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AYMO, VIRGINIA AYELEN C/ CIRCULAR SA Y OTROS S/ DEMANDA DE


DERECHO DE CONSUMO

21-02917037-9

Juzg. 1ra. Inst. Civil y Comercial 14ta. Nom.

Nro Rosario,

ANTECEDENTES: De los caratulados AYMO, Virginia Ayelen c/ CIRCULAR y

OTROS s/ Demanda de Derecho de Consumo, CUIJ 21-02917037-9, donde a pág. 21,

por apoderado, Virginia Ayelén AYMO interpone formal demanda contra CIRCULAR

S.A. y RENAULT ARGENTINA S.A., reclamando indemnización de los daños

patrimoniales y morales derivados de reiterados incumplimientos contractuales, con más

intereses y aplicación de una multa civil.

Relata que en el año 2014 adquirió un vehículo Renault dominio NLE 928 en la

concesionaria Circular S.A. y que, a los pocos meses de la compra comenzaron a

evidenciarse problemas con el rodado, debiendo concurrir en incontables veces al

service técnico oficial, el cual resolvió algunos de estos inconvenientes y otros no.

Que el mayor problema fue con la caja de velocidades, la que se cambió/reparó, pero al

día de la interposición de la demanda continuaba funcionando inapropiadamente.

Enumera parte de los desperfectos y refiere a que su parte no ha podido utilizar el

rodado debidamente, debiendo ingresar al service al menos 16 veces desde su compra,

produciéndose la última en enero de 2017. Que a poco de ser adquirido el vehículo debió

ser reparado al menos 16 veces, sea por nuevas fallas o reiteración de las ya producidas.

Que tan grave es el hecho de haber vendido una unidad con desperfectos de fábrica

como el hecho de que las demandadas, luego de conocer dichos extremos, no le dieron

solución alguna, pretendiendo negar y ocultar los problemas y dispensándole de tal

forma un trato contrario al que dispone el art. 8 bis LDC.


De tal forma se le ha ocasionado una pérdida de tiempo, molestias y sinsabores, así como

situaciones de angustia y nerviosismo anexas. A ello se suman los gastos que erogó, la

suspensión de actividades laborales y personales y el lucro cesante padecido.

Refiere que la contraparte ha demostrado una absoluta falta de colaboración en la instancia

administrativa y en la prejudicial. Refiere a la exigencia de un trato digno y equitativo que

consagra el art. 42 CN.

Destaca que tuvo que vender el único vehículo con que contaba para poder licitar.

Plantea la configuración de una presunción iure et de iure de que el desperfecto o mal

funcionamiento tiene su causa en un defecto o vicio del producto, riesgo económico o

empresarial que debe asumir el proveedor.

Afirma que su parte se encuentra en una situación de debilidad dado que el producto no

funciona correctamente y que la contraparte actuó abusivamente, teniendo que volver al

service una y otra vez.

Seguidamente reclama $ 60.000 en concepto de daño patrimonial y $ 65.000 por daño

moral, con más intereses. Asimismo solicita se aplique la sanción del art. 52 bis , el que

deja determinado al prudente arbitrio judicial.

Ofrece la prueba que entiende hace a su derecho y formula la reserva de caso federal.

Teniéndose por iniciada la presente acción, a pág. 31, por decreto del 11 de marzo de 2020

se emplaza a las demandadas a contestar demanda y ofrecer prueba.

A pág. 43, por escrito cargo 5095/2020 comparece, por apoderado, Circular S.A. y contesta

demanda, formulando en primer término la negativa de ley sobre todos y cada uno de los

hechos que no sean materia de expreso reconocimiento, a la que me remito en homenaje a

la brevedad.

Seguidamente reconoce la demandada la adquisición del rodado por la actora bajo el

domino NLE 928 mediante el sistema de ventas convencionales, el que fuera entregado el 8

de enero de 2014. Que el rodado contó con una garantía otorgada por el fabricante (Renault

Argentina S.A.) de 3 años o 100.000 km. lo que ocurra primero y que la actora lo recibió de

conformidad, junto con la documentación y términos de la garantía.


Refiere a las características de los bienes que se comercializan así como al sistema de

garantías que se presta y asevera que la actora aceptó los términos y condiciones de la

garantía prestada.

Que su parte efectuó la atención del vehículo y, a requerimiento de la actora, realizó los

services de mantenimiento cada 10.000 Km, así como las reparaciones en garantía que

surgen de las órdenes específicas, reparando en cada oportunidad los inconvenientes y

recepcionando la actora el bien de conformidad.

Que los inconvenientes que dan cuenta las órdenes referidas refieren en su mayoría a

cuestiones menores (guía de asientos, alza cristales, línea de caño de escape, etc.)

elementos que son factibles de ser deteriorados por el uso (los alza cristales se resienten

por la tierra y el caño de escape se deteriora por los golpes de uso).

Respecto a la caja de velocidades se efectúa en el año 2016 una reparación integral, no

surgiendo nuevos reclamos al respecto.

Que el último ingreso fue el 26 de enero de 2017, en el que se mencionó un zumbido de

ruedas que no fue detectado y el control de las guías de los asientos delanteros que se

encontraban duros por falta de uso, por lo que no se detectaron anomalías ni se le

requirió la revisión de reparaciones anteriores, por lo que considera no se configura el

supuesto de reparación no satisfactoria del art. 17 LDC.

Destaca además su intención conciliatoria en el marco de la mediación, la que se vio

frustrada por que la actora se negó a que se revise el vehículo.

