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Tema 2: Formas de participación social: movimientos sociales, asociacionismo,

voluntariado... Nuevas tecnologías y participación social.

“Vivimos en estado de alerta, sintiéndonos parte de todo lo que acontece, aunque sea como
minúsculos actores en la trama de la historia y aun en la trama de la vida de todos los
hombres. No es el destino, sino simplemente comunidad -la convivencia- lo que sabemos nos
envuelve: sabemos que convivimos con todos los que aquí viven y aun con los que vivieron. El
planeta entero en nuestra casa.”

María Zambrano

La participación social en España se han centrado especialmente en la participación política o


en las asociaciones políticas tradicionales: partidos y sindicatos, hasta los años 90 con la
aparición en del voluntariado y el incremento del Tercer Sector empieza a cobrar relevancia los
estudios e investigaciones de los distintos movimientos y asociaciones relacionadas con la
participación social de la ciudadanía.

¿Qué es un movimiento social?

Los movimientos sociales son una de las más poderosas formas de acción colectiva (Giddens,
2001), ya que si están bien organizadas y tienen consistencia pueden tener resultados
increíbles.

Algunos de los movimientos más destacados de la historia son los movimientos por la
obtención de los derechos civiles, los movimientos feministas, y en los últimos años los
movimientos pacifistas, los movimientos antiglobalización o los distintos movimientos
relacionados con la obtención de mayores derechos sociales.

Los nuevos movimientos sociales son una forma de categorizar los actuales movimientos
sociales de la sociedad moderna, cuyas características difieren de los movimientos anteriores.
La aparición de estos movimientos sociales son una representación de las dificultades y riesgos
a las que se enfrentan las sociedades actuales. Esta diversidad, variedad y continuidad de
movimientos sociales se debe en gran parte a la incapacidad de los Estados y las instituciones
de afrontar la cantidad de retos que se plantean en la actualidad. Son el resultado de los
problemas que surgen del actual sistema económico y social, y de la incapacidad de resolución
e los mismo por parte de las actuales democracias. (Giddens, 2001).

Los individuos cada vez se sienten más inseguros y aislados, la sociedad del miedo derivada del
auge del sistema capitalista en todas las esferas de la vida, hace que les resulte complejo
intervenir o tomar muchas veces las riendas de un mundo globalizado, en constante cambio y
surgen sentimientos de impotencia por parte de la población. Existe una pérdida de fiabilidad
en la política, en los representantes de la misma, en las instituciones y partidos.

Sin embargo a pesar del panorama expuesto, de la alineación de los individuos frente a la
sociedad, a la que cada vez se sienten más desconectados, surgen unas nuevas fuerzas
vinculadas a la acción y la participación desde esferas vinculadas a distintos movimientos o
colectivos sociales con el fin de revindicar distintas medidas o derechos, como formas directas
de participación fuera de los tradicionales mecanismos democráticos como son el voto.

Los ciudadanos consideran que es más efectivo y se sienten más confiados y vinculados con las
asociaciones o movimientos que representan sus intereses, principios o puntos de vista y que
se manifiestan a través de la acción colectiva.

“Entre las nuevas vías de participación, los llamados «nuevos movimientos sociales»
supusieron hace ya varias décadas la inclusión en el panorama sociopolítico de sujetos
con planteamientos alternativos y una nueva forma de hacer política, pero que fueron
en parte absorbidos por los discursos y las prácticas del poder (el ejemplo más
paradigmático es el Partido Verde alemán, surgido del movimiento ecopacifista, que
terminó apoyando las intervenciones de Yugoslavia y Afganistán). A finales de los años
noventa surge el movimiento antiglobalización o altermundialista que plantea críticas
de fondo al sistema político, económico y cultural dominante, y plantea que «otro
mundo es posible», pero sin lograr cambios importantes en la correlación de fuerzas a
nivel mundial. Más recientemente, destacan las movilizaciones populares que se
iniciaron en el norte de África en los primeros meses de 2011 y se extendieron después
por otros países, entre ellos España, a partir de la manifestación del 15 de mayo que
ha dado nombre al movimiento (15M)”

