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La caótica coyuntura actual del Perú es producto de una enrevesada combinación de factores.

En primer
lugar, se debe considerar que las protestas no son de naturaleza espontánea. Pedro Castillo, días antes de
intentar cerrar el Congreso, se reunió con Iber Maraví -exministro vinculado al terrorismo en los 80-, y
semanas previas se reunió con grupos que hoy se encuentran presentes en las revueltas: sindicatos,
Frentes Regionales, ronderos, etc. Más aún, diversos reportes apuntan a que, en el primer semestre del
año pasado, el exprimer Mandatario se reunió con Rocío Leandro Melgar -alias Cusi-. En otras palabras,
gran parte de los grupos violentistas que hoy se hacen presentes en las protestas tenían el concepto claro
desde el inicio: si algo sale mal, incendiar la pradera.

Ahora bien, si bien la defensa a Pedro Castillo fue, inicialmente, parte de la agenda programática, esta
cambió para concentrarse en tres puntos:

Cierre del Congreso


Renuncia de Dina Boluarte
Asamblea Constituyente

Esta, no obstante, es una agenda base. Las movilizaciones actuales vienen siendo ejecutadas por una
conjunción de grupos variados. En efecto, están más alineados con la agenda tripartita que con la defensa
a Pedro Castillo, sin embargo, cada uno de estos grupos cuenta con agendas y motivaciones particulares
Por el momento, estos son los grupos identificados actualmente.
MATRIZ DE
MOVILIZADOS
MATRIZ
FOFA
Para tener una comprensión más profunda de lo que ocurre en Perú con respecto a la
dinámica Ejecutivo-Movilizados resulta útil utilizar la matriz FOFA. Esta explica cuánto un
actor tiene la posibilidad de "Fuck Around" sin "Finding Out" las consecuencias de sus actos.
Para el caso de Dina Boluarte y los actuales conflictos, lo que debería pasar es
que, a cierto nivel de fucking around de cada grupo movilizado, debería
corresponderle un cierto nivel de finding out:
Sin embargo, por motivaciones políticas y penales, el gobierno de Dina Boluarte se ha visto incapaz de
ejecutar el finding out correspondiente al fucking around. El resultado de esto es que se crea una
nueva línea en la que hay un espacio mayor para fucking around sin un costo infringido por parte
del gobierno.
El problema con permitir que la línea se mueva como se pudo observar en el gráfico
anterior es que, así como nosotros entendemos que Dina Boluarte está brindando
espacios para un mayor fuck around sin finding out, también lo entienden así las fuerzas
violentas. Esto, a su vez, ocasiona un efecto desmoralizante en unas fuerzas del orden
que, llegado a este punto, ya empiezan a sufrir los embates del agotamiento. En ese
sentido, en la medida en la que este gobierno no asuma una posición más enérgica -aún
a sabiendas de que esto amenaza la supervivencia política de Dina Boluarte-, la situación
continuará.

Por lo pronto, la estrategia política y comunicacional del oficialismo se ha basado en


buscar la legitimización de las acciones de contención ejecutadas por la Policía. No
obstante, esta estrategia parece haber pasado su punto máximo de utilidad. La parcela
poblacional a la que podían convencer, ya la convencieron. Mientras que, a los que no
han conseguido convencer, no los convencerán utilizando la misma línea narrativa.
ESCENARIOS DE CRISIS
PARA LA COYUNTURA
ACTUAL
Dadas las circunstancias descritas previamente, plantear propuestas programáticas de salida, con
pasos estructurados y resultados concisos resulta, por lo menos, impreciso. Especialmente
considerando la amplia diversidad de agendas, grupos movilizados, actores políticos enfrentados,
intereses particulares, etc.En consecuencia, lo lógico es plantear escenarios posibles para el contexto
peruano.

