Está en la página 1de 3

Lectura N° (07)

Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica 5° grado


Vínculos AfectiVos y RelAciones sAludAbles”
Estimada estudiante, sigamos encaminándonos como lo venimos haciendo con el desarrollo de tu aprendizaje, no olvides de ser
responsable con el cumplimiento de las actividades, un saludo fraterno de paz y salud, que Dios y Nuestra Niña María acompañen a
tu familia.

¿QUÉ ES EL AFECTO Y POR QUÉ NOS MARCA A LO LARGO DE LA VIDA?

¿Qué es el afecto?
“All you need is love”; tal y como nos recuerda esta conocida canción de los Beattles, el amor es algo que nos mueve y nos da
fuerzas para descubrir y ver el mundo. Pero, aunque al hablar de amor solemos pensar en el amor romántico o el que se da hacia
la pareja, también existen otros muchos. Una madre que acuna a su hijo, un amigo que está al lado en los malos momentos, una
pareja que te hace sentir más vivo que nunca. Todos ellos están unidos por profundos lazos afectivos.
Aunque todos sabemos lo que es y lo hemos experimentado en alguna ocasión, no resulta tan sencillo como parece darle una
definición a lo que es el afecto que sea general y tenga en cuenta las diversas situaciones o circunstancias en las que puede
aparecer. Sin, embargo, a nivel general se puede considerar el afecto como aquella disposición que tiene una persona o animal
hacia otro ser o situación.
Frecuentemente el afecto se identifica con la emoción, pero, aunque relacionados lo cierto es que existe una diferencia: el afecto
está dirigido hacia otra persona, ser o cosa y sus niveles pueden oscilar, pero suelen ser más permanentes, mientras que las
emociones son experimentadas por uno mismo y son temporales. Generalmente el afecto se identifica y asocia con sentimientos
de amor y cariño hacia alguien, un sentimiento de unión hacia el otro.
Se trata pues de un elemento de carácter relacional, una interacción entre varias personas o seres (no olvidemos que también
podemos sentir afecto por las mascotas o animales, y estas también sienten afecto por nosotros y entre ellas). Así pues, no es
algo que dependa solo de uno mismo, sino que está ligado a la relación que tenemos con la persona o ser en cuestión.
Características de los lazos afectivos:
El afecto es un elemento imprescindible para el ser humano, estando su ausencia vinculada a diversas psicopatologías como la
depresión, la sociopatía o incluso siendo un factor de gran importancia en el surgimiento de trastornos de personalidad. También
predispone a enfermedades médicas o a que éstas empeoren, así como a una menor tasa de supervivencia, como en casos de
cáncer o cardiopatías.
El afecto es fluido y variable, dado que puede cambiar según cómo sea la interacción. Se expresa de muy diversas formas,
generalmente invirtiendo energía por tal de hacer sentir bien a la otra persona (tanto si es de forma visible como si es
imperceptible por los demás). Dichas muestras de afecto a su vez pueden recibir diferentes tipos de respuesta por parte del otro.
Y es que en muchas ocasiones el afecto no es correspondido o no se da en el mismo nivel (podemos sentir cariño por alguien,
pero no amor romántico, por ejemplo), o incluso puede resultar desagradable e indeseado por el otro sujeto.
Aunque en este artículo nos centramos en el afecto tal y como se entiende popularmente (el anteriormente mencionado
sentimiento de unión hacia otro), lo cierto es que también podemos hablar de afectividad positiva y negativa, en función del tono
emocional general que tengamos.
El afecto como necesidad a lo largo del ciclo vital:
La capacidad de sentir, dar y recibir afecto es algo en gran medida biológico, mediado por diferentes neurotransmisores como la
oxitocina. Sin embargo, serán en gran medida las experiencias vitales las que marquen si sentimos afecto por alguien, por quién
y de qué manera expresarlo.
Surge durante las primeras etapas de nuestra vida, especialmente cuando empezamos a recibir gratificaciones en forma de
atención y las primeras personas hacia los que lo sentimos suelen ser en la mayoría de casos nuestros padres o cuidadores
habituales, siendo algunos de los primeros seres que somos capaces de reconocer según nuestro cerebro se va desarrollando y
permitiendo reconocer a los demás como elementos distintos a uno mismo. Y no únicamente tras el parto, sino que también la
relación existente con la madre durante el desarrollo fetal y durante la etapa de embarazo.
Sentir y recibir afecto es algo fundamental para nuestro correcto desarrollo emocional y cognitivo como seres humanos. Como
seres gregarios que somos y que formamos parte de una sociedad, necesitamos sentirnos parte del grupo, sentirnos unidos a
otras personas.