“El movimiento 15M fue apoyado por más de la mitad de la población española y la
mayoría lo valoró positivamente. El Barómetro del CIS de junio de 2011 constató que el
50,2 por ciento de la población española había seguido con mucho o bastante interés
«las movilizaciones del llamado movimiento 15M o de los llamados indignados que han
ocupado distintas plazas de España». Todo esto implica una fuerte crítica al modelo de
participación existente («no nos representan»), así como un rechazo frontal al dominio
de los poderes económicos sobre la ciudadanía («no somos mercancías en manos de
políticos y banqueros»)”. Pereda, C., Actis, W., De Prada, M.A., (2012)

Para Taibo (2012), el movimiento supuso el encuentro de dos almas que se han «vivificado»
mutuamente: la de los jóvenes «indignados» cuyas reivindicaciones estaban relacionadas con
demandas sociales concretas vinculadas a la situación laboral a la que se enfrentan y sin
cuestionar el orden general del sistema, y la de los movimientos sociales alternativos, que
exigen un cambio de sistema y se proclaman “orgullosamente anticapitalistas”. Pereda, C.,
Actis, W., De Prada, M.A., (2012)

Como demuestran algunas de las últimas manifestaciones de movimientos sociales de


trascendencia global como fue en España el denominado “Movimiento 15-M”, las
reivindicaciones de la ciudadanía van más allá de la mejora de determinadas actuaciones por
parte del Estado o por la obtención o consecución de determinados derechos sino el cambio

!
del sistema político, económico y social, así como la trascendencia y la relación entre los
distintos movimientos sociales, la interdependencia y la globalidad de los mismos:

“Al escuchar los testimonios vivos de los indignados de España, de Londres, de Egipto y
de Estados Unidos, el tema central era «democracia ya». Se reivindica una forma de
democracia bien diferente de la que estamos acostumbrados, que es más farsa que
realidad. Quieren otra democracia que se construya a partir de la calle, de las plazas, el
lugar del poder originario. Una democracia desde abajo, articulada orgánicamente con
el pueblo, transparente en sus procedimientos y no corroída nunca más por la
corrupción. (…). Es el tiempo nuevo de la subjetividad relacional, la de la emergencia
de una conciencia de especie que se descubre dentro de una misma y única Casa
Común, que amenaza ruina a causa del excesivo pillaje practicado por nuestro sistema
de producción y de consumo” (Boff, 2012).

Otro de los aspectos característicos de estos nuevos movimientos sociales es la utilización de


métodos no violentos como estrategias muy bien articuladas.

Las tácticas de la no violencia son mucho más antiguas de lo que habitualmente se cree. Es
cierto que son una de las características que definen a gran parte de los nuevos movimientos
sociales surgidos en los últimos años pero estás tienen su origen en la Antigüedad como son
las huelgas de la famosa Tebas en Egipto relacionadas con los retrasos en los pagos del salario
a los trabajadores de la tumba de Ramses III, y numerosas son las revueltas y rebeliones
campesinas registradas en la Edad Media.

Este tipo de manifestaciones se repiten a lo largo de la historia traducida en sentadas, huelgas,


desobediencias civiles, o cualquier otro tipo de coerción no violenta. Así mismo las reflexiones
sobre la movilización sin usar la violencia han partido siempre o casi siempre desde ámbitos
pacifistas, desde religiones o corrientes del pensamiento holístico que rechazan la violencia.
Sin embargo no ha habido hasta el siglo XIX una conciencia y un planteamiento concreto sobre
la utilización de las técnicas no violentas como estrategia política. (Castañar Pérez, J, 2013)

“A mi juicio la no-violencia no tiene nada de pasivo. Por el contrario, es la fuerza más


activa del mundo. En este mundo no se ha hecho nada que no se deba a la acción.
[...] Rechazo la expresión «resistencia pasiva» porque no traduce por completo la
realidad y podría verse en ella el arma de los débiles” (Gandhi, 1995)

