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Teorizaciones sobre el desarrollo

El niño no es un ser pasivo impulsado a la acción tan sólo por estímulos del exterior. Es activo y su comportamiento
está organizado. El niño está dotado de potencialidades que le permiten desarrollar una vida psíquica. Esta inicia con
el cuerpo, que le aporta datos de sí mismo y del mundo.

En su interacción con el medio, a través del diálogo con otros, es donde se articulan las palabras y los afectos,
transponiendo el orden biológico al orden psíquico.

La maduración biológica es solo una posibilidad potencial desde el punto de vista de la diferenciación y no puede
llevarse a cabo sino en el seno de una relación interpersonal. Es a través de la interacción dinámica, entre organismo
y medio, del niño con su madre, que se produce el lento proceso de individuación o diferenciación primaria hacia la
diferenciación completa.

El desarrollo es un proceso expansivo. A medida que el niño madura va conformando nuevas conductas que generan
nuevos comportamientos, a través de la interrelación personal y con el medio, en concordancia con sus posibilidades
de realización.

Actualmente se interpreta el desarrollo como el resultado de efectos combinados de la naturaleza, el ambiente y la


actividad personal del individuo. Se caracteriza al desarrollo como un proceso de organización sucesiva de las
funciones, mediante el cual se realizan progresivamente las capacidades genéticas del organismo en relación con el
ambiente.

El desarrollo denota una integración de los cambios constitucionales y aprendidos. El desarrollo es un proceso y el
cambio un producto. El desarrollo se basa tanto en el cambio como en la constancia, porque se funda en el cambio
previsible, por etapas definidas, hasta alcanzar la forma definitiva de equilibrio y madurez.

El desarrollo anormal es imprevisible, mientras que el normal es integral y armonioso; si bien es así, en cada
individuo funciona según tiempos distintos (lo que un niño hace en un mes, otro puede hacerlo en días).

Piaget describe 4 factores que afectan el desarrollo: hereditarios, ambiente físico, ambiente social, equilibrio que
gobiernan las interacciones de las 3 anteriores y favorecen la adaptación.

El desarrollo es un proceso integral, dinámico y continuo. Ordenado en sucesión de etapas o fases no arbitrarias o
accidentales, siendo los cambios previsibles. Cada fase es un soporte de la estructura anterior. Cada etapa se
caracteriza por una organización basada en los niveles anteriores, pero cualitativamente original respecto de ellas.
No hay correlación entre la aparición de cada etapa y la edad cronológica. Ni los factores genéticos ni los
ambientales son absolutamente determinantes, pero tienen relativa influencia según el aspecto del desarrollo y la
edad del niño.

Se puede definir al desarrollo como un proceso dinámico de organizaciones sucesivas de las funciones biológicas,
sociales y psicológicas en compleja interacción, cuyas constelaciones estructurales se modifican en un constante
palpitar vital.

El grupo familiar constituye la trama básica del desarrollo, en ella se produce la humanización del niño,
respondiendo a profundas causas culturales. Intervienen dos factores: las tendencias dl niño y las vivencias que
recoge de su ambiente (educadores y padres).

Relación familiar implica intercambios de afecto, físicos y sociales entre padres e hijo. La relación madre hijo implica
un diálogo corporal donde se conjugan afectos y palabras. Estableciendo un vínculo madre hijo por medio de un
dialogo en el que ambos encuentran placer y satisfacción. Los objetos que rodean al niño representan para él una
prolongación de la madre fuera de su cuerpo.

Las actitudes de la madre deben permitir gradualmente al niño transferir su relación a las demás personas. El grupo
familiar satisface las necesidades del niño, tanto biológicas como de afecto y estímulo. Cuando la relación es normal
la acción vital estimulante procede de sus propias capacidades afectivas y de la riqueza de sus contenidos expresivos.
Los padres son agentes estimuladores naturales. Si el desarrollo del niño se ve perturbado, se debe entonces actuar
con tratamientos o técnicas acordes con la problemática particular del menor.
Detección de alteraciones en el Desarrollo
La detección precoz de alteraciones del desarrollo permite intentar un tratamiento adecuado. La pérdida de esta
oportunidad frecuentemente única y breve, hace más difícil compensar este déficit que ha de influir como un
elemento negativo en el potencial futuro de ese niño y sus probabilidades.

