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Candidiasis cutánea congénita.

A propósito de dos casos

CASO 1
Primer embarazo de madre sana de 30 años con gestación controlada y serologías antenatales negativas para
VIH, hepatitis B y TORCH. Padeció el último mes del embarazo candidiasis vaginal, siendo tratada con
antifúngico en óvulos. Por parto espontáneo de vértice, a las 40 semanas nace una niña con peso de 2.740 g y
Apgar 7-9-10. Precisó reanimación superficial. En la exploración física presenta un buen estado general
mostrando en la exploración dermatológica lesiones máculo-papulosas, eritematosas, de predominio en cara y
tronco con alguna lesión pustulosa aislada, todo ello asentado sobre una piel de fondo eritematoso y
levemente descamativa (Fig. 1). La analítica de sangre mostró 27.000 leucocitos (67% neutrófilos, 20%
linfocitos), hemoglobina y plaquetas dentro de la normalidad. Los estudios bioquímicos, subpoblaciones
linfocitarias y proteinograma no mostraron alteraciones. Cultivo de sangre, orina, punta de catéter y líquido
cefalorraquídeo negativos. Serologías de parvovirus B19, hepatitis, CMV, coxackie, echovirus, herpes
simple, varicela, VIH, lúes y toxoplasma negativos. El raspado de piel con hoja de bisturí estéril y escobillón
estéril de la secreción mostró en el examen directo con KOH al 40% positividad con aparición de
blastosporos y pseudomicelios. El cultivo en agar Sabureau y caldo Sabureau aisló Candida albicans. Al
tercer día de vida presentó descamación generalizada más evidente en palmas, plantas y grandes pliegues, así
como un exudado conjuntival mucopurulento del que se toma muestra para cultivo aislándose también
Candida albicans. La exploración oftalmológica resultó sin alteraciones. Se inició tratamiento con antifúngico
tópico (miconazol), remitiendo las lesiones a las dos semanas de vida.

DIAGNOSTICO

La candidiasis cutánea congénita (CCC) es una condición poco común causada por la exposición a
Cándica spp por infección ascendente en útero más frecuente que por exposición perinatal. 
Típicamente se presenta como una erupción cutánea difusa al nacer o en los primeros 6 días de vida.

Las lesiones pustulosas pueden involucrar palmas y plantas.  Las uñas pueden estar afectadas, y se ha
reportado el compromiso exclusivo del plato ungueal.  En general, la orofaringe no está involucrada. 
En infantes prematuros, las áreas que simulan quemaduras presagian compromiso sistémico.

Se describen dos infantes de término y se comparan las presentaciones clínicas y resultados con la
candidiasis neonatal y mucocutánea.
El estudio micológico en la cavidad oral reveló al examen directo (KOH) pseudohifas y
blastoconidios, así como filamentos en las lesiones cutáneas de las extremidades. Los cultivos de piel
y mucosa oral de la paciente desarrollaron e identificaron Candida albicans. Se realizó igualmente
cultivo de secreción vaginal materna, que reportó el crecimiento del mismo agente.

A pesar del buen estado de la paciente, se solicitó examen general de orina, urocultivo y
hemocultivos, que se reportaron sin alteraciones y sin desarrollo de ningún microrganismo.
Con los datos anteriores se estableció el diagnóstico de candidosis cutánea congénita. Se inició
tratamiento con isoconazol tópico dos veces al día en la piel afectada y nistatina oral 100,000 UI cada
seis horas durante siete días. La paciente tuvo evolución favorable con desaparición de todas las
lesiones.
La candidosis cutánea congénita puede sobrevenir como una infección asintomática o como una
infección diseminada con dificultad respiratoria, hepatoesplenomegalia, sepsis o incluso la muerte.
Sin embargo, la manifestations más común es una erupción cutánea generalizada de máculas
eritematosas, pápulas o pústulas, con resultado benigno.1
Es importante determinar los factores de riesgo en el neonato, así como sus comorbilidades porque
de esto dependerá el grado de diseminación de la enfermedad desencadenando un cuadro fatal para
el paciente.6
El diagnóstico debe establecerse con estudios micológicos de rutina, como examen directo con KOH
de las lesiones y mucosas, en búsqueda de pseudohifas y blastoconidios, al igual que el cultivo de las
lesiones determinará con certeza el agente causal. Otros estudios para realizar en el paciente son los
encaminados a determinar si existe invasión fúngica a otro nivel, por lo que debe realizarse
biometría hemática, examen general de orina, urocultivo y hemocultivos. Es indispensable el estudio
micológico de la madre porque, al ser una infección de transmisión vertical, es requisito
indispensable documentar la colonización de la vía vaginal de la madre por Candida sp, puesto que
la manifestación puede ser subclínica y asintomática.
CASO 2

