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Control probatorio en la
pretensión impugnatoria
NCPP2004
Dado que, cada institución procesal tiene distinta naturaleza. En efecto, la nulidad
opera como una pretensión subsidiaria, sin perjuicio del Código Procesal Civil que
establece a la nulidad como un recurso. Ergo, en el proceso penal se imbrica en la
pretensión principal u incidental (incidente cautelar) o alternativa. Es decir, una
cuestión principal o alternativa como la pretensión civil. En consecuencia, la nulidad
puede ir como una petición concreta en la pretensión impugnativa.
Por ende, era el juez instructor quien realizaba las diligencias y el que juzgaba; y el
fiscal el que formalizaba denuncia, pero también realizaba diligencias. Es decir,
recababa información denominada prueba por el vetusto CdPP.
En ese sentido, el actual sistema procesal que adopta el Código Procesal Penal
promulgado el 2004 y vigente desde el 2006 exige que se realice un mini juicio en
la audiencia de apelación. Naturalmente, la apelación en su nomenclatura procesal
como medio impugnatorio de apelación.
Así, la nulidad obedece a otra institución con distintas características. Ergo, el
recurso es la causa, y la instancia la etapa procesal. Por tanto, el recurso se
materializa en el medio impugnatorio de apelación. Siendo, el núcleo esencial o
derecho fundamental el derecho al recurso como pivote. Por ende, el mini juicio en
apelación se realice en atención a todos los principios y directrices que orientan el
juicio de primera instancia – etapa estelar donde se genera el contradictorio –.
Dado que, con el auto de citación a juicio culmina el expediente fiscal o denominado
carpeta fiscal. Quedando proscrito afirmar prueba en todo el proceso. Siendo prueba
lo que se produce en juzgamiento al calor del contradictorio procesal. En suma, sea
materia de revisión.
Por otra parte, citando a Maier sostiene que “el hombre a medida que establece
formas de convivencia comunitarias y, por ello, el contenido de sus reglas es
contingente, como lo son también las formas de organización social que se suceden,
en busca de una más perfecta convivencia pacífica, y los cambios sociales que se
producen a medida que se transforman las condiciones demográficas y de ejercicio
del poder en una comunidad; también el mayor conocimiento empírico sobre las
relaciones humanas, de lo cual se ocupa la ciencia – parafraseando, en la
actualidad, influyen en los cambios de contenido del orden jurídico (Flores,
2010, pág. 59).
Vásquez Rossi, sostiene que “la idea de sistema procesal refiere de manera doble
a la característica de conjunto ordenado inherente al concepto de proceso y a los
diferentes métodos o formas en que ese conjunto se dispone, componiendo
una especie de modelo organizativo”. Mas adelante el mismo autor refiere que:
“la categoría de sistema procesal lleva a establecer conceptualmente la existencia
de un numero de rasgos determinantes, que si bien son extraídos empíricamente
de modos históricos de enjuiciamiento, se convierten en una reconstrucción
conceptual, en una elaboración – parafraseando, teórico que, a su vez constituye
una herramienta para interpretar u valorar los métodos reales (Flores, 2010,
pág. 59).
Por esa razón, se sostiene que el conocimiento puede ser relativo; no absoluto como
ciertos autores pretenden, ahí radica la verdad. En esto radica el carácter
epistemológico. Para tal efecto, se erigen los grados del conocimiento desde la
posibilidad hasta la certeza. Certeza más allá de toda duda razonable que exige el
Código Procesal Penal para condenar a una persona libre.
Así pues, las proposiciones fácticas o afirmaciones de hecho pueden ser correctas
o incorrectas, certeras o probables. No obstante, para iniciar diligencias preliminares
o disponer la formalización de la investigación preparatoria; basta la posibilidad o
probabilidad de la causa. Por esa razón, para efectuar daciones de medidas
sumamente gravosas corresponde evaluar la alta probabilidad.
Esta lógica opera vinculando los elementos de convicción que obren en etapas
primigenias; o elementos de juicio en juzgamiento los que generan prueba para
condenar o absolver, antes tenemos elementos de convicción necesarios para
resolver cuestiones de dichas etapas más no emitir una condena o pronunciamiento
de mérito.
Por tanto, tanto los grados de cognición se erigen para generar certeza en el
juzgador sobre los elementos que obren en la etapa pertinente. Por ello, su
obtención, postulación, admisión, y actuación es determinante para ser apreciados
probatoriamente y emitir una decisión de mérito, resolviendo lógica y
motivadamente
Por esa razón, esto no impide que la inmediación esté presente en las fases de
investigación ni en la etapa intermedia, ya que en ellas se llevan a cabo también
gran cantidad de audiencias; en las que las partes ofrecen elementos de convicción,
conducentes, pertinentes y útiles vinculada al objeto del debate de la mejor calidad;
para que el juez decida con respecto al caso concreto y sobre la base de las
alegaciones que se dan frente a él.
