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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA

DE NUEVO LEÓN
Facultad de Derecho y Criminología
División de Posgrado

MAESTRÍA EN DERECHO
CON ORIENTACIÓN EN DERECHO DE AMPARO

MATERIA:
AMPARO CONTRA LEYES

Catedrático: Master Lic. Edgar Humberto Muñoz Castillo

Tema: ANÁLISIS CASO PRÁCTICO 1

Alumno: JOSÉ GUADALUPE MARTINEZ GARAY Matrícula: 786195

Monterrey, Nuevo León, México, 26 de Octubre de 2019.


ÍNDICE

I.- INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

II.- ARGUMENTACIÓN JURÍDICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

III.- ARGUMENTO ANALÓGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

IV.- ARGUMENTACIÓN CONSTITUCIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

V.- ANTECEDENTES DEL CASO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

VI.- RESOLUCIÓN DE LA SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE


JUSTICIA DE LA NACIÓN POR CONDUCTO DEL MINISTRO PONENTE
EDUARDO MEDINA MORA ASISTIDO POR SU SECRETARIA IVETH
LÓPEZ VERGARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

VII.- ESTUDIO REALIZADO POR LA SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA


CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

VIII.- ARGUMENTACIÓN Y EXPOSICIÓN ALEGATOS JURÍDICOS,


ANALÓGICOS Y CONSTITUCIONALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

.
I.- INTRODUCCIÓN

El presente trabajo está destinado a correlacionar las Argumentaciones Jurídica,


Analógica y Constitucional con las normas y criterios internacionales de Derechos Humanos,
con el derecho nacional o derecho interno.

La universalidad de los Derechos Humanos se empieza a ver reflejada en la


divulgación internacional del trato igualitario a los individuos, al menos con la aprobación de
las diferentes Convenciones y Tratados Internacionales sobre los Derechos Humanos.

En este trabajo se abordará la importancia que se le debe de guardar al estudio de los


Tratados y Convenciones Internacionales en materia de Derechos Humanos ya que los
mismos son concebidos por el Derecho Mexicano como piezas de legislación y poco a poco
se vuelven vinculantes en el ámbito interno.

Con el desarrollo de esta materia de Argumentación e Interpretación Jurídica, refuerzo


mi propuesta de conjugar con mayor conocimiento mis alegatos jurídicos, analógicos y
constitucionales; sobre todo a partir de interponer la inconformidad ante las Autoridades
Internacionales ya que finalmente el funcionamiento de éstos se convierte en una supervisión
del cumplimiento de las obligaciones que emanan de Tratados de Derechos Humanos, el
cual genera un cúmulo de decisiones y recomendaciones de Órganos Internacionales de
Derechos Humanos destinados a los jueces nacionales.
II.- ARGUMENTACIÓN JURÍDICA.

La argumentación es la forma o manera en que se expresan los razonamientos.


Cuando razonamos o efectuamos la operación llamada raciocinio psicológico,
producimos mentalmente un pensamiento llamado raciocinio lógico, el cual expresado al
exterior, sea en forma oral o escrita, toma el nombre de argumentación. 1

La argumentación jurídica es el tipo de argumentación que se produce cuando los


hechos en relación con los cuales queremos explicar nuestra posición, alegando razones o
argumentos que convenzan al otro de su pertinencia y consecuente conveniencia de
2
imitación, se refieren a una experiencia jurídica.

De los párrafos anteriores podemos deducir el por qué la importancia de la


argumentación jurídica, y llegamos a la conclusión de que existen lagunas en el Derecho,
entre otros aspectos. Además, porque, la práctica del Derecho consiste en argumentar. Si
discutimos cómo debe de ser la práctica del Derecho en forma cotidiana, alcanzaríamos a
establecer que es a través de los razonamientos, de la realidad y de la argumentación
jurídica, funcionando como una premisa.

. . . conviene ahora averiguar qué tipo de argumentación o cuáles argumentos son los
más adecuados para convencer en cada una de las partes del discurso jurídico. Para dar
cumplido desarrollo a este epígrafe comenzaré por recordar que todo mensaje jurídico tiene
tres partes que son: la exposición de los hechos, la valorización o calificación de los mismos
y la decisión o normación de la conducta a seguir como consecuencia de los dos pasos
anteriores3.

1
ORELLANA WIARCO, Octavio Alberto. Teoría y Práctica de la Argumentación Jurídica. Editorial Porrúa. 2ª Edición.
México, 2017. P. 29 – 30.
2
OTERO PARGA, Milagros. IBÁLEZ MARIEL, Roberto. Argumentos de la Argumentación Jurídica. Panorama práctico.
Editorial Porrúa. 1ª Edición. México, 2015. P. 2.
3
OTERO PARGA, Milagros. IBÁLEZ MARIEL, Roberto. Argumentos de la Argumentación Jurídica. Panorama práctico.
Editorial Porrúa. 1ª Edición. México, 2015. P. 13
III.- ARGUMENTO ANALÓGICO

El argumento analógico tiene su origen en la forma o manera en que el ser humano lo


utiliza como método de conocimiento donde priva el principio de similitud o semejanza. El
argumento analógico cobra singular importancia en las lagunas de la ley. En efecto, cuando
ante el juzgador se presenta un caso que no “encaja” en disposición legal que lo contemple,
podemos decir que aparece la “laguna de la ley” y se puede resolver aplicando una norma
existente que sea similar al asunto planteado.

