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RESUMEN

La expresión “parte” es un vocablo de origen latino “pars, partis” y


gramaticalmente es la porción de un todo.
Dentro del proceso, que es el todo, pa parte será la porción del proceso. El
proceso puede dividirse en diversas porciones desde diversos ángulos, pero,
cuando en un proceso se emplea la palabra “parte” se alude a los elementos
subjetivos que deben concurrir ante el órgano jurisdiccional competente para
que se diga el derecho respecto a ellos en la cuestión principal o el litigio
planteado.
Las partes procesales son las personas que intervienen en un proceso judicial
para reclamar una determinada pretensión o para resistirse a la pretensión
formulada a la pretensión formulada por otro sujeto. A la persona que ejercita la
acción se le llama “actor” (“el que actúa”), “parte actora” o bien “demandaría”.
A la persona que se resiste a una acción se le llama “parte demandada”, o
simplemente “demandado”.
Calamandrai sostiene que la calidad de parte se adquiere, con abstracción de
toda referencia al derecho sustancial, por el hecho, de naturaleza
exclusivamente procesal, de la proporción de una demanda ante el juez la
persona que propone la demanda y la persona contra quien se le propone
adquieren, sin más, por ese solo hecho, la calidad de partes del proceso que con
tal proposición se inicia aunque la demanda sea infundada, improponible o
inadmisible, para hacer que surja la relación procesal cuyos sujetos son
precisamente las partes. Las partes son el sujeto activo y el sujeto pasivo de la
demanda judicial.
En conclusión se determina, que las partes procesales son aquellas personas
(demandante, sujeto activo o actor y demandado, sujeto pasivo) que están en
litigio y lo someten a un juez (tercero) para que resuelva la controversia, a
través de emitir la sentencia que en derecho corresponde; y los sujetos
procesales son todas las personas que están involucradas o participan en el
proceso, con la aclaración que las partes procesales también son sujetos
procesales.
En Derecho Procesal, las partes son el demandante y el demandado, aunque en
algunos procedimientos judiciales pueden recibir un nombre diverso. Las partes
indirectas son los terceros, que intervienen defendiendo intereses armónicos,
disimiles o independientes de las partes principales.
Con las mismas directrices, en derecho procesales la persona o conjunto de
personas que actúan en el proceso judicial defendiendo su derecho o interés
frente a un conflicto actual sometido a la decisión de un tribunal de justicia.
Ahora bien, las partes procesales, son personas individuales o colectivas
capaces legalmente, que concurren a la substanciación de un proceso
contenciosos; una de las partes, llamada actor, pretende, en nombre propio la
actuación de la norma legal y, la otra arte llamada demandado, es el cual se le
exige el cumplimiento de una obligación ejecute un acto o aclare una situación
inciere
Lo que se regula en cuanto a los sujetos procesales es de mucha importancia en la
legislación penal. El estudio abarca la organización no sólo de los jueces, sino de
todos los sujetos que de una u otra forma intervienen en el proceso penal. Los
sujetos procesales se encuentran enlazados con el concepto de relación jurídica
procesal, se plantea entre semejantes sujetos, por lo que se refiere a las personas
entre las cuales se establece y desenvuelve la relación jurídica en que el proceso
consiste.

Existen sujetos principales y accesorios, los principales son a su vez, o que son
indispensables para el surgimiento de la relación jurídica procesal, y los accesorios
tiene un carácter contingente, esto porque pueden o no existir con referencia a una
relación jurídica.

En la legislación penal guatemalteca, los actos procesales, las funciones


atribuciones y características de los distintos sujetos procesales forman parte de un
mismo cuerpo normativo. Los sujetos procesales son parte fundamental del proceso
penal, cada uno realiza un papel importante en su desarrollo, se realizan
actividades que abarcan desde el conocimiento de un hecho delictivo, la
investigación y la defensa del imputado, con el objeto de poder garantizar la
correcta aplicación de la ley y cumplir con la averiguación de la verdad. El proceso
penal se realiza por una sucesión de actividades a cargo de órganos oficiales, y los
particulares se ligan por interés propio o en forma indirecta lo que les da esa calidad
de elementos subjetivos esenciales, accesorios o complementarios.

