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Taller Formación Ciudadana III

Integrantes:
Karen Duque Salazar.
Yeferson Duque Salazar.
Juan Camilo Acosta Benavides.
Mariana García.
Michella Ortiz.
Tomas Riaños Muñoz.
Santiago Gomez Rivera.
Juan Felipe Vivas.
Andres Mauricio Lopez Sinisterra.
Alfonso Miguel Hernández Guillén.
Juan Sebastián Valderrama Tarapues.

1. El conflicto de compleja solución escogido en nuestro análisis es el uso del


lenguaje inclusivo en materia de género, puesto que hay un conflicto cuando se
quiere “obligar" a otra persona a usar los pronombres inclusivos que para algunos
generan incomodidad y se sienten condicionados, hasta el punto de que a veces se
sienten obligados a llamar a una persona con los pronombres: “elle” o “todes”,
términos inclusivos que hacen parte del lenguaje incluyente que busca visibilizar
mujeres y hombres sin incurrir en el sexismo lingüístico y en el sexismo social
presente en el lenguaje.

Entendiendo las dos partes hay que tener en cuenta que esta práctica lingüística
enfoca su crítica en la mirada masculina como posición central en el mundo, pues
no solo invisibiliza a lo femenino, también marginaliza a las personas de otras
entidades, como los trans. Por ello, los movimientos feministas y LGBTIQ+ reclaman
un lenguaje igualitario que represente realmente a todas las personas, ya que, como
es evidente, no existe una sola visión del mundo (hombre) ni tampoco dos (hombre
y mujer). Además, el lenguaje no debe entenderse solo como un sistema de signos
o una capacidad para expresar pensamientos por medio de la palabra; el lenguaje
es también una construcción social, debido a que establece realidades e
identidades, y eso es justamente, lo que debe reflejar el lenguaje inclusivo.

Además, hay que tener en cuenta que la comunicación es una poderosa


herramienta para influenciar actitudes, percepciones y comportamientos que reflejan
el mundo en el que todos tratamos de vivir y trabajar. Los idiomas cambian
constantemente, las palabras evolucionan, y con ellas también debe evolucionar el
habla. El lenguaje inclusivo y sin sesgos evitan los estereotipos y las referencias a
detalles irrelevantes.

2. Intereses de los grupos:

Intereses de las personas que apoyan el lenguaje inclusivo:


● Promover la igualdad al visibilizar y reconocer la diversidad de género,
evitando la exclusión de personas no binarias o que no se identifican
con los pronombres de géneros ya establecidos tradicionalmente.

● Reconocer la existencia de diferentes identidades de género,


generando sensibilización y comprensión hacia el grupo de personas
que se siente rechazado por las normas y el lenguaje actual.

● Evitar estereotipos al generar nuevas opciones para referirse a


diferentes grupos de personas o individuos.

● Lograr una forma de identidad para sentirse incluidos en la sociedad


como personas no binarias.

● Es una búsqueda de tener un mayor reconocimiento y sentirse parte


del mensaje.

Intereses de las personas en contra del lenguaje inclusivo:

● Resistirse a un cambio en la forma de comunicarse ya que el lenguaje


inclusivo plantea cambiar el lenguaje tradicional, especialmente
propone el cambio de los pronombres.

● Evitar el uso de géneros gramaticales puede generar confusión y


resultar en malas interpretaciones o errores en la estructuración de
oraciones.

● Se rechaza el lenguaje inclusivo, puesto que se busca la imposición de


este, sin tomar en cuenta que existen personas que no se sienten
identificadas con lo planteado por este lenguaje y puede haber quienes
se sientan marginados o igualmente rechazados.

● Percepción de victimización excesiva, las personas argumentan que


las preocupaciones del lenguaje inclusivo desvían la atención de
problemas con más peso que enfrenta la sociedad actual.

● Defender el lenguaje tradicional, puesto que ningún lenguaje se creó


con el objetivo de ser sexista.

