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CAPÍTULO I

CÁNCER DE CUELLO UTERINO: CONCEPTOS


FUNDAMENTALES

1.1 Definición
Según un conjunto de oncólogos (3) definen “El cáncer cervical es una neoplasia
maligna de las células provenientes del cuello uterino”. Este mal nocivo puede
estar patente en las féminas que se encuentra atravesando el final de la
adolescencia y mediados de los 30 años de edad; en las niñas menores de 15 años
de edad es inusual el desarrollo de cáncer cervical (4). El riesgo aumenta en las
mujeres mayores de 40 años de edad por ello, deben continuar sometiéndose con
regularidad a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino, como por ejemplo
las pruebas de Papanicolaou (4).

“El cáncer de cuello uterino (CUU) se origina cuando una célula se multiplica en
un orden no establecido y a partir de diferentes tejidos.” (4). El carcinoma
localizado en el cérvix presenta un alto porcentaje de morbilidad y mortalidad
además de tener una naturaleza patológica complicada debido a que se muestra en
varias formas y por diversas causas (5).

1.2 Historia
Se considera al fisiólogo alemán Johannes Muller como el verdadero iniciador de
la citología clínica, publicando en 1838 su monografía sobre "La naturaleza y las
características del cáncer". Señaló que, en el cáncer, las células estaban libres y
separadas unas de otras; así mismo diferenció los carcinomas de los sarcomas.
Además, Julius Vogel en 1843 fue el primero en hacer diagnóstico por medio de lo
que se conocería un siglo después como citología exfoliativa; tomando muestras de
un tumor ulcerado de cérvix observó la presencia de células diferentes al pus y los
glóbulos rojos. Sumado a esto, Alfred Donné en 1849 describió por primera vez la
presencia de trichomonas en secreción vaginal y Bennet fue el primero en
examinar el líquido ascítico de una mujer con cáncer de ovario (6).
La infección por el virus del papiloma humano es reconocida por la OMS en el año
1992 como la causa más importante del cáncer cérvicouterino (7). Dentro de los
posibles cofactores genéticos expuestos en el documento oficial emitido por la
Organización Mundial de la Salud incluyen los marcadores de susceptibilidad
genética, los factores que regulan la respuesta inmunitaria celular y humoral a la
infección por este virus, entre otros muchos (8).
A partir del reconocimiento oficial de la patología aparecieron los primeros
programas de prevención de cáncer de cuello uterino se basaron en la premisa que
la enfermedad se desarrollaba a partir de lesiones precursoras (ampliamente
conocido como displasias), progresando de manera constante de leve a moderada y
severa, a carcinoma in situ (CIS) y, a continuación, cáncer. De hecho, ahora parece
que el precursor directo de cáncer de cuello uterino es la displasia de alto grado,
que puede progresar a cáncer de cuello uterino durante un período de hasta 10 años
(9).

La hipótesis respecto a que las displasias son el promotor primario del cáncer
cérvicouterino ha sido comprobada en gran medida por la medicina moderna,
teniéndolas como el principal rastro por el cual empezar a sumergirnos en el
estudio y análisis de la enfermedad.

1.3 Virus Del Papiloma Humano (VPH)


Virus papiloma humano (VPH) es una partícula química de ADN de doble cadena
sin envoltura y pertenece a la familia Papovaviridae.16,18,31,33,35,45,52 y 58
VPH tiene una predilección para la diferenciación de epitelio escamoso, donde
infecta y transforma células huésped. Aberraciones celulares relacionadas con el
VPH en las mujeres se concentran en la región escamocolumnar del ectocérvix,
haciendo de este lugar ideal región para el muestreo de diagnóstico (10). (Anexo 1)

1.3.1 Clasificación
Hasta la fecha, se han identificado y clonado más de 115 genotipos
diferentes de VPH. Un gran estudio multinacional de cáncer de cuello
uterino encontró que más del 90% de todos los cánceres de cuello uterino en
todo el mundo son causados por 8 tipos de VPH:
Los tipos 16, 18 y 45 están incriminados en el 94% de los adenocarcinomas
cervicales (11).

El VPH tipo 16 puede plantear un riesgo de cáncer que es un orden de


magnitud mayor que el que presentan otros tipos de VPH de alto riesgo
(11).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reunido los tipos de VPH


del género alfa mucoso trópico de acuerdo con la evidencia que apoya su
asociación con el cáncer de cuello uterino (11).

1.3.2 Predisposición Genética


La susceptibilidad genética es menor del 1% de los cánceres cervicales. Las
mujeres con un pariente biológico en primer grado con CA tienen un riesgo
relativo de 2 veces de desarrollar un tumor, estos análisis se han realizado a
través de estudios en gemelos y en otros familiares de primer grado, así
como estudios de asociación en todo el genoma (12).

1.3.3 Epidemiología

El VPH representa la infección de transmisión sexual más frecuente. A


escala mundial, es el responsable de un 5,2% de todos los tumores humanos,
correspondiendo un 2,2% a los países desarrollados, y un 7,7% a los países
en vías de desarrollo. El 70-80% de las mujeres y los hombres sexualmente
activos, han estado expuestos al virus en algún momento de su vida (13).

Alrededor del 90% de adultos estarán infectados por algún genotipo del
VPH a lo largo de su vida (14).

Se han descrito más de 100 genotipos de VPH (14), la cuales siguen siendo
responsables de la gran cantidad de enfermedades oncogénicas, de las
cuales, más se destaca las neoplasias de cérvix y ano.
El 80% de los últimos casos se da a los 50 años, mientras el 10% de los
casos se da en edades mayores a 75 años (14).

1.3.4 Características

Patogénesis

El VPH es un virus ADN que es transmitido por vía sexual provocando


lesiones proliferativas en el epitelio cutáneo y mucoso. Pertenece a la
familia de los Papovaviridae. Empleando técnicas de detección vírica
podemos encontrar ADN den VPH en más del 95% de las lesiones
premalignas y del cáncer cervical (14).

Los tipos de VPH más comunes en mujeres por orden descendente de


frecuencia, son: 16, 18, 33, 45, 31, 58, 52, y 53. El VPH 16 se asocia al 54%
de los carcinomas epidermoides y al 41% de los adenocarcinomas (14). El
VPH 18 es el segundo en frecuencias, con 11% de carcinomas epidermoides
y el 37% de los adenocarcinomas (14).

Genoma viral
El genoma viral es pequeño, consta de una doble cadena de ADN de 8.000
pares de bases y contiene un máximo de 8 genes, 2 de los cuales son los que
codifican las proteínas estructurales o late-proteins L1 y L2 (13).