La analogía consiste en la técnica o procedimiento en que aplicando una relación de


semejanza entre un supuesto y otro, el segundo que se resuelve de acuerdo al primero con
el que se guarda similitud. En el campo de derecho se distingue entre analogía legis, cuando
la analogía se presenta en el mismo texto legal; y analogía iuris cuando se fundamenta en
principios del ordenamiento jurídico.

La mayor dificultad en la aplicación del argumento analógico estriba en precisar o


determinar la semejanza o la identidad de razón, pues puede suceder que la similitud sea
accidental y no de esencia o por otros causas. 4

Desde una perspectiva aristotélica, la analogía se identifica con dos aspectos que le
son afines: la igualdad de relaciones y el carácter probable de un conocimiento
comparado con otro conocimiento.

El segundo significado del término analogía es el que más se aplica en derecho, al


considerarse como una extensión probable del conocimiento mediante un procedimiento por
semejanza.

El procedimiento por semejanza se explica así: es el paso o ascenso de una


proposición que expresa una determinada situación y avanzan a otra proposición que
5
expresa una situación similar.
4
ORELLANA WIARCO, Octavio Alberto. Teoría y Práctica de la Argumentación Jurídica. Editorial Porrúa. 2ª Edición.
México, 2017. P. 227.
5
CISNEROS FARÍAS, Germán. Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales y Administrativos. Editorial
Trillas. México 2012 (reimp.2016). P.72
IV.- ARGUMENTACIÓN CONSTITUCIONAL

La interpretación o argumentación constitucional, por su propia naturaleza de ser o


constituirse en el vértice de la pirámide de todo un orden constitucional, requiere de la suma
todo los procesos, técnicas, métodos, teorías e incluso de corrientes filosóficas que puedan
dar o presentarnos la respuesta aceptada de manera colectiva o general. 6

Dice Héctor Fix-Zamudio que este principio ha adquirido una importancia creciente y
se ha adaptado con este nombre a otros similares en numerosos ordenamientos
constitucionales contemporáneos, ya que de acuerdo con esta institución, los organismos
judiciales especializados en la resolución de conflictos constitucionales sólo acuden a la
declaración general de inconstitucionalidad cuando no es posible armonizar las normas
generales impugnadas en el texto, los valores y los principios de la carta fundamental, es
decir, en el supuesto de que sea insaciable la contradicción entre las disposiciones
legislativas y la Constitución7.

La argumentación de los Tribunales Constitucionales es un paradigma de


Argumentación Constitucional. A diferencia de lo que sucede con la argumentación de los
tribunales ordinarios, en la de los Tribunales Constitucionales la ponderación es fundamental,
debido al papel que juegan los principios en las Constituciones Contemporáneas. En efecto,
la necesidad de ponderación deriva del hecho de que los jueces, y en particular los
Constitucionales, no sólo aplican reglas, sino también principios. Recurren a estos cuando no
existe una regla aplicable a la situación o cuando, pese a hacerla, es incompatible con los
valores y principios del sistema. Actualmente, se sostiene que la Constitución es “abierta” y
se relaciona fundamentalmente con principios, de ahí que la Argumentación Constitucional
sea imprescindible, pues extraña realizar ponderaciones dentro de un proceso discursivo, en
el cual los principios indicados se desarrollen, concreticen, y adapten a la realidad de cada
8
momento.

6
CISNEROS FARÍAS, Germán. Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales y Administrativos. Editorial
Trillas. México 2012 (reimp.2016). P. 97
7
CISNEROS FARÍAS, Germán. Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales y Administrativos. Editorial
Trillas. México 2012 (reimp.2016). P. 100.
8
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Elementos de Derecho. Procesal Constitucional. México, 2018. P. 136.
V.- ANTECEDENTES DEL CASO

Para poder tener una mejor visión de la correlación de los argumentos jurídicos,
analógicos y constitucionales me permito ofrecer una pequeña reseña de los hechos del
expediente laboral número 5423/i/02/2012 promovido por la C. María Idalia Martínez
Hernández (trabajadora doméstica) en contra de las Marina Aida Vivero Pedraza y Blanca
Nydia Vivero Pedraza (en su calidad de patronas) el cual se ventiló ante la Junta Especial
Número Dos de la Local de Conciliación y Arbitraje en el Estado.

1.- Con fecha 09 de Marzo del año 2012; ejercitó una demanda laboral lo que dio origen a
un juicio ordinario laboral por conducto de la C. María Idalia Martínez Hernández (en su calidad
de trabajadora doméstica) en contra de las C.C. Marina Aida Vivero Pedraza y Blanca Nydia
Vivero Pedraza (en su calidad de patronas).

2.- Dentro de las prestaciones reclamadas por la accionante del juicio laboral se solicitó la
inscripción retroactiva ante el instituto Mexicano del Seguro Social con una antigüedad de 15-
quince años de labores, así como el pronunciamiento del acto discriminatorio en contra de la
trabajadora doméstica en vista de la inconstitucionalidad del artículo 13 fracción II de la Ley del
Seguro Social aplicado supletoriamente a la matera laboral.