Seguidamente plantea, sin perjuicio de la ausencia de responsabilidad de su parte la

improcedencia de los rubros reclamados. Que con relación al daño patrimonial el rubro

carece de precisión, sin aportarse los hechos concretos que lo habrían generado,

colocando a su parte en un estado de indefensión que demanda su rechazo. Respecto al

daño moral entiende que no existe circunstancia en el relato de la actora que permita

inferir que ha sufrido una afección en su espíritu, y recuerda la interpretación restrictiva

del mismo en el ámbito contractual. Finalmente también rechaza la pretensión de


imposición de daño punitivo, no existiendo causal subjetiva de imputación a su parte.

Ofrece la prueba que entiende hace a su derecho y plantea la correspondiente reserva

constitucional de ley.

Que a pág. 84 comparece Renault Argentina S.A. y contesta demanda.

De esta forma, luego de formular la negativa de ley a la que me remito en homenaje a la

brevedad reconoce que la actora adquirió a su parte un automotor dominio NLE 928 a

través de la concesionaria Circular S.A.

Con relación a los daños señala que hay ausencia de precisión en su determinación, lo que

los hace improcedentes a la luz del art. 130 CPCyCSF, el cual determina la designación

precisa de lo que se demanda, encontrándose lesionado el derecho de defensa.

Plantea que el vehículo fue apropiadamente reparado sin costos para la actora y es utilizado

actualmente, invoca el art. 1744 CCyC.

Que respecto al daño moral, se pretende sustentarlo en un supuesto trato indigno, no

explicando en qué consisten las afecciones padecidas y formulando una irrisoria

cuantificación, todo lo cual configura una petición oscura que afecta su derecho de defensa.

Respecto al daño punitivo entiende que no se configuran en el caso sus presupuestos,

destacando que la figura se encuentra reñida con los principios constitucionales que rigen la

imposición de sanciones penales, configurando un tipo abierto.

Entiende además que no se cumplen los extremos que doctrinaria y jurisprudencialmente se

han fijado para su imposición: dolo o culpa grave y beneficios económicos superiores a la

indemnización a abonar. Plantea también su carácter excepcional, más allá de la

inconstitucionalidad que detentaría dado que es propio del derecho penal.

Que la mera circunstancia de entregar una unidad defectuosa no puede ser causal de

imposición del instituto, recordando lo complejo de la confección de un vehículo y la

posibilidad de configuración de fallas, para lo cual existe la garantía otorgada.

Respecto a la realidad de los hechos asevera que la unidad adquirida es completamente

normal, que no fue afectada por ningún incidente o defecto importante o inmovilizante.

Que los sucesivos ingresos al taller obedecieron en su mayoría a disconformidades (no a


defectos) de la actora y que fueron atendidos en los términos de la garantía y como

gentileza comercial.

Que uno de los ingresos fue por el huelgo normal de las guías de los asientos delanteros

(necesario para su correcto funcionamiento), otro por daño de los resortes de la base

espumada del asiento (dañado por uso indebido) y otra por daños en el tapizado del

asiento del conductor (también originado en factores externos).

Asevera que el zumbido en el tren delantero se trató de una rumorosidad de baja

intensidad, producto de una presión de inflado de neumáticos significativamente inferior

a la preconizada por su parte, o sea una utilización indebida.

Plantea que la caja de velocidades no presentó defecto a anomalía alguna, no obstante,

ante la insistencia de la actora, en febrero de 2016 se la desmontó para enviar al centro

de diagnóstico y reparación, donde no se detectó anomalía alguna, reemplazándose

preventivamente el eje secundario, el piñón y la corona. Todo ello sin costo alguno para

la actora.

Sostiene que la caja configura un conjunto de mecanismos que genera ciertos ruidos

normales.

Que le vehículo funciona correctamente y así se desprende de la propia pretensión de

autos.

Seguidamente formula consideraciones sobre el alcance del beneficio de litigar sin

gastos otorgado, considerando que el mismo debe limitarse a la eximición de sellados.

Finalmente ofrece prueba y formula la reserva constitucional de ley.

Proveyéndose las pruebas ofrecidas en la Audiencia de Proveído de pág 109 del 15 de

abril de 2021, se agregan las producidas a la causa y en la audiencia de producción

celebrada a pág. 153 el 18 de octubre de 2021 se clausura el período probatorio,

alegando las partes in voce.

Que a pág. 182 se corre vista a Fiscalía en los términos de la ley de defensa del

consumidor, la que se expide a pág. 183 por escrito cargo 973/2022 y a pág 188 por
escrito cargo 1731/2022, llamándose autos para sentencia a pág. 186 por decreto del 11 de

febrero de 2022.

En dicha instancia, a pág. 198 por decreto del 15 de marzo de 2022, habiéndose agregado

nuevas pruebas se corre traslado a las partes para alegar, haciéndolo la actora a pág. 199

(escrito cargo 2923/2022), la concesionaria demandada a pág. 202 (escrito cargo

4994/2022, pieza procesal agregada a pág. 208) y el fabricante a pág. 204 (escrito cargo

5329/2022, pieza procesal agregada a pág. 211), quedando los presentes en condiciones de

resolver.

FUNDAMENTOS: I.- En primer lugar resulta necesario recordar que el tribunal

interviniente no tiene la obligación de analizar y resolver las cuestiones planteadas por los

justiciables en base a la totalidad de argumentos, consideraciones y elementos que los

mismos aporten a la causa, bastando a tal fin se pondere los relevantes a los fines de dirimir

el thema decidendum1. Asimismo, se ha señalado que “los jueces no están obligados a

considerar una por una todas las pruebas de la causa, sino sólo aquellas que estimen

conducentes para fundar sus conclusiones, como tampoco están constreñidos a tratar

minuciosamente todas las cuestiones expuestas por las partes ni analizar los argumentos

que a su juicio no posean relevancia. La exigencia constitucional de que los fallos judiciales

sean motivados, sólo requiere una fundamentación suficiente, no una fundamentación

óptima por lo exhaustiva”2.

