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Autonomía de La Voluntad Final
Autonomía de La Voluntad Final
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................................
Capítulo 1:
Nociones Generales de la autonomía de la voluntad..................................................................................
1.1. La autonomía de la voluntad en el tiempo:......................................................................................
1.1.1 Breve historia de la autonomía de la voluntad.........................................................................
1.1.2 Evolución en el Derecho Romano:...........................................................................................
1.1.3 Inserción e impacto en nuestra legislación:............................................................................
1.2. Definición:...........................................................................................................................................
1.2.1. Definición Etimológica:.............................................................................................................
1.2.2. Definición RAE:.........................................................................................................................
1.2.3. Definición Filosófica:................................................................................................................
1.2.4. Definición Doctrinal:.................................................................................................................
1.2.5. Definición Jurisprudencial:......................................................................................................
1.3. Clasificación del principio de la autonomía de la voluntad...........................................................
1.4 En el derecho comparado (Latinoamérica):.....................................................................................
Capítulo 2:
La autonomía de la voluntad en el orden jurídico.......................................................................................
2.1. Formas de reconocimiento jurídico.................................................................................................
2.2. En la normativa con rango constitucional:.....................................................................................
2.2.1 En relación con la Constitución Política del Perú de 1993:....................................................
- Límites en los derechos Fundamentales:.................................................................................
2.3 En la normativa con rango legal (Códigos):.....................................................................................
2.3.1. Código Civil Peruano:...............................................................................................................
2.3.2. Código Penal:............................................................................................................................
2.2.3. Código de Comercio:................................................................................................................
2.4. En la normativa privada (procesos arbitrales):...............................................................................
Capítulo 3:
Comparativa del Derecho Romano y el Derecho Actual Peruano..............................................................
3.1. Derecho Romano:..............................................................................................................................
3.2. Derecho Actual:..................................................................................................................................
3.2.1. En el Derecho de Familia:.........................................................................................................
3.2.2. En el Derecho Laboral (Contratos):.........................................................................................
3.2.3. En el Derecho de Sucesiones:.................................................................................................
3.3. Cuadro comparativo de aspectos generales:.................................................................................
Conclusiones..................................................................................................................................................
Referencias.....................................................................................................................................................
INTRODUCCIÓN
Luego de ello se expone el contrato real, dentro de ello se destaca que no solo se
basa en entregan cosas, sino por lo contrario, se toma como punto principal al
consentimiento y la entrega del bien. (siguiente diapositva)
Con lo anteriormente explayado es necesario decir que el Código Napoleón con sus
explicaciones clásicas arribaron a la fórmula dogmática, con ello el orden general
quedaba en pausa, detallado en sí quedaba por debajo de un conjunto de normas
imperativas y prohibitivas, las decisiones estatales eran obligatoriamente revisadas
por los ciudadanos, ellos con fuerza de Poderes Públicos y por el contrario el Estado
quedaba con el encargo del cumplir el mandato público inmutable y legal. (siguiente
diapositiva
Reforzando lo dictado en el código de Napoleón se hace mención a Silva (P, 6.) “En
Holanda, la codificación se divide en dos periodos que es preciso diferenciar: el
Código Civil de 1838 que sigue los postulados de Napoleón y no considera el
contrato como especie del género negocio jurídico y la reciente entrada en vigor en
1992 del libro tercero del nuevo Código civil que retoma la doctrina alemana del
negocio jurídico tal y como se recoge en el título segundo del Código Holandés
(arts. 39 a 59)”
1.2. Definición:
Kant también nos habla que la autonomía establece el cimiento de la práctica moral,
ya que, si la voluntad no se desarrollaría de forma autónoma, este entonces no
podría conocer su ley moral. Immanuel va a sustentar, en su libro de la crítica de la
razón pura de (1960) que la autonomía de la voluntad es el comienzo para el
desencadenó de todos los preceptos morales y de los deberes respectivos. Ya que,
con la libertad que posee cada individuo se autogobierna por medio de su ley, que
es la libertad de la razón pura práctica.