3.- Una vez concluido el juicio y dictado el laudo absolutorio hacia la parte demandada, se
interpuso Amparo Directo por la parte actora y Amparo Adhesivo por parte de las demandas;
asimismo se interpuso un control difuso de convencionalidad en vista del acto discriminatorio
hacia la trabajadora doméstica en relación con la inconstitucionalidad del artículo 13 fracción II
de la Ley del Seguro Social en correlación con el artículo 338 de la Ley Federal del Trabajo, los
cuales dejan a consideración del patrón la opción de dar o no de alta a las trabajadoras
domésticas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.

4.- El control difuso de convencionalidad que se interpuso ante el Primer Tribunal


Colegiado en Materia del Trabajo del Cuarto Circuito; lo fue en ponderación de
inconstitucionalidad del artículo 13 fracción II de la Ley del Seguro Social; en correlación con el
artículo 338 de la Ley Federal del Trabajo en contra de los Tratados Internacionales que México
ha suscrito concernientes a la discriminación contra la mujer, la Convención Americana de
Derechos Humanos y lo presupuestado por la fracción XII del apartado A del artículo 123
correlacionado con el párrafo V del artículo 1, ambos de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

5.- En fecha 07 de Julio de 2016 el Primer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito amparó
y protegió de los actos resolutivos de la Autoridad señalada como Responsable (Junta Especial
número 2 de la Local de Conciliación y Arbitraje en el Estado), declarando procedente el control
difuso de convencionalidad y ordenando la inscripción retroactiva de la trabajadora doméstica
ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.

6.- Con fecha 12 de Agosto del año 2016, la parte demandada interpuso por conducto de
su apoderado Jurídico, C. Lic. Manuel Magallanes González, Recurso de Revisión ante el Primer
Tribual Colegiado en Materia del Trabajo del Cuarto Circuito, el cual lo admitió y remitió al Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien a su vez lo radicó bajo el número de
expediente 4905/2016, y ordenó que fuera la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación quien realizara los trámites correspondientes y dictara la resolución de mérito.

7.- Con fecha 08 de marzo del año 2017, la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por conducto del Ministro Ponente Eduardo Medina Mora, resolvió el
multicitado recurso de revisión concretándose a revocar la sentencia recurrida en materia de
revisión, negando la protección constitucional a la quejosa de origen (trabajadora) en vista de la
extemporaneidad de la interposición del Control Difuso de Convencionalidad.

8.- Por ultimo y en vista de esta circunstancia se pretende interponer la Denuncia ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tomando como fundamento que la
discriminación de la trabajadora doméstica es una violación a los Derechos Humanos de tracto
sucesivo y por lo tanto no tiene un término especifico para la interposición de la misma, y
además, la inaplicabilidad del Principio Pro Persona.
VI.- RESOLUCIÓN DE LA SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE
LA NACIÓN POR CONDUCTO DEL MINISTRO PONENTE EDUARDO MEDINA MORA
ASISTIDO POR SU SECRETARIA IVETH LÓPEZ VERGARA.

1.- Amparo Directo en revisión número 4905/2016. Quejosa: María Idalia Martínez
Hernández. Recurrentes: Marina Aida Vivero Pedraza y Coagraviada (terceros interesados).

En Ciudad de México, acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, correspondiente al día 08 de Marzo del 2017.

a) Procedencia del recurso: Los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos9; 81, fracción II, de la Ley de Amparo10, y punto
primero del Acuerdo General Plenario 9/2015 de ocho de junio de dos mil quince,
establecen los requisitos que deben reunirse para que sea procedente el recurso de
revisión en contra de una sentencia de amparo directo, a saber:

1. Que la sentencia recurrida resuelva sobre la constitucionalidad de normas


generales o que establezcan la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,
u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas.

2. Que subsista el problema de constitucionalidad en el recurso de revisión.

3. Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un criterio de


importancia y trascendencia, según lo dispongan los acuerdos generales del Pleno de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.

9
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquéllas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: (…) IX. En materia de amparo directo procede el recurso de
revisión en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto
de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y
trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del recurso
se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras; (…)”.
10
“Artículo 81. Procede el recurso de revisión: (…) II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas
generales que establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos
humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren
sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
cumplimiento de acuerdos generales del pleno.--- La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras. (…)”.
Sobre este último punto, es de destacarse que el punto segundo del propio Acuerdo
General Plenario 9/2015, establece que se entenderá que la resolución de un amparo
directo en revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando “se
advierta que aquélla dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para
el orden jurídico nacional” o cuando “lo decidido en la sentencia recurrida pueda
implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia
de la Nación relacionado con alguna cuestión propiamente constitucional, por
haberse resuelto en contra de dicho criterio o se hubiere omitido su aplicación”.11

Lo importante es la incorporación del Derecho Internacional al Derecho Nacional el


cual debe vincularse con la posición constitucional de cada sistema jurídico nacional a través
del Sistema de Ductilidad Constitucional.

