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Monografía Paraparesia espástica tropical

Carlos Miguel Medina Arciniegas


Neuropediatria 2023-1
1110595988

La paraparesia espástica tropical es una enfermedad crónica degenerativa del sistema


nervioso central que afecta principalmente la médula espinal. La aparición de la enfermedad
se asocia con la infección por el virus linfotrópico humano tipo 1 (HTLV-1), que también se
ha visto vinculado con el desarrollo de leucemia o linfomas de células T en el adulto, con un
comportamiento oncológico agresivo.

No existen muchos datos acerca de la prevalencia de paraparesia espástica tropical debido a


su baja incidencia en países desarrollados, sin embargo se estima que a nivel mundial
existen alrededor de 5 a 10 millones de personas a nivel global infectadas por HTLV-1,
siendo en su mayoría casos asintomáticos. La mayor prevalencia de infección se encuentra
en Asia, África Subsahariana y Latinoamérica. En particular en Colombia, se encontró una
prevalencia general de infección del 0.3% mucho menor comparada con la de otros países
latinoamericanos como las Guyanas Francesas con prevalencia del 5.2%; no obstante, al
hacer el subanálisis de la cifra de prevalencia en nuestro país por región encontramos que
en el Pacífico colombiano el porcentaje aumenta hasta el 6.28%. La infección es más común
en mujeres que en hombres, con una promoción de 3-4:1, sus principales vías de contagio
son a través de transfusiones, lactancia materna y relaciones sexuales, sin tener transmisión
vertical y suele ser más común en adultos que en niños, con un pico de incidencia entre la
quinta y sexta década de la vida.

Respecto al virus HTLV-1 es importante recalcar que es un virus de la familia Retroviridae, el


cual se integra al DNA celular especialmente linfocitario CD4, CD8 y monocitos. El daño
tisular ejercido a nivel del sistema nervioso central que desencadena la enfermedad no es
ejercido directamente por el virus, sino por la respuesta inmune desbalanceada provocada
por este, mediada por la proteína Tax producida por el virus, linfocitos T CD8, IL-6 y TNF alfa.
Del total de infectados por el virus, solo 0.3-4% desarrollan la enfermedad; el riesgo se
encuentra asociado con diversos factores, entre ellos, factores virales y genéticos como la
carga proviral, el complejo mayor de histocompatibilidad, entre otros.

Las manifestaciones clínicas comprenden paraparesia, espasticidad lentamente progresiva,


asociada con síntomas de esfínteres como vejiga neurogénica o estreñimiento, alteraciones
en la marcha, con inestabilidad, debilidad simétrica, dolor lumbar, disfunción sexual,
frecuencia urinaria, urgencia, incontinencia o retención. Se ha observado la presencia de
parestesias e hipoestesia en aproximadamente el 50 % de los pacientes, afectando desde la
región lumbar hasta miembros inferiores, incluso se ha documentado la presencia de
neuropatía periférica en pacientes con infección por HTLV-1. El período de incubación para
la aparición de estas manifestaciones varía de dos años hasta décadas.

Para el diagnóstico, actualmente se utilizan los criterios modificados de la OMS por Castro-
Costa en el 2006. Estos dividen los casos en posibles, probables y definitivos.

Tomado de: Miranda Acuña, Jahir, et al. Acta Neurol Colomb. Vol.37

Para la medición de anticuerpos se usa inicialmente la técnica ELISA con posterior


confirmación mediante Western Blot que además nos indica el tipo de HTLV. Otras técnicas
utilizadas son la aglutinación de partículas y la reacción en cadena de polimerasa (PCR). En el
análisis del líquido cefalorraquídeo es común hallar aumento leve en la celularidad a
expensas de linfocitos, y en sangre periférica linfocitos T atípicos con núcleo multilobulado
también conocidos como células en flor.

En cuanto a imágenes diagnósticas, la resonancia es la más indicada dado que además es


útil para descartar otros diagnósticos diferenciales. Inicialmente puede observarse aumento
de la intensidad de la señal en la secuencia T2 medular, principalmente y posteriormente
predomina la atrofia espinal.

En cuanto al tratamiento, actualmente no existe uno específico para esta patología apoyado
por la evidencia científica. El más usado ha sido el tratamiento con corticosteroides que ha
mostrado buenos resultados sobre todo en fases iniciales de la enfermedad, también se ha
utilizado interferón alfa y beta con buenos resultados. Otros tratamientos alternativos que
se han probado sin mayor éxito son los antirretrovirales, el ácido valproico, la vitamina C,
danazol, derivados de la tiamina y la ciclosporina A. En cuanto al tratamiento sintomático,
este se enfoca en mejorar el dolor, la espasticidad y los síntomas vesicales o rectales.

Tratamientos espasticidad ● Baclofeno


● Tizanidina
● Toxina botulínica

Tratamientos síntomas vesicales o rectales ● Oxibutinina


● Imipramina
● Doxazosina
● Betanecol
● Toxina botulínica
● Cateterización intermitente
● Cambios en dieta
● Aumento de la hidratación
● Bisacodilo
● Lactulosa

Dolor crónico neuropático o miopático ● Pregabalina


● Gabapentina
● Antidepresivos tricíclicos
● AINES
● Fisioterapia

Referencias: Miranda Acuña, Jahir, et al. Mielopatía asociada con infección por HTLV-1: paraparesia
espástica tropical. Acta Neurológica Colombiana, vol. 37, n.o 1 supl. 1, marzo de 2021, pp. 40-46. DOI.org
(Crossref), https://doi.org/10.22379/24224022323.

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