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Para cumplir con actividad de cierre del curso Introducción a la Vida

Universitaria, he elegido el artículo periodístico, Calidad universitaria e


ingreso irrestricto de extranjeros (Argentina)1 que lleva como título
“Renunció un histórico profesor de Medicina de la UNLP por el “masivo
ingreso” de alumnos “hablen o no nuestro idioma””, en la sección sociedad
del portal de noticias de Clarín. Lo he seleccionado porque lo encuentro
adecuado para relacionarlo con los temas de Universidad pública;
Gratuidad universitaria y Acceso irrestricto a la universidad.
En dicho artículo el titulo parecería adelantar que el motivo del texto tiene
un tinte xenofóbico, pero en el desarrollo expone la carta del profesional
docente donde apunta a que la infraestructura afecta la calidad educativa
al no poder albergar tantos estudiantes. Señala, conectándolo con el texto
de Marquina (2018), la “falsa expectativa” del acceso irrestricto a la
universidad, posicionándose en una actitud conservadora, desde la
superioridad de un saber que no es accesible a todos, por distintos
motivos, o como lo expresa el título, por el lenguaje. Este malestar que
expresa es consecuencia de que la Ley de Educación Superior establece
el ingreso irrestricto y la eliminación de todo tipo de mecanismo regulador.
Su renuncia ante el “desmadre” del ingreso deja entrever que, durante
sus 43 años de ejercicio, su método de enseñanza no acepta o incorpora
lo que el contexto le demanda; usando lo expuesto por Camilloni (2017),
su método es inflexible, pero, no se aprende de una única manera.
Responsabilizar solo a los estudiantes, a sus historias, por la tasa de
desaprobados sin probar distintos métodos, sin ofrecer espacios
niveladores o articular con la educación secundaria es continuar con una
tradición elitista y conservadora, que se repite en la historia de la
institución, como se aprecia en el texto de Buchbinder (2005) que

1
Se deja el enlace en caso de que sea necesario revisitarlo.
describe a la universidad de La Plata como la más moderna en 1918, pero
que su proceso de transformación universitaria fue muy violento, ya que
estaban sostenidos en una concepción jerárquica, donde los estudiante
no poseen participación, sino subordinación, una idea de “natural
superioridad” de los docentes. Un mensaje de este estilo tiende a generar
ambientes cerrados, rígidos y selectos al estilo de la elite cordobesa
anterior a 1918, por lo cual es natural el malestar y la renuncia frente al
“desmadre” del ingreso irrestricto.
Este tipo de ingreso es necesario, porque como se expresa en el texto de
Marquina y el video del profesor Adrián Gindin el paradigma que marco a
los reformistas fue de una universidad pública, entendiéndola en su
función social, ya que forma para asistir profesionalmente a la sociedad,
al pueblo, como plantea Del Mazo en el Primer Congreso Nacional de
Estudiantes Universitarios, en julio de 1918 “la universidad debe abrirse
a todas las aptitudes y a todas las vocaciones, sin malograr la de los
pobres, dificultándoles la entrada, sino por el contrario estableciendo la
gratuidad para no agravarles la desigualdad existente en otro orden de
cosas, que ya de por si es suficientemente injusto.”
Por lo tanto, al ser una universidad nacional, pública, sus estudios de
grado son gratuitos, con ingreso libre e irrestricto, al sugerir que el
“ingreso masivo” ha “desmadrado” a la carrera de medicina, esta opinión
está fuera del marco legal, marginando a los estudiantes por ser pobres,
o extranjeros, o por no tener una base educativa sólida, pretendiendo
dejar sus voces ausentes, sin posibilidad de elegir su propia formación,
sin generar una sociedad más democrática y participativa.

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