en que la admisibilidad del testimonio depende de la
confiabilidad científica, o manteniendo el modelo vigente en ese momento, en el cual la
confiabilidad no es un criterio de admisibilidad y está diluido dentro del concepto de valor
probatorio, que está sujeto a la discreción del Tribunal en términos de mera credibilidad. Se tomó
en cuenta además, los efectos que tendría mantener el sistema vigente de acceso flexible o adoptar
el estricto filtro del sistema federal que obliga que los peritos cumplan con exigentes criterios y
calificaciones.

El Tribunal Supremo en Daubert puntualizó que los tribunales federales deben ser porteros
(“gatekeepers”), con la obligación de asegurar la pertinencia del testimonio y su confiabilidad
(“reliability”). Si la ciencia o técnica en la que se fundamenta el testimonio pericial no es confiable,
no se satisface el requisito de la Regla 702 federal (Regla 702),{6}6 en el sentido de que el
testimonio sea “de ayuda al juzgador” como establece nuestra Regla 52 derogada y la nueva 702
vigente. El Tribunal dedujo el requisito de confiabilidad del término “scientific knowledge” de la
Regla 702 Federal.

En General Electric v. Joiner,{7}7 el Tribunal Supremo Federal resolvió que el criterio de revisión
de un tribunal superior en cuanto a la determinación del tribunal de instancia de excluir prueba
bajo Daubert, es el de “abuso de discreción”. Esto confiere a los tribunales federales prácticamente
una inmunidad a la revisión de las determinaciones sobre admisión o exclusión de prueba pericial.

En Kumho el Tribunal Supremo resolvió que Daubert aplica tanto a testimonio pericial científico
como a testimonio pericial técnico o de otro tipo. Se volvió a recalcar que los factores enumerados
en Daubert para evaluar la confiabilidad de la prueba pericial no constituyen una enumeración
estricta o taxativa, sino unas guías para regir la discreción de los tribunales. A saber:

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1. si la teoría o técnica subyacente ha sido o podría ser probada;

2. si la teoría o técnica ha sido objeto de revisión por la comunidad científica y ha sido publicada;

3. el índice de error de una técnica particular; y,

4. la aceptación general en la comunidad científica.

Como dijimos, el Comité debatió la conveniencia o no de adoptar en Puerto Rico los criterios de
Daubert/Kumho en cuanto a la admisibilidad de la prueba pericial. Hay que estar claros que dicha
jurisprudencia no es mandatoria en Puerto Rico, pues no descansa en imperativos constitucionales.
Sin embargo, puede ser ilustrativa y persuasiva a la hora de estudiar esta materia.

Para tomar esta decisión, se planteó y se analizó concienzudamente el valor fundamental del acceso
a los tribunales. En muchas ocasiones las partes que no cuentan con medios económicos suficientes
tienen que recurrir a personas que no necesariamente tiene las mejores calificaciones académicas,
profesionales o científicas. Es por eso que tienen que recurrir a personas que pueden aportar
testimonio pericial, aunque no necesariamente sea los mejores en el campo científico o técnico en
particular. El Comité entendió que adoptar un criterio de confiabilidad como elemento esencial de
admisibilidad de la prueba pericial al estilo de Daubert iba a cerrar las puertas de los Tribunales a
las personas de escasos recursos económicos. No obstante, el Comité también tuvo claro que era
indispensable aumentar la calidad del proceso de presentación de prueba pericial incorporando
guías específicas para la evaluación del valor probatorio de la prueba para que un Tribunal pueda
ejercitar su criterio en cuanto al peso que le concederá al testimonio pericial. De esa manera, no
impide al acceso a la justicia a las personas de pocos recursos económicos porque no puedan
contratar a los mejores peritos, pero se utilizarán criterios específicos y rigurosos para evaluar el
valor probatorio del testimonio aportado, aclarando el poder del tribunal para eliminar el
testimonio bajo la Regla 403, si no se satisfacen los criterios razonables de valor probatorio.