“Hay personas que aseguran que el fin de la violencia o su disminución llegará


cuando la gente oprimida derroque al Gobierno opresor haciendo uso de la fuerza y lo
sustituya por otro nuevo, con el que ya no será necesaria ni la violencia ni la
esclavización de los hombres. Estas personas que tratan de llevar esto a cabo se están
engañando a sí mismas y empeorando la situación del pueblo, porque con su labor lo
único que consiguen es aumentar el despotismo de los gobiernos. Estos intentos de
liberación dan un pretexto muy cómodo a los gobiernos para que refuercen más su
poder y así lo hacen” (Tolstoi)

"
Características de los nuevos movimientos sociales:

Basándose en las características que expone María Jesús Fernández Torres (2015) en su obra
“Movimientos sociales y acción colectiva”, se podría distinguir una serie de características que
definen los movimientos sociales actuales:

• Hacer hincapié en los procesos de autonomía y autodeterminación, más que en


estrategias que maximicen la influencia ye l poder. Preferencia por organizaciones a
pequeña escala, descentralizadas y jerárquicas.
• Subrayar la acción simbólica en la esfera civil o cultural como principal campo de
acción colectiva, junto con la acción instrumental en el Estado o en la esfera política.
• Rechazo por una sociedad basada en el crecimiento económico.
• Reconocer una variedad de redes sumergidas, latentes y temporales que con
frecuencia favorecen la acción colectiva.
• Reconocimiento y construcción de identidades colectivas e identificación de intereses
de grupos.
• Estos nuevos movimientos sociales están formados por lo general por dos grandes
grupos: Los afectados por el sistema y la nueva clase media.
• Visión global: universalidad. La globalización de los movimientos derivado del
concepto de aldea global de McLuhan, donde gracias a los mass media todo se acaba
trasmitiendo y teniendo un impacto global. Ejemplo: La paz mundial, el hambre en el
mundo, la crisis económica, el cambio climático.
• La solidaridad: La adhesión a causas más allá de los intereses particulares de los
propios militantes. Ejemplos como la lucha contra el hambre, o a favor de la
internacionalización de los derechos humanos.
• La dimensión ética: A partir de los años 80 la dimensión ética relacionada con las
responsabilidades individuales, comunitarias, locales, nacionales y a nivel planetario
relacionadas con el surgimiento del concepto de desarrollo sostenible, el impacto
sobre el medio ambiente y las generaciones futuras, que surge de la Declaración de
Río.
• El Naturalismo: Exaltación por tofo lo natural, extendido no sólo a el sentimiento de
respeto por la naturaleza y su conservación sino inclusive al cambio en las relaciones
con la misma, que va desde el conservacionismo y la protección, hasta la vuelta al
campo y las formas de vida más primitivas. Paradigma propuesto por la deep ecology,
o ecología profunda cuyos principales ideólogos han sido Thoreau, Muir y Leopold.
Estos movimientos ecologistas han tenido un fuerte impacto e influencia en otros
movimientos hasta adquirir modalidades que se funden como son los movimientos
ecofeministas, el ecodesarrollo, el ecopacifismoetc.
• Exigencia de cambio social: Surgida por la idea de la incapacidad del sistema e
incompatibilidad del mismo para preservar el medio natural. Necesidad extendida a las
esferas políticas, económicas, educativas y sociales donde a partir de la idea de
degradación de los recursos naturales y del planeta surgen toda una serie de
catástrofes y males derivados del actual sistema económico capitalista que lo invade
todo.