La idea de autonomía de Foucault toma un rumbo diferente, nos dice que las
diferentes formas de conocimiento (epistemes) que son construidas por la sociedad
cultural causen que la conciencia de los sujetos sea anulada y esto conlleva no sólo
a anular la autonomía que tenía por sí misma, sino que también anula su propia
libertad. Foucault nos quiere decir que en el momento en que la naturaleza humana
deja de ser humana y pasa a ser una construcción social, en ese momento, toda
autonomía que tenía de por sí queda opacada.
La posición de Husserl provocó una nueva concepción acerca del concepto de
autonomía. Husserl nos habla de la reivindicación de la realidad natural y por
consiguiente también del mundo del alma, el replantea nuevamente, de manera
subjetiva temas muy importantes en el ámbito filosófico y epistemológico. Respecto
a este último tema, él utiliza un método llamado Epojé Fenomenológica que
básicamente es darle una nueva perspectiva al concepto de autonomía. Y por último
es importante acotar que que la posición de Husserl no tiene que ver con la acción
moral como lo afirmó Kant, sino que se refiere más a la autonomía con conciencia
intencionada, es decir donde el ser puede tener libertad de todo sentido.
En cambio, Duguit León nos dice que: "La autonomía de la voluntad es un elemento
de la libertad general; es la libertad jurídica y es, en suma, el poder del hombre de
crear por un acto de voluntad una situación de derecho, cuando este acto tiene un
objeto lícito. En otros términos, en el sistema civilista, la autonomía de la voluntad es
el poder de querer jurídicamente, y por lo mismo el derecho a que ese querer sea
socialmente protegido". Duguit, nos verbaliza que la autonomía de la voluntad
vendría hacer un elemento de la libertad en general y que es el hombre quien tiene
la capacidad de transformar por un acto de voluntad a una situación de derecho,
obviamente teniendo en cuenta que la acción sea un objeto lícito.
Según Capitant Henry dice que la autonomía de la voluntad es: "un principio de
derecho privado en virtud del cual el autor o los autores de un acto jurídico tienen la
facultad de concluir libremente y de determinar a su agrado su contenido y sus
efectos". Capitant nos dice que este es un principio de derecho privado, y en efecto
no puede ser de otra manera. Es imposible que la voluntad humana sea lo
suficientemente fuerte como para dominar el campo del derecho público, pero este
si pertenece al campo de la voluntad, pero es voluntad general más que voluntad
individual.
En segundo lugar tenemos a la autonomía material, aquí implica para las partes la
posibilidad de establecer pactos o cláusulas del contrato en aspectos específicos y
concretos. Para Goldschmit, la autonomía material consiste en estipulaciones de
Derecho Privado, pudiendo distinguirse entre autonomía material de 1er grado (sin
sujeción a ningún Derecho positivo determinado aunque pueden designar un
Derecho en subsidio). Se denomina también autonomía universal y tiene su
fundamento en el derecho natural y está limitada por el orden público del juez. En la
autonomía material de 2o grado las partes formulan estipulaciones materiales sin
someterse a algún Derecho determinado, pero sin declarar su independencia de
cualquier Derecho positivo.
Este principio, que aparece junto con la legalidad y la reserva, está determinado por
varios escritores de derecho constitucional argentino, podemos destacar a Bidart
Campos (1994), quién nos dice que es como una cuestión de intimidad, la libertad
inofensiva o neutral de un tercero es la inmunidad y se resta de toda interferencia
arbitraria..Por otro lado, (s.d) el autor del derecho constitucional argentino Badeni
(2006) mostró que dos situaciones deben distinguirse, por un lado, la vida personal,
que se incluye en el campo de la conciencia y no tiene exteriores durante la
inteligencia, protegido por los artículos constitucionales mencionados anteriormente,
tiene una externalización que puede producir relaciones.