1.3.5 Factores determinantes y cofactores


Estudios realizados con técnicas de biología molecular de alta sensibilidad y
con muestras biológicas adecuadas, detectan VPH de alto riesgo en
prácticamente el 100% de los casos de carcinoma escamoso de cérvix. Para
HSIL se detecta en el 70-90% de los casos y en un 50-70% para LSIL. La
detección para células epiteliales escamosas de significado incierto
(ASCUS) es cercana al 50% (13).

- Factores dependientes del virus: Tipo viral, persistencia de la infección


en exámenes repetidos, carga viral por unidad celular (probable).
- Factores ambientales:
- Anticoncepción hormonal oral. Cuando se consumen durante cinco años
o más, aunque el riesgo tiende a desaparecer en los 5 años siguientes a la
interrupción del consumo (13).
- Paridad. Cuando se tienen más de 5 embarazos a término. Este factor
junto con el anterior, sugieren una asociación positiva entre VPH y
esteroides (13)
- Tabaquismo. Se han aislado sustancias carcinogénicas presentes en el
tabaco en el moco cervical, aunque no se conoce bien la dinámica de la
interacción (13).
- Edad de la primera relación sexual. Es un conocido factor de riesgo. La
prevalencia de VPH más alta comprende las edades inmediatas al inicio
de las relaciones, y responde a los patrones de comportamiento sexual
de la comunidad. En grupos de edad de 15 a 25 años, si tienen
compañeros sexuales distintos, llega a tener prevalencias del 30-40%
(13).
- Coinfecciones. La Chlamydia trachomatis parece ser un cofactor que
actúa por inducción de inflamación crónica y metabolitos mutagénicos.
El Herpes simple tipo 2 también parece actuar como cofactor, con una
evidencia algo más dudosa (13).
- Deficiencias nutricionales y bajos niveles de antioxidantes son otros
factores propuestos (13).
- Conducta sexual de la población. El contagio por el virus se produce piel
a piel. Los lugares más susceptibles de invasión viral son aquellos donde
se producen procesos de rápida replicación y diferenciación celular,
como la zona de transformación escamo columnar del cérvix (más activa
aún en mujeres jóvenes) y la línea pectínea anal, desarrollando displasias
y neoplasias en estas localizaciones (13).

El VPH está relaciona más o menos con la vulva, y este tipo de tipo de
cáncer responde a dos tipo o modelos etiológicos. El primero ocurre en
mujeres menores de 50 años, está ligado a infección por VPH y cursa
con lesiones precursoras como neoplasia vulvar intraepitelial de alto
grado (VIN II-III). El segundo tipo se produce en mujeres mayores de
50 años, es independiente de la infección viral y no cursa con lesiones
precursoras (13).

Finalmente, la prevalencia de VPH en mujeres dedicadas a la prostitución


sería del 48% en Japón, del 50% en Méjico y del 61,6% en España (13).
1.4 Tipos de cáncer de cuello uterino
Carcinoma epidermoide
Este tipo de cáncer de cuello uterino comienza en las células delgadas y
planas (células escamosas) que recubren la parte externa del cuello uterino,
que se proyecta hacia la vagina. La mayoría de los cánceres de cuello uterino
son carcinomas de células escamosas (15). (Anexo 2)

Adenocarcinoma
Este tipo de cáncer de cuello uterino comienza en las células glandulares en
forma de columna que recubren el canal cervical (16). (Anexo 3)

1.5 Histología

El CCU tiene patente una clasificación de tres tipos de carcinomas según el estrato
histológico en el que se desarrolle:
Primero puede presentarse como un Carcinoma de las células escamosas, que se
origina a expensas del epitelio pavimentoso, es el más frecuente
(aproximadamente 80 % de los casos): El precursor inmediato de este carcinoma
son las lesiones intraepiteliales escamosas de alto grado. La segunda opción es un
Adenocarcinoma cervical, que constituye el 15 % de los casos y se desarrolla a
partir de lesiones precursoras denominadas adenocarcinoma in situ. La última
posibilidad son los Carcinomas adenoescamosos y neuroendocrinos, que
constituyen el 5 % que resta (17).

1.6 Fisiopatología
Para que ocurra la infección y se produzca el CA de cuello uterino el VPH debe
estar presente. Las mujeres sexualmente activas tienen un alto porcentaje de
desarrollar la infección por VPH. Pero, el 90% aproximadamente de las
infecciones por VPH desaparecen por sí solas en aproximadamente meses a pocos
años y no dejan secuelas, aunque en algunos los informes citológicos a los 2 años
siguientes de ocurrida la infección pueden mostrar una lesión escamosa
intraepitelial de bajo grado (8).

En promedio, sólo el 5% de las infecciones por VPH resultará en el desarrollo de


lesiones grado 2 o 3 de CIN (el precursor del cáncer cervical reconocido) dentro de
los 3 años de la infección. Sólo el 20% de las lesiones CIN 3 progresan a cáncer
cervical invasivo dentro de los 5 años, y sólo el 40% de las lesiones CIN 3
progresan a cáncer cervical invasivo con 30 años.
Se han involucrado otros factores en el proceso de carcinogénesis, porque sólo una
pequeña proporción de las infecciones por VPH progresa al cáncer (8).

1.7 Etapas Del Cáncer De Cuello Uterino

Los exámenes para determinar si una paciente presenta carcinomas malignos se


realizan en distintos tamizajes y dependerá de los resultados la afirmación o
negación de la sospecha. Por ejemplo, El Papanicolaou con resultado negativo
indica que se procede a indagar cuánto ha sido su propagación (18), a este proceso
se denomina estadificación o determinación de la etapa.
“Las etapas clínicas del cáncer de cuello uterino van desde la etapa I a la IV”
Cuanto más desarrollado esté el cáncer de cuello uterino, mayor será el número de
etapa (19).

Etapa I
En la etapa I, “las células cancerosas han crecido desde la superficie del
cuello uterino hasta los tejidos más profundos de éste” A su vez esta etapa
se presenta en estadio IA1 y IA2 (20).
Etapa IA: Cáncer invasor identificado sólo microscópicamente. Hay una
invasión medida del estroma con una profundidad máxima de 2 mm y un
diámetro no mayor de 7 mm (17).
Etapa IA1: El cáncer solo puede ser observado a través del microscopio con
una medida menos de 3mm (19)
Etapa IA2: La medida se incrementa hasta 5mm, con una profundidad
“aproximadamente entre 1/8 y 1/5 de pulgada” (19).
Etapa IB: Lesiones clínicas limitadas al cuello uterino o lesiones preclínicas
mayores que en el estadio IA. Todas las lesiones evidentes a simple vista,
aun con invasión superficial, se consideran cánceres en estadio IB (20).
Etapa IB1: El cáncer alcanza una medida mayor a 5mm (19).
Etapa IB2: La neoplasia maligna llega a medir aproximadamente 2 cm (20).

Etapa II

En la etapa II, “el cáncer ha crecido fuera del cuello uterino y el útero, pero
no se ha propagado a las paredes de la pelvis o a la parte inferior de la
vagina” (21).