II.- Formulada esta preliminar aclaración, y ya adentrándome en el planteo de la causa,

trabada la litis a través de los planteos formulados en la demanda y en correspondiente

responde, y existiendo consenso entre el actor y el demandado en relación a los puntos que

infra se detallan, debe el Tribunal tener los mismos por ciertos y acreditados, dado que no

se advierte cuestión en su contenido que afecte el orden público, la moral o las buenas

costumbres.

1CSJN, Fallos: 258:304; 262:222; 265:301; 272:225, etc.


2CCyC de Rosario, sala 3, 29/7/2010, “Piancatelli c/ Ryan de Grant”, www.legaldoc.com.ar, en línea con CSJN,
Fallos: 274:113; 280:320; 144:611
En este sentido debe tenerse por cierto que:

1. La actora ha adquirido el vehículo dominio NLE 928 en la concesionaria oficial de la

marca Renault denominada Circular S.A.;

2. El vehículo sufrió una serie de desperfectos que requirieron su atención dentro del

marco de la garantía por buen funcionamiento.

Asimismo, ante la negativa expresa del demandado, y con relación a las cuestiones

relevantes de la causa, deberá dirimirse si:

a. Las reparaciones efectuadas fueron satisfactorias;

b. En su caso, si en virtud de dichas reparaciones el valor del bien se depreció;

c. Se configuró algún otro daño (patrimonial o extrapatrimonial) y;

d. Procede el reclamo por daño punitivo.

Que en “en orden a lo prescripto por las normas del onus probandi, el actor debe probar

los hechos, antecedentes de la norma invocada, como fundamento de su pretensión, y

cada litigante debe acreditar los hechos y circunstancias en los cuales apoya sus

pretensiones o defensas y si el demandado alega hechos distintos de los invocados por el

actor para fundar su demanda, le incumbe a aquél probar la veracidad de sus

aseveraciones”; y “Cada parte soporta la carga de la prueba de todos los presupuestos,

aún negativos, de las normas sin cuya aplicación no puede tener éxito su pretensión

procesal; concretamente, la prueba de los hechos constitutivos, extintivos o impeditivos,

corresponde a quien los invoca a su favor”3.

Que, cabe señalar, que tanto la doctrina como la jurisprudencia están contestes en

afirmar que la carga de la prueba es una noción procesal que indica al juez cómo debe

valorarla para fallar cuando no se encuentran pruebas que le den certeza sobre los

hechos que deben fundar su decisión e, indirectamente, establece a cuál de las partes

interesa acreditar tales hechos, para evitarse consecuencias desfavorables. Así, el

3Cfr. jurisprudencia citada en “Código Procesal Civil y Comercial de la 
Provincia   de   Santa   Fe,   Análisis   doctrinario   y   jurisprudencial”, 
Peyrano,   Jorge   W.   Director,   Vázquez   Ferreyra,   Roberto,   Coordinador, 
Tomo I, Editorial Juris, año 1997, pág. 465/6.
juzgador ha de contar con ciertas reglas que le permitan establecer cuál de las partes ha de

sufrir las consecuencias perjudiciales que pueda provocar la incertidumbre sobre los hechos

controvertidos, de suerte tal que el contenido de la sentencia resulte desfavorable para la

parte que, no obstante haber debido aportar la prueba correspondiente, omitió hacerlo. En

síntesis, dichas reglas sólo revisten importancia práctica ante la ausencia o insuficiencia de

elementos probatorios susceptibles de fundar la convicción judicial en el caso concreto,

indicando por un lado al juez cuál debe ser el contenido de la sentencia cuando concurre

aquélla circunstancia; y previendo, por el otro lado, a las partes, acerca del riesgo a que se

exponen en el supuesto de omitir el cumplimiento de la respectiva carga4.

Que, por otra parte, si se considera que la carga de la prueba debe repartirse entre los

litigantes con el fin de producir convicción en el magistrado acerca de la verdad de lo que

dicen, ninguna regla jurídica ni lógica relevará a la parte de realizar la prueba de sus

negaciones. No obsta que pueda existir una cierta indulgencia respecto de los que tienen

que probar hechos negativos dadas las dificultades inherentes a tal situación, habiéndose

construido al respecto la doctrina que sostiene que para el caso de prueba muy difícil los

jueces deben atemperar el rigorismo del derecho a fin de que no se hagan ilusorios los

intereses legítimos, acudiendo a criterios de normalidad para liberar, frente a ciertas

proposiciones negativas de ardua demostración, al litigante que hubo de producir prueba y

no la produjo- Sin embargo, estas soluciones no quitan entidad al precepto general de que

los hechos negativos, tanto como los expresados en forma positiva, son objeto de prueba.

Además, puesto que las proposiciones negativas son comúnmente la inversión de una

proposición afirmativa, no puede quedar sujeta a incertidumbre la suerte de la carga de la

prueba, toda vez que admitir lo contrario sería entregar a la voluntad de la parte y no a la

ley la distribución de este aspecto tan importante de la actividad procesal5.

4Cám.   Nac.   Com.,   Sala   C,   18­11­1991,   “Aboso,   Jorge   Eduardo   c/Musso, 


Carlos Felipe y Otro”; jurisprudencia allí citada; PALACIO, Lino Enrique, 
“Derecho Procesal Civil”, Editorial Abeledo­Perrot, Bs. As., 1972, Tomo 
IV, Nro 408, pág. 361.
5COUTURE,   Eduardo,   “Fundamentos   del   Derecho   Procesal   Civil”,   3ra. 
edición, Bs, As., 1958, Nro. 157, pág. 246.
III.- Que entonces, de conformidad a las circunstancias bajo las que el proceso

discurriera, corresponde acudir al esquema probatorio y así debo tener en cuenta el

conjunto de normas que regulan la admisión, producción, asunción y valoración de los

diversos medios que pueden emplearse para llevar al juez la convicción sobre los hechos

que interesan al proceso6.