El tercer periodo con una nueva integración de la corte, abre una nueva etapa en la
investigación del alcance y siendo esta la última, asemejándose a la actualidad ya
logramos un mejor interpretación y más amplia, que protege los valores y los estilos
de vida de las personas o cómo lo dice la Corte, comportamientos personalísimos
(Argentina, 2006, p.3617), reinterpretando así la interpretación del período anterior,
que sirvió al principio de legalidad y actúa correctamente con la autonomía de la
voluntad. Por último, este principio de la autonomía de voluntad en la actualidad
también está presente y aplica en los contratos, con la incorporación del derecho
interno argentino Artículo 1197 de su Código Civil, que señala lo siguiente: “Las
convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual
deben someterse como a la ley misma”.
Albornoz (2002) señala que “la jurisprudencia argentina ha sido pionera al permitir
que las partes de un contrato internacional designen el derecho al que lo someterán.
Como las normas del Código Civil que regulan la materia “La jurisprudencia
argentina ha sido pionera al permitir que las partes de un contrato internacional
designen el derecho al que lo someterán. Como las normas del Código Civil que
regulan la materia s.d
Con relación al país vecino, Chile, esta autonomía no está claramente aceptada en
Chile a pesar de ser ampliamente utilizada en el país, sobre todo hablando de la
autonomía de voluntad en los contratos. Las normas reguladoras de la ley aplicable
a los contratos de mayor aplicación son el artículo 113 en el Código de Comercio
para contratos comerciales, lo podemos encontraren el artículo 16 del Código Civil
para contratos civiles y el Decreto Ley 2.349, donde nos dice que acepta la elección
de ley y foro extranjeros en contratos económicos o financieros celebrados por el
Estado chileno o las empresas públicas con empresas internacionales con asiento
principal de sus negocios en el extranjero; o en aquellos celebrados por terceros con
la garantía del Estado o un empresa pública chilena. (s.d)
Capítulo 2:
La autonomía de la voluntad en el orden jurídico
2.1. Formas de reconocimiento jurídico.
En primer lugar, como fuente de normas jurídicas destinadas a formar parte del
mismo orden jurídico que la reconoce: el ordenamiento estatal reconoce una
verdadera y propia fuente de derecho objetivo, dentro de la órbita de competencia
que le corresponde ab origine.
Betti (1989), señala que los particulares sí pueden crear normas, para él la palabra
autonomía, es una manifestación de poder y precisamente del poder de crear dentro
de los límites establecidos por la ley, normas jurídicas objetivas.
Por ende podemos decir que el hombre busca el resultado práctico de aquella
declaración de autonomía de la voluntad y es al Derecho al que le corresponde
asignarle los efectos jurídicos pertinentes. S.d
2.2. En la normativa con rango constitucional:
Toda esta reseña con respecto a la Constitución y los derechos fundamentales que
consagra, es importante con respecto al principio de la autonomía de voluntad,
pues, su armonización con respecto a éstos siempre ha sido difícil de sobrellevar
debido a la gran limitación que existe entre ellos mismos, generando así un
restricciones desde muchos ámbitos a la autonomía de la voluntad. S.d
No puede ser una libertad y autonomía que, per se se expanda de modo limitado de
manera que haya que limitarla y restringirla para permitir y restringirla para permitir
el ejercicio de la libertad y autonomía de los demás hombres, tambien por ser
limitadas.
s.d
Por otro lado, el derecho a la huelga es un derecho fundamental que permite a los
trabajadores ejercer presión sobre los empleadores para obtener mejores
condiciones laborales y salariales. Sin embargo, este derecho no es absoluto y debe
ser ejercido de manera pacífica y sin afectar el derecho de terceros a trabajar o a
recibir servicios públicos esenciales. En este sentido, la jurisprudencia ha
establecido que el derecho a la huelga no puede ser utilizado como un medio para
coaccionar a los empleadores o para impedir el acceso a servicios públicos
esenciales, lo que podría conllevar a responsabilidades civiles o penales.
