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ÁREA PROFESOR(A) AÑO

Desarrollo
Personal, Eña Chávez Velásquez 5to año Sección: A/B
Ciudadanía y Nivel secundario
Cívica
 Nombre:
______________________________________ Fecha: ________
COMPETENCIAS CAPACIDAD DESEMPEÑO PRECISADO

CONVIVE Y PARTICIPA  Explica las causas profundas del conflicto político


DEMOCRÁTICAMENTE  Maneja conflictos de
social del Perú y señala las acciones que ahondan
EN LA BÚSQUEDA DEL manera constructiva
en la violencia.
BIEN COMÚN

I. RECEPCIÓN DE LA INFORMACIÓN:

La grave crisis política que vive Perú lleva años gestándose. Cuando
Pedro Pablo Kuczynski derrotó en junio de 2016 a Keiko Fujimori, cuyo
partido Fuerza Popular en ese entonces conservaba la mayoría del
Congreso (73 de los 130 curules)

Como señalaron Arce e Incio (2018) y Ponce de León y García (2019), el


gobierno que llegó con las elecciones generales en 2016 era sumamente
débil y dividido. Este derivó pronto en una crisis institucional. El Congreso de la República, controlado por el
fujimorismo cobró protagonismo, volviéndose cada vez más intransigente y obstruccionista con el gobierno, usando
la amenaza, a través de la censura o interpelación de ministros e incluso invocando dos veces la vacancia del
presidente Kuczynski. La última de ellas, tras el escándalo que implicó a PPK con posibles delitos de corrupción y el
posterior escándalo del convenientemente indulto a Alberto Fujimori, acabó en la renuncia de PPK y la sucesión de
Vizcarra.

Ningún presidente tuvo un respaldo tan débil como Kuczynski. El gobierno tuvo que enfrentar la mayoría absoluta
del fujimorismo en el Congreso; quienes, en alianza principalmente con el aprismo, se opusieron a las políticas
educativas que el gobierno buscaba realizar. Entre diciembre de 2016 y agosto del 2017, el Congreso provocó la
caída de tres ministros, a través de la censura o amenaza de censura; y la posterior renuncia de todo un gabinete de
ministros al negar la “cuestión de confianza”. Adicionalmente, en diciembre del 2017 buscaron la vacancia del
presidente tras revelarse su vinculación al caso Lava Jato (Ponce de León y García 2019). El gobierno se salvó por
escasos votos y; aparentemente, por la negociación del indulto al ex presidente Alberto Fujimori. Finalmente, el
segundo proceso de vacancia (marzo del 2018), tras los Kenyi videos, obligó al presidente Kuczynski a renunciar.

El escalamiento de la crisis entre el Ejecutivo y el Congreso no se detuvo con el nuevo gobierno de Vizcarra. Esta
crisis llegó a su punto más crítico en septiembre del 2019 cuando Vizcarra disolvió el Congreso. En respuesta, el
Congreso resolvió suspender al presidente por “incapacidad moral” y, en un confuso episodio, hizo juramentar como
máxima mandataria a la vicepresidenta del gobierno, Mercedes Aráoz. Pronto se hizo evidente que la decisión del
presidente prevalecía. Finalmente, el Tribunal Constitucional (TC) favoreció el acto de disolución y el 26 de enero de
2020 se celebraron elecciones para conformar un nuevo parlamento. En ese contexto, era poco posible un golpe
militar. Sin embargo, a pesar de su debilidad, se mantuvo el sistema democrático.

Sobre la crisis de 2019, este artículo destaca la importancia de un factor externo en el proceso de escalamiento de la
crisis. Este es: el creciente avance del equipo especial de fiscales anticorrupción en mostrar evidencia de la
vinculación de varios políticos con el caso Lava Jato y la alta indignación de la población respecto a estos casos de
corrupción. Además, frente al escenario de vulnerabilidad democrática, se resalta cómo el débil sistema político
peruano paradójicamente permitió la aparición de un político independiente como Martín Vizcarra.

