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Universidad Regional de Guatemala

Extensión Antigua Guatemala


Carrera CC. Jurídicas y Sociales y
Criminalística

TEMA:
ASUNTO BELICE TRATADOS

Jade Angie Pamela Herrera Mijangos


Carné: 2334103
Sección 1

Guatemala, 24 de abril de 2023


INTRODUCCIÓN

Guatemala ha mantenido el diferendo territorial respecto a Belice durante más de 160


años y el tema siempre ha formado parte de la agenda del Ministerio de Relaciones
Exteriores, pero a la presente generación le corresponderá el singular privilegio de
participar en el esfuerzo que aportará la solución definitiva al diferendo territorial. En
esa virtud, como funcionarios de Cancillería o simplemente como guatemaltecos
comprometidos con la defensa de los intereses nacionales, es conveniente que
profundicen y actualicen sus conocimientos sobre el Caso de Belice. Luego de conocer
el largo camino que ha recorrido nuestro país en la búsqueda de una solución, ustedes
tendrán el mejor marco de referencia para comprender la importancia de haber
negociado y suscrito el instrumento requerido para someter la reclamación a la Corte
Internacional de Justicia. En efecto, con la suscripción del “Acuerdo Especial entre
Guatemala y Belice para Someter el Reclamo Territorial, Insular y Marítimo de
Guatemala a la Corte Internacional de Justicia”, estamos a las puertas de alcanzar una
solución jurídica al diferendo.

1
CONTENIDO

ASUNTO BELICE TRATADOS

Si bien Guatemala reconoció en el año 1992 la independencia del estado de Belice,


este reconocimiento se refiere a la autodeterminación del pueblo beliceño y dejó
pendiente la resolución del Diferendo Territorial.
En el año 1994, a través de una nota diplomática, el Gobierno de Guatemala formuló
reserva ante la O.N.U. en el sentido de que dicho diferendo seguía sin resolverse, a lo
que el Gobierno de Belice respondió que estaba dispuesto a negociar cualquier
reclamo presentado por Guatemala.

En diversos medios de comunicación se ha informado a la población de los hechos


históricos que motivan la controversia sobre los cuales se fundan los derechos
legítimos que Guatemala debe reclamar (aquí se puede consultar un extenso trabajo al
respecto, y aquí se puede encontrar un resumen de cuatro minutos).
La cuestión sobre los límites territoriales, insulares y marítimos con Belice es un asunto
de Estado que ha tenido, tiene y tendrá diversas implicaciones políticas, económicas y
sociales para Guatemala. Votar sí el próximo domingo sería el inicio de la solución
definitiva a este reclamo de casi 160 años.

Si la consulta es exitosa en Guatemala y en Belice, el caso será sometido a la


jurisdicción de la CIJ para que, de conformidad con el derecho internacional aplicable,
esta se pronuncie sobre el reclamo de Guatemala de forma definitiva e inapelable. Me
permitiré hacer una breve referencia sobre algunas de las normas y principios del
derecho internacional público relevantes para un eventual litigio ante dicha instancia
judicial.

La primera norma que se debe tener en cuenta está asociada a la locución latina uti
possidetis juris. La expresión quiere decir: «Así como se ha poseído conforme el
derecho, se poseerá». Este principio se refiere a que los Estados que adquieran su
independencia deberán heredar las fronteras del Estado del cual se independizan. La
CIJ ya ha señalado que el propósito de este principio es procurar la estabilidad de los
Estados emergentes en contextos de descolonización (véase el caso de Burkina Faso
versus la República de Malí). Esta es una circunstancia jurídica que debe ser apreciada
a la luz del derecho contemporáneo al momento en que aquella se constituyó, y no a la
luz del derecho vigente al momento del surgimiento de la controversia (véase el caso
de la Isla de las Palmas —Holanda versus Estados Unidos—). Lo anterior quiere decir
que tanto Guatemala como Belice deben probar en juicio cuál es el título que constituyó
su respectivo derecho territorial. Para Belice, el título con el que presuntamente se
constituye su derecho territorial es el tratado Aycinena-Wyke (1859). Por su parte,
Guatemala considera que dicho tratado fue incumplido por la Corona inglesa y que, por
lo tanto, es nulo.

