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Sergio Peña

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Retos de la democracia 2021A

¿Hay futuro para la socialdemocracia en México?

Jesús Rodríguez Zepeda

Los tiempos de la socialdemocracia como un modelo imperante en el mundo y los

beneficios que esta tenía -el estado de bienestar- están llegando a su fin, el autor

afirma que hay abundante información histórica y sociológica para confirmar este

aserto y por lo mismo se ha convertido en un tema de discusión actual.

Aun así, parece ser que una ola electoral de victorias para la socialdemocracia

está recorriendo varias partes de Europa, tanto en Europa del este como del

oeste, sin embargo, esto no puede ser considerado como una vuelta a los buenos

tiempos para los social demócratas aun, por ahora los malos ya no se pueden

considerar como irremediables.

El caso de América latina es diferente al de Europa por la poca experiencia y la no

tan correcta aplicación de la socialdemocracia, el autor pone de ejemplo el

gobierno autodenominado “socialismo del siglo XXI” de Nicolas Maduro en

Venezuela, y como este fue un total fracaso y una “vía muerta” para la

implementación de un socialismo viable, además de otras derrotas y fallos que la

social democracia ha sufrido en América latina.


En el caso de México, fue un total triunfo para la izquierda, obteniendo una victoria

arrasadora en las elecciones para la presidencia de la república, además de

obtener mayoría y control en las 2 cámaras del congreso de la unión.

Algunos cambios impulsados por este nuevo gobierno izquierdista son: incremento

del salario mínimo, una nueva legislación laboral que, entre otras cosas, propicia

la libertad sindical y la protección para segmentos laborales hasta ahora ignorados

como las trabajadoras del hogar, e incluso una política de reparto económico o

subsidio directamente entregado a poblaciones subalternas o en situación de

pobreza, inspirada en el concepto de «renta básica»; todos estos responden a

largos reclamos de la izquierda democrática.

Pero la nueva administración parece presentar mayores retos que las soluciones y

propuestas que dice tener, el modelo político de MORENA hasta ahora ha

demostrado definirse por la centralización de las decisiones políticas e

institucionales en el presidente de la República, ejercidas, por lo demás, con un

altísimo nivel de arbitrariedad; la construcción de un esquema corporativo que

busca asegurar la eficiencia electoral futura del grupo gobernante a través de una

política social discrecional en el reparto directo de los recursos fiscales; la presión

constante sobre instituciones reguladoras o de control que constitucionalmente

deben servir como contrapesos para el propio poder presidencial; la orientación

militarista dada a la política de seguridad pública; la promoción y el aliento de un

lenguaje belicoso («amigo-enemigo», conforme a la clásica dicotomía de Carl

Schmitt) respecto de los medios de comunicación no alineados con el gobierno

etc. Etc.

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