Así pues, todo medio de prueba material, digital o documental se admita en razón
del su órgano de prueba. En consecuencia, la lectura de las actas actúa
subsidiariamente. La regla, es la actuación probatoria. En efecto, para su
apreciación probatoria requiere que el órgano de prueba vierta la información con
inmediación del juzgador competente sea unipersonal o colegiado.
Por tanto, tanto los medios de prueba ingresan a juicio oral se actúan con el órgano
de la prueba. En suma, la regla sigue incólume. De que la prueba se produce en
juzgamiento.
Por esa razón, el juicio simbólico se reducía a la lectura de las diligencias efectuadas
en la investigación, sumando información. Según el art. 77 del CdPP, el objeto de
dichas actuaciones era reunir información denominada prueba.
Más no actos de investigación como establece el artículo 325 del NCPP actual
promulgado el 2004 y vigente el 2006 y su progresiva implementación. Por tanto,
dicha repetición de diligencias, no protegían al presunto inocente, empero,
aletargaban su situación jurídica. Es decir, lo dejaban en incertidumbre jurídica, con
reiteración de interrogatorios, que bien podían ser realizados en juicio a través de
exámenes pertinentes, conducentes y útiles.
Por ende, la prueba actuada en juicio de primera instancia; este proscrita de control
y cambio probatorio por el juez de apelación, con mayor razón la prueba personal
salvo las zonas abiertas. Es decir, evaluar su estructura racional – logicidad –.
Este sistema tiene reglada instituciones adversariales, como producto de los últimos
cuarenta años, lo sistemas procesales concibieron ciertas instituciones del Common
Law: “EEUU e Inglaterra”. Sin embargo, el pivote al cual se adhiere el sistema es
del romanista civilista (Civil Law).
Por tanto, lo que contiene la sentencia tiene que corresponderse con lo actuado en
el juzgamiento. Luego de un debate contradictorio, que genere prueba para
condenar o absolver. Dado que, el sistema procesal actual acusatorio de partes con
rasgos adversariales trabaja con dos expedientes, fiscal y judicial, siendo el judicial
lo que será objeto de prueba y debate en juzgamiento. Por ende, con el juzgamiento
precluye el expediente fiscal.
Ergo, lo del expediente fiscal no tiene sustento probatorio; salvo para las incidencias
de la etapa preliminar y la preparatoria en el proceso común; culminando la misma
con el auto de enjuiciamiento. Por esa razón, en las etapas previas a juzgamiento
es un despropósito afirmar prueba. Puesto que, se trabaja con criterios de
conducencia, utilidad y pertinencia, sobre la base de elementos de convicción.
Para tal efecto, para concebir tal sistema procesal; obedece también a la técnica del
legislador. Por esa razón, lo determinante es la Constitución Política del Estado. En
esa medida, se haga referencia a un proceso penal constitucionalizado.
Empero, el fiscal no hacía nada más que actuar como dictaminador, y no un certero
persecutor del delito; que lleva en sus manos la investigación y garantiza de
objetividad y legalidad dichos actos de investigación.
Esta práctica, se veía justificada por una verdad que perseguía el Estado a toda
costa. Denominación que se empleaba para realizar prácticas inquisitivas; ahora
proscritas, por ejemplo, la tortura, para obtener confesiones a diestra y siniestra. Es
decir, tomaban tal denominación para realizar investigaciones burocratizadas;
propio de una cultura propia de ese entonces no ajenas a la actual, en la cual se
repetían diligencias ya realizadas.
Esta lógica, se fundó en razón de que sea el juez ad quo el que resuelva el juicio de
hecho y de derecho. Es decir, una sola actuación probatoria; y la instancia del ad
quem revise el juicio de derecho nada más, proscribiendo su control del mérito de
la resolución.
Por esa razón, nuestro modelo procesal adopta un sistema hibrido. Es decir, ni
ilimitado, ni restringido en estricto sentido. Nuestro sistema de apelación establece
supuestos excepcionales de admisión probatoria. Por ello, el juicio de segunda
instancia se erige en un mini juicio donde se desplegarán todos los principios de la
etapa estelar del juicio oral. En consecuencia, se modifique el objeto del proceso en
supuestos excepcionalísimos.
(…)
(…)
Por tanto, no es factible otorgar otro merito probatorio al hecho probado; salvo nueva
prueba personal y las que prevé las excepciones que regla el Código Procesal Penal
y la jurisprudencia.