Otra de las nociones básicas que se deben tener en cuenta es el principio de


effectivités. Este se refiere fundamentalmente al ejercicio público, pacífico y continuo de
la soberanía. Para establecer las effectivités deben ser demostrados dos elementos: 1)
la intención y la voluntad de un Estado de realizar actos y ejercer autoridad soberana
sobre el territorio en disputa y 2) el ejercicio efectivo o la demostración de dicha
autoridad. En este sentido, la CIJ ha considerado que, si hay actos de autoridad
soberana que no corresponden al título legal, debe dársele preferencia a quien tenga el
mejor título (véase el caso de El Salvador versus Honduras. De este modo, teniendo en
cuenta que los cayos y las demás formaciones marítimas en la costa caribeña
relevante no fueron objeto del tratado Aycinena-Wyke, le correspondería a Guatemala
demostrar en juicio que la Corona española tenía plenos derechos sobre dichos
territorios y que, por lo tanto, debería tener preferencia sobre estos.

Los resultados del proceso ante la CIJ son imposibles de prever. No obstante, es
incontrovertible que llevar nuestro legítimo reclamo ante el máximo órgano judicial de
las Naciones Unidas es la mejor forma disponible de resolver el reclamo territorial de
una vez por todas. Después de una sentencia definitiva tendremos certeza jurídica
sobre nuestras fronteras, lo cual nos permitirá, después de mucho tiempo, establecer
lazos de cooperación en paz y en confianza con nuestro país vecino de la misma forma
que lo hacemos con México, El Salvador y Honduras. En el mediano plazo, esta
certeza facilitará las relaciones comerciales y presentará oportunidades de inversión
mutua, de cooperación en materia de seguridad, de conservación de recursos
naturales, de intercambio cultural y académico, etc.

En efecto, hay muchas críticas que se podrían lanzar a la actual administración sobre la
forma en que ha sido adelantado el proceso de consulta popular: la aparente
improvisación, la deficiente estrategia de comunicación y hasta la inoportuna fecha en
que fue convocada. No obstante, la historia nos llama a asumir y ejercer con
responsabilidad nuestros derechos ciudadanos y, por ende, a optar por la razón, el
derecho y la paz como mecanismos de resolución de conflictos. Por ello, yo votaré sí el
próximo domingo e invito a todos los que lean esto a que lo hagan también.

SÍNTESIS HISTÓRICA DEL DIFERENDO TERRITORIAL

A lo largo de la historia, es patente que Guatemala ha hecho innumerables intentos por


resolver el Diferendo Territorial, encontrando siempre la oposición primero de Gran
Bretaña y luego de Belice, por la evidente conveniencia de mantener el status quo de
ocupación ilegítima del territorio de Belice, que por supuesto ha significado una ventaja
para los intereses de dichos Estados en contra de los de Guatemala.