Bajo este estado de derecho, la confiabilidad de la prueba pericial no se convierte en criterio


absoluto e indispensable para la admisibilidad en el tribunal que deba ser custodiado por un portero
o gatekeeper que deba resolver el asunto antes de comenzar el juicio o vista. Bajo esta Regla 702,
se estimará el valor probatorio de la prueba en el momento de presentarse en el juicio y si se
entiende que no supera los criterios de la Regla 403, se debe suprimir del registro. Como existen
criterios claros para ejercer este poder, los tribunales tiene que justificar expresamente y por escrito
su decisión. La determinación de descartar un testimonio pericial no es liviana y representa en la
mayoría de los casos el desestimar la reclamación o defensa de la parte proponente del testimonio.
Por tanto, no justificar la determinación de manera expresa y por escrito viola el Debido Proceso
de Ley.

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III. La admisibilidad de la prueba pericial bajo las nuevas Reglas de Evidencia

Al establecerse criterios específicos, algunos tomados de Daubert, para evaluar el valor probatorio
de la prueba, se está modificando todo el proceso forense de prueba pericial en Puerto Rico.

La Regla 702, propuesta por el Comité, aprobada por el Tribunal Supremo y la Legislatura,
establece lo siguiente:

REGLA 702. testimonio pericial{8}8


Cuando conocimiento científico, técnico o especializado sea de ayuda para la
juzgadora o el juzgador poder entender la prueba o determinar un hecho en
controversia, una persona testigo capacitada como perita -conforme a la Regla 703-
podrá testificar en forma de opiniones o de otra manera.

El valor probatorio del testimonio dependerá, entre otros, de:


(a) si el testimonio está basado en hechos o información suficiente;
(b) si el testimonio es el producto de principios y métodos confiables;
(c) si la persona testigo aplicó los principios y métodos de manera confiable a los
hechos del caso;
(d) si el principio subyacente al testimonio ha sido aceptado generalmente en la
comunidad científica
(e) las calificaciones o credenciales de la persona testigo; y
(f) la parcialidad de la persona testigo.
La admisibilidad del testimonio pericial será determinada por el Tribunal de
conformidad con los factores enumerados en la Regla 403. {9}9

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Los criterios de la Regla 702 de Puerto Rico tienen su base en Daubert, pero se amplían y se hace
más fáciles de entender y aplicar. Veamos sus implicaciones.

A. Si el testimonio está basado en hechos o información suficiente

En los casos en los cuales es necesario presentar prueba pericial es vital que la persona perita
cuente con todos los datos, hechos, circunstancias, variables, referencias, tratados, etc., que le
permitan emitir una opinión razonable. En muchas ocasiones la falta de conocimiento sobre un
hecho puede hacer inválida la opinión o modificarla sustancialmente. Por ende, la persona perita
tiene que recopilar, investigar, indagar, requerir información, etc., de manera que pueda expresar
que su opinión se ajusta a los hechos precisos del caso.

B. Si el testimonio es el producto de principios y métodos confiables

Para entender el concepto de la confiabilidad de la prueba pericial, podemos recurrir a los criterios
expresados por Daubert. Estos son: si la teoría o técnica subyacente ha sido o podría ser probada;
si la teoría o técnica ha sido objeto de revisión por la comunidad científica y ha sido publicada; el
índice de error de una técnica particular; y, la aceptación general en la comunidad científica. El
apoyo que tenga un testimonio pericial en estos criterios abona a su confiabilidad, y por ende a su
valor probatorio.

C. Si la persona testigo aplicó los principios y métodos de manera confiable a los hechos
del caso

El testimonio pericial puede estar basado conceptualmente en ciencia apropiada o confiable, es


decir, buena ciencia, y esto afianza su valor probatorio. Sin embargo, puede ser que la persona
experta aplique de manera incorrecta los preceptos científicos pertinentes. Por ende, es
indispensable que el testimonio pericial demuestre que la aplicación de la ciencia confiable a los
hechos fue la apropiada dentro de las circunstancias.

D. Si el principio subyacente al testimonio ha sido aceptado generalmente en la comunidad


científica

Este es el criterio del caso Frye que fue superado por Daubert. Bajo Frye una teoría o metodología
que no estuviera aceptada por la comunidad científica pertinente no tenía acceso a los tribunales.
Se partía de la premisa de que esta aceptación era elemento fundamental de su confiabilidad. Sin
embargo, muchas veces el consenso de la comunidad científica es sustituido rápidamente por otras
ideas, y en otros casos, ideas científicas nuevas de gran confiabilidad, toman cierto

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tiempo en lo que se reconocen por los científicos. El testimonio pericial puede estar basado
conceptualmente en ciencia apropiada o confiable, pero no necesariamente estar reconocido
generalmente en la comunidad científica.