Por ley en el proceso penal intervienen y actúan muchas personas las cuales están
revestidas de calidades, mismas que las hacen valer en el momento en que se
inicia una investigación penal, cada uno realiza su papel e interviene y procura
realizar de la mejor manera su trabajo, y cumplir con lo que para el efecto establece
el artículo 5 del Código Procesal Penal, en cuanto que el proceso penal tiene por
objeto la averiguación de un hecho señalado como delito o falta y las circunstancias
en que se pudo cometer, la participación del sindicado con el fin de pronunciar una
sentencia y ejecutar la misma; proceso en el cual participan todos los sujetos
procesales en cada una de las etapas del proceso penal.

En el sistema procesal vigente, intervienen varios sujetos procesales, los cuales


realizan un papel fundamental debidamente estructurado y normado, para poder
cumplir con lo que se les asigno. Por lo tanto el proceso penal garantiza la
participación legítima de aquellas personas que por mandato legal deben intervenir
para asegurar la correcta aplicación de la ley.

Antes toda la responsabilidad le corresponde a una persona llamada juez, quien


tiene la obligación de conocer, investigar, y decidir, ahora esa responsabilidad se
comparte debido a que existen otras personas, llamadas sujetos procesales,
quienes actúan en forma individual de acuerdo a los intereses que les favorecen.
Una característica esencial de los sujetos procesales consiste en que debido a que
en la actualidad se comparten las funciones que antes la efectuaba una sola
persona, tendrá que existir controversias en lo que cada una de ellas aporte a la
investigación y lo demuestre en el proceso, lo que garantiza la correcta aplicación
de la ley caso concreto, y la persona que se sindica de la comisión del hecho, tener
un trato más justo que antes no lo tenía.

Existe un elemento subjetivo del proceso penal que se conoce como acusador, que
puede ser público o participar, si es público le corresponde a un órgano que es
estatal delegado por el estado, y en nuestro sistema se conoce como Ministerio
Público. De conformidad con el artículo 251 de la Constitución Política de la
República de Guatemala, el Ministerio Público es una institución auxiliar de la
administración pública y los tribunales, tiene funciones autónomas, y como fines
principales le corresponde velar por el estricto cumplimiento de las leyes del país.
Como institución del estado es representado por una persona denominado Jefe de
Ministerio Público o Fiscal General de la República, a quien le corresponde el
ejercicio de la acción penal pública. El Ministerio Público deberá investigar todos
aquellos casos en donde se cometió un ilícito penal y que sea acción pública, al
mismo tiempo debe individualizar a los imputados como responsables de tal hecho,
lo que lleva el deber y facultad exclusiva de una acusación penal.

En el Código Procesal Penal, la persona agraviada en aquellos delitos de acción


pública puede promover la persecución penal, o unirse a la que ya inicio el
Ministerio Público. El querellante como sujeto procesal, muchas veces es
directamente el ofendido por el hecho que se imputa, y en otros casos los serán los
parientes legales del mismo y organismo que tengan personalidad jurídica propia o
representantes de una sociedad cuando los actos delictivos van en contra de la
misma. El querellante es directamente el interesado, el que ha sufrido los efectos
por la comisión de un hecho ilícito, es el titular del bien jurídico tutelado por el
estado que ha sido vulnerado. La figura del querellante lo regula el Código Procesal
Penal del artículo 116 al 123.
Se debe tomar en cuenta que los sujetos procesales se encuentran enlazado con el
concepto de relación jurídica procesal, debido a que la relación se plantea entre
semejantes sujetos, por lo que se refiere a las personas entre las cuales se
establece y desenvuelve la relación jurídica en el cual consiste el proceso. La
capacidad también se enlaza con la legitimación que habrá de tener cada uno de
los sujetos procesales, o sea aquella facultad de poder solicitar y realizar actos
procesales en nombre propio o por cuenta de otro, en busca de la verdad.

Son partes comunes en el proceso contencioso, el demandante y el demandado,


acusador y acusado, y los que intervienen en calidad de terceros; por ello, puede
apreciarse que las clases de sujetos procesales, con base en ello.