El conocimiento, por parte de la familia, de la evolución esperada del crecimiento y desarrollo del niño y de los
probables factores que lo pueden modificar, son elementos importantes que ayudan no sólo a evitar la enfermedad
sino a mejorar la comunicación con el niño y a promover su salud.

La discriminación de los 3 grupos: Alto riesgo biológico, Alto riesgo social y ambiental, Niños de bajo riesgo,
orientada a detectar tempranamente las alteraciones del desarrollo infantil, tiene un sentido eminentemente
práctico: ayudar a la distribución de los recursos que aseguran una mayor eficacia en esta labor.

La autora presenta los criterios de derivación en cada caso, a modo de ejemplo plantea: controles del desarrollo
(periódicos o no), controles por especialistas en el área de disfunción, derivaciones a neuropediatras.

La dependencia del niño respecto de su familia en los primeros años de vida y la necesidad de un cuidado y
participación familiar que estimule su aprendizaje obliga a ampliar los conceptos y acciones sobre el medio social y el
familiar. La carencia de estos medios determina la aparición del síndrome de deprivación, cuya máxima expresión es
el abandono.

La capacitación y educación de los padres como agentes estimuladores des sus propios hijos, posibilitan una
interacción adecuada y oportuna. La necesidad de ser querido, de amar y ser amado afirman su personalidad, es la
energía dinámica que impulsa, desde el principio al fin, el proceso del desarrollo. El niño busca estar contento de sí
mismo, por ello cuando se lo estimula, responde y actúa no para lograr el éxito utilitario o adaptativo del manejo de
los objetos, sino para descubrir su propia capacidad. La posibilidad de poder hacerlo le permite estructurar su
identidad.

Es por esto que las autoras hacen especial hincapié en la ESTIMULACIÓN TEMPRANA. Definida como el conjunto de
acciones que en calidad y oportunidad adecuadas, tienden a proporcionarle al niño las experiencias necesarias en los
primeros años de vida para desarrollar su capacidad potencial.

La participación familiar debe permitirle al niño aprendizaje efectivo, proporcionándole un ambiente enriquecido y
afecto. Se debe crear en la madre y en el ambiente familiar la expectativa y la sensibilización que promuevan la
participación de todos en los cuidados del crecimiento y el desarrollo del niño. También se deben informar de los
accidentes que pueden ocurrir en esos períodos, su vigilancia y su prevención. Son necesarios una vigilancia y
cuidado familiar adecuados y oportunos que garanticen al niño un ambiente que, lejos de convertirse en factor de
riesgo, se constituya en su fuente de estímulo principal y natural.

Las acciones de vigilancia y promoción del crecimiento y desarrollo abarcan la totalidad de los niños y son
responsabilidad de todos los niveles de decisión, dependen de la familia, la comunidad y los recursos disponibles. Se
deben elaborar programas específicos para los niños nacidos de bajo/alto riesgo y aquellos con lesiones establecidas.
Buscando un perfeccionamiento de sistemas de diagnóstico y tratamiento en el campo del desarrollo infantil, y
facilitarse las posibilidades de acceso a este sistema.

Cuando existen elementos lesivos, es frecuente que la relación de la madre y la familia con el niño se encuentre
distorsionada. La intervención debe basarse en la comunicación entre la madre y el profesional acerca del problema,
y en su actuación concertada, para crear un soporte clínico para la solución de los problemas del niño. El soporte
clínico consiste en la transferencia de actividades a la madre, proveyéndole de técnicas y prácticas que permiten una
mejora de las habilidades del niño. Mediante la evaluación de las características del desarrollo del niño, la relación
con el grupo familiar y las posibilidades del ambiente, se establecería un plan educacional para ese niño y esa familia
en ese medio.