Etapa IIA1: “El cáncer no mide más de 4 cm” (19), en cambio en la etapa
IIA2 llega a los 4cm incluso más (19).
Etapa IIB: El cáncer se propaga e “infiltra parcialmente los parametrios”
(22).

Etapa III

En la etapa III donde “se ha propagado a la parte inferior de la vagina o a las


paredes pélvicas” (2).
Etapa IIIA: “el tumor compromete el tercio inferior de la vagina, no hay
extensión en la pared pélvica” (4). En contraste con la etapa IIIB donde el
cáncer invade las paredes de la pelvis, lo que produce hidronefrosis con
insuficiencia renal (19,22).

Etapa IV

La última etapa del cáncer de cuello uterino es el cuarto, en este “el cáncer
ha crecido en la vejiga o el recto o en órganos lejanos como los pulmones o
los huesos” (22).

Etapa IVA: El tumor “invade la mucosa de la vejiga o recto, y/o se extiende


más allá de la pelvis menor” (21) y la etapa IVB donde el cáncer se propaga
“a órganos distantes fuera del área pélvica, tales como ganglios linfáticos
distantes, los pulmones, o los huesos” (19).
CAPÍTULO II

CÁNCER DE CUELLO UTERINO: EPIDEMIOLOGÍA

2. 1. Situación Epidemiológica

2. 1. 1. Situación Mundial

En el año 2020, el cáncer de cuello uterino se posicionó como el cuarto cáncer más
común entre mujeres. Se calcula que en el año 2018 hubo 570 000 nuevos casos,
representando alrededor del 7,5% de la mortalidad femenina por cáncer. Además,
según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (23), de las aproximadamente
más de 311 000 defunciones por cáncer del cuello uterino que se registran cada año,
más del 85% se producen en los países bajos y medianos (Ver tabla 1).

Tabla 01: Tasas de incidencia y mortalidad de CCU en países al año 2012.


Tasa de incidencia (por Tasa de mortalidad (por
País País
100 000 mujeres) 100 000 mujeres)
Zambia 52,8 Comoras 39,1
Angola 30,0 Angola 21,9
África
Nigeria 15,6 Nigeria 12,0
Egipto 1,6 Egipto 1,0
Jamaica 45,7 Nicaragua 20,6
Nicaragua 39,9 Guyana 20,5
América y
Costa Rica 17,5 Jamaica 20,2
el Caribe
Puerto Rico 7,5 Costa Rica 6,7
Estados Unidos 5,7 Puerto Rico 2,8
Mongolia 28,4 Camboya 16,2
Camboya 27,4 Mongolia 10,3
Asia Armenia 17,3 Armenia 8,7
Corea del Sur 6,6 Japón 2,6
Palestina 0,4 Palestina 0,3
Bélgica 9.4 Bélgica 2,7
Europa Suiza 4,0 Finlandia 0,9
Finlandia 3,7 Suiza 0,9
Fuente: (24)
Actualmente, la OMS (25) revela que si no se adoptan medidas adicionales, se
prevé que la cifra anual de nuevos casos de cáncer del cuello uterino aumente
de 570 000 a 700 000 entre 2018 y 2030, y que la cifra anual de muertes
aumente de 311 000 a 400 000.

2. 1. 2. Situación Latina

Cada año se producen en el mundo más de 500 000 nuevos casos de cáncer
de cuello uterino y de ellos alrededor de unos 272 000 (80 %), se
diagnostican en países poco desarrollados (26). Más de 300 000 mujeres
mueren anualmente por cáncer de cuello uterino y de ellas más del 70 % en
plena capacidad reproductiva. El 2 % de las mujeres a nivel mundial tendrán
el riesgo de morir por cáncer de cuello uterino.

Al cáncer de cuello uterino le llaman cáncer del tercer mundo puesto que
afecta en su mayoría a mujeres de países paupérrimos exceptuando algunas
partes del mundo como el norte de África o la península arábiga porque
ellos mantienen principios religiosos al ser más conservadores (27). En
América Latina el CCU es la tercera causa de muerte por cáncer en mujeres,
superado solo por el cáncer al pulmón y a la glándula mamaria, pero en
algunos países como Bolivia, Paraguay y Ecuador está en primer lugar con
más probabilidad de muerte (28). (Anexo 4)

Tabla 02: Tasas de incidencia de CCU en Latinoamérica y el Caribe (29)

Incidencia 2008 Incidencia 2012 Tasa


Países Tasa Tasa estándar
Numero Numero
estándar estándar promedio
ARGENTINA 3 996 17,5 4 956 20.9 17,53
BOLIVIA 1 442 46,4 2 029 47.7 50,73
BRAZIL 24 562 24,5 18 503 16.3 24,03
CHILE 1 478 14,4 1 441 12.8 18,80
COLOMBIA 4 176 21,5 4 661 18.7 24,37
COSTA RICA 403 17,5 297 11.4 17,97
CUBA 1 603 23,1 1 287 17.1 21,33
ECUADOR 1 666 27,1 2 094 29.0 33,43
EL
1 145 37,2 823 24.8 34,20
SALVADOR
GUATEMALA 1 530 30,5 1 393 22.3 30,80
HONDURAS 1 014 37,8 991 29.4 35,60
MEXICO 10 186 19,2 13 960 23.3 27,67
PANAMA 426 25,3 351 18.7 25,07
PARAGUAY 864 35 1 022 34.2 36,77
PERÚ 3 445 34,6 4 636 32.7 35,73
PUERTO
209 7,5 259 11.4 9,73
RICO
URUGUAY 348 16,5 402 19.0 16,43
VENEZUELA 4116 31,4 4973 32.8 34,17

2. 1. 3. Situación Nacional

Según el proyecto de la International Agency Research on Cancer (IARC),


y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominado
GLOBOCAN (30), en el año 2012 se ha tenido una tasa elevada de cáncer
de cuello cervical, en el Perú de 31,3/ 100 000 y la tasa ajustada por edad
de 34,5/ 100 000.

