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Mundo poli-nodal

Inicialmente, en el mundo se avizoraba un cambio en la distribución del poder


económico, político, cultural y militar entre países, que transitaba de ser
unipolar a ser multipolar [1]; no obstante, existe una clara probabilidad que el
poder de los estados mundiales será determinado por su influencia relacional,
es decir, pasará de un sistema unipolar a poli-nodal [2, 3, 4]. Es así como se
reconoce que ningún estado, por sí solo, podría hacer frente a los desafíos
mundiales, sino que los líderes más fuertes influirían en los temas donde
existen diferencias. Por consiguiente, el futuro de la gobernanza global estaría
inmerso en un juego de poder internacional, conformado por alianzas y a su
vez por rivalidades geopolíticas [2, 3], donde el dominio ejercido por los nodos
dependería de las conexiones, de las interacciones económicas, del uso del
poder militar, del liderazgo tecnológico y de la influencia cultural [2, 4].

Publicación: mayo 2020


Actualización: mayo 2021

Por otro lado, el multilateralismo se viene debilitando. El poder del Oriente


desestabilizó al Occidente, no solo en relación al país de Estados Unidos, sino
a las organizaciones multilaterales como la Organización Mundial del
Comercio, Naciones Unidas, Banco Mundial, entre otros [1]; sin embargo, a raíz
de que más de la mitad de las actividades productivas en el mundo seguirán
desarrollándose en un contexto internacional, surgirá la necesidad de mantener
y mejorar las relaciones entre organizaciones internacionales y mejorar los
acuerdos internacionales, incluyendo probablemente un presupuesto
participativo y mayores relaciones en red [4].

1. Definición

Desplazamiento del dominio económico, político, cultural y militar entre los


diversos países en el mundo debido a la fragmentación del multilateralismo y la
redistribución del poder, particularmente hacia el este y sur, a decir: Asia y
otros países emergentes. Esto significa que ya no es una sola potencia la de
mayor predominio, sino un conjunto de países relacionados.

El siguiente diagrama presenta el desarrollo del análisis de la megatendencia


mundo poli-nodal según subtemas y principales tendencias relacionadas. El
mundo poli-nodal será explicado por el debilitamiento del multilateralismo y por
el surgimiento de nodos de poder.
Diagrama 1. Mundo poli-nodal.
Nota. Elaboración Ceplan.

2. Comportamiento característico de la megatendencia

Se pensaba que el mundo pasaría de ser unipolar a multipolar, donde Estados


Unidos perdería el poder de influencia geopolítica y China se convertía en la
nueva superpotencia, generándose constantes tensiones geopolíticas [1]. No
obstante, el mundo no será dirigido por varios países potencias; sino más bien
existirá una clara probabilidad que el poder de los estados mundiales será
determinado por su poder de influencia relacional [2]. Según Mikko Dufva [4], el
mundo no pasará de un mundo unipolar a multipolar, sino de unipolar a poli-
nodal.

Las relaciones poli-nodales se explican en función de redes. Si bien, el Estado


dependerá de su capacidad para influir en las decisiones políticas de otros
Estados, las relaciones no solo serán con los gobiernos, sino más bien
participaran las empresas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos,
donde el poder estará determinado por el nivel de interacción económica,
tecnológica y cultural, y la amplitud de las relaciones en redes. Es así como los
“polos” no serán los bloques del sistema de poder, sino los “nodos” [2]. El
Estado, por sí solo, no podrá hacer frente a los desafíos mundiales, sino que
los líderes más fuertes influirán en los temas en los que existen discrepancias,
considerando como partida los temas de nivel básico en donde si existe
acuerdos.
Según Roland Berger Institute [3], el futuro de la gobernanza global se
encontrará sumergido en un juego de poder internacional conformado por
alianzas, y a su vez por rivalidades geopolíticas.

El mundo poli-nodal o también llamado red de actores se caracterizará por:


- Compartir el poder entre actores estatales y no estatales, a nivel mundial y a
nivel nacional.
- Lograr una cooperación eficiente
- Los principales actores serán las cooperaciones de líderes con mayor
desarrollo y tecnología
- Los actores no estatales, como las empresas y ONGs, formarán parte de la
cooperación que brindara servicios importantes.

