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PROPUESTA DE LA INDUSTRIALIZACIÓN Y

LEGALIZACIÓN DE LA COCA

INVESTIGADORES
LEIDY LORENA HUACA CARVAJAL
REINALDO HERNANDEZ ÁLVAREZ
VICTOR CHÁVEZ PEÑUELA

ESPECIALISTA
JULIO CESAR GAITAN

DESTINO
CUMPLIR EL SEMINARIO DE PROFUNDIZACIÓN COMO OPCIÓN DE GRADO EN
CONTABILIDAD AMBIENTAL.

UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES, ECONOMICAS Y ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA DE CONTADURÍA PÚBLICA
SEMINARIO DE CONTABILIDAD AMBIENTAL
FLORENCIA – CAQUETÁ
DICIEMBRE 2018
Esta propuesta está solo disponible para los integrantes del seminario de contabilidad
ambiental, el cual se entrega en CD a cada uno de los grupos de trabajo, la cual
permite la copia y distribución de este documento, con propósitos no-comerciales
educativos.

Propuesta elaborada por:


Leidy Lorena Huaca Carvajal
Reinaldo Hernández Álvarez
Víctor Chávez Peñuela
15 de diciembre de 2018
Florencia – Caquetá

Para más información contactar:


Leidy.huaca@gmail.com
Reinaldo.hernandez0808@gmail.com
Vicha305@hotmail.com
1 PRESENTACIÓN

Las políticas de erradicación de cultivos de hoja de coca que se han implementado


paulatinamente sólo han traído luto y violencia a la familia Colombiana.

Los problemas del narcotráfico no se solucionarán a través de la erradicación de los


cultivos de la hoja de coca, sino a través del estricto control del ingreso y uso de los
precursores químicos, sin los cuales es imposible extraer el alcaloide cocaína que,
mientras continúe siendo una sustancia ilegal seguirá alimentando el ilícito y criminal
negocio del narcotráfico desarrollado por los grandes potentados del capital.

Por lo tanto, la despenalización del cultivo de hoja coca, como requisito inicial, es una
necesidad en el ejercicio del principio de dignidad y soberanía nacional y permitiendo la
expansión del uso legal de éste producto. La cooperación internacional, y en particular
en los planes de sustitución de cultivos de coca, propicia la corrupción y la mala
administración del Estado.

De allí que resulta una estrategia ilusoria, cuando no perversa, aquella que pretende
pactar con los campesinos la sustitución de sus cultivos de coca a cambio de
carreteras, escuelas y puestos de salud, sin resolver el problema del ingreso familiar
que depende de los precios agrícolas en los mercados locales, los que a su vez están
regidos por los precios agrícolas internacionales.

Una mirada retrospectiva al paradigma del Desarrollo Alternativo, nos muestra que se
han gastado cientos de millones de dólares en un ejercicio estéril y engañoso que en
términos de costo y beneficio es un fracaso. Aun reconociendo el estímulo a la
producción bananera, cafetera, la industria láctea, la ganadería, el aceite de palma y
otros, el reemplazo de la economía de la coca (ilegal) por otro tipo de economía de
productos alternativos (legal) no ha tenido el éxito esperado. Una alternativa de
sustitución sería al valor agregado que la hoja de coca podría producir si este recurso
es adecuadamente industrializado en forma legal.

De lo que se trata entonces, es de entrar en una planificación económica de la hoja de


coca que empieza por la despenalización de ésta materia prima. Para ello se necesita
separar el Régimen de la Hoja de Coca de su codificación penal, es decir, derogar
todas las disposiciones que le resulten contrarias, en especial el artículo 32 de la ley 30
de 1.986 en lo relacionado con el cultivo de coca y la Ley 17 de 1973. Para convertir
este régimen en un instrumento de producción planificada, según las demandas legales
que se vayan dando en el mercado mundial.
Sin embargo, la prohibición y estigmatización de la hoja de coca han inhibido la
investigación científica en Colombia, sobre los cientos de posibles productos
farmacéuticos y medicinales que pueden ser derivados de la hoja de coca.

Si hemos de ser racionales y serios sobre la despenalización de la hoja de coca, vía la


industrialización legal, también se debe señalar que la producción de cocaína seguirá
su curso ilegal considerando las leyes de la oferta y la demanda, pero eso es harina de
otro costal, porque es cierto en términos reales que la hoja de coca no es cocaína,
aunque el discurso represivo dice lo contrario.

Por lo expuesto, el presente trabajo de investigación considera como principal objetivo


determinar el impacto de la política de industrialización de la hoja de coca en el
crecimiento económico sostenible en Colombia.

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3 INDICE

PRESENTACIÓN............................................................................................................................3
OBJETIVOS.....................................................................................................................................7
GENERAL...................................................................................................................................7
ESPECIFICOS.............................................................................................................................7
1 HISTORIA DEL CULTIVO DE LA COCA Y EL NARCOTRÁFICO...................................8
1.1 ORIGEN..................................................................................................................11
1.2 LA PLANTA DE COCA.........................................................................................12
1.2.1 Hoja de coca............................................................................................................13
1.2.2 Proceso de elaboración de cocaína..........................................................................13
1.2.3 Comercio, transporte y camuflación.......................................................................14
1.2.4 Comercio.................................................................................................................15
1.2.5 El tráfico..................................................................................................................16
2 CONSUMO Y EFECTOS......................................................................................................17
2.1 FORMAS DE CONSUMO.....................................................................................17
2.2 EFECTOS...............................................................................................................17
3 FENÓMENO CULTURAL....................................................................................................19
3.1 GRUPOS ARMADOS............................................................................................21
3.2 CORRUPCIÓN POLITICO ADMINISTRATIVA.................................................23
3.3 PÉRDIDA DE VALORES EN LA JUVENTUD....................................................24
4 LUCHA ANTINARCOTICOS...............................................................................................27
4.1 INTERNACIONALIZACIÓN DE LA LUCHA ANTIDROGA 1989-1993..........27
5 FUMIGACIÓN Y ERRADICACIÓN....................................................................................29
5.1 CULTIVOS DE COCA ERRADICACIÓN MANUAL Y ASPERSIÓN...............29
5.2 EFECTOS EN LA SALUD HUMANA..................................................................30
EFECTOS AL MEDIO AMBIENTE.........................................................................................30
EL TURISMO ECOLÓGICO; GRAN ALTERNATIVA FRENTE A CULTIVOS ILICITOS..31
5.3 CANTIDAD DE COMPONENTES PARA LA FUMIGACIÓN...........................32
5.4 EFECTOS EN SISTEMAS ACUÁTICOS.............................................................34
5.5 EFECTOS EN LOS SUELOS................................................................................35
5.6 EFECTOS SOBRE INSECTOS BENÉFICOS.......................................................37
5.7 MONITOREO Y ANÁLISIS QUÍMICO................................................................38
6 IMPACTO SOCIAL, AMBIENTAL Y ECONÓMICO DE LOS CULTIVOS ILÍCITOS EN
COLOMBIA...................................................................................................................................39
6.1 DESCRIPCIÓN DE LOS EFECTOS AMBIENTALES DE LOS CULTIVOS
ILÍCITOS Y PROCESAMIENTO DE DROGAS......................................................................39
6.1.1 Preparation de los terrenos......................................................................................40
6.1.2 Restablecimiento de los cultivos.............................................................................41
6.1.3 Sustancias químicas................................................................................................42
6.1.4 Procesamiento de la droga......................................................................................43
6.2 SÍNTESIS DE LOS EFECTOS AMBIENTALES GENERADOS POR LOS
CULTIVOS ILÍCITOS...............................................................................................................44
6.3 ANÁLISIS MULTITEMPORAL DE LA DINÁMICA DE LOS CULTIVOS
ILÍCITOS EN COLOMBIA.......................................................................................................44
6.4 CONSECUENCIAS MUNDIALES.......................................................................46
6.5 COLOMBIA: LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA EN PELIGRO............................46
7 LEGALIZACIÓN DE LA HOJA DE COCA COMO OPCIÓN DE DESARROLLO..........48
7.1 EXPOSICIÓN DE MOTIVOS...............................................................................50
7.1.1 Necesidad y beneficio para toda la población:........................................................50
7.1.2 Respeto de la biodiversidad y del medioambiente y opciones de desarrollo:.........51
7.1.3 Alternativas de Derechos Humanos y paz:.............................................................52
7.2 NORMATIVIDAD..................................................................................................53
7.2.1 Sentencia No. C-176/94 Convención de Viena de 1988:........................................54
7.2.2 Breve historia de las leyes de coca en Colombia....................................................55
8 PRODUCCIÓN, INDUSTRIALIZACIÓN Y COMERCIALIZACIÓN LÍCITA DE LA
HOJA DE COCA............................................................................................................................61
8.1 QUÉ NOS OFRECE LA HOJA DE COCA............................................................61
Las virtudes y uso de la coca:.................................................................................................61
8.1.1 El estudio de la Organización Mundial de la Salud................................................64
8.1.2 Bondades de la Hoja de Coca.................................................................................66
8.2 DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA..........................................................................66
8.3 EXPERIENCIAS DE INDUSTRIALIZACIÓN DE LA COCA............................68
8.3.1 Resumen de las industrias legales de coca en Perú y Bolivia.................................68
8.3.2 Resumen de la industria de la hoja de coca en Colombia.......................................70
8.3.3 La “zona gris”: la dualidad del Estado colombiano ante la coca............................73
8.4 OPORTUNIDADES DEL ESTADO PARA FORTALECER LA
INDUSTRIALIZACIÓN DE LA COCA...................................................................................76
8.5 HORIZONTES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LA HOJA DE COCA........77
8.5.1 El contexto del Acuerdo de Paz de 2016.................................................................77
8.6 LECCIONES DEL MODELO LERMA: EL ENFOQUE COMUNITARIO DEL
SENA CAUCA PARA ESTUDIAR LA COCA Y REFORMAR SU INDUSTRIALIZACIÓN
83
8.6.1 Escalando el Modelo Lerma: la innovación con coca para fortalecer el Acuerdo de
Paz 88
9 PRODUCTOS DERIVADOS DE LA HOJA DE COCA.......................................................94
9.1 EJEMPLOS DE PRODUCTOS COMERCIALIZADOS A BASE DE LA HOJA
DE COCA: 94
10 CONCLUSIONES................................................................................................................100
11 BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................102
12 PROPUESTA PARA LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LEGALIZACIÓN DE LA HOJA DE
COCA...........................................................................................................................................104
13 RECOMENDACIONES......................................................................................................105
4 OBJETIVOS

4.1 GENERAL

Analizar los problemas económicos, ecológicos, sociales y culturales, que se


desencadena a partir del cultivo y comercialización ilegal de la cocaína en nuestro país,
aportando una propuesta de industrialización y legalización de la hoja de coca para el
crecimiento económico sostenible.

4.2 ESPECIFICOS

 Identificar los problemas económicos, ecológicos, sociales y culturales, que


desencadena el cultivo ilícito en nuestro país.
 Analizar la normatividad Colombiana frente a la legalización del cultivo de la hoja
de coca, como opción de desarrollo.
 Determinar la industrialización de la hoja de coca para uso distinto a la extracción
y procesamiento de su alcaloide para hacer cocaína.
 Conocer qué derivados y beneficios se puede obtener de la hoja de coca.

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5 HISTORIA DEL CULTIVO DE LA COCA Y EL
NARCOTRÁFICO

Las hojas de la coca, que en principio fueron utilizadas por los Aimaras y quechuas con
fines ceremoniales, medicinales y moderadamente recreativos, fueron llevadas a
Europa por los conquistadores junto con el tabaco y el café, debido a que dan una
sensación de bienestar, no alucinatoria, que permite superar el hambre, el cansancio y
el abatimiento. De ahí que los indígenas hacen un alto en el trabajo cotidiano para
masticar hojas de coca, mezclando el amasijo con saliva, "lejía" (pasta sólida hecha de
alcalinos y ceniza) y manteniendo éste durante largo tiempo entre los molares y la cara
interna de la mejilla, donde se extrae el jugo de la coca, que pasa luego a la sangre a
través de las membranas mucosas de la boca, haciendo que la lengua y el carrillo
queden adormecidos, como cuando se está terminando el efecto de la anestesia. Sin
embargo, la mayor cantidad del jugo extraído va a dar en el estómago y los intestinos,
sin provocar ningún tipo de reacción alucinógena.
El "acullico" (masticación de hojas de coca), que empezó como un acto sagrado entre
los incas, se generalizó durante la colonia y se introdujo en el laboreo de las minas,
donde los indígenas debían cumplir la mita (jornada de trabajo en el interior de la mina),
impuesta por los colonizadores ávidos de riquezas. Desde entonces, el "acullico" en
quechua- se mantuvo como una parte importante en la vida de los trabajadores
mineros, quienes, antes y después de explotar los socavones a 4000 metros sobre el
nivel del mar, mastican las hojas de coca para resistir el cansancio, la sed y el hambre.
La coca, al igual que la papa o el maíz, pertenece, sin duda, al patrimonio cultural del
continente americano. Según el excelente estudio "Mama Coca" del etnólogo, editado
en Londres en 1978, sus orígenes se remontan a los comienzos del período , cuando el
arbusto hoy conocido como «Erythroxylum coca» debe haber sido descubierto en las
faldas orientales de los Andes centrales por los pequeños grupos de nómadas que
empezaron a poblarlas.
Las más antiguas pruebas arqueológicas del consumo humano de la hoja de coca
datan del IV período precerámico, que se extiende desde el año 2.500 hasta el año
1.800 antes de Cristo. La presencia milenaria de la coca en las sociedades andinas
también ha sido corroborada por la costumbre ancestral de enterrar a los muertos junto
con bolsas de hojas de coca en calidad de viático para el «largo viaje a la eternidad».
Por otra parte, la cerámica de la mayor parte de las culturas precolombinas en
abundante testimonio de la práctica masticatoria de la hoja de coca en lo que hoy son
Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Asimismo, la tradición oral nos habla del carácter
telúrico de la coca: entre los aymaras de Bolivia aún se transmiten de generación en
generación mitos y leyendas acerca del origen del «divino arbusto» en las tierras fértiles
del antiguo Kollasuyo.

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Aunque aún no está totalmente zanjada la cuestión de si en la antigüedad americana el
consumo de la hoja de coca ya era universal o, más bien, estaba restringido a ciertas
élites, sí se sabe que en la civilización incaica la coca desempeñó un rol de primera
importancia. El Estado la usaba tanto para la diplomacia del Inca (como expresión de
amistad o de retribución de servicios) como también en el ceremonial religioso de la
corte imperial; igualmente servía como moneda o instrumento general de intercambio,
pues se practicaba el trueque de coca por otros productos.
Lo que no parece haber existido es un control o «monopolio» por parte de la casta
gobernante sobre el conjunto de la producción, distribución y consumo de la coca por la
sencilla razón de que no había medios para ejercerlo en todo el ámbito del gigantesco
imperio. Por eso, para asegurar la satisfacción de las necesidades del Estado y el
consumo personal de sus funcionarios, la administración incaica no se contentó con
imponer a los pueblos conquistados el pago de un tributo en coca, sino que, además de
ello, organizó un sistema de producción estatal de coca en plantaciones que pasaron a
ser propiedad del Inca; en ocasiones, los propios trabajadores (mitimaes) eran
utilizados para «expropiar» las cosechas de las plantaciones no estatales.
Además de las funciones económica, política y social que tenía la coca en la vida
pública andina, no cabe duda de que, desde antiguo, también poseía un valor de
carácter sagrado, relacionado con el mundo de las creencias religiosas. Así, los
cronistas coloniales relatan la costumbre de los aborígenes de echar hojas de coca al
suelo, en honor a la Pachamama (Madre Tierra), al iniciar las cosechas o al edificar una
casa; o la costumbre de ofrecer algunas hojas al dios Inti (Sol) o al fuego antes de
ponerse a coquear.
Cuando sobrevino la invasión española, a comienzos del siglo XVI, la coca no tardó en
ser asimilada por la nueva economía colonial. Las plantaciones de propiedad del Inca
fueron distribuidas, por «encomienda» de la Corona española, a ciertos colonos y se
autorizó el pago de las deudas en hojas de coca. Ya en 1548, dieciocho de los cuarenta
y cuatro «encomenderos» de Charcas recibían hojas de coca como parte del tributo que
habían impuesto a los indígenas.
En la segunda mitad del siglo se produce un auténtico «boom» de la coca. Su causa
principal es, sin duda, la concentración demográfica que se forma en torno a las minas
de plata de Potosí: con 120.000 habitantes, Potosí era, en 1573, más grande que
Sevilla, Madrid, Roma o París. El descubrimiento de que las virtudes energéticas de la
coca aumentaban el rendimiento de los «indios» forzados a trabajar en las minas, a
pesar de las condiciones infrahumanas que les impusieron los «conquistadores»,
condujo a la burocracia colonial española a la conclusión de que, así como «las Indias»
no eran nada sin Potosí, la colosal máquina potosina dejaría de funcionar sin la coca.
De este modo se creó un enorme mercado consumidor de la hoja de coca, a razón de
100.000 cestos (de unas 20 libras cada uno) por año. Numerosos colonos empezaron a
dedicarse exclusivamente al comercio de la coca, mientras otros abrían nuevas
plantaciones para aprovechar la creciente demanda proveniente de las minas. En poco

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tiempo, el tráfico de la coca se convirtió en un gran negocio y en el origen de fabulosas
fortunas, además de ser la segunda fuente de ingresos de la Corona española. En el
Cuzco, de donde salía el grueso de la producción con destino a Potosí., cuatrocientos
mercaderes españoles engordaban a expensas de la coca y tanto el obispo como el
resto de la frondosa jerarquía eclesiástica extraían la mayor parte de sus rentas de los
diezmos sobre la coca.
Hacia mediados del siglo XVII, los Yungas de La Paz empiezan a desplazar al Cuzco
como principal zona productora de coca durante el coloniaje. En el último cuarto del
siglo XVIII, su producción oscila entre los 230.000 y los 300.000 cestos; el 88 % de la
misma procede de 341 haciendas, todas ellas propiedad privada de criollos o mestizos.
Fue en esa época que, ante la insuficiencia de la mano de obra local, los propietarios
empezaron a comprar esclavos africanos en el puerto de Buenos Aires.
Así fue como, durante el coloniaje español, la coca entró a formar parte de una
economía de mercado. Pero también se integró en la cultura colonial bajo otras
modalidades. Los médicos, por ejemplo, la incorporaron a su farmacopea como
medicamento contra el asma, las hemorragias, los dolores de muelas, las fracturas de
huesos, los vómitos, la diarrea, etc. Toda la sociedad colonial terminó haciendo uso de
ella bajo la forma de inhalaciones, infusiones o cataplasmas. En cuanto al hábito de su
masticación, trabajadores blancos, mestizos y negros también terminaron rindiéndose a
sus bondades.
Tras la expulsión del colonialismo español en el primer cuarto del siglo XIX, la coca
siguió ocupando un lugar destacado en las costumbres y en la economía de las nuevas
naciones andinas. Así, en Bolivia, la producción yungueña sigue batiendo todos los
récords: en 1882, sólo 200 haciendas producen más de 200.000 cestos anuales, pero
80 de ellas acaparan el 75%. En la «Sociedad de Propietarios de Yungas» se
concentran también los intereses del grupo terrateniente local. Para pertenecer a ella,
basta con producir 25 cestos de coca por cosecha; pero el que produce más de 300
tiene doble voto.
Mientras tanto, poco o nada ha cambiado en la vida de los aymaras y quechuas, que
siguen siendo la gran mayoría de la población. Reducidos a una extrema pobreza,
segregados de la sociedad oficial y carente de todo poder, su batalla es la de la
supervivencia. Y. cuando la paciencia se acaba, la de la rebelión en busca de un
mañana mejor. Y en todas ellas también los acompaña la coca.
Además los incas por sus propiedades estimulantes la utilizaban, pero solo por la casta
religiosa y las clases sociales más privilegiadas en el seno de ceremonias religiosas.
Con la llegada de los españoles el consumo de coca se extiende por toda la zona de los
andes, a esto contribuyo el hecho de que, debido a sus propiedades, la coca disminuía
el apetito y aumentaba el rendimiento de los indígenas en el trabajo, de esta forma el
consumo de coca se generaliza entre la población, perdiendo su carácter mágico-

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religioso y llega incluso a ser utilizada como pago de parte del salario de los
trabajadores de las minas.

5.1 ORIGEN
El tráfico de estupefacientes en Colombia surgió en el transcurso de los años sesenta.
Una intensificación en la política antidroga en los países del Oriente Medio y Turquía
forzó a las bandas internacionales a mover su dominio. Primero por su situación
geográfica con el mar, Colombia tiene acceso a ambas costas de los Estados Unidos,
formando en aquellos tiempos el mayor mercado de narcotráfico. Además, se sitúa al
norte de Perú y Bolivia, países donde se cultivan las hojas de coca a gran escala, y al
sur de los EE UU. En segundo lugar, Colombia dispone de grandes bosques tropicales
que sirven perfectamente de refugio para laboratorios de producción, y lugar de
aterrizaje para el contrabando de drogas. Finalmente, la existencia de inmigrantes
colombianos en los Estados Unidos creó en seguida la posibilidad de emprender redes
de distribución, y organizar la venta.
Al principio, el comercio se hacía a pequeña escala. La cocaína se fabricó y se negoció
en grupos pequeños o familiares. Esta situación cambió al principio de los años
ochenta, cuando la demanda por la cocaína en los Estados Unidos iba creciendo
rápidamente. Empezaron a organizarse pequeños grupos de narcotraficantes (entre
ellos el de Pablo Escobar). Estos grupos de contrabandistas, (los” camellos"),
evolucionaron rápidamente a gran escala, con cargueros y aviones. Laboratorios
pequeños se convirtieron en grandes complejos de producción, teniendo en algunos
casos hasta cientos de empleados. Los narcotraficantes levantaron estructuras de
organizaciones muy estrictas y especializadas, como la investigación química, el
blanqueo de dinero, o la búsqueda de redes y rutas ideales para el tráfico. El comercio
se concentró alrededor de dos ciudades, Medellín y Cali, donde surgieron dos grandes
poderes: el cártel de Medellín, y el de Cali. A mediados de los años ochenta,
controlaban las tres cuartas partes del narcotráfico Colombiano, con un rendimiento de
4 a 6 mil millones de dólares.
El narcotráfico se fue instalando en la sociedad colombiana. Sin embargo los cárteles
aún querían más. Aspiraron convertir su poder económico en potencial político y
reconocimiento social. Pablo Escobar fundó su propio partido político, pero tuvo que
retirarse tras una oleada de publicidad negativa sobre su entorno criminal. Sin embargo,
de ninguna manera, esto significó el fin de su poder. P.L. Clawson y Rensselaer Lee
tienen una explicación Cuando el camino legal hacia la influencia política resultó
descartada, los cárteles decidieron pasar al medio de violencia, a fin de desquiciar el
sistema político y judicial de Colombia. Como consecuencia, en el curso de los años
ochenta, más de 550 agentes de policía, y 40 jueces fueron asesinados.
En estos años, mientras que el narcotráfico seguía creciendo, y con ello la violencia, el
impotente gobierno de Colombia lo tuvo que asimilar. La crisis económica en que
estaba el país, se consideraba generalmente un problema mayor. Pero en agosto del
año 1989, el candidato de los liberales, Luis Carlos Galán, fue asesinado por la mafia.

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Ahora, también bajo presión de los Estados Unidos, el gobierno estaba obligado a
intervenir con fuerza, con lo que se hicieron cientos de arrestos, de decomisaron
helicópteros, aviones, armas y camiones a los cárteles. En respuesta, la mafia declaró
"la guerra absoluta y total" al gobierno, para lo cual se dio por terminada definitivamente
la época de pasividad.

5.2 LA PLANTA DE COCA


La coca, cuyas hojas se cosechan cuatro veces al año, es un arbusto originario de
América del Sur, donde los indígenas la cultivan desde tiempos inmemoriales, aunque
en la actualidad se la cultiva también en otros países tropicales y subtropicales como
Jamaica, Ceilán, Indonesia y Australia.
La planta o árbol de la coca, la Erythroxylon Coca, se cultiva en la zona occidental de
América del sur, que comprende el norte de Colombia, la región de Cochabanda en
Bolivia y en Perú sus laderas andinas a lo largo del Pacifico, a veces cualquiera de sus
200 variedades puede crecer silvestre. Aparte de los citados países latinoamericanos,
en la actualidad también se cultiva en Brasil, la India y Pakistán. Es sensible al frío,
exigiendo unas condiciones de suelo muy particulares; las más idóneas son: Altitud
unos 600 metros, temperatura media de 20 grados, una humedad del 90%, debiendo
los suelos ser ricos en nitrógeno.
El árbol de la coca tiene una corteza rugosa de color pardo rojizo, pudiendo alcanzar
una altura de 6 metros, en las condiciones de cultivo más favorables, sin embargo, no
se les suele dejar que alcancen esta altura, especialmente por que dificultaría la
recolección de sus hojas, por ello se les cortan las guías con el fin de que no lleguen a
crecer ni 2 metros.
Tiene unas pequeñas flores de color blanco-marfil de unos 2 cm. de diámetro con olor
parecido a las almendras. La semilla "drupa", de forma ovoidal de 1 a 2 cm. de diámetro
y color rojo (cuando esta madura); Se siembra preferentemente en viveros y a partir de
6 a 8 meses, que ya haya crecido 20 o 30 cm., se puede trasplantar a los cocales, y
cuando pasen 2 años de haberse trasplantado, comenzar a realizar la recolección de
hojas. La cual se llevara a cabo 3 o 4 veces al año durante 30 o 40 años. Normalmente
en Marzo, Junio y Octubre, cuando la hoja presenta una coloración amarillenta, debe
comenzar la recolección.
Además de las grandes extensiones cultivadas, controladas por organizaciones
mafiosas de droga, son abundantes las pequeñas plantaciones propiedad de familias
de campesinos.
Según los estudios se ha establecido que existen 200 especies de plantas de coca,
pero solo tres variedades contienen el alcaloide:
ERITROXILUM COCA: Bolivia, Perú.
ERITROXILUM NOVO GRANATENSE: Colombia, Ecuador.

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ERITROXILUM TRUXILLENSE: vertiente oriental de la cordillera de Los
Andes y el Perú.
La primera recolecta sucede al cabo de tres años (el mejor rendimiento a partir del
noveno año). El tiempo de vida de un arbusto es alrededor de 25 años (siendo las hojas
arrancadas a todo lo largo del año por terceros).
El rendimiento de la hoja de coca esta entre 400 y 1600 kg/ha.

 Colombia : 800 Kg./ha


 Perú : 1140 Kg./ha
 Bolivia : 1200/1600 Kg./ha

5.2.1 Hoja de coca.


La hoja de coca, es el único integrante del arbusto que contiene cocaína. Esta
dispuesta en grupos normalmente, de 7 en cada tallo. Su forma es ligeramente ovalada,
oscilando su tamaño entre 4 y 8 cm. de largo por 2 a 4 cm. de ancho.
Su sabor es amargo produciendo en la lengua una ligera sensación de embotamiento-
adormecimiento-. El acto de masticar la hoja de coca se denomina Acullicar.
El plantío de cocales, traen consigo una serie de consecuencias ecológicas, tales como
la deforestación (arrasando la selva por el método de cortar y quemar, con la
consecuencia de inundaciones y sedimentación), y la desaparición de plantas y
animales.

5.2.2 Proceso de elaboración de cocaína

El término cocaína es utilizado para designar el producto final de transformación, el


clorhidrato de cocaína. El proceso de elaboración de pasta de coca, se lleva a cabo la
mayoría de las veces en las inmediaciones de la plantación, principalmente por no
desplazar tantos kilos de hoja de coca, con el volumen que ello supone, ya que para
obtener un kilo de pasta de coca, se precisan aproximadamente unos 125 kilos de hoja.
El proceso de elaboración, es el que sigue:

Primera etapa: después de recogida Las hojas de coca se mezclan con agua y
sustancia alcalina. La mezcla se tritura y se agrega queroseno, removiéndose la
mezcla-(se pisa la hoja para que se mezclen bien los ingredientes).

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Segunda etapa: Se separa el queroseno y se desecha la hoja de coca. Se agrega
agua y ácido sulfúrico. Se filtra y se echa cal o amoniaco posteriormente se seca
obteniendo como resultado la pasta de coca.
Tercera etapa: A la pasta de coca se le agrega acetona o éter, la solución se deja
reposar y se filtra por último se agrega amoniaco, se filtra, se lava con agua, se seca, y
tenemos como resultado la cocaína base.
Cuarta etapa: La cocaína base bruta, se disuelve en éter, se filtra se agrega ácido
clorhídrico y acetona. Se filtra, se seca y se obtiene clorhidrato de cocaína.
El polvo creado es de color mate, cremoso. Granuloso, húmedo y suele contener
agregados, su uso habitual suele ser en forma de cigarrillos.

SUSTANCIAS EMPLEADAS

ETAPA SUSTANCIA QUIMICA SUSTITUTO

De hojas de coca a la pasta Queroseno, Ácido Gasolina, Benceno,


Sulfúrico, Carbonato Carbonato de Sodio,
sódico. Hidróxido Sódico.