3. Factores que impiden el lenguaje inclusivo:

La Resistencia al cambio cultural. El lenguaje está íntimamente relacionado con la


cultura y la identidad de las personas. La introducción de un nuevo lenguaje
inclusivo puede desafiar las normas y tradiciones arraigadas, generando resistencia
y temor al cambio.

Las personas tienen concepciones y valores diversos con relación al lenguaje y su


evolución. Estas diferencias pueden dificultar la construcción de un consenso, ya
que lo que puede ser considerado inclusivo y respetuoso por un grupo, puede ser
rechazado por otro grupo basado en sus propias perspectivas y creencias

Muchas personas pueden no estar completamente informadas sobre el concepto y


la intención detrás del lenguaje inclusivo. Esto puede llevar a malentendidos,
estereotipos y desconfianza entre los diferentes grupos involucrados, dificultando el
diálogo y la búsqueda de soluciones.

Otro de los grandes retos a enfrentar es que las regiones y normas lingüísticas
varían en diferentes culturas y regiones, lo que puede generar discrepancias en la
adopción del lenguaje inclusivo. Algunos argumentan que el lenguaje inclusivo
puede no ser compatible con ciertas estructuras lingüísticas o puede resultar
forzado en algunas culturas.

4. Se debería adoptar una serie de pasos ordenados para que las partes en conflicto
puedan dialogar y expresar lo que sienten de manera respetuosa y objetiva, siempre
buscando acuerdos mediante el diálogo, haciendo énfasis en la empatía, y como lo
que hacemos y decimos afecta positiva o negativamente al otro. Para encontrar una
solución real a este conflicto debemos tratar de encontrar una solución teniendo en
cuenta los sentimientos y necesidades de todos los afectados, y lo más importante
es que en el posconflicto donde ambas partes se comprometen a cumplir los
acuerdos pactados, de verdad las partes cumplan lo acordado.

Ante el conflicto de que algunas personas quieren cambiar el lenguaje e imponer un


"lenguaje inclusivo" a los demás, es importante aplicar una serie de técnicas para
resolverlo de manera efectiva. En primer lugar, es fundamental establecer reglas
claras para el diálogo y tiempos para el uso de la palabra, para que todas las partes
puedan expresar sus puntos de vista de manera respetuosa y objetiva.

Una vez establecidas estas reglas, es importante fomentar un diálogo abierto y


honesto, donde cada parte pueda expresar lo que siente y lo que le molesta de la
otra de manera respetuosa. Una escucha activa y empática es clave para poder
comprender los puntos de vista de todas las partes involucradas, y para buscar
soluciones que tengan en cuenta las necesidades y sentimientos de todos.

En este caso particular, sería importante que las personas que desean cambiar el
lenguaje expliquen las razones detrás de su propuesta, y que escuchen los
argumentos de quienes no están de acuerdo con ella. El intercambio de ideas y el
respeto mutuo son fundamentales para encontrar soluciones que sean aceptables
para todas las partes.

Es importante recordar que en la resolución de conflictos no se trata de tener razón,


sino de llegar a un acuerdo donde todas las partes se sientan satisfechas y estén
dispuestas a aceptar otros puntos de vista. Para ello, es necesario ser honesto
acerca de tus propios sentimientos y comprender las perspectivas de los demás.
Además, es importante recordar que la resolución de conflictos no implica que uno
tenga que abandonar por completo sus propias creencias o valores. Se trata más
bien de encontrar un punto medio en el que se puedan conciliar diferentes
perspectivas y se pueda construir un acuerdo basado en el respeto y la
comprensión mutua.

Por último, una vez que se haya llegado a una solución, es crucial que todas las
partes estén comprometidas a cumplir con los acuerdos establecidos. Esto implica
un compromiso activo por parte de todos los involucrados para respetar y adoptar
las decisiones tomadas y así formar un ambiente más armónico y empático. En
resumen, para resolver este conflicto, se deben aplicar técnicas como el diálogo
respetuoso, la escucha activa y empática, el intercambio de ideas y el compromiso
de cumplir con los acuerdos establecidos.

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