De acuerdo con la Ductilidad Constitucional ésta tiene como finalidad mantener sus
fines de unidad e integración al posibilitar la conexión de valores y principios diferentes en un
mismo sistema jurídico siendo esta la característica del derecho que consigue evitar que la
Constitución se haga incompatible con la base material pluralista de la sociedad democrática.

Es evidente que el objeto de regulación del derecho nacional de los Derechos


Humanos coincide en parte con el objeto de regulación de los Tratados y Convenios
Internacionales sobre Derechos Humanos regulando ambos a través de un principio de
ductilidad constitucional, es decir, el capítulo de los derechos fundamentales por nuestra
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se adaptó regulatoriamente a los
Tratados y Convenios Internacionales sobre Derechos Humanos, evitando una dualidad de
protección que prevé dichos instrumentos jurídicos. Por lo que al reformar la Constitución en
fecha 06 y 10 de Junio del año 2011 se crearon mecanismos nacionales e internacionales en
materia de Derechos Humanos tendientes a la revisión de nuestro máximo órgano
jurisdiccional para después en caso de surgir alguna inconformidad cualquiera de las partes
puede acudir a la Justicia Internacional.
En ese sentido el Principio de Ductilidad Constitucional, armoniza el Derecho Nacional
para que pueda regular los sistemas nacionales de protección de la competencia para entrar
en estudio de la ponderación de las normas nacionales con los Tratados Internacionales. El
11
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Resolución de Amparo Directo en Revisión: 4905/2016. Ponente: Ministro
Eduardo Medina Mora I. Secretaria: Iveth López Vergara. México 2017. P. 15 y 16
primer punto ilustrativo de este trabajo es la aceptación jurisdiccional de la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación para someter a sesión la constitucionalidad,
inconstitucionalidad o alguna causal de improcedencia.

A pesar de lo anterior se presenta un problema con respecto a la incorporación del


Derecho Internacional de los Derechos Humanos al Derecho Interno, ya que la aplicación del
primero de ellos no se limita a reconocer nada más una lista de Derechos Humanos, sino que
además establece mecanismos internacionales de supervisión y también forma un cúmulo de
interpretaciones sobre los alcances y contenidos de sus normas, lo que dificulta aplicarlas
más allá de los rangos del Derecho Interno. Deberá de fortalecerse los recursos de la
jurisdicción nacional para llevar a cabo esa tarea ya que se coarta el derecho de acudir ante
la Suprema Corte de Justicia de la Nación dada la exhaustiva revisión para la aceptación del
recurso de revisión.

Nos encontramos lejanos de la capacitación internacional que requieren nuestros


jueces nacionales para aplicar no sólo los Tratados Internacionales de Derechos Humanos
sino también los criterios de aplicación que los jueces internacionales han desarrollado. La
reforma del 06 de Junio del 2011 a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
todavía no se encuentra a la altura del objetivo de investir en forma internacional a los
juzgadores nacionales. A falta de tal capacitación se presenta la dificultad de que los
juzgadores nacionales no puedan resolver oportunamente un Control Difuso de
Convencionalidad o los Magistrados un Control Difuso Concentrado e incluso los Ministros de
la Suprema Corte de Justicia no exploran el Derecho Internacional que tutela los Derechos
Humanos.
Todo lo anterior implica condicionar el ejercicio de todo el poder que ejerce el
ordenamiento judicial, al pleno respeto y garantía de los instrumentos internacionales dada la
jerarquía otorgada a los Tratados de Derechos Humanos, la mala calificación, el error jurídico
y la expectativa de no ver más allá de una simple violación a Derechos Humanos y no una
continuidad a la violación de los mismos, violenta el artículo 133 de nuestra misma
Constitución.
VII.- ESTUDIO REALIZADO POR LA SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN

Como cuestión previa, se advierte una cuestión de oportunidad que hacía


improcedente el estudio de fondo por parte del Tribunal Colegiado de Circuito, y que se
expone de manera oficiosa por asemejarse a una causal de improcedencia, al tenor del
criterio sustancial contenido en la jurisprudencia 96/99 de esta Segunda Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo X, agosto de mil
novecientos noventa y nueve, página setenta y ocho, que dice:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. LO SON EN AMPARO


DIRECTO SI PLANTEAN LA INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA NORMA
GENERAL RESPECTO DE LA CUAL, SI SE TRATARA DE JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO, SE ACTUALIZARÍA ALGUNA CAUSAL DE
IMPROCEDENCIA. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 166,
fracción IV, de la Ley de Amparo, en el amparo directo puede alegarse la
inconstitucionalidad de algún precepto dentro de los conceptos de violación de
la demanda. No obstante, si respecto del precepto reclamado se actualiza
alguna de las hipótesis que, si se tratare de un juicio de amparo indirecto,
determinaría la improcedencia del juicio en su contra y el sobreseimiento
respectivo, tratándose de un juicio de amparo directo, al no señalarse como
acto reclamado tal norma general, el pronunciamiento del órgano que conozca
del amparo debe hacerse únicamente en la parte considerativa de la sentencia,
declarando la inoperancia de los conceptos de violación respectivos, pues ante
la imposibilidad de examinar el precepto legal impugnado, resultarían ineficaces
para conceder el amparo al quejoso”.

