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1.1 Definición
Según un conjunto de oncólogos (3) definen “El cáncer cervical es una neoplasia
maligna de las células provenientes del cuello uterino”. Este mal nocivo puede
estar patente en las féminas que se encuentra atravesando el final de la
adolescencia y mediados de los 30 años de edad; en las niñas menores de 15 años
de edad es inusual el desarrollo de cáncer cervical (4). El riesgo aumenta en las
mujeres mayores de 40 años de edad por ello, deben continuar sometiéndose con
regularidad a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino, como por ejemplo
las pruebas de Papanicolaou (4).
“El cáncer de cuello uterino (CUU) se origina cuando una célula se multiplica en
un orden no establecido y a partir de diferentes tejidos.” (4). El carcinoma
localizado en el cérvix presenta un alto porcentaje de morbilidad y mortalidad
además de tener una naturaleza patológica complicada debido a que se muestra en
varias formas y por diversas causas (5).
1.2 Historia
Se considera al fisiólogo alemán Johannes Muller como el verdadero iniciador de
la citología clínica, publicando en 1838 su monografía sobre "La naturaleza y las
características del cáncer". Señaló que, en el cáncer, las células estaban libres y
separadas unas de otras; así mismo diferenció los carcinomas de los sarcomas.
Además, Julius Vogel en 1843 fue el primero en hacer diagnóstico por medio de lo
que se conocería un siglo después como citología exfoliativa; tomando muestras de
un tumor ulcerado de cérvix observó la presencia de células diferentes al pus y los
glóbulos rojos. Sumado a esto, Alfred Donné en 1849 describió por primera vez la
presencia de trichomonas en secreción vaginal y Bennet fue el primero en
examinar el líquido ascítico de una mujer con cáncer de ovario (6).
La infección por el virus del papiloma humano es reconocida por la OMS en el año
1992 como la causa más importante del cáncer cérvicouterino (7). Dentro de los
posibles cofactores genéticos expuestos en el documento oficial emitido por la
Organización Mundial de la Salud incluyen los marcadores de susceptibilidad
genética, los factores que regulan la respuesta inmunitaria celular y humoral a la
infección por este virus, entre otros muchos (8).
A partir del reconocimiento oficial de la patología aparecieron los primeros
programas de prevención de cáncer de cuello uterino se basaron en la premisa que
la enfermedad se desarrollaba a partir de lesiones precursoras (ampliamente
conocido como displasias), progresando de manera constante de leve a moderada y
severa, a carcinoma in situ (CIS) y, a continuación, cáncer. De hecho, ahora parece
que el precursor directo de cáncer de cuello uterino es la displasia de alto grado,
que puede progresar a cáncer de cuello uterino durante un período de hasta 10 años
(9).
La hipótesis respecto a que las displasias son el promotor primario del cáncer
cérvicouterino ha sido comprobada en gran medida por la medicina moderna,
teniéndolas como el principal rastro por el cual empezar a sumergirnos en el
estudio y análisis de la enfermedad.
1.3.1 Clasificación
Hasta la fecha, se han identificado y clonado más de 115 genotipos
diferentes de VPH. Un gran estudio multinacional de cáncer de cuello
uterino encontró que más del 90% de todos los cánceres de cuello uterino en
todo el mundo son causados por 8 tipos de VPH:
Los tipos 16, 18 y 45 están incriminados en el 94% de los adenocarcinomas
cervicales (11).
1.3.3 Epidemiología
Alrededor del 90% de adultos estarán infectados por algún genotipo del
VPH a lo largo de su vida (14).
Se han descrito más de 100 genotipos de VPH (14), la cuales siguen siendo
responsables de la gran cantidad de enfermedades oncogénicas, de las
cuales, más se destaca las neoplasias de cérvix y ano.
El 80% de los últimos casos se da a los 50 años, mientras el 10% de los
casos se da en edades mayores a 75 años (14).
1.3.4 Características
Patogénesis
Genoma viral
El genoma viral es pequeño, consta de una doble cadena de ADN de 8.000
pares de bases y contiene un máximo de 8 genes, 2 de los cuales son los que
codifican las proteínas estructurales o late-proteins L1 y L2 (13).