Al respecto, cabe precisar que los escenarios a ser presentados en adelante tienen la particularidad de
que, a diferencia de los escenarios de gobierno de Options Lab para Pedro Castillo, son escenarios de
crisis. Con lo cual, no existen requerimientos ni indicadores tempranos. Además, los riesgos e
incertidumbres son tan amplios que tampoco pueden ser incluidos en la metodología.
Escenario 1
La violencia se mantiene activa con distintos
grupos insurgentes desplegados por el país;
Los conflictos mantienen su ciclicidad en forma
de olas, lo cual permite su longevidad.
Se mantiene la agenda tripartita: la renuncia de
Boluarte, el cierre del Congreso y la convocatoria
de una Asamblea Constituyente.
Por otro lado, la clase política se mantiene en un
estado similar al actual: la composición de los
votos en el Parlamento no permite la ruptura
de las fibras democráticas.
Por consiguiente, Dina Boluarte se mantiene en
el poder mientras se producen las Elecciones
Generales del 2023/24.
Este escenario requiere de la aprobación de la
segunda votación de la reforma que propone al
adelanto de elecciones para abril del 2024 o, en
todo caso, su aprobación vía referéndum.
La convulsión social se agrava: los grupos
radicales logran avanzar sobre Lima y otros puntos Escenario 2
estratégicos, ocasionando desabastecimiento y
crisis.
Desde el Congreso, un grupo de congresistas de
izquierda funge de portavoces de la calle,
completando la tandilla de presiones hacia el
Legislativo desde diferentes frentes.
Las fuerzas políticas se ven forzadas a ceder a las
demandas de los radicales, por lo cual se negocia
la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
E2.a Sin Dina Boluarte: La concesión de una
Asamblea Constituyente no es suficiente para
los actores radicales y la ciudadanía movilizable.
En consecuencia, se rompe la colaboración
entre las fuerzas políticas y Boluarte deja la
presidencia.
E2.b Con Dina Boluarte: La concesión de la
Asamblea Constituyente es suficiente para
aliviar los ánimos de la calle. Boluarte continúa
su gobierno hasta el 2024 o, incluso, hasta el
2026 (similar a Piñera en Chile).
Escenario 3
La crisis social producida por los grupos radicales
logra ser satisfactoriamente contenida y los
remanentes fueron disminuyendo en número
hasta que finalmente, se desactivaron.
En el terreno político la situación se mantiene
en una suerte de statu quo: los diferentes
grupos políticos mantienen sus agendas más en lo
narrativo que en lo concreto, pues ninguno cuenta
con los votos necesarios para realizar algún
cambio significativo.
E3.a Con colaboración política: Desde el
Legislativo y el Ejecutivo se percibe la
oportunidad de desestimar el adelanto de
elecciones. En consecuencia, se decide
entrampar el proyecto de ley para su
archivamiento, logrando así la permanencia de
ambos poderes hasta el 2026.
E3.b Sin colaboración política: Desde el
Legislativo se continúa con el proyecto de ley
para el adelanto de elecciones para abril del
2024 (o antes) y este procede. Se dan
elecciones en un ambiente de tensa calma.
El grado de tensiones entre el Legislativo y el
Escenario 4
Ejecutivo vuelve a intensificarse a niveles
similares a los mantenidos en el gobierno de
Castillo.
Boluarte, al no haber consolidado una coalición con
alguno de los grupos parlamentarios, mantiene una
posición débil frente al Congreso. Distintos
congresistas de oposición consiguen forzar una
salida de la presidenta.
E4.a Con estabilidad social: Sin las calles
presionando la salida de Boluarte, el Congreso
logra consensuar una vacancia o destitución en
contra de la presidenta. En consecuencia, por
sucesión constitucional, William Zapata asume
la presidencia y convoca a elecciones
presidenciales.
E4.b Sin estabilidad social: Con las calles en
contra, a las posibles salidas de Boluarte en la
derivada E4.a se le suma también su renuncia al
cargo.
Escenario 5
Para este escenario, el contexto político no difiere
del escenario 4: La relación entre el Congreso y
el Ejecutivo se mantiene agrietada.
No obstante, a diferencia del anterior escenario, el
Parlamento no recurre a las figuras de la
vacancia o la destitución, sino que aplica la
suspensión en contra de Dina Boluarte.
Con ello, el presidente del Congreso, Williams
Zapata asume el cargo presidencial. Este
escenario también tiene dos posibles derivadas:
E5.a Hasta 2024 o antes: Si se respeta el
adelanto de elecciones y/o el cauce
constitucional, y se da un Gobierno Cívico
Militar no anunciado.
E5.b Hasta el 2026: Si Williams opta por un
Gobierno Cívico Militar anunciado.
Escenario 6
Los esfuerzos del Legislativo por
vacar/destituir/suspender a Boluarte llegan a
intensificarse. En respuesta, Boluarte hace uso
de las cuestiones de confianza para defenderse.
Debido a la falta de cohesión de las bancadas y, la
desorganización de las fuerzas políticas dentro del
Parlamento, Boluarte logra efectuar un cierre del
Congreso de manera irregular o mediante las vías
constitucionales.
Cabe precisar que este escenario tiene un
limitante si se da mediante las vías formales. De
aprobarse el adelanto de elecciones para el 2024
entonces, a partir de julio 2023, este escenario se
imposibilita. Esto se debe al Artículo 134 de la
Constitución (indisolubilidad del Congreso en su
último año de Gestión).
Escenario 7 Las protestas continúan con el mismo nivel de
radicalismo o, incluso, uno mayor. La Policía
decide que han sobrepasado el límite de
fallecidos y heridos (en ambos bandos) que
está dispuesta a soportar y desiste de
continuar la represión.
La turba llega al Congreso, Palacio de Gobierno y
otras Instituciones y se genera un período de
absoluta incertidumbre.
Dina Boluarte renuncia y José Williams o no
asume, o asume momentáneamente para dar
paso a que el Congreso escoja un SPR.
En caso este escenario se dé, es probable que
acabe en una Asamblea Constituyente.
Este escenario también tiene dos posibles
derivadas:
E7.a FFAA reaccionan: Las Fuerzas Armadas
optan por una salida radical.
E7.b Hasta el 2026: En la práctica, los
movilizados son los que terminan definiendo
quien se queda en el sillón.
Finalmente, así se verían todos los escenarios de crisis para el Perú 2026.

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