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A estas características habría que incluir

• La utilización e impacto de los movimientos en las redes sociales e Internet


• La estrategia de la utilización de métodos no violentos en la acción colectiva

El asociacionismo

En el siglo XVIII y principios del XIX, tanto en Europa como en América, se dio una proliferación
de formas de agrupación (sociedades de amigos del país, salones, círculos, academias, cafés,
sociedades literarias,...) que, consideradas en conjunto, desde la perspectiva de los largos
procesos, conformaron un movimiento sociocultural en el que se alumbraban nuevos valores,
se experimentaban espacios y formas nuevas de producir sociedad, sobre la base de la
pertenencia voluntaria. Este fenómeno se ha ido incrementando y extendiendo de forma
posterior a la aparición Este movimiento, que se prolongó después y se ramificó mediante los
partidos políticos, los sindicatos y una prolífica heterogeneidad de tipos asociativos, también
efectuó una contribución sustantiva a la transición desde las estructuras feudales regidas por
rangos y estatus, a la sociedad burguesa, liberal y democrática. Ariño Villarroya, A. (2004)

Dos siglos más tarde, en las últimas décadas del siglo XX se ha sucedido a nivel internacional lo
que podría denominarse como explosión asociativa. Un movimiento de índole social que se
basa en la creación de asociaciones políticas, cívicas, profesionales, que se unen para tratar
temas de interés, obtener reconocimientos o lograr libertades u derechos reconocidos.

Gracias a la proliferación de estos grupos la sociedad tiene una mayor posibilidad de


participación activa en la sociedad en la que viven realizando propuestas, planteando mejoras,
demandando derechos y libertades, reclamando cambios o modificando interesen a través de
distintas acciones que repercutan en su bienestar como en el de la ciudadanía en general.

El asociacionismo es por tanto una de las formas de participación de los ciudadanos en el


debate público, a tres de la asociación se incide en las leyes políticas y en la agenda política, así
como se es promotor del cambio y el desarrollo social.

De las perspectivas estudiadas sobre el asociacionismo y sus definiciones y características


exponemos los principales planteamientos sobre el incremento del asociacionismo como
respuesta a la participación ciudadana y la democracia.

Uno de los argumentos sostiene que en una sociedad de crisis en lo que a participación política
se refiere, traducida en la pérdida de afiliación, desinterés por cuestiones políticas, clima de
desconfianza frente a los partidos y sus representantes, crítica de la burocracia y de las
grandes organizaciones, etc., “Surge este auge asociativo expresaría una búsqueda de
alternativas al desencanto y a la apatía políticas, mediante fórmulas de participación no
convencional. La democracia participativa reemplazaría o, por lo menos, complementaría
profundizaría la democracia representativa; en el voluntariado podría detectarse una
esperanza de sustitución de la militancia política clásica” Ariño Villarroya, A. (2004)

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Otras interpretaciones, desde una perspectiva crítica que se asienta en una defensa de la
producción pública del bienestar y de la garantía de la universalidad de los derechos,
consideran que existe una relación sospechosa entre el ascenso del asociacionismo y la crisis
del Estado de bienestar.

En el denominado «retorno de la sociedad civil» o la defensa de la construcción de la sociedad


del bienestar frente al Estado, expresado no sólo en la necesidad de constituir una ciudadanía
madura, participativa y deliberativa que contribuya mediante el asociacionismo a la
universalización del bienestar, del incremento de la libertad, sino también como representante
de la comunidad, garante que salvaguarde y regule el poder, como medida para paliar los
efectos perversos del sistema económico y mercantil mercado como primer regulador social.

Una tercera perspectiva, que se podría denominar «integrada», estaría presente en los
teóricos del tercer sector o del retorno de la sociedad civil. Defienden que el auge del
asociacionismo se debe a la institucionalización de un sector complementario del Estado y del
mercado. “El bienestar tiene una producción cada vez más plural, y la contra-posición
tradicional entre una esfera pública y otra privada resulta insuficiente para expresar la
complejidad de las sociedades modernas, donde la mayor visibilidad y creciente proliferación
de organizaciones no lucrativas muestran que existe un tercer espacio definido por el rechazo
tanto de la lógica meramente mercantil (la ganancia y el beneficio) como de la lógica
impersonal, burocrática y opaca de la coerción formal” Ariño Villarroya, A. (2004)

El tercer sector sería el representante del altruismo, el voluntariado, “el espacio propio de la
sociedad civil y donde se cultiva el capital social que da fortaleza a una sociedad” Ariño
Villarroya, A. (2004)

