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Corte suprema de justicia

Sala plena
Referencia: Comunicado respecto a Revisión constitucional del Decreto numero 180 de 1988,
sentencia número 21.

A la opinión pública de Colombia,

Como el órgano encargado de expedir la revisión del decreto número 180 de 1988, demandada bajo
el precepto de inconstitucionalidad, la corte suprema reitera su rol como un garante de legalidad de
cualquier norma promulgada; velando porque se proteja el orden constitucional y los derechos de
todos los ciudadanos de la nación.

Tal como fue comunicado en la sentencia número 21, desde la corte simpatizamos con el
sentimiento de preocupación y enojo del pueblo colombiano que ha sido usado reiteradamente por
el gobierno nacional como el argumento para reforzar su posición policiva en el territorio ante la
avalancha de violencia y perturbación del orden social. Siendo esta ratio decidendi suficiente para
motivar el uso de la figura constitucional del estado de sitio, regulada por el legislador en el artículo
214 de la constitución, no puede obviarse que el gobierno pueda decretar, derogar o modificar de
forma ilimitada cualquier parte del marco jurídico incluso pasando por encima del alma misma del
estado: la constitución.

El principio de legalidad es clave para el funcionamiento del estado en tanto, se necesita garantizar
el orden constitucional para que las instituciones actúen con racionalidad. En un estado donde la
constitución es un fundamento estructural inviolable, la autoridad no puede abusar de su poder y los
particulares son protegidos ante el poder coercitivo centralizado del estado. Sin un cumplimiento
cabal de la constitución, la pérdida de confianza en las instituciones, la inseguridad jurídica, la
vulneración de los derechos fundamentales y la alteración del equilibrio de poderes serían un hecho
omnipresente en el país.

En el decreto en cuestión, el artículo 40 presentó una clara violación al artículo 23 de la constitución-


donde se señalan los derechos del particular para evitar el abuso al derecho a la privacidad, libertad
física y personal. Se señalaba en el decreto una omisión a la presunción de inocencia, en tanto
cualquier persona podría ser sujeta a medidas que hacen parte del proceso judicial sin que se
necesite la intervención de la autoridad competente de la figura del juez para iniciar el proceso. Esto,
además, abriría la puerta para una posible violación a los derechos de los particulares para tener un
debido proceso según el artículo 28 de la constitución vigente dado que la recopilación y aceptación
del material probatorio como suficiente e idóneo para inculpar al sospechoso recaería sobre una
autoridad no competente ni con la formación profesional para poder dar un juicio crítico; abriendo
el espacio para que arbitrariedades ocurran.

La corte comprende que haya desacuerdo por parte de algunos sectores de los medios de
comunicación, pero debemos reiterar que siempre actuamos en defensa de la nación y con el
propósito de garantizar la justicia y el bienestar de todos los colombianos. No se puede romper el
orden constitucional sin atentar contra el futuro de Colombia y la raíz del manto social, sin importar
del contexto que atraviese el país. No habría, pues, criterio más colombianista para este fallo que
aquel que protege los propios cimientos de nuestro valores y tradición; lo que nos ha llevado a
progresar y mantenernos unidos desde más allá de 1886; nuestra constitución.

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