Con los datos publicados por GLOBOCAN en el año 2012, al menos de


4636 mujeres, han sido diagnosticadas con cáncer cervical por cada año,
llegando a la conclusión, siendo el cáncer más frecuente en las mujeres del
Perú (31). (Ver tabla 3)
Tabla 03: Distribución de los casos de cáncer por localización topográfica y sexo,
enero a diciembre 2016

TOPOGRAFI MASCULINO FEMENINO TOTAL %


A
Cérvix ----------- 1200 1200 21.9
Piel 297 379 676 12.3
Estomago 351 273 624 11.4
Mama 3 480 483 8.8
Próstata 257 -------------- 257 4.7
Colon 89 136 225 4.1
Tiroides 23 149 172 3.1
Hematológico 83 84 167 3.1
Pulmón 74 86 160 2.9
Ovarios ----------- 128 128 2.3
Otros 652 730 1382 25.2
TOTAL 1829 3645 5474 100.0
Fuente: (30)

El 99,7% de los cánceres de cuello uterino es producto del VPH (32), se ha


demostrado que la infección del papiloma humano (VPH), es una de las
principales causas del cáncer de cuello uterino, sin embargo no es la única
causa necesaria que influye. Del mismo modo, el cáncer de cuello uterino es el
cáncer más frecuente en Loreto (29.4% de todos los cánceres en esa región),
Ucayali (28.6%), Madre de Dios (28.5%) y Moquegua (28.4%). Las regiones
con tasas ajustadas de mortalidad por cáncer de cuello uterino por 100,000
habitantes más altas son Loreto (18%), Huánuco (12.8%), Ucayali (10.3%),
con valores que duplican y hasta cuadruplican el de Lima (4.2%) (33). Se
asume que dentro del Perú, existe una elevada cantidad de casos por cáncer de
cuello uterino en la selva. Esto, aunado al parecido orden en las tasas de
mortalidad indicaría que las mujeres en la selva son más propensas a padecer la
enfermedad por motivos aún a esclarecer, pero lo más probable sería la poca
educación que tienen respecto al tema.

2. 1. 4. Situación Local (Sanmartinense - Tarapoto)

Presentamos algunos estudios realizados cobre el CCU en mujeres de San


Martín – Tarapoto:

En el estudio “Factores asociados a neoplasia cervical en mujeres en edad fértil


en el Centro Materno Perinatal - Tarapoto. Enero 1998 – Diciembre 2000” de
Zelada en 2002, Tarapoto Perú, se encontró 35 casos de neoplasia cervical y/o
cáncer en mujeres en edad fértil y se descartó10 casos por no presentar en
historia clínica variables principales. Siendo la muestra de 25 casos y 50
controles. Resultados: la incidencia encontrada de neoplasia cervical es de 6.45
por 1000 MEF. Los principales factores fueron: el inicio temprano de las
relaciones coitales, múltiples compañeros sexuales, baja escolaridad,
antecedente ginecológico y el mayor número de abortos.” (34)

En el estudio “Factores de riesgo asociados a cáncer de cuello uterino en


pacientes atendidas en el servicio de gineco-obstetricia del Hospital
Amazónico, periodo 2011 – 2015”, de Abad y Celiz en 2017, la población fue
120 historias clínicas de mujeres con cáncer de cuello uterino. Los resultados
de los factores de riesgos medioambientales asociados al cáncer de cérvix,
fueron: 60% raza mestiza y 56% situación socioeconómica medio. Los factores
de riesgo conducta sexual asociados al cáncer de cérvix, fueron: 45% con
segunda paridad; 53% tuvieron una pareja sexual promiscua; 37% consumen
de manera ocasional el tabaco y el 21% tienen adicción, 56% usan métodos
anticonceptivos, 63% no realizan pruebas de tamizaje (34).

2.2 Factores De Riesgo


Investigaciones epidemiológicas en los años recientes se han focalizado en la
comprensión del rol de factores de riesgo que influyen en la adquisición de
infección persistente por tipos oncogénicos del virus del papiloma humano, o
de factores coexistentes que mediarían la progresión en el continuo de los
grados de lesión, entre los que más influyen se encuentran (35).

2.2.1 Coito Prematuro

La precocidad sexual y la promiscuidad se encuentran entre los


principales factores de riesgo de esta enfermedad. El riesgo en el inicio
temprano de las relaciones sexuales se debe a que en la adolescente se
produce una metaplasia activa, o lo que es igual, una transformación
celular del epitelio columnar en metaplásico y de este en escamoide,
incrementándose el potencial de interacción entre el carcinógeno (semen
y traumas del coito) y el cuello uterino (36).

Se considera que mientras más temprano se inicie la actividad sexual,


mayores son las posibilidades de padecer el cáncer cérvicouterino debido
a la mayor incidencia de cervicitis, de enfermedades ginecológicas
inflamatorias asociadas y a la infección por virus del papiloma humano
(8).

2.2.2 Múltiples Parejas Sexuales

Existe una relación directamente proporcional entre el riesgo de lesión


intraepitelial y el número de parejas sexuales. Esta exposición se ha
relacionado básicamente con la probabilidad de exposición al VPH. Por
ejemplo, las mujeres solteras, viudas o separadas tienen más riesgo de
infectarse por VPH dado que tienen más compañeros sexuales, sea
permanentes u ocasionales (37).
Además la promiscuidad es mucho más frecuente en personas que inician
su vida sexual a temprana edad debido a que el riesgo de lesión
intraepitelial cuando el primer coito se tiene a los 17 años o menos es 2,4
veces mayor que cuando este se tiene a los 21 años (38).

Es importante no dejar de mencionar que las parejas sexuales de los


compañeros sexuales de las féminas son un tópico relevante al momento
de mencionar la etiología de esta nociva enfermedad.

2.2.3 Enfermedades De Transmisión Sexual

Se ha demostrado la asociación de cáncer de cuello uterino con


enfermedades de transmisión sexual tipo sífilis o blenorragia, así como
historia de infección a repetición del aparato genital; sin embargo, no se
ha demostrado relación con antecedentes de infección por Chlamydia
trachomatis o herpes simplex. En un estudio realizado en tres países se
encontró asociación entre infección por VPH y C. trachomatis en
Colombia y España, pero no en Brasil, mientras que otros estudios han
asociado la infección del serotipo G de esta bacteria con el virus.
Adicionalmente, la coinfección con el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH) facilita el desarrollo de la neoplasia, 21 con un aumento
del riesgo de cáncer entre las infectadas por el VIH de hasta 3,2 veces el
riesgo de las mujeres sin VIH (37).
CAPÍTULO III
CÁNCER DE CUELLO UTERINO: INFECTOLOGÍA

3.1 Signos y síntomas

El cáncer cervicouterino es la tercera causa de muerte a nivel mundial, el factor de


riesgo más conocido es el Virus del papiloma humano (VPH) pero no es una causa
suficiente para el desarrollo del cáncer cervicouterino, la citología como prueba de
tamizaje, ha demostrado ser una herramienta importante para el diagnóstico precoz
y tratamiento efectivo.

Los síntomas más frecuentes de cáncer de cuello uterino son (15):

Sangrado vaginal después de las relaciones sexuales, entre períodos o


después de la menopausia.
Flujo vaginal acuoso y con sangre que puede ser abundante y tener un olor
fétido.
Dolor pélvico o dolor durante las relaciones sexuales.

