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1929 Fleming descubre la penicilina, el primer antibiótico natural, pero fracasa en su intento de purificarlo. La
industria farmacéutica se muestra "indiferente"
1932-35 Domagk, siguiendo los pasos de Ehrlich, descubre la acción del rojo de prontosilo (la primera
sulfamida) sobre el neumococo y otros estreptococos in vivo.
1940 Woods descubre el mecanismo de acción de las sulfamidas. Estamos en plena "Edad de oro de la
Quimioterapia de síntesis".
La composición química de la pared celular varía de una bacteria grampositiva a una gramnegativa. Sabemos que
la pared de las bacterias grampositivas está formada por una capa de 50 a 100 moléculas de espesor de
peptidoglicano, mientras que el peptidoglicano de las bacterias gramnegativas es sólo de una o dos moléculas de
espesor, además de una capa externa de lipopolisacáridos, que está ausente en las especies grampositivas.
Gram positiva Gram negativa
El peptidoglicano está formado por largas cadenas de polisacáridos en las cuales se alternan en forma lineal N-
acetilglucosamina (NAG) y ácido N-acetilmurámico (NAM). Estas largas cadenas están unidas en forma cruzada
por puentes peptídicos mediante enlaces amida con los grupos D-alanina del ácido N-acetilmurámico.
La segunda etapa es intramembranosa; las unidades NAM y NAG se acoplan mediante un lípido transportador
que es el 1-decaprenilfosfato.
Los ATB que actúan sobre la pared bacteriana impiden los sucesivos pasos de la síntesis de la pared bacteriana;
como consecuencia de esta interferencia, la célula bacteriana sin pared no resiste los cambios osmóticos, se hincha
y estalla. Por eso, los ATB beta-lactámicos (penicilinas, cefalosporinas), bacitracina, vancomicina y fosfomicina
son bactericidas pues matan a la célula bacteriana en el momento de la división por lo tanto no actúan cuando la
célula está estática.
Algunos antibacterianos (por ejemplo, penicilina, cefalosporina) matan las bacterias absolutamente y se llaman
bactericidas. Pueden atacar directamente la pared de la célula bacterial, que lesiona la célula. Las bacterias ya no
pueden atacar al cuerpo, lo que evita que estas células hagan más daño dentro del cuerpo.
Cefalexina Vancomicina
Cefadroxilo Glucopéptidos Teicoplanina
1º Generación Cefradina
Cefazolina
Cefalotina
Cefuroxima
2º Generación Cefoxitina
Cefaclor
Cefalosporinas Cefatrizina
Cefotaxime
Ceftazidime
Ceftriaxona
3º Generación
Cefoperazona
Cefixima
Cefpodoxima
Ceftibuten
Con el desarrollo de las penicilinas semisintéticas se han resuelto la mayor parte de los problemas inherentes a
las primeras penicilinas naturales y biosintéticas. Así, se han conseguido compuestos más estables químicamente,
más resistentes frente a las -lactamasas y con un espectro de acción más amplio. Para la preparación de
penicilinas semisintéticas se parte del ácido 6-aminopenicilánico (6- APA), resultante de la eliminación de la
cadena lateral de la penicilina G.
4.2.1.1 Ampicilina
El análisis retrosintético usando como producto de partida el ácido penicilánico (6-APA) nos lleva al uso de
una fenilglicina con el correcto centro quiral.
La síntesis parte de (D)-fenilglicina con su grupo amino protegido en forma de carbamato de bencilo.
Posteriormente, se activa del grupo carboxilo mediante la formación de anhídrido mixto por condensación con
cloroformiato de etilo. En este anhídrido mixto la función más activa es la del ácido de partida y no la del ácido
carbónico (en esta última la función carbonílica posee un grupo etoxi que resta actividad).
La protección del grupo amino necesaria para llevar a cabo la reacción de acoplamiento se lleva a cabo formando
un carbamato, en este caso un bencilcarbamato. Estos tienen la ventaja que pueden ser desprotegidos mediante
reacción de hidrogenación.
Activación de ácidos carbóxilicos. La labilidad del sistema de b-lactama hace necesario el empleo de condiciones
de acilación muy suaves. Así, suelen emplearse directamente ácidos carboxílicos en presencia de agentes de
acoplamiento N,N'-diciclohexilcarbodiimida (DCC o similares), así como cloruros de ácidos, acilazidas o
anhídridos en presencia de bases y a bajas temperaturas.
El empleo de reactivos de acoplamiento constituye la estrategia más usual para la formación de enlaces
peptídidos. La activación del ácido tiene lugar in situ por la formación de un intermedio activado por la reacción
entre el grupo carboxilo y el agente activante. Las carbodiimidas suelen usarse para tal fin.
La DCC puede dar reacciones no deseadas como reacciones de acilación intramolecular para dar una N-acil-
N,N’-diciclohexilurea no reactiva. Esto se evita añadiendo en el medio de reacción 1-hidroxibenzotriazol (HOBt)
como catalizador del proceso.
Otro método alternativo para la formación de enlaces amidas consiste en el empleo de los denominados ésteres
activados. Dicha activación se fundamenta en la presencia de un buen grupo saliente capaz de estabilizar la carga
negativa.
La activación del grupo carboxilo puede llevarse también en forma de acilazidas, mediante alguno de los
métodos clásicos.
Las acilazidas son relativamente inestables y evolucionan fácilmente a isocianatos por medio de la transposición
de Curtius, por lo que su uso es escaso.
4.2.1.2 Bacampicilina
La bacampicilina es un derivado de la ampicilina en el cual el ácido carboxílico está en forma de ester. Este
éster en el organismo a pH ácido se hidroliza a ampicilina.
Una ruta alternativa supone el uso de un grupo análogo a la amina el cual pueda transformarse fácilmente en las
condiciones adecuadas de no apertura de la -lactama. Estas condiciones suaves son hidrogenaciones.