Al respecto, debe atenderse a que el artículo 17 de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos prevé el derecho de acceso a la justicia, de cuyos lineamientos
se infiere que el Constituyente pugnó por una jurisdicción sin dilaciones indebidas, tan rápido
como lo permitan los derechos de los justiciables. Y es en este contexto, en el que surgen
figuras jurídicas propias de ese derecho de justicia pronta y completa, como lo es la
preclusión, que parte del hecho de que, en la actividad jurisdiccional, los actos que han de
realizar las partes están sujetos a términos y plazos, por lo que, de no practicarse de manera
oportuna, se perderá la posibilidad de hacerlo, pues esa abstención de actuar opera en su
perjuicio, por la extinción del derecho a realizar esos actos. Es ilustrativa al efecto la tesis
CXLVIII/2008 de esta Segunda Sala, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Tomo XXVIII, diciembre de dos mil ocho, página trescientos uno, que dice:

“PRECLUSIÓN. SUPUESTOS EN LOS QUE OPERA. La mencionada


institución jurídica procesal, consistente en la pérdida, extinción o consumación
de una facultad procesal, contribuye a que el proceso en general, para cumplir
sus fines, se tramite con la mayor celeridad posible, pues por virtud de la
preclusión, las distintas etapas del procedimiento adquieren firmeza, dando
sustento a las fases subsecuentes, de modo que el juicio se desarrolle
ordenadamente y se establezca un límite a la posibilidad de discusión, en aras
de que la controversia planteada se solucione en el menor tiempo posible,
observando el principio de impartición de justicia pronta previsto en el artículo
17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ahora bien, la
preclusión tiene lugar cuando: a) No se haya observado el orden u oportunidad
establecido en la ley, para la realización del acto respectivo; b) Se haya
realizado una actividad procesal incompatible con el ejercicio de otra; y, c) La
facultad relativa se haya ejercido válidamente en una ocasión. Si bien el último
de los supuestos referidos corresponde a la consumación propiamente dicha,
indefectiblemente en todos ellos la preclusión conlleva la clausura definitiva de
cada una de las etapas del proceso, lo que implica que, por regla general, una
vez extinguida la oportunidad de ejercer el derecho correspondiente o
habiéndolo ejercido en una ocasión, ya no puede hacerse valer en un momento
posterior. En ese sentido, la figura procesal referida permite que las
resoluciones judiciales susceptibles de ser revocadas, modificadas o nulificadas
a través de los recursos y medios ordinarios de defensa que establezca la ley
procesal atinente, adquieran firmeza cuando se emita la decisión que resuelva
el medio impugnativo o, en su caso, cuando transcurra el plazo legal sin que el
recurso o medio de defensa relativo se haya hecho valer”.
Ahora, conforme al artículo 170 de la Ley de Amparo, el juicio de amparo directo es
el medio de impugnación que la ley otorga a los particulares para combatir las sentencias
definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, respecto de los cuales no proceda ningún recurso ordinario por
el que puedan ser modificados o revocados; juicio que debe interponerse, en su caso, dentro
del plazo de quince días posteriores a que surta efectos la notificación respectiva; quedando
obligada la amparista, en caso de promover ese juicio, a exponer la totalidad de las
violaciones que estime dicha actuación le cause, incluso, los temas relativos a la
constitucionalidad de la norma que se hubiere aplicado en la resolución impugnada y/o en la
sentencia reclamada, pues, de lo contrario, se extinguiría irremediablemente la oportunidad
al efecto, no pudiendo exponerse en ocasión posterior, ni aun en el supuesto de que se
genere una nueva sentencia en el juicio natural, porque en este caso sólo podrán atacarse
las violaciones cometidas por la actuación novedosa del tribunal o junta responsable, es
decir, en relación con temas o situaciones abordadas de manera sobrevenida en ulteriores
actuaciones.

Incluso, en el caso de que se exponga algún planteamiento de inconstitucionalidad,


por regla general, debe ser materia de estudio en el primer juicio de amparo que se
promueva en relación con una misma secuela procesal; siendo que, en el supuesto de que el
tribunal colegiado omita hacer el análisis correspondiente, la parte quejosa estará en aptitud
de interponer el recurso de revisión respectivo, al tenor del criterio contenido en la
jurisprudencia 31/2004 del Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, mayo de dos mil cuatro, página cuarenta
y tres, que dice:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE CUANDO EL TRIBUNAL


COLEGIADO OMITE REALIZAR EL ANÁLISIS DE LA CUESTIÓN DE
CONSTITUCIONALIDAD PLANTEADA EN LA DEMANDA. El artículo 10, fracción
III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y cinco,
que entró en vigor al día siguiente, establece que el recurso de revisión contra
sentencias dictadas en amparo directo procede cuando se haya planteado en la
demanda de garantías la inconstitucionalidad de una ley federal, local, del Distrito
Federal, de un tratado internacional, o bien la interpretación directa de un precepto
constitucional y en la sentencia recurrida se haya omitido decidir acerca de dichas
cuestiones; esta última hipótesis se surte cuando, con violación al principio de
congruencia, el tribunal colegiado haya desatendido en la sentencia los
planteamientos de constitucionalidad que fueron expuestos en la demanda de
garantías, o que los haya declarado inoperantes, insuficientes o inatendibles, ya que
conforme a la citada disposición debe entenderse que la procedencia de dicho
recurso se refiere a las cuestiones constitucionales reclamadas en la demanda de
garantías, tomando en cuenta que la omisión en el estudio respectivo ocasiona a la
recurrente un agravio que, de otra manera, sería irreparable y la dejaría en estado de
indefensión”.12