Las redes y las interacciones tomarán cada vez más relevancia en el futuro. Si
bien existirá más de un poder y más confusión de información, la clave será
reducir ambos problemas y buscar tomar decisiones colectivas de acción
rápida para enfrentar los desafíos.

Por lo tanto, el poder divido por potencias no será efectivo, y surgirá la


necesidad de crear redes con países, cooperaciones y actores no estatales [5],
tal es así que, el poder que logren tener los nodos va a depender de las
conexiones, de las interacciones económicas, del uso del poder militar, del
liderazgo tecnológico e influencia cultural.

Cabe señalar que, Estados Unidos dejará de ser la única potencia, y China e
India estarán asumiendo cada vez un papel más importante en la política;
probablemente África incremente su influencia por ser uno de los continentes
como mayor estructura poblacional, y Europa mantendrá su cohesión y
funcionará como actor clave en los nodos de poder de la red.

Por otro lado, se estima que, el multilateralismo se desplomará en los próximos


años. En los últimos años, el poder del Oriente desestabilizó al Occidente, no
solo afectando el funcionamiento y la participación clave de Estados Unidos;
sino, que desarticuló las organizaciones multilaterales como la Organización
Mundial del Comercio, Naciones Unidas, Banco Mundial, entre otros [1, 6].
Pese a ello, se estima que, más de la mitad de las actividades económicas
seguirán siendo internacionales [5].

Asimismo, se espera que en un futuro próximo, el poder económico, el poder


tecnológico y el poder cultural se superpongan. Esto sucederá a raíz de que
más de la mitad de las actividades productivas en el mundo seguirán
desarrollándose en un contexto internacional; por lo que, surgirá la necesidad
de mantener y mejorar las relaciones entre organizaciones y acuerdos
internacionales, con un presupuesto participativo y en base a redes de poder;
donde si bien no existe indicios de que regresen los organismos
multilateralistas liderados por Estados Unidos, si se muestra la necesidad
imperante de que las organizaciones participan de forma activa en los temas
sociales y que intervengan de forma participativa [5].
Finalmente, con el surgimiento de la COVID-19, la ciencia y la tecnología
generarán una nueva globalización relacionada con el poder. Inicialmente la
globalización intervino para poner fin a la guerra fría y a la expansión
económica; luego, la globalización fue la base para los avances en la biología y
en el desarrollo científico tecnológico; para finalmente, con la COVID-19, la
globalización permitirá dar inicio a las nuevas relaciones tiempo-espacio entre
los humanos, con la naturaleza y con el universo [7].

3. Detonadores de la megatendencia

El mundo poli-nodal se verá impulsado por los siguientes drivers del futuro:
• Avances tecnológicos en la interconectividad mundial [2]
• Mayores tensiones comerciales entre China y EE.UU. [8]
• Aumento % de la deuda nacional en los países [9].
• Menores consensos internacionales [10]
• Incremento de bloques comerciales regionales [11]

4. Componentes primordiales de la megatendencia

A continuación, se presenta el análisis de las tendencias o subtemas


involucrados con los principales componentes del mundo poli-nodal,
primordialmente los relacionados con el debilitamiento del multilateralismo y el
surgimiento de los nodos de poder.

4.1. Debilitamiento del multilateralismo

En los últimos cuarenta años, la paz fortaleció las economías nacionales, la


tecnología aceleró el ritmo de vida de toda la población en su conjunto, y los
descubrimientos científicos se convirtieron en fuente de orgullo para la
sociedad e incentivaron las relaciones internacionales; por lo tanto, se
esperaba que las divergencias y las diputas entre fronteras se termine, y más
bien se fusionen y se creen mecanismos internacionales para el desarrollo
global; sin embargo, surgieron indicios de un fraccionamiento de los sistemas
internacionales y una mayor presión opositora [12].