La autora provee en el manual pautas prácticas de desarrollo infantil: Descripciones detalladas de cómo es el niño de
cada mes de vida, del primer año de vida; instrucciones sobre cómo estimularlo, de forma general y sus diferentes
dimensiones; y sobre qué observar del niño específicamente en ese mes.
Escala Argentina de la Inteligencia Sensoriomotriz
Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental del Conicet. Autoras: la doctora
Alicia Oiberman y la licenciada Mariela Mansilla

El "bebé test", el nombre casero de un estudio que promete arrojar luz sobre la evolución cognoscitiva del bebé en
los casi inexplorados meses que transcurren hasta sus dos años, es la primera Escala Argentina de Inteligencia
Sensorio Motriz. "Es un método de evaluación diseñado para medir la inteligencia global de los chicos de entre 6 y 24
meses. Observamos las estrategias que desarrolla el bebé para resolver problemas", explica Oiberman.  

La importancia del test radica en que permite detectar precozmente retrasos o alteraciones cognoscitivas. "Si uno
advierte de manera temprana un problema puede atacarlo con mayor eficacia. Y si los niveles están dentro de lo
normal pero observamos alguna dificultad proponemos que se estimule al chico en ciertos aspectos en los que
pueda estar complicado", dice Mansilla. 

Este nuevo test permite evaluar y calificar su desarrollo cognoscitivo. "Desde que nacen, los chicos tienen una
inteligencia práctica que les permite hacer cosas. Se construye a partir de un proceso por el cual el bebé, a través de
la percepción, desarrolla estrategias para resolver las situaciones que se le van presentando".

Una vez concluido, el test termina ubicando al chico en un determinado estadío en lo que hace al desarrollo de su
inteligencia. Si su nivel está acorde con su edad, no hay problema. Si los hay, el trabajo recién empieza.

Los retrasos pueden tener distintas causas: hay disparadores orgánicos (como un compromiso neuronal o algo
genético) y también socioambientales, vinculados a la estimulación de la familia. "Lo emocional afecta mucho. Si el
niño vive situaciones de violencia o agresividad o momentos de mucho estrés puede presentar retrasos".

El test está inspirado en una vieja escala que usaba en los 60 el psicólogo suizo Jean Piaget, quien describió el
desarrollo espontáneo en los bebés de una inteligencia práctica, basada en la acción. "Nos sirvió de base, pero era
necesario tener una escala propia, porque se deben contemplar las particularidades y el entorno cultural para que
los resultados sean válidos".

A diferencia de otros test, mide la inteligencia del niño para resolver problemas. Permitirá detectar en forma muy
temprana los problemas de conducta

Los investigadores seleccionan niños nacidos a término y sin problemas de desarrollo cognitivo que tengan entre seis
y treinta meses de edad. Es que la EAIS sirve para medir en forma cualitativa y cuantitativa en qué etapa del
desarrollo de su inteligencia se encuentra el bebé y si está acorde con su edad". "El test no es predictivo, pero
obviamente es una herramienta muy útil para poder detectar trastornos conductuales e, incluso, prevenir la
hiperactividad pues la detección temprana nos permite intervenir y, en muchos casos, corregir rápidamente estos
problemas que pueden estar presentes en los más chiquitos”.

La EAIS está basada de una escala francesa desarrollada en 1968, "hicimos algunos cambios a la escala francesa de
Casati-Lezine y, como cualquier otro test o escala debe tener validez ecológica, es decir que debe ser probado en el
lugar donde se utilizarán”. Por ello, en 2002/06, lo validamos primero en la ciudad de Buenos Aires y en Gran Buenos
Aires, con una muestra de 323 bebés de entre 6 y 24 meses.

En 2009/12 comenzó la validación de la escala en cada una de las provincias del país, "nuestro país es muy
heterogéneo y, para tener una escala argentina de inteligencia, debemos tomar el test en distintos lugares", dijo
Mansilla. Dado que no se contaba con percentiles nacionales en niños argentinos, se propuso como objetivo la
realización de una validación nacional de la EAIS. La muestra estuvo conformada por niños nacidos a término, sin
patología y con un desarrollo psicomotor normal, provenientes de 10 provincias argentinas. Se conformaron grupos
interdisciplinarios de trabajo en las provincias participantes para la evaluación del desarrollo cognitivo mediante la
administración de la EAIS. Se logró una muestra total de 800 niños. Se construyeron tablas de percentiles nacionales
para la EAIS a partir del estadío mediano obtenido en la prueba y para cada una de las series que la conforman

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