Es por eso que Daubert representa un adelanto en relación a Frye, pues permite que ideas nuevas
puedan tener acceso a los tribunales si están sustentadas por otros criterios de confiabilidad. Bajo
Daubert y nuestra Regla 702 la aceptación general es un criterio, pero no es el que controla la
determinación sobre la admisibilidad de la prueba.

E. Las calificaciones o credenciales de la persona testigo


Este criterio es evidente, dado el caso de que una persona que no haya sido calificada como experto
no puede declarar como perito. Sin embargo, las calificaciones de un perito son fundamentales
para asignarle valor probatorio. No es lo mismo un médico generalista declarando sobre un caso
de oftalmología pediátrica, que un especialista en la materia. Las calificaciones del perito no
necesariamente se refieren a credenciales académicas, sino también a la experiencia manejando
casos similares.

Dada la importancia de las calificaciones periciales, en la Regla 703 se expresó que la estipulación
sobre las calificaciones de un perito no es impedimento para que se pueda examinar a la persona
experta sobre ese extremo. Esta enmienda tiene su justificación en que siempre este aspecto es
pertinente, aunque se estipule. Además, conforme a la Regla 707, siempre se puede
contrainterrogar sobre las calificaciones, aunque este asunto no haya sido cubierto en el directo.
La estipulación lo que permite es que se califique a la persona para declarar como perita, pero
cuánto peso tendrá su testimonio, va a depender de su trasfondo académico, profesional y personal.

F. La parcialidad de la persona testigo

Este asunto es importante para la determinación de la credibilidad de la persona perita. Debe


notarse que las reglas de impugnación de testigos también aplican a la prueba pericial. Por ende,
se puede interrogar a una persona experta sobre cualquier aspecto que se refiera a su credibilidad
porque esta es pertinente conforme a la Regla 401, para descubrir la verdad y para determinar el
valor probatorio de su testimonio.

En torno a la parcialidad de la prueba pericial existen situaciones particulares de gran importancia


como cuando el perito no ha cobrado sus honorarios y como quiera comparece a declarar, cuando
está testificando bajo un acuerdo de honorarios contingentes, cuando su declaración viola cánones
de ética profesionales, cuando es una persona que se considera un campeón o reivindicador de la
reputación de profesionales demandados por impericia, etc.

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IV. Impacto en la práctica forense

Ante estos criterios, que son numerus apertus, pues un caso en particular puede requerir la
aplicación de criterios adicionales, la parte que interese presentar prueba pericial tiene que tomar
en cuenta que aunque meramente se requiere experiencia suficiente para cualificar a la persona
como perito, siempre la persona experta tiene que testificar tomando en cuenta los discernimientos
de la Regla 702. Por ende, la persona contratada como perito tiene que estar orientada
apropiadamente en cuanto a los criterios sobre los cuales va juzgarse su testimonio. Por tanto,
todas las etapas de su intervención en el caso tienen que estar enmarcadas en estas ponderaciones
mínimas.

Conforme a estos elementos, toda investigación, prueba, experimento, evaluación o análisis que
haga la persona experta debe tomar en cuenta el método científico. Hay que tomar en consideración
que en Puerto Rico contamos con la Regla 708, {10}10 que dispone que la admisibilidad de las
pruebas científicas y experimentos se evaluará tomando en consideración los factores de la Regla
403. Aunque la Regla 708 se refiere a un asunto particular de la prueba pericial, el de las pruebas
científicas, como por ejemplo, la de paternidad, sus términos son pertinentes a la hora de interpretar
las disposiciones sobre los peritos.

Bajo estas consideraciones, debe aumentar la rigurosidad con la cual tiene que estar redactado el
informe pericial, porque el informe pericial es ilustrativo del testimonio o de las gestiones
realizadas, y para que tenga valor probatorio, debe tomar en cuenta los criterios de la Regla 702.