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LUCHA ANTICORRUPCIÓN Y EL DESPRESTIGIO DE LA CLASE POLÍTICA
En el 2019, se reanudó el conflicto del Congreso con el Ejecutivo. Al inicio del 2019, el Fiscal de la Nación Pedro
Chávarry destituyó sorpresivamente a Rafael Vela y José Domingo Pérez, los fiscales del equipo especial a cargo del
caso Lava Jato. Estos apelaron ante la junta de fiscales supremos señalando que se buscaba sabotear la firma final
del acuerdo de colaboración eficaz con Odebrecht. En una reacción rápida, el presidente Vizcarra se solidarizó con
los fiscales y anunció su decisión de plantear una reforma del Ministerio Público con la cual el Congreso no estaba de
acuerdo. El fiscal Chávarry se vio finalmente obligado a reincorporar a los fiscales y a renunciar días después tras
denuncias que comprometían su ética profesional, se le acusaba de formar parte de una organización criminal “Los
Cuellos Blancos del Puerto”. Otra alta autoridad del sistema de justicia vinculada fue el juez supremo César
Hinostroza, quien también habría sido defendido por el Congreso. En unos audios se le oye mencionar ante un
interlocutor una reunión con la “Señora K” que forma parte de la “fuerza número 1”.

En el 2019 no dejó de sorprender a los peruanos las revelaciones fiscales producto del acuerdo de colaboración
eficaz con la empresa Odebrecht (Hernández 2019). Estos testimonios comprometían a las más importantes
autoridades del país. Kuczynski, por motivos de salud, sólo recibió detención domiciliaria. Sin embargo, la situación
del expresidente Alan García tuvo un final más trágico, se suicidó el 16 de abril cuando se ejecutaba la orden de
detención preliminar. Con la muerte de García. El exdirector de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, declaró en mayo
del 2019 que su compañía había entregado dinero a las campañas electorales de todos los expresidentes peruanos y
otros políticos como Keiko Fujimori y Susana Villarán. Esto, además de sobornos para garantizar la obtención de
concesiones de obras públicas (Fowks 2019).

El escalamiento de la crisis institucional entre el Ejecutivo y el Congreso continuó. El gobierno presentó dos
cuestiones de confianza en el 2019. En junio del 2019, una fue planteada para respaldar la reforma política que su
gobierno venía impulsando, con medidas concretas para fortalecer las instituciones, del sistema democrático y del
Estado de Derecho. La propuesta incluía 12 proyectos de ley que debían ser revisados en el Congreso. Si bien el
Congreso elaboró un cronograma para discutir los proyectos, no se priorizaron como urgentes. Por ejemplo, el 16 de
mayo la Comisión de Constitución del Congreso decidió archivar el proyecto de ley que buscaba cambiar la
inmunidad parlamentaria.
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El 29 de mayo, Vizcarra da un mensaje a la nación anunciando que se planteará una cuestión de confianza ante el
Congreso sobre el tema de la reforma política. Señaló que había una sensación de que el Congreso estaba
demorando la reforma política. La cuestión de confianza consistiría en la aprobación de seis proyectos de ley de
reforma política (Calderón 2019). Este momento generó tensión, pues de ser denegada la confianza, el presidente
podría constitucionalmente disolver el Congreso, al ser la segunda negativa en el periodo. El Congreso dio la
confianza el 5 de junio, comprometiéndose a la revisión y aprobación de los proyectos antes de que acabe la
legislatura, que se extendió hasta la tercera semana de julio.

El 28 de julio en el mensaje presidencial, Vizcarra, propuso una reforma constitucional para adelantar las elecciones
generales. Bajo una lógica de “nos vamos todos”. El 70% de la opinión pública estuvo de acuerdo con la propuesta de
adelanto de elecciones de Vizcarra, lo cual inmediatamente se reflejó en un aumento de la aprobación del
presidente de 44% a 57%; y una disminución de la aprobación del Congreso de 19% a 17%. El Congreso, no se
mostró a favor de este proyecto. Más bien, en agosto del 2019 aprovecharon el manejo que tuvo el gobierno del
conflicto minero Tía María para buscar la interpelación, e incluso algunos congresistas, como Mauricio Mulder de la
bancada aprista, amenazaron con la vacancia.