El VPH está relaciona más o menos con la vulva, y este tipo de tipo de
cáncer responde a dos tipo o modelos etiológicos. El primero ocurre en
mujeres menores de 50 años, está ligado a infección por VPH y cursa
con lesiones precursoras como neoplasia vulvar intraepitelial de alto
grado (VIN II-III). El segundo tipo se produce en mujeres mayores de
50 años, es independiente de la infección viral y no cursa con lesiones
precursoras (13).
Adenocarcinoma
Este tipo de cáncer de cuello uterino comienza en las células glandulares en
forma de columna que recubren el canal cervical (16). (Anexo 3)
1.5 Histología
El CCU tiene patente una clasificación de tres tipos de carcinomas según el estrato
histológico en el que se desarrolle:
Primero puede presentarse como un Carcinoma de las células escamosas, que se
origina a expensas del epitelio pavimentoso, es el más frecuente
(aproximadamente 80 % de los casos): El precursor inmediato de este carcinoma
son las lesiones intraepiteliales escamosas de alto grado. La segunda opción es un
Adenocarcinoma cervical, que constituye el 15 % de los casos y se desarrolla a
partir de lesiones precursoras denominadas adenocarcinoma in situ. La última
posibilidad son los Carcinomas adenoescamosos y neuroendocrinos, que
constituyen el 5 % que resta (17).
1.6 Fisiopatología
Para que ocurra la infección y se produzca el CA de cuello uterino el VPH debe
estar presente. Las mujeres sexualmente activas tienen un alto porcentaje de
desarrollar la infección por VPH. Pero, el 90% aproximadamente de las
infecciones por VPH desaparecen por sí solas en aproximadamente meses a pocos
años y no dejan secuelas, aunque en algunos los informes citológicos a los 2 años
siguientes de ocurrida la infección pueden mostrar una lesión escamosa
intraepitelial de bajo grado (8).
Etapa I
En la etapa I, “las células cancerosas han crecido desde la superficie del
cuello uterino hasta los tejidos más profundos de éste” A su vez esta etapa
se presenta en estadio IA1 y IA2 (20).
Etapa IA: Cáncer invasor identificado sólo microscópicamente. Hay una
invasión medida del estroma con una profundidad máxima de 2 mm y un
diámetro no mayor de 7 mm (17).
Etapa IA1: El cáncer solo puede ser observado a través del microscopio con
una medida menos de 3mm (19)
Etapa IA2: La medida se incrementa hasta 5mm, con una profundidad
“aproximadamente entre 1/8 y 1/5 de pulgada” (19).
Etapa IB: Lesiones clínicas limitadas al cuello uterino o lesiones preclínicas
mayores que en el estadio IA. Todas las lesiones evidentes a simple vista,
aun con invasión superficial, se consideran cánceres en estadio IB (20).
Etapa IB1: El cáncer alcanza una medida mayor a 5mm (19).
Etapa IB2: La neoplasia maligna llega a medir aproximadamente 2 cm (20).
Etapa II
En la etapa II, “el cáncer ha crecido fuera del cuello uterino y el útero, pero
no se ha propagado a las paredes de la pelvis o a la parte inferior de la
vagina” (21).
Etapa IIA1: “El cáncer no mide más de 4 cm” (19), en cambio en la etapa
IIA2 llega a los 4cm incluso más (19).
Etapa IIB: El cáncer se propaga e “infiltra parcialmente los parametrios”
(22).
Etapa III
Etapa IV
La última etapa del cáncer de cuello uterino es el cuarto, en este “el cáncer
ha crecido en la vejiga o el recto o en órganos lejanos como los pulmones o
los huesos” (22).
2. 1. Situación Epidemiológica
2. 1. 1. Situación Mundial
En el año 2020, el cáncer de cuello uterino se posicionó como el cuarto cáncer más
común entre mujeres. Se calcula que en el año 2018 hubo 570 000 nuevos casos,
representando alrededor del 7,5% de la mortalidad femenina por cáncer. Además,
según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (23), de las aproximadamente
más de 311 000 defunciones por cáncer del cuello uterino que se registran cada año,
más del 85% se producen en los países bajos y medianos (Ver tabla 1).
