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El triángulo Rusia-China-

EEUU: una visión desde Rusia


Maria Anizatova

15/11/2020

Sanciones, acusaciones de todo tipo y una clara desconfianza


caracterizan las relaciones entre Estados Unidos y China, y
entre EE.UU. y Rusia. Sin embargo, esto no excluye la obvia
interdependencia entre estos actores. En nuestro tiempo, con
un nivel de globalización sin precedentes, es simplemente
imposible ignorar jugadores no queridos o no deseados en la
arena global. Todo lo que queda es luchar por el liderazgo
mundial y regional, crear contrapesos a adversarios
estratégicos y por supuesto, llegar a ciertos consensos.

Estoy de acuerdo con el argumento del Dr. Kerr en el sentido


de que en este triángulo estamos viendo un creciente
antagonismo entre los Estados Unidos y China. Quisiera notar
sin embargo, que una escala radical de este antagonismo es
extremadamente improbable ya que cualquier desbalance brusco
en este triángulo podría llevar inevitablemente al colapso de
todo el sistema internacional. No obstante, hay claros puntos
de confrontación que desde luego afectan la política exterior,
la economía, la cooperación tecnológica e incluso el ámbito de
los derechos humanos. Para ser más precisa, hay un gran
problema, las tres potencias tienen ciertamente diversas y a
veces visiones completamente opuestas de los asuntos
internacionales. Rusia y China han logrado llevar una
coexistencia pacífica que de cierta manera les permite llegar
a consensos. En cambio, Estados Unidos tiene su propia visión
y su propio lobby que considera tener una misión histórica, un
destino manifiesto.
Source: news.myseldon.com

Tomando en cuenta el desarrollo actual de las relaciones


trilaterales y analizando los eventos recientes, es poco
probable que el pronóstico en el futuro cercano pueda
caracterizarse por tener cambios fundamentales. Un
mejoramiento en las relaciones entre los Estados Unidos y
Rusia está casi descartado, ya que el establishment
estadunidense asocia muchos de sus problemas con Rusia,
incluidos problemas de política interna como la supuesta
interferencia en las elecciones de 2016. En este sentido,
Rusia sigue siendo ese “Imperio del mal” contra el cual el
pueblo de Estados Unidos representado por la Casa Blanca tiene
que luchar. Los problemas domésticos pueden esconderse más
fácilmente si hay un enemigo terrible contra el cual luchar
(yo no digo que este método no sea usado por otros países,
especialmente por otras potencias como China, Rusia, India, el
Reino Unido, etcétera, pero es en Estados Unidos donde éste se
ha extendido mayormente). Por lo tanto, la situación
probablemente no cambie después de la toma de posesión de la
siguiente administración. En esta relación por demás compleja,
sin embargo, hay aspectos y dinámicas positivas como por
ejemplo la cooperación en el ámbito espacial y en el Ártico
las cuales siguen progresando casi sin sobresaltos. Otro
ámbito clave en las relaciones entre EEUU y Rusia es el
control de armas.

En cuanto a las relaciones entre EEUU y China, creo que las


tensiones entre ambos estados crecerán dada la obvia
dependencia económica de Estados Unidos de China (la República
Popular China es el más grande acreedor de los Estados Unidos
así como su mayor socio comercial), la lucha por esferas de
influencia y la continua promoción de la “democracia”
estadunidense en Asia. Sin embargo, no habrá ningún conflicto
abierto en esa región ya que es totalmente improbable que
alguna de las partes se beneficiara significativamente de
esto. Aún más, Hillary Clinton antes de ser nombrada como
secretaria estado continuamente repetía que las relaciones
bilaterales con China serían “una prioridad y la base
estructural del nuevo siglo”; al final sus palabras terminaron
siendo proféticas. Los líderes de ambos países entienden que
el diálogo es necesario e importante, sin embargo hay
demasiadas contradicciones y agravios mutuos que por el
momento impiden un nuevo ímpetu para mejorar las relaciones
bilaterales.

Las relaciones Rusia-China, que yo me atrevería a llamar como


una asociación estratégica, constituyen un contrapeso a la
parte estadunidense. La historia de las relaciones entre ambos
países es por demás compleja con periodos difíciles pero en el
presente los países han podido llegar a consensos en diversos
temas cruciales y han organizado plataformas para la
cooperación bilateral y la discusión de problemas mundiales.
Sin lugar a dudas hay contradicciones y desafíos entre China y
Rusia, pero no creo que éstos vayan a ser tema de preocupación
en un futuro cercano.
Source: bursamarmara.com

Esta relación podría ser llamada como un “no siempre juntos,


pero nunca el uno contra el otro”. Por parte de China, Rusia
recibe una cada vez una mayor cantidad de capital, tecnología
y mercado para sus productos (energía, recursos naturales y
agricultura) y lo más importante: que sus fronteras en el este
permanecen seguras. Rusia por su parte ayudó a China a crear
un sistema preventivo en contra de un ataque con misiles,
reforzando así la seguridad para ambas partes e incrementando
su poder disuasivo en contra de Estados Unidos. China ha
podido contar con el poder estratégico de Rusia para
contrarrestar la presión de Estados Unidos. Asimismo, Rusia se
apoya en el poderío económico chino. De hecho cuando la
confrontación con Occidente estaba en su máximo, fue sabido
que Beijing le ofreció a Rusia virtualmente préstamos
ilimitados, aunque Moscú decidió hacerlo por sí mismo. Ambos
países también han acordado no competir el uno contra el otro
en Asia Central.

Por muchos años mis actividades han estado conectadas con


China, donde por cierto viví el último año y durante el inicio
de la pandemia. Me gustaría notar la posición de la sociedad
china sobre cuestiones internacionales y no la del gobierno.
En general los ciudadanos chinos respetan tanto a rusos como a
estadounidenses, invitan muchos especialistas de ambos países
a trabajar y los valoran como empleados. Asimismo, la
educación rusa y estadounidense tiene bastante prestigio en
China. En Estados Unidos, los estudiantes chinos constituyen
poco más del 30% de todos los estudiantes extranjeros,
mientras que en Rusia hay una situación parecida. Con respecto
a la manera en que la sociedad china ve a Rusia, en China
constantemente se invoca su pasado comunista mutuo y más allá
de que la Unión Soviética cayó hace casi 30 años, los chinos
continúan llamando a los rusos 好朋友 们, que significa “buenos
amigos”. La sociedad china no quiere un conflicto abierto con
otros países y le da la bienvenida a la cooperación
multilateral que llevaría a una prosperidad económica y a una
mayor cooperación tecnológica. Sin embargo, las elites chinas
ponen los intereses del Estado por encima de todo lo demás, lo
que significa que el actual antagonismo entre EEUU y China
fundamentalmente mata las perspectivas potenciales de
cooperación y de intercambio de cerebros y de recursos. Este
hecho causa bastante lamento entre los ciudadanos chinos
quiénes en principio son bastante amables y abiertos y no
viceversa como la sociedad occidental los tiende a percibir.

De una manera u otra, la interacción entre las tres potencias


nucleares le trae al mundo al mismo tiempo estabilidad y
peligro. En gran medida la humanidad ha aprendido de las
lecciones del pasado y de la historia y eso nos da esperanza
para que haya un uso racional de recursos y fuerzas de parte
de Rusia, China y EEUU.

Traducción: Rafael Contreras Luna

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