De pasta a base de cocaína Ácido sulfúrico, Ácido Clorhídrico,


Permanganato Potásico Bicromato Potásico,
Hidróxido Sódico

De la base de cocaína al Éter etílico, Acetona, Cloroformo, Metimetilo


clorhidrato de cocaína. Ácido Clorhídrico. Acetona, Gas Cloruro de
Hidrógeno.

5.2.3 Comercio, transporte y camuflación

A nivel del gran tráfico, la cocaína puede ser acondicionada de múltiples maneras y esto
en función de numerosos medios de disimulación utilizados por los traficantes. Hay que
señalar el tráfico por medio de las mulas.
A nivel de la reventa, la cocaína es cortada para alcanzar alrededor de 30% de pureza.
Esta es acondicionada en pequeños paquetes envueltos en papel de aluminio o en

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sorbetes térmicamente soldados. En guyana, toma la forma de "diente de ajo" (en
material plástico soldado con cal en sus extremidades).
Cuatro son los medios utilizados por las organizaciones clandestinas para transportar la
droga: avionetas particulares, líneas aéreas regulares, vías marítimas o fluviales y
personas ajenas a la organización que son contratadas con carácter eventual por los
traficantes para que transporten el producto en su propio cuerpo o entre sus objetos de
uso personal. Pero los grandes negocios son generalmente hechos con avionetas
particulares, que tienen una autonomía de vuelo de 5 a 6 horas.
Las pistas de aterrizaje clandestinas que operan en Bolivia al servicio del narcotráfico y
del contrabando son numerosas. Sólo en el Departamento de Santa Cruz hay más de
500. En los últimos tiempos han aparecido muchas otras en el Departamento del Beni.
Hasta hace algunos años, Leticia (Colombia) era la escala casi obligada en el camino
desde Bolivia hacia los Estados Unidos. Últimamente la «conexión» se hace también en
Venezuela, Panamá o islas del Mar Caribe, tales como Curasao y Martinica, de donde
suele seguirse por mar hasta Miami; o bien, la «conexión» se la hace en el área de la
Amazonia brasileña, de donde se redistribuye tanto a Estados Unidos como a Europa.
Por su situación geográfica, el Estado norteamericano de Florida se ha convertido en el
atracadero internacional de la mayor parte de la droga que llega a los Estados Unidos.
«El tráfico de drogas es el comercio minorista más grande de nuestro Estado», llegó a
decir el Procurador General del Estado, Jim Smith, según la revista norteamericana
«Selecciones del Reader's Digest». Evidentemente, todo esto no sería posible sin la
complicidad de la propia policía norteamericana. Según la misma revista, el
comandante de la patrulla marina de Florida fue acusado de recibir 50.000 dólares por
dejar pasar un cargamento y unos quince oficiales y detectives del Departamento de
Seguridad Pública del distrito (que abarca a Miami) fueron suspendidos o cambiados de
puesto por recibir sobornos de parte del traficante cubano exilado Mario Escandlar, que
es considerado por los organismos encargados de la represión al narcotráfico DEA y
FBI (Drug Enforcement Administration y Federal Bureau of Investigation,
respectivamente) como «uno de los mayores narcotraficantes de la nación».

5.2.4 Comercio
Los cultivos de uso ilícito al igual que los lícitos responden en lo fundamental a
condiciones socio-económicas y culturales particulares de cada país o región.
El tráfico de drogas que es de carácter internacional aprovecha esos escenarios y
estimula las dos puntas de la cadena y se queda con las mejores ganancias de las
cuales se benefician también grandes capitales “legales” e ilegales del mundo global.
Las utilidades se concentran en los centros financieros internacionales. Los lucros del
negocio de las `drogas' ilícitas finalmente los concentra de manera dominante el capital
financiero norteamericano e internacional que se nutren con el lavado de los dólares las

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mafias de narcotraficantes de suministradores de precursores químicos y de armas. El
valor pagado por el consumidor final de cocaína en los EE.UU. se estima que se
distribuye aproximadamente así: “5% para los países productores -con 1% para los
campesinos y 4% para los procesadores locales-, 20% para los traficantes
internacionales -los carteles de la droga- y un 75% para las redes de distribución y
expendio en los países consumidores”.
Narcotráfico, corrupción y crimen organizado tejen estrechos lazos que desdibujan las
fronteras entre la economía legal y la economía ilegal. Para una mejor comprensión de
la expansión empresarial de las industrias de armas, químicos y `narcóticos' se hace
necesario, por lo tanto, analizar problemáticas tales como las políticas que encubren los
paraísos fiscales (lavado de dineros), la impulsión de los mercados de tecnologías
agrícolas `sintéticas”, y las zonas de `libre' comercio, entre otras.

5.2.5 El tráfico
Más del 70% de la cocaína fabricada en el mundo está destinada al mercado
clandestino. Esta proviene principalmente de Colombia, aunque Bolivia y Perú son los
principales países productores de hojas de coca. Una pequeña parte de esta
producción es consumida localmente bajo forma de hojas y de " pasta ", el resto es
despachado, en forma de pasta de cocaína, hacia los laboratorios de transformación
pertenecientes a traficantes colombianos.
Esta cocaína alimenta los mercados norteamericanos y del oeste europeo afectados
por el aumento del uso de la cocaína y su despacho se hace por las vías aéreas y
marítimas: de los países productores directamente hacia los Estados Unidos y Europa
vía las Antillas; El casi monopolio de la distribución de cocaína está en manos de
traficantes colombianos y sobre todo de los carteles (poderosas organizaciones
criminales que responden al del crimen organizado).

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6 CONSUMO Y EFECTOS

6.1 FORMAS DE CONSUMO


Este alucinógeno presenta en la actualidad múltiples maneras de consumo, a
continuación se darán a conocer las más importantes, aunque muy a menudo sea
inhalada por toma intranasal llamada “sniffing “.En ciertos medios, la toma de cocaína
se hace según un rito: el rito de la línea o del carril. Se deposita la cocaína en una
superficie lisa como puede ser un espejo, y se aspira por la nariz con la ayuda de un
sorbete o de un soplete.
SPEED BALL": Generalmente "snifada ", la cocaína es también inyectada, sola o
mezclada con opiáceos (heroína o morfinomimético).
“FREE BASING ": Esta práctica consiste en mezclar la cocaína con un solvente o un
alcohol, calentarla e inhalar los vapores que se desprenden. Este método de consumo
es tanto más peligroso puesto que existe el riesgo de provocar una explosión.
"BASUCO": Cuando es fumada mezclada al canabis (marihuana), se da principalmente
en los países de producción.

6.2 EFECTOS
Actualmente el consumo de la cocaína está experimentando un notable aumento, no
solo entre la clase social alta y determinados profesionales, debido a la baja capacidad
de la cocaína para producir dependencia física y a sus efectos estimulantes, que dan la
sensación de un aumento de las capacidades de la persona.
Los efectos buscados por el toxicómano:
La cocaína es un excitante que hace retroceder los límites de la fatiga. En general, poco
después de la toma, ésta engendra un estado de euforia, de confianza en sí y de
bienestar haciendo creer que se posee una más grande capacidad de funciones
intelectuales.
Los efectos constatados:
La intoxicación conlleva a trastornos cardiovasculares respiratorios neurológicos y
psiquiátricos a corto plazo, el uso repetido de cocaína engendra rápidamente un estado
de agitación y de inestabilidad. El mismo conlleva trastornos del juicio y del

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comportamiento; la cocaína provoca taquicardia, hipertensión, hipertermia
(aumentación de la temperatura del cuerpo), midriásea (dilatación de la pupila) y
sudores, así como trastornos del ritmo ventricular. Inicialmente origina una euforia
activa, con una sensación de vigor, ligereza, audacia y resistencia; pero a esta fase
eufórica, que aumenta el dinamismo sensorial, le sigue una fase de apatía, de la que el
individuo intenta salir mediante nuevas dosis, iniciándose de esta manera un círculo
vicioso y la consiguiente adicción a la droga.
El organismo resiente agotamiento y a fuertes dosis aparecen convulsiones con posible
consecuencia de muerte provocada por paro cardíaco debido a las propiedades
estimulantes de la cocaína. Los casos de psicosis cocaínicas y de paranoia son
frecuentes.
A largo plazo, la inhalación provoca perforaciones de los tabiques nasales una rinitis
crónica acompañada a menudo de eccemas en el contorno de las narinas.
La dependencia psíquica es fuerte y se instala rápidamente. La cocaína ha sido
considerada durante mucho tiempo la droga de los altos medios socio profesionales
(artistas, intelectuales, mundo del espectáculo, de la moda, de los medios de
comunicación). Hoy en día la tendencia parece ser de una "democratización" del uso de
la cocaína ya que se puede encontrar en la calle y atrae un número creciente de
usuarios.
Lo más alarmante y preocupante es el hecho de que sus tentáculos se hayan extendido
hasta llegar a apoderarse del gobierno de todo un país como es el caso de Bolivia
desde el golpe de Estado del 17 de julio de 1980.

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7 FENÓMENO CULTURAL

En lo que más plenamente pudo haberse dado una revolución por cuenta de los narcos,
es en nuestras maneras de ser en las estéticas y en los lenguajes. Y es que el
narcotráfico más allá de un hecho económico y delictivo se convirtió en nuestro país en
un fenómeno cultural. Quizá por el origen popular de una buena parte de los
narcotraficantes su riqueza se convirtió en el medio para hacer emerger facetas de una
cultura popular tradicionalmente vista como de mal gusto cargado de símbolos agrarios
y religiosos que se mezclaron con novedades del mundo del consumo para formar un
collage postmoderno. En este collage cohabitan sin aparente contradicción, el caballo y
los más lujosos autos, arquitecturas modernas con decadentes barrocos y la adoración
a la Virgen con la vocación por el delito.
Con este fenómeno emergió una jerga de los bajos fondos que se ha popularizado
sobre todo entre los jóvenes de diversos estratos sociales que en Medellín se denominó
el parlache. Es un lenguaje en el que al amigo se le dice parce; al muerto, muñeco y al
disparar, quiñar. Un lenguaje que refleja de manera creativa la vida cotidiana pero que
está al mismo tiempo cargada de muerte.
Nunca se sabe muy bien hasta dónde va la influencia “narca” y hasta dónde la de un
consumismo importado que nos llegó al mismo tiempo casi en el mismo paquete. Pero
algunos diseñadores hablan de que en la moda se impuso un estilo de grillas como se
llama a cierto tipo de mujer de pelo teñido, anatomía agrandada por la silicona y trajes
“mostrones”. Es natural porque ese mundo de la belleza fue de los primeros que los
capos se tomaron. Muchas reinas que en el pasado se fabricaron con dineros calientes
y aún hoy modelos afamadas brotadas de esos claustros son portada de nuestros
medios de comunicación.
Podríamos hablar de campos tan disímiles como las construcciones que subieron y
bajaron bajo el influjo de los dólares; de los decorados interiores abundantes en espejos
y dorados, del arte en el que hasta los consagrados pincelaron para los señores y por
último continuar con el fútbol para ver sin mucho escarbar cómo los ha marcado la
influencia de lo narco.
No es sólo cuestión de los narcos, también es notorio en otras profesiones -como la de
los políticos, lo militares, los policías e incluso los sacerdotes- que el deseo de ascender
sin importar que se infrinja la norma o el bien común es un acelere que invadió a
Colombia. Desde luego hay personas que viven en la penuria en la que una actitud de
éstas es comprensible. Pero en todo caso gentes de otros estratos superiores incluso

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ministros de buen apellido que han sido capaces de quemar su futuro por tener un poco
más o por tenerlo más rápido.
Si el narcotráfico nos torció el destino o si floreció aquí por nuestra torcida vocación
puede ser una discusión como la del huevo y la gallina. Lo que sí es cierto pensando en
el futuro es que es imprescindible un cambio en el que la ley, lo público y el bien común
sean fundamentos de nuestra cultura.
La borrasca del dinero rápido ha dejado a su paso grandes tragedias. Incluso hay
quienes afirman que el narcotráfico con su secuela de violencia de deterioro
institucional y de multiplicación de la criminalidad trae hoy más costos que beneficios. El
gran dilema colombiano es que el país está obligado por razones prácticas de
conveniencia internacional a combatir el narcotráfico, pero la estrategia de guerra
parece no dar resultados. A pesar de lo que dice el Gobierno, las últimas décadas
parecen demostrar que se pueden erradicar miles de hectáreas pero no los cultivos
ilícitos que van trashumantes de una región a otra. Así también se puede matar, detener
y extraditar narcotraficantes pero no derrotar el narcotráfico.
La cocaína al margen de su limitado empleo en la medicina se ha convertido en uno de
los negocios más rentables de los últimos tiempos a pesar de que su uso ilícito provoca
accidentes y trastornos irreparables en la vida de sus consumidores pues la intoxicación
por este alcaloide es, sin lugar a dudas, una de las más desastrosas en el ámbito de la
salud pública.
En los países del Sur la mayor parte de los cultivadores componen sectores de la
población que por sus condiciones de marginalidad socio-económica y política o de
pauperización más reciente por efecto de las crisis agrarias se han constituido en la
mano de obra amarrada que sostiene el nivel de la producción del mercado ilegal de
drogas. Para estos cultivadores la reducción de riesgos se refiere —en primera medida
— a la exigencia de que cese la militarización de sus vidas y la incriminación
emprendida en su contra bajo el encubrimiento de eliminar las `drogas' a través de la
represión de `la oferta'. Abarca asimismo la aplicación del principio de precaución en lo
que se refiere a la fumigación con productos químicos, el comercio y tráfico de
organismos genéticamente modificados y frente a la amenaza de la Guerra Biológica.
También se refiere al derecho inalienable al uso tradicional, recreativo y alternativo de la
sagrada hoja de coca, la cannabis y la amapola. Comprende además consideraciones
de corresponsabilidad internacional y de responsabilidad social en el diseño de las
políticas dirigidas a enfocar lo que es un fenómeno universal y complejo.
Es importante además aclarar que no es lo mismo "acullicar", como lo hacen
tradicionalmente los indígenas y mineros bolivianos, que inhalar el alcaloide conocido
con el nombre de cocaína.
Aunque Perú y Bolivia son prácticamente los únicos productores mundiales de hojas de
coca a gran escala (la producción ecuatoriana y colombiana es relativamente mínima),
la producción de cocaína para consumo masivo y su transporte hasta los mercados de

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consumidores constituyen un proceso complejo que rebasa las fronteras de ambos
países y escapa totalmente a su control. De hecho el tráfico de la cocaína es un
fenómeno internacional ejecutado por múltiples intermediarios que actúan como si
fuese una empresa multinacional.
Hoy en día el narcotráfico es una ocupación o actividad de alcance mundial, que
funciona como una máquina o un negocio donde rige el principio de la jerarquía
piramidal cuyas cimas quedan siempre en el más absoluto anonimato. Dispone y
maneja unas cifras de dinero tan altas que se cree capaz de «comprar cualquier
conciencia». Igualmente las cifras de ganancias acumuladas por las «estaciones de
distribución» que operan en los distintos lugares a lo largo del trayecto por el que pasa
la droga desde la primera transformación que sufre la materia prima hasta el
consumidor individual son deslumbradoras.
La cocaína es posiblemente la droga que mayores ganancias reparte actualmente, se
calcula que las ventas callejeras en los Estados Unidos en 1980 llegaron a los 30.000
millones de dólares y es fácil que en 1981 hayan superado los 40.000 millones en tanto
que las ventas de la marihuana que sigue siendo la droga más consumida por su precio
relativamente más bajo sólo giraron alrededor de los 23.000 millones de dólares; este
mismo año se calculaba en unas 45 TM la cantidad de cocaína que había ingresado
clandestinamente en el mercado más grande del mundo. Este enorme movimiento de
dinero supone en los Estados Unidos un capital semejante al de una de las grandes
multinacionales.
En el comercio «en cadena» de la cocaína, cualquier persona puede convertirse en
traficante, «rebajando» o adulterando su ración y revendiendo luego parte de ella con
un considerable margen de beneficio. Así a título de ejemplo se ha calculado que un
kilogramo de sulfato de cocaína o «pasta básica» que en el lugar de origen costaba
unos 5.000 dólares al llegar a Colombia (que es donde la mayor parte del sulfato es
transformado en clorhidrato gracias a la existencia de mejores condiciones químicas) ya
ha subido a 15.000 dólares. La cocaína pura extraída de ese mismo kilo de «pasta
básica» puede valer en los Estados Unidos vendida a los mayoristas entre 40.000 y
60.000 dólares. Pero antes de que esta cocaína llegue a las calles a manos del
consumidor directo aún suele pasar por un proceso de adulteración donde se le mezcla
con diferentes excipientes tales como la lactosa, la procaína y las anfetaminas o
simplemente leche en polvo, harina, azúcar o polvos de talco, con lo cual el producto
final destinado al consumo directo ya no contiene más que de un 12 % a un 15 % de
cocaína pura. Mediante las técnicas de la adulteración el kilo original de «pasta» habrá
terminado valiendo entre 200.000 y 500.000 dólares.
Todas estas características dan a la organización del narcotráfico la configuración de
una «mafia» en el sentido vulgar de la palabra. Con los millones de dólares que hay en
juego los narcotraficantes no se detienen ante nada ni ante nadie para defender sus
intereses. De ahí el poder secreto y el uso de medios expeditivos como el asesinato
para eliminar a quien se les ponga en el camino o no respete las reglas de juego que
van siempre asociados al narcotráfico.
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7.1 GRUPOS ARMADOS
Es una opinión compartida que el negocio de las drogas ilegales financia de forma
importante a las FARC y las Autodefensas y en menor medida al ELN, situación que ha
permitido el mantenimiento de sus fuerzas y por lo mismo agravado las condiciones del
conflicto armado. No obstante en lo que existen serias divergencias es en la proporción
reconocida a la economía del narcotráfico en cada caso. Así es posible encontrar
informes que parecen exagerar las cifras de financiamiento proveniente de las drogas
dramatizando hasta tal punto el papel jugado por este que logran desplazar la
dimensión originalmente política del conflicto por una reducida percepción narcotizada.
De esta suerte se ha desconocido la complejidad de una lucha desarrollada por más de
cuatro décadas en aras del nuevo postulado de la amenaza narcoterrorista cuyos
efectos políticos ya conocemos.
A continuación daremos una breve mirada a los nexos entre grupos armados y
narcotráfico los cuales como se verá responden a un sistema de alianzas coyunturales
que han transformado su relación de una conexión marginal con las organizaciones
narcotraficantes al dominio actual de varias etapas de la producción.
LAS FARC
Los nexos de las FARC con el narcotráfico se remontan a los finales de la década del
setenta. Pese a su oposición inicial frente a la economía de las drogas ilícitas las FARC
se vieron llevadas a admitir paulatinamente su funcionamiento en los territorios bajo su
dominio a fin de evitar la erosión de sus relaciones con la población de aquellas
regiones que veía en los cultivos ilícitos auspiciados entonces por el cartel de Medellín
su único medio de sustento. En este periodo la guerrilla no asumió un control directo
sobre los cultivos sino que autorizo el cobro de un impuesto por parte de autodefensas.
1982 se regularizó el cobro de impuestos directamente por la guerrilla a partir de
acuerdos formales con las organizaciones de narcotraficantes. Los vínculos con estas
se interrumpieron hacia mediados de los ochenta por la confrontación con Gonzalo
Rodríguez Gacha en el sur de Colombia situación que dio pie a la conformación de
grupos paramilitares agenciados por los narcotraficantes en el Putumayo y el
Magdalena Medio. Este proceso conllevo a una asunción paulatina de los eslabones de
la cadena productiva por parte de las FARC en las selvas colombianas. Se pasó así del
cobro del impuesto a cada kilo de pasta o base de coca comprado por cada
narcotraficante grande o pequeño a los cultivadores al gravamen de los mismos
cultivadores, raspachines y recolectores. Adicionalmente se inició el cobro de impuestos
por uso de pistas aéreas para el transporte de precursores químicos y cocaína. Para
1998, las FARC ya han asumido el control total del tráfico local en Putumayo y Caquetá,
imponiendo precios fijos para la base de coca y obligando a los campesinos a vender
únicamente al frente local. En adición inician el almacenamiento y venta de grandes
volúmenes de coca a los representantes seleccionados de los numerosos microcarteles
que reemplazaron a los grandes tras la muerte de Pablo Escobar

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Para finales de la década del 90 se hace evidente la expansión territorial de las FARC y
su control de una parte importante de las regiones cocaleras, hecho que supuso para
las autoridades colombianas, el inicio de las actividades de refinamiento y tráfico de
cocaína. Sobre este hecho sin embargo no existe completa certeza. Así mientras para
unas fuentes el refinamiento y el tráfico internacional del producto acabado son
evidentes para otros analistas las Farc apenas llegaron a los niveles de producción y
venta de base de coca.
EL ELN
El Eln tiene una participación más bien marginal en el negocio de la droga. Su actividad
en zonas cocaleras es menor que la de las FARC o las AUC, pero mantiene presencia
en regiones con cultivos de amapola y coca. Según informo el Ministerio de Defensa en
el año 2000 sólo 7 frentes del ELN estaban firmemente establecidos en zonas de cultivo
de drogas ilícitas. En el 2005 el ELN opera en cerca de diez regiones con cultivos
ilícitos: La Sierra Nevada de Santa Marta, el Catatumbo, el sur de Bolívar, el occidente
del Cauca, Huila, Tolima y el centro de Nariño. Todas estas regiones cuentan además
con presencia paramilitar y/o de las FARC.
No obstante su presencia en zonas cocaleras la relación del ELN con el narcotráfico es
más compleja. Aun cuando mantiene una condena oficial hacia cualquier vínculo entre
la causa revolucionaria y el narcotráfico en algunos casos como el de la columna móvil
Cienfuegos en el Cauca el ELN ha permitido el ingreso selectivo de algunos
narcotraficantes para la compra de látex. Por otro lado a partir de 2003 y tras su
expulsión de las zonas del sur de Bolívar por parte de los paramilitares varios frentes
del ELN han cobrado impuestos a los cultivadores de coca. De esta forma el
narcotráfico ha entrado a ser un rubro más del presupuesto del ELN que según algunos
cálculos alcanza el 8%. Así las cosas es previsible un aumento en su participación de la
actividad ilegal a futuro.

7.2 CORRUPCIÓN POLITICO ADMINISTRATIVA

¿Qué es la corrupción política?

La corrupción política es un obstáculo a la transparencia de la vida pública. En las


democracias establecidas, la pérdida de fe en la política y la ausencia de confianza en
políticos y partidos desafían a los valores democráticos, una tendencia que se ha
profundizado con la exposición de la corrupción en la última década.

¿QUE ES CORRUPCIÓN?

“ES EL ABUSO DEL PODER PÚBLICO EN BENEFICIO PRIVADO".

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Se describe como toda aquella acción u omisión del servidor público que lo lleva a
desviarse de los deberes formales de su cargo con el objeto de obtener beneficios
pecuniarios, políticos, o de posición social, así como cualquier utilización en beneficio
personal o político de información privilegiada, influencias u oportunidades"

Puede ser el obstáculo individual más devastador que se opone al desarrollo


económico, social y político en países que carecen de sistemas políticos abiertos.

Es entonces, un vicio, un abuso, una mala costumbre en el manejo de la cosa pública.


Pero no es un problema exclusivo de los gobiernos ni de los organismos de control y
vigilancia del Estado. Es un problema de todos y, como tal, así lo debemos asumir los
colombianos.

De hecho, hoy existe un acuerdo tácito entre la ciudadanía y el Estado para combatirla,
liderados por el Programa Presidencial de Lucha contra la Corrupción, el cual abre
ahora un BUZÓN DE DENUNCIAS, para que los ciudadanos informen, a través de éste,
los casos de CORRUPCIÓN que conozcan y ejercer así el control social del que habla
la Constitución. Esta página es un recurso que brinda la Presidencia de la República a
la sociedad colombiana para recuperar la fe en la Administración Pública.

7.3 PÉRDIDA DE VALORES EN LA JUVENTUD


La adicción a las drogas y su tráfico ilícito adquieren proporciones alarmantes, porque
están afectando cada vez más a la juventud y a los niños en edad escolar. La situación
deprimida en que viven amplios grupos sociales indigentes, a los que la sociedad no
brinda acceso regular a sus bienes y servicios, constituye la "mano de obra" de los
narcotraficantes, quienes los comprometen en sus actividades y, al mismo tiempo, los
inducen al vicio. En Colombia, los narcotraficantes son los héroes de una parte de la
juventud, e incluso de una parte de la población en general. (Sauloy, 1991) En Medellin,
Pablo Escobar ha tenido un entierro de primera, con una muchedumbre de personas
llorando su muerte. Fue un bienhechor de los barrios pobres y el empleador de un gran
número de jóvenes. [5]
La proliferación de drogas se incrementó a partir de los años setenta y en la actualidad
hay una mayor variedad de ellas, cada vez de mejor calidad y más potentes. Al
contrario, otras drogas deben su bajo precio a sus peligrosos niveles de impureza,
siendo de fácil adquisición; el bazuco [6] y el crack son ejemplos de estos
estupefacientes que ocasionan daños irreparables al organismo humano. Un estudio de
la Universidad de los Andes realizado en el año 1987 [7] había demostrado que si más
del 55 % bebían alcohol y 30 % fumaban, no había más que un 1,08% para fumar
marihuana, 0,64% para tomar bazuco y 0,25 % para aspirar cocaína. (Arrieta y al.,
1991) El despegue experimentado en los últimos años por el consumo de narcóticos en
el interior de un gran número de los países productores o de tránsito es un tema de
creciente preocupación.

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En las áreas urbanas, el fenómeno se manifiesta en el llamado "microtráfico", dadas las
características de su organización en células pequeñas, su gran movilidad, y su
concentración por áreas o barrios, a cargo de grupos de pocas personas, casi siempre
jóvenes y niños. Las ventas callejeras de pasta básica, de pitillos o bazucos, de
marihuana y de dosis de heroína atraen a los innumerables desocupados de las capas
más pobres, que se prestan a ejercer esta actividad, más rentable que otras que, por lo
demás, no siempre están disponibles.
La violencia y la criminalidad asociadas con la droga y su distribución causan graves
perjuicios en los barrios que ya se debaten en el estancamiento económico. Las
tentativas de abrir negocios de barrio se ven desalentadas, la asistencia a las escuelas
se ve continuamente perturbada, las salas de emergencia de los hospitales rebosan de
víctimas de dosis excesivas y de tiroteos, los residentes con ingresos estables
encuentran razones para trasladarse a otros lugares y las habilidades y ambiciones que
podrían aprovecharse de forma productiva se desperdician en la búsqueda ilusoria de
rápidos beneficios a través del tráfico de drogas.
En el campo, a pesar de que la economía de la droga ha dado al campesino empleo y
mejores ingresos, estos beneficios inmediatos le han costado muy caros: el costo de la
vida en las zonas cocaleras se ha elevado significativamente, y el pago en efectivo ha
sustituido a las formas tradicionales de trueque en pequeña escala y de apoyo mutuo
que eran fuente de estabilidad y equidad dentro de las comunidades indígenas. En
Colombia, decenas de millares de nuevos "colonos" han emigrado desde las cordilleras
hasta los "llanos" para cultivar la coca, trastornando el equilibrio social anterior. Los
productos alimenticios como las patatas y el maíz comenzaron a escasear a medida
que la mano de obra era absorbida por los cultivos de coca. La economía de auto
consumo fue reemplazada por una mercantilizada, impersonal, muy alejada del espíritu
comunitario del campesino.
La repercusión social de la droga también se hace sentir en la estructura del empleo.
En efecto, la industria de la droga es un empleador importante en Bolivia, Colombia y
Perú. Ocupa directamente entre 600.000 y 1.500.000 personas, según diversas
estimaciones. Otras fuentes elevan este número a 1,8 millones, lo cual vendría a
representar más de un 4,5% de la población activa, o sea cerca del 3% de la población
total de estos tres países. (Gómez, 1990) De ellas, unas tres cuartas partes son
agricultores y cosechadores de la hoja de coca; casi una cuarta parte son "pisadores"
que con los pies descalzos mezclan las hojas con productos químicos no elaborados,
como el queroseno, para hacer la "pasta"; unos cuantos miles trabajan en los
laboratorios clandestinos en los que la pasta se convierte en cocaína refinada, y unos
mil, más o menos - entre los que se incluyen los multimillonarios de los cárteles - dirigen
las importaciones y exportaciones y las finanzas. Además, un número mucho mayor de
personas obtiene indirectamente sus medios de vida del efecto multiplicador que se
hace sentir en las economías locales.
Otro efecto social de la droga, fue la aparición del "narco-agro", que ha adquirido
particular importancia en Colombia. Los "nuevos ricos" surgidos del tráfico ilegal de
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drogas consolidaron su poder económico y político casando a sus hijos con las
herederas de las familias oligárquicas colombianas. Su conversión en neoterratenientes
ha tenido evidentes efectos en la economía agropecuaria y en el sistema de tenencia
de la tierra. En efecto, los estudios acerca del proceso agrario comenzado por los
narcotraficantes coinciden en describirlo como una "contrarreforma agraria", ya que,
contrariamente a lo buscado por los programas reformistas, ha vuelto a consolidar una
estructura latifundista.(Camacho, 1989) Según un estudio (Sarmiento y Morento, 1990),
a fines de 1988 los narcotraficantes poseían un millón de hectáreas, es decir un 4,3%
de las tierras productivas. La intervención de la economía de la droga en el negocio de
las tierras repercutió en la forma de tenencia de ésta, ya que aumentó la propiedad
(75% en 1960 y 88% en 1988), y se redujo el arrendamiento (del 9% al 3,2%) y el
colonato (del 14% al 5,6%), en igual período.
Por otra parte, según el mismo estudio, el área de influencia de los narcotraficantes se
amplió con su participación en la producción agrícola nacional y en el crédito destinado
a cultivos comerciales. Lo mismo sucedió en la ganadería, con su participación en el
sacrificio de ganado y el crédito. Entre quienes no les han vendido sus tierras, por un
lado, los terratenientes ricos se enfrentan a mayores costos de producción, en parte por
los mejores salarios que pagan los narcoterratenientes, y, por otro lado, los campesinos
pobres dejan sus tierras o finalmente las malvenden, por la situación de inseguridad y
violencia a la que son sometidos. Junto con ir reemplazando a las antiguas familias
terratenientes, el narcoagro impone un ritmo distinto de cambio y explotación: incorpora
la ganadería selectiva (en detrimento de la intensiva), los cultivos de palma africana, la
cría industrial del camarón, algunos cultivos tradicionales como el arroz y el algodón, y
la industria avícola.
Según lo señala Reyes Posada, (1989), los narcotraficantes "se enfrentan a un doble
reto: establecer por si mismos la dominación social, al legitimarse como élite que
reorganiza las relaciones sociales del campo; y modernizar la producción agropecuaria,
mejorando el nivel de vida a los trabajadores rurales y abasteciendo los mercados
internos y externos".
 
