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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS RELACIONES


DE INTERIOR JUSTICIA Y PAZ
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EDUCACIÓN
UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD

Educación física

Autor:
Torrealba Alfreiyer
C.I:28.613.573
Ambiente 1
Proceso I 2020

San Cristóbal, Abril 2020


Cinestesia

Se entiende por cinestesia, la capacidad para usar todo el cuerpo para


expresar ideas y sentimientos (por ejemplo un actor, un mimo, un atleta,
un bailarín) y la facilidad en el uso de las propias manos para producir o
transformar cosas Esta inteligencia incluye habilidades físicas como la
coordinación, el equilibrio, la destreza, la fuerza, la flexibilidad y la
velocidad así como las capacidades a perceptivas, las táctiles y la
percepción de medidas y volúmenes, al realizar todo esto se convierte en
un aprendizaje muy significativo para las personas.

Respiración
Se llama respiración al proceso mediante el cual los seres vivos
intercambian gases con el medio externo. Consiste en la entrada de
oxígeno al cuerpo de un ser vivo y la salida de dióxido de carbono del
mismo. Es indispensable para la vida de los organismos aeróbicos
Fases de la respiración
Fases tradicionales
Estas fases están definidas en base a si los músculos torácicos están
ejerciendo o no algún tipo de fuerza para introducir o sacar aire de los
pulmones.
1. Inspiración
Durante la inspiración, o inhalación, el aire que se encuentra
involucrado, especialmente el oxígeno, es introducido en el interior del
organismo, llegando hasta los pulmones. Este proceso es activo, y se da
mediante la contracción de los músculos intercostales y el descenso del
diafragma. Los pulmones se expanden, y la presión dentro de estos
órganos es negativa en comparación con la de la atmósfera.
Los pulmones se distienden, guiados por la pleura y el líquido pleural.
La presión intrapulmonar desciende, por debajo del nivel de la presión
atmosférica. Para equilibrar ambas presiones, los pulmones se llenan de
aire del exterior. Aumenta la capacidad volumétrica de la caja torácica.

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Así, el aire entra en los pulmones y se da el enriquecimiento de oxígeno
en la sangre. Durante la fase de inspiración, los principales músculos
implicados en este proceso son: diafragma, serrato anterior, intercostales
externos, dorsales, escalenos, supracostal, esternocleidomastoideo y
pectorales.
2. Espiración
La espiración, también llamada exhalación, es la fase de la respiración
en la que se elimina el dióxido de carbono del organismo. Se produce
cuando el diafragma asciende y los músculos intercostales se relajan,
haciendo que se dé un aumento de la presión en los pulmones. Se reduce
el volumen en la caja torácica y los pulmones, dándose un aumento en la
presión intrapulmonar, la cual llega a ser superior que la atmosférica. Así,
se liberan los gases de los pulmones hacia el exterior. Este proceso es
pasivo, dado que implica que los músculos implicados en la fase anterior,
esto es, la inhalación, se relajen, soltándose el aire, producto de
deshecho, que se encuentra dentro de los pulmones. Durante esta fase,
están implicados los siguientes músculos: intercostales internos, oblicuos,
abdominales, transverso y pectoral mayor.
La espiración puede ser controlada y voluntaria o pasiva e involuntaria.
Hablamos de espiración voluntaria cuando los gases que se encuentran
en los pulmones son retenidos de forma conscientemente controlada.
Esto puede ser debido a diferentes motivos, como por ejemplo el hecho
de estar hablando, cantando, realizando deporte o, simplemente, porque
se quiere controlar la respiración como cuando se está buceando.
En el caso de la espiración involuntaria, la cual es totalmente pasiva,
obedece a las funciones metabólicas del organismo. Es la que se
presenta durante el sueño o mientras se está haciendo cualquier actividad
en la que no se requiera tener un control directo sobre la entrada y salida
de aire del organismo.
Fases orgánicas
En primer lugar, es necesario hacer una distinción entre respiración
externa y respiración interna. La respiración externa ocurre fuera de las

