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Las economías y sus vínculos con la reproducción social.

Introducción
La economía es un amplio tema del cual puede derivarse de distintos pensamiento
como teorías dadas desde diferentes puntos de vista, partiendo desde aquella premisa se
presume que la economía conlleva de la mano vínculos que mejoran la reproducción social
económicamente hablando, lo que para los sociólogos como lo son Alfred Schütz y
Harold Garfinkel, grandes exponentes del comportamiento de la reproducción social
llegaban a la conclusión de que “la relación de reproducción social con la economía no era
más que la relación que esta genera y la expansión que crearía gracias a relación. ” (Rizzo,
2012). Esto como parte del principio que se plantea el cual es la reproducción social, pero
en el ámbito significativo.
Por otro lado la economía con sus vínculos de reproducción social también se
desprende en un segundo punto el cual es el proceso desigual que no es sin más que, la
perspectiva económica, la cual arraiga un concepto que se aborda a partir de los
condicionamientos de las acciones y de las relaciones, a partir de la existencia de conflictos
objetivos con lo que se complementaría con los comentarios que proporcionarían Marx y
Bourdieu que tiene que ver con la aproximación a la reproducción de estructuras objetivas,
profundizando en la noción de reproducción social a partir del reconocimiento de una
lógica de desigualdad en la distribución de recursos materiales y simbólicos. Interesa
particularmente analizar la existencia de modalidades diferenciadas de reproducción
marcadas por esa lógica de desigualdad.
De esta manera se logra emprender de que el vínculo de la economía con la
reproducción social conlleva a trabajar de forma en que ambas en este caso personas o
empresas se expandan como podía ser el caso de las compañías que realizan colaboraciones
para poder expandir su mercado y crecer económicamente hablando.
Desarrollo
La producción es el proceso
de transformación de ciertos
objetos en otro u otros
diferente/s para satisfacer
las necesidades humanas.
En la economía moderna,
la
producción –industrial- se
enmarca en el sistema
capitalista de mercado
rigiéndose las
unidades productivas –
empresas- por el principio
de obtención del máximo
beneficio
La producción es el proceso
de transformación de ciertos
objetos en otro u otros
diferente/s para satisfacer
las necesidades humanas.
En la economía moderna,
la
producción –industrial- se
enmarca en el sistema
capitalista de mercado
rigiéndose las
unidades productivas –
empresas- por el principio
de obtención del máximo
beneficio
La producción es el proceso
de transformación de ciertos
objetos en otro u otros
diferente/s para satisfacer
las necesidades humanas.
En la economía moderna,
la
producción –industrial- se
enmarca en el sistema
capitalista de mercado
rigiéndose las
unidades productivas –
empresas- por el principio
de obtención del máximo
beneficio
La producción es el proceso
de transformación de ciertos
objetos en otro u otros
diferente/s para satisfacer
las necesidades humanas.
En la economía moderna,
la
producción –industrial- se
enmarca en el sistema
capitalista de mercado
rigiéndose las
unidades productivas –
empresas- por el principio
de obtención del máximo
beneficio
La producción es el proceso de transformación de ciertos objetos en otro u otros
diferentes para satisfacer las necesidades humanas. En la economía moderna, la producción
industrial se enmarca en el sistema capitalista de mercado rigiéndose las unidades
productivas empresas por el principio de obtención del máximo beneficio.

Con el inicio de la industrialización, se disociaron las tareas de producción


(mercado laboral remunerado) y de reproducción social (tareas domésticas en el hogar). La
división sexual del trabajo asignó a los hombres las tareas productivas y a las mujeres las
reproductivas, convirtiéndose en asunto de estado y formalizándose para ello las
correspondientes agencias sociales para su mantenimiento y consecución desde la
estructura política, ideológica, legal y social. El hombre proveedor y la mujer cuidadora se
institucionalizaron1.

Ahora bien, ambas esferas, la producción y la reproducción están articuladas y


forman parte de la economía. La economía neoclásica estableció que las tareas de
producción tuvieran un valor de cambio, monetario; por el contrario, las tareas de
reproducción, vinculadas al ámbito del hogar quedaban sin remunerar, su valor era de uso.
Sobra decir, que esta organización estaba generizada y que, además, establecía una clara
desigualdad y jerarquización entre ambas.

La incorporación progresiva de las mujeres al mercado laboral no tuvo efectos


transformadores en la relación entre el ámbito productivo y el reproductivo, ni en lo que
atañe a disminuir o eliminar la desigualdad entre los géneros, las mujeres realizaban una
“doble jornada” y el trabajo reproductivo o de cuidado seguía oculto para el análisis
económico y ajeno al ámbito político. El estado pasa de proteger la separación entre el
ámbito productivo y el reproductivo, y consecuentemente la diferenciación entre los roles, a
favorecer la “doble presencia” de las mujeres.

La toma de conciencia del valor del trabajo reproductivo y su relación con el ámbito
productivo y público, se produjo en el contexto de la IV Conferencia Mundial de las
Mujeres en Beijing (China) en 1995. En este evento se planteó que la equidad entre mujeres
y hombres no se conseguiría mientras las mujeres siguieran siendo las responsables
principales del trabajo de reproducción. Finalmente, con la crisis económica y financiera
que se está produciendo en la actualidad, las mujeres como colectivo más vulnerable está
siendo más afectado por su posición más precaria en el mercado laboral.

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