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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

CAMPUS: COATZACOALCOS, VER.

TEMA:
ANEMIA EN EL ADULTO MAYOR.
.
ALUMNO:
STEPHANY PALACIO CLARA

DOCENTE: ESTIBALIZ CRUZ CÓRDOBA

FECHA DE ENTREGA:
03/05/2023
Introducción:

La anemia leve es una afección frecuente y tratable que puede desarrollarse en cualquier
persona. Puede ocurrir repentinamente o con el paso del tiempo, y puede ser causado
por su dieta, los medicamentos que toma u otra afección médica. La anemia también
puede ser crónica, lo que significa que dura mucho tiempo y es posible que nunca
desaparezca por completo. El tipo más común de anemia es la anemia por deficiencia de
hierro. Las personas que no obtienen suficiente hierro o ciertas vitaminas y las personas
que toman ciertos medicamentos o tratamientos también corren un mayor riesgo.
También puede ser un signo de una afección más grave, como sangrado en el estómago,
inflamación por una infección, enfermedad renal, cáncer o enfermedades autoinmunes.

Hemoglobina (Hb) inferior a 12 g/dL y en los varones si la Hb es menor a 13 g/dL .


Aunque, en general en este grupo etario se considera que existe anemia cuando la Hb
es inferior o igual a 11 g/dL, tanto en el varón como en la mujer. En algunos de estos
pacientes, cuando la anemia no puede explicarse, se la denomina con el término de
anemia senil. Las anemias que aparecen en el adulto mayor no siempre son
consecuencia del envejecimiento, en algunas ocasiones es provocada por alguna
enfermedad subyacente.

Lo
Justificación:

La anemia no debe considerarse como una consecuencia inevitable del envejecimiento,


sin embargo, por el alto grado de comorbilidad que existe es difícil determinar cuál es la
causa final responsable de la anemia, de forma que aproximadamente en dos tercios de
los pacientes la anemia es multifactorial, encontrándose dos o más patologías como
posibles causas de anemia. La procedencia es un factor importante en la valoración de
las posibles causas. Así, en los pacientes hospitalizados las anemias posthemorragias,
bien por cirugía, traumatismo o por sangrado digestivo o genitourinario, son mucho más
frecuentes que en los pacientes ambulatorios, y en estos últimos las más frecuentes son
la anemia de tipo crónico o asociada a enfermedades inflamatorias, la anemia ferropénica
y la anemia por insuficiencia renal.

De esta forma y utilizando pruebas de laboratorio como la capacidad total de fijación del
hierro, sideremia, ferritina, vitamina B12, fólico sérico, protoporfirina eritrocitaria, proteína
C reactiva, glucosa, creatinina y factor reumatoide, las anemias del adulto mayor se
estratificaron en:

• Anemia nutricional
• Anemia de enfermedad crónica
• Anemia inexplicada.

La anemia no debe considerarse como una consecuencia inevitable del envejecimiento,


sin embargo, por el alto grado de comorbilidad que existe es difícil determinar cuál es la
causa final responsable de la anemia, de forma que aproximadamente en dos tercios de
los pacientes la anemia es multifactorial, encontrándose dos o más patologías como
posibles causas de anemia.
Objetivo general:

Establecer estrategias eficaces para la prevención y control de anemia en adultos


mayores.

Objetivo específico:

• Identificar cual es tipo de anemia más prevalente en el adulto mayor.


• Determinar cuáles son los signos y síntomas más frecuentes en el adulto mayor al
tener anemia.
• Valorar Hemoglobina, Hierro Sérico, Porcentaje de saturación y Ferritin.
• Proponer un plan educativo para mitigar el problema.
Definición:

La anemia es la disminución de la concentración de hemoglobina, el hematócrito o el


número de glóbulos rojos por debajo de los valores considerados normales para la edad,
el género y la altura a la que se habita. Desde el punto de vista funcional se puede definir
como la presencia de una masa de eritrocitos insuficiente para liberar la cantidad
necesaria de oxígeno en los tejidos periféricos. La falta de eritrocitos se traduce en déficit
de hemoglobina, por lo que la anemia se define con más frecuencia como un descenso
de la concentración de la hemoglobina (Hb) expresada en gramos por decilitro de sangre.