 

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8 LUCHA ANTINARCOTICOS

8.1 INTERNACIONALIZACIÓN DE LA LUCHA ANTIDROGA 1989-1993

El narcotráfico como problema principal de las relaciones bilaterales entre Colombia y


Estados Unidos aparece en el momento en que este último comienza a percibir el
narcotráfico como un problema de seguridad nacional debido a los índices de consumo
cada vez más altos

Hacia la década de los 90, Bush padre en la presidencia de los Estados Unidos
comienza a diseñar dos directrices de lucha contra el narcotráfico. La primera en
relación a la estrategia interna de control de consumo; y la segunda que tiene ver con la
comercialización de los narcóticos, según ellos la erradicación desde el cultivo, es decir
la lucha antinarcóticos en los países productores De esta manera la política antidroga
pasa a la agenda militar, implicando el compromiso de los militares de Estados Unidos y
de América Latina en general en la erradicación de cultivo y control de tráfico ilícito,
deformando la misión de los militares en sus respectivos países.

Se asignó el Comando Sur y el Comando Atlántico a las acciones antidrogas, que


consideraban según el manual de operaciones del ejército de Estados Unidos como
“operaciones militares, no bélicas La política internacional antidrogas. como objetivo de
la Estrategia Andina, lanzada a fines de 1989, presento como primera instancia el
apoyo en material militar convencional valorado en US $65 millones, con el fin de
liquidar al cartel de Medellín, considerado sinónimo de narcoterrorismo.

Sin embargo los difíciles límites entre la lucha antidroga y la lucha antisubversiva,
permitieron que la ayuda externa tanto económica como en equipos, fuera desviado en
parte a la confrontación con las guerrillas. Durante la última fase de la administración
Barco, la estrategia principal de lucha contra el narcotráfico, consistía en derrocar a los
carteles del narcotráfico y a la subversión para lo cual se crean brigadas móviles

La institución militar estuvo especialmente motivada, pues el presupuesto con que


contaba le permitía por un lado desarrollar su tarea defensiva, mientras que sus
prestaciones sociales y sueldos fueron generosamente favorecidos. Además se motivó
a la institución mediante el aumento del presupuesto militar para apoyar el incremento
de pie de fuerza y la renovación de equipo para la guerra irregular Sin embargo en la
administración de Cesar Gaviria se presenta un giro importante en el manejo de la
defensa nacional. El gobierno impuso una estrategia política que se enfocó en impulsar
con la nueva constitución, las diferentes reformas en materia de defensa y seguridad

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nacional, de esta manera retomó el problema a partir del Estado en su conjunto y lo
sustrajo de la responsabilidad política castrense.

Podemos señalar 3 cambios importantes en este periodo: el fortalecimiento de la rama


de inteligencia militar, el incremento de la capacidad de apoyo aéreo, y la transición a a
integración de las tres fuerzas. Esta nueva concepción política de la seguridad y la
defensa trajo consigo la creación del Consejo Superior de Seguridad y Defensa y la
unificación de los organismos relacionados con ella; el nombramiento de civiles en el
Ministerio de Defensa y en la dirección del DAS; la creación de la Unidad de Justicia y

Estas aspiraciones fueron consignadas originalmente en el plan de gobierno Cambio


para Construir la Paz: En las fumigaciones aéreas en Colombia además del Glifosato se
han utilizado otros insumos químicos mucho más dañinos para la salud y el medio
ambiente como el lmazapyr, la Hexasinona, el Thebuthiuron, herbicidas granulares de
amplio espectro, gran movilidad y afectan una variedad importante de especies entre
ellas al ser humano al que le causan distintos tipos de enfermedades, algunas de ellas
cancerígenas y otras relacionadas con deformaciones de carácter genético.

El estado convocará a la participación ciudadana y le dará poder a la base social para


que ella pueda hacer su propia gestión del desarrollo. Frente a un gobierno central
abrumado de responsabilidades y sin mayores recursos para llevados a cabo, es la
forma de modernizar el Estado, dándole mayor importancia a las regiones y a la
sociedad civil en la conducción de los asuntos de la sociedad D.N.P. Plan de Desarrollo
1999).

No se puede negar los posibles beneficios de este tipo de aspiraciones que desde
cualquier punto de vista son loables por su solo espíritu inclusivo de participación
ciudadana. Pero igualmente no se puede ser ingenuo al creer que existe un
compromiso real del gobierno con respecto a tales aspiraciones, cuando esto contrasta
con el desconocimiento de parte de este, hacia los problemas y propuestas de las
comunidades y organizaciones, agudizado con las respuestas de fuerza de corte
Estatal y para-Estatal.

Es ampliamente Ilustrativo observar como el Plan Colombia no es lo suficientemente


conocido por amplios sectores de la población colombiana mientras en el mismo, se le
involucra como elemento importante en la lucha contra el narcotráfico, la corrupción, &
secuestro y la violencia. Cabría preguntar serán acaso estos realmente los temas que le
interesan a las comunidades locales y las organizaciones sociales? Haciendo la lectura
entre líneas de este estado de cosas podrá parecer atrevido, pero es algo real, el
afirmar que esta necesidad impetuosa y urgente de involucrar la participación amplia y
social, no es más que allanar el camino de los efectos nocivos venideros que trae
consigo el Plan. O en palabras escuetas, la pretensión no va más lejos de construir un
discurso falaz entorno a la legitimidad política y la democracia del Plan Colombia.

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11 FUMIGACIÓN Y ERRADICACIÓN

11.1 CULTIVOS DE COCA ERRADICACIÓN MANUAL Y ASPERSIÓN

El gobierno nacional; en una afanada lucha contra el narcotráfico, lleva a cabo

diferentes actividades que conlleven a la desaparición del mercado de narcóticos. Una

de ellas es acabar con los cultivos ilícitos, como la coca.

En nuestro país, Andrés Pastrana diseñó e impulsó a lo largo de 2000 el denominado


Plan Colombia; para fomentar el desarrollo económico y social de las zonas afectadas
por el cultivo de coca e intentar poner fin a la producción y tráfico de droga.

Durante el mes de julio de ese año fue presentado por su gobierno, y también resultó
respaldado en Madrid (España) por el denominado Grupo de Apoyo al mismo. Este
último estaba integrado por 26 países y 7 entidades supranacionales que se
encargarían de su promoción y financiación. En este aspecto debían jugar un papel
fundamental Estados Unidos (cuya contribución se destinaría a usos militares,
principalmente la fumigación de cultivos ilícitos y la destrucción de laboratorios
clandestinos) y la Unión Europea (que condicionó su ayuda económica a que ésta
revirtiera en programas sociales).

Hoy por hoy, la erradicación de los cultivos lícitos; en especial la fumigación de los
cultivos de coca, se ha convertido en un problema social y ambiental, que afecta la
calidad de vida de todos los colombianos, incluso afectando a los ciudadanos de países
vecinos como Ecuador, en donde al menos unos 20.000 campesinos han sido
desplazados por la fumigación de cultivos ilícitos en el lado colombiano.
Ciudadanos ecuatorianos residentes en la frontera norte denunciaron que Colombia
reanudó la aspersión de cultivos ilícitos, por lo que pidieron a las autoridades
ecuatorianas que demanden a las empresas estadounidenses que surten el químico y
efectúan las operaciones, según representantes de la comunidad.
Daniel Alarcón, presidente de la Federación de Organizaciones Campesinas del Cordón
Fronterizo Ecuatoriano de Sucumbíos (fronterizo con Colombia), dijo que habitantes de

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localidades limítrofes avisaron a las autoridades sobre continuos monitoreos aéreos así
como aspersiones cerca de sus viviendas.
Por lo anterior, Colombia ratificó el compromiso de frenar las fumigaciones en la
frontera hasta que terminen los estudios de impacto ambiental adelantados por la ONU.
El Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) aprobó que las Fuerzas Militares y de
Policía empiecen desde este miércoles a realizar aspersión terrestre y con glifosato a
los cultivos ilícitos en el territorio nacional.
Para ello podrán utilizar drones de baja altura que cumplirán una fumigación similar a la
que realizan los erradicadores, quienes portan tanques sobre sus hombros con el
químico.
El presidente Juan Manuel Santos explicó que la nueva estrategia no afecta al medio
ambiente ni a la salud de los colombianos.
“No va a haber la deriva que llaman en las aspersión aérea, como cuando los vientos se
llevaban el glifosato a otros lugares, que hacían estragos”, dijo Santos al término de la
reunión del CNE, que duró unas cuatro horas.
Según el mandatario, los drones utilizan menos sustancia química para acabar con las
plantaciones ilegales.

11.2 EFECTOS EN LA SALUD HUMANA


Se han adelantado varios estudios, con el objeto de identificar los efectos adversos
sobre la salud humana por el uso de plaguicidas en el programa de erradicación de
cultivos ilícitos. Desde comienzos de la década de los 80 se han usado, en programas
de erradicación o experimentalmente, los plaguicidas paraquat, triclopir, imazapir,
glifosato y tebutiuron.
En el estudio las lesiones dérmicas, conjuntivitis e infecciones gastrointestinales y
respiratorias fueron identificadas como las dolencias más frecuentes. El análisis
identifica a los grupos afectados como poblaciones vulnerables; los gobiernos
colombiano y estadounidense presentan informes, basados en el "modelo médico", que
señalan no existir asociación entre la exposición a glifosato y salud humana; la
comunidad científica, nacional e internacional, critica el programa de erradicación con
base en conceptos de la ecología y la Medicina Social Latinoamericana; los grupos
ambientalistas critican cualquier uso de plaguicidas, y los defensores de derechos
humanos señalan que las fumigaciones violan las leyes colombianas y
estadounidenses.

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11.3 EFECTOS AL MEDIO AMBIENTE
11.4
 por cada hectárea de hoja de coca hay que destruir 3 hectáreas bosque nativo.
 contaminación de flora y fauna.
 erosión.
 por cada hectárea de hoja de coca sembrada se emplean 10 veces más
Insecticidas y herbicidas que en un cultivo normal

11.5 EL TURISMO ECOLÓGICO; GRAN ALTERNATIVA FRENTE A


CULTIVOS ILICITOS
El gobierno nacional, plantea para los colombianos una gran alternativa de ingreso
frente a los cultivos ilegales; mediante un proyecto liderado por la Agencia Presidencial
para la Acción Social, en el cual las familias desplazadas por este fenómeno, pasan a
ser familias guardabosques, garantizando un empleo digno, y un ingreso legal y
sostenible, al tiempo que brindan una nueva opción turística tanto a los viajeros
nacionales como a los extranjeros.
En Santa Marta ya se dio el primer paso, con las llamadas POSADAS NATIVAS
ECOTURÍSTICAS, entregadas por el presidente de la República en la Sierra Nevada de
Santa Marta. Son las primeras 20 cabañas de este tipo manejadas por Familias
Guardabosques del país.
Igualmente, el Mandatario recordó que el programa Familias Guardabosques ha
sustraído de la ilegalidad 34 mil familias, garantizándoles condiciones que les permitan
vivir en condiciones dignas; resaltando que se busca conservar bien la ecología, atraer
turismo, y al mismo tiempo, garantizar la seguridad.

LOS PROBLEMAS POLITICOS O SOCIALES


Los Problemas políticos o sociales que tiene la fumigación con herbicidas en los
campos de los productores (pérdida y disminución de rendimientos en cultivos lícitos,
afectación de animales domésticos, desplazamientos de población, cambios en las
relaciones familiares de los agricultores.

El estudio tiene una grave deficiencia: se basó en estudios secundarios para estimar los
efectos del herbicida en la salud humana, acogiendo la mayor parte de los que juegan a
su favor, pero desestimando aquellos que indican riesgos. Si se consultan la lista de
quejas (en la actualidad reposan más de 8000 en la Defensoría del Pueblo) que han
interpuesto diferentes actores de la sociedad colombiana sobre los efectos ambientales
de las fumigaciones. La bases de datos de la Defensoría del Pueblo y de la Dirección
Nacional de Estupefacientes (DNE), encontrando que el 87% de las quejas interpuestas
corresponde a daños sobre la vegetación, el 6,9% a salud humana y el resto a animales

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y cuerpos de agua. Además, consideramos que la variable seleccionada para estimar
los efectos del Glifosato en la salud humana (Fertilidad Humana, en particular Tiempo
Para Quedar En Embarazo) es insuficiente para valorar el efecto del herbicida, debido a
que:

♦ Dichos efectos son evidentes en intervalos de tiempo superiores a los considerados


en ese estudio.

♦ Los efectos de compuestos químicos del tipo de los que se usan en agricultura, son
evidentes a escala cromosómica en las poblaciones expuestas y por un incremento en
la proporción de enfermedades genéticas en sus descendientes, variables que no
fueron consideradas en los estudios que se han realizado.

Es por estas razones que los operarios que manipulan estas sustancias están obligados
a utilizar ropa especial y medidas adicionales de seguridad, cosa que no ocurre en las
personas que, de una u otra manera, se encuentran expuestas en los campos de cultivo
en los momentos de la aspersión aérea del herbicida.

Sobre estudios que indican riesgos en la salud es necesario destacar el que realizó
recientemente Maldonado (2003) y que presenta evidencias de lesiones genéticas en el
36% de las células de la totalidad de mujeres que estuvieron expuestas a fumigaciones
con el herbicida en la frontera colombo – ecuatoriana. Otras evidencias en la misma
línea debieron ser consultadas.

Igualmente, Richard et al., en una reciente investigación sobre los efectos diferenciales
del glifosato y el Round-up, demuestran que el glifosato es tóxico para las células
placentarias humanas dentro de las 18 horas siguientes a la exposición en
concentraciones más bajas que las usadas en agricultura y que este efecto se
incrementa con el aumento en la concentración y el tiempo de exposición o en
presencia de coadyuvantes del Round-up.

Una reflexión final en este sentido: la salud de los seres humanos no es solamente
física. También es mental. Hubiera sido interesante explorar qué efectos sicológicos
tiene la fumigación aérea en las percepciones de niños, hombres y mujeres que se ven
afectados por estas acciones en donde participan, como lo admite el equipo de
expertos, aviones de combate y helicópteros artillados.

11.6 CANTIDAD DE COMPONENTES PARA LA FUMIGACIÓN.


La mezcla de estos componentes la realiza la Policía Nacional de Colombia en las
siguientes proporciones: 55% de agua, 44% de la fórmula de glifosato y 1% de Cosmo-
Flux 411F. La mezcla diluida se aplica a la coca en las cantidades de 2,53 galones por
acre. Estas cantidades están dentro de los rangos recomendados por el fabricante de
glifosato, tanto para los niveles de concentración de la fórmula por acre como los

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volúmenes totales de erradicación por acre para plantas talludas y especies difíciles de
controlar. La coca es un arbusto resistente y talludo que está dentro de esa categoría.
La dosis recomendada por el fabricante colombiano de Cosmo-Flux 411F es de 0,5% a
1,5%. El 1% de Cosmo-Flux 411F que se emplea en la mezcla para la erradicación está
dentro del rango recomendado por el fabricante.

Evaluar el riesgo en el uso del glifosato y de los adyuvantes para el control de los
cultivos ilícitos...

Hasta donde la literatura mundial indica, los bosques húmedos tropicales que son las
zonas en donde mayoritariamente se cultiva la coca, representan también las áreas
más Sensibles (hot spots) de la biodiversidad, con lo cual no es que exista algo de
superposición, sino todo lo contrario: se está fumigando en las zonas más sensibles de
la Biodiversidad planetaria. Los bosques húmedos tropicales se caracterizan por ser
los ecosistemas de mayor complejidad estructural, estratificación y diversidad de
especies del mundo. Alrededor del 50% de la diversidad mundial de especies de flora
descritas se concentran en estos ecosistemas.

Si tenemos en cuenta el planteamiento que ha realizado el Gobierno del Ecuador al


gobierno de Colombia; implementar una franja de seguridad de 10 kilómetros al lado de
la frontera dentro del territorio colombiano para proteger a Ecuador de posibles daños
ecológicos que pueden resultar de las fumigaciones (aspersiones químicas) del
programa de erradicación que actualmente está siendo conducido por los gobiernos de
Colombia y los Estados Unidos en contra de cultivos ilícitos.

La solicitud del Gobierno ecuatoriano resulta después de una serie de artículos


publicados en la prensa, denuncias individuales y comunidades de ciudadanos de la
zona fronteriza (e incluyendo una demanda en una corte federal en los Estados Unidos)
que afirman que aviación de la República de Colombia y de los Estados Unidos habían
fumigado en territorio ecuatoriano o en lugares muy cercanos. Entre los reportes de
daños ocasionados por las fumigaciones en Colombia existen informes sobre la muerte
de peces y otra vida acuática, así como daños a cultivos lícitos, bosques vírgenes y
fauna, incluso, aunque todavía no probado, daño a la salud humana.

Dado el hecho de que muchos ríos pasan desde Colombia a Ecuador, y que haya
reportes de fumigaciones encima de cuerpos de agua en Colombia, el Gobierno
ecuatoriano ha expresado su debida preocupación sobre los posibles efectos nocivos
que podrían generarse en el medio ambiente y la población ecuatorianos. Miembros del
Gobierno ecuatoriano también están alarmados sobre el hecho de que antes de iniciar
las fumigaciones, ni el Gobierno de Colombia ni el Gobierno de los Estados Unidos (el
cual suministra los equipos y tiene un rol muy activo en estas operaciones) ha hecho
investigaciones sobre los efectos ambientales de las varias formulaciones que han
estado utilizando sobre los ecosistemas más diversos de Colombia.

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Tal uso masivo de unas formulaciones de herbicidas no investigadas y la continua
substitución de una formulación por otra no estaría permitido en los Estados Unidos ni
en la mayoría de los países del mundo. Como resultado de esta utilización masiva de
una formulación no estudiada y la falta de investigación, Ecuador podría estar
enfrentando un peligro de proporciones no conocidas. Aunque no ha habido ningún
estudio sobre las formulaciones actuales que están utilizando en los ecosistemas y
biota compartidos por el sur de Colombia y la región norteña fronteriza de Ecuador,
existe una amplia gama de investigaciones en la literatura científica con respecto a la
toxicidad de ALGUNOS de los compuestos presentes en las formulaciones que los
gobiernos de Colombia y los Estados Unidos nos afirman que están utilizando.

1) los efectos sobre biotas acuáticas como ríos;


2) los suelos;
3) insectos.

Se debe recalcar que no ha habido investigaciones científicas en Colombia con


Respecto a las formulaciones que han utilizado en el pasado ni a las formulaciones que
emplean actualmente. Además sabemos que hay una intención de cambiar dentro de
Unos meses la formulación de ahora y utilizar otra que tampoco ha sido investigada.
Dada esta situación, sólo podemos analizar los efectos de ALGUNOS de los
ingredientes de las formulaciones usadas hoy en día. También, debemos destacar que,
con la excepción de unos pocos estudios, como uno de Nigeria, 128 la mayoría de las
investigaciones han sido producidos en zonas templadas como las del norte de Europa,
Canadá, y Los Estados Unidos. Aun así, estos estudios muestran que algunos de los
ingredientes de las formulaciones que están siendo actualmente asperjadas en
Colombia pueden causar efectos nocivos significativos en la vida acuática, incluyendo
peces, anfibios, en el contenido de los suelos, y en los insectos. Hasta que se hayan
realizado investigaciones imparciales por actores neutrales sobre las formulaciones
actuales (y las del pasado, así como las que han sido propuestas para el futuro), sólo
podemos concluir que las fumigaciones representan una amenaza clara y presente para
al medio ambiente.

11.7 EFECTOS EN SISTEMAS ACUÁTICOS

Mientras la persistencia de glifosato en agua es menor que su persistencia en suelos,


éste ha sido extraído de suelos unos 12 hasta 60 días después de su aplicación. Pero
formulaciones como "Roundup" que contiene glifosato y -que también contienen un
surfactante - son más peligrosas que glifosato en sí en sistemas acuáticos. Los efectos
de Roundup (glifosato y surfactante) en biotas acuáticas son tan serios que la misma
Monsanto - la compañía que produce Roundup - prohíbe el uso cerca o encima de
cuerpos de agua. En Colombia han registrado incidentes de operaciones de piscicultura
en lagos y estanques, proyectos que se desarrollan con el apoyo de la GTZ y que
fueran completamente destruidos por las fumigaciones con formulaciones de glifosato.

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La toxicidad de estas formulaciones de glifosato en ríos no esta solamente limitada a
peces, sino a anfibios, insectos, invertebrados (incluyendo crustáceos) y sin duda otras
especies encontradas en ríos y otros cuerpos de agua. Uno de los problemas más
serios de las formulaciones de glifosato utilizadas en Colombia es que algunos de los
ingredientes son por sí mismos más tóxicos a la vida acuática que el mismo glifosato.

Además, en la combinación que se utiliza en las fumigaciones, la suma de éstos tiene


un efecto aditivo de toxicidad.

"La toxicidad aguda de tres herbicidas como simples y mezclas (2,4-D, Garlon-3A, y
Roundup) y un aditivo químico (el surfactante Syndets) fue evaluada utilizando tres
especies de organismos acuáticos de agua dulce ("channel" siluro [bagre], Ojón
"bluegill", y jaiba de río [cangrejo]). Entre los tres herbicidas, Roundup fue más tóxico a
siluros (bagres) y Ojón "bluegill" que Garlon-3A y 2,4-D. El orden de toxicidad en peces

(Roundup Garlon-3A 2,4-D) fue invertido en los bioensayos con jaibas de río (cangrejo),
respectivamente. Para el surfactante "Syndets," las CL50 valores de 1.9 mg/L ("bluegill"
Ojón), 2.3mg/L (siluro [bagre]), and 15.2 mg/L (jaiba de río [cangrejo]) fueron notados,
indicando que este aditivo químico fue mucho más tóxico que los tres herbicidas..." a a
Incluimos la información sobre el surfactante Syndets porque en el caso de la
fumigación en Colombia, han habido muchos cambios en las formulaciones utilizados,
incluyendo cambios en los surfactantes. Distintas especies de peces tienen distintos
grados de vulnerabilidad a glifosato (y por supuesto, los otros aditivos), y la cantidad de
minerales disueltos en el agua, y la temperatura del agua también juega un rol en la
regulación de su toxicidad.

En investigaciones conducidas en Australia, la formulación Roundup ha demostrado


una seria toxicidad a anfibios. En un estudio comisionado en 1995 por el Western
Australian Department of Environmental Protection (DEP) y dirigido por el Dr. Joseph
Bidwell del Curtin Exotoxicology Program concluyó que Roundup 360 (otra formulación
de Roundup que contiene glifosato y surfactantes) puede ser agudamente tóxico a
ranas adultas y renacuajos en las tasas de aplicación recomendadas (1.8 to 5.4kg/ha).
Roundup fue más tóxico a ranas y renacuajos que el grado técnico de glifosato solo.
Fue asumido que el surfactante de Roundup, y no glifosato en sí, hubo causado el
incremento en toxicidad.4, 19 Hay que notar que es precisamente el mismo surfactante
(POEA) que se encuentra en el Roundup utilizado en Colombia.

La toxicidad de formulaciones de glifosato a biotas acuáticas está muy bien establecida,


y éste es el tema más importante pues muchos ríos de origen colombiano fluyen al sur,
entrando en territorio ecuatoriano. En la ausencia de investigación científica sobre,
entre otras cosas, las concentraciones y los efectos de las formulaciones de glifosato en
tanta variedad de ecosistemas, debe continuar su cauteloso y moderado enfoque y
seguir solicitando una franja de seguridad de 10 kilómetros dentro de la República de
Colombia.

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11.8 EFECTOS EN LOS SUELOS

Los suelos están formados por miles de microbios y organismos invertebrados con
formas de vida animal más complejas. Raíces de plantas y árboles, semillas y varios
hongos son una gran parte de estos microhábitats. "Los microorganismos de los suelos
juegan un papel extensivo en la descomposición de materia orgánica y la producción de
humus, el reciclaje de nutrientes y energía y la fijación elemental, metabolismo de los
suelos y la producción de compuestos que causan la formación de agregados. Muchos
microorganismos están en relaciones simbióticas con plantas y animales, sirviéndoles
como fijadores de nitrógeno en el primer caso y microbios de los intestinos en el
segundo. Ellos funcionan como una parte substancial de la red alimenticia.

Entre los microorganismos que se encuentra en el suelo son bacterias, actinomicetes,


hongos, micro-algas, protozoos, nemátodos, y otros invertebrados (más que todo
artrópodos).” Los efectos de los surfactantes y otros aditivos utilizados en las
formulaciones de aspersión aparentemente no han sido investigados en suelos, ni
tampoco los efectos de Actualmente, se afirma que se están utilizando uno o dos
surfactantes adicionales agregados al Roundup (que ya contiene un surfactante). Uno
de estos se llama Cosmoflux IND. Desconocemos exactamente cuál es la naturaleza
química de Cosmoflux, pero esperamos que no sea el mismo ingrediente que se
encuentra en Syndets. Las formulaciones bien conocidas como "Roundup". Pero el
glifosato como químico aparte sí ha sido investigado. El glifosato ha sido fabricado para
ser aplicado directamente a las hojas de las plantas, pero "aunque el glifosato no está
directamente aplicado a los suelos, una concentración significativa del compuesto
puede llegar al suelo durante una aplicación." Los estudios de efectos de glifosato en
suelos pueden ser divididos en cuatro categorías: 1) nemátodos (lombrices de todo
tamaño); 2) el aumento de hongos patogénicos; 3) la interferencia con las relaciones
micorrizales entre los hongos, nutrientes y plantas; y, 4) los efectos en los microbios. El
glifosato tiene efectos negativos en nemátodos y otras lombrices e Invertebrados. Una
investigación en Nueva Zelandia mostró que el glifosato tenía efectos significativos en
el crecimiento y sobrevivencia de lombrices comunes del suelo.

El glifosato aumenta el crecimiento de hongos patogénicos según muchas


investigaciones publicadas en la literatura científica. Como resultado, éstos hongos
predominan en una área para liberar sus propias toxinas (micotoxinas), que son tóxicas
para muchas de las otras formas de vida cercanas, incluso mamíferos. O sea, en este
caso, estamos hablando de un efecto secundario de toxicidad. Uno de los géneros que
tiende a aumentarse en presencia de glifosato es el género Fusarium, el cual hasta
septiembre 2005, iba a ser utilizado por el gobierno de los Estados Unidos como un
bioherbicida (micoherbicida) en Colombia con el fin de erradicar la coca, pero esta
propuesta fue rechazada por el Comité Andino de Autoridades Ambientales (CAAAM) y
el presidente Buss. Especies del género Fusarium han sido responsables en todo el
mundo por daños serios a muchos cultivos, suelos envenenados, defectos de
nacimientos en seres humanos, y en un caso documentado, la muerte de miles de

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personas causadas por sus micotoxinas cuando éstas comieron cereales contaminados
durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial.

La interferencia de glifosato en las relaciones micorrizales entre hongos, nutrientes y


plantas fue publicado recientemente en 1998. La relación micorrizal es una asociación
simbiótica entre el micelio (el cuerpo celular) de un hongo, especialmente un
basidiomicete (champiñón) con las raíces de algunos plantas y árboles donde el micelio
del hongo forma una estrecha cobertura tejida envolviendo las raicillas o hasta
penetrando las células de las raíces. Esta relación provee un intercambio de nutrientes
y agua que beneficia tanto a la planta como al hongo. En una investigación hecha por
un equipo canadiense dirigido por el científico M.T. Wan, el efecto nocivo de glifosato
fue casi tan tóxico en el hongo simbiótico Glomus intraradices en raíces de zanahoria
como el reconocido pero ya prohibido fungicida tóxico benomyl (lo cual fue el tema de
una demanda exitosa de una compañía Ecuatoriana en contra de la multinacional
Dupont). Dado que muchas plantas no pueden crecer sin esta relación micorrizal, este
es un efecto posible de las fumigaciones con glifosato que debemos considerar.