El Código Civil peruano de 1984 se rige por la idea que considera que la autonomía
de la voluntad es un poder conferido por el ordenamiento jurídico y, por lo tanto, es
un poder limitable por parte de un acto de decisión del Estado. En este sentido, los
artículos 1354º, 1355º y 1356º prueban que la autonomía de la voluntad es un poder
limitado. En este sentido, la autonomía privada se manifiesta a través de la libertad
de contratación y la libertad contractual, aunque en nuestro Código Civil se
encuentra limitada únicamente a la libertad contractual, no a la libertad de contratar.
La restricción se refiere al contenido de los contratos, los cuales pueden ser
establecidos libremente por las partes, siempre y cuando no contravengan ciertas
normas de carácter imperativo, ya que cualquier contrato que infrinja dichas normas
será nulo y sin efecto. De manera similar, los contratos que colisionan con las
buenas costumbres o el orden público también serán nulos. El objetivo del derecho
es establecer reglas de organización que permitan regular de manera eficiente las
relaciones entre las personas en el marco del orden jurídico impuesto por el Estado.
Toda sociedad civil tiene un orden público dentro del cual se enmarcan las
libertades individuales, por lo que al crear relaciones entre particulares se debe
considerar tanto el interés individual de las partes como el interés general de la
sociedad.
Ahora bien, intentar definir adecuadamente lo que entendemos por Orden Público
(cuyo fundamento radica en que las leyes traducen concepciones morales y
exigencias técnicas cuya vigencia se estima indispensable para la realización del
bien común en una sociedad estatal, considerándose en este contexto a toda
solución contrapuesta que provenga de la voluntad de las partes como radicalmente
antijurídica) será siempre motivo de álgidas e interesantes discusiones respecto a
su conceptualización, ámbito de aplicación así como su utilización al ser una noción
enigmática, cambiante en cada ordenamiento jurídico y aun dentro de un mismo
Estado, en relación con la disciplina jurídica que se ocupa de él y con la época en
que se aprecia. Normalmente se le puede considerar como la situación jurídica en
un Estado determinado, la cual hace que sus habitantes deban respetar principios y
normas superiores de carácter político, económico, moral y algunas veces de
carácter religioso, sobre los que éste asienta su individualidad y que no pueden ser
dejados sin efecto por simples convenciones particulares, siendo rígidamente
obligatorias o imperativas. Dichas normas se sustentan casi siempre en la
protección del interés general respecto del interés particular, no pudiendo, además,
ser derogadas por las partes a diferencia de las normas dispositivas que sí son
susceptibles de ser dejadas de lado median estipulaciones diferentes a ellas en
aplicación de la autonomía de la voluntad.
De esta manera se supera el principio de la autonomía de la voluntad, en el sentido
de que se deja de considerar que lo estipulado por las partes no tiene limitaciones,
ya que si bien las partes pueden contratar dentro de los límites de la ley que lo
permite, no pueden generar por sí un contrato que sea asimismo una ley, entre los
sujetos, con prescindencia de cualquier condición, aun cuando estas por sí
voluntariamente se impongan restricciones, obligaciones o se den derechos, pues
aún quedan determinados elementos como las normas de tipo imperativo, el orden
público y las buenas costumbres, sobre las cuales no se pueden pactar al operar
como límites a ese poder que denominamos autonomía de la voluntad, siendo la ley
la que permite a las partes configurar un contrato y a la vez fija los límites a esa
conducta, quedando cualquier aclaración o interpretación dentro de los marcos
proporcionados por dicha norma. A decir de Manuel Miranda Canales, se consagra
el principio del intervencionismo o dirigismo contractual, por cuanto la concepción
clásica de la autonomía de la voluntad ha sido superada, ya que la igualdad legal,
no es equivalente a la igualdad real, debido a las grandes desigualdades
económicas.