Cada litigante debe aportar la prueba de los hechos que invocó y que la contraria no

reconoció; en particular, los hechos constitutivos debe probarlos quien los invoca como

base de su pretensión y los hechos extintivos e impeditivos, quien los invoca como base

de su resistencia. Devis Echandía sostiene que corresponde la carga de probar un hecho

a la parte cuya petición —pretensión o excepción— lo tiene como presupuesto

necesario, de acuerdo con la norma jurídica aplicable, o dicho de otro modo, a cada parte

le corresponde la carga de probar los hechos que sirven de presupuesto a la norma que

consagra el efecto jurídico perseguido por ella, cualquiera que sea su posición procesal.

La alegación es requisito para que el hecho sea puesto como fundamento de la sentencia

si aparece probado, más no para que en principio la parte soporte la carga de la prueba7.

Ahora bien, este principio, como toda regla general, no es absoluto. Así la Corte

Suprema de Justicia de la Nación ha dicho que las reglas atinentes a la carga de la

prueba deben ser apreciadas en función de la índole y características del asunto sometido

a la decisión del órgano jurisdiccional, principio éste que se encuentra en relación con la

necesidad de dar primacía por sobre la interpretación de las normas procesales a la

verdad jurídica objetiva, de modo que su esclarecimiento no se vea perturbado por un

excesivo rigor formal8.

Por ello, no resulta un dato menor recordar en este apartado que conforme lo dispone de

manera específica la normativa procesal que nos rige, salvo disposición legal en

contrario, los jueces formarán su convicción respecto de la prueba de conformidad con

6Conf. Hernando Devis Echandía, Teoría General de la Prueba Judicial, 
Ed. Víctor P. de Zavalía, Bs. As., 1972, T. 1, p. 15.
7Devis   Echandía   Hernando,   “Teoría   general   de   la   prueba   judicial”, 
Buenos Aires, Ed. Zavalía, T. 1, p. 490 y ss.
8CSJN in re “Baiadera, Víctor F.”, LA LEY, 1996­E, 679.
las reglas de la sana crítica —entre las que incluyo la inmediatez del juez de primera

instancia—. No tendrán el deber de expresar en la sentencia la valoración de todas las

pruebas producidas, sino únicamente de las que fueren esenciales y decisivas para el fallo

de la causa. A ello se debe agregar, aunque parezca redundante, que tampoco existe la

obligación de fundar la razón por la cual descarta o no alude de manera específica a otros

medios probatorios. No cabe entonces sino concluir que la primera regla interpretativa al

hacer mérito de la valoración probatoria efectuada por el magistrado —sin eludir la

posibilidad del error— es que la prueba soslayada no conducía, a su entender, a la

averiguación de la verdad objetiva del caso.

Y con relación a la verdad objetiva, debo aclarar que en función de las reglas de

interpretación de la prueba basadas en la sana crítica hay una ligazón inescindible entre

verdad objetiva y convicción judicial, de modo tal que ambas confluyen para la solución de

todo caso traído al examen de los jueces.

Por otro lado, la LDC - de aplicación en los presentes- también expande sus efectos hacia la

carga dinámica de la prueba (al menos en los efectos que produce9), ello debido a la

dificultad que pueda asir la víctima al probar la causa del daño. “El concepto “carga

dinámica de la prueba” o “prueba compartida” consiste en hacer recaer en ambas partes la

obligación de aportar elementos de juicio al juzgador, privilegiando la verdad objetiva

sobre la formal para brindar la efectiva concreción de la justicia. Se trata de un concepto

particularmente útil cuando los extremos son de muy difícil comprobación”10.

En efecto, la Ley referida, contiene una norma expresa relativa a la carga de la prueba, el

art. 40, último párrafo: “Sólo se liberará total o parcialmente quien demuestre que la causa

del daño le ha sido ajena”; en referencia al prestador del servicio. También el art. 53, tercer

párrafo, impone a los proveedores: “aportar al proceso todos los elementos de prueba que

obren en su poder, conforme a las características del bien o servicio, prestando la

9ARIAS, María Paula y QUAGLIA, Marcelo, "El incumplimiento de la garantía 
legal y las cuestiones probatorias en las relaciones de consumo", LL Cita 
online: AR/DOC/3642/2019.
10Conf.   SCJBA   Causa   “G.,   A.   C.   c.   Pasema   SA   y   otros   s/   daños   y 
perjuicios”, C. 117.760, sent. del 01/04/2015.
colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión debatida en el juicio”. En

estos términos, "corresponde al proveedor la obligación de colaborar en el

esclarecimiento de la cuestión aportando todos los elementos que tenga en su poder. De

nada sirven las negativas genéricas y/o particulares ”, por el contrario, “estando de por

medio una relación consumeril, el principio de las cargas dinámicas es llevado a su

máxima expresión pues el proveedor tiene una obligación legal: colaborar en el

esclarecimiento de la situación litigiosa. En consecuencia, todo silencio, reticencia o

actitud omisiva, se constituirá en una pauta que afectará dicha obligación legal con la

consecuente presunción de certeza sobre la versión que sustenta la pretensión del

consumidor”11.

Sin embargo, y como veremos seguidamente, la previsión del art. 53 LDC no es

absoluta, no exime al actor (al igual que las cargas probatorias dinámicas) de acreditar

aquellos extremos que invoca y que pesan sobre sus hombros.

