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En el ensayo "La pregunta por la técnica", Heidegger responde a la pregunta sobre la técnica comenzando

por decir que hay dos respuestas a nuestra cuestión: la primera dice que la técnica es un medio para fines,
la otra que la técnica es una actividad del hombre. Añade que ambas definiciones están conectadas, ya que
proponerse fines y utilizar medios con vistas a ellos es una actividad del hombre. La totalidad de los medios
y sus usos es la técnica. Es un instrumento en sí mismo.

La representación instrumental de la tecnología condiciona todo esfuerzo por llevar al hombre a una
relación correcta con ella. La tecnología debe estar al servicio del espíritu. Así, uno quiere dominarlo, pero
puede escapar al control. Pero en la hipótesis de que la técnica no sea un medio puro, se pregunta
Heidegger, ¿qué pasa con la voluntad de dominarla?
Sin embargo, debemos preguntarnos qué es la instrumentalidad y en qué elementos como los medios y los
fines nos hacen pensar. En este punto, Heidegger destaca la relación causal entre estos dos elementos.
Analiza el concepto de causa tal y como lo plantea la metafísica y, tras preguntarse en base a qué se define
el carácter causal de las cuatro causas de manera unitaria que se conectan recíprocamente, afirma que
mientras no nos dediquemos a estos problemas, la causalidad, y con ella la instrumentalidad, y junto con
ella la definición actual de la técnica, seguirá siendo algo oscuro e infundado.

Posteriormente, surge que la naturaleza también es producción, de hecho lo es en el sentido más elevado,
como el despliegue de la flor en flor. Pero a diferencia de lo que produce el arte y el trabajo manual, no
tiene el movimiento inicial de producción en sí mismo, sino en otro, en el artesano y el artista. ¿Y qué es,
entonces, la producción, sino ese hacer que lleva de la ocultación al desvelamiento? La producción sólo se
da en la medida en que un ocultamiento entra en el desvelamiento. Que es entonces el sentido griego de la
palabra verdad, de aletheia. Toda la producción se basa en el desvelamiento. Esto une en sí mismo los
cuatro modos de causalidad, la causalidad, y los gobierna. El fin, los medios y los instrumentos están en
esta esfera.
La técnica es un modo de desvelamiento; la técnica moderna también lo es. Se basa en el motor y las
ciencias exactas. Dice Heidegger que el desvelamiento que rige la técnica moderna, sin embargo, no se
despliega en una pro-ducción en el sentido de la poiesis. El desvelo que prevalece en la tecnología moderna
es una pro-vocación que exige a la naturaleza que proporcione energía que, como tal, puede ser extraída y
acumulada.

Lo que se está produciendo es una pro-vocación de las energías de la naturaleza, que es una pro-vocación
en un doble sentido. Incluso el río Rin se emplea de esta manera, "incorporado a una central eléctrica", y
todo lo que queda de él es el objeto empleable de una empresa de viajes que ha instalado allí una industria
de vacaciones. Esto es la modernidad. La energía oculta en la naturaleza se desvela y la tecnología no es
más que una demanda continua en el sentido de la provocación. De hecho, en la medida en que ejerce la
técnica, el hombre participa en el empleo de esta como desvelamiento, que no es simplemente obra del
hombre. El hombre es capturado por el estudio de la naturaleza precisamente cuando pretende capturarla.
La tecnología moderna no es una operación puramente humana si se entiende como el desvelo. Por eso
debemos responder a la provocación de la llamada a emplear lo real como fondo, en la imposición. Ge-stell,
esqueleto, estante, estructura que se sostiene, es imposición en el sentido de que indica el encuentro de
ese cuestionamiento que requiere, es decir, provoca al hombre a desvelar lo real, en el modo de emplear.
Im-posición se llama el modo de desvelar que prevalece en la esencia de la técnica moderna sin ser ella
misma algo técnico. A la técnica pertenece el armazón, el pistón, la armadura que son partes de un
conjunto, que siempre responde a una pro-vocación, pero no la constituye.

El nacimiento de la física moderna es sólo un anuncio del tiempo de imposición. Pero todo lo esencial se
mantiene oculto durante el mayor tiempo posible, y para el hombre este origen sólo se manifiesta al final.
La física puede renunciar a conocer los objetos, pero nunca puede renunciar a que la naturaleza sea de
alguna manera definible por el cálculo y permanezca como un sistema de información. La causalidad
también se mantiene, pero ya no se muestra como algo inverosímil, causa efficiens o formalis.

Así, cuando consideramos la esencia de la técnica, experimentamos la im-posición como el destino del
desvelamiento. Estamos, pues, en la libertad del destino. No nos encierra en una restricción aburrida. No
estamos obligados ciegamente a la técnica. Tampoco debemos volvernos en vano contra ella y condenarla
como obra del diablo. Al contrario: si nos abrimos auténticamente a la esencia de la tecnología, nos
encontramos inesperadamente convocados por una llamada liberadora. Es decir, siguiendo el camino,
siempre estamos al borde de la posibilidad de cultivar lo que se revela. De este modo, el hombre queda
excluido de la otra posibilidad, la de orientarse más bien, en mayor medida y de forma cada vez más
original, hacia la esencia de lo desvelado y su desvelamiento, experimentando la adhesión al desvelamiento
como su propia esencia. Pero precisamente por estar situado entre estas posibilidades, el hombre está en
peligro. Para Heidegger, el destino del desvelamiento no es en sí mismo un peligro cualquiera, sino el
peligro. La imposición, en efecto, impide al hombre recogerse volviendo a un desvelamiento original,
experimentando la llamada de una verdad más principal.

Tenemos que captar en la tecnología lo que constituye su ser, en lugar de simplemente estar fascinados por
ella. Mientras pensemos en la técnica como un instrumento, también seguiremos apegados a la voluntad
de dominarla. Y en ese caso, simplemente pasamos por la esencia de la técnica. Sin embargo, si nos
preguntamos cómo lo instrumental despliega su ser como una especie particular de causalidad, entonces
podremos captar este ser como el destino de un desvelamiento.

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