Signos y síntomas:

Cuando se tiene el nivel bajo de la hemoglobina y el problema se desarrolla muy


lentamente, es posible que la persona no observe ningún síntoma. Aunque en esta etapa
pueden presentarse signos como:

• Cansancio con mayor regularidad o debilitamiento


• Problemas de concentración
• Dolor de cabeza
• Sensación de aturdimiento
• Se pierde el apetito
• Mayor irritabilidad
• Entumecimiento u hormigueo de manos y pies
• Dolor en el pecho
• Piel pálida
• Uñas y cabello frágiles
Fisiopatología:

La incidencia creciente de la anemia en el adulto mayor ha conducido a la especulación


de que niveles más bajos de Hb pueden ser consecuencia normal del envejecimiento.
Sin embargo, hay por lo menos dos razones para considerar a la anemia como expresión
de enfermedad: Primero, la mayoría de los adultos mayores mantienen un valor de Hb y
glóbulos rojos (GR) en rangos de referencia; en segundo lugar, la mayoría de los
pacientes mayores con anemia tienen alguna enfermedad subyacente.

Complicaciones:

• Fatiga extrema. La anemia grave puede hacer que te sientas tan cansado que no
puedas realizar las tareas diarias.
• Complicaciones en el embarazo. Las mujeres embarazadas que tienen anemia
por deficiencia de folato pueden tener más probabilidades de sufrir
complicaciones, como un parto prematuro.
• Problemas cardíacos. La anemia puede derivar en latidos del corazón irregulares
o acelerados (arritmia). Cuando tienes anemia, el corazón bombea más sangre
para compensar la falta de oxígeno de esta. Esto puede derivar en un corazón
dilatado o insuficiencia cardíaca.
• Muerte. Algunas anemias hereditarias, como la anemia de células falciformes,
puede provocar varias complicaciones que ponen en riesgo la vida. Perder mucha
sangre rápidamente genera una anemia aguda y grave y puede ser mortal. Entre
los adultos mayores, la anemia está relacionada con un mayor riesgo de muerte.
Grados o estadíos de la enfermedad:

La carencia de hierro en el organismo es la deficiencia alimentaria más frecuente en el


mundo y conduce a la anemia por deficiencia de hierro. Esta afección tiene tres estadios:
1) la depleción de hierro, que está caracterizada por la disminución de las reservas de
hierro del organismo; 2) la deficiencia de hierro con disminución de la eritropoyesis, que
se observa cuando hay depleción de las reservas de hierro y simultáneamente una
insuficiente absorción alimentaria, de manera que no se logra contrarrestar las pérdidas
corporales normales y se ve afectada la síntesis de hemoglobina; y 3) la anemia
ferropénica (por deficiencia de hierro),que es el caso más grave y se caracteriza por la
reducción de la síntesis de hemoglobina".

Diagnostico:

El diagnóstico de anemia se realiza mediante el hemograma y la determinación de las


reservas de hierro, en particular la ferritina, que es una proteína que ayuda a almacenar
el hierro en el organismo. Un nivel bajo de ferritina indica un nivel bajo de hierro.

Para identificar la fuente de la hemorragia que puede producir este tipo de anemia, en
ocasiones es necesaria la práctica de otras exploraciones complementarias: prueba de
sangre oculta en heces, endoscopia digestiva alta o colonoscopia.

Tratamiento:

El tratamiento de la anemia depende de la causa.

• Anemia por deficiencia de hierro. El tratamiento para esta forma de anemia


generalmente implica tomar suplementos de hierro y cambiar la alimentación. Para
algunas personas, puede consistir en recibir hierro por una vena.
• Si la causa de la deficiencia de hierro es la pérdida de sangre (que no sea debido
a la menstruación), se debe localizar la fuente del sangrado y detenerlo. Esto
podría implicar cirugía.

• Anemias por deficiencia de vitaminas. El tratamiento para la deficiencia de


ácido fólico y vitamina C incluye suplementos dietéticos y el aumento de estos
nutrientes en tu dieta.