IV.- De tal forma, y conforme los hechos reseñados y los elementos aportados a la causa

encuentro debidamente acreditado que desde el 7 de abril de 2014 al 6 de enero de 2017

el vehículo adquirido por la actora debió ingresar al concesionario oficial a los fines de

su reparación al menos 15 veces (ver órdenes de reparación obrantes a pág. 10 a 47 del

aseguramiento obrante por cuerda, pág. 68 a 85 de la misma causa y pág. 5 a 20 y 138 a

145 del principal), o 16 si tomamos la pericia mecánica practicada (ver pág. 155 y ss).

Conforme lo expuesto, en un lapso de aproximadamente 33 meses el vehículo fue

ingresado al taller cada 2,2 meses (promedio). Y, si bien reseñan los demandados que el

hecho que ingresara no acredita per se la existencia de alguna deficiencia en el mismo

advierto que, en todos y cada uno de los ingresos (más allá de que algunos de los

problemas informados fueron desestimados) debió efectuarse algún tipo de arreglo,

acondicionamiento, pedido de repuestos y/o reparación (reubicación de los asientos del

11“Aspectos procesales”, cit. LA LEY, 2010­C­1281 y ss.). (Conf. SCJBA 
Causa   “G.,   A.   C.   c.   Pasema   SA   y   otros   s/   daños   y   perjuicios”,   C. 
117.760, sent. del 01/04/2015.
conductor, dar un nuevo turno para extraer la caja de cambio, reemplazo de la armadura del

asiento, reemplazo de alzacristales, ajuste de colizas, retrabajo en frenos, reemplazo de

parte del caño de escape, reemplazo de un faro, se acomoda cable de masa del baúl,

reemplazo tecla alzacristales, reemplazo kit de embrague, extracción y colocación de caja

de cambios, reemplazo mecanismo cerradura del conductor, reemplazo del motor del

pistillo del seguro de la puerta, etc.), con la sola excepción del último ingreso.

Cabe considerar también que tanto los testigos como el propio absolvente de la

codemandada Renault Argentina S.A. reseñan que dichas tareas se desarrollaron en el

marco de la garantía del vehículo, sin tener que abonar suma alguna la actora.

Ratifica lo reseñado el perito mecánico, quien a pág. 177, al momento de aclarar la pericia

reseña varias de las tareas que se efectuaron. Cabe en este punto recordar que el dictamen

del experto reviste fundamental importancia y para poder apartarse el juzgador de las

conclusiones allegadas por el perito, debe tener razones fundadas, pues si bien es verdad

que las normas procesales no acuerdan al dictamen el carácter de prueba legal, no lo es

menos en cuanto que el informe comporta la necesidad de una apreciación especifica del

campo del saber del perito y técnicamente ajena al hombre de derecho, para desvirtuarlo es

imprescindible traer elementos de juicio que permitan concluir en forma determinante el

error o el inadecuado uso que el experto hubiese hecho de los conocimientos científicos de

los que por su profesión o título habilitante, necesariamente ha de suponérselo dotado. En

este sentido: “Aún cuando no está obligado el juzgador a atenerse a las conclusiones

arribadas por la pericial, no corresponde desdeñarla atento la rigurosa objetividad que ella

presenta, máxime cuando no existen otros elementos probatorios relevantes que afecten la

convicción que produce”12.

De tal forma entiendo reconocido que el vehículo ha sufrido desperfectos, así como que las

reparaciones que se efectuaron se asumieron en el marco de la garantía ofrecida.

12C.Civ. Y C. S. Fe, Sala 3°, 30.12.87. Mazzarello Norberto c/ Panadería 
y Conf. El Porvenir S.R.L. s/ Juicio Ordinario. T. 48, J­201. Rep. Zeus 
T.   8,   pág.   1025,   citada   en   “Código   Procesal   Civil   y   Comercial   de   la 
Provincia de Santa Fe, Análisis doctrinario y jurisprudencial”, Tomo 1, 
Peyrano,   Jorge   W,   director,   Vazquez   Ferreyra,   Roberto,   coordinador, 
Editorial Juris, año 1996, pág. 562.
IV.- a) Ahora bien, advierto que no corresponde calificar las reparaciones efectuadas

como no satisfactorias ya que, si bien los desperfectos han sido numerosos, se evidencia

de las propias órdenes de reparación acompañadas que no existen reiteraciones en los

problemas informados (más allá de algunos supuestos que no fueron reconocidos en el

marco de la garantía13 y por tanto no se repararon).

Sin perjuicio de ello, plantea la actora (conforme la confesional practicada) que debió

enajenar el vehículo a un valor depreciado y que ello le ha generado un perjuicio, así

como que tuvo que usar otro vehículo e incurrió en gastos. Sin embargo, no se ha

acreditado extremo alguno en la causa que acredite lo aseverado (a través de facturas,

contratos, etc.) y tampoco se ha acompañado el vehículo a la pericial mecánica

practicada (debiendo recordarse que la ofrecida en el aseguramiento ha sido desistida).

Cabe en este punto recordar que en nada revierte este razonamiento la particular

circunstancia de que nos encontremos ante una relación de consumo ya que, si bien la

ley 24.240 en su art. 53 3er. párr. impone a los proveedores la carga de “aportar al

proceso todos los elementos de prueba que obren en su poder, conforme a las

características del bien o servicio, prestando la colaboración necesaria para el

esclarecimiento de la cuestión debatida en el juicio”; ello no implica liberar al

consumidor de acreditar los extremos en que basa su pretensión. La disposición sienta

como eje central del desarrollo del proceso el principio de cooperación, de cuya

consecuencia deviene la carga de aportar al proceso los elementos de prueba que se

detenten. Ello no puede ni debe interpretarse como una directa inversión del principio de

la carga de la prueba que libere sin más de tener que acreditar sus dichos al consumidor.