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células pero dentro del organismo, consistiendo fundamentalmente en el
intercambio de gases en los pulmones y su transporte por el torrente
sanguíneo. La respiración interna es el proceso de introducción de
oxígeno hacia el interior de las células del organismo.
1. Respiración externa
Se entiende por respiración externa al intercambio de gases entre el
cuerpo y el ambiente externo, particularmente la obtención del oxígeno
exterior y la eliminación del dióxido de carbono interior. Este tipo de
respiración también recibe el nombre de ventilación, y es el proceso en el
que los alvéolos pulmonares transfieren oxígeno a los glóbulos rojos
sanguíneos.
Dentro de la respiración externa, se pueden mencionar tres subfases:
Primero se da la ventilación pulmonar, que es cuando hay fluido de gases
hacia adentro y afuera de los alvéolos pulmonares, permitiendo el
intercambio de gases.
Luego viene la difusión pulmonar o intercambio de gases, que se da
cuando los alvéolos absorben el oxígeno procedente del medio exterior
que ha logrado llegar hasta los pulmones y se expulsa el dióxido de
carbono hacia el exterior.
Y finalmente ocurre el transporte de gases, que consiste en que la
sangre con oxígeno viaje hacia las células que requieren de este gas para
funcionar y recoger el dióxido de carbono residual producto de sus
actividades metabólicas.
2. Respiración interna
Se entiende por respiración interna al proceso en el que los glóbulos
rojos, quienes han obtenido oxígeno cedido por los alvéolos pulmonares,
ceden este mismo gas a las células para que puedan llevar a cabo sus
procesos metabólicos.
A su vez, las células dan a los glóbulos rojos el dióxido de carbono
residual, el cual se ha obtenido tras haberse realizado las reacciones
fisicoquímicas dentro de las células. Este proceso se da gracias a los
procesos de la ósmosis y difusión. La presión del oxígeno es mayor en la

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sangre que en los tejidos, haciendo que este gas acabe siendo absorbido
por las células que conforman estos tejidos mediante los capilares. A su
vez, el dióxido de carbono, que presenta una presión mayor en el tejido
que no en la sangre, va a parar al torrente sanguíneo, viajando a través
de la hemoglobina. La sangre con dióxido de carbono viaja hasta el
corazón, siendo bombeada de vuelta a los pulmones para realizar de
nuevo el intercambio, obteniendo oxígeno y repitiéndose otra vez el ciclo.

Relajación Deportiva
La mayoría de las personas que practica un deporte lo hace por el
placer de divertirse con otras que comparten ese mismo interés, pero
quien lo practica a un nivel más profesional puede llegar a tener
muchísima presión por ganar o superar cierta competición que puede
conllevar estrés y afectar en el rendimiento deportivo.
Para intentar calmar este estado de estrés y que no nos afecte en el
desarrollo de la competición deportiva y en su resultado hay ciertas
técnicas y ejercicios de relajación que podemos realizar previos al partido.
Respiración profunda: En un lugar tranquilo siéntate e inspira lentamente
por la nariz llenando los pulmones por completo. Aguanta la respiración
unos segundos y luego espira lentamente. Este ejercicio lo puedes repetir
cinco veces seguidas para conseguir mejor resultado.
Relajación muscular: Contrae fuertemente un grupo de músculos,
mantenlos tensos durante cinco segundos y luego relájalos. Este ejercicio
es recomendable repetirlo cinco veces con distintos grupos musculares.
Visualización: Cierra los ojos y piensa e imagina un lugar o situación del
pasado que te transmita paz y tranquilidad. También puedes intentar
visualizar el éxito, a uno mismo haciendo un buen pase, metiendo un gol,
encestando una canasta, etc. Este ejercicio ayudará a reforzar la
confianza en ti mismo y disipar tensiones.
Pensamiento positivo: Aleja los pensamientos negativos y céntrate en
los positivos que te ayudarán a mantener la motivación y dejar de lado las
tensiones.

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Frecuencia Cardíaca
La frecuencia cardiaca es el número de veces que se contrae el
corazón durante un minuto (latidos por minuto). Para el correcto
funcionamiento del organismo es necesario que el corazón actúe
bombeando la sangre hacia todos los órganos, pero además lo debe
hacer a una determinada presión (presión arterial) y a una determinada
frecuencia. Dada la importancia de este proceso, es normal que el
corazón necesite en cada latido un alto consumo de energía.
Por regla general, la frecuencia normal en reposo oscila entre 50 y 100
latidos por minuto. Sin embargo hay que detallar algunos aspectos que
alteran su estado:
Cuando nacemos tenemos una frecuencia cardíaca elevada porque la
actividad del organismo es muy intensa. A partir del primer mes de vida,
va disminuyendo hasta llegar a la edad adulta, manteniéndose estable
después de los 20 años.
Varía a lo largo del día y la noche y en respuesta a diversos estímulos,
por lo que su medición tiene gran variabilidad.
Al realizar ejercicio físico el corazón produce una respuesta normal que
es la taquicardia (la frecuencia cardíaca en reposo está por encima de
100 latidos por minuto -lpm-).
También puede producirse bradicardia (la frecuencia cardíaca está por
debajo de 50 lpm).
La frecuencia máxima que puede alcanzar el corazón ante un ejercicio
físico alto depende de la edad y puede calcularse mediante esta fórmula:
Frecuencia cardiaca máxima = 220 lpm – edad