• Si tu sistema digestivo tiene problemas para absorber la vitamina B-12 de los


alimentos que consumes, es posible que necesites inyecciones de vitamina B-12.
Al principio, podrías recibir las inyecciones cada dos días. Eventualmente,
necesitarás inyecciones solo una vez al mes, posiblemente de por vida, según la
situación.

• Anemia por enfermedad crónica. No existe un tratamiento específico para este


tipo de anemia. Los médicos se centran en el tratamiento de la enfermedad
subyacente. Si los síntomas se vuelven graves, una transfusión de sangre o
inyecciones de una hormona sintética normalmente producida por los riñones
(eritropoyetina) pueden ayudar a estimular la producción de glóbulos rojos y aliviar
la fatiga.
• Anemia aplásica. El tratamiento para esta anemia puede incluir transfusiones de
sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos. Podrías necesitar un
trasplante de médula ósea si tu médula ósea no puede producir células
sanguíneas sanas.
• Anemias asociadas con la enfermedad de la médula ósea. El tratamiento de
estas diversas enfermedades puede incluir medicamentos, quimioterapia o
trasplante de médula ósea.
• Anemias hemolíticas. El manejo de las anemias hemolíticas incluye evitar
medicamentos sospechosos, tratar infecciones y tomar medicamentos que inhiban
el sistema inmunitario, lo que podría estar atacando tus glóbulos rojos. La anemia
hemolítica grave suele necesitar un tratamiento continuo.
• Anemia de células falciformes. El tratamiento puede incluir oxígeno, analgésicos
y líquidos orales e intravenosos para reducir el dolor y prevenir complicaciones.
Los médicos también podrían recomendar transfusiones de sangre, suplementos
de ácido fólico y antibióticos.
• Talasemia. La mayoría de las formas de talasemia son leves y no requieren
tratamiento. Las formas más graves de talasemia generalmente requieren
transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico, medicamentos, extirpación
del bazo o un trasplante de células madre de la sangre y médula ósea.

Medicamentos:

Sulfato ferroso: Forma del mineral hierro que se usa para tratar la anemia que resulta
de tener concentraciones bajas de hierro en la sangre.

Dosis: recomendada es de 80-160 mg de hierro elemental por día.

Ácido fólico: El ácido fólico es una vitamina B. El cuerpo lo usa para producir células
nuevas. Piense en la piel, el cabello y las uñas. Estas, y otras partes del cuerpo, producen
células nuevas todos los días.

Dosis: 1 a 3 comprimidos diarios (5-15 mg de ácido fólico) en 1-2 tomas al día. Para el
tratamiento de la anemia megaloblástica folato-deficiente se recomienda una dosis de 5
mg/dia durante 4 meses; puede ser necesario hasta 15mg en casos de absorción
deficiente.

Vitamina C: El ácido ascórbico pertenece a una clase de medicamentos llamados


antioxidantes. El cuerpo lo necesita para ayudar a la cicatrización de las heridas, mejorar
la absorción de hierro de los alimentos vegetales y apoyar el sistema inmunológico.

Dosis: Diaria recomendada de vitamina C es de 90 miligramos para hombres adultos y


75 miligramos para mujeres adultas
Vitamina B-12: Es un nutriente que ayuda a mantener la salud de las neuronas y la
sangre.

Dosis: La cantidad diaria recomendada de vitamina B-12 para adultos es 2,4


microgramos.
Referencias Bibliográficas:

Beghé C et al. Prevalencia e importancia de la anemia engeriátricos: una revisión


sistemática de la literatura. American Journal of Medicine 2008.

Gaskell H, Derry S, Andrew Moore R, McQuay HJ: Prevalencia de Anemia en adultos


mayores. Revision sistémica. BMC Geriatr 2011.

Steensma DP, Tefferi A. Anemia en el adulto mayor. Mayo ClinProc 2007.

Gaskell H, Derry S, Andrew Moore R, McQuay HJ: Prevalencia de Anemia en adultos


mayores. Revision sistémica. BMC Geriatr 2013.

Lipschitz DA. La anemia de enfermedad crónica. J Am GeriatrSoc 2018

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