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Desigualdad educativa.

A partir de la lectura del texto de Kaplan, responder:

1. ¿Cuál es la hipótesis inicial de la que parte la autora? ¿Qué problemática intenta abordar?

2. Explicar el sentido del "doble juego" que se da en la inclusión educativa según la autora.

3. ¿Cuáles son los problemas en relación con la denominación de los/as estudiantes?


Caracterizar el proceso de estigmatización.

4. Explicar los problemas de los juicios sobre la inteligencia y su vínculo con el determinismo
biológico.

5. ¿A qué conclusiones arriba la autora?

1- La autora parte de un debate histórico acerca de la desigualdad social y escolar.


Sostiene la hipótesis de la existencia de una mercantilización de la inteligencia en
donde las capacidades humanas están medidas bajo distintos atributos. Y se plantea la
pregunta de por qué en contextos de creciente miseria social se multiplican las
inteligencias.

2- Kaplan plantea que existe un doble juego o tensión entre los mecanismos de inclusión
y exclusión de algunos sectores. La autora plantea que los que están ``incluidos´´
dentro de una institución escolar no están exentos de ser parte de distintos
etiquetamientos, juicios condenatorios de carácter excluyente. Existe la voluntad de
muchos docentes de sacar adelante a sus alumnos y el esfuerzo de los alumnos en caer
en un destino anticipado pero sin embargo esto siempre termina luchando con
distintas prácticas discriminatorias que existen en todos los espacios de la sociedad.
Es decir estar dentro de un espacio no significa precisamente estar incluido, ni el que
esta ´´incluido´´ está exento.
3- El problema con la denominación de los estudiantes es la creación de límites y barreras
para aquellos estudiantes que están siendo denominados. Los actos de clasificación
escolar tienen como efecto que cada uno conozca sus ´´limites´´ y por ende se bajan
las expectativas. La autora dice que el ser ´´alumno´´ esta percibido y cargado de
expectativas y todos estos actos de nominación pueden causar a la baja en el
autoestima y que el alumno acepte así sus limitaciones, aceptando así el destino al que
está inmerso por esa clasificación.
Todas esas categorías pueden contribuir a un proceso de estigmatización y exclusión
dentro de la escuela. El proceso de estigmatización es entonces todos esos actos o
creencias desfavorables que desacreditan o rechazan a una persona o un grupo por
considerarlas que son diferentes.

4- Los juicios sobre la inteligencia clasifican y muestran los límites objetivos que marcan
de entrada a los alumnos en su tránsito por el sistema escolar, esto es decir, a partir de
sus constricciones o determinaciones estructurales, configuran un sentido de los
límites subjetivos, una suerte de estimación inconsciente o cálculo simbólico
anticipado de lo que ellos pueden o no pueden proyectar para la propia carrera social
y escolar. Esto es, por su condición de origen (clase social, identidad étnica, capital
cultural familiar, sexo), se limitan y excluyen de aquello que ya están excluidos o bien
se proyectan hacia el éxito que les espera.
La autora lo demuestra con varios testimonios de docentes en donde se marcan los
límites y categorizan a diversos individuos o grupos uno de los testimonios habla de
aceptar los límites de los alumnos y cuando llegan a su techo no pueden exigirles más,
otra docente alude que hay chicos a los cuales le da la cabeza a pleno por la
estimulación de sus padres o por la alimentación y habla de un chico al que no le da la
cabeza para el estudio y que eso sería distinto de haber nacido en otra familia.
Todos estos juicios de valores acerca de la inteligencia no hacen más que reforzar el
determinismo biológico se atribuye el fracaso educativo a la capacidad individual del
alumno, a su déficit intelectual el cual esta denominado por el orden biológico, así se
le atribuyen a los alumnos atributos naturales de inteligencia los cuales explicarían el
bajo rendimiento de ciertos sujetos sociales como los pobres, las mujeres, los
indígenas, etc.
5- La autora concluye que a pesar que existen otras perspectivas más de carácter
deterministas tenemos que pensar por qué estas perspectivas, enfoques, ingresan a
las escuelas tan acríticamente. Es decir, por qué en lugar de pensar en sujetos que
aprenden, empezamos a hablar de cerebros más pobres, más ricos o de las
capacidades mentales. Esta es una mirada antigua y conservadora de la pedagogía, lo
que sostiene la autora es que no hay diferencias cerebrales entre los ricos y los pobres.
Lo que hay, en todo caso, son condiciones y oportunidades distintas para aprender,
que son básicamente sociales. No hay nada de naturaleza en la desigualdad. Es decir,
la desigualdad social y educativa no se aloja en el cerebro. Sin embargo, si a estas
perspectivas uno no las mira críticamente y no las analiza, se puede caer en la idea de
que los cerebros son los que definen el fracaso o el éxito de la gente, en la sociedad o
en la escuela.

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