En este sentido, el Código Penal peruano establece que no existe delito si el acto
sexual ha sido consentido libremente por la víctima y siempre que ésta sea mayor
de edad y se encuentre en pleno uso de sus facultades mentales. De esta forma, se
reconoce la capacidad de la persona para decidir sobre su propia sexualidad y se
protege su autonomía de la voluntad en este ámbito.
En Perú, el proceso penal y sus instituciones se analizan casi siempre sólo desde
una perspectiva meramente procesal. Así por ejemplo, cuando la fiscalía general del
Estado considera la conformidad como una expresión del desarrollo de la propia
personalidad y, en concreto, manifestación de la autonomía de la voluntad del
acusado, o cuando el tribunal postula que la manifestación de voluntad del acusado
exime a las partes de la práctica de la prueba, se olvida la diferencia fundamental
entre el proceso civil y penal: que en este último no rige el principio de disposición
(como si rige en el proceso civil como consecuencia del principio de autonomía de
las partes) y en este sentido, la norma jurídico-penal tiene un carácter imperativo, a
diferencia del ámbito civil donde sí se puede hablar en sentido propio de consenso.
Además, el artículo 1359 del Código Civil peruano establece que "las partes pueden
pactar todo lo que no esté prohibido por la ley o que no sea contrario a la moral, a
las buenas costumbres o al orden público". Esta disposición se aplica también en el
ámbito del derecho comercial y permite a las partes establecer las condiciones de
sus contratos y regular sus relaciones comerciales de acuerdo con sus intereses
particulares, siempre y cuando no se violen las leyes imperativas.
Por otro lado, el Código de Comercio peruano también establece la figura del
contrato de adhesión, que se refiere a aquellos contratos en los que una de las
partes establece las condiciones del contrato y la otra parte sólo puede aceptarlas o
rechazarlas sin posibilidad de negociación. El artículo 149 del Código de Comercio
peruano establece que "en los contratos de adhesión, las cláusulas establecidas por
una de las partes tienen el carácter de obligatorias para la otra, siempre y cuando no
sean contrarias a la ley, a la moral o a las buenas costumbres".
En otras palabras, se permite que los contratantes acuerden libremente los términos
y condiciones de su relación contractual, siempre y cuando estos no sean contrarios
a la ley, la moral, las buenas costumbres y el orden público. Esto refleja la idea de
que las partes involucradas en una relación contractual son libres y autónomas para
establecer sus propias reglas.
En el Perú, la Ley General de Arbitraje (Ley N° 26572) establece que "los árbitros
tienen la obligación de decidir con arreglo a las normas de derecho elegidas por las
partes" (Artículo 46). En este sentido, la autonomía de la voluntad se manifiesta en
la elección de las normas aplicables a la controversia, que pueden ser normas
legales, reglas de derecho consuetudinario, usos y costumbres del comercio o
cualquier otra norma que las partes acuerden.
Además, la Ley de Arbitraje también establece que las partes tienen la facultad de
acordar las reglas del procedimiento arbitral, tales como la forma de nombrar a los
árbitros, el lugar de la audiencia y los plazos para la presentación de pruebas y
alegatos (Artículo 19). En este sentido, la autonomía de la voluntad permite a las
partes adaptar el proceso a sus necesidades y requerimientos específicos.
Por otro lado, es importante destacar que la autonomía de la voluntad también tiene
una relación importante con la figura de la cláusula compromisoria en los procesos
arbitrales. La cláusula compromisoria es un pacto por el cual las partes se
comprometen a someter a un arbitraje todas las controversias que puedan surgir en
relación con el contrato que han celebrado. En este sentido, la cláusula
compromisoria es una expresión concreta de la autonomía de la voluntad de las
partes, quienes han decidido libremente someterse a la decisión de un tercero en
caso de que surja alguna controversia en el futuro.
