Sanciones, acusaciones de todo tipo y una clara desconfianza
caracterizan las relaciones entre Estados Unidos y China, y entre EE.UU. y Rusia. Sin embargo, esto no excluye la obvia interdependencia entre estos actores. En nuestro tiempo, con un nivel de globalización sin precedentes, es simplemente imposible ignorar jugadores no queridos o no deseados en la arena global. Todo lo que queda es luchar por el liderazgo mundial y regional, crear contrapesos a adversarios estratégicos y por supuesto, llegar a ciertos consensos.
Estoy de acuerdo con el argumento del Dr. Kerr en el sentido
de que en este triángulo estamos viendo un creciente antagonismo entre los Estados Unidos y China. Quisiera notar sin embargo, que una escala radical de este antagonismo es extremadamente improbable ya que cualquier desbalance brusco en este triángulo podría llevar inevitablemente al colapso de todo el sistema internacional. No obstante, hay claros puntos de confrontación que desde luego afectan la política exterior, la economía, la cooperación tecnológica e incluso el ámbito de los derechos humanos. Para ser más precisa, hay un gran problema, las tres potencias tienen ciertamente diversas y a veces visiones completamente opuestas de los asuntos internacionales. Rusia y China han logrado llevar una coexistencia pacífica que de cierta manera les permite llegar a consensos. En cambio, Estados Unidos tiene su propia visión y su propio lobby que considera tener una misión histórica, un destino manifiesto. Source: news.myseldon.com
Tomando en cuenta el desarrollo actual de las relaciones
trilaterales y analizando los eventos recientes, es poco probable que el pronóstico en el futuro cercano pueda caracterizarse por tener cambios fundamentales. Un mejoramiento en las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia está casi descartado, ya que el establishment estadunidense asocia muchos de sus problemas con Rusia, incluidos problemas de política interna como la supuesta interferencia en las elecciones de 2016. En este sentido, Rusia sigue siendo ese “Imperio del mal” contra el cual el pueblo de Estados Unidos representado por la Casa Blanca tiene que luchar. Los problemas domésticos pueden esconderse más fácilmente si hay un enemigo terrible contra el cual luchar (yo no digo que este método no sea usado por otros países, especialmente por otras potencias como China, Rusia, India, el Reino Unido, etcétera, pero es en Estados Unidos donde éste se ha extendido mayormente). Por lo tanto, la situación probablemente no cambie después de la toma de posesión de la siguiente administración. En esta relación por demás compleja, sin embargo, hay aspectos y dinámicas positivas como por ejemplo la cooperación en el ámbito espacial y en el Ártico las cuales siguen progresando casi sin sobresaltos. Otro ámbito clave en las relaciones entre EEUU y Rusia es el control de armas.
En cuanto a las relaciones entre EEUU y China, creo que las
tensiones entre ambos estados crecerán dada la obvia dependencia económica de Estados Unidos de China (la República Popular China es el más grande acreedor de los Estados Unidos así como su mayor socio comercial), la lucha por esferas de influencia y la continua promoción de la “democracia” estadunidense en Asia. Sin embargo, no habrá ningún conflicto abierto en esa región ya que es totalmente improbable que alguna de las partes se beneficiara significativamente de esto. Aún más, Hillary Clinton antes de ser nombrada como secretaria estado continuamente repetía que las relaciones bilaterales con China serían “una prioridad y la base estructural del nuevo siglo”; al final sus palabras terminaron siendo proféticas. Los líderes de ambos países entienden que el diálogo es necesario e importante, sin embargo hay demasiadas contradicciones y agravios mutuos que por el momento impiden un nuevo ímpetu para mejorar las relaciones bilaterales.
Las relaciones Rusia-China, que yo me atrevería a llamar como
una asociación estratégica, constituyen un contrapeso a la parte estadunidense. La historia de las relaciones entre ambos países es por demás compleja con periodos difíciles pero en el presente los países han podido llegar a consensos en diversos temas cruciales y han organizado plataformas para la cooperación bilateral y la discusión de problemas mundiales. Sin lugar a dudas hay contradicciones y desafíos entre China y Rusia, pero no creo que éstos vayan a ser tema de preocupación en un futuro cercano. Source: bursamarmara.com
Esta relación podría ser llamada como un “no siempre juntos,
pero nunca el uno contra el otro”. Por parte de China, Rusia recibe una cada vez una mayor cantidad de capital, tecnología y mercado para sus productos (energía, recursos naturales y agricultura) y lo más importante: que sus fronteras en el este permanecen seguras. Rusia por su parte ayudó a China a crear un sistema preventivo en contra de un ataque con misiles, reforzando así la seguridad para ambas partes e incrementando su poder disuasivo en contra de Estados Unidos. China ha podido contar con el poder estratégico de Rusia para contrarrestar la presión de Estados Unidos. Asimismo, Rusia se apoya en el poderío económico chino. De hecho cuando la confrontación con Occidente estaba en su máximo, fue sabido que Beijing le ofreció a Rusia virtualmente préstamos ilimitados, aunque Moscú decidió hacerlo por sí mismo. Ambos países también han acordado no competir el uno contra el otro en Asia Central.
Por muchos años mis actividades han estado conectadas con
China, donde por cierto viví el último año y durante el inicio de la pandemia. Me gustaría notar la posición de la sociedad china sobre cuestiones internacionales y no la del gobierno. En general los ciudadanos chinos respetan tanto a rusos como a estadounidenses, invitan muchos especialistas de ambos países a trabajar y los valoran como empleados. Asimismo, la educación rusa y estadounidense tiene bastante prestigio en China. En Estados Unidos, los estudiantes chinos constituyen poco más del 30% de todos los estudiantes extranjeros, mientras que en Rusia hay una situación parecida. Con respecto a la manera en que la sociedad china ve a Rusia, en China constantemente se invoca su pasado comunista mutuo y más allá de que la Unión Soviética cayó hace casi 30 años, los chinos continúan llamando a los rusos 好朋友 们, que significa “buenos amigos”. La sociedad china no quiere un conflicto abierto con otros países y le da la bienvenida a la cooperación multilateral que llevaría a una prosperidad económica y a una mayor cooperación tecnológica. Sin embargo, las elites chinas ponen los intereses del Estado por encima de todo lo demás, lo que significa que el actual antagonismo entre EEUU y China fundamentalmente mata las perspectivas potenciales de cooperación y de intercambio de cerebros y de recursos. Este hecho causa bastante lamento entre los ciudadanos chinos quiénes en principio son bastante amables y abiertos y no viceversa como la sociedad occidental los tiende a percibir.
De una manera u otra, la interacción entre las tres potencias
nucleares le trae al mundo al mismo tiempo estabilidad y peligro. En gran medida la humanidad ha aprendido de las lecciones del pasado y de la historia y eso nos da esperanza para que haya un uso racional de recursos y fuerzas de parte de Rusia, China y EEUU.