Primer embarazo de madre sana de 22 años sin antecedentes de interés, salvo haber padecido vaginitis por
Candida durante las últimas semanas del embarazo no realizando tratamiento alguno. Nace un niño a término
de 3.700 g, Apgar 9-10-10. A las pocas horas del nacimiento se observa aparición de máculopápulas
eritematosas generalizadas (Fig. 2), algunas con pústula central y con una mayor afectación de grandes
pliegues y cara anterior de antebrazo izquierdo (Fig. 3). Analítica de sangre completa y serologías como en el
caso anterior resultaron dentro de la normalidad. Se realizó toma de frotis vaginal materno y muestra de
lesiones cutáneas del niño con examen directo positivo y creciendo en ambos cultivos Candida albicans. A
propósito de dos casos 297 Candidiasis cutánea congénita. A propósito de dos casos N. Fernández Martínez,
P. Gómez Centeno*, M.V. González Conde, M.I. Martínez Soto, M.L. Couce Pico, J.R. Fernández Lorenzo
An Esp Pediatr 1999;51:297-299. Servicio de Neonatología. *Servicio de Dermatología. Complejo
Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela. Correspondencia: Nieves Fernández Martínez. C/
comandante Barja nº 9, 8º E 15004 La Coruña. Recibido: enero 1999 Aceptado: Marzo 1999 NOTA
CLINICA Figura 1. Se inició tratamiento con miconazol tópico resolviéndose las lesiones a los 10 días.

DIAGNOSTICO

Como ya se ha mencionado con anterioridad, la candidiasis cutánea congénita es un caso muy poco
común en pediatría. Habitualmente, los casos de infección sistémica o candidemia suponen un cuadro
clínico frecuente tanto en niños como en adultos; sin embargo, C. albicans no suele ser su causa
principal. Estudios recientes estiman que la prevalencia de candidiasis neonatal en niños menores de 13
años es de 5 % y, en el resto, es de 0,4 %. Por el contrario, la candidiasis cutánea congénita cuenta sólo
con 70 casos comunicados en la literatura científica, en los últimos 40 años.

El mecanismo patológico de la candidiasis cutánea congénita parece ser mediante una transmisión
vertical de madre a hijo. Candida albicanses un microorganismo frecuente en los genitales femeninos;
si bien es cierto que es un hongo oportunista, en caso de que la mujer sufra de candidiasis vaginal el
contagio en neonatos y recién nacidos es probable. Se han registrado pocos casos similares y el objetivo
que se debe tener en cuenta sería la prevención basada en el diagnóstico de la candidiasis vaginal.

En el presente caso no existía un diagnóstico previo de candidiasis en la mujer. Sin embargo,


posteriormente se comprobó que sufría de una candidiasis subclínica y suponemos que el contagio se
produjo estando en dicho período.Tiraboschi, et al., observaron que al producirse una rotura
prematura de la membrana amniótica en una mujer embarazada con candidiasis, el feto se contagió
inevitablemente. Dicho diagnóstico se estableció gracias a técnicas de análisis molecular , por lo que
sería posible prever la situación y tratar al niño en caso de sospecharse un contagio, evitando así
pruebas invasivas como hemocultivos o punción lumbar

TRATAMIENTO

El tratamiento incluye terapia antifúngica sistémica. La Anfotericina B es la terapia de primera línea y


se administra en dosis de 0.5-1 mg/kg/día y la anfotericina B liposomal es menos tóxica y se prefiere si
existe insuficiencia renal preexistente,

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