En este sentido se ha señalado, con buen criterio, que la modificación hecha a la ley de

defensa del consumidor asume las dificultades probatorias con que puede enfrentar el

consumidor como contratante no profesional, pero ello no puede llevarnos a entender

que el consumidor quede relevado de introducir medios de comprobación idóneos para

13Vg. ingreso del 14/11/16, 16/9/16, 6/9/16, entre otros.
justificar la posición, razón por la cual al menos debe exigírsele que identifique eventuales

carencias de su adversario en la adjunción de esos elementos, de modo de permitir el

control judicial sobre este aspecto14.

Adviértase que en las presentes circunstancias quien se encontraba en la mejor posición

para acreditar los extremos del daño patrimonial invocado era el actor, situación que no

advierto configurada en la causa.

De tal forma, más allá de la indefinición del rubro daño patrimonial que los demandados

han destacado no se ha acreditado la depreciación que se afirmara, no se han identificado

los rubros que compondrían dicho daño y ni siquiera puede inferirse alguna privación de

uso (la que usualmente surge in re ipsa), dado que es la propia actora quien asevera que no

sabe manejar y que no es quien utilizaba el vehículo.

De tal forma, el reclamo con sustento en el presente concepto debe ser desestimado sin

más.

IV.- b) Que, con relación al reclamo con sustento en el daño no patrimonial generado

advierto que los ingresos al taller pueden calificarse como excesivos, excediendo la normal

tolerancia que puede esperarse en los desperfectos que un vehículo sufra, como reseña el

perito mecánico al efectuar su tarea analizando las órdenes de reparación practicadas

(prueba sobre cuya eficacia probatoria ya me he expedido).

En efecto, los ingresos se evidencian como excesivos, no se advierte como normal o

razonable que casi cada 2 meses (promedio) por período que casi llega a los 3 años el

vehículo deba ingresar a reparación. Ello no obedece a un capricho de la actora (como

pretende sostener la demandada) ya que si bien algunos reclamos fueron desestimados en

todas las órdenes de reparación (salvo la última) debió efectuarse alguna tarea, la cual no le

fue cobrada a la actora, reconociendo así que se daba en el marco de la referida garantía.

Y, si bien no advierto que se haya acreditado elemento alguno que permita admitir el rubro

en el caso, se ha destacado que en el marco de las relaciones de consumo dicho daño puede
14CNac.   en   lo   Comercial,   sala   F,   2010­10­05,   “Playa   Palace   S.A.   c. 
Peñaloza, Leandro Hipólito”, JA 2011­III, 397.
inferirse claramente de los hechos de la causa, donde el consumidor padece lo que se

denomina daños morales mínimos, consistentes en el valor tiempo que ha perdido

debido a la inconducta del proveedor15, tiempo en el cual se ha visto privado de

desarrollar sus tareas habituales16, cualquier tipo de actividad que habitualmente

desarrollaba pero que debió dejar de lado.

Ahora bien, conforme las propias declaraciones de la actora, la pericial psicológica

producida17 (ver pág. 179) y las órdenes de reparación elaboradas (donde el mail de

contacto aparentemente de un tercero), entiendo que más allá de la ausencia de

acreditación de los daños reclamados, ni siquiera corresponde hacer lugar al rubro en

base a las presunciones reseñadas ya que quien conducía el vehículo, sufrió los

problemas que debieron repararse y llevaba el auto al taller no era la actora sino un

tercero.

De tal forma no se advierte la configuración de una situación de angustia, zozobra o

padecimientos que amerite la procedencia del rubro.

IV.- c) Que, con relación al daño punitivo reclamado, adelantado mi opinión señalaré

que entiendo que el mismo no deberá prosperar.

El instituto ha sido incorporado a la ley 24.240 y, más allá de su incorrecta técnica

legislativa, entiendo que impone una sanción pecuniaria además de la reparación del

daño, buscando sancionar al proveedor de bienes o servicios "en casos de particular

gravedad, que trasunten menosprecio por derechos individuales o de incidencia

colectiva, abuso de posición dominante y también en los supuestos de ilícitos lucrativos,

con la finalidad de desmantelar plenamente sus efectos"18.

15BAROCELLI, Sebastián; “El valor tiempo como menoscabo a ser reparado 
al   consumidor,   Su   cuantificación”,   publicado   en   Revista   Jurídica   de 
Daños, el 31/07/2013, cita IJ­LXVIII­871.
16ZAVALA de GONZALEZ, Matilde; “Los daños morales mínimos”, LL 2004­E, 
1311.
17Remitiéndome en cuanto a su eficacia probatoria a lo reseñado con 
relación a la pericial mecánica.
18Conforme   se   reseñara   en   las   XXII   Jornadas   Nacionales   de   Derecho 
Civil, Córdoba, septiembre 2009.
De esta manera, la procedencia de la aplicación del daño punitivo responderá a

determinados supuestos donde se pretenda castigar una conducta fuertemente reprochable

y, al mismo tiempo, disuadir al demandado y a terceros de imitar esa conducta en el futuro.

En este sentido, en el III Congreso Euroamericano de Protección Jurídica de los

Consumidores (Buenos Aires, 2010) en forma unánime se concluyó que "el daño punitivo

procede sólo cuando medie al menos grave negligencia o grave imprudencia por parte del

proveedor".

Y es que el instituto no pretende ejercer funciones de reparación del daño –indemnización–

(las que se cumplimentan a través del reconocimiento de los rubros correspondientes al

daño material y moral reclamados), sino que procura prevenir el mismo (o su reiteración

por parte del demandado o terceros) y sancionar al dañador (la función del instituto es tanto

sancionatoria como preventiva, a través de la disuasión que ejerce por medio de la medida

ejemplificativa), todo ello independientemente de la generación de beneficios económicos

para el proveedor.