Según el tipo de cáncer de cuello uterino existen diferentes signos que se hacen
patentes al momento realizar un tamizaje. Por ejemplo, si el cáncer de cuello
uterino se presenta de forma histológica como un carcinoma epidermoide, entonces
se evidenciará que las células delgadas y planas (células escamosas) que recubren la
parte externa del cuello uterino, que se proyecta hacia la vagina para luego
presentar signos como una llaga plana con una costra escamosa y un nódulo rojo
(15).

3.2 Diagnóstico
Con respecto al diagnóstico, “Estudios epidemiológicos indican que uno de los
factores de mayor riesgo en el desarrollo de lesiones preinvasoras o invasoras de
cérvix, es la lesión de VPH” (39).

3.2.1 Papanicolaou

La tan conocida prueba de Papanicolaou describe un proceso vital en el


estudio e identificación del cáncer cérvicouterino, desarrollado
obligatoriamente por expertos. Aun así, el proceso es lo bastante simple para
la explicación a pacientes en duda, teniendo variabilidad en el diagnóstico
particular obtenido por la prueba (40).

Si se sospecha de cáncer de cuello uterino, el médico comenzará con un


examen de cuello uterino para lo cual utilizará un instrumento especial de
aumento (colposcopio). Durante el examen es probable que tome una muestra
de células de cuello uterino (biopsia), luego hará prueba para la detección de
CCU o la detección de células pre cancerígenas, la prueba puede ser de
Papanicolaou o prueba de ADN del virus del papiloma humano (41).

Cabe mencionar que “la periodicidad de la PAP es cada 3 años y la toma de


muestra se realiza de acuerdo a manual de procedimiento vigente” (42).

Con respecto al procedimiento de una Prueba de Papanicolaou, el paciente se


acuesta boca arriba con las rodillas flexionadas, se introduce el instrumento
espéculo en la vagina para facilitar la visualización; posteriormente con ayuda
de un cepillo y una espátula para el raspado se toma la muestra de células
cervicales (43). (Anexo 5)
Luego de la prueba de Papanicolaou, la muestra de células es enviada a un
laboratorio donde se evalúa por medio de un microscopio de acuerdo a las
características celulares, para confirmar si es cáncer, un proceso precanceroso
o negativo (43).

El resultado es PAP (Prueba de Papanicolaou) es positivo con: Lesión


escamosa de bajo grado, lesión escamosa de alto grado y carcinoma invasor
confirmando el diagnóstico en la unidad de patología cervical, de lo contario,
si el resultado es PAP negativo el control se vuelve a realizar en 3 años (42).

3.2.2 Colposcopia

Sin embargo, “es necesario que los cambios citológicos anormales


encontrados a través de ella sean confirmados por otros medios de
diagnóstico más específicos como la colposcopia y la biopsia cervical” (40).

En la colposcopía se toma en cuenta el epitelio y el estroma del cérvix, para


ello se evalúa sus características y el tipo de epitelio que presenta (39).

Por medio de esta prueba se evalúa: La superficie para establecer el grado de


lesión, la reacción al ácido acético para determinar la permeabilidad de la
membrana, la proporción de proteínas celulares, la reacción al lugol por la
tinción, los bordes de la lesión y por último el patrón vascular (44).

Para la colposcopía, primero se prepara la limpieza del campo, después se


realiza el examen colposcopio con filtro verde, una luz polarizada donde se
observa la trama vascular. Luego se adiciona “ácido acético al 3-5%” para
que los epitelios con mayor densidad se muestren de coloración blanca (45).
(Anexo 6)
Seguidamente se realiza el Test de Schiller, que consiste en la aplicación de
lugol, para teñir de color caoba al epitelio y con esta visualización se
evidencia la imagen colposcópica (45).

3.2.3 Biopsia

Por otro lado, se puede realizar el diagnóstico con una biopsia de cuello
uterino, para lo cual existen 4 tipos: (44)

El primero, biopsia por sacabocados, es un “procedimiento quirúrgico para


extraer una pequeña cantidad de tejido” (44), el segundo, biopsia en cono o
conización donde en comparación con el primero se extrae una mayor
cantidad de tejido en forma de cono; el tercero, curetaje endocervical que es
realizado con un instrumento llamado cureta y por último el procedimiento de
escisión electro quirúrgica con ASA (44).

3.2.4 Prueba de tipificación de VPH

Asimismo, se puede realizar una prueba de tipificación de VPH, este


procedimiento es similar al ya mencionado Papanicolaou, el médico puede
determinar por el tipo de cepas como VPH16 y VPH18, cabe mencionar que
los resultados de esta prueba no son absolutos, puede mostrar positivo, sin
embargo, no determina obligatoriamente la presencia de cáncer, para ello se
complementa con otras pruebas (46).

Además, si se sospecha un cáncer de cérvix más avanzado, es posible realizar


una cistoscopia, pues permite que el médico observe si el cáncer está disperso
por la vejiga (46).
3.2.5 Proctoscopia

Igualmente, para este grado de cáncer de cérvix, se puede realizar una


sigmoidoscopia o también llamada proctoscopia porque a través de esta, el
médico observa si el cáncer se expandió al colón y el recto, a partir de esto
también determina el grado de cáncer (46).

3.3 Tratamiento

Una vez efectuado el diagnóstico por citología, colposcopia y biopsia dirigida


por colposcopia, las opciones de manejo para NIE de bajo grado varían
ampliamente en el mundo, destaca la simple observación hasta terapias
excisionales. Pacientes con NIE de bajo grado persistentes debieran ser
tratadas, principalmente con el uso de terapias ablativas ambulatorias. Las
guías de manejo para NIE de alto grado están bien establecidas. Se
recomienda curetaje endocervical de no existir lesión visible en el ectocérvix.
En toda paciente con NIE de alto grado confirmado por biopsia debe
realizarse conización con bisturí frío o electroconización para excluir
enfermedad invasora (47).

El tratamiento del cáncer de cuello uterino depende de varios factores, entre


ellos, el tipo y estadio del cáncer, los efectos secundarios posibles, así como
las preferencias de la mujer y el estado de salud general. 

3.3.1 Terapia sistemática

La terapia sistémica es el uso de medicamentos para destruir las células


cancerosas. Este tipo de medicamentos se administra a través del torrente
sanguíneo para llegar a las células cancerosas en todo el cuerpo. Las terapias
sistémicas para el cáncer de cuello uterino son administradas por un oncólogo
ginecológico o un oncólogo clínico, médicos especializados en el tratamiento
del cáncer con medicamentos (48).
Algunos de los métodos frecuentes para administrar terapias sistémicas
incluyen un tubo intravenoso que se coloca en una vena con una aguja, o una
pastilla o cápsula que se traga (por vía oral) (48).

Los pacientes de bajo grado son tratados con terapias ablativas ambulatorias y
para los pacientes de alto grado se realiza conización con bisturí frío o
electroconización (49).

3.3.1.1 Quimioterapia

Se utiliza medicamentos para eliminar las células cancerosas.