En efecto, es posible que dicha fuente de prueba recién se conozca y sea necesario
postularlo a través del medio de prueba pertinente, conducente y útil. Por ejemplo,
respecto a un documento y su expedición reciente, o también de acuerdo a la fecha
o ubicación del mismo. En tal supuesto, si es factible ofrecerlo.
(…)
Dado que, estos autos son determinantes para generar el debate en juzgamiento.
En consecuencia, se construya el expediente judicial con el auto de citación a
juzgamiento y los antes mencionados. Por tanto, precluya el expediente fiscal. Así,
la reserva se erige en requisito de admisibilidad.
Ergo, los medios de prueba que calcen en los supuestos obedecerán qué duda cabe
al objeto al cual se dirigen. Es decir, al extremo tanto civil o penal. De ese modo se
proscribe, situaciones hibridas. Correspondiendo, a cada sujeto procesal su objeto
de debate y ofrecimiento probatorio.
(…)
4. Los autos que decidan sobre la admisión de la prueba pueden ser objeto de
reexamen por el juez de la causa, previo traslado al Ministerio Público y a los
demás sujetos procesales.
(…)
c) Los admitidos que no fueron practicados por causas no imputables a él.
Cabe recalcar, que la norma no proscribe que el sujeto procesal también lo postule
motivando y justificando lo imprescindible de su testimonial, por múltiples razones.
En ese sentido, el sujeto procesal tiene que instar la misma.
Por ende, sea a través del ofrecimiento, o en audiencia de oficio se cite al órgano
de prueba para que sea actuado nuevamente. Por tanto, dicho medio de prueba
sea indispensable para sustentar el juicio de hecho o mérito. En consecuencia, sea
citado para actuarlo en apelación.
(…)
5. También serán citados aquellos testigos – incluidos los agraviados – que han
declarado en primera instancia, siempre que la Sala por exigencias de inmediación
y contradicción considere indispensable su concurrencia para sustentar el juicio de
hecho de la sentencia, a menos que las partes no hayan insistido en su presencia,
en cuyo caso se estará a lo que aparece transcrito en el acta.
Por tanto, sea la logicidad objeto de revisión, por consiguiente, la motivación del
juicio de hecho. En ese sentido, esta proscrito cambiar el mérito probatorio. Salvo
excepciones establecidas en el NCPP. Puesto que, asumir un sistema ilimitado de
aportación de medios de prueba desmerecería la necesaria inmediación del juez ad
quo. Es decir, del juez de primera instancia.
Por esa razón, si bien se tiene un sistema mixto o denominado hibrido; las
excepciones son claras al establecerse en el artículo 422 NCPP. En efecto, la regla
es que el juez ad quem o de apelación se avoque a controlar la logicidad de la
resolución venida en grado. Por tanto, la regla sigue incólume de que la prueba se
produce en juzgamiento. Es decir, en la etapa estelar del proceso judicial de primera
instancia. En ese sentido, se requiere que todos los medios de prueba sean
actuados a través de los órganos de prueba.
Sin perjuicio, de las excepciones regladas en el artículo 422 del CPP. En efecto, de
constituirse tales excepciones si es factible cambiar el mérito probatorio a la prueba
personal actuada vinculado a los criterios adicionales que la jurisprudencia viene
estableciendo, antes el control radica en la logicidad de los medios de prueba o
denominado zonas abiertas por la jurisprudencia.
- Casación 5 – 2007
Establece el ámbito de control del juez ad quem, respecto a las zonas abiertas; en
razón de evaluar la logicidad que aplico el juez ad quo de los medios de prueba. No
se colige lo declarado en juicio con lo que aparece en la resolución.
- Casación 96 – 2014
Sexto. En este sistema la prueba personal debe valorarse, más que sobre la base
de las emociones del declarante, sobre el testimonio del mismo, así se analiza: i) la
coherencia de los relatos, empezado por la persistencia en su incriminación, sin
contradicciones. ii) La contextualización del relato, es decir, que ofrezca detalles de
un marco o ambiente en que se habrían desarrollado los hechos del relato. iii) las
corroboraciones periféricas, como otras declaraciones, hechos que sucedieran al
mismo tiempo, etc. iv) Existencia de detalles oportunistas a favor del declarante.