VIII.- ARGUMENTACIÓN Y EXPOSICIÓN ALEGATOS JURÍDICOS, ANALÓGICOS Y


CONSTITUCIONALES

La resolución que antecede señala que existe una extemporaneidad en la solicitud de


la aplicación del Control Difuso de Convencionalidad y esto dificulta entrar al estudio de
fondo y en su caso la dificultad para aplicar la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y otros Tratados Internacionales. Esa supuesta extemporaneidad se trata de un
obstáculo relacionada con la estructura de nuestra normatividad constitucional (Principio Pro
Persona). La fundamentación y motivación que expresa la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, se basa en jurisprudencias y normas nacionales y no
principios que ha admitido como fuentes del derecho, ni en jurisprudencia internacional, por
lo que no se asegura el cumplimiento de las obligaciones derivada de los Tratados de las
Convenciones de Derechos Humanos, cuando corresponde a las resoluciones de los
poderes judiciales del Estado Mexicano.

La Segunda Sala de la Suprema Corte Mexicana no toma en consideración un


mandato constitucional que ella misma a anunciado de manera preponderante que es el
Principio Pro Persona. Demostrando con ello que la Autoridad ahora denunciada no ha sido
consistente a la hora de conjugar este importante principio con el objeto de la litis, que

12
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Resolución de Amparo Directo en Revisión: 4905/2016. Ponente: Ministro
Eduardo Medina Mora I. Secretaria: Iveth López Verara. México 2017. P. 19-22
erróneamente resolvió, ya que por un lado en una forma estricta aplica diversas
jurisprudencias que hacen alusión a la preclusión del derecho y por otra parte inobserva un
principio que incluso lo ha considerado como fuente del derecho.

La resolución que se impugnará ante la Comisión Interamericana de Derechos


Humanos desconoce o desprecia tres valores fundamentales: un principio constitucional
expreso (Principio Pro Persona), la concepción constitucional de los derechos humanos
(reforma del 6 de Junio de 2011) y Tratados y Convenciones del orden Internacional.

La jurisprudencia que aplica la Segunda Sala de la Suprema Corte Mexicana, puede


ser considerada como una norma dada su fuerza de obligatoriedad, más no para regular un
control concentrado de convencionalidad como el que nos ocupa ya que de éste modo esa
exhaustiva labor de control queda a cargo de los Ministros de la Suprema Corte y con ellos
lo que pueden llegar a examinar la regularidad de la jurisprudencia y en casos específicos
inaplicarla o sustituirla sobre todo a esa normatividad que violenta los derechos humanos de
un gobernado.

Ahora bien, si bien es cierto que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte mediante
criterio de contradicción de tesis adoptó la postura de que la interpretación de las normas del
sistema jurídico tanto las ordinales como constitucionales y convencionales no deben ser
inaplicadas cuando existan tratados o convenciones que las contradigan aun y cuando
dichos tratados versen sobre derechos humanos, ya que se tiene un límite en la restricción
de los derechos humanos. Reforzando que dicho criterio jurisprudencial deberá detener una
observancia estricta y no deberá dejar de aplicarse por más que se considere que es
contraria a los derechos humanos.

El anterior argumento constituye un desatino jurídico, porque desconoce el mismo


mandato constitucional expresad en el artículo 1° Constitucional el cual expresa en parte del
mismo “cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que ésta constitución establece.”, esta misma frase debe ser entendida y
valorada por los Ministros bajo el Principio Pro Persona con respecto a las condiciones
establecidas en varios párrafos del artículo 29 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Es importante señalar que el control de convencionalidad ha sido referido por la Corte


Interamericana de Derechos Humanos a través de jurisprudencia reiterada que cuando un
Estado es parte de un tratado internacional como la convención americana de derechos
humanos, todos sus órganos, incluso sus jueces, están sometidos a aquel y por lo tanto los
obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Comisión no sean mermadas por
normas contrarias a su objeto y fin, como en el caso que nos acontece, por lo que los
Ministros de la Suprema Corte Mexicana tenían la obligación de ejercer ex officio un control
de convencionalidad o concentrado entre el artículo 13 de la Ley del Seguro Social, y la
Convención Americana en correlación con la Convención Internacional sobre la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación.

