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¿Por qué no deberían debatirse derechos en las escuelas?

¿Cuántas veces no te hicieron participar en un debate sobre el aborto, sobre el


matrimonio igualitario o sobre la adopción homoparental? ¿Realmente que tan
informado estabas o qué tanto entendías de estos temas?

Esta práctica ha sido muy común en las escuelas a lo largo de los años debatiendo
problemas ambientales y políticos, pero se han llegado a convertir en un punto focal
los problemas sociales en los que tienen que ver minorías o afectan a grupos
vulnerables, como los que ya mencioné, que pueden causar mucho más daño que
beneficio a la educación abordarlos de esta manera.

Para mucha gente suena como tema de polémica que se puede discutir, pero causa
mucho estrés emocional a las comunidades de las que se están discutiendo, para
una muchacha de 15 que no tuvo opción para poder seguir estudian do o una
persona de la comunidad LGTB que apenas se está permitiendo descubrirse ser
sometida a un foro donde es atacado por gente que puede dar su opinión desde su
privilegio es demasiada carga emocional.

Al buscar estos temas hay muchas opiniones invalidando y hablan sin estar
informados o educados perpetuando discursos de odio en lugar de brindar
información. Muchas veces estos temas se empiezan a elegir dirigidos a edades
muy jóvenes y no les concierne a los niños ya que muchas veces no tienen un
criterio propio formado ni las herramientas para descartar información.

Hay mucha desinformación en el internet y el buscar debatir estos temas sin un


aprendizaje guiado, encima de que se está pidiendo que se tomen tanto posturas a
favor como en contra, puede llegar a crear un ambiente ostial o inclinar a tomar
puntos de vistas dependiendo de los prejuicios del docente.

Estos espacios de debate se prestan para muchas cosas como a obligar personas
de grupos vulnerables a exponerse a comentarios que activamente buscan
violentarlos o bloquear sus derechos. Se empieza a formar la idea de que los
derechos de las personas se garantizan solamente si podemos convencer al opreso
de que los merecemos y esto no debería ser el caso

No hay lugar para que en un aula un maestro ponga a alumnos de los que
desconoce sus circunstancias de vida o a pelear por sus derechos o a recibir
comentarios ofensivos solo por cumplir una actividad en su planeación de clases
sabiendo que hay minorías, comunidades oprimidas o personas que han pasado
situaciones similares que pueden sentirse más marginalizados de lo que ya están.

Conocer diferentes perspectivas de un tema y prepararte para respaldar la tuya es


importante y esencial para aprender a construir discursos, pero hay que dejar de
pedir que en este tipo de dinámicas los derechos de un grupo sean atacados en el
transcurso. Es importante que al enseñar estos temas sea de un en foque realista y
que no se cree un espacio en el que se invalida al que se puso nervioso y se
denomina que gana el que habla más fuerte como si no fueran derechos que todos
merecemos de los que se están hablando.

La dignidad de las personas y el respeto a los derechos no es una postura y mucho


menos un lado del debate, es respetar a las personas con quienes compartimos
espacios.

“No estar del lado de los oprimidos es estar del lado de los opresores y no hay
debate necesario”

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