Conforme lo expuesto, no se refiere a cualquier dañador, sino de aquel que actúa con un

factor de atribución agravado: "es necesario un reproche subjetivo de gravedad tal que torne

conveniente adoptar esa medida excepcional con el objeto de disuadir al dañador de la

actitud que ha generado el ilícito, para evitar que continúe repitiéndose"19.

Conforme lo expuesto, y a pesar de que tal pareciera ser el presupuesto que demanda el art.

52 bis de la ley 24.240, no cualquier incumplimiento configurará la procedencia de este

rubro, sino que, además, debe requerirse una intencionalidad en la configuración del daño

que no veo reflejada en el caso de marras, razón por la cual debo desestimar su aplicación

en el caso concreto.

Tal es la posición en que la jurisprudencia se consolida: exigiéndose una inconducta teñida

de una gravedad extrema, gravedad que evidencie un grave desprecio hacia los derechos de

la contraparte20.

19CCivyComCordoba, 3aNom, 17/04/2012, RCyS2012­V, 160.
20CCivyComRosario, Sala 4º, RCyS 2012­XI, 66.
V.- Corresponde finalmente que me expida con relación a la imposición de costas y el

beneficio de justicia gratuita establecido por la LDC, especialmente dada la referencia al

mismo que efectuara la codemandada al contestar demanda (ver pág. 87, escrito cargo

10493/2020).

Me permito en tal sentido disentir con lo planteado, donde se sostiene que el beneficio

de litigar sin gastos debe limitarse a la eximición de sellados, considerando que el

mismo además de los gastos, sellados y otros cargos inherentes a la promoción de la

demanda, exime al consumidor del pago de las costas del proceso21.

Y, si bien no se ha planteado en la causa, me permito recordar en primer término que

numerosa jurisprudencia de nuestros Máximos Tribunales (local22 y nacional23)

reconocen la admisibilidad de normativa procesal en derecho de fondo, cuando la misma

tenga en miras alcanzar la plena efectividad de los derechos sustanciales que se

reconozcan en la normativa en cuestión24, situación que obviamente es la configurada en

este caso y que evidentemente se vincula con la necesaria tutela judicial efectiva, la que

no puede limitarse a acceder a la justicia, sino que debe trasuntar todo el proceso y llegar

hasta su finalización25, especialmente en materia de imposición de costas.

La solución legal propuesta, aún vinculada con cuestiones procesales, no pretende más

que lograr una efectiva operatividad del derecho del consumidor a obtener

procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, norma

constitucional contenida en el art. 42 3er. párrafo de la Constitución Nacional, y que

entiendo abarca el proceso judicial26.

Ratifica esta interpretación el propio texto del art. 53 LDC quien otorga legitimación
21CNCom.,   en   pleno,   "Hambo,   Débora   Raquel   c.   CMR   Falabella   SA   s/ 
sumarísimo", 21/12/2021, Cita Online: TR LALEY AR/JUR/199174/2021.
22CSJ   Santa   Fe,   "Inserra,   Patricia   contra   Bar   El   Luchador   y   otros” 
(Expte. CSJ n°. 276/2006) del 29/11/2006, A y S t 217 p 120­124).
23CSJN, Fallos: 181:288; 306:1223 ­La Ley, 11­829; 1984­D, 499­ y 1615, 
entre otros.
24Para   profundizar   la   cuestión   puede   consultarse   RASCHETTI,   Franco; 
“Naturaleza y extensión del beneficio de justicia gratuita en procesos 
individuales de consumo”, RCCyC 2022 (abril), 299.
25CSJN “Bertuzzi, Pablo Daniel” 29 de septiembre de 2020.
26ARIAS,   María   P.   ­   QUAGLIA,   Marcelo   C.,   "El   beneficio   de   justicia 
gratuita   en   el   ámbito   del   consumo",   RDCO   294,   139,   Cita   Online:   TR 
LALEY AR/DOC/3754/2018.
para oponerse al beneficio al demandado para quien su único interés legítimo en oponerse

se sustenta en el eventual cobro de las costas que el proceso genere. En efecto, de

considerarse que el beneficio se limita al pago de las tasas de justicia el legitimado sería el

Estado, y no la parte27.

Tal, entiendo es la interpretación que sustenta nuestra CSJSF, quien en el leading case

sobre gratuidad en consumo ha considerado innecesaria la tramitación de la excepción de

arraigo, cuya función conforme el art. 329 CPCyCSF no es otra que garantizar el pago de

costas del proceso28. De tal forma, de resultar el consumidor eximido de las costas no sería

necesario que las garantice.

Así lo ha considera expresamente la Corte Suprema de Justicia de Tucumán recientemente29

y se ha expedido la CSJN en materia de reclamos colectivos en numerosos precedentes,

para finalmente considerar extensivo el criterio con relación a los reclamos individuales30.

Como señala Sahián el beneficio conferido por el art. 53, LDC debe ser interpretado en

clave constitucional, conforme la finalidad perseguida por el art. 42 de la Constitución y los

principios pro homine, de progresividad, y pro consumidor31 puesto que una hermenéutica

que restrinja los alcances del beneficio conspiraría contra la tutela efectiva de las garantías

constitucionales establecidas a favor de los consumidores32.

Tal es además la posición que sustenta el propio codemandado que pretendiera limitar el

beneficio, cuando a pág. 129, al referir al pedido de adelanto de gastos del perito sostiene

que el mismo no procede dado que el proceso cuenta con el beneficio de la gratuidad

(pretendiendo de esta forma extenderlo más allá de la eximición de la tasa de justicia),

cuestión que debe analizar a luz de la llamada teoría de los propios actos33.