American Society of Clinical Oncology (ASCO). Dada su vía de
administración, es común que hallan efectos adversos por lesión de
células no tumorales, siendo más frecuente la neutropenia severa que
se presenta en 91.3% de los pacientes, pero se recupera tras la
suspensión de la terapia (50).

Un régimen o programa de quimioterapia, por lo general, consiste en


una cantidad específica de ciclos que se administran en un período de
tiempo determinado. Una paciente puede recibir 1 fármaco por vez o
una combinación de diferentes fármacos administrados al mismo
tiempo. Para las mujeres con cáncer de cuello uterino, la
quimioterapia a menudo se administra en combinación con
radioterapia (48).

Los fármacos aplicados pueden ser cisplatino, taxol y topotecan,


aprobados por la Food and Drug Administration en 1978, usados en
combinación entre sí o con otros fármacos más recientes. Por ejemplo,
en la terapia neoadyuvante se puede usar el esquema BOMP
(bleomicina, vincristina, mitomicina y cisplatino) cada tres semanas
por dos a cuatro ciclos, teniendo en cuenta que, según el estudio
Neoadjuvant chemotherapy for locally advanced cervical cancer meta-
analysis collaboration, la dosis de cisplatino es la de mayor efecto en
el resultado del tratamiento (51).

Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen de la mujer y de


la dosis utilizada, pero pueden incluir fatiga, riesgo de infección,
náuseas, vómitos, caída del cabello, pérdida del apetito y diarrea.
Estos efectos secundarios generalmente desaparecen después de
finalizado el tratamiento (48).

3.3.1.2 Inmunoterapia

Llamada también “terapia biológica”, esta diseñada para estimular las


defensas naturales del cuerpo (48).

El inhibidor de puntos de control inmunitarios pembrolizumab


(Keytruda) que inhibe la unión de las proteínas PDH-PDL1 y así las
células o linfocitos T puedan atacar y destruir a las células cancerosas,
en caso contrario si se uniera la proteína PDL1 que está presente en
las células cancerosas y PD-1 en las células T, estas mismas células no
pudieran atacar a las células cancerosas (48).

Los efectos secundarios frecuentes incluyen reacciones cutáneas,


síntomas similares a la gripe, diarrea y cambios de peso (48).

3.3.1.3 Terapia dirigida

Tratamiento que se dirige a los genes o a las proteínas específicos del


cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento
del cáncer y la supervivencia. Este tipo de tratamiento bloquea el
crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez,
limita el daño a las células sanas (48).
No todos los tumores tienen los mismos blancos. Para determinar cuál
es el tratamiento más efectivo, el médico puede realizar pruebas para
identificar los genes, las proteínas y otros factores involucrados en el
tumor. Esto ayuda a que los médicos puedan encontrar el tratamiento
más efectivo que mejor se adapte a cada paciente, siempre que sea
posible. Además, continúan realizándose estudios de investigación
para obtener más información sobre objetivos moleculares específicos
y tratamientos nuevos dirigidos a ellos (48).

3.3.2 Radioterapia

Se utiliza los rayos x para eliminar las células anómalas. En el cáncer


de cuello uterino de estadio temprano se utiliza la radioterapia con la
quimioterapia puesto que la quimioterapia ayuda la eficacia del
tratamiento de radiación (48).

La radioterapia ha sido, incluso, planteada en un estudio como un


método hemostático y secundariamente citoreductor, que se puede
aplicar en pacientes con sangrado de tumores avanzados que no
responden a mecanismos de hemostasia convencionales. Su
efectividad es de 98.3%, con mortalidad y complicaciones nulas
asociadas al procedimiento (51).

Para la enfermedad localmente avanzada el tratamiento de


quimioradioterapia concurrente (basada en platinos en dosis
radiosensibilizante y radioterapia pélvica seguida de braquiterapia)
continúa siendo el estándar de manejo, a pesar de que existen estudios
sobre el beneficio de la quimioterapia neoadyuvante seguida de
cirugía, esa terapéutica se reserva para pacientes en instituciones
donde no existe la posibilidad de radioterapia (50).
Los efectos secundarios de la radioterapia pueden incluir fatiga,
reacciones leves en la piel, malestar estomacal y deposiciones
líquidas. Los efectos secundarios de la radioterapia interna pueden
incluir dolor abdominal y obstrucción intestinal, aunque esto es poco
frecuente. La mayoría de los efectos secundarios habitualmente
desaparecen poco tiempo después de finalizar el tratamiento. Después
de la radioterapia, el área vaginal puede perder elasticidad, por lo que
algunas mujeres también querrán usar un dilatador vaginal, que es un
cilindro de caucho o de plástico que se introduce en la vagina para
evitar el estrechamiento. Las mujeres que han recibido radioterapia
con haz externo perderán su capacidad de quedar embarazadas y, a
menos que los ovarios se hayan desplazado quirúrgicamente fuera de
la pelvis, las mujeres premenopáusicas ingresarán a la menopausia
(48).

3.3.3 Braquiterapia

Está dividida en cuatro fracciones de BT con media tasa de dosis


(MDR). Se aplicaron dos fracciones de BT en un mismo día (un
tiempo) separadas entre sí al menos por seis horas. En cada tiempo la
paciente permanece durante todo el procedimiento con tándem y
colpóstatos colocados. El tiempo de cada fracción de tratamiento no
superó nunca los 50 minutos. El segundo procedimiento de BT fue
realizado con un mínimo de siete días de intervalo. Todas las
pacientes recibieron anestesia general para la realización del
procedimiento, siendo un tratamiento ambulatorio (15).

Luego de colocados el tándem intrauterino y los colpóstatos vaginales,


se realizó radiografía de pelvis de frente y perfil para ver la
disposición física de los dispositivos. Mechas baritadas son colocadas
en la vagina con el fin de fijar el dispositivo vaginal y visualizar en
radiografía lateral de pelvis la pared vaginal (15).

Las complicaciones que producen síntomas prolongados, necesitan de


una intervención quirúrgica o son causa directa de fallecimiento
fueron analizadas (15).

3. 3. 4 Crioterapia

Es una de las formas terapéuticas ablativas basado en la destrucción


de tejidos mediante necrosis producida por nitrógeno líquido a baja
temperatura (-196°), la técnica consiste en aplicar ciclos completos de
congelación- descongelación, que varía según el tipo de lesión (14).
(Anexo 7)

3.3.5 Cirugía

Una histerectomía es la extirpación del útero y el cuello uterino. La


histerectomía puede ser simple o radical. Una histerectomía simple es
la extirpación del útero y el cuello uterino. Una histerectomía radical
es la extirpación del útero, el cuello uterino, la parte superior de la
vagina y el tejido que rodea el cuello uterino (48).