Capítulo 3:
Comparativa del Derecho Romano y el Derecho Actual
Peruano
3.1. Derecho Romano:
En el Derecho Romano primitivo, junto con el nexum, existía otro contrato que se
caracterizaba por su formalismo, conocido como la sponcio. Según los estudiosos
del tema, este contrato tenía un componente religioso y se celebraba en el ara
máxima de Hércules, donde el deudor presta su juramento y se formulaba la
pregunta sacramental, la cual era seguida de una respuesta solemne.
Podemos observar que con el transcurso del tiempo y las necesidades que surgen,
las diversas formalidades que rodeaban al contrato primitivo han desaparecido y los
actos jurídicos se han vuelto más simples. Sin embargo, el derecho todavía no
concede suficiente autoridad a la voluntad de las partes para que por sí sola pueda
dar lugar a la creación de ciertos contratos con fuerza obligatoria. Aunque las partes
celebran contratos que producen sus efectos mediante el simple consentimiento,
esta forma de obligarse no era reconocida por el derecho. Fue hasta el siglo Vl en
Roma cuando se sancionó como contratos consensuales a la compraventa, el
arrendamiento, la sociedad y el mandato, marcando así el comienzo de la "carrera
triunfal de la voluntad a través del derecho".
En la realidad hay un sinfín de actos que realizan los cónyuges los cuales no son
necesariamente de relevancia jurídica con pleno respeto a su autonomía, tal es el
caso de la fijación de su residencia, o a dónde viajar o cuántos hijos desean tener o
cómo y dónde será su educación, lo relativo a sus relaciones íntimas y muchísimos
más, en donde la intervención del Estado es mínima, casi inexistente ,como dice
Basset (2012, p. 214) citando a Carbonnier, los cónyuges no viven código en mano,
de modo que sus costumbres privadas no ingresan en la órbita jurídica.
Pues si bien, el hombre como ente único universal de su género dotado de una
voluntad libre puede tomar decisiones, sin embargo en las relaciones jurídicas se
tiende a asegurar esta libertad inicial del individuo hasta el límite al derecho de los
demás, como señala Arias-Schreiber Pezet (2000), citando a Risolía agrega
“semejante concepción exalta, como se ve, la dignidad del hombre, y lo enfrenta al
Estado para hacer de este creación suya, subordinada norma de derecho, que no
procede de su soberanía sino, antes bien, de esa otra soberanía ajena a otra ficción
que ostente el individuo dotado de autónoma voluntad jurídica” (p. 27). En ese
contexto, la libre manifestación de voluntad es un elemento de suma
importancia en la constitución contractual laboral. Sin embargo, la misma es
afectada por la del empleador por la desigualdad de condiciones
socioeconómicas que se presentan entre los contratantes, esto es entre el
empleador y los trabajadores según el estrato antes señalado.
Por otro lado, al hablar del Testamento Vital, no podemos pasar por alto la figura del
llamado “Consentimiento Informado” (también denominado “derecho de los
pacientes” o “derecho de los enfermos”), que es el derecho de toda persona a ser
debidamente informada por el profesional de la salud, respecto a la dolencia que le
aqueja a fin de poder brindar su consentimiento (valga la redundancia) para un
eventual tratamiento médico (ya sea la realización o no de terapias médicas,
intervenciones quirúrgicas, etc.) Este derecho, es pues, una manifestación más de
la autonomía de la voluntad y se encuentra relacionado directamente con el derecho
fundamental a la integridad personal, que se encuentra regulado en nuestra Carta
Magna, en su artículo segundo.
Autonomía de
Derecho Actual Derecho Romano
la Voluntad
Ámbito de
Todas las ramas del derecho Derecho privado
aplicación
Regulación del
Regulado por ley para proteger
contrato de No existe regulación específica
al consumidor
adhesión
Presunción de
Presunción de validez y eficacia Presunción de buena fe y libertad
validez del
del contrato libremente acordado contractual
contrato
Limita la autonomía de la
Interés social voluntad en beneficio del interés No existe una limitación específica
social