El 30 de septiembre, en uno de los días más agitados de la política peruana, el


presidente del Consejo de Ministros: Salvador del Solar, quien inicialmente fue
impedido de entrar al Congreso, presentó la cuestión de confianza; luego el
Congreso no discutió la medida y continuó con la elección de miembros del
Tribunal Constitucional (eligiendo a uno de ellos). Como consecuencia, el gobierno
interpretó que había ocurrido una denegación “fáctica” de la confianza. De la
misma forma, siguiendo el artículo de la Constitución que lo faculta a tomar esa
decisión en caso dos cuestiones de confianza fuesen denegadas, el presidente anunció la disolución del Congreso de
la República y la convocatoria a elecciones para reemplazar al Congreso disuelto.

Posteriormente, el Congreso votó y aprobó la cuestión de confianza y, al tomar noticia de


la disolución, decidió suspender en el cargo al presidente y juramentar en su reemplazo a
la vicepresidenta Mercedes Aráoz, quien aceptó hacerlo. Hacia la medianoche, Vizcarra
reapareció en una foto junto a los jefes de las fuerzas armadas y policiales en una
muestra simbólica de su respaldo. Un comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, el Ejército, la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea reafirmó que “el Señor
Presidente Constitucional de la República, Ing. Martín Vizcarra Cornejo, es el Jefe
Supremo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú” (RPP 2019).

¿Qué decisión prevalecía? ¿Quién gobernaba el Perú? ¿Había el presidente disuelto el Congreso o el Congreso
suspendido al presidente? pronto se hizo evidente que la salida de la crisis se resolvía de manera favorable al
Ejecutivo. El Congreso no solo carecía del apoyo de los militares, sino de la comunidad internacional y la ciudadanía.
La Secretaría General del Organismo de Estados Americanos (OEA) se manifestó al día siguiente de la disolución a
través de un comunicado que señalaba que competía al Tribunal Constitucional (TC) pronunciarse sobre el
desacuerdo entre los poderes y que era “un paso constructivo” el llamado a elecciones.

Asimismo, la ciudadanía apoyó mayoritariamente al Ejecutivo. De acuerdo con IPSOS, el 85% respaldó la disolución
del Congreso y la popularidad del presidente subió a 79%. Este apoyo se enmarca en el aumento de la tolerancia que
expresa la población hacia los llamados golpes ejecutivos en los últimos años en el Perú. LAPOP 2019). Perú es de
lejos el país sudamericano donde existe más tolerancia al cierre del Congreso.

AÑO 2020- PANDEMIA Y CRISIS POLÍTICA

La destitución de Vizcarra se tomó por la iniciativa de un grupo de parlamentarios (liderados por Acción Popular)
luego de que unos aspirantes a "colaboradores eficaces" con la Fiscalía peruana en el caso conocido como el "club de
la construcción" lo acusaran de recibir sobornos mientras era presidente regional de Moquegua (sur) entre 2011 y
2014. Plantearon la vacancia por “incapacidad moral”.
Vizcarra negó las acusaciones en su contra y en la mañana del lunes 9 de noviembre fue al Congreso a ejercer su
defensa para evitar la destitución. Pero sus argumentos no convencieron a los congresistas y debió dejar la jefatura
del Estado. Manuel Merino de Lama (del partido Acción Popular)-entonces presidente del Congreso-fue designado a
sucederle el 10 de noviembre, esto porque la vice presidenta Mercedes Aráoz, había sido destituida.
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La vacancia de Vizcarra mediante una causal subjetiva y la toma del poder por un Congreso altamente impopular y
poco conciliador produjo manifestaciones ciudadanas en distintas partes del país. La respuesta por parte del
Ejecutivo ante las protestas fue una represión policial que, además de ser denunciada por organizaciones
internacionales, culminó con la muerte de dos jóvenes universitarios, Jack Pintado (22 años) e Inti Sotelo (24 años) el
14 de noviembre del 2020. Tras la muerte de estos dos jóvenes, y la consecuente creciente desaprobación de su
gestión, el gobierno de Manuel Merino comenzó a desintegrarse. En la madrugada del 15 de noviembre, 13 de los 18
ministros renunciaron a sus cargos (RPP Noticias, 2020). Luego de esto, el Congreso de la República instó a Manuel
Merino para que renunciara o, en caso contrario, se iniciaría un proceso para su destitución. Esto, sumado a la
presión internacional respecto a la violación de Derechos Humanos durante las protestas, produjo la renuncia de
Merino el 15 de noviembre y marcó el inició de un nuevo proceso de sucesión presidencial.