Con el único fin de denotar la contrariedad a la que se ha hecho referencia en línea


anteriores, pero bajo la expectativa de un argumento y una aplicación analógica de la materia
penal a la materia laboral, me permito transcribir íntegramente la tesis jurisprudencial
I.1o.P.22 K (10a.), emitida por el PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL
DEL PRIMER CIRCUITO, visible en la página 2146 de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 49, Diciembre de 2017, Tomo IV:

“ JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN


MATERIA DE DERECHOS HUMANOS Y DEBIDO PROCESO ESTABLECIDA A RAÍZ DE
LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE 2011. EN OBSERVANCIA DEL
PRINCIPIO PRO PERSONA Y A FIN DE GARANTIZAR LA PROTECCIÓN MÁS AMPLIA A
LOS DERECHOS DEL GOBERNADO COMO BASE DE LA TUTELA A LA DIGNIDAD
HUMANA, EL JUZGADOR DEBE ACATARLA, AUN CUANDO LOS HECHOS DELICTIVOS,
LA TRAMITACIÓN DE LA CAUSA PENAL Y SU RESOLUCIÓN, HAYAN OCURRIDO CON
ANTERIORIDAD A SU EMISIÓN. En interpretación propia de ese Máximo Órgano, la
trascendencia de la reforma constitucional mencionada radica, entre otros aspectos, en el
cambio de la visión de protección de derechos, incorporando como directriz constitucional el
principio pro homine, en virtud del cual todas las normas relativas a la protección de derechos
humanos deberán interpretarse de conformidad con la Constitución y los tratados
internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más
amplia. Es decir, el objeto y fin del reconocimiento positivo convencional y constitucional de
los derechos humanos están dirigidos a garantizar la protección de la dignidad humana. Por lo
que respecta a los procedimientos judiciales, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
ha sostenido que uno de los fines fundamentales del proceso es la protección de los derechos
de los individuos; por tanto, al existir un vínculo íntimo entre los derechos humanos y el
procedimiento judicial, el principio de progresividad encuentra contexto propicio para
desarrollar su efecto útil. Un ejemplo claro del desenvolvimiento garantista del debido proceso,
es el de índole penal, porque con motivo de los fallos de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación se han ido incorporando nuevos derechos sustantivos. Los de defensa adecuada y
exclusión de la prueba ilícita son parte importante de ese desarrollo con fines protectores de la
dignidad humana, cuya construcción y reconocimiento han sido continuos y tienen como
referente las reformas constitucionales que han ampliado su efecto protector. Por ende, los
criterios emitidos por ese Alto Tribunal pueden aplicarse para el análisis de casos actuales,
pues la jurisprudencia reciente no afecta el derecho de la persona a la no retroactividad de la
ley, con motivo de que con respecto a la jurisprudencia no se pueden suscitar conflictos de
leyes en el tiempo. Correlativamente con ello, en términos del artículo 217 de la Ley de
Amparo, la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación es de
aplicación obligatoria y, por tanto, aun cuando los hechos delictivos, la tramitación de la causa
penal y su resolución, impugnada como acto reclamado en el amparo directo, hayan ocurrido
con antelación a la emisión de esos criterios jurisprudenciales, el juzgador, en observancia del
principio pro persona y a fin de garantizar la protección más amplia a los derechos del
gobernado como base de la tutela de la dignidad humana, debe acatar las pautas de
interpretación establecidas en consonancia con esa nueva tendencia proteccionista
incorporada al régimen constitucional.”

De lo anterior podemos deducir que la reforma constitucional del 2011 al artículo 1° es


de gran importancia para nuestro sistema ya que el derecho constitucional tiene el gran reto
de hacer una revisión exhaustiva, interpretativa y exegética para que todo esto contribuya a
fijar un carácter dogmático adoptando una concesión de derechos humanos que resulte
coherente con la misma Constitución Política Mexicana y con los tratados Internacionales en
esa materia. Esto implica tener que usar argumentos constitucionales de los derechos
humanos que satisfagan algunos rasgos relevantes y desechar las figuras jurídicas que no lo
sean. Asimismo el derecho constitucional deberá de distinguir entre éste y los derechos
humanos, ya que ésta distinción afecta a muchos problemas interpretativos del artículo 1°
Constitucional, del tema de las restricciones, el control constitucional y el control de
convencionalidad.

Por lo que respecta a la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las


Formas de Discriminación, rige el criterio de que los Estados están obligados a garantizar su
ejercicio hasta el mayor grado posible considerando las capacidades y aplicando los recursos
al alcance de los justiciables; la argumentación de nueva cuenta se presenta como una
herramienta muy importante para la confección de las sentencias ya que a través de la puede
llevarse a cabo el control de constitucionalidad de la acción del juzgador para con el
justiciado.

La interpretación Pro Homine o Pro persona como ya se ha señalado es uno de los


principios interpretativos propios del derecho internacional de los derechos humanos,
prescribe que debe darse preferencia a la norma y a la interpretación más favorable a los
derechos de las personas.
CONCLUSIONES

Finalmente conviene citar lo dispuesto por los artículos 1° y 123 apartado "A", fracción
XXIX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que dicen:

"Artículo 1º.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no
podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta
Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,


respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado
deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en
los términos que establezca la ley…".