Séptimo. El Acuerdo Plenario número cero dos – dos mil cinco / CJ – ciento
dieciséis, del treinta de septiembre de dos mil cinco (Pleno Jurisdiccional de las
Salas Permanentes y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia), las recoge así
se señala que la declaración capaz de desvirtuar la presunción de inocencia, debe
cumplir los siguientes requisitos: a) Ausencia de incredibilidad subjetiva; esto es,
que existan relaciones, entre agraviado e imputado, basados en el odio,
resentimientos, enemistad u otras que puedan incidir en la parcialidad de la
deposición, que le nieguen aptitud para generar certeza, ii) verosimilitud que no solo
incide en la coherencia y solidez de la propia declaración, sino que debe estar
rodeada de ciertas corroboraciones periféricas de carácter objetivo que la doten de
aptitud probatoria. iii) persistencia en la incriminación; es decir, que la
sindicación sea permanente. El cambio de versión no necesariamente la
inhabilita para su apreciación judicial, y en la medida en que el conjunto de
sus declaraciones se haya sometido a debate y análisis, el juzgador puede
optar para la que considere adecuada.
Sumilla:
(…)
2.5.6 (…)
Al respecto, cabe precisar que si bien la sentencia de segunda instancia otorgó un
valor probatorio diferente a la prueba personal, sustentando así su fallo absolutorio;
no obstante, se advierte que dicho valor probatorio no infringe el principio de
inmediación, toda vez que también se otorgó un valor diferente a la prueba
documental (acta de intervención policial) y prueba pericial (pericia grafotécnica),
situación que permite una mejor comprensión de los hechos litigiosos, más aun si
la nueva valoración otorgada coincide en la desvinculación de la acusada respecto
de los hechos imputados; además, si bien la sentencia de mérito no señalo ni
preciso cuales son las “zonas abiertas”, las contravenciones a las reglas de
la lógica, la ciencia y las máximas de la experiencia, que permitirían una
valoración de la prueba personal sin infringir el principio de inmediación; sin
embargo, ello no es suficiente para desacreditar la valoración realizada por el
juzgador de segunda instancia, toda vez que también merituó pruebas de otra
naturaleza( prueba documental y pericial) para sustentar su decisión.
Esta casación además adiciona los criterios del Acuerdo Plenario 2 – 2005, citando
también otras casaciones que van de la mano con la logicidad de los medios de
prueba. Es decir, de las denominadas zonas abiertas.
- Casación 854 – 2015
Octavo:
(…)
El relato fáctico que el Tribunal de Primera Instancia asume como hecho probado,
no siempre es inconmovible, pues: a) puede ser entendido o apreciado con
manifiesto error o de modo radicalmente inexacto – el testigo no dice lo que
menciona el fallo –; b) puede ser oscuro, impreciso, dubitativo, ininteligible,
incompleto, incongruente o contradictorio en sí mismo; o c) ha podido ser
desvirtuado por pruebas practicadas en segunda instancia.
Con mayor razón, puesto que, la audiencia de apelación se erige en un mini juicio
donde se garanticen los principios medulares del proceso penal y se atienda a las
prerrogativas que se establece para el juzgamiento. Es decir, la etapa estelar del
proceso penal. Por contrario, sea una suma de información de pura lectura de lo
recaudado en instrucción como las viejas prácticas del vetusto CdPP.
Sumilla:
(…)
(…)
Decimo:
(…)
Comentario:
Por ende, todo cambio de magistrado exige expresar las razones, en razón de las
causales previstas en la ley. En consecuencia, declararon fundado el recurso de
casación, nulificando, y reenviando a una nueva Sala de Apelaciones para
nuevamente realizar el juicio.
Insistir en que no pudo haber una penetración total, como si ésta es la única
exigida por el tipo delictivo, importa alterar irrazonablemente el análisis de la
conducta atribuida al imputado. Además, de la versión de la víctima en este
punto especifico debe realizarse en el contexto de su minoría de edad, de la
situación que soportó y del tiempo transcurrido.
Comentario:
Octavo. (…) El relato fáctico que el Tribunal de Primera Instancia asume como
hecho probado, no siempre es inconmovible, pues: a) puede ser entendido o
apreciado con manifiesto error o de modo radicalmente inexacto – el testigo no dice
lo que menciona el fallo –; b) puede ser oscuro, impreciso, dubitativo, ininteligible,
incompleto, incongruente o contradictorio en sí mismo; o, c) ha podido ser
desvirtuado por pruebas practicadas en segunda instancia.
Décimo primero. Sin embargo, nuestro sistema es más limitado, por lo que, no
obstante, lo dispuesto por la norma, se debe de tener cuidado, pues se podría
desnaturalizar el recurso de apelación al no depurar el ingreso de prueba ya
actuada a la audiencia de apelación, así como conculcar el derecho
fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas.
Décimo cuarto. (…). Se aplicará este artículo cuando las declaraciones de los
testigos, incluidos los agraviados, adolezcan de sensibles defectos legales o
déficit de información que impide el necesario esclarecimiento de los hechos
objeto del debate.
15. Referencias
Flores, J. A. (2010). Manual del Nuevo Código Procesal Penal & Litigación oral. Lima: IDEMSA.