Sobre el asunto, se reconoce un posible debilitamiento del multilateralismo; es


decir, posiblemente, los estados se retiren de los acuerdos o dejen de participar
en instituciones multilaterales, dejen de intervenir para bloquear el consenso, o
pueden adoptar un enfoque selectivo para mantener las normas y reglas.
Además, las instituciones multilaterales podrían experimentar un proceso
gradual de desuso o desprecio [13].

• Fragilidad del multilateralismo


El carácter plural del sistema no significa una gobernanza “Multilateral”. El
actual sistema mundial multilateral se encuentra en un momento muy decisivo.
El sistema está bajo presiones de fuerzas opositoras; es decir, por un lado, se
busca el fortalecimiento de la interdependencia y la necesidad de acuerdos
internacionales y acciones colectivas; y por el otro lado, existe cierta
probabilidad de que continúe el deterioro del sistema multilateral, y hasta que
empeore a menos que los países avanzados y emergentes demuestren
liderazgo [2].
Hasta 2017, Estados Unidos continúo siendo la única superpotencia del mundo
con suficiente poder para mantener operaciones militares importantes a nivel
global, llamado sistema de poder unilateral; y la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea, se mantuvieron como los
responsables de la seguridad económica de Europa. Sin embargo, en los
últimos años, las potencias de segundo nivel, China y Rusia, vienen desafiando
el liderazgo global [14].

En el periodo 2017-2021, con la administración del gobierno de Donald Trump


presidente de Estados Unidos, se recortó el presupuesto destinado a las
Naciones Unidas (pese a ser unos de los principales contribuyentes); además,
se retiró al país de la Unesco, de los Acuerdos de Paris, de la OMS y del
acuerdo internacional para controlar el programa nuclear iraní. Tal es así que,
Estados Unidos y Europa, quienes habían liderado el multilateralismo, estaban
perdiendo su legitimidad, sumado a una profunda crisis de democracia liberal
[15].

Trump, Putin, Bolsonaro y Duterte fueron quienes practicaron un nacionalismo


ultraderechista en contra de los consensos, reglas y cooperación con otros
Estados. Por el contrario, China se mostraba como líder del multilateralismo,
rechazando el modelo democrático occidental; al igual que los países
emergentes, quienes luchaban por adquirir más poder [15]

En ese sentido, se esperaría que África adquiera un poder particular como


resultado de su estructura poblacional, y Europa continúe asumiendo un poder
clave en los acuerdos internacionales por tener, en gran medida, capacidad
para conservar la cohesión y funcionar como nodo de la red. Al respecto, se
comprueba que la existencia de los cambios es necesario para aumentar el
compromiso y mejorar los mecanismos para la toma e implementación de
decisiones [4].

Con la pandemia, se generó el cierre de fronteras nacionales e internacionales.


La COVID-19 reveló la precaria y muy desigual preparación de los gobiernos
por cuidar la salud pública, y la corta orientación de las respuestas que solo
buscaban atender los problemas internos a costas de las libertades y valores
esenciales de la población, consolidando un gobierno autocrático y acelerando
la crisis de la democracia [7].

Sin embargo, en 2021, Estados Unidos, con el nuevo presidente, Joe Biden, se
incorporó nuevamente como líder del multilateralismo y de las cooperaciones
para hacer frente a las amenazas globales. Entre las amenazas globales se
reconoció el problema del Cambio Climático (incremento del calentamiento
global, lo que pone en peligro la supervivencia del ser humano en el planeta),
las consecuencias de la COVID-19 (reforzar el rol de la Organización de la
Salud), el avance del narcotráfico (problema que involucra tanto a los que
producen, a los que trafica y a los que consumen), las migraciones y sus
consecuencias (los migrantes se incrementaron en 51 millones de personas en
2019 respecto a lo reportado en 2010, es decir, llegó a un valor de 272
millones), y la crisis de la democracia [15].

