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Platón: la dialéctica: el mito de la reminiscencia.

La dialéctica platónica conserva los elementos de la mayéutica socrática. Conserva la idea de


que el método filosófico es una contraposición de una opinión y la crítica de ella. Hay que
partir de una hipótesis primera y luego irla mejorando de las críticas, como mejor se hacen es
en el diálogo; y por eso la llama dialéctica.

Principios de la dialéctica:

Se descompone en dos momentos. Un primer momento consiste en la intuición de la idea;


otro segundo momento consiste en el esfuerzo crítico para esclarecer esa intuición de la idea.
Cuando estamos ante el misterio, lo primero que el espíritu hace es lanzarse como una
intuición, pero esa es una intuición torpe, insuficiente. Y entonces viene la dialéctica en su
segundo momento, que consiste en que los esfuerzos sucesivos del espíritu por intuir, por ver
las ideas, van depurándose cada vez más, acercándose más a la meta, la mayor posible, nunca
a la coincidencia absoluta.

Platón es muy aficionado a los mitos, y para expresar su pensamiento filosófico apela muchas
veces a ellos. Emplea el mito de la “reminiscencia”. Cuenta que las almas humanas, antes de
vivir en este mundo vivieron en otro mundo, en donde no hay nada que transite y cambie. Un
mundo de puras esencias intelectuales, en el mundo de las ideas. Platón llama lugar celeste
“topos uranos”, allí viven las almas, conocen la verdad sin esfuerzo alguno porque la tienen
intuitivamente delante.

Esas almas vienen a la tierra y se alojan en un cuerpo humano, dándole vida, tienen que
someterse a las condiciones en que se desenvuelve la vida en la tierra. Estas almas olvidan las
ideas que conocieron cuando vivían en el “topos uranos”. Pero como han estado antes en ese
“topos uranos”, bastarán algunas preguntas bien hechas para del fondo del olvido, por medio
de la reminiscencia, atisben algún vago recuerdo de esas ideas.

La dialéctica consiste en una contraposición de intuiciones sucesivas que aspira a ser la


intuición plena de la idea, del concepto, la intuición siguiente, a la anterior, y mejora aquella
anterior. Y así sucesivamente hasta acercarse lo más posible a esas esencias ideales que
constituyen la verdad absoluta.

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