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Si se analiza el artículo de Roubini, el cual plantea que la colisión entre Estados

Unidos y China es inevitable debido a la posición de China respecto a Taiwán, se


puede ver que tiene una visión bastante pesimista del mundo y que no considera
diversos factores que pueden hacer menos probable esta hipótesis del conflicto.
Desde el punto de vista de la Interdependencia compleja se puede decir que la idea
de un potencial conflicto entre Estados Unidos y China no sería beneficioso para
ninguna de las partes ya que el hecho de que las dos mayores economías globales se
enfrenten militarmente traería más consecuencias que beneficios para ambos. A su
vez, siguiendo este eje teórico, podemos ver que China se ve beneficiada por la
dinámica actual del mundo ya que tanto el comercio internacional como la interacción
con otras naciones le reporta importantes beneficios por lo que un desacople
económico sería algo no acertado desde un punto de vista racional.
Sin embargo, pese a los beneficios que trae la cooperación, la posibilidad de
conflicto es algo que aún existe, tal como dicen Nye y Keohane (1988): “Por lo tanto
debemos ser prudentes ante la perspectiva de que la ascendente interdependencia
estaría creando un nuevo mundo feliz de cooperación que reemplazaría al viejo y
deficiente mundo de los conflictos internacionales”. Es por esto, que debemos tener en
cuenta los costes y beneficios que reporta para ambos actores una potencial guerra
sinochina para analizar si la misma es evitable o no.
Sería algo pesimista pensar que las diferencias entre China y Estados Unidos
puedan hacer que la interdependencia entre ambos actores estatales vea su fin en el
corto plazo. El hecho de que China sea el tercer socio comercial de Estados Unidos,
con un 12,2% del comercio total muestra los beneficios que tiene el comercio para
ambas partes por lo que un eventual cese del comercio entre ambos sería algo
contraproducente.
A su vez, la cooperación entre ambas naciones en temas tales como la prevención
de futuras pandemias y el medioambiente es importante por lo que pensar en un
debilitamiento de la misma representa un riesgo importante, ya que es importante que
las dos principales potencias se muestren cooperativas en temas tan importantes y que
ambas, en conjunto, lideren los esfuerzos para hacerle frente a los potenciales
problemas derivados de dichas áreas.
Otro aspecto a tener en cuenta es el hecho de que el autor hable de una potencial
guerra fría sinochina, sin embargo, lo que caracterizó a la guerra fría fue que se
enfrentaron dos ideologías totalmente antagónicas como lo son el capitalismo
democratico y el marxismo-leninismo. A diferencia de lo que sucedió en dicha guerra,
las tensiones actuales entre Estados Unidos y China responden a una lucha por la
influencia geopolítica, pero dicha lucha se centra principalmente en los aspectos
comerciales y no responde a una lucha por extender una ideología. Tal como expresa
Hal Brands (2018): “Given these differences between past and present, one might
easily conclude, as a number of observers have, that today’s geopolitical competitions
are essentially non-ideological”. Sin embargo, si bien tanto China como Estados Unidos
se caracterizan por un capitalismo de mercado, el primero lo hace a través de un claro
autoritarismo mientras que el otro lo hace a través de un sistema democratico. Esta
diferencia fundamental puede llevar a pensar entonces que es posible que veamos una
nueva versión de la guerra fría, sin embargo, a diferencia de lo que plantea Roubini, la
misma puede llegar a evitarse.
El autor parte de una premisa realista del conflicto en la que cada estado vela por
sus propios intereses y el conflicto es inevitable debido a la anarquía del sistema
internacional, sin embargo, se puede hacer una lectura desde el punto de vista del
constructivismo, el cual se centra en el rol de las ideas. El principal error por parte de
Estados Unidos es el hecho de comportarse como un actor unipolar dando “lecciones a
otros países sobre la validez universal de sus principios” (Huntington,1999). Si Estados
Unidos se centrará en buscar la cooperación con China en aquellos aspectos donde las
ideas de ambos puedan permitirlo, y no en intentar difundir sus conceptos como si
fueran la verdad universal, entonces es posible que la colisión entre ambos sea algo
evitable. También China debería intentar manifestar una postura menos dura con
Estados Unidos y más abierta al diálogo y la cooperación entre ambos para que de
esta manera Estados Unidos vea beneficios en cuanto a la cooperación en
determinadas áreas estratégicas y no vea a China como una amenaza para sus interés
sino que vea como beneficioso la interdependencia entre ambos.
Por otro lado, Roubini no tiene en cuenta el importante rol que tienen los actores
no estatales en los temas de política internacional. Una guerra entre las dos principales
potencias económicas globales no solo implicaría grandes costos para ambos sino que
también tendría consecuencias tanto para otros estados como para esta diversidad de
actores no estatales. La élite de poder global de la que habla Rothkopf (2008), la cual
tiene un poder casi idéntico al de los Estados es probable que tome medidas, gracias a
su gran influencia, para evitar un conflicto a gran escala que perjudique los intereses de
esta minoría selecta de actores en los cuales se concentra la mayor parte del poder
económico global. A su vez, también hay que tomar en consideración el papel de las
organizaciones internacionales las cuales ante la posibilidad de un conflicto tomarían
medidas para evitar el mismo.
A modo de conclusión, se puede decir que el principal error de Roubini es que
considera que el conflicto entre China y Estados Unidos es algo inevitable, sin embargo
como se mencionó a lo largo del trabajo, este conflicto traería importantes
consecuencias negativas tanto para China como para Estados Unidos asi como
tambien para otros actores estatales y para la infinidad de actores no estatales globales
que se verían perjudicados. Es por esto que existen mayores incentivos para no
colisionar que para hacerlo. Algo importante a destacar es que no se descarta
totalmente la idea de un potencial conflicto entre ambas naciones, pero a diferencia del
autor que lo considera algo inevitable, consideramos que debido al contexto actual
donde hay una interdependencia cada vez mayor y donde la cooperación entre estados
permite superar grandes crisis como por ejemplo la desencadenada a raíz de la
pandemia de Covid-19, es probable que dicho conflicto se pueda evitar si se tiene en
cuenta los múltiples riesgos que el mismo traería.
Bibliografia:
Brands, Haal. (2018): Democracy vs authoritarianism: How ideology shapes great-
power conflict. Survival, 60(5), 61-114.
Huntington, Samuel (1999): The lonely superpower. Foreign affairs, 35-49.
Keohane, Robert & Nye, Joseph (1988): Poder E Interdependencia. La Política Mundial
en Transición. Grupo Editor Latinoamericano.
Rothkopf, David (2008): El Club de los Elegidos: Como la élite del poder global domina
el mundo. Tendencias.
Wendt, Alexander (1992): Anarchy Is What States Make of It: The Social Construction
of Power Politics, International Organization, (46), The MIT press.

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