El glifosato también tiene efectos sobre los microbios de los suelos “la evolución de
CO2 incrementó cuando se incrementaba la tasa de glifosato... El glifosato estimuló de
una manera significativa la actividad microbial medida por la mineralización de Carbono
y Nitrógeno." También se ha mostrado que el glifosato puede reducir la habilidad de
ciertas bacterias para fijar nitrógeno.

11.9 EFECTOS SOBRE INSECTOS BENÉFICOS

Una de las quejas que se presentaron con respeto al programa de fumigación con
Roundup (más surfactantes), que el gobierno de los Estados Unidos llevó a cabo para
eliminar cultivos de amapola en Guatemala, fue que se había destruido la apicultura en
las zonas cercanas a las aspersiones. "Aunque el programa de fumigación tuvo un
efecto mínimo en los cultivos de amapola, según los campesinos locales, se destruyó la
base tradicional de la producción en la región, en particular tomates y abejas." 202, 203
Como resultado de las presiones de ambientalistas y otros, el programa de fumigación
fue suspendido y ahora el cultivo de amapola en Guatemala está controlado gracias a la
erradicación manual. Investigaciones realizadas por la International Organization for
Biological Control coinciden con los efectos reportados en Guatemala sobre las abejas;
también muestran que existen efectos sobre otros insectos benéficos.

Según estos estudios, se demostró que la exposición de los insectos a una formulación
comercial de Roundup (glifosato más surfactantes), provocó tasas de mortalidad
mayores al 50% en insectos benéficos, incluyendo avispas parasítoides, crisopos, y
mariquitas. El nivel de mortalidad fue aún más alto para un tipo de escarabajo
depredador.

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11.10 MONITOREO Y ANÁLISIS QUÍMICO

Mientras que existen varias metodologías para la recolección y análisis de ALGUNOS


de los componentes de las formulaciones que están siendo asperjadas en Colombia, en
agua dulce o suelos, sin embargo todas requieren equipos científicos relativamente
avanzados en combinación con personal bien entrenado. Además, esto requeriría un
sistema con estaciones de monitoreo a lo largo de la zona fronteriza, especialmente en
los ríos que tienen sus orígenes en Colombia. Para desarrollar un sistema de esta
naturaleza se necesitaría contar con bastantes fondos, y bajo las condiciones actuales
esta parece ser una propuesta poco viable. Pero, en el caso ideal que se logre
conseguir el apoyo financiero para un monitoreo, aparte de todo lo que implica hacer los
análisis de aguas y suelos, sería preciso que los siguientes "organismos indicadores"
sean monitoreados:

Organismos indicadores

Plantas acuáticas, tales como algas verdes Invertebrados acuáticos, tales como
chinches de agua Peces, tales como Tilapia o siluro Anfibios, tales como ranas
Bacterias de suelos, fijadoras de nitrógeno Invertebrados del suelo, tales como las
lombrices Plantas terrestres Aves Mamíferos

Resumen:

Basándose en los estudios antes referenciados, es muy probable que por lo menos
algunos de los ingredientes de las formulaciones utilizadas en Colombia causen efectos
nocivos en las biotas acuáticas, incluyendo peces, anfibios e insectos, así como en el
contenido y función de los suelos. Dado que la ciencia todavía no ha podido catalogar la
mayoría de las especies ni aún en un pequeño porcentaje de los ecosistemas
colombianos o ecuatorianos, la fumigación fácilmente puede eliminar toda una nueva
especie sin darnos cuenta siquiera de que han existido. Este hecho claramente puede
amenazar la futura explotación del Ecuador de su propio patrimonio, en biota y
biodiversidad. Hasta que haya pruebas contundentes basadas en investigaciones
científicas imparciales por actores neutrales que demuestren sin duda alguna que las
aspersiones aéreas masivas usadas actualmente son inocuas para nuestros
ecosistemas compartidos - una proposición no tan probable, -de acuerdo a las
investigaciones consultadas- sólo podemos concluir que existe una verdadera
posibilidad de efectos nocivos de las fumigaciones en el medio ambiente ecuatoriano.
Expuesta ésta situación, se debe protegerse con una franja de seguridad de al menos
diez kilómetros para garantizar a sus ciudadanos que los posibles efectos nocivos

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generados como resultado de los herbicidas químicos asperjadas masivamente vía
aérea se disipan dentro territorio Colombiano.

12 IMPACTO SOCIAL, AMBIENTAL Y ECONÓMICO DE


LOS CULTIVOS ILÍCITOS EN COLOMBIA
12.1 DESCRIPCIÓN DE LOS EFECTOS AMBIENTALES DE LOS
CULTIVOS ILÍCITOS Y PROCESAMIENTO DE DROGAS
En las zonas de cultivos ilícitos, son variados los agroquímicos utilizados para el
establecimiento del cultivo de coca y su mantenimiento para la producción de hoja y
posterior extracción y refinamiento de la cocaína. Los residuos químicos finalmente son
depositados en las fuentes de agua superficial y subterránea, las que debido a los
escasos o inexistentes procedimientos para su potabilización, terminan siendo
utilizadas para el consumo humano. Las consecuencias de esta contaminación se
relacionan con la pérdida de flora y fauna acuática; pérdida del recurso como fuente de
agua y alimento; intoxicación humana y animal.
De igual manera, las personas que participan en el proceso de transformación de la
hoja de coca a la pasta de coca, se ven afectadas en su salud y comportamiento. En
muchas de ellas, se presentan problemas de conducta adictiva por la manipulación e
inhalación de químicos.
Por tanto, es mucho más importante tener presente que la irrupción de cultivos ilícitos
en varias regiones de Colombia ha generado impactos de un valor incalculable
relacionados con alteraciones irreversibles del medio natural, como primera acción de
carácter antrópico que se ejerce en los diferentes ecosistemas del país, generando
pérdidas irreversibles en la biodiversidad de nuestro territorio. Igualmente los cultivos
ilícitos han generado impactos negativos en la economía tradicional, procesos
migratorios e incremento de los fenómenos de violencia, ya que se han constituido en la
fuente de financiación de diversos y numerosos grupos armados ilegales, trasgrediendo
en muchos casos la población de campesinos e indígenas frente a procesos fuertes de
colonización e intervención de éstos en esta actividad.
Es necesario determinar las etapas secuenciales del proceso de cultivo ilícito, para
poder dimensionar el impacto negativo que la producción de drogas ilícitas ejerce sobre
el medio natural, social y económico del país. Etapas que se describen a continuación.
Elección de las áreas
En Colombia los cultivos ilícitos se localizan en áreas estratégicamente seleccionadas
por los narcotraficantes y que cumplen con ciertos requisitos que para ellos son
indispensables, entre otros están:

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Zonas geográficas aisladas de los centros urbanos donde la presencia estatal se
dificulta, en razón a la inexistencia de vías de penetración y extensas áreas selváticas.
Presencia de abundantes cuerpos de agua que permiten su utilización en el
procesamiento y eliminación de los desechos. Por otro lado, la presencia de ríos
navegables facilita la introducción de sustancias químicas, mediante contrabando
abierto procedente de países vecinos, la eliminación de desechos y la salida de
grandes volúmenes de producto terminado.
Ecosistemas con abundante presencia de biomasa vegetal que dificultan la ubicación
de los cultivos, laboratorios y bodegas para las sustancias químicas.
Ecosistemas que se adapten a las exigencias climáticas de las variedades de plantas
que se desean cultivar. En este sentido nuestro país posee pisos térmicos que permiten
un excelente desarrollo de las especies que se utilizan para la extracción de sustancias
psicotrópicas.
Zonas con presencia de grupos alzados en armas que dificultan la acción de las
autoridades y que al parecer prestan servicios de seguridad a los cultivos y complejos
de procesamiento.
Al evaluar las áreas escogidas, los narcotraficantes seleccionan básicamente
Ecosistemas Ambientales Sensibles y de Importancia Ambiental, como son los bosques
andinos y alto andinos para la amapola y las llanuras y selvas de la Orinoquía y
Amazonía para los cultivos de coca, caracterizados por ser los mayores bancos de
germoplasma del planeta, esto es, la presencia de comunidades bióticas (fauna y flora)
que en muchos casos son únicas y exclusivas de estas regiones.
12.1.1
12.1.2 Preparación de los terrenos
La primera acción para la implementación de un cultivo consiste en la deforestación de
la flora nativa, en la mayoría de los casos bosques primarios, donde nunca había
existido actividad humana. El método más utilizado es la tala y/o quema de miles de
hectáreas de bosques, acciones que ejercen drásticos efectos sobre los ecosistemas,
entre los que se destacan los siguientes:
• Destrucción de nichos ecológicos y cadenas tróficas.
• Destrucción de los microorganismos con su potencial genético.
• Erosión edáfica, se destruye la textura y estructura de los suelos.
• Destrucción de cobertura vegetal nativa.
• Alteraciones en los regímenes de lluvias y clima local, al destruir la cobertura vegetal
se incide sobre la pluviosidad, humedad relativa y en general sobre el clima.
• Aumento considerable de emisiones de CO2 puesto que su principal regulador es la
biomasa de los bosques tropicales.
• Desaparición de bellezas escénicas y paisajísticas.

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• Extinción de especies endémicas.
• Deterioro de nacimientos de agua.
De acuerdo con los estudios realizados en los últimos años, se ha establecido que para
implementar una hectárea productiva de coca los cultivadores tienen que destruir tres
(3) hectáreas de bosque, y para una de amapola, dos y media (2.5) de bosque andino.
La quema de los bosques y selvas significan la destrucción de 380 toneladas de
biomasa por hectárea, lo que implica un total acumulado de 152 millones de toneladas
de biomasa, que se han convertido en cenizas, CO2 y sedimentos.
Los efectos relacionados con la adecuación de los terrenos para los cultivos no
solamente determinan la pérdida irreversible de la flora nativa y de los recursos
genéticos, sino que generan efectos secundarios como la fragmentación, el
desplazamiento de la fauna y la severa alteración de las cadenas alimenticias.
La erosión es otro de los efectos graves producidos por la adecuación de los terrenos
para siembra de coca y amapola, ya que en ambos casos los suelos de los ecosistemas
seleccionados se caracterizan por factores inherentes a estos ecosistemas, que los
hacen frágiles.

12.1.3 Restablecimiento de los cultivos


Luego de talar y quemar los bosques se procede con el establecimiento del cultivo
(siembra y mantenimiento) y es en este proceso, en el que ingresan productos químicos
al medio ambiente, no solamente a los cultivos comerciales, sino también a las
pequeñas parcelas.
Los cultivadores de coca, sean estos campesinos o comerciales, tienen como objetivo
obtener la mayor producción posible de hoja, para esto y debido a la escasa vocación
agrícola de los suelos, es común la introducción de bioestimulantes, fertilizantes y
plaguicidas.
Es común que las autoridades encuentren envases de herbicidas, plaguicidas,
fungicidas y abonos en los cultivos. En muchos casos los productores utilizan
sustancias que son prohibidas como el insecticida Parathion y plaguicidas
organoclorados. Los envases y residuos de estos agroquímicos utilizados terminan en
los cursos de agua, absorbidos a las partículas del suelo y, en el peor de los casos,
asimilados a las cadenas tróficas.
En el informe preparado para la Dirección Nacional de Estupefacientes y la Sección de
Asuntos Narcóticos de la Embajada de Estados Unidos se verificó que el 98.7% de los
cultivadores utilizan insecticidas y fungicidas para controlar las plagas y enfermedades;
el 92.5% utiliza fertilizantes químicos y el 95.5% controla la competencia de otras
plantas con herbicidas.

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Se ha establecido que no existen diferencias significativas entre los productores de las
regiones donde se cultiva la coca, en cuanto a la intensidad del uso de agroquímicos,
independientemente de que se trate de pequeños cultivadores o de cultivos de tipo
industrial.
Es interesante anotar, que entre las sustancias que más utilizan los productores de
cultivos ilícitos se encuentra el Glifosato (alrededor del 20%).
El número y variedad de plaguicidas (insecticidas y fungicidas) es mayor que el de
herbicidas y es notorio el uso de sustancias que presentan alto grado toxicológico, el
cual se acrecienta si se tiene en cuenta que muchos de los agricultores aún conservan
la teoría que “entre más cantidad y concentración del agroquímico, mayor la
efectividad”, por lo que es común que las dosificaciones que se utilizan no concuerden
con las recomendadas por los fabricantes. Además, las sustancias que con mayor
frecuencia se utilizan están clasificadas con un alto grado de toxicidad, por lo que es de
esperar que el efecto que están ejerciendo sobre estos ecosistemas y en especial sobre
las comunidades, sea bastante negativo.
Las sustancias agroquímicas que estos cultivadores introducen diariamente a los
ecosistemas ocasionan, entre otros, los siguientes efectos sobre los ecosistemas:
• Contaminación de fuentes de agua potable humana y animal, acuíferos y nacimientos
de agua. Las consecuencias de esta contaminación se relacionan con la pérdida de
flora y fauna acuática; pérdida del recurso como fuente de agua y alimento; intoxicación
humana y animal.
• Contaminación del suelo: Algunos plaguicidas son aplicados directamente en el suelo
(herbicidas como el 2,4, De insecticidas como el Metomil). Según la composición
química, una vez en el suelo pueden ser absorbidos por las partículas de arcilla o
materia orgánica (Metomil) o ser arrastrados por el flujo de agua contaminando las
fuentes de agua.
• Persistencia en las cadenas tróficas: Los insecticidas con estructura química del tipo
de los clorados (DDT, Clordano, Heptacloro) poseen la capacidad de fijarse en el tejido
adiposo animal. Esta particularidad reviste características peligrosas.
• Acción sobre insectos y flora benéfica: dentro de los ecosistemas existe una gran
cantidad de insectos, ácaros y vegetales que cumplen un rol fundamental en las
cadenas tróficas.
• Desechos de envases y productos remanentes: en las zonas donde se cultivan los
ilícitos normalmente los campesinos desechan en el medio, suelos y fuentes de agua,
los envases de plaguicidas, los remanentes del producto sobrantes de los procesos de
fumigación y los que quedan en los equipos de aspersión, luego de lavados.

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12.1.4 Sustancias químicas.
Los laboratorios de coca se caracterizan por elaborar un producto de primera calidad;
esto es, la concentración de la cocaína se encuentra entre el 70 y 95%, entonces ¿qué
pasa con las sustancias químicas empleadas para la extracción y elaboración del
clorhidrato?
Los insumos y sustancias químicas más frecuentemente utilizadas se limitan al
cemento, permanganato de potasio, hidróxido de amonio, gasolina, ACPM o petróleo,
ácidos sulfúrico y clorhídrico, acetona, metiletil cetona y acetato de etilo; claro está, que
estas sustancias pueden ser remplazadas por otras que tienen similares propiedades
químicas.
Durante los últimos cinco años las instituciones de defensa y control del Estado
incautaron aproximadamente 11´097.714 gl y 11´453.910 kg de sustancias químicas. Si
bien, un gran porcentaje de estas sustancias se destruyeron in situ, muchas de ellas
han quedado depositadas en los diferentes ecosistemas del país.
Por el control ejercido de manera permanente, nuestro país es considerado por la
Comunidad Internacional como una nación vanguardista en la fiscalización de
sustancias químicas, labor que es ejecutada de manera coordinada por las entidades
del orden judicial, policial, administrativo, portuario, aduanero, de comercio exterior y de
transporte.

12.1.5 Procesamiento de la droga


Por lo general para extraer los alcaloides es necesario contar con infraestructura que
permita la adecuación de laboratorios y grandes cantidades de sustancias químicas. El
procesamiento de la coca generalmente se realiza in situ; los laboratorios son
construidos en zonas de bosque aledaño a los cultivos, en donde la presencia de
corrientes de agua son indispensables para los procesos de extracción del alcaloide,
reciclaje de solventes, lavado de los equipos, y disposición de los desechos y
preparación de los alimentos del personal de laboratorio, entre otros.
Para fabricar el clorhidrato de cocaína de una hectárea de cultivo son necesarios
aproximadamente 50 kilogramos de insumos sólidos y 57 galones de líquidos.
Para oxidar la base de cocaína, en la mayoría de los casos, se utiliza permanganato de
potasio aunque se ha comprobado también la utilización de dicromato de sodio en
menor cantidad, debido a que no presenta las características indicadoras del
permanganato de potasio. Sin embargo, el uso del oxidante depende de su
disponibilidad en el mercado. De acuerdo con la DEA, el porcentaje de las muestras
altamente oxidadas ha aumentado en los últimos años.

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En cuanto a los solventes, los que más se utilizan son el acetato de etilo y acetato de
propilo (solvente A), también se encuentran los destilados de éter de petróleo.
Para la formación del clorhidrato se continúa utilizando de preferencia la solución de
ácido clorhídrico o una solución clorhídrica alcohólica de uso reciente, la cual contiene
generalmente etanol, 1-propanol y 2-propanol.
Las combinaciones más frecuentes de solvente A y solvente B son acetato de
propilo/MEC (24%), acetato de etilo/MEC (17%) y acetato de etilo sin solvente B (15%).
También es común en Colombia la utilización de disolvente alifático 1020 y acetato de
etilo o acetato de propilo para el disolvente A y MEK y metil isobutil cetona para el
solvente B.
El Laboratorio de Investigación y Ensayos Especiales de la DEA indica que para la
década de los noventa, se aumentó la producción de la cocaína con solventes
reciclados; información que sugiere que el reciclaje de solventes es importante para la
producción ilícita de cocaína.

12.2 SÍNTESIS DE LOS EFECTOS AMBIENTALES GENERADOS POR


LOS CULTIVOS ILÍCITOS
El Cultivo y la producción de narcóticos representan una seria amenaza para el
ambiente en la región Andina. Es evidente que hay severa deforestación de los bosques
tropicales y contaminación de las cuencas. Las consecuencias locales en el suelo, el
agua y la diversidad biológica son a menudo devastadoras y pueden retrasar varios
años la introducción de cultivos alternativos.
Para preparar el terreno para los cultivos ilícitos, antes de sembrar la coca se arrasan y
queman los bosques. Debido a la poca fertilidad y a la necesidad de evadir las
autoridades, los campos se abandonan después de dos o tres siembras y se abren
nuevos campos selva adentro, práctica que acelera la deforestación y destruye
recursos madereros.
La deforestación causada por el cultivo de narcóticos en las cuencas montañosas
aumenta la gravedad de inundaciones y sequías. También puede reducir las fuentes de
agua en los valles donde hay zonas gravemente deforestadas, debido al escurrimiento
de las aguas subterráneas y a la mayor sedimentación de los arroyos. Incluso los
terrenos cultivados con coca son propensos a la erosión, pues estas plantas perennes
no son tan efectivas como el Bosque tropical para absorber agua y mantener el suelo
en su sitio. Además, las copas de los árboles amortiguan el impacto de las gotas de
lluvia.
Entre los efectos secundarios mas inquietantes de los cultivos ilícitos, se encuentran la
deforestación, la erosión del suelo y el agotamiento de sus nutrientes, junto con la
sedimentación de la cuencas y la extinción de especies enteras de flora y fauna.

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12.3 ANÁLISIS MULTITEMPORAL DE LA DINÁMICA DE LOS CULTIVOS
ILÍCITOS EN COLOMBIA.
De acuerdo con el análisis multitemporal, de imágenes de satélite efectuado por el
Proyecto Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos SIMCI, en el año 2003, en
el cual se determinó las afectaciones a la cobertura vegetal generadas por la dinámica
de los cultivos ilícitos de coca, Entre Noviembre 2001 y Diciembre del 2002, se
perdieron aproximadamente 35.000 has, de bosque primario por el establecimiento de
cultivos de coca y 14.000 has de bosque secundario por la misma causa en todo el
territorio nacional. Es importante hacer claridad que la deforestación generada por los
cultivos ilícitos es dinámica por tanto no solo genera destrucción de los bosques, sino
que también destruye la vegetación de tipo arbustivo y herbácea que inicia la
colonización de áreas deforestadas previamente por otras causas primordialmente
colonización. Los cultivos ilícitos también afectan las áreas productivas de pastos y
áreas agrícolas, cambiando su uso y vocación. Ver Anexo Fotográfico.

DESECHOS QUÍMICOS EFECTO SECUNDARIO DEL NARCOTRÁFICO


El proceso de convertir las hojas de coca en cocaína genera un grave daño ambiental
debido a la eliminación de los desechos de productos químicos tóxicos utilizados en el
procesamiento.
La producción de cocaína se realiza en tres pasos, durante los cuales se utilizan una
gran cantidad de productos químicos que posteriormente se arrojan como desechos en
la zona circundante.
De la hoja de coca a la pasta de coca: Este proceso generalmente se realiza cerca del
cultivo. Las hojas se colocan en un recipiente o un hoyo forrado en plástico en el que se
vierte ácido sulfúrico, agua y combustible. Después de agitar la mezcla, se separan del
agua y las hojas los alcaloides y el combustible y a esta solución se agrega carbonato
de sodio para producir un precipitado. Esta solución se arroja al suelo y/o se vierte en
un arroyo o río cercano, mientras que el precipitado se filtra y seca para producir la
pasta de coca.
De la pasta de coca a la base de coca: Puede realizarse en el sitio donde se refina la
pasta de coca o en un laboratorio que puede o no estar cerca del cultivo. La pasta de
coca se disuelve en agua con ácido sulfúrico o clorhídrico. Posteriormente se mezcla
permanganato de potasio con agua y se agrega a la solución de pasta y ácido. Esta
solución resultante se filtra y el precipitado se desecha. Se agrega agua de amoníaco a
la solución filtrada para precipitar la base de cocaína y los residuos químicos se vierten
en un arroyo o río cercano.
De la base de coca a la cocaína HCL: se utiliza acetona o éter para disolver la base de
coca, se agrega a la solución ácido clorhídrico diluido en acetona o éter y el solvente
restante se desecha o recicla.

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Generalmente los procesadores, de manera indiscriminada, arrojan a la corriente de
agua más cercana los residuos venenosos. También desechan estos productos
químicos en el suelo y así pueden filtrarse a las aguas subterráneas. Los excesos de
estas sustancias pueden ser arrastradas por la lluvia hacia la cuenca local. Además,
hay problemas ambientales causados por las hojas de coca que ya han sido
procesadas, puesto que están saturadas con productos químicos tóxicos y al irse
descomponiendo, son el origen principal de contaminación para cualquier fuente de
agua cercana, al agregar grandes cantidades de materia orgánica al agua, aumentando
la demanda de oxígeno.
De acuerdo con los análisis realizados, respecto a la cantidad de desechos y
vertimientos producidos por el procesamiento de hoja de coca cuando se realiza la
obtención de 1 kilo de pasta básica de cocaína, se estableció que por cada kilo se
vierten en el ambiente 1,9 Litros de ácido sulfúrico, 1,25 litros de amoníaco, 193,75
litros de agua contaminada y 625 kilos de residuos vegetales.

12.4 CONSECUENCIAS MUNDIALES


El despeje por medio de la tala y quema contribuye a generar cambios en el equilibrio
de los gases de la atmósfera. La quema de los bosques tropicales emite grandes
cantidades de metano, bióxido de carbono, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno,
los llamados gases del efecto invernadero.
La conservación de las especies de plantas tropicales es importante para garantizar la
salud y la productividad de los recursos alimenticios futuros. El mundo depende
esencialmente de veinte especies de plantas como fuente primaria de alimentación, y
muchas de ellas provienen de genotipos de origen tropical.
La extensión y diversidad biológica de los bosques tropicales también son
fundamentales para el desarrollo de nuevos productos farmacéuticos. Uno de cada seis
productos farmacéuticos disponibles por prescripción médica tiene materias primas de
origen tropical.

12.5 COLOMBIA: LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA EN PELIGRO


La contaminación de los ecosistemas por diferentes sustancias químicas utilizadas en
el procesamiento de la hoja de coca a la cocaína, genera también modificación en las
condiciones de los suelos, lo que conlleva directamente a la disminución y
empobrecimiento de las actividades agrícolas tradicionales o lícitas. La productividad
rápidamente decrece y la obtención de productos de pancoger se hace cada vez más
difícil.
Se han efectuado diversos estudios, que establecen la cantidad de agroquímicos
empleados por los cultivadores ilícitos así como la cantidad de sustancias químicas que
se vierten de forma indiscriminada en el ambiente, ecosistemas colombianos que se

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encuentran en un alto grado de riesgo ambiental, por transporte o acumulación de
sustancias químicas en los ríos y suelos de los mismos.
Al comparar los requerimientos de fertilizantes inorgánicos de los cultivos lícitos de
carácter permanente, con los empleados por los cultivos ilícitos de coca en los primeros
5 años de desarrollo, se encuentra que en este último se fertiliza con 1,7 veces mas de
los agroquímicos empleados en un cultivo tradicional. Esto trae consecuencias sobre la
microbiota del suelo y las propiedades físico-químicas del suelo (generando niveles de
toxicidad de algunos elementos en el suelo y el fenómeno conocido como
endurecimiento del suelo).
Los requerimientos de plaguicidas por parte de los cultivos ilícitos son igualmente
excesivamente altos comparados con los de cultivos tradicionales. Al realizar el análisis
entre un cultivo lícito permanente y el cultivo ilícito de coca, se pudo establecer que en
este último se emplean 10 veces más de insecticidas y fungicidas Este índice puede
aumentarse dado que los cultivadores lícitos, tienden a disminuir la cantidad de
plaguicidas y sustituirlos por controles biológicos y sistemas integrados de manejo de
plagas.
Igualmente se estableció que los tipos de plaguicidas empleados por los cultivadores
ilícitos, se clasifican de extremadamente a altamente tóxicos. Algunos de los
plaguicidas más empleados son: Herbicidas como Gramoxone (I.a. paraquat),
Anikilamina (I. a. 2,4 D); Insecticidas como el Tamaron (I. a. Metamidophos); y
fungicidas como el Manzate (I. a. Mancozeb).

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13 LEGALIZACIÓN DE LA HOJA DE COCA COMO
OPCIÓN DE DESARROLLO
14
Es procedente elaborar una aproximación a la Coca no como problema sino como
solución. Se propone que precisando la distinción entre un recurso natural renovable de
origen vegetal la Coca y la sustancia química que de ella se procesa, que se legalice la
tenencia y consumo de la Coca para otros usos, y no para la extracción y
procesamiento de su alcaloide para hacer cocaína.

En Colombia, como en muchas partes del mundo, el conflicto armado está


simbióticamente ligado al mercado ilícito de las drogas. Cuando hay un cambio fuerte
en uno de estos dos fenómenos, el cambio en el otro es inevitable. Es así como el fin
de más de 50 años de guerra civil en Colombia también marca un hito en la guerra
global contra las drogas. La firma del Acuerdo de Paz en 2016 entre las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno colombiano puso fin a
medio siglo de guerra que dejó 200 mil muertos, casi 6 millones de desplazados
internos, 27 mil secuestrados y más de 25 mil desaparecidos. Un conflicto tan longevo,
sangriento y disruptivo no se sana fácilmente. Sin embargo, el deseo popular por lograr
la paz ha sido una medicina poderosa. A pesar de la fuerte oposición de diferentes
sectores políticos, el desarme y desmovilización de las FARC ha arrojado resultados
concretos en la disminución de la violencia en Colombia a sus niveles más bajos en
décadas.

El conflicto original en Colombia surge de la profunda exclusión política y


socioeconómica en la que han estado sumidas las comunidades pobres tanto rurales
como urbanas. Muchos de estos factores persisten. El Banco Mundial posiciona a
Colombia entre los 10 países con la mayor disparidad en la distribución del ingreso a
nivel global. El conflicto arranca en los 60s en un contexto de privación de derechos
sociales, económicos y políticos. A comienzo de los 80s, las tensiones aumentan y los
niveles de violencia alcanzan proporciones epidémicas. En 2002, la violencia puntea al
alcanzar 67.3 homicidios por 100,000 habitantes (comparados al pico en 2011 de
México de 22.6 o los 4.9 recientes en EEUU). La guerra era en parte la consecuencia

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de la rápida expansión de la producción y tráfico ilícito de la cocaína que le permitía a
actores armados expandir su presencia en el país, aumentando su capacidad operativa
y la violencia asociada a los carteles de la droga. Como el productor número uno de
coca y cocaína, Colombia se convirtió en el campo de batalla de la “guerra contra las
drogas” y la “guerra contra el terrorismo” globales, las cuales reciben la financiación y
apoyo técnico del gobierno de Estados Unidos, entre otros.

Este escenario se facilita, en parte, por la Convención Única sobre Estupefacientes de


1961 de Naciones Unidas, la cual estableció que “las Partes obligarán a arrancar de
raíz todos los arbustos de coca que crezcan en estado silvestre y destruirán los que se
cultiven ilícitamente” (Artículo 26). Más aún, desafiando antiguas tradiciones indígenas,
introdujo el artículo 49, en el que se dictamina que “la masticación de hoja de coca
quedará prohibida dentro de los 25 años siguientes a la entrada en vigor de la presente
Convención.” La Convención de 1961 convierte a una planta sagrada, utilizada en la
región Andina desde hace 8,000 años, en una mercancía ilícita para el lucro de
organizaciones criminales y la financiación de guerras.