Una histerectomía radical incluye una disección extensiva de los


ganglios linfáticos pélvicos, lo que significa que se extirpan los
ganglios linfáticos. Este procedimiento se puede realizar mediante una
incisión grande en el abdomen, denominada laparotomía, o incisiones
más pequeñas, denominadas laparoscopía. La cervicectomía radical es
un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa el cuello uterino,
pero se deja el útero intacto. Incluye una disección de los ganglios
linfáticos pélvicos. Esta cirugía puede utilizarse en el caso de las
pacientes jóvenes que desean preservar su fertilidad. Este
procedimiento se ha convertido en una alternativa aceptable a la
histerectomía para algunas pacientes (48).

3.4 Tratamiento durante el embarazo

La cirugía puede ser propuesta como tratamiento primario durante el embarazo en


estadios iniciales. El estado ganglionar es el factor pronóstico más importante,
dado que el PET no es rutina, la linfadenectomía laparoscópica es una herramienta
necesaria para minimizar los daños en el retraso del tratamiento. Ante la
confirmación de ganglios metastásicos se realiza tratamiento definitivo o
poliquimioterapia hasta madurez fetal. Es una técnica segura y eficaz en manos de
cirujanos entrenados en embarazos menores a 22 semanas (52).

Tanto la cirugía y poliquimioterapia son tratamientos considerables en la


detección de cáncer de cuello uterino en mujeres gestantes. La opción dependerá
de si la paciente opta por continuar con su embarazo o no, pero los procesos de
detección partiendo de pronósticos son imprescindibles en el impacto de la salud
materno fetal. El embarazo no agrava la enfermedad, la demora en el inicio de
tratamiento sí (52).

3.5 Consideraciones después del tratamiento

Después del tratamiento para cáncer cérvicouterino, la mujer necesitará realizarse


exámenes regulares (cada 3 o 6 meses) para asegurarse de que cualquier cambio
en la salud se tenga en cuenta y se trate si es necesario (53).

En algunos casos, el cáncer cérvicouterino puede regresar años después del


tratamiento. El médico examinará para ver si hay una recurrencia del cáncer. Los
exámenes pueden incluir exámenes físicos, radiografías, ecografías, entre otros
(53).
El cáncer de cérvix aun habiendo sido tratado posee repercusiones sobre las
pacientes, por lo que es crucial mantener una salud ginecológica responsable y
medida bajo revisiones médicas que ayuden a prevenir consecuencias negativas
(53).
CAPÍTULO IV
CÁNCER CÉRVICOUTERINO: REPERCUSIONES
SOCIALES
4. 1 Centros de asistencia

4. 1. 1 Unión latino americana contra el cáncer de la mujer (ULACCAM)

La ONG Unión Latinoamericana Contra el Cáncer de la Mujer es una idea


clara de cómo la preocupación por problemas frecuentes necesita tener apoyo
por parte del gobierno. La visión de esta ONG, por ejemplo, presenta evidencia
sobre el impacto de ambos cánceres en la región latinoamericana y busca que
el fracaso en políticas, información, formación y acceso a la detección y
tratamiento de cáncer de cérvix en nuestro país y muchos otros sea resuelto en
pro de mejores condiciones de vida para las mujeres (54).

El objetivo de la ULACCAM es que las mujeres de la región tengan acceso a la


información, prevención, detección precoz, diagnóstico y tratamiento adecuado
para los cánceres de mama y de cuello de útero principalmente. La incidencia
en políticas públicas de la sociedad civil puede incrementar la rendición de
cuentas gubernamentales relacionadas con la creación e implementación de
políticas más efectivas (54).

4. 1. 2 El instituto nacional de enfermedades neoplásicas (INEN)

El instituto nacional de enfermedades neoplásicas (INEN), ubicado en


surquillo- lima tiene como misión proteger, promover, prevenir y garantizar la
buena atención a pacientes con cáncer y dando prioridad a las personas más
pobres. Cuenta con albergues de apoyo que aloja a pacientes y familiares de
pocos recursos económicos durante el tratamiento del paciente. Los albergues
de apoyo son: Albergue Frieda Héller (Fundación Peruana de Cáncer),
Albergue de la Alianza de Apoyo al INEN (ALINEN), Casa Magia: Albergue
para niños con cáncer, Asociación Las Siervas de Nuestra Señora de Fátima,
Casita Fuente de Vida y Albergue "Divina Misericordia" – Aldimi (55).

El Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), capacitará


próximamente a más de 150 profesionales de la Salud de las Direcciones de
Redes Integradas de Salud (DIRIS) de Lima Metropolitana, en temas
relacionados a la prevención secundaria de cáncer de cuello uterino basado
en Inspección Visual con Ácido Acético (IVAA) (56).

4. 1. 3 Centro oncológico de Lamas

El centro oncológico de Lamas es el primer centro oncológico de la región San


Martin especializado en la detección de cáncer, el tratamiento con
quimioterapia y el manejo paliativo que previene los síntomas o efectos del
cáncer (16)

4. 1. 4 Centro de prevención oncológica de Moyobamba

El centro de prevención oncológico de Moyobamba busca un diagnóstico


rápido del cáncer para que así el paciente pueda tratarse lo antes posible, da
orientaciones y consultas a los pacientes que reciben un tratamiento respectivo
o que llevaran un tratamiento. El centro de prevención oncológico se ubica en
el interior del mismo hospital de Moyobamba (57).

4. 2 Prevención del cáncer de cuello uterino

La prevención en cáncer es de suma importancia, ya que al igual que otras


patologías, el mejor tratamiento del cáncer es la prevención. En el caso del cáncer se
dan tres condiciones favorables, en primer lugar alguno factores ambientales que
participan en su génesis puede ser evitado. En segundo lugar, suele haber un período
largo de desarrollo del cáncer, incluso con aparición de lesiones pre malignas, lo que
permite lograr un diagnóstico precoz. (58)

La historia del cáncer de cérvix se inicia en la década de los 70 donde el científico


alemán Harald Zur Hausen retomo la hipótesis de que el cáncer de cérvix era
producido por un virus de transmisión sexual, debido a este descubrimiento en la
actualidad se dispone de vacunas capaces de evitar un número importante de
infecciones relacionadas con el cáncer de cuello uterino (14).

4. 2. 1 Cribado del cáncer de cuello uterino

Esta aplicación de programas a demostrado ser la más eficiente, en la reducción de


incidencias e inmortalidad por el cáncer del cuello uterino.

 Citología cervicovaginal
Tiene una alta especificidad (85-100%), pero una sensibilidad subóptima y
variable (30-90%). Se conoce, que alrededor de un 80% de las mujeres que
han desarrollado un carcinoma invasor de cuello, no se les había realizado
examen citológico previo. (13).