La juventud como promotores del cambio social

La etapa de juventud, que hoy se prolonga hasta edades que en otras épocas han sido
consideradas fuera de los límites o parámetros del concepto de juventud, está hoy extendida
hasta edades adultas avanzadas. Sin embargo si hay algo que es coincidente respecto a
cualquier tipo de movilización social a lo largo de la historia es que la participación y el cambio
social viene dado de la mano de la juventud. Es la juventud la encargada de promover, liderar
el cambio social, son las nuevas generaciones las que la realidad social les resulta obsoleta y
privativa de libertades. Siempre han sido los individuos, la ciudadanía, y más concretamente la
juventud la que han denunciado una sociedad o un sistema que no les representa, que no se
adecua a sus necesidades o a la realidad que acontece.

Por ello aunque las distintas formas de participación social abarcan a todos y cada uno de
los/as ciudadanos/as independendientemente de las edades, sin embargo es en el seno de lo
que es la juventud donde han aflorado las necesidades de cambio social y participación.

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Sin embargo en la actualidad surgen voces que cuestionen el interés o la participación de la
juventud en los temas políticos y sociales, muchas veces ligados a ideas preconcebidas, o sin
analizar las causas o cambios en las formas de participación de la juventud.

Algunos aspectos clave a tener en cuenta en las nuevas formas de participación de los jóvenes
tienen su explicación en la falta de confianza y por tanto de interés en la política, debido a una
desconfianza generalizada en la misma. Sin embargo, hemos podido comprobar no hace
mucho a través de las distintas movilizaciones que han tenido lugar en España promovidas por
el llamado 15-M, un movimiento que abarca simpatizantes de todas las edades, pero un
movimiento liderado, estructurado y organizado por la juventud, como estos no están ni
dormidos, ni absorbidos por el sistema. Si existe una juventud comprometida, crítica y activa,
que ha desviado su foco de actuación de los tradicionales partidos políticos a unas formas
nuevas de expresión a través dl asociacionismo de diversa índole, y especialmente a la
característica más destacada en relación a otros movimientos de la historia u otras formas de
participación, la utilización de las redes sociales e internet como mecanismos de acción y
participación social.

Izquieta Etulain, J. L., y Callejo González, J. J. (2013) analizan la participación social de los
jóvenes en los últimos años con el fin de ver si existe una mayor o menor implicación
asociativa de los jóvenes.

“Los estudios empíricos confirman la expansión del volumen de las asociaciones cívicas y del
voluntariado. ¿Puede o debe atribuirse este auge a la mayor preocupación asociativa de las
nuevas generaciones? Los análisis recientes sobre el comportamiento político de los jóvenes
españoles subrayan, así mismo, su creciente desafección y su alejamiento de los partidos
políticos (Comas, 2009; Torcal y Montero, 2006); reconocen, no obstante, que ese desinterés
se ve compensado por su participación en actividades políticas no convencionales
(movimientos de protesta, organizaciones de voluntariado, uso de internet como instrumento
de activación política, etc.) (Benedicto y Luque, 2006). ¿Comporta ese alejamiento de los
partidos políticos su incorporación a otro tipo de asociaciones? ¿Cuál es el alcance político y la
proyección pública de su participación en las asociaciones de voluntariado?”

Estas son algunas de las cuestiones que se plantean las nuevas formas de participación de la
juventud.

Nuevas tecnologías y participación social

En las últimas décadas la comunicación se ha convertido en un eje vital para la gestión,


organización, difusión de cualquier tipo de entidad, asociación, empresa o institución, así como
para cualquier tipo de movimiento social. Los movimientos y los distintos tipos de asociaciones
necesitan servirse de la comunicación para poder gestionar sus mensajes y poder
retroalimentarse, tener una feedback por parte de las personas implicadas o participantes.

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Los denominados mass media han abierto una puerta decisiva a la expansión comunicativa de
cualquier tipo de participación social, a la visibilidad de los distintos movimientos sociales, ya
que acercan a la ciudadanía las demandas, objetivos o sentido de sus revindicaciones o
existencia.