A pesar de las disposiciones de Naciones Unidas, ejecutadas fuertemente por los


estados miembros, la realidad es que los usos de la hoja de coca van mucho más allá
de la producción de la cocaína. Durante milenios se ha empleado como artefacto
cultural, símbolo de soberanía, ingrediente nutricional, y medicina esencial. El Acuerdo
de Paz entre las FARC y el Gobierno colombiano trata de menoscabar la visión
distorsionada sobre la hoja de coca, y la violencia que creció por la producción de
cocaína, al dedicarle uno de seis capítulos del Acuerdo a la “Solución al Problema de
las Drogas Ilícitas”. El capítulo ve al fenómeno de las drogas en Colombia a través del
lente del desarrollo humano. Con esta perspectiva las comunidades cultivadoras de
coca pueden participar activamente en reducir su dependencia en el cultivo de coca y
pueden potencialmente diseñar sus propios planes locales de desarrollo rural. Más aún,
el acuerdo crea una oportunidad para restablecer los derechos de las comunidades por
medio de políticas que busquen “mantener el reconocimiento de los usos ancestrales y
tradicionales de la hoja de coca, como parte de la identidad cultural de la comunidad
indígena y la posibilidad de la utilización de cultivos de uso ilícito, para fines médicos y
científicos y otros usos lícitos que se establezcan”.

En el contexto del Acuerdo de Paz se introdujeron innovaciones concretas de política


pública en 2017. La alianza entre el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), entidad
estatal encargada de ofrecer entrenamiento en comunidades vulnerables, una
organización de promoción de paz, y miembros de la comunidad cultivadora de coca de
Lerma fue responsable del éxito en promover la reforma.

Gracias a esta alianza, y a la dedicación de Dora Lucila Troyano Sánchez, el Fondo


Nacional de Estupefacientes (FNE) otorgó el primer permiso para comprar, transportar y
almacenar hoja de coca para su transformación en bienes lícitos como fertilizantes e
ingredientes nutricionales empleados en investigación científica.

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El expresidente colombiano Juan Manuel Santos ha hecho un llamado a repensar el
diseño y la implementación de las políticas que buscan controlar el suministro de
drogas. En un discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el ganador del
premio Nobel aseguró ante los líderes del mundo que la guerra de las drogas “no se ha
ganado ni se está ganando, y requerimos de nuevos enfoques y nuevas estrategias”.
Los pequeños cambios en la política realizados en Colombia representan un cambio
gradual hacia un enfoque más humano en el abordaje de los fenómenos relacionados a
las drogas.

No se puede ser ingenuo y sugerir que la industrialización de la hoja de coca podrá


absorber completamente un mercado ilícito que suple a más de 18 millones de usuarios
de cocaína en todo el mundo. Pero sí se puede afirmar que esta industria dignificará
el trabajo de miles de cultivadores, al permitirles beneficiarse legalmente de sus
costumbres agrícolas tradicionales, y promoverá los derechos de las comunidades que
usan la coca como un elemento de su cultura. Sin embargo, siempre que la cultura, el
desarrollo rural, la pobreza y la desigualdad se manejen desde la estrecha perspectiva
penal y punitiva, el mercado ilegal florecerá.

Los nuevos enfoques esbozados por La industrialización de la hoja de coca: un


camino de innovación, desarrollo y paz en Colombia abren oportunidades para des-
estigmatizar, descriminalizar, y regular productivamente las prácticas Agrícolas de
comunidades cocaleras. Las alianzas y rutas que esta industria tiene por explorar son
numerosas – van desde las aplicaciones farmacéuticas, a los tratamientos para la
adicción y los usos nutricionales. No obstante, el hecho de que la reforma de la política
se realice con base en evidencia y se lidere por la sociedad civil y los cocaleros mismos
ha puesto a Colombia en la vanguardia de los esfuerzos internacionales de promover
reformas innovadoras a la política de drogas.

14.1 EXPOSICIÓN DE MOTIVOS


14.2
14.2.1   Necesidad y beneficio para toda la población:
 
 El derecho de usos tradicionales lícitos de la planta de coca se
encuentra consagrado en varias normas internacionales y nacionales vigentes en
Colombia. Es necesario que esta prerrogativa de aprovechamiento de las diversas
virtudes de esta planta para la alimentación humana, usos medicinales e
industriales que favorece a pueblos indígenas, no se limite a estas poblaciones,
comunidades o territorios.
 Se hace necesaria una ley que precisando la distinción entre recursos naturales
renovables de origen vegetal (con alcaloides) y drogas procesadas de estas plantas

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legalice el cultivo, la tenencia y consumo de la Coca para los fines antes
mencionados.
 La Convención de Viena de 1961 y la Ley 30 de 1986 (Estatuto Nacional de
Estupefacientes) reconocen la distinción entre el arbusto de coca y la sustancia que
de ella se extrae y procesa.
 Según Sentencia No. C-176/94 de la Corte Constitucional (Tratado internacional
reservas/tratado internacional declaraciones Convención de Viena 1988),
 
“No se puede colocar en el mismo plano la planta coca y los usos lícitos y legítimos que
de ella se han hecho y se pueden hacer, y la utilización de la misma como materia
prima para la producción de cocaína. Esta diferenciación entre la hoja de coca y la
cocaína es necesaria puesto que numerosos estudios han demostrado no sólo que la
hoja de coca podría tener formas de comercio alternativo legal que precisamente
podrían evitar la extensión del narcotráfico, sino además que el ancestral consumo de
coca en nuestras comunidades indígenas no tiene efectos negativos”.

14.2.2 Respeto de la biodiversidad y del medioambiente y opciones de


desarrollo:

 La Constitución de 1991 proclama que el Estado colombiano debe velar por la


diversidad e integridad del medio ambiente, el uso racional de las especies
cultivables en el territorio nacional; reconoce el derecho de las comunidades de
explotar los recursos naturales; responsabiliza el ciudadano en cuanto a la
preservación del patrimonio cultural y de los recursos naturales; reconoce los
derechos de los pueblos indígenas sobre sus territorios comunitarios y establece los
territorios indígenas como parte de las “entidades territoriales”, con autonomía para
gestión de sus intereses.

 Los recursos naturales renovables no son sólo una forma de preservación del medio
ambiente sino asimismo un instrumento de primera importancia para lograr el
desarrollo socio-económico de un país. Así, se hace necesario buscar alternativas
para que el Estado colombiano, en respeto de la Constitución de 1991, vele por la
diversidad e integridad del medio ambiente.

 Los usos alternativos legítimos y lícitos de la coca, al reducir el número de hectáreas


ilícitas, mitigarían los daños ambientales generados por el uso de pesticidas y
vertimiento de precursores químicos en tierras y fuentes de agua en el cultivo de
coca para fines ilícitos.

 Un adecuado manejo agronómico del cultivo de coca frenaría la tala de bosques en


zonas inapropiadas, y la coca, en vez de ser una amenaza al ecosistema, como es
vislumbrada actualmente, volvería a ser la base del desarrollo campesino en
determinadas áreas que son particularmente adecuadas para su cultivo.
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 Es perfectamente factible combinar la coca con cultivos de pancoger, y asociarla a
otras plantas perennes que frenan la erosión. Lo único que se requiere es, como en
el caso de cualquier planta cultivada, saber evitar grandes extensiones de
monocultivo que atraen plagas y destruyen las complejas relaciones entre las
especies. El conservar y usar sosteniblemente la biodiversidad permitirá al país
mantener sus opciones de desarrollo sin deteriorar su base natural.

 Los cultivos lícitos de coca resuelven la contradicción entre medidas estatales como
la fumigación y erradicación forzada y la obligación del Estado de velar por los
Derechos Humanos y subsistencia de sus nacionales según Convenciones y
Tratados Internacionales sobre estupefacientes.

 El marco legal para usos de la coca acordes con costumbres locales, cabría dentro
de programas de cooperación previstos por la Convención de 1988 de Naciones
Unidas (3. a), “…las Partes podrán cooperar para aumentar la eficacia de los
esfuerzos de erradicación. Tal cooperación podrá comprender, entre otras cosas, el
apoyo, cuando proceda, al desarrollo rural integrado tendiente a ofrecer soluciones
sustitutivas del cultivo ilícito que sean económicamente viables”.

 La utilización sostenible de la coca es una opcion de desarrollo de la biodiversidad y


potencial humano, científico y tecnológico de la nación. Esto se podría proponer, por
ejemplo, a través de su participación en proyectos de investigación y capacitación
en relación con las virtudes naturales de la coca; su conservación y uso sostenible; y
el adecuado aprovechamiento de este recurso natural de la nación.
15
15.1.1 Alternativas de Derechos Humanos y paz:

 El derecho a usar los recursos naturales renovables puede ser adquirido por
ministerio de Ley, permiso, concesión y asociación. Los particulares pueden solicitar
el otorgamiento del uso de cualquier recurso natural renovable de dominio público
(D.L. N°2.811 Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y de
Protección al Medio Ambiente).

 La Ley 30 de 1986 discrimina a las comunidades campesinas al desconocer su


derecho a la explotación lícita de un recurso natural de la nación como es la coca. El
cultivo del arbusto de coca es actualmente el único medio de subsistencia básica de
miles de familias campesinas colombianas.
16
 Dentro del marco de la Convención de Viena de 1988 y la Ley 67 de 2993 (Artículo
14), las medidas que adopten las Partes para aquellas plantas que cultiven
ilícitamente en su territorio no solamente tendrán debidamente en cuenta el respeto
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de los derechos humanos fundamentales −como es el derecho a la subsistencia−
sino asimismo los usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista la evidencia
histórica, y la protección del medio ambiente.
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 Existe la necesidad de desarrollar conocimientos con base en estas prácticas
agrícolas de los pueblos con el fin de velar por el respeto de costumbres y
tradiciones y la no aniquilación cultural de saberes de convivencia con la coca y con
los semejantes.

17.1 NORMATIVIDAD

 La "Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y


Sustancias Psicotrópicas", suscrita en Viena el 20 de diciembre de 1988, además de
establecer la obligación de las Partes de prevenir y tomar medidas para la
erradicación de “plantas que contengan sustancias estupefacientes o psicotrópicas,
como la amapola, el arbusto de coca y el cannabis, que se cultiven ilícitamente”,
también contiene una precaución: “Las medidas adoptadas deberán respetar los
derechos humanos fundamentales, y deberán tener en cuenta las costumbres
tradicionales lícitas, donde exista evidencia histórica de esta, así como la
protección del medio ambiente”.

 Ley 67 de 1993 de Colombia (agosto 23), por medio de la cual se aprueba la


Convención antes citada, establece en lo mismo en su Artículo 14: “2. Cada una de
las Partes adoptará medidas adecuadas para evitar el cultivo ilícito de las plantas
que contengan estupefacientes o sustancias psicotrópicas, tales como las plantas
de adormidera, los arbustos de coca y las plantas de cannabis, así como para
erradicar aquellas que se cultiven ilícitamente en su territorio. Las medidas que se
adopten deberán respetar los derechos humanos fundamentales y tendrán
debidamente en cuenta los usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista
la evidencia histórica, así como la protección del medio ambiente”.

 La Jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre la hoja de Coca, en el estudio de


la ley 67 por ser convenio internacional, retoma esta misma idea en relación con los
usos tradicionales.

 Ley 30 de 1986, “Estatuto antinarcóticos”, también reconoce [Artículo 7o] el uso


legal y tradicional de la hoja de coca por los pueblos indígenas y el derecho a
cultivar la planta, aunque habla de una reglamentación: “ARTICULO 7o. El Consejo
Nacional de Estupefacientes reglamentará los cultivos de plantas de las cuales se
produzcan sustancias estupefacientes y el consumo de éstas, por parte de las

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poblaciones indígenas, de acuerdo con los usos y prácticas derivadas de su
tradición y cultura”.

 La Resolución No. 001 de 2002 [junio 29], de la Asociación de Cabildos “Juan Tama”
Municipio de Inzá, Cauca, publicada en el DIARIO OFICIAL 45.029 [BOGOTÁ, D. C.,
MIÉRCOLES 11 DE DICIEMBRE DE 2002], “RESUELVE: 1. Otorgar al Resguardo
de Calderas en la zona de Tierradentro, Cauca, el permiso para la utilización de la
hoja de coca producida en los territorios indígenas, para la producción de
aromáticas de acuerdo con la solicitud presentada por el Gobernador del
Resguardo”. [Esta Resolución es de gran importancia. Resoluciones similares
podrían expedir otras autoridades indígenas de acuerdo con las atribuciones que les
concede la Constitución de 1991 y las Leyes a los territorios indígenas como
entidades territoriales de la República.
 Sentencia No. C-176/94 Convención de Viena de 1988:

Declaración sobre desarrollo alternativo, derechos de las comunidades indígenas,


protección del medio ambiente y defensa de nuestro desarrollo

Colombia entiende que el tratamiento que la Convención da al cultivo de la hoja de coca


como infracción penal debe armonizarse con una política de desarrollo alternativo,
tomando en cuenta los derechos de las comunidades indígenas involucradas y la
protección del medio ambiente. En el mismo sentido, Colombia entiende que el trato
discriminatorio, inequitativo y restrictivo que se le da en los mercados internacionales a
sus productos agrícolas de exportación, en nada contribuye al control de los cultivos
ilícitos pues, por el contrario, es causa del deterioro social y ecológico de las zonas
afectadas.

Esta declaración se funda en una distinción que esta Corte comparte. No se puede
colocar en el mismo plano la planta coca y los usos lícitos y legítimos que de ella se han
hecho y se pueden hacer, y la utilización de la misma como materia prima para la
producción de cocaína. Esta diferenciación entre la hoja de coca y la cocaína es
necesaria puesto que numerosos estudios han demostrado no sólo que la hoja de coca
podría tener formas de comercio alternativo legal que precisamente podrían evitar la
extensión del narcotráfico, sino además que el ancestral consumo de coca en nuestras
comunidades indígenas no tiene efectos negativos. Así, señala el Instituto Indigenista
Interamericano., organismo especializado del sistema interamericano:

"...podemos concluir que, aunque las sustancias activas de la coca (principalmente la


cocaína) tienen ante todo una acción antifatigante y productiva de placer, el hábito de
consumo en su forma tradicional no corresponde a la satisfacción de una necesidad
biológica, sino que está enraizada en ancestrales y profundas consideraciones
culturales, por lo que esta costumbre, como el consumo del tabaco y del alcohol en
otras culturas, debe ser enfocada no como un problema biológico sino como un

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complejo cultural que forma parte del núcleo social indígena y que asume el carácter de
un símbolo de identidad étnica".

Esta distinción entre la coca y la cocaína tiene además en Colombia una sólida base
constitucional puesto que "el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural
de la Nación colombiana" (Art 7 CP), por lo cual la persecución del narcotráfico no
puede traducirse en un desconocimiento de la identidad cultural de las comunidades
indígenas, protegida por la Constitución.

De otro lado, considera la Corte que las políticas de erradicación de los cultivos ilícitos
tampoco pueden traducirse en operaciones que puedan atentar contra el medio
ambiente, pues "es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente"
(Art 79 CP) y "prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental" (Art 80 CP). En
efecto, como ya se ha mencionado, la protección del medio ambiente ocupa un lugar
tan trascendental en el ordenamiento jurídico colombiano que la Constitución contiene
una "constitución ecológica", conformada por todas aquellas disposiciones que regulan
la relación de la sociedad con la naturaleza y que buscan proteger el medio ambiente.
De ello se desprenden consecuencias jurídicas importantes, ya que, como esta
Corporación lo señaló en reciente jurisprudencia:

"..Es indudable que la dimensión ecológica de la Constitución, como norma de normas


que es (CP art 4), confiere un sentido totalmente diverso a todo un conjunto de
conceptos jurídicos y económicos. Estos ya no pueden ser entendidos de manera
reduccionista o economicista, o con criterios cortoplacistas, como se hacía antaño, sino
que deben ser interpretados conforme a los principios, derechos y obligaciones
estatales que en materia ecológica ha establecido la Constitución, y en particular
conforme a los principios del desarrollo sostenible.

Por todo lo anterior, considera la Corte que hoy no tienen ningún respaldo constitucional
ciertos procesos y conceptos que anteriormente pudieron ser considerados legítimos,
cuando los valores ecológicos no habían adquirido el reconocimiento nacional e
internacional que se les ha conferido en la actualidad."

Esto significa entonces que el Estado colombiano debe evaluar siempre el eventual
perjuicio al medio ambiente que derive de las políticas contra el narcotráfico, puesto que
no se adecúan a la Constitución estrategias de erradicación de cultivos ilícitos
susceptibles de afectar negativamente los sistemas ecológicos. Conforme a lo anterior,
y de acuerdo al principio de soberanía establecido por la Constitución (CP art 9), es
obvio que el Estado colombiano se reserva el derecho de evaluar de manera autónoma
si las políticas para enfrentar el narcotráfico se adecúan o no a sus obligaciones
constitucionales de proteger el medio ambiente. Por consiguiente, esta segunda
declaración será declarada constitucional en la parte resolutiva de esta sentencia pero
de manera condicionada, porque a juicio de la Corte Constitucional ella no señala de
manera específica la autonomía que, conforme a la Constitución, el Estado colombiano
debe reservarse para evaluar el impacto ecológico de las políticas contra el narcotráfico
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ya que, reitera la Corte, la persecución del narcotráfico no puede traducirse en un
desconocimiento de la obligación que tiene el Estado colombiano de proteger el medio
ambiente, no sólo para las generaciones presentes sino también para las generaciones
futuras.

17.1.1 Breve historia de las leyes de coca en Colombia

Cuando los incas se expanden a lo que hoy es el sur de Colombia, encuentran que la
coca es endémica y ampliamente consumida. La abundancia y valor de la coca en el
territorio colombiano le permitió ser empleada como medio de pago, particularmente en
el intercambio de mano de obra, incluso en la época colonial. Por ejemplo, los “huevos
de coca” o libras de coca se usaban para pagar a los trabajadores, dependiendo del
tipo de trabajo, su rendimiento, y sus necesidades de consumo.

La hoja también se usaba para adquirir bienes, como comida y vestido, y servicios. El
uso de la coca como medio de intercambio sobrevivió hasta bien entrado el siglo XX,
particularmente en el departamento del Cauca.

Durante el reino de Felipe II de España (1527–1598), se inician los primeros intentos de


limitar el cultivo de coca. Se les restringió a los españoles cultivar coca para no
absorber la mano de obra necesitada en la minería. También se buscó reglamentar el
trato y las medidas de pago a las labores.

Tras estas primeras leyes, no hay más registro de leyes significativas sobre la coca
hasta 1920, cuando el gobierno colombiano restringe la distribución de cocaína y otros
narcóticos.

En 1946, la Ley 45 prohíbe los pagos con hoja de coca, lo cual impacta sobre todo a los
terratenientes caucanos, donde era más común esta práctica. Sin embargo, la Ley 45
es derogada el mismo año debido al rechazo de políticos caucanos cuyos intereses
económicos se perjudicaban tanto por la necesidad de monetizar la nómina como por
las protestas sociales de los cocaleros (Ceballos Bedoya, 2012).

En 1961, Colombia y la mayoría de países en el mundo firman la Convención Única


sobre Estupefacientes, la cual prohíbe el cultivo y la transformación de las tres plantas
con el más notable potencial psicotrópico: la coca, la amapola y la marihuana. La
Convención exceptúa los usos “médicos y científicos” de la prohibición, pero no los
define. También permite la producción de bases des-alcaloinizadas para las industrias
alimenticias y textiles.

La Convención del ’61 también prohíbe el mambeo de hoja de coca, sin sustento
científico que comprobara algún efecto nocivo relacionado, y da inicio a la persecución
de una práctica cultural milenaria y extendida en Suramérica.

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Diez años más tarde, el Convenio sobre sustancias psicotrópicas de 1971, que entra en
vigencia en 1976, da una apertura para el desarrollo industrial de productos de coca, al
declarar que:

Si un preparado que contenga una sustancia sicotrópica distinta de las de la Lista 1


tiene una composición tal que el riesgo de uso indebido es nulo o insignificante y la
sustancia no puede recuperarse por medios fácilmente aplicables en una cantidad que
se preste a uso indebido, de modo que tal preparado no da lugar a un problema
sanitario y social, el preparado podrá quedar exento de algunas de las medidas de
fiscalización previstas en el presente Convenio conforme a lo dispuesto en el párrafo 3.

Con esta disposición, muchos productos de coca podrían obtener acceso legal al
mercado, si su proceso de producción vuelve inviable la extracción posterior de los
alcaloides.

En este periodo, se promulgan leyes y decretos dirigidos al control de plantaciones y


derivados que nutren la cadena del narcotráfico. Estas leyes son suplantadas por
legislación más reciente de los años ochenta hasta el presente día, por lo cual no son
consideradas en este documento.

En Colombia, la ley 30 de 1986, conocida como el “Estatuto Anti-Narcóticos”, establece


el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE). Esta es la entidad encargada de regular
el cultivo de plantas empleadas en la producción de narcóticos14. De este modo,
parecen quedar proscritas todas las actividades fuera del control del CNE, incluidos
todos los aspectos del cultivo tradicional, desde la posesión de semillas, la siembra, el
cuidado de las plantas, hasta cualquier actividad relacionada (Ceballos Bedoya, 2009).

Tras los acuerdos políticos que llevaron a la desmovilización del grupo armado M-19 se
da la Asamblea Nacional Constituyente de Colombia, que resulta en una nueva
constitución política. La Constitución de 1991 reconoce la multiculturalidad del país, lo
cual abrió paso al reconocimiento de usos modernos y alternativos de la hoja de coca
en territorios indígenas. Sin embargo, este reconocimiento también entra en
contradicción con las Convenciones prohibicionistas internacionales que no se ajustan
al modelo multi-cultural colombiano.

La Constitución colombiana entiende que los usos, prácticas y saberes centrados en la


coca tienen arraigo en las comunidades indígenas y su herencia cultural. Este
reconocimiento apela a la protección de usos y derechos de los grupos étnicos y honra
la diversidad cultural colombiana (Convenio 168 sobre pueblos indígenas y tribales,
ratificado por Colombia el 7 agosto de 1991) (Chaves & Zambrano, 2014).

Como se menciona en el capítulo 9.2, en 2002, la Asociación de Cabildos Indígenas


Juan Tama de Inzá, Cauca, emite la resolución No. 001 autorizando el uso de la coca
para la producción de bebidas aromáticas. Este acto administrativo permite iniciar
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legalmente las labores de la empresa Coca Nasa y emplear la “zona gris” – un concepto
desarrollado por la investigadora Marta Zambrano que se aborda en la siguiente
sección.

La Corte Constitucional ha respaldado los usos y costumbres tradicionales de los


pueblos originarios de Colombia. En 2003, la sentencia SU-383 se pronunció a favor de
la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) y en
contra del Presidente de la República, el Consejo Nacional de Estupefacientes, y otras
entidades del Gobierno Nacional, por la presunta vulneración de los derechos
fundamentales a la vida, a la existencia como comunidad, al ambiente sano y a la
participación de los pueblos indígenas en las decisiones que los afectan. Las razones
jurídicas incluyen haber propagado herbicidas para erradicar cultivos ilícitos sin surtir el
procedimiento de consulta previa y ocasionando un daño ambiental considerable en sus
territorios. La Corte Constitucional encontró que:

Los estudios a los que la Sala ha hecho referencia le permiten concluir que las
comunidades indígenas y tribales de la Amazonía colombiana, en general, ostentan las
condiciones que reclama el artículo 1° del Convenio
169 de la OIT para su aplicación, en cuanto son depositarios de condiciones sociales,
culturales y económicas que los distinguen de los otros sectores de la colectividad
nacional, están regidos total o parcialmente por sus propias costumbres y tradiciones y
ocupan sus territorios desde antes de la conquista y colonización de las actuales
fronteras estatales.

La Corte recordó que la hoja de coca está ligada a las creencias y tradiciones de varias
comunidades indígenas de la Amazonía, lo cual significa que la aspersión aérea podía
poner en riesgo sus prácticas ancestrales ligadas a la planta. En efecto, con
fundamento en los informes técnicos allegados al expediente y en documentos
académicos, la Corporación observó que, para algunas comunidades de la Amazonía,
la hoja de coca cumple un papel de medio de cambio, ya que la misma es utilizada en
rituales y adquisición de bienes bajo la modalidad de trueque16. La Corte defendió el
derecho superior a los usos culturales y dio fin a la fumigación en territorios colectivos.

Aunque el reconocimiento de los derechos culturales crea un espacio para la coca, dos
actos regulatorios bloquean la industrialización de la coca. Primero, la circular del
INVIMA V.C.M-601-0294-07 donde se informa que los productos elaborados con hoja
de coca no se pueden comercializar en el territorio nacional, dado que esta actividad
está restringida a las comunidades indígenas. Segundo, la Alerta Sanitaria 001 de 2010
de INVIMA, donde le “advierte” a la población colombiana que se abstenga de consumir
y comercializar productos de té, aromáticas, galletas o cualquier alimento que contenga
entre sus ingredientes hojas de coca. Según la alerta sanitaria “Estos productos no
cuentan con Registro Sanitario y los beneficios de tipo medicinal, preventivo, curativo o
terapéutico que se anuncia por su consumo, no se encuentran autorizados ni avalados
por el INVIMA.”

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En la Alerta Sanitaria de 2010 del INVIMA se solicita a las Secretarías de Salud de todo
el país intensificar las acciones de vigilancia y control en almacenes de cadena,
hipermercados, tiendas naturistas y demás establecimientos de la cadena de
distribución y comercialización de productos alimenticios, para retirar del mercado
productos que contengan coca. Esto lleva a las empresas emergentes en el sector a la
crisis financiera.

En 2011, la Corte Constitucional reforma el Artículo 49 de la Constitución por medio de


la Sentencia C-882/11. Enuncia que el derecho a la identidad cultural de las
comunidades indígenas puede ejercerse no solamente en los territorios indígenas sino
en todo el territorio nacional, ya que este derecho se proyecta más allá del lugar donde
esté ubicada la respectiva comunidad.

El Consejo de Estado se ha pronunciado en concordancia con la Corte Constitucional.


En su sentencia publicada el 18 de julio de 2015, reconoce que:

La comercialización de la hoja de coca por las comunidades indígenas, se sustenta en


el Principio Constitucional de identidad cultural, a partir del cual se han emitido
resoluciones provenientes de autoridades indígenas, debidamente reconocidas, que
han autorizado la comercialización de este producto natural.

Esta decisión reciente del Consejo de Estado fortalece el camino para que las
comunidades indígenas comercialicen productos con hoja de coca en todo el territorio
nacional.
La decisión vuelve a la industrialización de la hoja de coca una opción viable de
desarrollo en todo el país. Sin embargo, el INVIMA rechaza la jurisdicción del Consejo
de Estado sobre la comercialización de la hoja de coca, y se rehúsa a emitir registros.

Actos legislativos y jurisdiccionales relevantes a la coca en Colombia (1920–2015)

1920 Ley 11: Esta ley permitía libremente la siembra de arbusto de coca y otros
cultivos hoy considerados ilícitos, pero restringía el consumo a la formulación médica.
1936 Código Penal: No penalizaba el cultivo de coca, ni el consumo de alcaloides,
pero sí lo hacía con el tráco de estupefacientes.
1946 Ley 45: Extiende la represión al cultivo y conservación de coca.
1947 Decreto 0896: Prohibió que se utilizara la hoja de coca como moneda.
1961 Convención contra el tráfico de estupefacientes: Artículo 27, cuando sea para
extraer elementos saporíferos, usados en la producción de bebidas y alimentos.
1986 Ley 30: Se adopta el estatuto de estupefacientes.
1988 Convención de las Naciones Unidas de Viena: Establece un espacio de
legalidad a los cultivos de coca de las comunidades indígenas.
1989 Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo: Establece una
especial protección a la identidad cultural de los pueblos indígenas, lo cual incluye
respeto a sus costumbres y tradiciones.

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1991 Constitución Política de Colombia: Asamblea Nacional Constituyente, reforma
la Constitución y abre espacios de diálogo y concertación con las comunidades.
1993 Ley 67: Ratifica la Convención Única de 1988.
1994 Sentencia C-176: Se declara exequible la Convención Única de Estupefacientes
por la Corte Constitucional.
1997 Ley 397: El consumo de la hoja de coca puede entenderse como parte del
patrimonio cultural inmaterial de los pueblos indígenas.
2000 Código Penal: En su artículo 375 se establecen las sanciones para plantaciones.
2002 Resolución No. 001 de la Asociación de Cabildos Juan Tama” Municipio de
Inzá, Cauca: Resuelve Otorgar al Resguardo de Calderas en la zona de Tierradentro,
Cauca, el permiso para la utilización de la hoja de coca producida en los territorios
indígenas, para la producción de aromáticas.
2003 Sentencia 383: Consulta previa y fumigaciones. Corte Constitucional.
2006 Resolución 1478 del Ministerio de Protección Social: Art. 6. Incluye en la lista
de sustancias objeto de monopolio del estado a la Hoja de Coca y sus derivados.
2007 Circular INVIMA V.C.M-601-0294-07: Se informa que: “los productos derivados
de la Coca (Te, aromáticas, galletas, gaseosas, dulces, etc.) elaborados y
comercializados en los resguardos indígenas, NO pueden ser comercializados ni
publicitados en el resto del territorio nacional”.
2007 Resolución 940 Ministerio de Protección Social: Modica la Resolución 1478
del 10 de mayo de 2006 y determina que la sustancia objeto del monopolio del estado
es la cocaína con fines terapéuticos, sacando de la lista la hoja de coca y sus
derivados.
2010 INVIMA Alerta Sanitaria 001: Advierte a la población colombiana que se
abstenga de consumir y comercializar productos de té, aromáticas, galletas o cualquier
alimento que contenga entre sus ingredientes hojas de coca.
2011 Corte Constitucional C-882: Derecho al Uso ancestral de la hoja de coca.
2012 Corte Constitucional T 477: Uso de marcas.
2015 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo: Se decide la
acción de nulidad frente a la alerta sanitaria 001 del 23 de febrero de 2010.