27Así lo determina el art. 333 CPCyCSF con relación a la declaratoria de 
pobreza.
28CSSF, 15/08/2017, “Salvato”.
29CSJ de Tucumán. Sent. 609 del 07/07/2021.
30CSJN,   "ADDUC   y   otros   c.   AySA   SA   y   otro   s/   proceso   de   conocimiento", 
14/10/2021, JA del 10/11/2021, 39, Cita Online: AR/JUR/159295/2021.
31Todos ellos hoy consagrados en nuestro derecho positivo a través de la 
LDC, el CCyC y la Res. 36/2019 Mercosur, ratificada en nuestro derecho 
interno por la Res. 310/2020 SCI.
32SAHIÁN, José H., "Principios generales de protección del consumidor en 
el proceso e interpretación de las normas", RDCO 308, 21, Cita Online: TR 
LALEY AR/DOC/944/2021.
33BORDA, Alejandro; “La teoría de los actos propios”, Ed. Abeledo Perrot, 
Finalmente no puedo dejar de considerar que tal es el criterio que se pretende imponer

en nuestra provincia donde se ha presentado un "Proyecto de Código provincial de

implementación de los derechos de las consumidoras y los consumidores", elaborado por

la Comisión Decreto 880/2021 en el marco del Programa "Santa Fe + Justicia", en cuyo

art. 152 se propone que "Las actuaciones judiciales que se inicien de conformidad con la

presente ley en razón de un derecho o interés individual o colectivo gozan del beneficio

de gratuidad. La gratuidad alcanzará a los sellados de ley, las contra cautelas, las costas

judiciales; la gratuidad cesa en caso de litigación maliciosa. La parte demandada podrá

por vía incidental que no suspenderá el curso de proceso, acreditar que tuviere bienes

para abonar total o parcialmente las costas del proceso sin comprometer su existencia

vital, a los fines de excluir al demandante de la regla de la gratuidad. La Administración

General de Impuestos por su interés podrá hacerlo en los mismos términos", también

extensible para los procesos colectivos (art. 173) sin la posibilidad de deducir el

incidente de solvencia34.

La solución que entendiendo consagra la norma, y se pretende ratificar localmente, no

hace más que reconocer en el consumidor persona estructuralmente vulnerable35, razón

que conlleva la necesidad de una regulación que lo tutela y ampare, no sólo en materia

de fondo, sino también en el procedimiento administrativo o en el proceso judicial ya

que nada impide concluir que el desequilibrio que se dé en el mercado no se trasladará al

proceso o al procedimiento, requiriendo una determinada contención, en el caso a través

de un supuesto de discriminación positiva36.

3er. ed. ampliada y actualizada, Bs. As., 2000, p. 141 y COMPAGNUCCI de 
CASO,   Rubén   H.;   “La   doctrina   de   los   propios   actos   y   la   declaración 
tácita de voluntad”, RCyS 2017­III, 251.
34https://ar.ijeditores.com/pop.php?
   
option=articulo&Hash=3f04bbfba32617776c7e51270a7cbd10 
35Destaca en este aspecto Garzino, que la noción de consumidor y su especial protección se fundamentan
en la vulnerabilidad o debilidad estructural de éste frente al proveedor en el mercado, lo que impuso la
necesidad de equilibrar a las partes mediante normas y principios positivos (GARZINO, M. Constanza; “La
protección del consumidor hipervulnerable a través del “diálogo de fuentes” y la necesidad de una previsión
equilibrada”, ponencia presentada en el marco del XVII Congreso Argentino de Derecho del Consumidor
(www.derechouns.com.ar/wp-content/uploads/2018/05/01-Garzino-Consumidores.hipervulnerables.pdf).
Hoy así se reconoce expresamente en la Res. 36/2019 Mercosur (art. 1), ratificada en nuestro derecho
interno por la Res. 310/2020 SCI.
36SAHIÁN, José H.; “Tutela especial diferenciada de consumidores hipervulnerables: discriminación
positiva”, Suplemento especial del diario La Ley del 8 de noviembre de 2021 XXII Congreso Argentino de
En razón de lo expuesto, RESUELVO: I.- -Rechazar la demanda incoada por el actor. II.-

Eximir a la actora del pago de las costas del proceso de conformidad a lo manifestado en el

punto V respecto al beneficio de gratuidad. Sin perjuicio de ello corresponde regular

honorarios de los profesionales intervinientes y en tal sentido: Regular los honorarios del

Dr. Martin Ignacio Corso en 7,44 JUS equivalentes a $92.986,17. Regular los honorarios de

la Dra. María Gabriela Aguirre en 7,44 JUS equivalentes a $92.986,17. Regular los

honorarios del Dr. Sergio Esteban Igon en 7,44 JUS equivalentes a $92.986,17. Regular los

honorarios del perito mecánico Jose Luis Muchelnizer en $27.895,85. Regular los

honorarios de la perito psicóloga Teresa Graciela Froy en $27.895,85. Dichas sumas

deberán ser canceladas dentro del plazo de 5 días corridos desde su notificación. Firme que

estuviere esta resolución ya no procederá la actualización mediante el mecanismo del art.

32 de la ley 6767 y sus modificatoria (Unidad jus), devengando, a partir de la mora un

interés equivalente a la tasa activa para operaciones de descuento de documentos del NBSF

SA capitalizada (art. 767, 768, 772 del Código Civil y Comercial de la Nación). Vista a

Caja Forense . III.- Notifíquese la presente al Ministerio Público Fiscal. Insértese y hágase

saber.

PROSECRETARIA Juez:
VALERIA BELTRAME DR. MARCELO C. M.
QUAGLIA

Derecho del Consumidor “Hacia el Código nacional de defensa del consumidor”, p. 46 y ss.

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