Está en la página 1de 7

Adoración al Santísimo en el Monumento

Guía:

1. Introducción

El sacerdote o el diácono, junto a los fieles, vienen en procesión con el Santísimo


Sacramento dentro de la Custodia. El sacerdote o el diácono dejará el Santísimo
Sacramento en el Monumento. Mientras los fieles se sientan, se canta una
antífona.

[Canto]: Alabe todo el mundo.

[Monición de entrada]: Queridos hermanos y hermanas, en esta noche


necesitamos que nuestra fe sea más fuerte que nunca. Jesús ha
entregado las especies del pan y el vino, que en la cruz serán para
siempre su Cuerpo entregado y su Sangre derramada por nuestra
salvación, estando presente con nosotros hasta el fin de los tiempos.

Ahora nosotros como discípulos de Jesús lo acompañaremos en


el Monte de los Olivos, pero esta oración será la más intensa de todas,
pues experimentará la angustia de su próxima muerte y tendrá que
sentir el gran peso del destino de toda la humanidad que conlleva
seguir la voluntad de Dios. Sin embargo, con su inmensa fe es capaz
de sobreponerse, aceptando voluntariamente la cruz que su Padre a
puesto en su camino.

Vivamos con Jesús este doloroso momento de agonía y


sufrimiento, aprendamos de Él, sigamos su camino y su enseñanza.
Invoquemos al Espíritu Santo para no caer en tentación y lamento.

[Canto al Espíritu Santo]: Ven Espíritu de Dios

El lector correspondiente tiene que proclamar el Evangelio: “Evangelio de Nuestro


Señor Jesucristo, según san Mateo” y comenzar a leer las perícopas del texto
bíblico.
Lee: Niño de confirmación 1 __________________

[Texto Bíblico]: “Entonces fue Jesús con sus discípulos a un huerto


llamado Getsemaní, y les dijo:
- Siéntense aquí mientras voy a orar un poco más allá.
Llevó consigo a Pedro y los dos hijos de Zebedeo; comenzó a sentir
tristeza y angustia, y les dijo:
- Me muero de tristeza, quédense aquí y velen conmigo.”
(Mt 26, 36-38)

[Reflexión]:
Con esta invitación que nos hace Jesús, velemos esta noche
junto a Él. Aprendamos de su humildad al pedirle a sus fieles
discípulos que lo acompañen y confesarles su angustia. Seamos
capaces de pedir ayuda en aquellos momentos que nos invade la
tristeza, la rabia, la envidia y todas aquellas dificultades que se nos
presentan en nuestro camino.

Contemplemos a Cristo en la vigilia de su pasión cumpliendo el


deseo que manifestó a los apóstoles en el Huerto de los Olivos:
“Quédense aquí y velen conmigo”.

[Silencio]: 5 min.

2. Primer momento. “ Contemplemos a Cristo”.

Lee: Niño de confirmación ___________________

[Texto Bíblico]: “Y avanzando un poco más, se postró en tierra y


suplicaba que, si era posible, no tuviera que pasar por aquel momento.
Decía:
- ¡Abba, Padre! Todo te es posible. Aparta de mí este cáliz de
amargura. Pero, no se haga como yo quiero, sino como quieres
tú.” (Mc 14, 35-36)
[Reflexión]:

Al igual que la Transfiguración del Señor, el momento de oración


y súplica en el Getsemaní es una revelación del misterio de Cristo.
Esta vez, es Cristo mismo quién sufre por el destino que le acontece;
es aquel destino de muerte próxima y salvífico de la humanidad. Cristo
se angustia como todo ser humano, pero a la vez quiere cumplir con la
voluntad de Dios cueste lo que cueste.

No hay que olvidar la tremenda realidad que supone la


Encarnación para el misterio de Cristo, puesto que Él ha querido
participar de toda la realidad humana, exceptuando el pecado: por
eso, siendo Cristo el verdadero Dios encarnado, experimenta la
angustia que le acontece y suplica al Padre de manera cercana: Abbá.

¿Por qué el Padre elige ese camino? ¿Por qué no eligió otro?
¿Por qué razón la cruz, por qué tanto sufrimiento, por qué tanto dolor?
¿Por qué el Padre guarda silencio frente a la petición? Desaliento,
agonía y tristeza son los tres sentimientos de Jesús. En vez de
reaccionar y dominar, Jesús parece estar sojuzgado por su hora de la
pasión y de la cruz.

[Canto]: Dura Cadena

[Silencio]: 10 min.

3. Segundo momento: “El Padre ayuda al Hijo”

Lee: N.d.C ________________

[Texto bíblico]: “Entonces se le apareció un ángel del cielo, que lo


estuvo confortando.” (Lc 22, 43)

[Reflexión]:
Jesucristo, en medio de esta angustia, es confortado por un
ángel del cielo que fue enviado por su Padre para brindarle las fuerzas
necesarias para este último enfrentamiento. Así como el Padre está
dispuesto a estar con su Hijo en las adversidades, también Él está con
nosotros, sus hijos adoptivos, en momentos de necesidad y acogida.
Muchas veces vamos a enfrentar tremendos problemas, incluso
en nuestras propias familias, en el matrimonio, los hijos, comunidades
y ministerios, amistades. Tales nunca van a dejar de existir, ¿Quién
puede decir que está libre de estas cosas?
Jesús las vivió, pero el Padre le envió ayuda al igual que lo hará
con nosotros. Así que no nos preocupemos por las dificultades que
hay en nuestro camino, más bien pongamos todo aquello en las
manos de Dios.