Otro asunto que se mejora con la incorporación de la Regla 702 es el proceso de descubrimiento
de prueba. Si el perito tiene que trabajar el caso conforme con los criterios de la Regla 702 y
preparar su informe compatible con estos, pues también tiene que prepararse adecuadamente para
contestar los interrogatorios. De igual manera, en una deposición, tiene que estar preparado para
contestar preguntas con las que los abogados de la parte adversa escudriñarán su testimonio a base
de los referidos criterios de la Regla 702.

Cuando se va a presentar el testigo en la vista o juicio en su fondo, además de las cualificaciones,


el testigo tiene que demostrar que su testimonio contiene elementos suficientes para satisfacer los
criterios de la Regla 702. El tribunal de instancia que escucha su testimonio, tiene que utilizar los
criterios mencionados para evaluar el peso o valor probatorio y compararlo con los factores de
riesgo de resultados no deseados expresados en la Regla 403. De esta forma, la discreción del
tribunal de primera instancia para suprimir el testimonio no es absoluta, pues está obligado por
guías específicas que el no seguir constituiría un abuso discreción.

La aplicación correcta de la Regla 702 no descarta que en casos evidentes de falta de valor
probatorio se pueda presentar una moción in limine antes del juicio apoyada

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en contestaciones a interrogatorios, informes, deposiciones, etc., que hagan claro, sin


consideraciones ulteriores, que el testimonio pericial no tiene valor probatorio. A manera de
ejemplo podemos mencionar un caso en que se esté determinando el valor en el mercado de la
renta que puede generar una propiedad, y el perito de una de las partes presente únicamente una
tasación del valor en el mercado de la propiedad y no del potencial de rentas. Bajo estas
circunstancias, la ausencia de valor probatorio se apoya decisivamente en la pertinencia del
testimonio y la Regla 403 puede dar base a una eliminación previa al juicio. No obstante, la
inmensa mayoría de los casos va a requerir esperar al juicio para evaluar el testimonio a base de
las Reglas 702 y 403.

El momento apropiado para la presentación de la moción in limine, es decir, para que se elimine
del récord el testimonio pericial, es después de escuchar a la persona perita. En ese momento las
partes debatirán valor probatorio según dispuesto por la Regla 702 y factores de riesgo de la Regla
403.

De la misma manera, los tribunales apelativos que evalúen el efecto del error en la admisión,
exclusión y apreciación de la prueba pericial, tienen criterios específicos que deben utilizar a los
fines de ponderar el valor probatorio de dicha prueba para determinar si erró el tribunal de primera
instancia y considerar el efecto del error conforme a las Reglas 104 y 105.

Conforme a lo dispuesto en la Regla 702, ya no se regirá el asunto de la exclusión de la prueba


pericial, únicamente por el criterio de la discreción que tiene el Tribunal sobre opinión pericial
basada en la mera credibilidad.

El resultado neto de los cambios a la Regla 702 es que las partes en el proceso y los Tribunales
que evalúen la prueba pericial y que tomen determinaciones sobre su admisibilidad o valor
probatorio, tienen que justificarlas expresamente y por escrito a base de los criterios de la Regla
702 o cualquier otro criterio racional y científico que justifique la determinación.

El Comité entendió que adoptando este criterio híbrido atendía de la mejor manera posible el
asunto de la prueba pericial. Por un lado, las partes tienen bastante libertad para presentar un
experto que se ajuste a su condición socioeconómica; y, si esa persona puede aportar información
validada conforme a los criterios de la Regla 702, el Tribunal debe considerarla, admitirla y darle
el valor probatorio que corresponda.

Este modelo conciliador de la postura vigente bajo las Reglas de 1979 y Daubert, permite que
aunque no se pueda contratar el mejor perito en la materia, el perito que tenga las calificaciones
mínimas pueda investigar, estudiar, analizar y prepararse para aportar testimonio de calidad y que
se utilice como base para la adjudicación del caso. A fin de cuentas, eso es lo que persigue el
ordenamiento probatorio reflejado en la Regla 702, que se mejore la calidad y confiabilidad de la
prueba pericial.