Pulso
El término «pulso» también se usa, aunque incorrectamente, para
referirse al latido del corazón, medido habitualmente en pulsos por
minuto. En la mayoría de la gente, el pulso es una medida correcta de la
frecuencia cardíaca. Bajo ciertas circunstancias, incluyendo las arritmias,
algunos latidos del corazón son inefectivos y la aorta no se expande lo

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suficiente como para crear una onda de presión palpable, siendo el pulso
irregular y pudiendo ser el ritmo cardíaco incluso mucho más elevado que
el pulso. En este caso, el ritmo cardíaco sería determinado por
auscultación del ápice cardíaco, en cuyo caso no es el pulso. El déficit de
pulso (sumatoria entre los latidos del corazón y las pulsaciones en la
periferia) es determinado mediante palpación de la arteria radial y
auscultación simultánea del ápice cardíaco.
Un pulso normal para un adulto sano en descanso oscila entre 60 y 100
pulsaciones por minuto. Durante el sueño puede caer hasta las 40
pulsaciones y durante el ejercicio intenso puede subir hasta las 200
pulsaciones. Normalmente, el pulso es más rápido en las personas más
jóvenes. El pulso en reposo para un bebé es tan alto o más como el de un
adulto haciendo ejercicio intenso.
A parte de su velocidad, el pulso tiene otras cualidades que reflejan el
estado del sistema cardiovascular, tales como su ritmo, amplitud y forma
de la onda de pulso. Ciertas enfermedades provocan cambios
característicos en estas cualidades. La ausencia de pulso en las sienes
puede indicar arteritis de células gigantes, la ausencia de pulso en los
miembros o su decremento puede indicar enfermedad oclusiva periférica.
El pulso se palpa manualmente con los dedos indice y cordial, no se
puede tomar con el dedo pulgar ya que este tiene pulso propio. Cuando
se palpa la arteria carótida, la femoral o la braquial puede usarse el
pulgar. Sin embargo, este dedo tiene su propio pulso, que puede interferir
con la detección del pulso del paciente en otros puntos del cuerpo, donde
deben usarse dos o tres dedos. Los dedos o el pulgar deben situarse
cerca de una arteria y presionarse suavemente contra una estructura
interna firme, normalmente un hueso, para poder sentir el pulso.
Una forma alternativa de encontrar el pulso es oír el latido del corazón.
Esto suele hacerse con un estetoscopio, pero también puede hacerse
usando cualquier cosa que transmita el sonido a los oídos, o presionando
la oreja directamente sobre el pecho.

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Puntos de pulsos comunes

 Pulso radial, situado en el lado de la muñeca más cercano al pulgar


(arteria radial).
 Pulso ulnar, en el lado de la muñeca más cercano al meñique (arteria
ulnar).
 Pulso carótido, en el cuello (arteria carótida). La carótida debe palparse
suavemente, ya que estimula sus vasos receptores con una palpación
vigorosa puede provocar bradicardia severa o incluso detener el corazón
en algunas personas sensibles. Además, las dos arterias carótidas de una
persona no deben palparse simultáneamente, para evitar el riesgo de
síncope o isquemia cerebral.
 Pulso braquial, entre el bíceps y el tríceps, en el lado medial de la
cavidad del codo, usado frecuentemente en lugar del pulso carótido en
infantes (arteria braquial).
 Pulso femoral, en el muslo (arteria femoral).
 Pulso poplíteo, bajo la rodilla en la fosa poplítea.
 Pulso dorsal del pie, en el empeine del pie (arteria dorsal del pie).
 Pulso tibial posterior, detrás del tobillo bajo el maléolo medial (arteria
tibial posterior).
 Pulso temporal, situado sobre la sien directamente frente a la oreja
(arteria temporal).

RCP
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica útil para salvar
vidas en muchas emergencias, entre ellas, un ataque cardíaco o cuasia
hogamiento, cuando se detienen la respiración o los latidos del corazón
de una persona. La American Heart Association (Asociación
Estadounidense del Corazón) recomienda que todos, tanto los
observadores sin capacitación como el personal médico, comiencen la
reanimación cardiopulmonar con las compresiones de pecho

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Pasos
1. Llamar: Revise la víctima para ver si responde. Y si no responde y no
está respirando o no respira normal, llame a emergencias y regrese a la
víctima. En la mayoría de los locales el despachador de emergencia le
puede ayudar con instrucciones en RCP.
2. Compresiones. Si la víctima no está respirando normal, no tose o no
se mueve. Comienza con compresiones. Empuje hasta 2 pulgadas de
profundidad en el centro del pecho 30 veces, Haga compresiones rápidas
y duras al ritmo de 100 por minuto, más rápido que una vez por segundo.
3. Soplar: Levante la cabeza hacia atrás y levante la barbilla. Pellizque la
nariz y cubra la boca con la suya. Sople hasta que se levante el pecho.
Sople 2 veces. Cada respiración debe durar 1 segundo

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