Con respecto a la resolución de disputas internacionales , seguirá


manifestándose en el futuro, especialmente en relación con el comercio. Como,
por ejemplo, el nombramiento de nuevos jueces para el Órgano de Apelación
de la OMC en 2021 se prevé que continuará bloqueado, siendo este un panel
clave de solución de controversias que podría dejar de funcionar; y, por lo
tanto, ya no habría suficientes jueces en el panel para emitir fallos válidos [13].

Es así como, la falta de representación de las instituciones multilaterales


creadas después de la Segunda Guerra Mundial seguirá siendo una
preocupación importante entre las instituciones financieras internacionales, lo
que ha llevado a algunas economías emergentes a establecer mecanismos
paralelos nacionales y multilaterales, como bancos de desarrollo, bloques
comerciales regionales y agrupaciones como BRICS [16, 13].

Asimismo, para cumplir con la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, en un


mundo post pandemia, será necesario una mayor cooperación e integración
regional, más multilateralismo, nuevos sectores estratégicos y mayor
integración productiva; además de un régimen de protección social y laboral
universal [11].
Por lo tanto, para 2030, una vez que las instituciones multilaterales actuales se
hayan reformado y adaptado al nuevo pluralismo, seguirán siendo el marco
importante de interacción. La interdependencia y la naturaleza relacional del
poder significarán un nuevo sistema conectado a una nueva comprensión de
política y poder global [2].

• Persistencia de la interacción económica, tecnológica y cultural

El rápido aumento del acceso a la información y el empoderamiento de los


ciudadanos a través de los medios digitales generarán cambios en el poder
hacia nuevos actores no estatales. Cabe mencionar que, el mayor acceso a
Internet permite que las personas participen en la toma de decisiones, lo que
potencialmente transfiere el poder de las élites tradicionales a la población en
general. En el periodo 2010-2020, se proyectó tres mil millones de personas
adicionales conectadas a Internet (se pronosticó que, en 2020, el 66 % de la
población mundial total se conectaría a Internet) para unirse a la conversación
global por primera vez [17].

Para 2040, se estimó que el acelerado crecimiento económico de Asia podría


conducir a algunos de los países más poblados a las economías más grandes
del mundo, transfiriéndoles poder político y económico. Un crecimiento
económico rápido en India, podría impulsar al país a las filas de las tres
economías más grandes del mundo; de igual forma, un crecimiento más rápido
en Indonesia, el cuarto país del mundo más poblado, podría permitir que se
rompa en las filas de las 10 principales economías, a pesar que sus niveles de
vida o del PIB per cápita se mantenga muy por debajo los de las economías
avanzadas [10].
Asimismo, la rápida urbanización también implica cambios de poder de los
estados nacionales a los gobiernos municipales. El aumento de poder de la
ciudad ya se está experimentando en países donde la mayoría de la población
vive en ciudades y se asocian más con sus gobiernos locales que con los
gobiernos nacionales. Mientras tanto, existe un creciente poder conferido de las
instituciones nacionales a internacionales, por ejemplo, empresas
multinacionales que no están sujetas a las leyes nacionales adquieren cada
vez más mecanismos de gobernanza, como acuerdos y tratados
internacionales [17].

La expansión del poder tecnológico, de redes y de información complementará


los aspectos militares, económicos y de poder más tradicionales del sistema
internacional; y es probable que estos elementos de poder sean más
accesibles para los líderes que desarrollan los avances en tecnologías. Se
espera que estas dinámicas de poder produzcan un entorno geopolítico más
volátil y conflictivo, remodelen el multilateralismo y amplíen la brecha entre los
desafíos transnacionales y los acuerdos de cooperación; y, hasta se espera
que las potencias rivales luchen entre ellas para dar forma a las normas, reglas
e instituciones globales [10].

Al respecto, se esperaría que, Estados Unidos (junto con sus aliados de larga
data) y China tengan mayor influencia en la dinámica global, compitan sobre
sus visiones en el sistema internacional y de gobernanza, donde reflejan sus
intereses e ideologías centrales. Su rivalidad afectaría a la mayoría de los
dominios, forzando y, en algunos casos, remodelando las alianzas existentes y
las organizaciones internacionales que han apuntalado el orden internacional
durante décadas [10].

