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Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,

Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

ACTIVIDAD GUIADA 1

CASO 2

El paciente es un hombre de 19 años de edad, quien acudió en busca de tratamiento


psicológico a causa del alto grado de ansiedad y nerviosismo que experimentaba cuando se
encontraba en situaciones sociales donde podía ser observado o evaluado por otros (p. ej.,
hablar delante de sus compañeros de clase) y mientras estaba haciendo alguna actividad (p.
ej., comer delante de otras personas). Además, tenía miedo de estas situaciones no sólo
porque podía actuar de un modo que le hiciera sentirse violento o humillado (p. ej., hacer el
ridículo), sino también porque los otros podrían darse cuenta de que se estaba poniendo
nervioso. Adicionalmente, temía ruborizarse en las situaciones ya mencionadas. Las
situaciones sociales más temidas y que evitaba en mayor medida eran iniciar y mantener
conversaciones con gente desconocida, comer en público y hablar ante un grupo. El paciente
informó que las dificultades empezaron en la infancia, concretamente, se recordaba como un
niño tímido que no se relacionaba con otros niños y que se reían de él por ello, Con
frecuencia tiene pensamientos disfuncionales como: “Estoy perdiendo el control”; “Parezco
tonto”; “Soy inadecuado para esta actividad” o “Causaré una mala impresión”. El paciente
refirió que este problema le estaba interfiriendo gravemente en todas las áreas de su vida (los
estudios, la vida social, el tiempo libre, la relación de pareja y la relación familiar).
Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,
Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

1. Especificación de los síntomas.

A nivel emocional, el paciente experimenta altos niveles de angustia, miedo y


ansiedad ante situaciones sociales, particularmente, cuando se siente observado o evaluado
por otros.

Como consecuencia, a nivel conductual, uno de los síntomas principales es la


evitación de las situaciones sociales, lo cual genera una disfunción importante en el área de
las relaciones interpersonales.

Además, a nivel somático, presenta ruborizaciones y nerviosismo, de las que es muy


consciente y teme que le ocurran cada vez que se encuentra en una situación de tipo social.

Por último, teniendo en cuenta la parte cognitiva, podemos observar una


sobrevaluación de aspectos negativos con respecto a su conducta, un gran temor a la
valoración negativa y una apreciación de pérdida de control de su conducta. La mayoría de
estas cogniciones ocurren de manera automática, pues es lo que el paciente ha asociado
comúnmente a estas circunstancias.

2. Técnicas de tratamiento y justificación.

Centrándonos en los pensamientos distorsionados que presenta en las situaciones


temidas la técnica de tratamiento que escogemos para abordar la fobia social que presenta el
paciente (un hombre de 19 años), sería la técnica de afrontamiento de inoculación del estrés.

En ansiedad social es usual presentar pensamientos automáticos negativos, la mayoría


de ellos irreales y disruptivos, provocando conductas insanas y desadaptativas. Por tanto,
mediante este método se busca especificar qué situaciones sociales particulares están
activando los estados ansiosos, los pensamientos que surgen y las consecuencias a nivel
personal. Posteriormente, se tendrán que identificar pensamientos positivos que asociar a
estas situaciones que puedan, poco a poco, ir reemplazando las nociones negativas
automáticas.
Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,
Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

Decidimos usar la inoculación del estrés frente a otras técnicas porque ha


demostrado notoria eficacia en estas situaciones de estrés y aúna un abanico de técnicas a su
vez.

En su aplicación, diferenciaremos tres fases que mencionamos a continuación. En


primer lugar, comenzamos explicándole la naturaleza de su problema en esa fase educativa
inicial. En segundo lugar, nos adentramos en la fase de entrenamiento o adquisición de
habilidades, donde instruimos al paciente con técnicas de afrontamiento tanto cognitivo como
conductuales (técnicas de relajación, jerarquía de las conductas de estrés y elaboración de
pensamientos de afrontamiento), para que vaya aprendiendo a responder ante esas situaciones
estresantes. Concretamente, nos centraríamos en sustituir esos pensamientos desapatativos o
distorsinados que le vienen a la mente en esas situaciones que le provocan ansiedad, como
son: “estoy perdiendo el control” “pareceré tonto”; “soy inadecuado para esta actividad”;
“causaré una mala impresión”...por pensamientos más adaptativos y congruentes a la
realidad. En último lugar, finalizamos con la fase de aplicación, donde le ofrecemos al
paciente la oportunidad de consolidar esas nuevas habilidades que ha ido adquiriendo en
situaciones de estrés controladas, en imaginación y/o en vivo, cada vez más complicadas.
Sería en esta fase donde realmente inoculamos el estrés.