PROCESO TRAS LA RENUNCIA DE MERINO


La renuncia de Manuel Merino propició la convocatoria de un Pleno Extraordinario cuya agenda era aprobar la
renuncia de Merino, la elección de una nueva Mesa Directiva y un nuevo Presidente del Congreso quien asumiría
luego como Presidente de la República (Andina, 2020). El Congreso aprobó la renuncia de Merino con 120 votos a
favor. Tras esta votación, Luis Valdez, entonces Presidente del Congreso, y toda su Mesa Directiva renunciaron a su
cargo y la congresista suplente, Rocío Silva Santiesteban, asumió como titular para dirigir la elección de la nueva
Mesa Directiva (RPP Noticias, 2020).

La misma madrugada del 16 de noviembre se presentó una lista encabezada por Francisco
Sagasti e integrada por Zenaida Soliz, Angelica Palomino y José Nuñez (todos del Partido
Morado). A las 12:55 pm, esta lista fue reformulada integrando a miembros de otras bancadas. A
la 1:00 pm, se presentó una segunda lista encabezada por María Teresa Cabrera, Leslie Lazo,
Mariano Yupanqui y Yesica Apaza (los que apoyaron la vacancia de Vizcarra); pero luego declinó.
Francisco Sagasti asumió la presidencia del Congreso y, debido a la sucesión presidencial,
también asumió la Presidencia de la República, el 17 de noviembre a las 3:06 pm. (RPP Noticias,
2020).

2021 A LA ACTUALIDAD
Los comicios electorales del 2021 no fueron mucho mejor. Casi 20 candidatos se presentaron a la primera vuelta sin
que ninguno de ellos obtuviera un porcentaje de voto representativo. De hecho, el ganador en primera vuelta, Pedro
Castillo, obtuvo solo el 18,9% de votos. Sin embargo, al enfrentarse en el balotaje contra Keiko Fujimori pudo
obtener la victoria gracias al rechazo que hay hacia ella. 

El problema es que el antifujimorismo no es un movimiento político en sí, es simplemente una reacción contraria al
gobierno autoritario que dominó Perú por diez años durante el gobierno de su padre. Pero, además, a que esta
fuerza es incapaz de llegar a consensos que permitan la gobernabilidad de los presidentes que han pasado en esta
nación en los últimos años.

Esta victoria no trajo ninguna solución, Castillo, se vio incapaz de gobernar al enfrentarse a un Congreso
profundamente fragmentado que abrió varias investigaciones en su contra por corrupción, le prohibió salir del país y
llegó a presentar tres mociones de vacancia por incapacidad moral, de las cuales sólo triunfó la última después de
que Castillo intentara disolver el Congreso en un gesto que se interpretó como un autogolpe de Estado fallido que
llevó al poder a Dina Boluarte (2da vice presidenta).  

La crisis política de Perú no empezó con Pedro Castillo. Hace ya años que la desconexión entre los ciudadanos y los
políticos es amplia. La sociedad peruana está huérfana de líderes. En 2021 ni Keiko, ni Castillo pasaron a la segunda
vuelta con más del 20% de los votos. En medio de una crisis total de los partidos políticos y liderazgos el voto más
sólido es el voto antifujimorista. Un voto que le acaba dando el triunfo a cualquiera que no sea el fujimorismo. “Le
da la victoria, pero eso no significa que dé la gobernabilidad” (Pérez Tello, 2023).
La gobernabilidad hace ya años que salió por la ventana del Palacio presidencial. En cuatro años, Perú ha tenido seis
presidentes. Todos acabaron en una lucha encarnada con el Congreso.
En esa pelea sin sentido para el país; el “otro Perú”, el que se evidencia en las protestas, pide cambios y llora
muertos. Sin embargo, la violencia se mantiene en muchas regiones, incluidas Lima. Boluarte y el Congreso se pasan