Para los productos con coca, restringiendo su alcance a canales de comercialización


más pequeños y cerrando la puerta a los mercados masivos (ej. supermercados,
farmacias y almacenes de cadena) que requieren la certificación de INVIMA.

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18 PRODUCCIÓN, INDUSTRIALIZACIÓN Y
COMERCIALIZACIÓN LÍCITA DE LA HOJA DE COCA

18.1 QUÉ NOS OFRECE LA HOJA DE COCA


18.1.1
18.1.2 Las virtudes y uso de la coca:
 
 El arbusto de coca es un recurso renovable cuya existencia en lo que hoy es
territorio nacional colombiano data, “según evidencia directa, los 50 años de nuestra
era”. Ya desde los años cuarenta del siglo XVI, la coca era considerada el producto
agrícola más importante de los Andes…”. Era cultivada igualmente por mestizos y
colonos españoles y su hábito era ampliamente difundido en la zona del Cauca
entre grupos diversos.

 La coca ha sido utilizado ancestralmente en forma de alimento (complemento


dietético, mate y mambeo) y medicina natural (dolores de cabeza, problemas
estomacales, analgésico local, mal de altura…).

 La coca es una fuente probada de nutrientes para satisfacer los requerimientos


humanos en calcio, fósforo, vitamina A y riboflavina.

 Hay muchos usos tanto tradicionales, como no tradicionales de la coca que apuntan
a innovadoras soluciones al impasse actual. Formas como el padú brasileño bien
podrían servir para desintoxicar usuarios problemáticos de cocaína, mediante una
absorción más lenta y equilibrada de los alcaloides. El padú o el mambeo, cuya
forma pulverizada reúne todos los requisitos de un producto para las nuevas
generaciones, es efectivo y de manejo fácil y tiene un perfil sano: selvático y
ecológico, orgánico e integral.

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 Esta lista no exhaustiva de alternativas para la coca, permite encontrar soluciones:
soluciones ambientales, soluciones para el desarrollo y la reinserción social,
soluciones rituales y pragmáticas para el consumidor, y soluciones de paz.

"Valor nutricional de la hoja de coca", l.975, según estudio de la


Universidad de Harvard:
 
 La “masticación” diaria de 100 gramos de hojas de coca, satisface la
ración alimentaria recomendada tanto para el hombre como para la mujer.
 60 grs. por día satisfacen las necesidades de calcio.
 En 100 gramos de Coca se pueden tener casi dos gramos de potasio que son
necesarios para el equilibrio del corazón.

Cada 100 gramos de hoja de coca contienen:

Nitrógeno total  20.06 mg. Calcio 997.62 mg.


Alcaloides totales no
volátiles  0.70 mg. Fosfato 412.67 mg.
1.739.33
Grasa 3.68 mg. Potasio mg.
Carbohidratos 47.50 mg. Magnesio. 299.30 mg.
Beta caroteno 9.40 mg. Sodio 39.41 mg.
Alfa caroteno 2.76 mg. Aluminio 17.39 mg.
Vitamina C. 6.47 mg. Bario 6.18 mg.
Vitamina E .. 40.17 mg. Hierro 136.64 mg.
Tiamina (vitamina B 1)  0.73 mg. Estroncio 12.02 mg.
Riboflavina (Vitamina B 2)  0.88 mg. Boro 6.75 mg.
Niacina (factor p.p)  8.37 mg. Cobre 1.22 mg.
Zinc 2.21 mg. Cromo 0.12 mg.
Manganeso  9.15 mg.

Alcaloides naturales de la coca:


 
A continuación describimos los 14 alcaloides que contiene la hoja de coca y sus
propiedades beneficias:

COCAÍNA: Es el éter metílico de la benzoil egnonina, tiene propiedades anestésica y


analgésicas.

ECGNONINA: Es un derivado carboxilado de la atropina, tiene propiedades de


metabolizar grasas y glúcidos, carbohidratos, adelgaza la sangre. La principal virtud de
la ecgonina es elevar los niveles de glucosa de la sangre, y lo hace por un prolongado

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espacio de tiempo. Elevar los niveles de glucosa en la sangre es importante en las
condiciones de hipoxia de la altura.

ATROPINA: La atropina, interfiere con el sistema nervioso parasimpático, es


anticolinérgica, (inhibe producción de la acetilcolina), natural compuesta por ácido
trópico y tropina, una base orgánica compleja con un enlace éster. Químicamente
parecida a la acetilcolina por ello modifica los impulsos nerviosos transmitidos por la
acetilcolina. Las drogas anticolinérgicas compiten con la acetilcolina en los receptores
muscarínicos, localizados primariamente en el corazón, glándulas salivales y músculos
lisos del tracto gastrointestinal y genitourinario. La atropina acelera el corazón,
anestesia los nervios, dilata las pupilas, seca la piel, produce sequedad en el árbol
respiratorio, relaja los músculos lisos. En farmacología moderna se utiliza en diferentes
productos antigripales para aliviar resfríos y asma, en casos de úlceras pépticas, para
reducir la producción de ácidos en el estómago, la atropina también se suministra antes
de dar anestesia general para mantener libres las vías respiratorias. En dosis altas la
atropina causa delirio y alucinaciones y puede resultar tóxica.

PECTINA: Es la sustancia enlazante de la pared celular de los vegetales y frutas. Es un


polisacárido. Es absorbente y antidiarreico, junto a la vitamina E regula la producción de
melanina para la piel. Reduce el colesterol.

PAPAÍNA: Este producto de proteína se encuentra en gran medida en la papaya, su


estructura química es muy similar a la pepsina humana, una enzima que degrada los
alimentos, en la boca, estómago e intestino. Su fermentación acelera la digestión. Se
dice que posee actividad digestiva superior a la pepsina digestiva. Cicatrizante y
digestivo. La papaína tiene fuertes propiedades proteolíticas, tiene la característica de
ablandar las carnes y disolver trombos de fibrina, es decir coágulos sanguíneos.

HIGRINA: La higrina deriva su nombre del griego, vypos, o líquido, debido a que es un
alcaloide líquido, siendo además altamente volátil. Estimula las glándulas salivares,
regula la carencia de oxígeno, ayuda a combatir el mal de altura, cuando hay
deficiencia de oxígeno en el medio ambiente. Mejora la circulación sanguínea.

GLOBULINA: Es un cardiotónico que regula la carencia de oxígeno en el ambiente,


mejorando la circulación sanguínea, evita el mal de altura.

PIRIDINA: Acelera la formación y funcionamiento del cerebro, aumenta la irrigación


sanguínea a la hipófisis y las glándulas, traduciéndose en una mejoría del cuerpo en
general.

QUINOLINA: Ayuda a prevenir la caries dental con la ayuda del fósforo y del calcio.

CONINA: Es un potente anestésico.

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INULINA: Regula la secreción de la bilis y su acumulación en la vesícula, refresca y
mejora el funcionamiento del hígado, equilibra la formación de melanina evitando y
limpiando las manchas de la cara; es diurético, ayuda a eliminar las sustancias nocivas
y tóxicas no fisiológicas. Aumenta la hemoglobina. Es un polisacárido muy parecido a la
vitamina B12 que produce aumento de las células de la sangre.

BENZOINA: Acelera la formación de las células musculares y evita la putrefacción de


los alimentos, de ahí sus propiedades terapéuticas para las gastritis y las úlceras.
Antifermentativo.

RESERPINA: La reserpina es un alcaloide natural presente en la hoja de coca y


también en otras plantas, ha sido usado durante siglos en la India. En la actualidad se
extrae de la raíz de Rauwolfia Vomitoria, planta que abunda en África. En medicina
tradicional, de la raíz se elabora una decocción y se usa para tratar la hipertensión,
demencia, esquizofrenia, mordedura de serpiente y la cólera. El alcaloide purificado
reserpina se aisló por primera vez en 1952, y se le considera el primer medicamento
moderno para tratar la hipertensión arterial. La reserpina tiene múltiples mecanismos de
acción, pero se sabe que tiene la facultad de reducir las monoaminas en las neuronas y
por lo tanto también la dopamina. Se une irreversiblemente a los receptores de
neurotransmisores, especialmente, norepinefrina, serotonina y dopamina. El uso
principal de este alcaloide es como sedante e hipnótico, y reductor de la presión arterial.
Este alcaloide se viene utilizando como medicamento extensivamente para la
demencia. Adicionalmente la reserpina ayuda con la formación de osteoblastos, que
son las células que generan tejido óseo, por lo tanto es un alcaloide que combate la
osteoporosis.

COCAMINA: Es un Analgésico.

Estos 14 alcaloides, los aminoácidos que contienen, los ácidos y las vitaminas A, B1, C
y E, la tiamina, niacina y riboflavina, la convierten en la planta más completa del
universo en nitrógeno no proteico, que es el que elimina las toxinas y patologías del
cuerpo obteniendo combinaciones óptimas con frutas y plantas medicinales.

18.1.3 El estudio de la Organización Mundial de la Salud

La inocuidad y los beneficios para la salud humana del uso tradicional de las hojas de
coca han sido comprobados con gran rigor científico por el mayor estudio mundial sobre
la cocaína, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración
con el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la
Delincuencia y la Justicia (UNICRI por sus siglas en inglés) que se desarrolló entre los
años 1991 a 1995.

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El Proyecto Cocaína OMS/UNICRI destacó que el uso tradicional de la coca no parece
tener efectos negativos para la salud y tiene funciones terapéuticas, sagradas y
sociales positivas entre los pueblos indígenas de la región andina, así como entre
algunos grupos del Brasil. Y que el cultivo de coca representa la base de la economía
de subsistencia de muchas comunidades campesinas en Colombia. El consumo de la
hoja de coca forma parte integral de la tradición cultural andina y su cosmovisión.
Siendo sus principales usos los siguientes:

 Energizante: da mayor energía para trabajar o para luchar contra la fatiga y el frío:
aunque reduce la sensación de hambre, la hoja de coca no se considera un
alimento;

 Medicinal: en infusiones, jarabes y emplastos para diagnosticar y tratar una serie de


enfermedades socioculturales que se atribuyen a causas sobrenaturales y que
expresan conflictos interpersonales o conflictos en el seno de las estructuras
sociales;
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 Sagrado: para comunicarse con el mundo sobrenatural y conseguir su protección,
sobre todo con ofrendas a Pachamama, personificación y espiritualización de la
tierra;
20
 Social: para mantener la cohesión social y la cooperación entre los miembros de la
comunidad, se usa en todas las ceremonias comunitarias, intercambios de trabajo
recíproco y relaciones de sociabilidad.

El Proyecto OMS/UNICRI describe el método tradicional de consumo de la hoja de


coca, llamado acullicu, que consiste en mantener en la boca una bola de hojas de coca
humedecida con saliva junto con una sustancia alcalina que ayuda a extraer los
alcaloides de las hojas. La bola se prepara durante un reposo de 10 a 20 minutos y
después se succiona durante 2 o 3 horas, al cabo de las cuales se expulsan de la boca
las hojas enteras, no masticadas. Durante el trabajo, el acullicu estructura los períodos
de actividad y descanso. En un día normal, se usan 3 bolas, equivalente a 25 gramos
de hoja de coca. Si hay que trabajar más tiempo o el trabajo es más duro de lo habitual,
se usan más hojas.

El acullicu es practicado tanto por hombres como por mujeres. Su uso es muy estable,
ya que empieza en la adolescencia, cuando se empieza a trabajar, y puede que no se
interrumpa durante el resto de la vida.

En 1980 Argandoña informó que en el Perú, la CHAKCHADA –en Bolivia se llama


acullicu- no produce dependencia, como lo comprueban cada día los campesinos que

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prestan su servicio militar, o los que migran de la sierra a las ciudades de la costa,
situaciones en las que abandonan su hábito sin problemas.

Informes locales constatan que los transportistas encuentran imprescindible el acullicu


cuando conducen vehículos durante la noche, muchos universitarios e intelectuales
aseveran que el acullicu les permite concentrarse en sus estudios y que aumenta su
entendimiento.

Los científicos que participaron en el estudio OMS/UNICRI hicieron las siguientes


recomendaciones:

 Aunque cabe la posibilidad de que el uso de la hoja de coca pueda estar vinculado a
algunos problemas sanitarios no detectados hasta el momento, se trata de algo
improbable. Sería mucho más interesante descubrir si el acullicu puede tener
efectos positivos sobre la salud y si esos efectos son trasladables de los contextos
tradicionales a otros países y culturas.

 La OMS debería investigar sobre el impacto que tienen las diversas legislaciones y
medidas de fiscalización de drogas sobre individuos y poblaciones concretos.

 La OMS debería investigar los beneficios terapéuticos de la hoja de coca.


21
21.1.1 Bondades de la Hoja de Coca

Se señalan las principales bondades del uso tradicional de la hoja de coca para la salud
humana –física, mental y social- y para la salud ecológica, puesto que es:

 Un suave energizante que mejora la productividad en el trabajo manual e intelectual;


 La medicina que alivia enfermedades culturales y problemas de salud cotidianos
como cefalea, dolor de barriga, dolores reumáticos;
 El remedio para problemas menores de salud mental como agotamiento, decepción,
depresión, angustia, stress;
 Una fuente de micronutrientes y vitaminas;
 El facilitador de las relaciones sociales, la solidaridad y la cohesión en las
comunidades y los equipos de trabajo;
 El instrumento religioso de la trascendencia espiritual;
 El enlace con la naturaleza, tan querida y respetada en la cosmovisión andina;

Además los otros componentes:

 Exalta las capacidades espirituales y físicas de los seres humanos;


 Aumenta la lucidez del pensamiento y la concentración mental;

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 Produce un ascetismo sereno y placentero que tanto domina los sufrimientos y las
preocupaciones como frena las tentaciones de la gula, la lujuria, la pereza, la ira, la
cobardía y la impulsividad, facilitando así la acción moral en relación a las normas y
costumbres culturales, y en relación a los derechos y las libertades humanas.

21.2 DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA


Cinco regiones colombianas son los centros históricos de producción, donde la hoja de
coca se cultiva, transforma y consume cotidianamente desde tiempos pre- hispánicos
hasta el presente (ver Gráfica 1). De norte a sur, éstas son:

 La Sierra Nevada de Santa Marta en el departamento del Magdalena;


 La región de Soatá en el departamento de Boyacá, cerca de Bogotá;
 Tierradentro y el Macizo colombiano en el departamento del Cauca;
 El piedemonte caqueteño, en los departamentos del Huila y Caquetá;
 La Amazonía colombiana, en los departamentos del Putumayo, Caquetá,
Amazonas, Guaviare, Vaupés y Guainía.

En el siglo XX, el cultivo y cultura de la coca desistieron en Soatá. En las cuatro áreas
restantes, la hoja de coca todavía es un producto tradicional, eje articulador de
actividades comunitarias, incluidos ritos de paso y labores cotidianas, y por tanto
integral para el funcionamiento y la identidad de las comunidades.
En las zonas montañosas de los Andes y la Sierra Nevada, la variedad tradicional de
coca es la Erythroxylum novogranatense novogranatense. Aquí se secan las hojas y se
ubican en el lado de la boca para formar una bola o mascada, en una práctica conocida
a través de Suramérica como aculli, chaccheo, o mambeo. Al agotarse, las hojas se
sacan de la boca.

En la Amazonía, la variedad de coca usada es la Erythroxylum coca ipadu. En vez de


usarse las hojas secas enteras, las hojas de la Ipadu se tuestan y pilan para formar un
polvo fino verde, cernido para remover elementos fibrosos. El polvo se mezcla con las
hojas secas de árboles del género cecropia, sirviendo como catalista alcalino. Como en
las zonas montañosas, el polvo premezclado también forma una bola, pero éste se
absorbe y traga lentamente y no se saca. Esto puede resultar en diferentes valores
nutricionales, los cuales no se han estudiado.

Como se verá en el capítulo 3, los pueblos indígenas colombianos han luchado y


obtenido el reconocimiento de sus derechos culturales para acceder a la hoja de coca.
Sin embargo, la coca también es parte de varias etnias mestizas y afro-descendientes,
particularmente en el Cauca, donde el mambeo es común y la coca conserva su rol
central en la identidad local.

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Fuera de las cinco áreas históricas, la coca ha sido y sigue siendo una planta
ornamental común, usada en remedios caseros, como un analgésico natural y como
tónico. Debido a que la coca se ha equiparado con el narcotráfico y conflicto
colombiano, muchas personas en la población mestiza ignoran las asociaciones
positivas que tiene la coca. No obstante, existe también un renacimiento de usos
tradicionales, en los que se destacan sub-culturas donde el mambeo y los productos de
coca forman parte de recuperar la conexión con conocimientos indígenas y la
naturaleza (Cure, 2015).

Centros de uso tradicional de hoja de coca en Colombia

Fuente: Instituto Geográfico Agustín Codazzi, 20153

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21.3 EXPERIENCIAS DE INDUSTRIALIZACIÓN DE LA COCA

Para entender las opciones legales de comercialización de la hoja de coca, revisamos


los desarrollos que en ello han dado las industrias cocaleras peruanas y bolivianas,
países con condiciones biogeográficas y culturales afines a las de Colombia.

21.3.1 Resumen de las industrias legales de coca en Perú y Bolivia

En Perú, el gobierno funda la Empresa Nacional de la Coca (ENACO) en 1949, doce


años antes de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 de Naciones Unidas
que prohibió la coca.

El compromiso del Perú con los usos no-narcóticos de la hoja de coca es evidente dado
que la ENACO es una empresa estatal. Además, el Perú firma la Convención del ’61
con una reserva:
… no se consideraba obligado a tipificar como delito penal el cultivo lícito e ilícito de
hoja de coca y por tanto podía mantener vigente la masticación de la hoja de coca en el
país. Posteriormente en un intento por conseguir el reconocimiento legal de los usos
tradicionales Perú (también Bolivia) negoció el párrafo 2 del artículo 14 de la
Convención contra el tráfico ilícito de estupefacientes de 1988, que explica que las
medidas para eliminar la demanda y el cultivo ilícitos de estupefacientes tendrán
debidamente en cuenta los usos tradicionales lícitos donde al respecto exista la
evidencia histórica (Transnational Institute, 2012).

La política peruana le ha permitido liderar el desarrollo de la industria de la coca, y lo


convirtió en referente para comercializar, registrar y regularla. Hoy, la ENACO es una
empresa “pública de derecho privado” con una marca para el mercado de consumo
(Delisse) y actividades empresa-a-empresa. Aunque el Estado peruano no le ha dejado
a la ENACO aprovechar su potencial de innovación, sus actividades de investigación y
desarrollo le han permitido desarrollar un portafolio de productos extenso.

En Bolivia, el desarrollo de una industria moderna de coca es más reciente. En 2006, el


gobierno establece el Vice-ministerio de la Hoja de Coca, el cual alberga la Dirección
General de Comercialización e Industrialización de la Hoja de Coca (DIGCOIN), una
agencia gubernamental que regula el mercado de la coca y da apoyo técnico al Vice-
ministerio. En 2011, el gobierno inaugura la empresa estatal Boliviana de la Coca
(EBOCOCA), la cual compra hoja de coca y procesa harina y otros preparados. La
industria de coca boliviana también se sustenta en un sistema de control social local
que busca mantener bajo control la producción de coca y minimizar su desviación al
mercado ilícito. Los sindicatos cocaleros supervisan y ejecutan el sistema, en particular
la adherencia de los miembros a su cato, una medida de coca a la que los cultivadores
pueden acceder legalmente (Farthing & Ledebur, 2015).

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A pesar de que tanto Perú como Bolivia enfrentan retos en su estrategia de
industrialización de la coca, ambos han propuesto marcos legales amplios que recubren
el cultivo de la coca y sus mercados. Esto ha resultado en el desarrollo de más de 150
tipos de productos, en categorías varias como productos rituales tradicionales,
alimentos (como mates, harinas y extractos), cuidado personal, y productos
medicinales. Permitir que la hoja de coca sea transformada en productos no-narcóticos
ha llevado al surgimiento de una industria de coca que promueve el desarrollo tanto al
aumentar el valor agregado de los productos como al generar empleo.

Las experiencias peruanas y bolivianas a la fecha indican que la regulación promueve


los mercados de coca para usos no-narcóticos. Estos no han aumentado el área de
cultivo de coca (Farthing & Ledebur, 2015), el cual depende mucho más del comercio
de narcóticos con su alta intensidad en materia prima. Por el contrario, formalizer la
hoja de coca la vuelve en un producto agrícola convencional que contribuye a
estabilizar a las comunidades cocaleras. Aunque el desvío de la cosecha de coca al
comercio de narcóticos puede persistir, los mercados legales de la coca crean una
cadena de suministros alternativa que ayuda a prevenir que los cultivadores se
involucren en el procesamiento y distribución de narcóticos, donde la violencia es más
frecuente. Adicionalmente, al respetar sus actividades económicas e identificación
cultural con la coca, el mercado legal ayuda a mejorar las relaciones entre el Estado y
los cultivadores, reduciendo la confrontación con la fuerza pública y facilitando la
inversión en el gobierno y economía local (Farthing & Ledebur, 2015). Los precios que
obtienen los cultivadores en mercados con salidas legales para la coca también son
más altos. Esto contribuye a mejorar las condiciones económicas y el bienestar de las
comunidades cocaleras.

25.000 cocaleros, es la cantidad de afiliados a las asociaciones productoras en la zona


de Yungas y 47.000 afiliados son los productores en la zona del trópico cochabambino,
se estima que en la zona de chapare hay 38.212 catos.

Como se mencionó la Ley 1.008, “Ley del Régimen de la Coca y Sustancias


Controladas”, de 1988 permite hasta 12.000 hectáreas de cultivo de coca para consumo
tradicional y otros usos legales.

La mayoría de esta superficie se encuentra localizada en los Yungas de La Paz. En


octubre de 2004, el Gobierno de Bolivia autorizó en forma temporal el cultivo de 3,200
ha de coca en la región del Chapare. La ley 1.008 no provee una definición precisa de
los límites geográficos de las regiones de cultivo de coca tradicional, sin embargo, el
Gobierno de Bolivia se encuentra preparando un estudio para delinear geográficamente
con precisión las áreas tradicionales de cultivo de coca.

21.3.2 Resumen de la industria de la hoja de coca en Colombia

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En Colombia existe un pequeño número de empresas que transforma la hoja de coca
en productos nutricionales, medicinales y cosméticos. Se han contabilizado
aproximadamente 19 iniciativas, que han surgido a lo largo del país, pero
particularmente en las regiones donde los lazos culturales con la planta son más
fuertes. A continuación una descripción de nueve de los actores más destacados.

La iniciativa pionera en Colombia en transformación de la coca es una empresa liderada


por miembros del Resguardo de Calderas8 en Inzá, Cauca, quienes fundan Coca Nasa
en 1993, con el respaldo de su cabildo local y la Asociación de Cabildos Juan Tama.
Coca Nasa procesa la coca en tés, galletas, harina, bebidas y otros productos
tradicionales.
La compañía hace partícipes del proyecto a los cabildantes, buscando beneficiar a la
comunidad de Calderas reinvirtiendo una proporción de las ganancias en proyectos
productivos encaminados a mejorar las condiciones de vida del resguardo.

La iniciativa se fortalece al contar con un permiso emitido por la Autoridad Indígena


local. Al obtener publicación en el Diario Oficial 9, el permiso consagra la primera
autorización, elevada a nivel nacional, para comercializar la hoja de coca.
Posteriormente, Coca Nasa desarrolla una bebida carbonada que obtiene visibilidad a
nivel regional y nacional. Esto permite a la empresa convertirse en referente jurídico
para comercializar la coca e inspira otros emprendimientos comunitarios en el país.

Dos emprendimientos comunitarios en el suroeste de Colombia son Yutuk Nasa, en


Morales, Cauca y Kokasana en el resguardo Yanacona del vecino departamento del
Huila. Yutuk Nasa produce una variedad de productos nutricionales y medicinales
comercializados regionalmente en los departamentos del Cauca y Valle. Kokasana
comercializa infusiones a nivel nacional empleando cultivos familiares.

En Lerma, un corregimiento en el municipio de Bolívar, Cauca, la organización CIMA


(Comité de Integración del Macizo) apoya una iniciativa local llamada Hayu Guas, la
cual procesa hoja de coca en productos nutricionales que vende en la Tienda del
Macizo y otros puntos de venta artesanales en el Cauca. Los cultivadores de coca en
Lerma deciden mejorar su seguridad alimentaria produciendo alimentos inspirados en
su conocimiento ancestral de la planta. Los procesos de organización local y
transformación de coca se convirtieron en una manera de ejercer soberanía local,
reafirmar la identidad cultural, proteger el medioambiente y resistir el conflicto armado.
El proyecto se ha expandido a varios municipios en el Cauca, como Balboa, Argelia y el
Tambo. El proyecto también ha permitido articular la alianza de investigación en hoja de
coca con el SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje), el cual describimos más
adelante.

A mediados de los 2000, Eco Jardín se funda para investigar y promover las plantas
medicinales. La empresa busca mejorar las condiciones de vida tanto de sus
proveedores como de un colectivo de mujeres asociadas. Eco Jardín obtiene sus
insumos de cultivadores mestizos en el Cauca, organizados en una cooperativa en la
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municipalidad de Totoró. Los productos transformados de coca de Eco Jardín incluyen
gel de coca de aplicación tópica y aceites esenciales.

En la Sierra Nevada de Santa Marta, varias comunidades han apoyado


emprendimientos informales de hoja de coca, que han formado lazos con distribuidores
bogotanos para comercializar productos alimenticios como chocolatinas y aceites de
coca. Aunque algunos mayores han declinado su apoyo al comercio con la hoja, la
participación en iniciativas de industrialización ha continuado.

Varias comunidades amazónicas del Putumayo, Caquetá y el departamento del


Amazonas también participan en redes de solidaridad que distribuyen hoja de coca.
Éstas venden mambe (hoja de coca pulverizada) en contextos urbanos con
distribuidores que se han familiarizado con el significado cultural del producto.

Además de productos colombianos, hay un pequeño mercado de importaciones,


principalmente de productos alimenticios peruanos, en contextos de ferias culturales
andinas. El proyecto Bio Coca es un ejemplo del segmento de micro-importadores.

Además de emprendimientos productivos, hay varias iniciativas culturales y de


investigación que promueven la industrialización de la coca. Por ejemplo, la Fundación
para el Estímulo de las Artes (FEDAR) ha promovido los beneficios del consumo de
hoja de coca a través de múltiples eventos y espacios de aprendizaje y arte. En la
investigación de la transformación de la hoja de coca en usos no-comestibles fue
pionera la organización Mama Coca, la cual desarrolló una fórmula de papel de coca
que combina el papel reciclado con coca no apta para el consumo humano (por su alto
contenido de agro-químicos) y elaboró los primeros abonos compostados de coca.

La regional Cauca del SENA ha seguido expandiendo la investigación en la


industrialización de la coca, por medio del desarrollo de varias aplicaciones agro-
industriales para la planta. Estas incluyen abonos, complementos alimenticios para
aves, y medios de cultivo de laboratorio. En el marco de programas especiales del
SENA, como Jóvenes Rurales, hoy SENA Emprende Rural, se han instalado unidades
productivas para transformar la hoja de coca en licor mistelas y productos de panadería.
Por medio de estos esfuerzos, el SENA Cauca ha innovado un modelo de investigación
e innovación con coca que está ayudando a darle forma a la industrialización de la coca
en Colombia.

Las iniciativas de transformación de hoja de coca, con su año de fundación, origen


étnico y productos. En la actualidad, los productos vendidos por estos emprendimientos
no pueden registrarse con INVIMA. Esto impide el acceso a canales de
comercialización nacionales como supermercados y farmacias, los cuales exigen ese
registro. El resultado es que el mercado de productos de coca permanece restringido a
redes locales o informales de distribución, lo cual limita el potencial de la categoría.

TABLA Iniciativas de transformación de hoja de coca en Colombia

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21.3.3 La “zona gris”: la dualidad del Estado colombiano ante la coca

La revisión de la legislación actual vigente para Colombia presenta lo que la


investigadora Marta Zambrano ha denominado “una zona gris en la institucionalidad
nacional”. Esta situación ampara a las micro-empresas urbanas de alimentos y bebidas
de coca, pero no las promueve (Chaves & Zambrano, 2014).