Capacidad para ser parte procesal

Mediante el presente post queremos, que de una forma esquemática, podamos


dejar suficientemente clara la diferencia entre la capacidad para ser parte en un
proceso y la capacidad procesal. Parecen conceptos parecidos pero son bien
distintos, aunque, eso si, muy relacionados y, que hay que tener en cuenta en todo
proceso civil y, por ende, en cualquier procedimiento de cualquier otra jurisdicción
en los Tribunales españoles.

En todo procedimiento hay una persona que pide, en nombre propio o en cuyo


nombre se pide la actuación de la ley (actor o demandante) y otra persona frente a
la que se pide (demandado). Estas dos partes deben quedar perfectamente
individualizadas en la demanda, expresando su nombre y circunstancias.

En base a los conceptos antes expuestos, extrayendo las características más


representativas podemos decir que “la capacidad para ser parte” es la aptitud para
ser sujeto de un proceso como titular de la acción o de la excepción en su caso,
para poder asumir los derechos, las obligaciones, las cargas y responsabilidades.
Distingue la sala de instancia siguiendo la doctrina procesalista clásica, entre la
capacidad para ser parte y la capacidad procesal, identificando la primera con la
personalidad jurídica que atribuye al sujeto la facultad der ser titular de derechos y
obligaciones, que surge con la persona civil comienza con el nacimiento y termina
con la muerte, sin embargo, al que está por nacer se le considera nacido para todo
lo que le favorece, siempre que nazca en condiciones de vialidad. Artículo. 1 del
Código Civil.
La capacidad para el ejercicio de los derechos civiles se adquiere por la mayoría de
edad.
Son mayores de edad los que han cumplido dieciocho años.
Los menores que han cumplido catorce años son capaces para algunos actos
determinados por la ley. Artículo ocho del mismo código.
La teoría de la legitimación, sirve para determinar las personas que jurídicamente
deben figurar como sujeto activo y pasivo de la relación jurídica procesal en
determinado proceso, con todos los derechos y cargas inherentes a dicha calidad.
En la doctrina a la legitimación también se le conoce como legitimación en la causa
o legitimatio.

La legitimación está vinculada, en principio, con la relación jurídico material; de esa


cuenta preliminarmente se puede afirmar que los sujetos de la relación jurídico
procesal deben ser los sujetos de la relación jurídica material. Sin embargo la
práctica nos enseña que hay casos en los que los sujetos de ambas relaciones no
coinciden, como veremos más adelante.

Podemos afirmar que si un sujeto posee capacidad jurídica procesal (capacidad


para ser parte) y capacidad de obrar procesal (capacidad procesal), está en
condiciones de incoar un proceso o de defenderse en él, haciendo uso de su
facultad de promover un proceso, y el demandado el de usar la bilateralidad de la
acción. Sin embargo, con el sólo empleo de estos dos conceptos (capacidad de ser
parte y capacidad procesal), no encontramos solución al problema del litigante que
incoa un proceso sin ninguna titularidad de derecho material o al litigante que
poseyendo esa titularidad demanda a otro que no la posee pasivamente o al
litigante sin titularidad que demanda al que tampoco la posee en el aspecto pasivo.
Ante esta problemática y con el objeto de determinar cuáles son las partes que en
cada proceso en concreto deben figurar, Prieto-Castro, recomienda salirse del
proceso y buscar en la relación jurídica material, quiénes son los sujetos que por su
relación respecto del mismo están facultados a ejercitar la pretensión y a
defenderse como parte activa y parte pasiva, respectivamente. Lo anterior obedece
a la necesidad de que una cierta demanda sea propuesta por y frente a ciertas
personas, que sean las legitimadas para actuar como partes en un proceso
determinado.

De lo expuesto, puede concluirse que la legitimación está, en principio,


directamente vinculada con la titularidad de la relación jurídico material. Sin
embargo, cuando abordemos las clases de legitimación, en particular la legitimación
ordinaria, derivada y la extraordinaria, veremos que estamos en presencia de la
legitimación aún cuando el que incoa el proceso no afirme su titularidad de un
derecho subjetivo material y/o en la imputación de la titularidad la tiene uno solo de
ellos o la otorga la ley.

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