2. 1. 2. Situación Latina
Cada año se producen en el mundo más de 500 000 nuevos casos de cáncer
de cuello uterino y de ellos alrededor de unos 272 000 (80 %), se
diagnostican en países poco desarrollados (26). Más de 300 000 mujeres
mueren anualmente por cáncer de cuello uterino y de ellas más del 70 % en
plena capacidad reproductiva. El 2 % de las mujeres a nivel mundial tendrán
el riesgo de morir por cáncer de cuello uterino.
Al cáncer de cuello uterino le llaman cáncer del tercer mundo puesto que
afecta en su mayoría a mujeres de países paupérrimos exceptuando algunas
partes del mundo como el norte de África o la península arábiga porque
ellos mantienen principios religiosos al ser más conservadores (27). En
América Latina el CCU es la tercera causa de muerte por cáncer en mujeres,
superado solo por el cáncer al pulmón y a la glándula mamaria, pero en
algunos países como Bolivia, Paraguay y Ecuador está en primer lugar con
más probabilidad de muerte (28). (Anexo 4)
2. 1. 3. Situación Nacional
Según el tipo de cáncer de cuello uterino existen diferentes signos que se hacen
patentes al momento realizar un tamizaje. Por ejemplo, si el cáncer de cuello
uterino se presenta de forma histológica como un carcinoma epidermoide, entonces
se evidenciará que las células delgadas y planas (células escamosas) que recubren la
parte externa del cuello uterino, que se proyecta hacia la vagina para luego
presentar signos como una llaga plana con una costra escamosa y un nódulo rojo
(15).
3.2 Diagnóstico
Con respecto al diagnóstico, “Estudios epidemiológicos indican que uno de los
factores de mayor riesgo en el desarrollo de lesiones preinvasoras o invasoras de
cérvix, es la lesión de VPH” (39).
3.2.1 Papanicolaou
3.2.2 Colposcopia
3.2.3 Biopsia
Por otro lado, se puede realizar el diagnóstico con una biopsia de cuello
uterino, para lo cual existen 4 tipos: (44)
3.3 Tratamiento
Los pacientes de bajo grado son tratados con terapias ablativas ambulatorias y
para los pacientes de alto grado se realiza conización con bisturí frío o
electroconización (49).
3.3.1.1 Quimioterapia
3.3.1.2 Inmunoterapia
3.3.2 Radioterapia
3.3.3 Braquiterapia
3. 3. 4 Crioterapia
3.3.5 Cirugía
Citología cervicovaginal
Tiene una alta especificidad (85-100%), pero una sensibilidad subóptima y
variable (30-90%). Se conoce, que alrededor de un 80% de las mujeres que
han desarrollado un carcinoma invasor de cuello, no se les había realizado
examen citológico previo. (13).
4. 2. 2 Vacunas
Hay dos opciones de manejo que se colocan dentro de dos categoriaas generales. El
primero puede aplicarse en casos de NIC I cuando le precede una citología cervical
que sugiere lesión de bajo grado (ASCUS, LSIL o ASCH). En segundo caso, para
lesiones de bajo grado entonces, si los elementos concordantes y la unión
escamocilíndrica son visibles, también se pude hacer la vaporización con láser (14).
Vacunas contra VPH. Con la aprobación desde 2006 de dos vacunas contra los tipos
de VPH de alto riesgo 16 y 18 (que están presentes en el 70% de los carcinomas del
cérvix) y su potencial alcance por inmunidad cruzada para los tipos 31, 33 y 45 (que
abarcarían cerca de un 10 % de protección adicional) se dispone de un arma poderosa
para evitar cerca de un 85% del riesgo de contraer el cáncer de cuello uterino en los
años venideros.
La prevención del virus de papiloma humano tiene presencia desde inicios del nuevo
siglo con efectividad excelente frente a las distintas variantes del virus, teniendo en
cuenta la condición de la población afectada. Una vez más, las vacunas son el más
importante mecanismo en la reducción de enfermedades (29).
4.3. Promoción