La zona gris emerge por medio de la legislación nacional, la Constitución de 1991, y los
marcos legales internacionales descritos arriba. Al firmar la Convención de Naciones
Unidas de 1988 y ratificar el convenio 169 de la OIT en 1991, el Estado colombiano
asegura una ventana de legalidad para la coca, amparada en la protección a la
identidad cultural indígena y el respeto por sus costumbres y tradiciones.

El gobierno Santos, a través del Ministerio de Justicia y del Derecho, y el Congreso han
hecho esfuerzos para regular el cultivo y transformación de coca en ciertos momentos
de la administración. Por ejemplo, ha habido proyectos de ley para ampliar el espacio
legal de la coca, particularmente por medio de un marco que promueva empresas
asociativas y comunitarias con fines médicos y científicos (Florez J., 2015). Sin
embargo, a la fecha estos esfuerzos no han progresado. Las divisiones entre los
productores cocaleros y la sociedad civil han impedido la formulación de una propuesta.
Adicionalmente, otros temas ligados al acuerdo de paz con las FARC, tales como la
titulación formal de tierras, han dominado las discusiones.

Algunos actores temen que promover una legislación y regulación de la coca pueda
invitar intereses de la “gran empresa” que puedan dominar la industria de la coca y
excluir a los cultivadores tradicionales y a las comunidades. Sin embargo, se puede
articular una estrategia de reforma centrada en las comunidades, al ligar el proceso de
legislación a las instituciones donde los intereses locales tienen mayor injerencia,
particularmente las instituciones interesadas en el desarrollo rural.
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Igualmente, oponerse a la legislación en favor de la coca para reconocer el uso
indígena de la misma socava la posibilidad de consagrar plenamente los derechos
culturales y así proteger la propiedad cultural e intangible relacionada a la coca de las
comunidades indígenas. Esta legislación podría dar lugar a la creación de un espacio
diferencial legitimo para el emprendimiento étnico, junto a otros bienes culturales
(Chaves & Zambrano, 2014).

Pese a la ausencia de propuestas legislativas, podemos identificar varios casos de


institucionalidad dual – es decir, donde ciertas instituciones del Estado apoyan los usos
de la coca, a la vez que otras partes los rechazan. En 2003, la oficina de la Presidencia
publicó en su página web una noticia sobre la empresa Kokasana. El comunicado
aplaude la iniciativa como un ejemplo de emprendimiento, de agricultura sostenible y de
respeto cultural:

…Como un ejemplo de agricultura sostenible, diversas autoridades agrícolas


destacaron las aromáticas que, a base de hojas de coca, fabrican los indígenas Pijaos
del Tolima y los Yanakonas del Huila”
(Presidencia, 2003).

Irónicamente, mientras la Presidencia celebraba a Kokasana, también asestaba un nivel


sin precedentes de aspersión aérea en la Colombia rural (Gráfica 3). La campaña de
erradicación, complementando la Alerta Sanitaria INVIMA, provocó rechazo entre la
sociedad civil y los medios, con periodistas destacados pronunciándose en contra del
Estado colombiano y a favor de las comunidades afectadas.

Como la Presidencia, el ahora Ministerio de Salud y Protección Social (en ese entonces
el Ministerio de Protección Social) también ha demostrado dualidad institucional. En su
resolución 940 del 30 de marzo de 2007 aclara que la cocaína, no la coca, es sujeta a
monopolio de Estado. Con esta acción elimina a la coca de la lista de sustancias
controladas, indicando que, mientras para el INVIMA eran proscritas las
transformaciones de hoja de coca, para el Ministerio cabía la posibilidad de realizarlas.

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En septiembre de 2011, el programa del Ministerio de Cultura para estimular el legado
culinario y cultural otorga un premio a miembros de la comunidad Misak del Cauca, por:

…Un plato compuesto por una tortilla de hoja de coca, de consumo común entre la
comunidad de los indígenas guambianos, que viven en el suroeste del país, obtuvo el
primer puesto en la V versión del Premio Nacional de Gastronomía de Colombia,
organizado por el Gobierno (El Espectador, 2011).

Se reconoce que:

Este es un concurso al que se accede por convocatoria pública que prepara, auspicia y
forma el Programa de Estímulos del Ministerio de Cultura colombiano. Este es uno de
los programas en que se ve reflejada la política para el conocimiento, la salvaguardia y
el fomento de la alimentación y las cocinas tradicionales de Colombia (El Espectador,
2011).

Es significativo que se haya reconocido el valor de la versatilidad culinaria de la coca


como un bien cultural. Sugiere que se podría reconocer su uso en poblaciones no
indígenas en todo el país.

Finalmente, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) ha apoyado el desarrollo rural y


la investigación aplicada en proyectos con coca. Como una institución pública regida
por el Ministerio del Trabajo, el SENA y sus proyectos de formación e investigación en
transformación constituyen un respaldo adicional del Estado a la industrialización con
coca. Desde 2005 hasta el presente, los esfuerzos del SENA en el Cauca y el Guaviare
por medio de programas especiales como Jóvenes Rurales (SENA Emprende Rural)
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han instalado unidades productivas que permiten a las comunidades transformar la hoja
en una serie de productos a la vez que equipa a los aprendices con las herramientas
para realizar sus emprendimientos.

El SENA Cauca ha realizado investigaciones en los usos agro-industriales de la coca.


Estos incluyen el diseño y evaluación de fórmulas de abonos líquidos y sólidos que
emplean la hoja. Otras iniciativas recientes han producido medios de cultivo de bajo
costo combinando coca pulverizada y agar.18 La investigación en desarrollo de
productos del SENA ha creado un espacio de diálogo entre el Estado y las
comunidades cultivadoras de coca sobre sus necesidades económicas, y ha permitido
generar capacidad instalada local para transformar la coca (y otros insumos) en
productos de mayor valor agregado. El SENA proporciona un camino para integrar la
industrialización de la coca a los programas de desarrollo rural, y formular nuevas
maneras de implementar el control a la coca.

Los ejemplos en los que el Estado colombiano promueve la industrialización de la hoja


de coca no trasgreden el derecho internacional. Según una entrevista con Juan Carlos
Garzón-Vergara,19 la Convención del ’61 exceptúa de la prohibición productos
empleados en la medicina o la ciencia, siempre que haya medidas para prevenir su uso
inapropiado o adverso (Garzón-Vergara, 2016). Estas excepciones facultan al Estado
para reconocer y registrar productos derivados de la hoja de coca. Tales productos sólo
necesitan que su diseño haga inviable química o económicamente producir cocaína a
partir de ellos. O, por otro lado, deben existir salvaguardias que prevengan su
desviación a usos ilícitos. Como se menciona anteriormente, las excepciones médico-
científicas, integradas a las leyes colombianas por la sentencia C-176/94 de la Corte
Constitucional, invalidan el concepto de que “Colombia está infringiendo las
disposiciones internacionales” con “la fabricación de bebidas que emplean la hoja de
coca”. Estos pronunciamientos, basados en una comprensión equivocada de la ley,
fueron hechos por el Ministerio de Relaciones Internacionales el 16 de noviembre de
2006 y por la Dirección Nacional de Estupefacientes el 4 de diciembre de 2006.

Para consolidar la oportunidad de industrializar la hoja de coca, Garzón-Vergara sugiere


que INVIMA (así como otros reguladores de productos) tendrían que evaluar a cuáles
productos se les expide registro como medicamentos, productos fitoterapéuticos o
alimentos. Para ello habría que realizarse todo el ejercicio legislativo que requiera la
regulación de la coca, como producto afectado por una convención internacional. Esto
incluiría evaluar científicamente si acaso estos alimentos o medicamentos pueden ser
mal utilizados o ser perjudiciales para la salud. Este ejercicio haría posible que en el
registro del producto se haga obligatorio informar a los consumidores de potenciales
riesgos o reacciones adversas, de haber lugar a ello, permitiendo igual su
comercialización.

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21.4 OPORTUNIDADES DEL ESTADO PARA FORTALECER LA
INDUSTRIALIZACIÓN DE LA COCA

Para resumir, concluimos con las implicaciones generales del marco normativo
colombiano para la coca, el cual ofrece una serie de factores tanto promotores como
limitantes para industrializar esta planta:

 La hoja de coca se ha eliminado de la lista de sustancias controladas sujetas a


monopolio de Estado. Aunque aún se le considera una sustancia controlada, no
hay sanciones en su uso. Adicionalmente, ninguna ley ni protege ni prohíbe la
transformación (no-narcótica) de productos de coca.
 El Estado permite el cultivo de coca en territorios indígenas y la comercialización
de productos de coca en todo el país (desde el 2015), basado en el modelo
constitucional multicultural que defiende el uso tradicional de la hoja de coca
como parte de la identidad cultural indígena.

 No hay protecciones legales para cultivadores y transformadores de coca no


indígenas, sean ellos tradicionales o de adopción más reciente de la planta.
Como se especificará en el capítulo 4, los pequeños cultivadores están
temporalmente protegidos de sanciones, pero ni esta política ni una definición
concreta de “pequeño” está consagrada en la ley.

 No existen leyes claramente definidas para obtener acceso formal a canales de


comercialización convencionales (por ejemplo, aquellos que requieren registros
de producto de los reguladores nacionales como INVIMA o ICA18). En teoría, el
proceso de adquisición de permiso para la comercialización de hoja de coca
requiere aprobación de los anteriores y / o el Fondo Nacional de Estupefacientes,
excepto cuando los alcaloides de la coca no son recuperables. Este proceso no
se ha definido para la hoja de coca. Sólo recientemente se ha empezado a
definir el proceso de consecución de permiso para realizar investigación con esta
planta.

El Estado colombiano necesita un proceso de reforma que fortalezca los factores de


apoyo y reduzca las limitaciones, y avanzar simultáneamente tanto en la
industrialización de la coca como en el régimen de control de drogas. Como tema
prioritario, el Estado debe abordar la falta de protecciones para los pequeños
cultivadores, la cual mantiene su futuro en limbo. Para asegurar que la industrialización
de la coca sea una oportunidad de empoderamiento y bienestar para las comunidades
cocaleras, el proceso de reforma debe apoyarlas en articular sus necesidades, evaluar
sus opciones, y estructurar los resultados legales y regulatorios. Una parte integral de
este proceso es la investigación y experimentación, tanto con productos como con
marcos normativos, en colaboración con los cultivadores. Esto ayudaría a construir la
evidencia que demuestre beneficios tanto para los usuarios como productores y a
generar los métodos legítimos de control a nivel local y nacional.

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Para cumplir con estos requisitos en el proceso de reforma en pro de la industrialización
de la coca, el SENA Cauca ofrece un modelo desarrollado orgánicamente con el
corregimiento de Lerma. El Modelo Lerma es particularmente apropiado considerando
tanto el marco institucional del Acuerdo de Paz de 2016 como los retos a los que se
enfrentan sus instituciones a futuro. Este tema se aborda en el próximo capítulo.

21.5 HORIZONTES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LA HOJA DE COCA

21.5.1 El contexto del Acuerdo de Paz de 2016

El Acuerdo de Paz de 2016 entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas


Revolucionarias de Colombia (FARC) ha permitido al país contemplar nuevas políticas
para gestionar los cultivos de usos ilícitos..

El Acuerdo de Paz de 2016 dictamina que las estrategias de control de drogas deben
ser construidas por medio de un proceso participativo y consensuado. Deben involucrar
a todos los actores relevantes y estar alineadas con las metas de desarrollo rural
integral. Estas se trazan por medio de planes de desarrollo ajustados a las necesidades
sociales y económicas de cada comunidad. La lógica que subyace el Acuerdo consiste
en que la pobreza, la marginalización, y la falta de acceso a la tierra tienen que
sobreponerse para lidiar con las causas de las economías ilegales (Acuerdo de Paz,
2016).

De acuerdo con el principio de consenso del Acuerdo, el mecanismo primario de control


de la coca (y otros cultivos con usos ilícitos) es la sustitución voluntaria de cultivos. Para
impulsar la política de sustitución del Estado, el Acuerdo funda el Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito – PNIS. Este se implementa por medio
de acuerdos locales entre el Estado y las comunidades cultivadoras en las que se
comprometen a remplazar los cultivos a cambio de pagos (entregados a las familias
cultivadoras, a los recolectores y sus comunidades circundantes).21 Los métodos no
voluntarios de control, como la erradicación forzada, son herramientas secundarias
destinadas a las plantaciones grandes de los grupos armados o grandes traficantes de
drogas.

La estrategia de sustitución de cultivos prevé un periodo transicional y otro de largo


plazo. Articula entonces “Planes de Acción Inmediata” (PAI) y “Planes Integrales
Municipales y Comunitarios de Sustitución” (PISDA), cada uno con sus recursos e
instituciones.

El Acuerdo espera que los pagos iniciales ayuden a las comunidades a remover la coca
(y otros cultivos con usos ilícitos) rápidamente, mientras que las nuevas instituciones de

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desarrollo y distribución de tierras fomentan un salto sostenido a actividades legales. La
Gráfica 5 (de Garzón y Suárez 2018) resume el marco de sustitución de cultivos que
está en curso.

Es preciso reiterar que, en el espíritu del Acuerdo de Paz, la autonomía, bienestar y


derechos humanos – incluido el derecho a la identidad cultural – preceden y no deben
ser atropellados por los objetivos de control de drogas. El Acuerdo insiste que las
políticas de control de drogas deben:

…mantener el reconocimiento de los usos ancestrales y tradicionales de la hoja de


coca, como parte de la identidad cultural de la comunidad indígena y la posibilidad de la
utilización de cultivos de uso ilícito, para fines médicos y científicos y otros usos lícitos
que se establezcan (Acuerdo de Paz, 2016).

La sustitución de cultivos en perspectiva de largo plazo

PUNTO DE PARTIDA
• Fuerte presencia de grupos armados al margen de la ley
•TRANSICIÓN
Alta dependencia de la economía ilegal
•Protección
Aislamiento
de geográfico –desconexión
las comunidades y contención de las amenazas
•Asistencia
Falta de accesso a bienes
alimentaria públicos
inmediata
•Proyectos de generación
Informalidad de ingresos
alta de acceso rápidos
a la tierra
Obras de infraestructura social de
• Relación vertical centro -periferia ejecución rápida
•Formalización
Tensiones y falta de consensos
y acceso a la tierra en los actores del nivel local
2 AÑOS
CONSTRUCCIÓ RENOVACIÓN TERRITORIAL
N CONJUNTA Y Control territorial, restablecimiento de la autoridad y la legalidad
PARTICIPATIVA Provisión de infraestructura
Planes integrales municipales y comunitarios de sustitución
(PISD 79
Programa de desarrollo con enfoque territorial (PDET) 79
Generar políticas y oportunidades productivas 79
10 AÑOS Ordenamiento territorial, social y productiva 79
CONDICIONES PARA UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA
• Restablecimiento del monopolio del uso de la fuerza y control territorial
• Desarrollo económico y social
• Superación de las condiciones de pobreza

Fuente: Fundación Ideas para La Paz, (Garzón & Suárez, 2018)

Es así como el Acuerdo de Paz indica que hay un papel legítimo para la
industrialización de la hoja de coca en el proceso de reconstrucción de la salud social,
económica y ambiental de las comunidades para superar las causas estructurales del
conflicto. El Acuerdo nombra explícitamente el derecho de las comunidades indígenas a
usar la hoja de coca. Sin embargo, al apelar al derecho a la identidad cultural, el
Acuerdo parece implicar protecciones a las comunidades con usos “ancestrales y
tradicionales” de la hoja de coca, sin importar su origen étnico. Asimismo, el Acuerdo
reitera la legislación previa que legitima los usos médicos y científicos de la coca, y abre
la puerta a otros fines que puedan establecerse como legales a futuro. Esto sugiere
que, en el marco del Acuerdo, ampliar los usos culturales y benéficos de la coca tiene
un lugar legítimo en la sociedad colombiana.

Las premisas generales de la estrategia de control de drogas para la coca en el


Acuerdo se basan en el enfoque de salud pública y de derechos, resumido de la
siguiente forma:

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 Las políticas priorizan las formas de control voluntarias y promueven el bienestar
y los derechos fundamentales de las comunidades.
 Las iniciativas promueven el bienestar social y económico de las comunidades
como requisito y método de control de drogas principal, ya que es así como se
enfrentan las causas subyacentes de la participación en las economías ilegales.
 Los usos ancestrales y tradicionales ligados al derecho a la identidad cultural
deben ser reconocidos.
 Los usos benéficos – médicos y científicos, así como otros – también son
bienvenidos.
 El Estado seguirá coordinando esfuerzos con la comunidad internacional en lo
relacionado a la reforma de política de drogas y el control de economías ilegales
en concordancia con los marcos e iniciativas de control de drogas
internacionales.

La industrialización de la hoja de coca encaja claramente con la estrategia del Acuerdo


de Paz, pero no fue suficientemente articulada, en parte por la omisión en las
negociaciones de los que trabajan en transformar la coca para usos benéficos. Como
resultado, el Estado colombiano ha pasado por alto una deficiencia en su arquitectura
institucional para formular su política de industrialización de la coca, sea dentro de las
instituciones directamente ligadas al Acuerdo o demás instituciones responsables por el
bienestar rural (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural) y control de drogas
(Ministerio de Salud y Protección Social).

Abordar la deficiencia institucional para la industrialización de la coca es una


oportunidad clave para los futuros gobiernos de Colombia al llevarse a cabo la
implementación del Acuerdo de Paz. La industrialización de la coca es un instrumento
que recompensa a los cultivadores por concentrarse en cultivos de alta calidad y
participar en actividades de valor agregado como la transformación de materias primas.
Al promover la industrialización de la coca, los cocaleros ganan fuerza frente a la
cadena de suministros ilícita, por medio de relaciones económicas con actores legales y
mayor proximidad con las instituciones del Estado.

Fortalecer la relación y la confianza entre las instituciones del Estado y las


comunidades cocaleras será una necesidad cada vez más apremiante, en la medida
que los desafíos de sostener el programa de sustitución de cultivos se vuelvan más
prominentes. Vale la pena resumir de qué se tratan estos desafíos:

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 Sustituir sosteniblemente los cultivos de coca puede ser costoso, difícil y
demorado, lo cual alarga la implementación de los Acuerdos de Paz.
 Incluso con suficientes recursos, la sustitución es difícil de mantener si la
demanda de cocaína alrededor del mundo continúa y si persiste el tráfico
internacional. No se espera que estas condiciones cambien en un futuro
previsible.
 La expectativa de recibir pagos de sustitución de cultivos (como también la
reducción en los precios de los commodities como el oro) puede incentivar la “re-
incidencia” o la plantación de nuevos cultivos (fenómeno de “incentivos
perversos”).
 Si el programa de sustitución de cultivos logra reducir inicialmente la
oferta de coca, pero la demanda continúa igual o aumenta, se espera que
los precios de la coca suban, lo que genera incentivos para volver al
cultivo (o para que el cultivo se desplace a nuevas áreas dentro o fuera
de Colombia, como parte del muy mencionado efecto globo que influye
en las economías ilegales).
 Si la sustitución de cultivos no logra reducir los cultivos de coca, la
legitimidad del programa puede venirse abajo, tanto nacional como
internacionalmente. Los llamados para intensificar la erradicación forzada
pueden aumentar. Sin embargo, volver a esta política desgastada podría
abrir una brecha entre el Estado y las comunidades cocaleras, chocaría
con el marco del Acuerdo, y atizaría un nuevo ciclo de conflicto.

La industrialización de la coca puede ser una válvula de escape en los continuos y


futuros desafíos de la sustitución de cultivos. Como la sustitución, no es una “panacea”
para las economías ilegales, pero es un componente complementario en un modelo de
reforma centrado en el bienestar y los derechos de las comunidades. La
industrialización de la coca dignifica al cultivador de coca como cultivador de coca.
Sirve como base para crear instituciones de control social con mejores perspectivas de
legitimidad – y efectividad – que los métodos coercitivos. Mientras que Colombia y el
mundo innovan en maneras más racionales de regular el comercio de cocaína, el
pueblo colombiano y su Estado tendrían beneficios al añadir la industrialización de la
coca a su caja de herramientas de promoción al bienestar rural.

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Adicionalmente, a largo plazo, la industrialización de la coca ofrece la posibilidad de
mitigar el costo elevado de financiar las políticas de control de drogas como la
sustitución. Por medio de alianzas con la industria, genera lazos entre los cocaleros, los
transformadores e industrias asociadas (es decir, en los sectores agrícola, medicinal y
de consumo), al comercializar productos de coca con valor agregado que generan
nuevos ingresos a cada participante de la cadena productiva. Por ejemplo, los abonos
de coca parecen mejorar la rentabilidad en la horticultura y cultivos de ciclo corto, por
medio de mayores rendimientos y menores costos en insumos. Promover la
industrialización de la coca para la agro-industria podría reducir la cuantía de pagos de
sustitución que impactan al fisco, y luego suministrar ingresos tanto a los participantes
en la cadena productiva como al Estado (a través de impuestos directos e indirectos).

La industrialización de la coca también permitiría realizar una política de transparencia


de precios, una herramienta prometedora a la hora de desligar la industria legal de la
coca y el narcotráfico, aumentando la rentabilidad para los cocaleros. Con la
industrialización de la coca, la transparencia de precios podría implementarse a través
de reportes semanales de precios en la zona andina. En la actualidad, los cultivadores
de coca colombianos obtienen los precios más bajos. En Perú y Bolivia, donde el
comercio de coca es legal, 25 libras de coca se venden en US$50 en Lima y US$85 en
La Paz (datos de febrero 2017). Mientras tanto, en el sur de Colombia, una cantidad
equivalente vale US $18, con precios que sólo alcanzan los US$25 en la época pico de
agosto-septiembre. Se puede inferir que la ilegalidad, la presencia de grupos armados
coercitivos, y la ausencia de información de precio reducen el poder de negociación de
los cocaleros colombianos, lo cual los lleva a aceptar el bajo precio que ponen los
compradores. Suministrar un método de comparación podría reducir la desinformación
que debilita a los cultivadores. En la medida que crezca la industria de la transformación
de la coca, la transparencia de precios podría también permitir la obtención de un
recargo o premium por la adherencia a mejores métodos de cultivo.

Para alcanzar el potencial de la industrialización de la coca, sería necesario construir


leyes, regulaciones e instituciones alineadas con la estrategia de control de drogas del
Acuerdo. En esto la industrialización de la coca es de fácil adaptación, incluso se le ha
denominado sustitución de usos o erradicación productiva (Baptiste, 2017; Moreno,
2017), cuando se le emplea como estrategia de control de drogas. Para lanzarse a la

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industrialización de la coca, el Estado colombiano no estaría arrancando de cero: la
experiencia del SENA Cauca liderada en Lerma sirve como punto de partida y hoja de
ruta. Las alianzas del SENA con las comunidades locales y las organizaciones de
sociedad civil suministran un modelo de reforma que puede ayudar a construir una
industria centrada en resolver las necesidades de las comunidades. El modelo
evolucionó orgánicamente en Lerma, pero ya se está aplicando en otras comunidades
caucanas, lo cual indica su relevancia para el diverso panorama colombiano – y más
allá.

21.6 LECCIONES DEL MODELO LERMA: EL ENFOQUE COMUNITARIO


DEL SENA CAUCA PARA ESTUDIAR LA COCA Y REFORMAR SU
INDUSTRIALIZACIÓN

En 2017, la regional Cauca del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) obtuvo el


primer permiso en la historia de Colombia para realizar investigación científica con la
hoja de coca, otorgado por el Fondo Nacional de Estupefacientes (FNE). Se aclara que
el permiso da lugar a:

 La compra local de hoja de coca por el SENA Cauca (de comunidades


autorizadas para cultivar y vender hoja de coca – es decir, aquellas con usos
tradicionales);
 El uso de esta coca exclusivamente para fines de investigación, haciendo
referencia a la excepción a la prohibición de los usos médicos y científicos
mencionados en la Convención del ‘61.

Al otorgar este permiso, el Estado colombiano empezó a sentar un precedente que


puede impulsar la investigación en torno a los usos benéficos de la coca. El éxito del
SENA Cauca en la obtención del permiso de investigación demostró que el Modelo
Lerma tiene potencial como instrumento que promueva la industrialización de la coca
enfocada en el bienestar de las comunidades rurales.

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La misión del SENA incluye trabajar con comunidades para proveer capacidades de
trabajo y gestión como también para instalar unidades productivas (es decir,
Infraestructura industrial de pequeña escala que sirve de base para nuevos negocios o
cooperativas). El programa de investigación del SENA complementa su misión de
entrenamiento y desarrollo, al crear herramientas y procesos prácticos con valor
inmediato en el campo, ya que son desarrollados en la colaboración entre
investigadores, instructores, aprendices y comunidades.

Como parte de las misiones del SENA, los instructores del Cauca se toparon con
comunidades cocaleras amenazadas por el conflicto, la falta de oportunidades y la
criminalización. Una de estas comunidades es Lerma, un corregimiento en el municipio
de Bolívar al sur del departamento. Parte del área de influencia indígena Yanacona,
Lerma mantiene la práctica ancestral del mambeo de hoja de coca, que data de muchas
generaciones.

Durante la violencia intensa de los años ’80, ligada al tráfico ilícito de cocaína, murió un
porcentaje significativo de la población lermeña. En respuesta, los líderes comunitarios
se reagruparon y decidieron concentrarse en reconstruir el tejido social del pueblo.
Lanzaron varias iniciativas que promueven la educación cívica y ambiental, la seguridad
alimentaria, la historia local, y las artes. Crucialmente, los líderes de Lerma decidieron
resistir tanto el conflicto armado como la criminalización de su modo de vida por el
Estado desarrollando usos alternativos para sus cultivos de coca. Reconocieron el
profundo valor cultural de la coca en sus vidas y su potencial para el bienestar. Al ir
fortaleciendo su gobierno local (a través de la junta de acción comunal), Lerma empezó
a contener la violencia. También logró que las actividades de procesamiento de
narcóticos salieran del perímetro de su comunidad.

Lerma encontró en el SENA Cauca un aliado receptivo en su objetivo de fortalecer sus


capacidades de industrialización de coca para usos benéficos. Con el apoyo del SENA
Cauca y socios de la sociedad civil, el corregimiento empezó a diseñar su portafolio de
productos y servicios de coca no-narcóticos. Estos experimentos iniciales se enfocaban
en comidas y bebidas inspiradas por productos de coca tradicionales. Los experimentos
de pequeña escala evolucionaron en una alianza de investigación con el SENA Cauca,

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motivando la solicitud del permiso para llevar a cabo la investigación con coca enfocada
en sus usos agro-industriales.

El proyecto de investigación en abonos orgánicos ilustra como las alianzas del SENA
promueven la experimentación y la innovación, la investigación y la reforma incremental
de la coca – todo en uno. El conocimiento amplio del SENA Cauca de las necesidades
sociales y económicas de sus aliados en la comunidad ayuda a formular proyectos de
investigación que están demostrando una reducción significativa en el costo de fertilizar
los cultivos, una mejora sustancial en el manejo de los residuos orgánicos, y un
aumento en el rendimiento, dándole nuevas salidas a las cosechas de coca – con una
inversión mínima en capital o entrenamiento. Los lazos del SENA con aliados en la
sociedad civil aportan asistencia técnica y financiación complementaria que contribuyen
a alcanzar los objetivos del programa de investigación. Los logros de la alianza de
Lerma también ayudan al SENA a replicar su modelo de servicio para otras
comunidades cocaleras en el Cauca y el país.

Para entender el valor del Modelo Lerma para la investigación con coca, el bienestar de
las comunidades y la reforma a la política de drogas, es útil reflexionar sobre las
condiciones conducentes en las que se basa el modelo, las barreras que ha superado,
y las oportunidades que tiene para aumentar su servicio a las comunidades.

Arrancando con las condiciones conducentes a nivel local, es clave entender la


naturaleza de los aliados en el Modelo Lerma. La alianza está compuesta de tres
grupos de actores:

1. Una comunidad con estructuras de gobierno local sólidas y una cultura que se
identifica con la hoja de coca (Lerma), reconoce su potencial para usos
benéficos, y puede formular necesidades comunes sobre su aprovechamiento;
2. Una institución educativa y de investigación, parte del Estado colombiano
(SENA), que se enfoca en mejorar las condiciones de vida de las comunidades, y
que goza de capacidad para llevar a cabo programas de desarrollo e
investigación basados en una relación y conocimiento profundos de sus
comunidades socias.

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3. Organizaciones de sociedad civil sólidas (particularmente, Fundación Tierra de
Paz, CIMA y Fundaciones Sociedad Abierta) que contribuyen redes de expertos y
recursos que han apoyado la ejecución exitosa de los programas de
investigación.

La alianza ha enfocado sus esfuerzos en dar apoyo a las necesidades de bienestar


articuladas por la gente de Lerma. Las actividades educativas e investigativas han sido
subsidiarias a este propósito. El compromiso del SENA, sus valores compartidos, y su
permanencia han sido reciprocados por la receptividad y compromiso de Lerma en los
proyectos del SENA. Esto ha generado un ambiente de confianza mutua, que promueve
los resultados en educación, investigación y desarrollo económico.