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la pelota de convocar elecciones. En la calle nadie cree ya que tengan intención de irse, sino de ganar tiempo
mostrando mucha actividad, pero cero resultados.
La gente quiere elecciones, pero cuando se le pregunta por quién votaría un porcentaje mayor al 70% dice que por
ninguno. Es un círculo vicioso que lleva a la gente a no esperar nada del Estado. Trabajar y sobrevivir sin mostrar
ningún interés por la política ni por los otros. Ver en los que protestan y cortan una carretera como un estorbo para
su día a día.
En medio del caos, solo hay un barco que se mantiene a flote en Perú, por difícil que pueda parecer: la economía.
Aunque hasta eso empieza a dar signos de debilidad. Esta semana, la calificadora Moody´s rebajó la calificación del
país de estable a negativa por primera vez en 20 años por la inestabilidad política.
La economía encadena tres décadas de crecimiento y en medio de datos alentadores surge un nombre que se repite
en todas partes como el mago de las finanzas, el director del Banco Central (BCRP), Julio Velarde, que asumió el
cargo en 2006. Ni un solo presidente del país, y han pasado muchos, se ha atrevido a moverle la silla, ni siquiera
Castillo. El banco ha logrado mantener un equilibro fiscal y se ha centrado en sostener el valor del sol peruano. Y
aunque este año Perú sufre la inflación como la mayoría de países del mundo, en 2022 cerró en 8,4%, la mayor en 26
años, pero menor que la mayoría de países de América.
Así mismo, De acuerdo al Índice de Democracia 2022
elaborado por la Unidad de Inteligencia de The
Economist, Perú perdió la categoría de democracia
imperfecta y ahora posee un sistema híbrido en el
que conviven elementos democráticos junto con
rasgos de autoritarismo. El cambio en el puntaje de
6.9 a 5.9 se debe al fallido intento de golpe de Estado
del expresidente Pedro Castillo, así como lo que se
desencadenó a raíz de ello: la asunción de Dina
Boluarte y las numerosas protestas. “La disminución
en el puntaje de democracia de Perú también refleja
un entorno político cada vez más inestable que ha
llevado a la llegada al poder de seis presidentes y tres
congresos diferentes que gobiernan el país desde
2016. Así mismo la capacidad estatal se debilitó
debido a más de 80 cambios ministeriales durante su
breve gobierno y el nombramiento de muchos
ministros que carecían de experiencia. Este legado
pesará en la economía del Perú, así como en la
calidad de su gobernabilidad y democracia, durante muchos años”, concluyó la Unidad de Inteligencia de The
Economist.

El sistema político peruano sigue siendo frágil ante mayorías opositoras sin ánimos de conciliación y la causa de
“incapacidad moral”, que puede ser empleada sin un criterio fijo. Sin una reforma política que aborde este aspecto,
y cambios en la ciudadanía, la posibilidad de una crisis similar sigue presente.

FUENTES:

 Radio Cutivalú (2020). Versión digital. Desde PPk hasta Manuel Merino. Recuperado de
https://www.cutivalu.pe/desde-ppk-hasta-manuel-merino-crisis-de-gobernabilidad-en-el-peru/
 Paredes Maritza (2020). Perú 2019: Crisis política y salida institucional. Revista de ciencia política de Santiago.
Recuperado de https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-090X2020000200483
 Jaramillo Christian (2020). La crisis político institucional peruana en 2020. Recuperado de
https://reformaspoliticas.org/wp-content/uploads/2021/03/DT_-Jaramillo_Cristhian_Revisado_.pdf
 Cordero Álvaro (2023). ¿Cuál es el origen de la crisis política que sacude al Perú?. Recuperado de
https://www.france24.com/es/programas/historia/20230119-cu%C3%A1l-es-el-origen-de-la-crisis-pol
%C3%ADtica-que-sacude-a-per%C3%BA
 SantaEulalia Inés (2023). Perú un país en caída libre. Diario el País. Recuperado de
https://elpais.com/internacional/2023-02-06/peru-un-pais-en-caida-libre.html
 Economist Intelligence (2022). Índice mundial de democracia 2022. Recuperado de
https://www.eiu.com/n/campaigns/democracy-index-2022/

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