LA IMPORTANCIA DE LAS RELACIONES HUMANAS SANAS

“Todos queremos ser vistos y escuchados” es una frase muy poderosa, ya que engloba una realidad para todas las personas. Hay
una sensación de bienestar y confort dentro de nosotros cuando nos sentimos validados. Y, es una emoción que todo ser humano
busca y quiere, este sentimiento es uno de los primeros pasos para poder construir una relación sana con otros.
Numerosos estudios a través del tiempo han demostrado que las relaciones y vínculos interpersonales sanos son esenciales para
la supervivencia de la raza humana. Ya que, sin ellos, no podríamos reproducirnos ni vivir en sociedad (como todo ser humano
está diseñado para funcionar).
Cuando nos vinculamos, relacionamos y conectamos con otro ser humano, hay liberación de sustancias química en el cerebro.
estas sustancias químicas son las encargadas de que podamos sentir amor, placer, bienestar y todas aquellas emociones que nos
hacen “sentir bien”. Es por esta razón que una persona que tiene vínculos y relaciones fuertes, reales y constantes suelen tener
mejor estado emocional y son menos propensas a sufrir de trastornos mentales y emocionales.
Sabemos que las conexiones y relaciones interpersonales liberan estos químicos y nos hacen sentir bien, ¿Por qué no optamos
por esta solución para tratar o prevenir trastornos emocionales? La respuesta es: por que las relaciones interpersonales son
complejas y complicadas, y a veces las evitamos por lo difícil que puede ser relacionarnos. Es por esta razón que debemos
aprender a reconectarnos de una manera adecuada.
Relaciones Saludables y Relaciones Tóxicas:
Existen relaciones sociales saludables, que nos enriquecen y nos hacen sentir bien, y otras que son tóxicas y pueden llegar a
afectar nuestra salud mental.
Más allá de que pueda haber personas tóxicas, lo que a menudo sucede es que entre dos personas se establece una relación
poco sana. “Hay relaciones tóxicas en las cuales la combinación de las dos personas no es sana y empiezan a aparecer
dependencias, inseguridades, relaciones en las que no hay un respeto, un apoyo o un reconocimiento”, comenta Asensio.
“Las relaciones tóxicas restan mucha energía, tanta que te pueden llevar incluso a enfermar”, asegura la psicóloga.
¿Cómo desarrollar relaciones humanas sanas?
A continuación, explico algunas maneras que nos pueden ayudar a relacionarnos de manera sana.
Estar presente:
Estar presente quiere decir realmente prestar atención a lo que está pasando en el momento presente (aquí y ahora). Que haya
una congruencia entre dónde está mi cuerpo y dónde está mi mente y poder llevar mi mente a dónde está mi cuerpo en ese
momento.
Comunicarme adecuadamente:
Cuando me estoy comunicando con otra persona asegurarme que yo entendí el mensaje que me quisieron transmitir y
asegurarme que yo transmití el mensaje que deseo que el otro reciba Esto se puede lograr a través de hacer preguntar y
parafrasear lo que entendí que el otro me está transmitiendo.
Entender:
Desarrollar la capacidad de poder entender la mente de la otra persona. Eso incluye preguntar, curiosear e investigar lo que hay
en la mente del otro, sin suposiciones o predisposiciones de mi persona.
Ir más allá:
Poder entender más allá de los actos, no quedarnos en la acción o palabras que realizó y dijo una persona, si no poder entender
el por qué realizó lo que hizo.
Empatizar:
Poder conectarme y entender la emoción y situación por la que está pasando la persona que tengo enfrente. Establecer vínculos
y relaciones sanas, nos permite llevar vidas mucho más sanas y felices. ¡A cuidarnos para poder fortalecerlas!
Escucha:
No se trata solo de oír lo que el otro nos quiere comunicar, sino de hacerlo activamente, intentando comprender los sentimientos
y todo aquello que el otro nos quiere transmitir. “El primer deber del amor y el primer principio de cualquier relación es escuchar”
Sé amable:
No solo con los demás, sino también contigo mismo. Aplica la comprensión y antes de enjuiciar o criticar, escucha. “Si actúas
presuponiendo que el mundo es un lugar amable y potenciando la amabilidad tú también, verás que al final lo que se te devuelve
es amabilidad”, señala Asensio. La exigencia, aunque a veces puede ayudarnos si nos la aplicamos a nosotros mismos para crecer
y evolucionar, es algo que enturbia las relaciones y puede llegar a afectar a la salud mental cuando lo aplicamos a los demás. Por
ello, propone Asensio, en lugar de con exigencias debemos actuar con amabilidad.
Respeta:
El respeto, acoger a la persona tal cual es y tratarla con dignidad, es la base para establecer relaciones saludables y debe ser
absoluto.
Analiza cómo te relacionas:
Si queremos establecer relaciones que sumen, debemos ver qué estilo aportamos nosotros a las relaciones y preguntarnos si
somos buenos compañeros. “Si tu pides algo, conviértete tú también en esa figura que a ti te gustaría tener al lado”.
Acepta:
Acéptate a ti mismo y al otro. “Hay que detectar muy bien lo que se puede cambiar y lo que no, y la aceptación en una relación
es muy importante cuando sabemos que algo no puede cambiarse”.
RECURSO

CONVERSATORIO FAMILIAR
EVALUANDO NUESTRO CLIMA FAMILIAR

FAMILIA PARTICIPANTES

FORTALEZAS DEBILIDADES

RESULTADOS FINALES

NUESTRA MAYOR FORTALEZA NUESTRA MAYOR DEBILIDAD

COMPROMISO DE CAMBIO

También podría gustarte