Para ello han sido cruciales para la difusión y creación de determinados movimientos la
aparición de las redes sociales, los blogs, foros, páginas webs, y todo el abanico de
posibilidades comunicativas que representa en general Internet.

Gracias a ellos los movimientos y las distintas asociaciones han podido trasmitir sus acciones y
reivindicaciones de forma directa sin las restricciones que representan los medios tradicionales
de comunicación como es la prensa, la televisión, la radio, en lo que se denomina “agenda
setting”.

No hay que olvidar que los movimientos sociales y las diferentes formas de participación social
acaparan la atención de los medios de comunicación así como de las instituciones
gubernamentales y representan un estado de alarma ya que proponen cambios en el sistema
social político o económico, o en todos ellos, cambios sociales y revindicaciones que no
siempre, o más bien normalmente no suelen ser del agrado de las Instituciones. Tampoco
podemos olvidar que los medios de comunicación se encuentran en manos de intereses
económicos y políticos y que en función a los mismos se decide qué es noticia y que no es
noticia. Lo cual establece una agenda de actualidad sobre que debe trasmitirse y como debe
contarse. El poder de influencia de los medios de comunicación es fundamental, clave y no
debe ser obviado, por tanto cualquier forma de participación social debe de ser consciente de
este fenómeno y de cómo gestionarno.

Los movimientos y las distintas formas de participación social necesitan legitimarse, persiguen
el reconocimiento político y para ello hacer llegar sus reivindicaciones a la ciudadanía para
lograr el conocimiento, la persuasión, la sensibilización, el cambio social, la movilización, y el
consenso social. Por tanto necesitan estar en la agenda política y en la agenda de los medios
de comunicación. (María Jesús Fernández Torres, 2015)

El poder otorgado por las redes sociales e Internet en todas sus dimensiones representa una
forma de reivindicación misma, ya que expone una nueva forma de gestionar y difundir la
información, de forma directa, sin tener que pasar los filtros de la agenda-setting, ni los
intereses de los medios de comunicación. Los actores y actrices de las movilizaciones pueden
ser reporteros y comunicadores con la revolución que ello representa. Sin olvidar que hoy en
día cualquiera puede trasmitir una noticia, y ello conlleva también una serie de problemas
relacionados con la fiabilidad de la fuente y al extensión de las mismas.

Sin embargo, no podemos obviar la gran revolución que este fenómeno ha representado en
las últimas movilizaciones sociales o acciones participativas, como por ejemplo la “Primavera
Árabe” y los “Movimientos del 15-M”, creados y generados gracias a estos medios de
comunicación.

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El incremento además de desconfianza generalizada por gran parte de la población hacia los
medios de comunicación tradicional, conscientes de la influencia de intereses políticos y
económicos hace que cobren mayor fuerza comunicativa estos medios de comunicación
alternativa y directa.

Como expone Manuel Castells, en una reciente entrevista i“Yo siempre he apuntado la idea de
que los medios no son la expresión del poder sino el espacio donde se juega el poder, que no
es un espacio neutro. Lo que ha cambiado es que además de los medios de masas están las
redes, donde también se juega el poder. El espacio de la comunicación es el espacio donde se
juega el poder porque es a través del cual se construyen y difunden las ideas. Los medios son
esenciales además de las redes porque, hoy por hoy, para una parte sustancial de la población
a partir de los cincuenta años son la televisión y la radio, un poco menos los diarios, los medios
que son importantes. El ejemplo de Podemos ha sido clave porque la intervención de una
persona, pero de una persona que tuvo un discurso articulado y capacidad de comunicarlo,
satisfizo una demanda social que se vio reflejada en lo que él pensaba”

Pero no hay que olvidar que las redes sociales también han traido consigfo otra serie de
problemas relacionados con la individualización, la pérdida de calidad en las relaciones
cercanas o directas, o el aislamiento. Las redes sociales ii“son utilizadas en muchas ocasiones
para encerrarse en llama zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz,
donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”, concluyendo que “las redes son
muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa”, según expone Zygmunt
Bauman.