Por lo tanto, el futuro anuncia un mundo aún más complejo de intercambio de


poder y una mayor interconexión global; es decir, mayor interdependencia e
interconectividad [17]. Para 2040, se esperaría que el mundo tenga una mayor
magnitud de dispositivos, datos e interacciones, uniendo todos los aspectos de
la vida moderna y cruzando las fronteras tanto políticas como sociales.
Favorablemente, el aumento de la velocidad y el acceso a la red global
proporcionará a las naciones, corporaciones e incluso individuos, acceso a
servicios y recursos que antes se limitaban solo a países prósperos [10].

4.2. Surgimiento de nodos de poder

• Amplitud de las relaciones en redes

El futuro muestra un mundo cada vez más interconectado y bipolar, sin un solo
jugador dominante. Los efectos internacionales de gran alcance de la crisis
económica mundial que comenzaron en 2008, continuarán resaltando y
reforzando las tendencias progresivas de los cambios de poder global y la
interconexión, los mismos que se verán reflejados en la estructura de la
economía global y especialmente del sistema financiero global que da forma a
las relaciones de poder [17].
Las relaciones de poder en el mundo están cambiando, al igual que las formas
de ejercer el poder. Las redes y la interacción serán cada vez más importantes
en el futuro, y difundir la confusión se volverá más común, esto como una
forma de ejercer el poder; sin embargo, la clave es reducir la confusión y la
polarización y, al mismo tiempo, tomar decisiones colectivas de acción rápida
encaminadas a la reforma de la sociedad. Por lo tanto, se identifica un cambio
en la política global de un mundo unipolar a un mundo poli-nodal [4].

Dividir el mundo en grandes potencias y bloques geopolíticos, como Estados


Unidos, Europa y China, no es adecuada para el futuro. En cambio, la situación
mundial como una red en la que existen varios nodos, que comprenden países,
corporaciones y otros actores no estatales, juegan un papel importante; tal es
así que, el poder de cada nodo estará determinado por las conexiones que
pueden involucrar [4].

Por otro lado, las amenazas a la seguridad no convencional ocupan ahora un


lugar destacado en la lista de desafíos que enfrenta el mundo (crisis de salud y
crisis energética), superando los conflictos militares y otras amenazas
tradicionales. Los problemas políticos y económicos serán aún dominados por
la gobernanza global, pero una amplia variedad de desafíos mundiales como la
salud y la seguridad ambiental, que se han intensificado a causa de la
globalización y de la interconectividad y que no han logrado ser contenidas
dentro de un marco local o sectorial, llevará a que muchos líderes soliciten la
renovación de la gobernanza multilateral [18].

Por ello, para 2030, el poder no será determinado únicamente por el tamaño de
la población, PBI o gasto militar; sino por la capacidad de enfrentar problemas
no convencionales como los relacionados a la salud, seguridad alimentaria y
seguridad ciudadana. Asimismo, tampoco serán representados solo por los
estados, sino que se agruparán en un conjunto de actores provenientes de
ciudades, regiones, empresas y movimientos transnacionales. Con ello, la
naturaleza del sistema o del poder estará determinado por su influencia
relacional es decir conectividad, interdependencia y naturaleza pluralista [2].

• Mayores interrelaciones entre el gobierno, ciudadanos y organizaciones


La restructuración del poder unipolar o multipolar dificulta que los estados
forjen un consenso internacional sobre cuestiones mundiales y regionales. En
los últimos años, gracias a las interrelaciones de los diferentes actores
estatales y no estatales, se logró una serie de éxitos frente a la gobernanza
global, particularmente el acuerdo COP21 de París y los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de la ONU, los cuales tienen fuertes avances en la
Ciencia, Tecnología e Innovación, además de enmarcarse en la naturaleza
global de muchos problemas y cuestiones ambientales, y en la globalización de
los mercados y producción [16].