La edad recomendada para iniciar el cribado citológico es a los 3 años del


primer coito vaginal, o a los 25 años. La frecuencia más aceptada para la
repetición es a los 3 ó 5 años, tras 2 exámenes anuales con resultados
normales, en pacientes que no tengan factores que incrementen el riesgo (13).
(Anexo 8)

 Test de tipificación de VPH


La sensibilidad de la prueba es sistemáticamente superior a la de la citología
para la detección de lesiones de alto grado (mejoría de la detección de un
28%). La homogeneidad de los resultados es significativamente superior a la
de la citología. Sin embargo, la especificidad de la citología es superior en un
7% (13).
El excelente valor predictivo negativo de la determinación viral nos es muy
útil en la práctica, porque si no se demuestra virus, la posibilidad de que se
esconda una lesión de alto grado es muy remota.

La mayoría de los métodos de detección de VPH, están basados en la


detección de ADN45. Es posible realizar el análisis patológico y molecular de
VPH a partir de una misma muestra. El procedimiento se puede realizar
mediante test de captura de híbridos (sondas ARN-ADN viral) o por métodos
de amplificación de secuencias diana mediante reacción en cadena de la
polimerasa (13).

4. 2. 2 Vacunas

Hay dos opciones de manejo que se colocan dentro de dos categoriaas generales. El
primero puede aplicarse en casos de NIC I cuando le precede una citología cervical
que sugiere lesión de bajo grado (ASCUS, LSIL o ASCH). En segundo caso, para
lesiones de bajo grado entonces, si los elementos concordantes y la unión
escamocilíndrica son visibles, también se pude hacer la vaporización con láser (14).

 Vacunas profilácticas frente a VPH


Las líneas de investigación epidemiológicas a seguir incluirían: modificación
y ampliación de los programas de cribado y tipificación del VPH, desarrollo
de programas de vacunación profilácticas y terapéuticas, y nuevos
tratamientos inmunomoduladores (interferón e imiquimod) y antivirales (13).

Vacunas contra VPH. Con la aprobación desde 2006 de dos vacunas contra los tipos
de VPH de alto riesgo 16 y 18 (que están presentes en el 70% de los carcinomas del
cérvix) y su potencial alcance por inmunidad cruzada para los tipos 31, 33 y 45 (que
abarcarían cerca de un 10 % de protección adicional) se dispone de un arma poderosa
para evitar cerca de un 85% del riesgo de contraer el cáncer de cuello uterino en los
años venideros.

La prevención del virus de papiloma humano tiene presencia desde inicios del nuevo
siglo con efectividad excelente frente a las distintas variantes del virus, teniendo en
cuenta la condición de la población afectada. Una vez más, las vacunas son el más
importante mecanismo en la reducción de enfermedades (29).

Tipos de vacunas profilácticas

 Vacuna bivalente VPH 16 y 18.


Sintetizada gracias a un sistema de expresión celular de un baculovirus,
combinado con un compuesto de aluminio más lípido A monofosforilado
(AS04), que permite protección e inducción de altos y prolongados títulos de
anticuerpos, además de un aumento de la inmunidad mediada por células. El
protocolo de administración sería a los 0, 1 y 6 meses (13).

 Vacuna tetravalente VPH 6, 11, 16 y 18.


Preparada mediante una proteína recombinante sintetizada en levaduras,
administrada también con un compuesto alumínico convencional. Pauta de
vacunación 0, 2 y 6 meses (13). (Anexo 9)

4. 2. 8 Láser De Dioxido De Carbono

Se puede utilizar para la ablación de la zona de transformación o como una


herramienta para las biopsias por conización. El láser destruye el tejido en una zona
muy estrecha de la lesión alrededor del tejido tratado y, por ende, es tan preciso
como flexible (14). (Anexo 10)

4.3. Promoción

La promoción de la salud fomenta cambios en el entorno que ayudan a promover y


proteger salud; implica una manera particular de colaborar: se basa en la población,
es participativa, es intersectorial, es sensible al contexto y opera en múltiples
niveles (58).

La promoción de la salud en el cáncer cérvicouterino se basa en los siguientes


criterios definidos por los recursos bibliográficos consultados: (59) (60) (61)

- Involucrar no solo a la mujer, sino a la familia y la comunidad en la


realización de la prueba citológica y reducción de los factores de riesgo
del cáncer cérvicouterino. En este punto recae el tamizaje y el
Papanicolaou.
- Abogacía por la salud mediante el uso de los medios informativos y
movilización de la comunidad.
- La garantía de los derechos que protegen las constituciones,
declaraciones y decretos emitidos por instituciones de carácter global y
regional como la OMS.
- Política de salud en el programa del médico y enfermera de la familia, se
realizan las visitas de terreno al hogar para de una forma más íntima
sensibilizar a toda la familia en la importancia de la realización de la
prueba citológica.
- Los profesionales de la Atención Primaria de Salud puedan educar,
desde las escuelas primarias hasta los demás niveles de enseñanza, a las
niñas y jóvenes en la importancia de realizarse la citología orgánica por
ser un método eficaz para prevenir el cáncer cérvicouterino.
- El rol de madre, esposa y cuidadora, que delimitó la cultura del pasado
no debe impedir que las mujeres decidan sobre cómo desean desarrollar
una vida sexual segura.
- Formación de comités organizados a nivel local, departamental y/o
regional para la realización de prevención y promoción en salud
enfocados al tema del CCU.
- Diálogos comunitarios mediante mesas de trabajo en las que se
discutirán las necesidades, acciones e intervenciones para la prevención.
- Campañas de educación a través de medios de comunicación.
- La educación enfocada a la mujer, su pareja, familia, adolescentes,
grupos religiosos, líderes comunitarios, entre otros.
- Identificar las normas, leyes y normativos que respaldan la lucha contra
el CCU para abogar en la prevención, manejo y control de la
enfermedad en el país.

En Perú, las actividades de detección, diagnóstico y tratamiento están


dirigidos a mujeres que han tenido relaciones coitales, con mayor énfasis en
el grupo de 18 edad entre 30 a 49 años y en aquellas mujeres con uno o más
factores de riesgo.

Reducir las actividades que crean los factores de riesgo:


Dejar de fumar
Reducir el número de parejas sexuales o asegurarse que no sea portador.
Emplear métodos anticonceptivos y de protección frente a las ETS.
Hacer recuentos de los antecedentes familiares respecto al CCU.
Realizar visitas frecuentes con el obstetra, ginecólogo o médico de su
confianza.

Incluso en países con servicios de tamizaje organizados, estos beneficios [de la


promoción] no se maximizan en poblaciones desatendidas, no aseguradas y
subrepresentadas debido a factores como el costo, los problemas de acceso, la
ansiedad, el malestar con el procedimiento de detección y el miedo al cáncer o mala
alfabetización en salud, todo lo cual contribuye a resultados deficientes para el
cáncer de cuello uterino (62).

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