Es por esto, que decimos que la Regla 702 impacta desde el proceso de la contratación del perito
hasta la etapa apelativa del caso. El Tribunal de primera instancia que evalúe el testimonio tiene
ya unos criterios específicos en la Regla 702 que puede

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utilizar conforme a lo dispuesto en la Regla 403 para eliminar el testimonio luego de escucharlo,
si entiende que su valor probatorio queda sustancialmente superado por consideraciones rapidez,
confusión, prejuicio indebido, etc., según lo dispuesto en la Regla 403.

V. Conclusión

Por último, es necesario recalcar que el progreso y divulgación de la ciencia y la tecnología han
ocasionado que sean pertinentes para casi todos los aspectos de nuestra vida social y personal. Esto
hace que su utilidad sea cada vez mayor a la hora de resolver controversias. Si bien es cierto que
las Reglas de Derecho Probatorio, al decir del Juez Blackmun en Daubert, no están diseñadas para
conseguir el entendimiento del cosmos, y sí para resolver disputas jurídicas, son meritorias las
reservas del Juez Rehnquist al expresar que la normativa de Daubert no puede imponer a los jueces
la obligación o la autoridad de convertirse en científicos aficionados. Para balancear estos
intereses, los tribunales deben velar porque sus jueces tengas las herramientas intelectuales
suficientes para enfrentar controversias científicas mediante programas de educación
multidisciplinaria que incluyan los fundamentos científicos más comunes en las adjudicaciones;
deben exigir a las partes que se les presente en las controversias toda la evidencia pertinente y de
valor científico para resolverlas, y además; deben privilegiar otros recursos como lo son los peritos
designados por el tribunal, para que cuenten con ayuda al momento de dilucidar los conflictos y
ambigüedades de la prueba pericial dentro del contexto del sistema de adversarios.

Notas al Calce
* Profesor de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y
miembro del Comité Asesor Permanente de Reglas de Evidencia; autor del libro Prontuario de
Derecho Probatorio Puertorriqueño. A.B., Universidad de Puerto Rico (1983); J.D., Universidad
de Puerto Rico (1986); LL.M., Centro de Estudios Jurídicos Avanzados de la Pontificia
Universidad Católica de Puerto Rico (1992).
1
{1} Aunque el Capítulo VII contiene otras modificaciones a las Reglas de 1979, nos
concentraremos en la Regla 702, porque representa el cambio paradigmático en la materia.
2 2
{ } Véase las Reglas de Evidencia de 1979 derogadas 52 a la 58.
3
{3} 32 L.P.R.A. Ap. VI, R. 403 (2009). (La herramienta jurídica correcta para eliminar el
testimonio pericial era la derogada Regla 19 ahora 403, que compara el valor probatorio con el
efecto no deseado que pueda tener la evidencia, pero la credibilidad del testimonio era cardinal
para el ejercicio de la discreción del tribunal al eliminar un testimonio de una persona perita).
4 4
{ } Daubert v. Merrell Dow Pharm., Inc., 509 U.S. 579 (1993) y Kumho Tire Co., LTD., v.
Carmichael, 509 U.S. 579 (1993).
5 5
{ } Frye v. U.S., 293 F. 1013 (D.C. App. 1923).
6 6
{ } 32 L.P.R.A. Ap. VI, R. 702 (2009).
7 7
{ } General Electric v. Joiner , 522 U.S. 136 (1997).
{ } Regla 52 de 1979 sobre Testimonio pericial, disponía lo siguiente: “Cuando conocimiento
8 8

científico, técnico o especializado sea de ayuda para el juzgador entender la evidencia o determinar
un hecho en controversia, un testigo capacitado como perito en relación con la materia sobre la
cual va a declarar podrá testificar en forma de opiniones o de otra manera”.
9 9
{ } 32 L.P.R.A. Ap. VI, R. 403 (2009). REGLA 403. EVIDENCIA PERTINENTE EXCLUIDA
POR FUNDAMENTOS DE PERJUICIO, CONFUSIÓN O PÉRDIDA DE TIEMPO
Evidencia pertinente puede ser excluida cuando su valor probatorio queda sustancialmente
superado por cualesquiera de estos factores:
(a) riesgo de causar perjuicio indebido
(b) riesgo de causar confusión
(c) riesgo de causar desorientación del Jurado
(d) dilación indebida de los procedimientos
(e) innecesaria presentación de prueba acumulativa.
10 10
{ } 32 L.P.R.A. Ap. VI, R. 708 (2009).

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