Desde la perspectiva de la reforma, el Modelo Lerma ha empleado la siguiente


secuencia:
 Construir relaciones locales sólidas basadas en la comprensión y resolución de
necesidades de la comunidad;
 Formular proyectos incrementalmente para lidiar con esas necesidades
(relacionadas tanto al entrenamiento como al desarrollo de productos) por medio
de la experimentación (con ofertas curriculares y fórmulas de producto);
 Aumentar la capacidad, habilidades e infraestructura gradualmente para ampliar
el alcance de la alianza, tanto en las comunidades aliadas (Lerma) como en el
Estado (SENA Cauca) con el apoyo de organizaciones de sociedad civil;
 Estructurar proyectos de reforma (ej. el permiso otorgado por el FNE) para
resolver necesidades concretas de los proyectos.

La naturaleza de la alianza en Lerma ha permitido al SENA Cauca aprovechar


condiciones favorables a nivel macro (ej. un ambiente político abierto a la reforma de la
política de droga como también un marco normativo algo conducente). Ha brindado
resiliencia ante condiciones menos favorables tanto pasadas como presentes para
realizar investigación de industrialización de coca. Estas incluyen la ignorancia y
estigma que tiene la opinión pública sobre la coca, las reglas poco claras para cultivar,
comprar, procesar y analizar la materia prima legal de coca para la investigación, y los
riesgos de seguridad latentes (que se han atenuado desde el proceso de paz con las
FARC).

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La necesidad de fortalecer la resiliencia y el impacto del Modelo Lerma (para Lerma y
otras comunidades) ha llevado al SENA Cauca y sus aliados a mirar las limitaciones y
maximizar sus oportunidades. Por ejemplo, la alianza se ha volcado a expandir su
volumen de investigación. Esto es un punto de partida fundamental en la reforma, ya
que construir una base de evidencia para plantas controladas es una condición previa
para comercializarlas bajo la excepción “médico-científica” de las Convenciones de
drogas de Naciones Unidas. Un objetivo inmediato posterior a la consecución del
permiso de investigación ha sido impulsar los esfuerzos de investigación dentro del
SENA Cauca, en otras regionales del SENA, y con aliados externos (redes de
investigación pública y privada, académica y gremial).

La investigación es un paso importante para escalar los beneficios de la


industrialización de coca para comunidades como Lerma. Pero la investigación no
basta. Comercializar los productos de las comunidades a una escala suficiente también
se necesita, y esto exige mayores alianzas en el Estado colombiano, el sector de
investigación, y la industria. Es aquí donde se acoplan las necesidades tanto de escalar
el Modelo Lerma como de fortalecer la implementación del Acuerdo de Paz con la
industrialización de la coca.

Ahora podemos articular una propuesta que refuerza el Modelo Lerma como una
estrategia que mejora el bienestar de las comunidades rurales y el control de la coca, a
la vez que permite su industrialización. Se propone esta estrategia al Gobierno de
Colombia elegido en 2018, como una forma de fortalecer la implementación del Acuerdo
de Paz de 2016. Las recomendaciones caben entre las alternativas a la prohibición de
la droga que ahora se desarrollan en Colombia, alrededor del mundo, y a lo largo del
espectro de preferencias políticas.

21.6.1 Escalando el Modelo Lerma: la innovación con coca para


fortalecer el Acuerdo de Paz

Para escalar el Modelo Lerma e integrar la industrialización de la coca en el Acuerdo de


Paz, se propone un programa de innovación ampliado con las siguientes dos líneas de
trabajo inter-dependientes:

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1. Un programa de desarrollo tecnológico y de mercado de la coca, enfocado en
validar su valor y formular modelos industriales que beneficien a los pequeños
cultivadores, sus comunidades y la cadena productiva;
2. Un proceso de reforma gradual de la política de coca, centrado en mejorar la
legitimidad y efectividad de la gobernanza sobre la planta por medio de sistemas
de control social local.

El programa de innovación buscaría aprovechar las oportunidades de desarrollo


tecnológico y de mercado que la coca ofrece. Llevaría a cabo investigación científica
para construir la evidencia que:

 Demuestre el valor de las aplicaciones de la coca en los sectores agro-industrial,


de consumidor (es decir, nutricional y cosmético), y fito-terapéutico, evaluando el
perfil de beneficio y riesgo de los
 prototipos de producto existentes y nuevos desarrollados por el SENA y sus
socios;
 Establezca el tamaño de la oportunidad económica para los cultivadores de coca
y sus socios en la cadena productiva;
 Suministre herramientas de desarrollo sostenible para el emprendimiento
comunitario y la defensa del medio ambiente;
 Identifique la presencia y recuperabilidad de alcaloides para los diferentes
productos de coca;
 Genere alianzas entre cultivadores y usuarios finales (es decir, industrias o
consumidores) para definir sus necesidades, elaborar modelos atractivos de
negocio para todos los participantes en la cadena productiva, e implementar
métodos de trazabilidad y control que cumplan con las leyes anti-droga;
 Cuantifique el nivel de producción de coca requerido para abastecer los usos
tradicionales e innovadores.

El programa de innovación se anclaría en las relaciones entre el SENA y la comunidad


demostradas en el Modelo Lerma para asegurar que las necesidades de la comunidad
y su retroalimentación guíen los resultados. El programa se articularía con una serie de
pilotos por sector con la participación de actores relevantes del Estado, la ciencia y la

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industria, los cuales suministrarían coordinación con políticas nacionales, calidad en la
investigación y alineación con marcos de control de drogas. Los actores de desarrollo
rural mantendrían un papel central en todos los pilotos, para sostener la priorización de
los intereses de los pequeños cultivadores. Las agencias de control de drogas jugarían
un papel permanente pero subsidiario en todos los pilotos.

Para ilustrar, los pilotos agro-industriales de la innovación con coca se apalancarían de


los prototipos del SENA Cauca en abonos y medios de cultivo de laboratorio a base de
coca. Los pilotos también incorporarían nuevos aliados, tales como:

 El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Ministerio del Trabajo;


 Centros y agencias de promoción de la investigación científica y el medio
ambiente (ej. el Instituto Humboldt, la Universidad del Cauca, Colciencias, etc.);
 Gremios industriales y sus entidades de investigación especializadas (ej.
Cenicafé, Cenicaña);
 Reguladores de producto sectoriales (en este caso, el ICA – Instituto colombiano
agropecuario);
 Las agencias de control de drogas, tales como el FNE, la Oficina de Política Anti-
drogas, y el PNIS.

Desde un punto de vista logístico, los pilotos de innovación se apalancarían en los foros
que buscan implementar el Acuerdo de Paz, especialmente aquellos que construyen
planes locales de desarrollo integral.

Para obtener representatividad, se buscaría la participación de una variedad de


comunidades cocaleras e individuos con diferentes culturas y condiciones sociales. En
cuanto a culturas, el programa de innovación integraría comunidades con diversa
identidad étnica (indígenas, afrocolombianos y mestizos) y actitudes disímiles ante la
coca (ej. valor cultural y espiritual, valor instrumental – como práctica que brinda apoyo
en el trabajo – o valor transaccional y económico). En cuanto a condiciones sociales, el
programa involucraría comunidades y personas con variación en sus estructuras
económicas y de acceso a la tierra (ej. propiedad comunal, propiedad individual,
arrendamiento, empleado – y nivel de formalidad ante esa tenencia).

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El programa de innovación se beneficiaría de datos macro que complementarían la
información local. Esto incluiría un censo de usuarios tradicionales de coca a nivel
comunitario e individual (ya que su número no se conoce) y sus patrones de consumo.
También analizaría la evolución espacial de la coca en el territorio nacional, dando
mayor evidencia que confirme las áreas con cultivos tradicionales versus las de cultivo
más reciente.

Paralelo al desarrollo tecnológico y de mercado, también se propone un proceso de


reforma gradual en la política de la coca a través del diálogo entre las comunidades
cocaleras y los actores del programa de innovación. El diálogo se centraría en las
relaciones comunitarias del SENA, y lo lideraría el sector de desarrollo rural, con el
apoyo de los gremios industriales, los entes reguladores, y las agencias de control de
drogas.

El proceso de innovación de política de coca definiría:

 Las características del sistema de control social local que persiga tanto la
legitimidad local y la alineación con el régimen nacional e internacional de control
de drogas;
 Los cambios legislativos, regulatorios y administrativos para promover la
industrialización de la coca.

El modelo de control social es la única estrategia de control de coca que busca


equilibrar los múltiples objetivos del programa de innovación: la industrialización con
coca, los derechos humanos, el desarrollo rural, el consenso y la participación, y el
respeto a las convenciones internacionales. El modelo de control social se basa en
devolverle el control sobre la cantidad y destino de la coca a estructuras de gobierno
locales como cooperativas o sindicatos, preferiblemente a nivel de corregimiento o
cabildo. El control social se basa en permitir que estas estructuras locales acuerden
incentivos y penalidades para mantener la producción de la coca dentro de ciertos
límites y reducir la desviación al tráfico de narcóticos. Participar en un sistema de
control social puede ayudar a mantener los precios, suministrar un flujo de caja más
fiable, y mejorar la reputación y el acceso a bienes de las cooperativas (Ej.
Capacitaciones, redes, eventos, etc.) (Farthing & Ledebur, 2015). Al ayudar a establecer

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la cantidad total de coca requerida para abastecer los mercados legales, el sistema de
control social enmarcado en los pilotos de innovación también ayudaría a negociar
niveles legales de producción de coca nacional e internacionalmente (ej. FNE o la JIFE
– Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes), basándose en
características de rendimiento locales.

El proceso de reforma gradual exploraría las dinámicas e implicancias de métodos


concretos de control social con las comunidades participantes. A nivel local, buscaría
que los procesos y estándares satisfagan los requisitos de control y ofrezcan
mecanismos de resolución de conflictos. A nivel nacional, el proceso también definiría el
alcance de una entidad coordinadora general que ayude a acordar y distribuir cuotas
ligadas a la producción legítima – es decir, los niveles de suministro para abastecer la
industria de coca emergente y el consumo tradicional. Esta entidad también se le podría
asignar las labores de certificación de calidad de la gobernanza local y la promoción de
buenas prácticas.

Enlazar el diálogo sobre el control local social a las oportunidades tecnológicas y de


mercado ayudaría a motivar propuestas claras de las comunidades y sus socios para
ajustar los marcos normativos de la industria de la coca. Todos los sectores necesarios
para estructurar una política consensuada estarían trabajando bajo un mismo programa
que buscaría favorecer a todos los involucrados. La obtención de resultados
convincentes en los pilotos tecnológicos generaría beneficios tangibles para las
comunidades, llevando a demandas de reforma que se comunicarían expresamente a
los aliados de innovación en el Estado. Estos llamados se reforzarían con el
espaldarazo de la industria, ya que ésta compartiría los beneficios de la innovación.

El principio estratégico decisivo en el proceso de reforma comunitaria es mantener una


senda de cambio gradual. Esto significa concentrarse inicialmente en “victorias
tempranas” – es decir, decisiones administrativas o de procedimiento posibles dentro de
los arreglos institucionales existentes que permiten avanzar en el programa de
innovación. En la medida que el programa arroja resultados (tanto económicos como
políticos), se podría invertir en “reformas marginales” – proyectos legislativos pequeños
o cambios en las reglas que están al alcance de las instituciones del Estado relevantes.
Con el tiempo, el espacio ganado para la industria de la coca le permitiría crecer, des-

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estigmatizando la industrialización y generando mayor apoyo de consumidores y
gremios industriales. En ese momento sería posible lanzar proyectos de ley de gran
escala que sienten las bases de instituciones integrales conducentes a una industria de
la coca con un sistema de control social.

La clave para impulsar el programa de innovación es entonces proveer una base


mínima que le permita crecer y formular mayores reformas. Fundamentalmente, la
integridad del Acuerdo de Paz se tiene que defender. Aunque en el Acuerdo haya
falencias en la política de coca, sus principios son una base sólida en la cual construir.
El Acuerdo prioriza los controles voluntarios, la participación comunitaria, el respeto a
los derechos humanos y al bienestar de las comunidades como elementos necesarios
en la formulación de una política de drogas. Estos principios deben protegerse para
sostener la plataforma institucional en la que se pueda progresar de forma significativa.

El Acuerdo hace un llamado a la justicia diferencial para proteger a los pequeños


cultivadores de coca (y otros cultivos de uso ilícito), pero al momento de publicarse este
documento esta reforma sigue en mora. Por lo tanto, la erradicación y persecución
todavía podría cernirse sobre ellos – incluyendo las comunidades tradicionales fuera de
los territorios indígenas. Esta reforma exige priorización. Más aún, mientras que se
consagran estas protecciones en la ley, el Gobierno debe mantener mecanismos de
protección administrativos que dan alivio a los cocaleros. Por ejemplo, se les debe
otorgar el periodo más largo posible de deliberación, abierto a extensiones, antes de
tener que tomar una decisión sobre la sustitución de cultivos. Dentro de este periodo, la
moratoria a la fiscalización de la coca para pequeños cultivadores debe continuar.
Adicionalmente, tanto las comunidades cocaleras indígenas como no indígenas con
usos tradicionales deben gozar de una moratoria a la fiscalización hasta que su estatus
diferencial sea asegurado. Este trato diferencial serviría también como punto de partida
para las reglas que descuenten la coca legal del conteo total de cultivos de uso ilícito –
el cual genera tantas presiones al Estado colombiano y a la población.

Para generar las bases mínimas de un programa de innovación de coca, se han hecho
ya grandes avances para que el FNE, los entes reguladores y las agencias de
desarrollo rural sean receptivos a la formulación de proyectos de investigación y
políticas públicas basadas en la evidencia. El futuro Gobierno de Colombia debe al

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menos mantener, y preferiblemente reforzar este enfoque. El FNE debe continuar (y
ojalá estandarizar, agilizar y simplificar) la expedición de permisos de investigación para
todos los actores involucrados en la innovación con coca. Esto incluye los permisos de
cultivo, transporte, manejo, procesamiento y análisis (con herramientas de diagnóstico
de alcaloides) de productos con coca. El FNE y los entes reguladores tienen una tarea
pendiente de acordar un estándar común de evidencia para la recuperación de
alcaloides y la seguridad de los productos con coca, como también de definir su
jurisdicción correspondiente en el proceso de generar permisos de comercialización.
Finalmente, Colombia debe continuar fortaleciendo su infraestructura y marcos legales
de innovación (incluyendo regímenes de propiedad intelectual y cultural), e incrementar
la financiación de proyectos con una agenda de innovación social. Favorecería la
ventaja competitiva de Colombia en el comercio internacional utilizar los pilotos de
innovación con coca para estructurar un instituto de investigación centrado en promover
la ciencia y el emprendimiento en apoyo a la comercialización socialmente equitativa y
ambientalmente sostenible de la riqueza biológica y cultural del país.

22 PRODUCTOS DERIVADOS DE LA HOJA DE COCA

Algunos productos derivados de la hoja de coca son: jarabes y gotas para bronquitis,
asma, resfríos; mates adelgazantes, diuréticos, digestivos; champúes y jaboncillos;
pomadas y cremas; vinos y licores; té, dulces, caramelos y leche saborizada y harina de
coca para la preparación de pan, queques, tortas, empanadas y empanadas con
extracto del producto. Otros: vigorizantes, tónicos, dentífricos, fármacos para el control
del cáncer, etc.

También es importante reconocer, que el consumo de la hoja de coca en su estado


natural, como el acullico y té de coca, no son nocivos para la salud, no genera adicción,
ni genera alteraciones en el sistema nervioso.
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22.1 EJEMPLOS DE PRODUCTOS COMERCIALIZADOS A BASE DE LA
HOJA DE COCA:

a) Té de Coca:

El té de coca puede ser ingerido indistintamente


por adolescentes, adultos y ancianos en una
cantidad aproximada de tres bolsitas diarias para
recibir sus beneficios. Es notoria la baja incidencia
de las enfermedades cardiovasculares en los
indígenas mascadores de hojas de Coca. También
es notoria la baja incidencia de caries dentales.

El té de coca es muy utilizado por sus bondades digestivas, circulatorias, antifatigantes


y antiestrés, con ligeros pero significativos efectos estimulantes del estado de ánimo.
Puede tomarse a cualquier hora del día y preferiblemente después de las comidas.
También está indicado en caso de indigestiones, cólicos y estados diarreicos.

b) Torta de Coca con naranja

Las tortas han sido elaboradas con jugo y


almíbar de naranja, cuyos sabores combinan
de excelente forma con el sabor de la hoja de
coca. Así, tenemos unas tortas que, a pesar de
contener regular contenido en harina de coca,
tienen el sabor de la naranja como
preponderante.
Además, han sido decoradas con aplicaciones
de quinua y trozos de cáscara de naranja en la cubierta.

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c) Cocalfajorcitos

Hechos con la galleta tradicional del alfajor y rellenos


con un delicioso manjar de leche con coca.
Espolvoreados con azúcar impalpable, tienen una
dulzura que, junto con el manjar de leche, realzan el
leve amargor de la hoja de coca.

d) Cocalletas Saladas de Coca

Galletas saladas de Coca, trigo, ajo, orégano,


pimienta, sal marina.
Ideal como piqueo para acompañar tragos.
Presenta una excelente combinación entre el
sabor del ajo y la hoja de coca, de sabor y
textura leve. Contiene sal marina, que nos
ayuda a controlar el nivel de colesterol malo en
la sangre por el consumo de sales químicas en
exceso.

f) Dulce de Coca

Este delicioso dulce está elaborado en base al manjar de leche


tradicional. Por ello, no sólo tiene un alto poder energizante,
sino que también le da un riquísimo sabor a la hoja de coca,
potenciando el sabor dulce. Puede consumirse en el desayuno,
con pan integral, con galletas o solo, como consumimos el
tradicional “manjar blanco

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f) Harina de Coca

La harina de coca está compuesta por hojas de coca molida,


provenientes del valle de La Convención. Es la harina que
utilizamos para la elaboración de todos nuestros productos, puesto
que es considerada una de las mejores hojas de coca que existen
en el Perú, por su rico sabor y por la garantía de ser plantas
adecuadamente cuidadas. En el valle de La Convención la
producción de hoja de coca es legal, por lo que no está expuesto a
sustancias químicas para eliminarla, ni se utilizan pesticidas ni
agroquímicos en su cultivo.

La harina de coca es reconocida por su alto contenido en fibra, más


que el salvado de trigo, por lo que es excelente para procesos
digestivos.

Ello, aunado a las propiedades de la hoja de coca, hace que sea ideal su consumo en
media cucharadita diaria junto con los jugos, el yogurt, la leche, frutas como la papaya,
o simplemente con agua, azúcar o miel, y un poco de limón. La cantidad de harina a
consumir puede irse incrementando de acuerdo a cada organismo.

g) Otros productos, elaborados en base a la Hoja de Coca.

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Licor de Coca (1) Harina de Hoja de Coca (2) Mate de Coca (3)

La coca
Sour (4)

Caramelos (5)

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Cremas (6) Pan (7)

Coca molida y encapsulada (8), La culinaria nacional, la Coca (9)

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La harina de coca también se puede conseguir moliendo las hojas en casa. Luego se
mezcla con la harina de trigo.

La Hoja de coca también es un gran proveedor de calcio, siendo ideal para personas
con artritis, artrosis y osteoporosis. La fibra de la Coca desintoxica y refuerza el aparato
digestivo y elimina grasas, colesterol y triglicéridos. El consumo de coca ayuda a
eliminar las hemorroides y recompone y refuerza la flora intestinal. Está indicada para
combatir la colitis, el estreñimiento y otros males digestivos. La Hoja de Coca es un
buen suplemento para diabéticos, además de prevenir el cáncer de colon y recto. La
Coca, así como el té y el café, contiene diversos alcaloides. El alcaloide cocaína es uno
de los 14 alcaloides presentes en la hoja de coca y representa tan sólo entre el 0.5 y el
1.1% de ésta. Durante la masticación, en contacto con la saliva, se combina con el
resto de elementos alcalinos, y se descompone, transformándose en ecgonina. La
ecgonina contribuye a quemar las grasas acumuladas en el hígado. Esto genera
glucosa que se convierte en energía.

También es importante reconocer, que el consumo de la hoja de coca en su estado


natural, como el acullico y té de coca, no son nocivos para la salud, no genera adicción,
ni genera alteraciones en el sistema nervioso.

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23 CONCLUSIONES
Durante décadas, la política colombiana hacia la hoja de coca ha consistido
principalmente en extinguirla, presuntamente para reducir el flujo de narcóticos y
proteger al mundo del daño de las drogas. Esta estrategia fracasó. El cultivo de coca
ligado al narcotráfico proliferó y las crecientes rentas del comercio ilícito le dieron
combustible a la violenta disputa por el control del territorio. La actitud del Estado hacia
la coca dejó a los cocaleros en medio del contrafuego entre los grupos armados lícitos e
ilícitos, y previno que el Estado pudiera alcanzar a comunidades vulnerables, pero de
gran importancia estratégica para el país.

Si intentar eliminar la planta de coca sólo ha fomentado sus usos negativos, ¿podría ser
que sus usos positivos tengan más opciones tomando un camino de aceptación e
investigación científica?

Este reporte ha proporcionado evidencia de los usos benéficos de la coca. Dio


visibilidad a estudios científicos que dan indicaciones sólidas sobre su potencial
nutricional. También mostró prometedoras innovaciones en la agro-industria y fito-
terapéutica que han surgido a pesar de la política infructífera hacia la planta y gracias a
los persistentes esfuerzos para abrir una ventana de legalidad desde donde ha iniciado
la industrialización de la coca. No existe evidencia que estos usos no-narcóticos de la
coca causen perjuicios, es posible que muchos de ellos carezcan de alcaloides
recuperables, y ya hay métodos de trazabilidad para implementar mecanismos de
control.

Para que la industrialización de la coca alcance todo su potencial, la política del Estado
colombiano tiene que superar su actual dualidad y reconocer a cabalidad la versátil
planta de la coca como una parte valiosa de su legado cultural y biológico. Por medio
de un programa de innovación tecnológica, de mercado y política que hemos descrito,
la planta de la coca podría unirse al panteón de productos agrícolas Latinoamericanos
previamente subvalorados que ahora conquistan los mercados nacionales e
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internacionales, estimulando las economías rurales – como la quinoa, el aguacate, la
maca, la chía, la yerba mate, la guayusa, el yakón, la uchuva, y la lúcuma, entre otros.

El programa de innovación está basado en un modelo de investigación de coca


madurado en el SENA, una parte dinámica del Estado colombiano que trabaja por las
comunidades rurales. Escalar el Modelo Lerma del SENA Cauca permitiría que las
necesidades de las comunidades sigan siendo la guía para la innovación social y
tecnológica, a la vez que invita aliados de los sectores de la investigación, la industria,
la regulación y el control de drogas, generando beneficios en toda la cadena productiva
y asegurado mayor integridad y control de los cultivos de coca.

El camino de la innovación con coca es una consideración importante en la


implementación del Acuerdo de Paz de 2016, mirando más allá del 2018. Fomentará la
confianza entre el Estado y las comunidades cocaleras, y sentará las bases para un
control social más sostenible, costo-efectivo y legítimo.

Colombia se halla en la vanguardia de la innovación en política de drogas a nivel


mundial, a través de sus esfuerzos en cánnabis medicinal, reducción de daños, y el
Acuerdo de Paz. Su estrategia innovadora le ha asegurado la mayor cuota de
producción de cánnabis medicinal legal en el mundo.

Es de interés para la población colombiana que su Estado impulse su liderazgo


competitivo en la política de droga – promoviendo la innovación para usos benéficos de
la hoja de coca. Ayudaría a transformar el daño y vergüenza que causan las economías
ilícitas en una fuente de bienestar y orgullo por nuestra herencia.

Aprovechar un modelo de innovación que pone a las comunidades en el centro, no sólo


aporta resultados en desarrollo, sino que también desactiva la polarización en los
desafíos de implementar el Acuerdo de Paz. El camino de innovación con coca está
abierto para todos los colombianos sin importar su ubicación en el espectro político, su
segmento en la población o su vinculación étnica. Ahora les corresponde a los nuevos
líderes de Colombia o bien quedarse en los caminos circulares del pasado, o escoger el
nuevo camino de respeto, ciencia y bienestar de la innovación con coca.

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25 PROPUESTA PARA LA INDUSTRIALIZACIÓN Y
LEGALIZACIÓN DE LA HOJA DE COCA.
Si bien la política nacional de erradicación y desarrollo alternativo se caracteriza por
tener dos componentes principales, el represivo, que incluye la erradicación forzosa y la
fumigación la cual solo refleja la ineficiencia que han tenido las políticas de los
gobiernos de turno; y el promotor, donde están los proyectos de desarrollo alternativo
“sustitución de cultivos”, los cuales no ha convencido al productor para que cambie su
producción de hoja de coca, altamente rentable, con mercado seguro, resistente a
diferentes plagas y con cuatro cosechas al año, sino que sólo, ha sido un jugoso botín
para las burocracias nacionales y extranjeras que viven de los altos salarios y
compensaciones que este tipo de proyectos han generado.

Por otra parte, mediante las diferentes políticas, han llegado al punto de “satanizar”
dicho producto “hoja de coca”, generando condiciones desfavorables para el desarrollo
de la industrialización. Pero como vimos en ésta investigación, las hojas de coca tiene
gran cantidad de propiedades benéficas para la salud, la alimentación y su
industrialización promoverá un significativo e importante aporte en el crecimiento de
nuestro país, siempre y cuando se realice la transformación de éste producto, en
productos ecológicos, sin componentes dañinos a la salud, velando que exista un
equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Para esto, la educación juega un papel
importante. En la interacción de estos elementos se obtendrá un desarrollo sostenible,
que dure para las futuras generaciones.

Finalmente, la industrialización de la hoja de coca legal, en concordancia con los


actuales cambios estructurales desarrollado en nuestro país, contribuirá positivamente
al crecimiento económico ambientalmente sustentable, parte primeramente por la
despenalización de la hoja de coca, acompañado con una producción agroecológica,
sin la cual es imposible la accesibilidad de su industrialización, el cual permitirá en gran
medida achicar el mercado ilegal y ampliar el mercado legal, a mediano y largo plazo. Al
ser despenalizado la comercialización de la hoja de coca, en países externos, esto
incentivará la inversión significativa para la transformación de la hoja de coca, en los
diferentes productos derivados que se vio. Conocidos el valor nutritivo que contiene y
se convertirá una opción más en el mercado alimenticio, mercado médico y otros.
Llegando a ser otro sector importante en nuestra economía.

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26 RECOMENDACIONES
Ésta industrialización, requiere que no se pueda seguir usando tantos agroquímicos y
se debe pasar a la producción orgánica. Y eso pasa por la concientización y su
capacitación de los campesinos productores. Y que se generen condiciones reales para
éste propósito.

Pero para exportar el producto industrializado, se necesita modificar la Convención de


Viena, que considera a la coca en estado natural “sustancia controlada”. Que, los
gobiernos y parlamentos de los países productores asuman decididamente la
plataforma de la Despenalización Internacional de la Hoja de Coca en estado natural,
para sacar a la Hoja de Coca de la Lista 1 de Sustancias Controladas de las Naciones
Unidas.

Para que la industrialización de la hoja de coca, contribuya significativamente al


desarrollo económico, considerado éste como el mejoramiento de los niveles de vida de
la población, se debe apuntar a la elaboración de un producto “estrella”, a base de la
hoja de coca. Es decir, lo que se debe buscar es un producto que se convierta
rápidamente, en consumo masivo, en tradición para la sociedad. Un ejemplo de
producto de consumo tradicional, es la gaseosa Coca Cola y otro la Cerveza. Entonces,
al identificar dicho producto, nos permitirá un ingreso agresivo al mercado, generado
fuentes de trabajo, ampliación del mercado legal de la coca y por ende el achicamiento
del mercado ilícito, iguales o mejores ingresos para las familias productoras, además
asegurando su producción y destino legal de su producto, éste producto sin lugar a
dudas, con sus características generará importantes utilidades para sus diferentes
actores.

Garantizar las protecciones para el pequeño cultivador de coca que evite su


fiscalización, consagrando estas protecciones en la ley. La definición de pequeño debe
basarse en una consulta amplia, directa y representativa de los cocaleros mismos.

Ampliar y fortalecer las protecciones administrativas que evitan la persecución de los


pequeños cultivadores mientras que se tramitan las protecciones legales.

Promover el reconocimiento del uso tradicional indígena de la coca, e incluir en ellos los
usos tradicionales de comunidades multi-étnicas.

Agilizar la obtención de permisos (del FNE, en el Ministerio de Salud y Protección


Social) para la investigación con coca de todos los actores involucrados.

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Definir estándares razonables y comunes de evidencia al igual que sus jurisdicciones
en temas de “recuperabilidad” de alcaloides y de comercialización de productos de coca
(es decir, entre el FNE y los entes reguladores nacionales como INVIMA en el Ministerio
de Salud y Protección Social, y el ICA, en el Ministerio de Agricultura y Desarrollo
Rural).
Promover las alianzas de investigación e innovación de la coca entre el SENA
(Ministerio del Trabajo), el sector de desarrollo rural (Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural), el sector de investigación (ej. Colciencias, en el Ministerio de
Educación Nacional), los gremios industriales, y las agencias de control de drogas. Esto
se podría llevar a cabo tanto a nivel nacional como departamental. Estas alianzas,
basadas en pilotos concretos, pueden servir de base para un centro de investigación
nacional que fomente el desarrollo equitativo y ambiental por medio del
aprovechamiento de la riqueza cultural y biológica de Colombia, para el beneficio de las
comunidades y del país en general.

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