Para Bauman, iii“Nunca en la historia humana hubo tanta comunicación como hoy pero esta
comunicación no desemboca en el diálogo, que es el desafío cultural más importante de
nuestro tiempo. Nadie realmente habla. En Facebook jamás puede suceder que alguien se
sienta rechazado o excluido. Siempre, veinticuatro horas al día, los siete días de la semana,
habrá alguien dispuesto a recibir un mensaje o a responderlo”. Esto refleja el miedo a estar
sólo “existe una inseguridad hacia el miedo existencial, es una idea que está en todas partes.
Nos priva de un puerto seguro. El mundo globalizado es multicéntrico, millones de
acontecimientos y decisiones espontaneas puede cambiar nuestras vidas a una gran
velocidad.”

Bauman ante este panorama propone la renegociación de nuestra actual forma de


relacionarnos con el mundo iv“se hace cada vez más necesaria y urgente en vista de que el
planeta, nuestra casa común, se encuentra al borde de la insostenibilidad, gracias al
agotamiento progresivo de los recursos del planeta y la creciente impotencia de los
instrumentos heredados de la acción colectiva para hacer frente a los problemas que surgen
de nuestra cada vez más íntima interdependencia física, social y espiritual”, “requeriría
llamados a repensar y reformar nuestra filosofía de vida y nuestro modo de convivir, de hecho,
una especie de revolución cultural, y como ya se ha indicado, el cambio cultural toma tiempo y
evade imperativos y gestión. Las raíces de las periódicas crisis económicas, así como la
imposibilidad de controlarlos y evitarlas, se encuentran profundamente arraigadas en nuestro
modo de ser: la concepción de un crecimiento económico sin fin como remedio universal a

-
todos los males sociales, el hábito de buscar la felicidad a través de comprar (de saquear el
mundo en lugar de contribuir al mismo), favorece la competencia sobre la solidaridad, la
individualidad sobre el intercambio, y el imparable aumento de la tolerancia a la desigualdad
social, que ha llegado a niveles tan altos que hace tiempo era inconcebible que esto ocurriera”

.
BIBLIOGRAFÍA

Ariño Villarroya, A. (2004): Asociacionismo, ciudadanía y bienestar social, Revista de sociología


Papers, Vol74 (2004)

Boff, L. (febrero, 2012). ¿A dónde irán los indignados y los ocupas? Koinonia 475.

Castañar Perez, J., (2013): teoría e historia de la revolución noviolenta, Virus Editirial, Bilbao.

Fernández Torres, M.J., (2015): Movimientos sociales y acción colectiva, Editorial Eunsa,
navarra, España.

Izquieta Etulain, J. L., y Callejo González, J. J. (2013): «Asociacionismo y participación


voluntaria de los jóvenes españoles. Cambios y tendencias actuales». Cuadernos de Trabajo
Social, 26(1): 159-170.

Mohandas K. Gandhi: Todos los hombres son hermanos, Sociedad de Educación Atenas, Madri
Taibo, C. (febrero, 2012). La deriva del 15M: almas, corrimientos, apoyo mutuo. Madrid15M. d,
1995, pp. 142 y 147.

Tolstoi, L.: El reino de Dios está en vosotros, ob. cit., concretamente en el capítulo VII: «La
gente de nuestro tiempo ha de aceptar inevitablemente la doctrina cristiana de la no
resistencia al mal con la violencia».

Pereda, C., Actis, W., De Prada, M.A., (2012): La participación ciudadana. Algunos apuntes a
partir del Barómetro Social de España. Cuadernos de Trabajo Social, Vol25-2 (2012), Colectivo
Ioé

i
Fuente: Entrevista realizada por la revista http://www.revistaenie.clarin.com
ii
Fuente: Citas extraídas de distintas entrevistas. Fuente: Blog www.copyscyl.org
iii
Fuente: Citas extraídas de distintas entrevistas. Fuente: Blog www.copyscyl.org
iv
Fuente: Citas extraídas de distintas entrevistas. Fuente: Blog www.copyscyl.org

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