Pese a que el Estado viene preparándose para seguir siendo el actor


dominante en los asuntos nacionales e internacionales en un futuro cercano; el
aumento de la conectividad internacional entre diferentes actores, incluidas las
empresas multinacionales, los movimientos globales de la sociedad civil y las
nuevas ciudades, estarán cambiando y trayendo consigo nuevos mecanismos
de mercado [16].

Es por ello que la gobernanza transfronteriza es cada vez más importante,


particularmente para ayudar a abordar los grandes desafíos mundiales como el
cambio climático, las amenazas a la salud y la insuficiencia de recursos. Pese a
que los marcos internacionales, en muchos campos de acción mundial todavía
están en inicios y se verán afectados por cuestiones económicas y geopolíticas
mundiales que particularmente dificultan llegar a un consenso mundial; estarán
más influidos por la geopolítica de nuevas potencias asertivas [12, 16, 13].

Asimismo, la carencia de acción de las instituciones estatales y la congregación


de estos han motivado a las personas a pronunciar sus opiniones y unirse a
manifestaciones. Así algunas corporaciones han pasado de la responsabilidad
corporativa al activismo sobre temas sociales. A pesar de que exista un fuerte
apoyo para que los ciudadanos cuenten con un papel más importante en la
toma de decisiones de política, las personas están lejos de lograr la
unanimidad de cómo hacerlo. Algunos están de acuerdo en que los ciudadanos
tengan un poder popular más directo y extenso en decisiones políticas; sin
embargo, también algunas personas se oponen a que los ciudadanos asuman
un papel más importante [4].

Por otro lado, a raíz de que más de la mitad de las actividades productivas en
el mundo seguirán desarrollándose en un contexto internacional, surge la
necesidad de mantener y mejorar las relaciones entre organizaciones y
acuerdos internacionales [5].
Referencias bibliográficas

[1] Ipsos, «Global trends 2020,» 2020.


[2] ESPAS, «Welcome to 2030: The Mega-trends,» 2019.
[3] Roland Berger Institute, «Trends compendium 2050. Six megatrends that
will shape the world,» 2020.
[4] M. Dufva, «Megatrend 3: Relational power is strengthening,» SITRA, 2020.
[5] SITRA, «Koronan vaikutukset megatrendien valossa,» Finlandia, 2020.
[6] WBCSD, «Macrotrends and disruptions shaping 2020-2030, vision 2050
issue brief,» World Business Council for Sustainable Development, 2020.
[7] M. Á. Gutiérrez, «Ciencia y política: ¿alianza circunstancial o superación de
las ideologías?,» Los Andes, 28 Febrero 2021.
[8] IMF, «World Economic Outlook:Managing Divergent Recoverie,»
International Monetary Fund, Washington, DC, 2021.
[9] World Bank, «Global Economic Prospect, January 2021,» World Bank,
Washington, DC, 2021.
[10] National Intelligence Council, «Global Trends to 2040,» The National
Intelligence Council, 2021.
[11] CEPAL, «Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el
Caribe 2021,» CEPAL, Santiago, 2021.
[12] ESPAS, «Global trends to 2030: Can the EU meet the challenges ahead?
European Strategy and Policy Analysis System Report 2015,» European
Strategy and Policy Analysis System, p. 82, 2015.
[13] World Economic Forum, «Global risks 2019 Insight report (14th Edition).,»
2019.
[14] EPRS, «Global Trends to 2035 Geopolitics anda International Power,»
2017.
[15] M. Aguirre, «Esglobal,» 1 Diciembre 2020. [En línea]. Available:
https://www.esglobal.org/sobrevivira-el-multilateralismo/.
[16] R. Lagos, «La seguridad internacional para los desafíos del siglo XXI,» La
Tercera, 27 Febrero 2021.
[17] OECD, «OECD Science, Technology and Innovation Outlook 2016,» 2016.
[18] N. King, F. Retief, A. Bond, J. Pope y A. Morrison-Saunders, «Global
megatrends and their implications for environmental assessment practice,»
Environmental Impact Assessment Review, 2016.
[19] Rechard D., «Global mega-trends: Scanning the post-coronavirus horizon,»
EPRS, 2020.

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