ANTES DE LA FIRMA DE LA CONVENCIÓN DE 1859

La piratería estuvo presente en los siglos XVI y XVII y fue un fenómeno en diversas
partes del mundo. Los piratas ingleses merodearon por todo el continente americano,
pero establecieron sus guaridas en las costas del mar Caribe, especialmente en las
costas centroamericanas que ofrecían un lugar seguro.
En el siglo XVII, mediante la Convención de 1859, Guatemala firmó un tratado con
Gran Bretaña. Aquí, Guatemala cedió territorio entre los ríos Sibún y Sarstún a cambio
del establecimiento de comunicaciones fluidas entre la costa atlántica y las
inmediaciones de Guatemala. Belice. La capital de Guatemala, un tratado que los
británicos nunca cumplieron.
En la Paz de París de 1763, previa a la firma de la Convención de 1859, la corona
española prometió no perseguir a los ciudadanos británicos que talaran Palo de Tinte,
pero no designó límites territoriales. El Tratado de Versalles de 1783 estableció los
límites territoriales que tomaría. Esto marca el comienzo de la ocupación británica de
Belice.
El origen del Establecimiento de Belice se remonta a los años 1783 y 1786, fechas en
las cuales la corona española convino por medio de tratados celebrados con la Gran
Bretaña, que reconocían a los súbditos de la corona británica la facultad de cortar,
cargar y transportar el palo de tinte y otras maderas, sin exceptuar la caoba y
aprovecharse de cualquier otro fruto o producción de la tierra, en el área comprendida
entre los ríos Hondo y Sibún.

LA CONVENCIÓN ANGLO GUATEMALTECA DE 1859

Luego de la independencia de Guatemala en 1821, se formó la Federación de las


Provincias Unidas del Centro de América, la cual por la débil cohesión entre los países
tuvo una vida efímera. Este suceso histórico motivó a que mientras Guatemala se
esforzaba por el mantenimiento de dicha federación, el asentamiento británico se
extendía al territorio guatemalteco al sur del río Sibún, hasta llegar al río Sarstún.
Paradójicamente, la posición geográfica privilegiada, en el corazón de América y del
mundo del territorio de Centroamérica, fue una de las causas que unida a las
ambiciones políticas y la falta de visión de los dirigentes de la época, impidieron la
consolidación de la federación centroamericana, una tragedia que habremos de pagar
a lo largo de la historia pasada y la venidera, y el sueño de una Centroamérica unida se
esfumó en la memoria de nuestros antepasados y es poco conocido por los ciudadanos
actuales.
Los intereses de Gran Bretaña en Centro América se hacían cada vez más grandes, ya
que las condiciones geográficas la hacían ideales para la construcción de un canal
interoceánico, por lo que el mantenimiento de las ocupaciones inglesas existentes en
estos territorios y la ampliación de las mismas cobraban una importancia mayúscula.
Así vemos que Gran Bretaña, como gran potencia naval e imperial del Siglo XIX,
haciendo uso de la fuerza ocupa la costa atlántica de Nicaragua (La Mosquitia), en
donde impone un Rey que es entronizado en Londres con la pompa propia de la época,
invade las Islas de la Bahía de Honduras y extiende ilegalmente las concesiones que
había obtenido de España mediante los Tratados Anglo Españoles de 1783-1786,
otorgados con la condición precisa de no poblar, fortificar ni explotar riqueza alguna
fuera de las especies maderables, como viene descrito en dichos tratados.
Tanto Nicaragua como Honduras lograron, mediante guerras en las que contaron con
el apoyo de Guatemala, desalojar a los invasores y reivindicar los territorios
continentales e insulares despojados, no así Guatemala que sufrió en 1859 la
imposición de un tratado de cesión territorial, simulado bajo la figura de un Tratado de
Límites. Con ello Gran Bretaña se hizo de una riquísima y muy estratégica fachada
marítima, desde la cual controlar con su gran fuerza, el tráfico marítimo de guerra y
mercante de y hacia sus grandes colonias en Asia y Oceanía.

EL TRATADO

El controversial tratado Wyke-Aycinena de 1859 tenía dos partes:


● Los primeros seis artículos definían claramente la frontera Guatemala-Belice:
Guatemala reconocía la soberanía británica sobre el territorio de Belice.
● El séptimo artículo versa sobre la construcción de un camino hacia la Ciudad de
Guatemala, el cual sería beneficioso para ambas partes, dado que Belice había
perdido su importancia comercial desde la construcción del ferrocarril
transístmico en Panamá en 1855 y Guatemala necesitaba una vía de
comunicación eficiente hacia la costa atlántica. Sin embargo, el camino nunca se
construyó, primero porque los términos del artículo no estaban claros, lo que
llevó a disputas entre guatemaltecos e ingleses sobre la ubicación exacta del
camino, y luego, tras el derrocamiento de los conservadores en 1871 los
liberales utilizaron el argumento de que el camino no estaba construido y dieron
el tratado como nulo.
Entre los firmantes del tratado, se encontraba el escritor y diplomático guatemalteco
José Milla y Vidaurre, quien en ese entonces laboraba junto a Aycinena en el Ministerio
de Relaciones Exteriores. El tratado fue ratificado por Carrera el 1.° de mayo de 1859,
mientras que el cónsul de Inglaterra en Guatemala, Charles Lennox Wyke, viajó a Gran
Bretaña para obtener la ratificación real, regresando a Guatemala el 26 de septiembre
de 1859. Hubo algunas protestas del cónsul estadounidense en Guatemala, Beverly
Clarke, y de algunos diputados, pero el asunto se dio por terminado.

MOTIVO

Con el Tratado de 1786, España amplía la concesión del territorio en usufructo, del río
Belice al río Sibún, por lo que el territorio total quede del río Hondo al río Sibún, para el
corte, carga y transporte del Palo de Tinte, Caoba y otras maderas y de cualquier otro
fruto de la tierra.
Luego de la independencia de Guatemala en 1821, se forma la Federación de las
Provincias Unidas de Centro América. Mientras Guatemala trata de mantener la
federación, Gran Bretaña extiende su ocupación hasta el río Sarstún.

ESTADO ACTUAL DEL CONFLICTO

El Acuerdo Especial firmado contiene el compromiso de los gobiernos de ambos


países, de acudir a resolver su diferendo territorial ante la Corte Internacional de
Justicia, despues de que se cumplan los requisitos constitucionales internos de cada
país, para que tanto los pueblos de Guatemala como de Belice, en consultas populares
internas simultáneas, aprueben lo acordado.
El compromiso entrará en vigor hasta que los pueblos, simultáneamente, manifiesten
su acuerdo en el sentido que cualquier reclamo legal de Guatemala en contra de
Belice, sobre territorios continentales
COMENTARIO

En el último período no se ha hecho gran cosa para presionar a Belice a continuar con
lo acordado. Ni los habitantes de Belice no los de las fronteras de Guatemala con
Belice tienen interés en que haya cambio o se reduzca el territorio adquirido por Belice
y confirmado por Gran Bretaña al momento de su independencia
Los términos del tratado fueron duros con Gran Bretaña y España retuvo la soberanía
sobre los territorios usufructuados.
Los cayos de Zapotilla y Ranguana podrían ser de Guatemala, así como el Distrito de
Toledo. Ahí hay muchos Quekchíes, indúes y peteneros y no hablan Español. Los
Estados del Caribe con lazos fuertes con los ingleses y franceses favorecen que Belice
siga siendo protegido por Gran Bretaña y no tenga nexos con Guatemala.
Ahora bien, a mi juicio, la CIJ no va a sobreponer de forma absoluta los reclamos
legítimos de Guatemala sobre el derecho de autodeterminación del pueblo beliceño ni
va a alterar sensiblemente la integridad territorial de un Estado soberano. Es por ello
que estimo, cuando menos, anacrónicas algunas diatribas nacionalistas que se limitan
a afirmar que «Belice es nuestro» o que «vamos a recuperar Belice». Este tipo de
desinformación y de inexactitudes podrían generarle falsas expectativas a la opinión
pública.
BIBLIOGRAFÍA
https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_Wyke-Aycinena
https://casoguatemalabelice.minex.gob.gt/userfiles/file/Belice/ELCASODEBELICE.pdf
https://www.mineduc.gob.gt/portal/contenido/menu_lateral/programas/seminario/
docs13/DIFERENDO%20TERRITORIAL%20GUATEMALA-BELICE.pdf

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