[Canto]: Déjate

Dos personas entregarán las oraciones. ( _____________, _______________)

Para las oraciones comunes, el guía dice una vez la primera frase, los fieles
repiten la segunda, siendo así la dinámica de forma sucesiva.

[Oración común]: Como Pueblo de Dios reunido en Cristo, digamos


todos juntos:

En tu noche triste … R: Queremos rezar contigo


En tu hora difícil … R: Queremos rezar contigo
En tu lucha y agonía … R: Queremos rezar contigo
Cuando todos te abandonan ...R: Queremos estar contigo
Cuando Judas te traiciona … R: Queremos estar contigo
Cuando el sanedrín prepara tu condena … R: Queremos estar contigo
Los discípulos duermen … R: Nosotros queremos velar contigo
Los soldados te prenden … R: Nosotros queremos defenderte
Pedro te niega tres veces … R: Nosotros queremos confesarte.
Amén.

[Silencio]: 10 min.

4. Tercer momento: Momento culmen de la angustia del Señor

Lee: N.d.C __________________

[Texto bíblico]: “Lleno de angustia, oraba más intensamente, y


comenzó a sudar como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.”
(Lc 22, 44)
[Reflexión]:
Este es uno de los momentos en que vemos a un Jesús lleno de
angustia y temor, que sufre por lo que va a pasar. Él sabe lo que le
ocurrirá por anunciar el Reino de Dios, por ejemplo, a los profetas y a
Juan Bautista, quienes anunciaron la Buena Noticia, tuvieron un
desenlace fatal.

Jesús, quien es la Buena Noticia encarnada, sabe lo que le


espera y como hombre, se prepara por el destino inminente de su
muerte. Por ello, al entregarse en las manos del Padre, ora
intensamente para recibir la fortaleza necesaria y para sentir que el
Padre estará con Él, incluso en el momento de la cruz.

En nuestra vida, ¿cuántas veces hemos estado a punto de


rendirnos ante las adversidades? ¿hemos sentido la ausencia de Dios,
quien no nos escucha cuando nosotros oramos intensamente para
hacernos escuchar? ¿nos hemos rendido frente a los sufrimientos de
la vida?

El Señor estuvo en los límites de la angustia, el miedo le


carcomía la piel, pero aun así, sabiendo que su muerte se aproximaba,
no desistió a la angustia y continuó orando. En los momentos de
angustia, oremos intensamente, entreguémonos confiadamente en las
manos del Padre.

[Canto]: En tus manos

[Silencio Espiritual]:
Los invitamos que ordenadamente y de forma voluntaria se
acerquen al reclinatorio y frente al Santísimo pongamos nuestra vida
en las manos de nuestro Padre.
Los que no deseen acercarse, oren en su lugar con total
confianza, Dios nos escuchará.

(Silencio 20 min)

Después de 15 minutos del Silencio Espiritual, se toca alguna melodía ambiental.


Luego, canta el coro.
[Canto]: Getsemaní

5. Cuarto momento: Ha llegado la hora.

Lee: N.d.C _______________

[Texto bíblico]:
Después de orar, se levantó y fue adonde estaban sus discípulos. Los
encontró dormidos, pues estaban rendidos por la tristeza. Entonces les
dijo: ‘¿Cómo es que están durmiendo? Levántense y oren, para que
puedan hacer frente a la prueba’. (Lc 22, 45-46)

[Reflexión]: Como discípulos del Señor, pasamos por momentos de


tristezas, de cansancio y sueño, no solo físicos sino también
espirituales. El sentido de la vida se nubla y los problemas se vuelven
la cruz pesada que empezamos a cargar. Cuando esta cruz se hace
más pesada y nos llega a agobiar, el Señor nos alienta diciéndonos:
“Levántense y oren, para que puedan hacer frente a la prueba”.

Escuchemos sus palabras y no decaigamos en las adversidades


de la vida; mantengámonos despiertos en la fe.

[Canto]: Heme aquí (Salmo)

[Ejercicio de compromiso]: Como signo de estar despiertos con el


Señor, los invito a reflexionar en un compromiso que nos permita ser
mejores en nuestra comunidad y en nuestra vida diaria.
De este modo estaremos ayudando a cargar la cruz, para esto los
invitamos a escribir nuestro compromiso en la cruz que irá pasando
por sus lugares.

[Silencio]: 10 min.

[Oración común]: Para finalizar este momento recordaremos como


oraban las primeras comunidades. Nos tomaremos de las manos y
rezaremos la oración que Jesús no enseñó:

Padre nuestro/ que estás en el cielo/ santificado sea tu Nombre/ venga


a nosotros tu reino/ hágase tu voluntad/ en la tierra como en el cielo./
Danos hoy nuestro pan de cada día;/ perdona nuestras ofensas,/como
también nosotros perdonamos /a los que nos ofenden;/no nos dejes
caer en la tentación,/ y líbranos del mal. Amén.

El sacerdote o diácono puede impartir la bendición final. En caso de no estar


presente ninguno, el guía puede impartir la bendición.

[Bendición]: Que Dios todopoderoso nos bendiga en el Nombre del


Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Que todos tengan un
buen retorno a sus hogares.

También podría gustarte