"Artículo 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley.
El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes, deberá expedir leyes sobre el
trabajo, las cuales regirán:

A.- Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general,
todo contrato de trabajo:

XXIX. Es de utilidad pública la Ley del Seguro Social, y ella comprenderá seguros de
invalidez, de vejez, de vida, de cesación involuntaria del trabajo, de enfermedades y
accidentes, de servicios de guardería y cualquier otro encaminado a la protección y bienestar
de los trabajadores, campesinos, no asalariados, y otros sectores sociales y sus familiares".
Así también conviene invocar los artículos 338 de la Ley Federal del Trabajo y 13 de la
Ley del Seguro Social. El artículo 338 de la Ley Federal del Trabajo, establece lo siguiente:

"Artículo 338.- Además de las obligaciones a que se refiere el artículo anterior, en los casos
de enfermedad que no sea de trabajo, el patrón deberá:
I. Pagar al trabajador doméstico el salario que le corresponda hasta por un mes;
II. Si la enfermedad no es crónica, proporcionarle asistencia médica entre tanto se logra su
curación o se hace cargo del trabajador algún servicio asistencial; y
III. Si la enfermedad es crónica y el trabajador ha prestado sus servicios durante seis meses
por lo menos, proporcionarle asistencia médica hasta por tres meses, o antes si se hace cargo
del trabajador algún servicio asistencial".

Por su parte, el artículo 13, fracción II, de la Ley del Seguro Social, dispone que:
"Artículo 13.- Voluntariamente podrán ser sujetos de aseguramiento al régimen obligatorio:
II. Los trabajadores domésticos;.."

También en el "Capítulo IX", denominado "De la Incorporación Voluntaria al Régimen


Obligatorio" de la Ley del Seguro Social, se establecen los mecanismos y modalidades para
el aseguramiento de los sujetos que contempla el artículo 13 de ese ordenamiento jurídico
que tiene como característica que la incorporación o aseguramiento al régimen de la
seguridad social de las personas domésticas, queda al consentimiento de las partes.

Ahora bien, el artículo 123, apartado "A", de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos establece, en sus diversas fracciones, las normas básicas aplicables a las
relaciones de trabajo; en cuanto a la seguridad social prevista en la fracción XXIX, no otorga
tratamiento distinto para los trabajadores, ni los ubica en categorías diferentes para gozar de
los seguros de invalidez, vejez, vida, cesación involuntaria del trabajo, enfermedades,
accidentes y servicios de guardería; lo que pone de manifiesto que el artículo 13, fracción II,
de la Ley del Seguro Social, al sujetar a la voluntad del patrón y de acuerdo a lo pactado por
las partes, la inscripción al régimen obligatorio para empleados domésticos, deviene
inaplicable por existir una protección más amplia del derecho humano a la seguridad social,
previsto en el citado artículo 123, fracción XXIX; de ahí que con base en el principio de
convencionalidad que estatuye el artículo 1º constitucional, se deja de aplicar el artículo 13,
fracción II, de la Ley del Seguro Social.

Lo anterior tomando en cuenta, la existencia Tratados y Pactos Internacionales de los


que México forma parte, al haberlos suscrito tales como es el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (publicado en el Diario Oficial de la Federación,
el doce de mayo de mil novecientos ochenta y uno), que en su artículo 9 establece:
"Artículo 9.- Los Estados Partes en el Presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a
la seguridad social, incluso al seguro social".

Además del Protocolo Adicional a la Convención Americana Sobre Derechos


Humanos “Protocolo de San Salvador" (publicado en el Diario Oficial de la Federación el uno
de septiembre de mil novecientos noventa y ocho), que dispone:
"Artículo 9.
Derecho a la seguridad social.
1. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra las consecuencias
de la vejez y de la incapacidad que la imposibilite física o mentalmente para obtener los
medios para llevar una vida digna y decorosa. En caso de muerte del
beneficiario, las prestaciones de seguridad social serán aplicadas a sus dependientes.
2. Cuando se trate de personas que se encuentren trabajando, el derecho a la seguridad
social cubrirá al menos la atención médica y el subsidio o jubilación en caso de accidentes de
trabajo o enfermedad profesional y, cuando se trate de mujeres, licencia retribuida por
maternidad antes y después del parto".

Luego, como esas normas sobre derechos humanos de fuente internacional forman
parte del orden jurídico mexicano, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 1°
constitucional, mismas que al otorgar una protección más amplia, deben prevalecer en el
caso particular, por sobre lo que establece el artículo 13, fracción II de la Ley del Seguro
Social, con fundamento en el artículo 1º, párrafos primero a tercero, de la Constitución
General de la República.

En las relatadas condiciones y por las razones apuntadas, se estima que debió
declarar procedente la inaplicabilidad del artículo 13, fracción II de la Ley del Seguro Social.
BIBLIOGRAFÍA

CISNEROS FARÍAS, Germán. Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales


y Administrativos. Editorial Trillas. México 2012 (reimp.2016).

ORELLANA WIARCO, Octavio Alberto. Teoría y Práctica de la Argumentación Jurídica.


Editorial Porrúa. 2ª Edición. México, 2017.

OTERO PARGA, Milagros. IBÁLEZ MARIEL, Roberto. Argumentos de la Argumentación


Jurídica. Panorama práctico. Editorial Porrúa. 1ª Edición. México, 2015.

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Elementos de Derecho. Procesal


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