3. Establecimiento del diagnóstico.

La ansiedad o fobia social se podría definir como un miedo o temor permanente y


excesivo que se presenta en una o más situaciones sociales o en intervenciones públicas
dónde la persona se debe exponer a gente que no conoce o a la valoración de los demás. La
persona presenta miedo, por un lado, de actuar de manera vergonzosa y bochornosa y, por
otro lado, de quedar “como un tonto” y ser evaluado negativamente por los otros (Caballo,
Andrés y Bas, 1997)

Según la APA (2014), el DSM-V recoge ciertos criterios para el cumplimiento del
trastorno de ansiedad social (fobia social), donde nuestro sujeto cumple los siguientes:
Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,
Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

A. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo
está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las
interacciones sociales (p. ej., mantener una conversación, reunirse con personas
extrañas, ser observado (p.ej., comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras
personas (p.ej., dar una charla)

- El paciente expresa explícitamente que acude a consulta a causa de la alta


intensidad y nerviosismo que siente ante situaciones sociales, especialmente
cuando tiene que hablar delante de los compañeros de clase o bien hacer
alguna actividad; dice sentirse observado y evaluado por otros. Evita
especialmente los momentos en los que debe iniciar y mantener una
conversación con un desconocido, comer en público y hablar con un grupo de
personas.

B. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de


ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen, que
se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).

- El paciente afirma que siente miedo de estas situaciones sociales puesto que
considera que el resto de personas puede darse cuenta de su nerviosismo a
causa de la ruborización que provoca la misma ansiedad.

C. Las situaciones casi siempre provocan miedo o ansiedad.

- El paciente reporta que siente una gran ansiedad ante prácticamente cualquier
situación social en la que sienta que pueda ser observado, evaluado o juzgado.
Haciendo que evite reiteradamente estas situaciones.

D. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.

- El paciente comenta que siente un alto grado de ansiedad y nerviosismo


experimentado en estas situaciones ya que se siente violentado, humillado y
considera que los otros están juzgándolo, por lo que realiza evitaciones de
forma sistemática.
Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,
Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

E. El miedo o ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la


situación social y al contexto sociocultural

- La alta ansiedad y el miedo vivido ante situaciones sociales cotidianas se


considera desproporcionado ya que causa malestar clínicamente significativo.

F. El miedo, la ansiedad o evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses

- El paciente comenta que lleva sintiendo ansiedad ante situaciones sociales


desde su infancia, más concretamente desde que asistía al colegio, ya que al
ser tímido sus compañeros se reían de él, provocando pensamientos como:
“Estoy perdiendo el control”; “Pareceré tonto”; “Soy inadecuado para esta
actividad”; “Causaré una mala impresión”. La ansiedad ha continuado
prolongandose en el tiempo hasta la actualidad dando lugar a evitaciones y
aumento de la ansiedad con los años, por lo que cumple los criterios de
temporalidad.

G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o


deterioro en lo social, laboral y otras áreas importantes del funcionamiento.

- En el caso clínico suscribe que: “el paciente refirió que este problema le estaba
interfiriendo gravemente en todas las áreas de su vida (los estudios, la vida
social, el tiempo libre, la relación de pareja y la relación familiar)”; por tanto,
confirma el cumplimiento del criterio diagnóstico.

H. El miedo, la ansiedad o la evitación no se pueden atribuir a otros efectos fisiológicos o


de una sustancia (p.ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica.

- En la descripción del caso clínico no se encuentran evidencias de que el


paciente tome estupefacientes o padezca ninguna otra enfermedad física que
provoque dicha sintomatología.

I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explican mejor por los síntomas de otro


trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico corporal o un
trastorno del espectro autista.
Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,
Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

- La realización de un diagnóstico diferencial refleja que el paciente no cumple


con los criterios diagnósticos pertenecientes a otro trastorno mental alternativo
al de Trastorno por Ansiedad Social (Fobia Social).

J. Si existe otra enfermedad (p.ej., enfermedad de Parkinson, obesidad, desfiguración ,


debida quemaduras o lesiones), el miedo, la ansiedad o la evitación deben estar
claramente no relacionados con ésta o ser excesivos.

- En el caso clínico no hay señales ni indicios de que el paciente tenga ninguna


otra afección médica, por tanto las causas de su ansiedad, miedo y evitación
son provocadas por el Trastorno por Ansiedad Social (Fobia Social).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Asociación Americana de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los


trastornos mentales (DSM-5). 5ª Ed. Arlington, VA.

Caballo, V.E., Andrés, V. y Bas, F. (1997). Fobia social. Manual para el tratamiento
cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos, 1, 25-87

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